Programa Domingo 6 correspondiente al 18 marzo 2012. En este programa el maestro Tomás Mojarro habla sobre la discriminación y el racismo en México.
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Pestilencia
Exportador de crudo e importador de gasolina. Es México. Aquí, antiguas huellas en el camino de la explotación del petróleo desde 1920. La opinión de J.A. Saade Atille cuando funcionario, en 1978, del Complejo Petroquímico de Poza Rica:
– A la industria petrolera mexicana la mantienen a flote los técnicos responsables, mientras algunos dirigentes sindicales y políticos persisten en hundirla.
Nombra la prehistoria de la corrupción en PEMEX: Jaime J. Merino y Pedro Vivanco, caciques de los 50s, y a contratistas que tiempo más tarde se aprovecharon de la corrupción: políticos priístas, dirigentes sindicales y compañías transnacionales.
– Porque México es tan rico en energético que esta riqueza es sólo comparable a la cantidad de pillos que se aprovechan de tanta riqueza. Políticos y líderes sindicales están acabando no sólo con PEMEX, sino con el país entero. Los políticos sólo se acuerdan de PEMEX para acomodar a sus recomendados en puestos claves o cuando quieren que tal o cual contrato se otorgue a alguno de sus colaboradores.
La prehistoria del energético. El Demócrata, marzo de 1920: “Nuestro redactor entrevista a uno de los principales inodados en el escándalo petrolero, el General Jacinto B. Treviño, que acaba de terminar su labor como ministro de Industria, Comercio y Trabajo:
– Señor, ¿qué hay de las onerosas concesiones petroleras que se sabe fueron otorgadas por usted durante su estancia en el ministerio de Industria?
– ¡Ya estoy cansado de tantas tonterías! ¡Debe usted saber que si en algún ministerio se hizo labor honrada, fue en el mío!
En la Junta Consultiva del Petróleo el reportero interroga al ingeniero Vázquez Schiaffino: “¿Qué hay de cierto en que las concesiones federales fueron dadas por el Gral. Treviño a sus puros amigos?”
– Efectivamente, ello es verdad. Pero esto, además de lógico, es muy humano. Ocurrió también durante la época del señor Carranza y la del Gral. Díaz. Eso es lógico, es simplemente humano.
El Gral. Salvador Alvarado se defendía públicamente y aclaraba la forma en que obtuvo una concesión para construir un oleoducto entre el puerto de Tuxpan y la ciudad de México: “En cuanto a las apreciaciones que se hacen respecto a que yo, sin ser petrolero, haya hecho un magnífico negocio con esa concesión, me concreto a manifestar: es un error considerar que esta clase de empresas sólo corresponden a extranjeros”.
Sigue El Demócrata: “Ya está plenamente comprobado que el multimillonario petrolero Bohey depositó en manos del clero de Tampico la cantidad de 400 mil pesos para que se proceda a la construcción de un templo católico. También se evidenció ya la circunstancia de que el petrolero norteamericano Dihey, para salvaguardar sus cuantiosos intereses de posibles atentados sociales en su contra, acordó erogar 500 mil pesos más, para la fundación y sostenimiento de obreros católicos. Así se pretende, por medio de la fe cristiana, del oro norteamericano y de las prédicas religiosas, que se enfrenten entre ellos mismos los obreros sindicados que ostentan las perniciosas ideas de Lenin y Trotski, sobre todo en fábricas y talleres».
El gobierno seguirá manteniendo su política nacionalista en materia de petróleo. Esta misma semana se han otorgado concesiones a A.P. Wichers, a la sociedad anónima E. Thomas y Cía., y a otras dos compañías extranjeras».
Más tarde se iban a emparentar PEMEX y la familia Mouriño. Mis valedores: es el país de la industria petrolera. Es «nuestro» petróleo. Es nuestro país. (Es México.)
Granadas de boca
“Dondequiera que el hombre primitivo erigió una palabra, creyó que había hecho un descubrimiento. ¡Qué equivocado estaba! Había dado con un problema y, mientras suponía que lo había resuelto, había creado un obstáculo para su solución”.
Esta vez las palabras, mis valedores, que según quien las pronuncie, dan vida o matan. “Las palabras, dice el filósofo, simplemente violentan y vencen el entendimiento, y lanzan todo a la confusión y desvían a los hombres hacia inútiles fantasías”. Y que usamos las palabras y a la vez somos usados por ellas, y que las palabras ambiguas son como fuegos fatuos, y razonar por su conducto es deambular entre innumerables absurdos, y el resultado final es la confusión o el desprecio. «Una palabra corrompida destruye ciencia, razón y el beneficio de la humanidad».
Lógico. Materia prima de toda campaña electoral, los conceptos del discurso no denotan realidades; son vocablos ostentosos que indican algo totalmente distinto, aun lo opuesto total de lo que significan en su acepción original. La palabra democracia, pongamos por caso.
Desde el Poder nos hablan de democracia, pero nunca nos explican a qué democracia se refieren. Saben bien que desde nuestra ignorancia no los vamos a tachar de embusteros. Democracia. Habría que desenmascarar a los simuladores que engañan con tan retumbante vocablo. Fox, por ejemplo, en su sexenio, desdichado aunque sin la sangre que ha derramado el devoto del Verbo Encarnado:
“Los mexicanos ya sabemos lo que es la democracia, sabemos lo que vale y sabemos lo que nos rinde en frutos y dividendos. Entonces, el concepto de democracia ya está muy afianzado en la gente y en la ciudadanía. En México cada voto cuenta, porque para eso tenemos una democracia”.
Así que los mexicanos tenemos ya democracia. ¿Y en qué consiste nuestra democracia? ¿Sabemos diferenciar la formal de la social y la participativa? ¿Qué clase de democracia es la que trajo Fox al país? Por cuanto al Verbo Encarnado, ¿aportó más democracia? ¿Qué clase de democracia?
Ustedes, mis valedores, que ya han logrado sobrevivir a varios sexenios, ¿recuerdan el México de la «revolución,» anterior a esa democracia que hoy pastorea un Leonardo Valdés? Los sexenios de López Portillo, LEA y Díaz Ordaz, ¿los recuerdan? Antes de que los tecnoburócratas se apoderasen del Poder, ¿existía la democracia? ¿Encuentran ustedes alguna diferencia entre el México de la «revolución» y este país, el de la democracia? ¿Tal diferencia es prueba fehaciente de la acción positiva que sobre las masas sociales ha ejercido «nuestra» democracia? ¿En dónde se nota la mejoría? ¿En el empleo, el salario, el respeto a los derechos humanos, la seguridad pública? ¿Se nota en la economía familiar, en el Seguro Social, en el ISSSTE, en las pensiones de los jubilados, o sólo y únicamente en una papeleta que nos aprontan cada tres y seis años, con candidatos que no son nuestros, sino del Sistema de poder?
Democracia significa poder popular, pero en «nuestra democracia» el Poder manda sin obedecer y el pueblo obedece sin mandar. ¿Entonces? Y aquí lo trágico: ¿por qué a estas horas andamos enfervorizados, calculando otorgar nuestro voto a este, a aquel o a aquella, si no son candidatos de nosotros, sino del monopolio de unos partidos que son parte del Sistema de poder? ¿Así somos de vulnerables ante la manipulación de los «medios»?
Pero vamos a votar. Yo, por supuesto, voy a votar. ¿Cómo? A saber, pero voy a cruzar la papeleta. ¿Pero democracia? Bah. Es México. (Este país.)
Juárez y el PAN
Todo lo que México no haga por sí mismo para ser libre, no debe esperar ni conviene que espere que otros Gobiernos u otras naciones hagan por él. Auxilios negativos son los únicos que puede darnos Estados Unidos, como el que nos fusile por la espalda. (Palabras del Benemérito.)
