¿Nuevo el PRI? ¿Renovado?

Es imperativo actual – para México integrado  – que Gustavo Carvajal – llegue a ser hoy confirmado! – ¡En esta evaluación tan importante- hoy se afirma la lealtad – que el trabajo, dicha palpitante” – siga avante con Carvajal!

El aquelarre, mis valedores. Aquí termina la crónica de la escandalera que se produjo en la X Asamblea Ordinaria del Tricolor, cuando un Gustavo Carvajal fue nombrado presidente del CEN del partido. En la propia sede del instituto político y entre gritos, porras y matracas de la Brigada Carvajal, el de marras clamó a todo micrófono:

– ¡El nuestro es un Partido antiimperialista (¡antiimperialista, se atrevió a decir!).  ¡Es un Partido apoyado en los obreros, los campesinos, la clase media progresista, la juventud y por último, la mujer! (Por último, dijo.)

La locura en  la porra: “¡Que siempre sea aceptada – como doctrina ideal – la ideología equilibrada – de nuestro PRI nacional!”

Encarrerado, Carvajal: “¡Lo que el PRI quiere ser de aquí al año 2000 es ser un verdadero partido político! ¡Quiere tener militantes reales, ser la avanzada de la sociedad mexicana, recoger y apoyar las causas y las demandas de sus sectores, las mayorías del país! ¡El PRI es la vanguardia y el impulsor del Estado, un partido moderno, que entienda e impulse las tareas fundamentales, la militancia eficaz y la lucha revolucionaria tenaz, al lado de los grupos mayoritarios de la nación! ¡Un partido que desecha a los miembros vergonzantes, a los simuladores y a los claudicantes; políticos de máscara que se hacen presentes sólo en momentos electorales!

En éxtasis la porra de Carvajal: “¡Y que viva día con día – con sus hermosos colores – esta digna trilogía – con su historia y sus colores!”

Mayo de 1989. La República: “En nuestro partido, democracia y justicia social se corresponden. Porque los tiempos que corren exigen identificación con los desheredados y los humildes. El PRI es el abanderado de las causas sociales. Quiere seguir siendo el partido de la legalidad (¡Eso se atrevió a decir!)¡Somos el hoy, la raíz,  el horizonte!”

Lo analizaba  simultáneamente la revista española Cambio 16:

“Al comienzo del septenato felipista, tras la victoria electoral de PSOE en octubre de 1982, un alto dirigente del partido realizó un comentario ante este columnista, tan preocupante como revelador: “Vamos a montar el PRI en España. Vamos a estar veinte años en el poder”. La afirmación fue, ciertamente, para poner los pelos de punta, porque el modelo de democracia a la mexicana no es otra cosa que una dictadura que mantiene en el poder, desde hace más de medio siglo, a la densa burocracia del Revolucionario Institucional, basada en el férreo control de la sociedad, las más descaradas trampas electorales, la corrupción desbocada y una cierta retórica institucional de izquierdas –que se intensifica en los gestos de su política exterior- como mero barniz justificador de una supuestas señas de identidad progresistas.

Nada, sin embargo, tan definitorio del estilo de gobernar del PRI, como la corrupción, que alcanza del mismísimo Presidente de la República (y aún no se imaginaba el articulista en lo que vendrían a terminar Peña y su honorable su familia) al más modesto de los funcionarios de Estado. La prensa, casi toda comprada por el PRI, ha gozado de especial atención por parte de esos gobernantes”.

Esto era ayer el Tricolor. ¿Y hoy? ¿Ha cegado la corrupción “del mismísimo Presidente al más modesto de los funcionarios”? Mis valedores: todo esto es México. (Nuestro país.)

¡El hoy, la raíz, el horizonte!

Eso era el Tricolor, según se atrevían a proclamar sus panegiristas, cuando aún no caído en el descrédito actual Qué tiempos aquellos., y a propósito: muy cierta la reflexión del analista: corrupto lo ha sido el Partido Revolucionario Institucional,  pero al menos sabía gobernar. Hoy sólo es un partido corrupto. sin más. Pero genio y figura:

Con acta de nacimiento fechada el 4 de marzo de 1929, el Partido Nacional Revolucionario, según su fe de bautismo, inició su carrera de acciones corrompidas con la celebración de su primer proceso electoral y su primer fraude en las urnas, de donde salió ganancioso el “Nopalito” Pascual Ortiz Rubio, con Aarón Sáenz como perdedor, según lo determinó Plutarco Elías Calles, el  hombre fuerte del partido e iniciador del maximato (al que Lázaro Cárdenas iba a extender el certificado de defunción cuando  sólo un catarro afectaba a  Calles en su salud, pero excentricidades de la política: ese catarro se lo llevó al otro mundo. A EU, desterrado.)

Así pues, corrupto fue siempre el Tricolor, pero sabía gobernar. Con Peña se ha quedado en corrupto. Y nada es más triste para el hombre, asegura el clásico, que en la desgracia recordar los tiempos de abundancia. Esos fueron los del veracruzano Gustavo Carvajal, que al ser nombrado presidente del Ejecutivo Nacional del PRI logró integrar su porra: la Brigada Carvajal.¿Recuerda alguno de ustedes la parafernalia que provocaban unos delirantes encerrados en la sede del  Tricolor, en Violeta con Insurgentes, la esquina que