Veintiuno de marzo de 1808 – 18 de julio de 1872. En estas dos fechas cabe toda su vida, sin más. Sesenta y cuatro años fue el tiempo de vida de don Benito Juárez, pero años bastantes para troquelar en la historia del país rumbos, metas, perfil, señas de identidad. Una ideología propia, en fin. El de Juárez y su templado equipo de liberales fue un gobierno de claroscuros: desde una sufrida lucha contra gobiernos espurios y emperadores de pacotilla hasta una crueldad extrema para con los vencidos, y desde unas luminosas Leyes de Reforma hasta un Tratado McLane-Ocampo que, en apariencia, cedía parte del país a los Estados Unidos. De los males, el menor; Juárez y sus liberales instrumentaron el McLane-Ocampo para evitar que el gringo se quedase con Baja California, Chihuahua y varios otros Estados del norte del país, y lo evitaron con el auxilio la guerra civil del Sur contra el Norte de EU, cuando los yankis maniobraron para evitar que los confederados se fortaleciesen con más territorio mexicano. Es la historia.
Hoy día el partido en el poder es el panismo, enemigo tradicional de las doctrinas de Juárez y sus liberales, como más tarde lo iba a ser del «socialismo» de Lázaro Cárdenas. El PAN: en 1997 legisladores del PRI, PRD y PT rechazaron las expresiones de algún panista, que lo juraba: «Benito Juárez traicionó a México». Los diputados: «No permitiremos expresiones que pretendan dañar la imagen y el legado histórico del Benemérito. Es criticable la postura del panista, que pretende desprestigiar a Juárez como pretexto para cambiar la nomenclatura de varias calles en el Edo. de México”.
Y Comparando a Zedillo con Juárez, voceros del Tricolor: El sacrificio del pueblo mexicano, necesario para salir de la crisis. No es permisible postergar el desarrollo en la justicia de millones a cambio de transitorios alivios. Lo sabía el Presidente Juárez. Lo sabe el Presidente Zedillo”. (Abyecto.)
Y llegaría un gobierno reaccionario y yunquista, prokanki y confesional, y en Gobernación iba a encuevarse un hijo de Salvador Abascal, fundador del Sinarquismo, que así se expresaba del Benemérito:
Juárez engañó a los indígenas expropiándoles sus tierras, pero no sólo eso: considero que la personalidad del Benemérito de las Américas ha sido sobrevalorado por el sistema político mexicano. Sugiero la necesidad de un redimensionamiento de su verdadero papel histórico.
Dn. Benito y el gobierno panista: “Cd. Camargo, Chih. “Una grave tensión política se suscitó cuando la alcaldía panista realizó la demolición de una estatua de Juárez para poner en su lugar la de un panista recién fallecido».
Aguascalientes, Ags., marzo de 1997. El alcalde panista decidió entrar en la posteridad e impuso su nombre a una calle que antes se llamó Benito Juárez. Colocó también el de los panistas Gómez Morín, M.A. Mérida y Efraín González, a calles de la colonia San Francisco”. Lo afirmó Juárez:
“No se me oculta ni trataré de disimularlo: la situación actual es complicada,
difícil y tal vez peligrosa”.
Veintiuno de marzo de 1808- 21 de marzo del 2012. Benito Juárez. (Benemérito.)
Un cerdo perfecto
El asunto Cassez en esta ocasión. Y nada, que un Arturo Zaldívar, ministro de la Suprema Corte, ha lanzado una iniciativa que afecta de forma directa la actuación de la Proc. Gral. de la República y coloca a Florence Cassez en el centro de la noticia y en la sección editorial de los matutinos.
¿Culpable Cassez, inocente? ¿Desaseo en su proceso hasta el grado de que es de justicia liberarla? De modificarse el estado de reclusión de la sentenciada, ¿va a alterar la situación de Israel Vallarta y demás miembros de la banda de secuestradores El Zodíaco? ¿La contundencia de las pruebas amerita que se le mantenga en el reclusorio? De liberar a Cassez, ¿el caso creará jurisprudencia? ¿No? Y a realizar foros, consultas y cabildeos en busca de la salida al dilema que plantea el asunto de la presunta secuestradora de origen francés, que ha motivado choques de gobierno a gobierno.
Y qué equilibrio se advierte en la abundancia de estudios que publican los matutinos, donde la mitad de de los analistas «demuestran» la culpabilidad de Cassez, como la otra mitad «demuestran» su inocencia. Cuántos en este momento se han erigido de jueces. ¿De buena, de mala fe? ¿Buenos o malos, acertados o erráticos?
El rebumbio que han alzado los tales, que se erigen en jueces, me recuerda el episodio de los cómicos de la lengua que en aquel lugarejo dieron su primera función.
Se cantó, se bailó, y el acto supremo: salió al escenario el artista aquel cubierto de cabeza a cintura y el cuerpo doblado al frente. De súbito, bajo la capa de colorines, se escuchan tales gruñidos de cerdo que resultaron todo un primor y que prendieron la admiración de los lugareños, y eso fue aplaudir, y jalear, y exigir al artista que descubriera el animal. Y entonces…
Entonces se yergue el artista, levanta la capa y el “¡oh!” de la concurrencia: ahí no había cerdo ninguno; los gruñidos habían sido producidos por el artista. La carpa se convulsionó de aplausos, y en eso estábamos cuando lo inaudito: un lugareño increpa a los entusiastas:
“¿Y ustedes por qué le aplauden? ¡Mal ejecutada fue la imitación del marrano! ¡Yo lo hago mucho mejor!”
Asombro, estupor ante la audacia del payo:
– ¡Sí, yo reto al artista a que mañana gruñamos los dos a ver quién mejor gruñe! ¡Todos ustedes serán los jueces!
Sellado quedó el desafío. La noche siguiente, la carpa a reventar, que aparece el comediante, medio cuerpo cubierto, y que resuenan unos gruñidos todavía más gruñidos que la noche anterior: ásperos, estridentes, copia fiel del original. Un cerdo perfecto. Un perfecto cerdo. La carpa, engrifada de aplausos. «Señor retador: su turno».
El cual, cuerpo agachado y cubierto con una cobija, apareció en escena, y ahí arranca su tanda de gruñidos. Ah, decepción; gruñidos eran, sí, pero qué porquería, qué mala copia de gruñidos, todos desafinados, destemplados todos, falsos y sin gracia ni ingenio; una traición al original, o sea el puerco. Los lugareños:
– ¡Callen a ese ridículo! ¡Bájenlo de los..!
Y aquellos silbidos, y los abucheos, y una que otra de madre, y fue entonces: ahí se alza el payo, ahí se descobija y aparece, entre sus brazos, un puerco real, un añejón al que se las jalaba, las orejas, y por eso aquel gruñir que los payos tomaron por una mala imitación de gruñidos. A medias del estrado, el lugareño:
– ¡Para que todos ustedes calculen lo buenos jueces que son!
Y colorín colorado. Pero no, que ahí persiste la interrogante: la Cassez, ¿inocente o culpable? ¿Qué? (La justicia.)
¿Inocente o culpable?
Los criminales confesos y los renuentes a confesar. Al ministro Saldívar, de la Suprema Corte, que pugna por sacar de la cárcel a la presunta secuestradora Cassez, dedico la síntesis de un relato de Gonzalo Fortea que remití hace un año a los jueces que por escrúpulos de una “duda razonable” exoneraron de su crimen a un Sergio Barraza asesino confeso de Rubí Marisol Frayre, cuyo cadáver descuartizó. Luego de confesar su crimen en el juzgado y pedir perdón a Marisela Escobedo, la madre de la víctima, los jueces absolvieron al asesino descuartizador. ¿Motivo? No contaban con más evidencia que la confesión del asesino. La síntesis del relato:
– Señor fiscal: soy un asesino.
Mi defensor se levantó, indignado: “¡No se reconoce culpable!”
– Pero maté a la víctima.
El juez: “Demuéstrelo. ¿Tiene testigos?” Yo: “No se buscan testigos para cometer un crimen”. El juez: “Quizá a usted le hubiera convenido tener uno. ¿Dónde está el arma homicida?” Yo: “La perdí. Puede que la haya arrojado a una alcantarilla”. El juez: “La zona se registró en su día y el arma no apareció. Tendrá usted que demostrar su crimen”.
El fiscal estaba nervioso. Le hice un gesto como diciéndole: no se preocupe, lo conseguiremos. Se animó: “¿Los motivos del crimen?” Yo: “Robarla, naturalmente. Me encontraba en una situación muy difícil. Hacía dos meses que había perdido mi empleo. Necesitaba dinero para poder comer. Creí que el piso estaba vacío, pero de pronto apareció la señora. La maté para que no se pusiese a gritar”. Mi defensor: “¿Gritar? Paralítica, no podía emitir sonido alguno”. Yo: “No lo sabía. Tuve miedo, perdí la cabeza y la maté”.
– No nos convence, dijo el juez. “¡Ustedes no estaban ahí, y yo sí!”. “Demuéstrelo”, dijo el juez, y el abogado defensor: “Usted afirma que penetró en la casa con intención de robar. ¿Qué fue lo que robó?” Yo: “Nada, no encontré nada”. “La anciana guardaba una importante colección de joyas en uno de los cajones de la cómoda, que no estaba cerrado con llave”.
– Nada encontré.
– ¿Usted nos toma por imbéciles? La cómoda no fue registrada. No había huellas dactilares.
– Utilicé guantes.
– No se observaba el menor desorden.
Mi abogado defensor: “Señor juez, señores del jurado: el asesinato conlleva pena de muerte. ¿Vamos a consentir que el acusado se ría de nuestras sagradas instituciones, de la Justicia, y que utilice el dinero y el prestigio del Estado para consumar lo que sería su suicidio? ¿Hemos de volvernos idiotas para creer en su desmañada sarta de absurdos? Observen su rostro cansado. “Es que estoy aburrido. ¡Ya está bien!”
El juez dio un golpe sobre la mesa: “El acusado se abstendrá de alzar la voz”. Dije: “¡Soy culpable!” “¡Cállese! ¡No invente que es culpable!”
“¡Protesto!”, gritó el fiscal. “¡Denegada la protesta”, sentenció el juez. “Puede retirarse el jurado a deliberar”
– No es necesario, señor juez. Todos estamos de acuerdo.
– Levántese el acusado.
Cuando salí a la calle un hombre se me acercó sonriendo. Era mi abogado defensor, con la diestra tendida. “Enhorabuena”. El fiscal, en cambio, caminaba con la cabeza hundida rumbo al automóvil.
– Maté a la vieja, ¿sabe?, le dije.
– Claro, sí, ¿y eso ahora qué importa?
Subió al automóvil. Yo metí las manos en los bolsillos del saco y me fui a vagabundear hasta la hora de apertura de esos lugares en donde dan sopa gratis a mendigos y desocupados. Estaba a punto de llover.
Mis valedores: este es nuestro país, estos sus jueces, sus asesinos, su Justicia. Todo esto es México. (Cassez.)
Que lo callen
Las desviaciones psicológicas, mis valedores, las deformaciones de la personalidad. ¿Alguno de ustedes habrá leído Bartleby, donde Melville refiere el caso del escribano aquel? Cierta mañana, al recibir de su jefe la orden: “Copie estos documentos”, “preferiría no hacerlo”, le contestó Bartleby. Y de ahí en adelante, en una extraña actitud de resistencia pasiva y rotura total del orden establecido, a todo y a todos contestó lo que sería su desgracia: “Preferiría no hacerlo”. Así hasta un final acorde con tan extraña manía.
Como resultado de una decepción amorosa Edgardo (comedia de Jardiel Poncela) decide nunca más levantarse de la cama, donde transcurre su vida de todos los días, hasta que cierta noche… En fin.
Leí de la chifladura del sabio aquel, personaje incidental de Mascaró, el cazador americano, novela de Haroldo Conti, que lo llevó a perfeccionar una bicicleta voladora con la que se dio a vivir en las alturas y desde su eminencia regodearse en orinar a los viandantes. Y qué decir del protagonista de El barón rampante, novela de Italo Calvino, al que pega la chifladura de vivir trepado a los árboles del bosque ribereño de la ciudad, sin nunca volver a poner un pie en tierra. Extraño.
Oskar, en El tambor de hojalata, de Grass; un día, a sus pocos años de edad, decide ya no crecer; en plan de adolescente transcurre su vida. El licenciado Vidriera, del autor de El Quijote, se cree forjado de vidrio y se cuida de que nadie lo vaya a romper. Y a propósito:
A ese otro, al que estoy pensando, yo no le pido que se vuelva de vidrio y viva espantado de que algún tabasqueño me lo vaya a estrellar, ni que en lo alto de una columna viva de hinojos y en oración hasta que levite. No le voy a pedir que decida no alzarse más de su cama y deje en paz mi país. No le habré de pedir que se encarame en algún armatoste volador para que desde allá arriba siga emporcándonos con sus desechos corporales. Yo, de él…
De él sólo hubiera querido que al modo de Bartleby (a cuyo temple no le llega ni al dedo meñique del pie derecho; el izquierdo, que es zurdo) tuviese los hovos del escribano, de modo tal que cuando el gringo le impuso la Iniciativa Mérida o esos contratos de riesgo en PEMEX que tanto lesionan al país y tanto nos lesionan a los mexicanos él, de repente varón de tamaños en su nidal, a las exigencias de Washington hubiese replicado, y no más: “Prefería no hacerlo”. ¿Pero él?
Ah, si al contrario de El barón rampante él ya abandonara la copa, no la de su afición sino la de Los Pinos, que no están para sus pinitos políticos, y dejara ya de andarse por las ramas. Y lo mejor de lo mejor, mis valedores:
Que él, como los monjes cenobitas que yo de seminarista intentaba emular, de aquí al primer día de diciembre intentase hablar con neuronas, no con las glándulas, salivales y de las otras. Que de aquí a entonces dejara ya de opinar, declarar, recalar, recular, acusar, acosar, atracar, atacar, contra-atacar, desdecirse; que pensara para hablar y no hablara para pensar y darnos a todos en qué pensar, y alarmarnos con esa salivosa diarrea que a todos salpica. Que de aquí hasta diciembre, si es que alcanza a llegar, resistiera la compulsión. ¿Que tantea no poder? Lavativas de Prozac, tal vez. De ansiolíticos, mejor. Una trepanación, lo máximo. ¿O vamos a seguir aguantando esa su voz, «amigas y amigos», mientras nos miente sobre su guerra particular contra el crimen organizado, que casi «va ganando» mientras «casi» logra atrapar al Chapo Guzmán? (¡Agh!)
Brigada Carbajal
Décima Asamblea Ordinaria del partido de marras, que se llevó a cabo en octubre de 1979. Finalizaba la X Asamblea Ordinaria del Tricolor, que por aquel entonces tenía de presidente al veracruzano Gustavo Carvajal. Ahí, ante una claque enfebrecida, a todo micrófono juró a gritos Carvajal:
– ¡Nuestro Partido es un Partido de signo imperial o neocolonialista, y luchamos contra el intervencionismo, la amenaza del uso de la fuerza y la imposición armada que avasallan hombres y naciones! ¡Un partido que habrá de preservar con acciones concretas la dignidad del hombre, la integridad de la familia y la soberanía de la nación!
La claque: “¡Que siempre sea aceptada – como doctrina ideal – la ideología equilibrada – de nuestro PRI nacional!”
Encarrerado, Carvajal: “¡El PRI quiere tener militantes reales, ser la avanzada de la sociedad mexicana, recoger y apoyar las causas y las demandas efectivas de sus sectores, las mayorías del país! ¡El PRI quiere ser la vanguardia y el impulsor del Estado, no su agencia electoral ni su gestoría politiquera! ¡Quiere ser un partido revolucionario y de vanguardia, profundamente nacionalista, democrático, antiimperialista! ¡Un Partido moderno, a la altura de nuestros días, que entienda e impulse las tareas fundamentales, la militancia eficaz, consciente, y la lucha revolucionaria tenaz, al lado de los grupos mayoritarios de la nación! ¡Un Partido que desecha a los miembros vergonzantes, a los simuladores y a los claudicantes; políticos de máscara que se hacen presentes sólo en momentos electorales y de campaña con el atuendo de priístas!
Brigada Carvajal: «¡Y que viva día con día-con sus hermosos colores -esta digna trilogía -con su historia y sus colores!”
Mientras, en La República, órgano oficial del PRI, mayo de 1989: “En nuestro partido, democracia y justicia social se corresponden. Porque los tiempos que corren exigen identificación con los desheredados y los humildes. El PRI es el abanderado de las causas sociales. El PRI quiere seguir siendo el partido de la legalidad. El PRI sí tiene una clara definición internacional por la soberanía, la democracia y la equidad. ¡Somos el hoy, la raíz, el horizonte!”
En febrero de 1990, lo publicó la revista española Cambio 16:
“Al comienzo del septenato felipista, tras la victoria electoral de PSOE en octubre de 1982, un alto dirigente del partido, Guillermo Galeote, realizó un comentario tan preocupante como revelador: “Vamos a montar el PRI en España. Vamos a estar veinte años en el poder”. La afirmación fue, ciertamente, para poner los pelos de punta, porque como los lectores saben muy bien, el modelo de democracia a la mexicana no es otra cosa que una dictadura que mantiene en el poder, desde hace más de medio siglo, a la densa burocracia del Revolucionario Institucional, basada en el férreo control de la sociedad, las mas descaradas trampas electorales, la corrupción desbocada y una cierta retórica institucional de izquierdas -que se intensifica en los gestos de su política exterior- corno mero barniz justificador de una supuestas señas de identidad progresistas.
Nada, sin embargo, tan definitorio del estilo de gobernar del PRI, como la corrupción, que alcanza del mismísimo Presidente de la República al más modesto de los funcionarios de Estado. La prensa, casi toda comprada por el PRI, ha gozado de especial atención por parte de esos gobernantes”.
Mis valedores: el PRI ha revivido e intenta el regreso, ¿pero en algo ha cambiado? ¿Cómo, por qué, desde cuando? (Es México.)
Taller de Lectura – 11 Marzo 2012
Taller de lectura correspondiente al 11 Marzo 2012. En este taller el maestro Tomás Mojarro nos habla sobre la pobreza.
El hoy, la raíz, el horizonte
El Revolucionario Ins. y su celebración de miércoles, mis valedores. De domingo, más propiamente. El pasado 4 de marzo cumplió el susodicho 83 años de vida, y los celebró dentro del más estridente de los optimismos de cara a las elecciones del próximo 1o. de julio. Muy explicable, si nos atenemos a la manipulación politiquera que remece los cimientos del país, la que hasta el día de hoy parece favorecerlo. El PRI, juran encuestas y sondeos de opinión, puede ganar los comicios del próximo 1o. de julio. Aberrante, sí, ¿pero las otras opciones para el sufragante?
Recuerdo la escandalera que alzó una X Asamblea Ordinaria del partido de marras, que se llevó a cabo en octubre de 1979. Finalizaba la X Asamblea Ordinaria del Tricolor, que por aquel entonces tenía de presidente al veracruzano Gustavo Carvajal. Ahí, ante una claque enfebrecida, a todo micrófono juró a gritos Carvajal:
– ¡Nuestro partido es un partido revolucionario y de vanguardia. Nuestro partido es profundamente nacionalista, democrático y antiimperialista! ¡Es un Partido que como consecuencia de la Reforma Política ha sido elevado al rango constitucional de institución de interés público!
¡El nuestro es un Partido revolucionario, porque habiendo surgido del movimiento social de 1910, sostiene la voluntad de cambio y transformación de la sociedad, que alienta en el pueblo de México y en sus instituciones! ¡Es un Partido de vanguardia, porque saliendo al encuentro de las aspiraciones y exigencias del pueblo, abandera y guía sus luchas reivindicadoras!
Delirante, la Brigada Carvajal: ¡Hoy surge para la Historia – de nuestro PRI nacional – luz de esperanza y de gloria – en el hombre probo y leal!
El tal: “¡Nuestro Partido es un Partido nacionalista, porque somos nosotros, sus integrantes, los que resolvimos crear con nuestras propias ideas, recursos y experiencias, el instrumento de lucha para alcanzar y acrecentar la emancipación política y académica del país, entendiendo el poder como herramienta para servir los intereses exclusivos de la Nación..!”
¡Un Partido democrático, porque entendemos y practicamos la democracia como un sistema de vida igualitario económica, social y culturalmente, y porque siendo sus integrantes políticamente iguales y con derechos y responsabilidades semejantes, estamos convencidos de alcanzar el consenso y tomar decisiones por mayoría de votos y mayoría de razón, uniendo así valores de cuantía y calidad que a todos nos obligan!
La Brigada Carvajal: “¡Es imperativo actual – para México integrado – que Gustavo Carvajal – llegue a ser hoy confirmado! – ¡En esta evaluación tan importante- hoy se afirma la lealtad – que el trabajo, dicha palpitante” – siga avante con Carvajal!
El susodicho: ¡El nuestro es un Partido antiimperialista, porque habiendo el pueblo pagado tan alto costo por su independencia y derecho a tener patria, rechazamos todo intento de sumisión política, económica y cultural. ¡Nuestro Partido es un partido antiimperialista. Rechazamos todo intento de sumisión política, económica y cultural; cualquiera que sea su lema o procedencia; reprobamos toda manipulación, intromisión o sojuzgamiento hegemónicos, de signo imperial o neocolonialista, y luchamos contra el intervencionismo, la amenaza del uso de la fuerza y la imposición armada que avasallan hombres y naciones! ¡Un Partido apoyado en los obreros, los campesinos, la clase media progresista, la juventud y por último, la mujer!
Por último, dijo. (Mis valedores: esto sigue mañana.)
Del esperpento
La cita reciente del columnista, que alude al viaje de López Portillo a Madrid, me llevó a la efeméride y a la reflexión de que hoy, cuando menos, ya no ocurren tales excesos.
Fue en octubre de 1977. López Portillo anocheció en Los Pinos y fue a amanecer en España, siempre con Luz y Alegría, pero también con las arracadas de Carmen Romano, su piano de cola y su cola de cadetes, director orquestal, secretario particular, servidumbre y Uri Geler.
López Portillo visitaba España, pero no en plan discreto, austero y decoroso como cuadra al representante de un país pobre y empobrecido; no al modo como Felipe o Juan Carlos visitan México, sino a lo barroco, tropical, subdesarrollado. Fue aquel un viaje cargado, recargado de pompa(s) y circunstancias, muestrario de lo pomposo y abigarrado, rumboso, rimbombante y esperpéntico. JLP se llevó entre las espuelas su corte de los milagros apilada en flotillas de aviones de redilas atascados de políticos, reporteros y periodistas, intelectuales y faranduleros, mariachis y bataclanas, tunas y rondallas, Lolas Beltrán y Pedros Vargas, caricaturistas y cocineros, nanas, queridas, chichiguas, y todos los gastos páguenlos las masas sociales.
Comentó el periodismo el alarde de gusto payo y nulo decoro del viaje de marras. El Nacional: ¡Fiebre en Madrid! ¡JLP sacude al pueblo español! Novedades: ¡La voz del hijo grande en la casa materna! Excélsior: ¡Quetzalcóatl en España. Cuatro décadas de espera!
Y un Montenegro: “El Sr. Presidente don José López Portillo llega a la Península después de 40 años de espera, imitando la luminosa estela de Quetzalcóatl».
El Sol: Parafraseando a García Lorca y a Hemingway: estandartes y faroles invaden las azoteas, y España es hoy, con la presencia mexicana…¡una fiesta! En El Heraldo, un Tardiff: “Con clara sonoridad de barítono, sin recursos oratorios ni frases lapidarias, desató don José López Portillo el torrente de la historia de las instituciones y el derecho español”.
Lo comentaba, adulón, un Rafael Solana, cantor de primeras damas: “Un equipo numeroso y preparado, de gente muy experimentada y capaz, precedió al Lic. JLP y le preparó el terreno para que a su llegada y su permanencia en Madrid tuviesen una resonancia que sin duda han superado, en mucho, a la de otros Mandatarios. La villa del oso y del madroño resonó, vibró, atacada en varios frentes, incitada desde diversos ángulos: los reyes en el aeropuerto, y en el helicóptero, las dos grandes cenas de Estado, el aparato cortesano de las visitas, las academias y sus envidiables honores, los mariachis en la Plaza Mayor, los cantares más populares de la música mexicana en el séquito, y golpe el más vigoroso y el más resonante, la exposición de arte, bien anunciada y rica en joyas de gran valor intrínseco, que no han podido menos que despertar algo más que interés, verdadera conmoción en Madrid”.
Ovaciones: “¡Primeros logros: empresas México-españolas para explotar nuestra riqueza petrolera! ¡España aportará barcos y tecnologías! ¡Nosotros, los mares y litorales”.
Pues sí, pero en el matutino Melchor Adalid: “¿Cuánto costó el viaje? ¿Cuántos fueron? ¿Cuántos regresaron? ¿Cuánto gastaron? ¿Cuándo nos dará cuentas?” Y desde Madrid Juan Ibarrola Jr.: “La situación la pintó llegando al Palacio de Oriente –severa y fría recepción- un edecán militar español, quien tocado de boina vasca se llevó la mano a la frente y al ver la comitiva, dijo: Hostias, y pensar que faltan todavía siete días…”
Clama el poeta: Mi país. (Ah, mi país.)
De la mujer
“Hemos vivido por siglos en una cultura sexista, discriminatoria de la mujer, creada por una sociedad patriarcal que se originó en las primeras divisiones del trabajo y se consolidó al surgimiento de la propiedad privada”.
Ocho de marzo, Día Internacional de la Mujer, vale decir: fecha en que día en que la mala conciencia del macho festeja a su víctima. Y a propósito: todavía en los 20s. en nuestro país la mujer debía guardar silencio, hablar sólo cuando se le preguntase algo, limitarse al lavado de trastes y cocinar. “No les anden dando alas a las viejas, clamaba un funcionario; luego van a querer hasta votar a nivel nacional, meterse a la política y traer a otras bravuconas como ellas para que armen pleitos rancheros a diestra y siniestra”.
Lúcido, Octavio Paz:
“La opresión de la mujer sólo ha podido sostenerse con el reforzamiento continuo de una ideología que es impuesta y reforzada a través de las instituciones, las leyes, la familia, la educación y los medios masivos de comunicación!”
Irónica, una bailarina de profesión:
Por qué, para qué día de la mujer. Yo cada día veo más prostitución. Niñas desde los 14 años como prostitutas, drogadictas, limosneras, limpiaparabrisas. Cada día descubro una ciudad donde nos debemos cuidar de los rateros y violadores casi tanto como de los policías. Veo que se hace más agresiva la convivencia social porque los valores humanos se van perdiendo. ¿Día Internacional de la Mujer? Bah…”
Lo que debe la mujer a los beatos del Verbo Encarnado:
– Quedaron muy atrás los años en que la libertad de las mujeres capitalinas se expresaba en un tránsito seguro a cualquier hora por el DF. ¿Quién de nosotras se atreve a ir a una fiesta sola y al salir pararse en una esquina a esperar un taxi? ¿Quién de nosotras está segura, bien o mal vestida, joven o madura, de día o de noche, en automóvil o a pie, en esta ciudad? Sobre nosotras se ejerce un poder opresivo que se manifiesta, en sus grados más extremos, en la violencia física y, más acentuadamente, en actos de violación sexual.
La vocera del Inst. Nal. de la Mujer: “En Michoacán, para poder trabajar, la mujer tiene que pedir permiso a su esposo. En México, el abuso sexual de menores no es considerado como delito grave. En la legislación de 24 Estados hay figuras discriminatorias y vejatorias de los derechos de la mujer, a grato tal que mucho más penado que una violación es el robo de ganado”.
La mujer se lo debe al gobierno: “Antes enviábamos a nuestras hijas por la leche de Liconsa, pero cuántas no fueron violadas en el microbús, se queja un ama de casa. Ahora hacemos el viaje nosotras mismas, al fin que ya no somos señoritas. Pero el terror está en que nos vayan a contagiar de SIDA».
Feminicidios en Cd. Juárez. En 2003 el entonces gobernador de Chihuahua, Patricio Martínez: “Lo único que en mi sexenio ha ocurrido y ocurre son demasiados problemas conyugales y sentimentales, que derivan en homicidios. De ahí que yo ya haya exhortado a no dirimir estas diferencias con asesinatos”.
Día Internacional de la Mujer. La joven violada, al juez:
“Yo luché contra ellos, se lo juro…” Imposible contener el llanto. “Al sentirme violada me abandoné… traté de no pensar… de que pasaran rápido aquellos minutos tan largos –languidece toda ella-. Tan largos…”
Norberto Rivera, cardenal de la Iglesia Católica, desde el púlpito: “¡La mujer violada que se atreva a abortar queda automáticamente excomulgada y debe ir a dar con sus huesos a la cárcel!”
(México.)
Programa Domingo 6 – 04 marzo 2012
Programa Domingo 6 correspondiente al 04 marzo 2012. En este programa el maestro Tomás Mojarro habla sobre México y su relación con Estados Unidos, así como también de la Doctrina Monroe acerca de cómo el país vecino ha abusado sistemáticamente de todos los países latinoamericanos.
Calderón y su estatua
Tal es la duda, mis valedores, entre los contertulios de Cádiz: cuando a Calderón lo saquen de Los Pinos en dónde irán a instalar su estatua, y si el gasto respectivo vaya a rebasar el de la Estela de Luz.
El arte estatuario fue tema central en la tertulia de anoche, donde aludí a Fidias y Praxiteles y a los bronces y mármoles erigidos a los olímpicos Zeus, Atenea y tantos más. El tema iba a descender hasta celebridades autóctonas como Jacobo Zabludosky, cuyo busto se develó hace algunos ayeres. “Se lo merece», afirmó don Tintoreto. «Como comunicador de radio y TV tuvo un nebuloso pasado, que ahora, en la radio, se clarifica y se torna de corte progresista”. Los comentarios:
Abyección politiquera. Novedades. “Almacenes Nacionales de Depósito (ANDSA), impuso el nombre de Díaz Ordaz a su sistema mecanizado y bodega del Valle del Carrizo. López Portillo, representante de López Mateos, descubrió la estatua de Díaz Ordaz”. La Prensa. “El Director general de ANDSA, Lic., Miguel Osorio, como último acto de su administración develó un busto del presidente López Portillo e impuso el nombre del mandatario a los almacenes de mayor capacidad en el país”.
Todos hablamos de estatuas. De la de un Pepe Alameda. ¿Recuerdan ustedes a aquel untuoso atildado que domingo a domingo reseñaba las corridas de toros? Vanidoso insufrible:
«A la espalda del busto que me colocaron en la entrada de sombra de la plaza de León, alguien descubrió que había unas letras grabadas. No en el pedestal, sino en el rostro de mi efigie. Es que el artista Peraza había grabado un soneto mío, colocando además al pie un facsímil de mi firma, que tomó sin duda de la que le había dado para la placa que está en la puerta principal de la plaza México”.
El Heraldo. “Junto a las del Ayatollah, Pedro Infante y Ronald Reagan se instaló la estatua de Manolo Fábregas, quien declara: Me doy cuenta del cálido recibimiento que le han dado a mi estatua…”
México: “Estatuas en homenaje a los mejores deportistas del IMSS: Carlos Girón y Felipe Tibio Muñoz”. “Fernando Valenzuela en estatua de cera. Estará junto al cómico de la gabardina, Cantinflas”. Excélsior: “Pronto se habrán terminado los bustos de los hermanos Pedro y Ricardo Rodríguez”.
Aquí, en esta capital, el entonces Angel Fernández, merolicronista gritón, exigía la erección de diversas estatuas de futbolistas mexicanos que participaron en el torneo mundial futbolero México 70. ¿Alguno de ustedes recuerda quiénes pudieron haber sido Cuéllar, Valdivia, Fragoso?
De tres metros y medio la estatua levantada en Tulancingo, Hgo., en honor de El Santo, Enmascarado de Plata.
Nueva Delhi. “Una estatua de Pelé adorna las calles de Durgapur”.
Santa Ana, California. “Fue inaugurada una estatua de John Wayne, en su característica actitud de alerta en sus películas de vaqueros”. Boston, Mass. “Apareció la estatua para la cual posé Bette Davis, hace 50 años, ¡en traje de rana..!” (Textual.)
Pero como para bajarle los humos a Pepe Alameda y demás pepes:
“Erigen una estatua al Pájaro Loco y celebran en Richmond, EU., el Día del Osito de Peluche.”
Aquí, lambisconería quintaesenciada: “Boca del Río: El panismo levantó una estatua a Vicente Fox, que los veracruzanos se apresuraron a derribar. Luego de remendarle los estropicios, los panistas la volvieron de nuevo a su pedestal”.
Ahora pronto, bustos y estatuas en honor de un tal Iván, por mal nombre Juan Camilo Mouriño. ¿Y la de Calderón? ¿Dónde, cuándo, cómo? (México.)
Pero no queremos pensar
En pleno apagón transcribo a mano el recado que un día como ayer, pero de 2010, envié al ingeniero Cayetano Cabrera, del Sindicato Mexicano de Electricistas, cuando cumplía 80 y tantos días en huelga con la exigencia de un patrón sustituto que rescatase a los compas sindicalistas que el de Los Pinos aventó al desempleo. Pues sí, pero al modo del plantón, la toma de la vía pública y la e-xi-gen-cia al Sistema, ¿la huelga de hambre de qué sirvió? Dije entonces al ingeniero Cabrera:
Ojalá que a estas horas haya usted levantado el ayuno de 80 y tantos días en los que ha puesto en riesgo su salud y su vida como recurso extremo por intentar la devolución de su fuente de trabajo. Pero ojalá, al propio tiempo, que de la experiencia saque usted la enseñanza: semejante estrategia es ineficaz en un estado de derecho, donde se respeta la ley, o no fuese un estado de derecho. Porque en este país nadie, nunca, ha logrado nada positivo para su causa aplicando la bárbara medida de la huelga de hambre. ¿Quiere, en verdad, que su ayuno le sea positivo? Váyase, entonces, de este régimen democrático y ayune en algún desdichado país todavía regido por dictaduras feroces. Porque, ingeniero Cabrera:
¿En México tendría usted el apoyo de unas damas de blanco financiadas por los dólares de Miami? (De Miami, no de “Mayami”). ¿Dispondría en nuestro país de un alto clero que por exhibir de salvajes a los goriloides les arrojara al rostro su violación aberrante de los derechos humanos? ¿Algún diplomático se preocuparía por usted, abogaría por su causa ante los sátrapas insensibles a los derechos del ayunante? ¿Su huelga de hambre iba a despertar un eco solidario de una prensa cuya libertad de expresión hubiese sido aherrojada en uno de los tantos calabozos que los sátrapas mantienen atascados de luchadores sociales? Convénzase.
Aquí, en un país donde celebramos 200 y 100 años de ser orgullosamente mexicanos, nos hemos dado un régimen democrático cuya norma de gobierno es la observancia irrestricta de la ley, y donde el cuerpo diplomático no se inmiscuye en asuntos internos del país. Aquí el alto clero católico, representante de Dios en la tierra, no se enreda en huelgas de hambre. Aquí, una prensa libre, independiente y al servicio de las causas sociales, exalta la heroicidad de ayunantes cuya alabanza viste más que una cáfila de alborotadores que sólo obstruyen el tránsito y causan molestias a los automovilistas. Ingeniero:
Habita una ciudad capital cuya explanada ha privatizado con todos sus ayunantes. ¡Ocupa usted, con los suyos, no un corral ni un potrero, sino toda una Plaza de la Constitución! ¡Profana esa explanada y nuestro lábaro patrio, que preside el corazón de la patria! Siempre atiborrada de capitalinos, ¿alguno se ha interesado por los que a metros de distancia fallecen de inanición?
Pero reitero: si tiene tantos deseos de que su sacrificio resulte benéfico para usted y sus compas, ¿qué hace en un Estado de derecho? Váyase a algún país gobernado por un dictador. Los dictadores son inhumanos. Esa canalla no tiene respeto por la vida humana como aquí lo tienen de sobra los beatos del Verbo Encarnado. Apenas usted amagó con su huelga y ellos habrán corrido a satisfacer sus muy justas exigencias; el de Los Pinos, que exhibe tanta sensibilidad social. A él sí le conmueve un ayunante en peligro de perder la vida, ¿pero a un dictador? Ingeniero Cabrera: váyase a Libia con su huelga de hambre.
Ayuno, plantó, exigencia. No queremos pensar. (Lástima.)
Trabajos de amor perdidos
Y qué remedio, mis valedores. Utilicé la mano otra vez. Esto tengo que redactarlo a mano porque una vez más la Federal de Electricidad me dejó sin energía eléctrica, que es decir sin computadora. Y qué hacer.
Pistojeando al escribir, la vela frente a mis ojos, recordé los tiempos en que la Compañía de Luz y Fuerza del Centro me proporcionaba el servicio sin fallar un solo día. A la mente se me vinieron los 42 mis trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas que el 11 de octubre del 2009 el de Los Pinos tuvo a bien aventar al desempleo, y la lucha persistente de los compas por conseguir que se les proporcione un patrón sustituto. Y a propósito del esforzado sindicato de electricistas…
El Sistema ya nos tomó la medida. Nos vence por nuestra propia ignorancia, porque no somos capaces de salir de la rutina y crear tácticas adecuadas para alcanzar nuestro objetivo, y de lo dicho tengo un testigo.
Testigo y protagonista del fracaso de una estrategia de lucha es Cayetano Cabrera, ingeniero electricista y miembro del Sindicato Mexicano de Electricistas, hoy en el desempleo. Porque el mensaje que le envié llevaba fecha de principios de marzo, pero del 2010, hoy repito el mensaje para que se mire cómo terminan tácticas y estrategias frustradas. Por estos días de marzo publiqué lo siguiente:
«Por intentar la recuperación de la plaza de trabajo para sí y los casi 16 mil 500 compañeros de infortunio, hace 80 días corridos que junto con un apretado grupo de electricistas se arrojó a la huelga de hambre. ¿Las condiciones para dejar de arriesgar la vida? Ante el articulista Rodríguez Cortés:
– Vayamos a medias, Calderón. Tú ya conseguiste la extinción de Luz y Fuerza del Centro. Ahora cédenos el patrón sustituto, la recontratación colectiva y el respeto a los derechos de nuestros jubilados. Así resuelves el conflicto y evitas un muerto.
Eso, o hasta la muerte por inanición. Por cuanto a la familia del ayunante. ¿Qué opinan sus padres, su mujer y sus hijos?
– Todos me apoyan hasta del final. Que no claudique, me piden. Mi padre es jubilado del ferrocarril y luchó al lado de Demetrio Vallejo. Mis hijas sufren, sí, pero no quieren que me rinda. Gladis, de 18 años, la más chica, me manda muchas cartas de apoyo.
El ayunante se incorpora con dificultad en el catre; de entre las ropas saca un cartoncillo: “Yo apoyo al hombre sin edad, inteligente y poderoso, inagotable y de excepción. Papá, eres mi más grande inspiración y el mejor ejemplo a seguir…”
Y yo aquí, mis valedores, digo a Gladis Cabrera:
Que su padre es un varón poderoso, lo es; que es un hombre de excepción, lo acreditan sus hechos; que es inteligente puede ser, pero aquí se equivocó de estrategia, y antes de que se enfade, compañera Gladis, permítame la razón de mi duda:
¿Calderón resolver el conflicto? ¿Sensible a una víctima del ayuno? Un fallecido, dos, 25 mil, ¿qué significan para él más allá de un daño colateral? Su señor padre, Gladis Cabrera, se equivocó de país. En su temple de carácter ha puesto en evidencia la ignorancia que lo llevó a tan macabra equivocación. Varón de entereza, convicciones y determinación, no supo calcular la respuesta que su sacrificio pudiese repercutir en un Estado de derecho como es el nuestro. Ochenta y tantos días de iniciado el ayuno, ¿qué resultados, más allá de la indiferencia, ha logrado del de Los Pinos, del alto clero católico, del cuerpo diplomático acreditado, de los «medios» y de la gente que deambula en el Zócalo? (Mañana.)
La Gordillo, Jonguitud…
Esta vez, mis valedores, la educación pública y sus «líderes morales». En nuestro país, según noticia del viernes pasado, 58 por ciento de los jóvenes entre 25 y 34 años de edad abandonan sus estudios antes de completar el bachillerato. Junto con Turquía, nuestro país ocupa el primer lugar cuando se mide la deserción entre 33 de 34 países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo, OCDE. Desolador, y a propósito:
En el Estado de México, un día después de que el de Los Pinos reformara los artículos 3o. y 3l de la Constitución para tornar obligatorio el bachillerato, lo reconocía el titular de Educación, Raymundo Martínez:
– Actualmente en promedio cada año egresan 800 mil alumnos de las secundarias y alrededor de 288 mil no ingresan a las prepas. De secundaria tenemos un promedio de 800 mil alumnos que egresan de la secundaria y el 36 por ciento ya no entran a la preparatoria. Muchos no terminan la secundaria y por eso ya no ingresan. Además, faltan planteles.
¿Pues qué les parecen las medidas gubernamentales? ¿Así que con un problema nos enfrentamos? A reformar la Constitución, y asunto resuelto. A reformas nos vamos, y a reformas solucionamos los problemas del país. ¿Y si en materia de educación, más allá de enmiendas constitucionales, se avocaran las autoridades correspondientes a mejorar el nivel de la educación básica? ¿De qué sirve alcanzar el bachillerato con graves carencias en esa preparación básica?
Pues sí, pero lástima: la educación primaria está en las manos no de la SEP, sino del SNTE, y no tanto del tal, sino de la Gordillo, y ahí se ubica todo el problema. Reproduje ayer mismo declaraciones del predecesor en el cargo que ocupa la «maestra», el profesor y dirigente que fue de «Vanguardia Revolucionaria» Carlos Jonguitud Barrios.
Después de años de silencio forzado después de que el entonces presidente Salinas, por trepar a la Gordillo arrojara violentamente al potosino del cacicazgo que había creado dentro del sindicato del SNTE, el «líder moral» de los maestro, y como tal dictador enriquecido con las cuotas sindicales, acuso a la actual «líder moral» de la educación pública del país:
– Claro que Elba Esther es una traidora: a mí, que la alcé de la nada, a la causa del magisterio, al propio sindicato. Una traidora, la Gordillo.
Por cuanto a la riqueza descomunal que la maestra ha acumulado muy al estilo de su difunto colega, el maestro rural Carlos Hank González, ironizó Jonguitud: “¿Millonaria por herencia? Yo vi a esa mujer en condiciones de verdadera miseria. Eso de que su abuelo le dio millones son vaciladas como para Ripley…”
Traición y una riqueza inexplicable, vale decir, que uno tras otro los de Los Pinos, esos mismos que a su hora se han llenado la boca con la ley y el Estado de derecho, nunca han podido, nunca han querido aclarar. ¿Calderón, dice alguno de ustedes? Ese mucho menos, él que hace cinco años apenas comenzó – comenzó a penas- a pagarle facturas, que a la Gordillo le debe media posadera en el sillón de Los Pinos.
Pues sí, pero aún permanecen, vivas y requemantes, las acusaciones nunca probadas que ligan a la Gordillo con muchos y muy diversos delitos de sangre, acusaciones a las que aludió el depuesto cacique potosino con aquella frase que tantas sugerencias dejó entrever:
– Ya en la lucha, Elba es capaz de muchas cosas.
¿Como haber tomado parte en hechos de sangre, concretamente el del profesor Misael Núñez Acosta, «caído en defensa de los pobres»? (México.)
Humano y animal
Así debe ser el político, según Maquiavelo. A la manera de los médicos buenos, que junto con la práctica de su profesión se perfeccionan con el estudio de la teoría y nunca terminan de aprender, así debería ser el caso de un político de carrera. Los profesionales de la política que manejan la administración pública del país cuánto conocerán de esa teoría indispensable que los faculta para ejercer cabalmente su cometido.
Existe ese personaje que marcó toda una época en la teoría política: el florentino Nicolás Maquiavelo, ya tal vez prescindible en Suecia o Noruega, pero no en nuestro país. Sin embargo entre los políticos mexicanos pocos, según denuncian sus acciones, parecen haberlo leído. Un «devorador de libros» como es Peña Nieto, tal vez. Pero los demás…
Maquiavelo se compara con el pintor. Así como aquellos que dibujan un paisaje se colocan en el llano para apreciar montañas y para apreciar el llano se debe trepar a la montaña, así un ciudadano común, como se considera el florentino, desde el llano intenta conocer la naturaleza del político, el cual, desde su eminencia, está obligado a conocer el llano.
Políticos como Ulises Ruiz, Mario Marín, Jorge Kawachi, Cristian Vargas, el Niño Verde y demás, ¿cuánta teoría política tendrán en su cerebro como para desempeñarse con acierto en una gubernatura, una senaduría o una diputación?
De algunos políticos como Manlio Fabio Beltrones o Luis Donaldo Colosio se sabe que sustentaron sus acciones públicas en El arte de la Guerra, de Tzun Su, y algunos más en El Príncipe, del citado Maquiavelo, pero los demás…
Sabiduría pura la del florentino, quien afirma que existen dos modos de combatir: con las leyes y con la fuerza. La primera es característica del humano; la segunda, de la bestia. La primera no siempre es suficiente, y entonces hay que comportarse como irracional. Ejemplo son los héroes mitológicos (Jasón, Aquiles, Belerofonte y otros más) que fueron educados por el centauro Quirón, su cabeza de humano y de equino el cuerpo. Tal es el símbolo del político, que debe participar de ambas características: la fuerza y la inteligencia, porque una sola no subsiste sin su complemento. Maquiavélico.
Otro buen ejemplo: en su profesión, el político debe transformarse en zorro y en león. El zorro no puede protegerse de los lobos, como tampoco el león de las trampas que colocan los cazadores. Pero el zorro sabe eludir las trampas y el león no teme a los lobos. Ambas características debe aunar el político. Y vaya que en ese terreno sembrado de trampas merodean los lobos. Mis valedores:
¿Fox leería la sentencia de Maquiavelo: «Quien es elegido príncipe con el favor popular debe conservar como amigas a esas masas sociales que lo llevaron al poder»? Y a la medida del actual o sus asesores: «Si el partido principal, sea el pueblo, el ejército o la nobleza, que os parece más útil y más conveniente para la conservación de nuestra dignidad está corrompido, debéis seguirle el humor y disculparlo. En tal caso, la honradez y la virtud son perniciosas».
¿Buen lector? ¿Culto el de Los Pinos? El lunes pasado, al inaugurar un puerto en Ahome, Sin., regañó a Pérez Jácome, titular de Comunicaciones: «Eso sí, el letrero quedó muy chiquito, secretario, ¡eh!, yo sé que les recortan todo el presupuesto en publicidad allá en la Cámara, pero ¡no exageren, hombre! Ese parece un permiso de taxi, digo, para el tamaño de la obra, ¿no? Hay que hacer otro pa´l puertón que tenemos un letrerito». (Sic.) (Es México.)
¡Goool!
Fin de semana. Ciudad capital. Tarde parda, lluviosa. Embotellamiento en el sur. En el tablero del auto oprimo uno de los botones de la radio y me entero, cosa que alivia el agobio de una marcha vehicular a 50 metros por hora: si nos atenemos a los comentarios radiofónicos (graves, sesudos, prosopopéyicos) mi país es la capital mundial del clásico pasecito a la red. Estimulante.
En una polémica que entrevera voces vehementes escucho que «me perdonan, pero el Chicharito no es Romny». Rápido el cambio al siguiente botón. «Bueno, pero hay que hacer notar que el Atlas se sublima cuando juega con las águilas». Y que las tales ya tienen la nueva mentalidad que les vino a inyectar un piojo. Yo, los dientes apretados, de repente válgame, que me antellevo una de las vallas anaranjadas que asesinan tres de los cuatro carriles. ¿Que qué? Ah, bueno. Quezque mi madre…
Apachurro el botón de junto. ¿Así que «empate intenso»? ¿Así que el Toluca, con ese portero? ¿Localía, nueva mentalidad, nueva filosofía? ¿En el clásico pasecito a la red? Motores recalentados adelante y atrás, que amenguan el frío de la tarde. El siguiente botón. Y qué campanuda la voz cuando asegura que «mientras en «nuestro» futbol no exista una fe y una mística vamos a seguir en la media tabla. Porque los dueños de clubes…
¡Y el condenado micro, que casi me incrusta su trompa en la salpicadera! Freno el balón. El conche, más propiamente. Aprieto los dientes y el siguiente botón y la tronante voz: «El aficionado tendría que ¡exigir! a la directiva. ¿O qué, la opinión de quien paga su boleto no es prioritaria?»
Doble apretón al control, y el sesudo comentarista: porque lo acaba de asegurar el dueño de las chivas: «amenacé al Chepo con transferir a Chicharito si no lo debutaba! (si no lo debutaba). Algo tiene que hacer el nuevo entrenador para sacar del bache a las chivas. Desde que a chivas «lo» adquirió Vergara vale… (¡que no vaya a soltarme el albur!)
Válgame. ¡»Alargan su invicto!» Siento seca la boca, y sí, en efecto: mi país es la capital mundial del futbol. Aquí se vive, se siente, se respira y se come futbol. Por lo visto (por lo oído) «nuestro» balompié debe ser el mejor del orbe, si así merece la gracia del comentario en nueve estaciones de radio capitalinas. De otra manera los aficionados no se dejarían manipular por una cáfila de merolicronistas que así los convierten en héroes por delegación.
Oscurece. La lluvia, en un ser. Frío el ambiente, con un vientecillo que se incrusta en la médula de los huesos. Pero muy poco me falta para la cobija y el edredón. La última posibilidad en la radio y ahí el milagro: en la postrera de las opciones una untuosa voz de varón me jura que el mejor guardaespaldas que puedo conseguir, uno que me enseña la caridad, el amor y la fe es Dios. Vaya, pues. En mi país no sólo de gol vive el hombre. Gracias sean dadas al guardaespaldas divino.
Diez de la noche. Logré llegar a mi casa, tomar mi infusión para aplacar los nervios y la revancha, vengativo que es uno, con el analista clamo en alta voz:
Tienden los comentaristas a acentuar el carácter estético del futbol . Hablan de estilos y técnicas como hablarían de una escuela pictórica, pero no debemos engañarnos: tan sólo se trata de crear una seudo-cultura basada en valores irrisorios para uso de las masas a las que no se les permite tener acceso a la cultura. Simulan un serio estudio de algo de lo que nada hay que comentar , aparte de algunas elementales reglas de juego.
¡Y goool de..! (México.)
Zopilotera y hedor
Francisco I. Madero y José María Pino Suárez, mis valedores. El autor intelectual de su muerte fue un Henry Lane Wilson, embajador de Estados Unidos en nuestro país. Se vivían horas trágicas, «pero yo voy a poner orden», se engallaba el diplomático, y reportaba al presidente Taft:
«El General Huerta es sobre todo un soldado, un hombre de acero, de gran valor, que sabe lo que quiere y cómo alcanzar su objetivo. No creo que sea muy escrupuloso en sus procedimientos, pero lo creo un patriota sincero y se separará gustoso de las responsabilidades de su puesto tan pronto como la paz y el restablecimiento de las condiciones financieras del país lo permitan. El acaba de enviarme un mensajero anunciándome que puedo estar seguro de que va a tomar medidas que den por resultado la remoción de Madero, esto es, su caída del poder, y que el plan ha sido perfectamente meditado».
Y llegó el 19 de febrero de 1913; Madero y Pino Suárez fueron aprehendidos; el asesinato sobrevendría tres días después. Lane Wilson se reunió con todo el cuerpo diplomático. Su brindis: “¡Esta es la salvación de México! En adelante habrá paz, progreso y riqueza. Lo de Madero lo sabía yo desde hace tres días. Debió ocurrir hoy en la madrugada. ¡Salud!”
Fue un 21 de febrero de 1913 cuando dos varones anochecieron presos en una celda del penal. Sus horas estaban contadas y su suerte echada. Ellos aún ignoraban que traición y felonía les cortarían la vida, pero los asesinos ya alistaban las armas. Las víctimas: un presidente y un vicepresidente de México. La orden de disparar el arma asesina salió de uno apellidado Cárdenas, al que ordenó otro de apellido Huerta, a quien manipulaba uno de apellido Lane Wilson, el asesino intelectual. Abyecto.
(En la tarde del día 20 la señora Sara Pérez, esposa del presidente Madero, con una de sus cuñadas se presentó ante Lane Wilson y le solicitó interpusiera su influencia para salvar a los detenidos. La respuesta del tal:
– Vuestro marido, señora, no sabía gobernar; jamás me pidió ni quiso escuchar mis consejos. El Señor Huerta hará lo que mejor convenga”.
– Señor, otros ministros se esfuerzan por evitar esa catástrofe.
– Ellos… ellos no tienen ninguna influencia. -Y despidió a la esposa del presidente de México.)
El magnicidio se perpetró en la tenebra. Francisco Cárdenas, ex-rural y mayor del ejército, comandó el piquete de asesinos y aplicó a los cadáveres el tiro de gracia. Detrás, encuevados en sus madrigueras, cinco felones aguardaban la “buenas noticia” del magnicidio: Aureliano Blanquet, Félix Díaz, Manuel Mondragón, Victoriano Huerta, cabecilla del trío, y el titiritero que movió todos los hilos de la conjura: Henry Lane Wilson, embajador norteamericano. Trágico.
El cuerpo diplomático organizó una fiesta, donde Lane Wilson brindó por un México gobernado por Huerta. Algún diplomático preguntó: “¿No irán a matar esos hombres al presidente?”
– Oh, no. Madero es un loco, un fool, un lunatic que debe ser legalmente declarado sin capacidad para el ejercicio de su cargo. Madero está irremisiblemente perdido. A Madero lo encerrarán en un manicomio. El otro, Pino Suárez, ese sí será fusilado. Es un pillo, y nada se pierde con que lo maten.
– No deberíamos permitirlo, clamó el ministro de Chile.
– Ah, replicó entonces Mr. Henry Lane Wilson, embajador de Estados Unidos en México; ah, no, que en los asuntos interiores de este país no debemos mezclarnos. Allá ellos, los mexicanos…
La historia de los vecinos distantes, zopilotera y hedor. (México.)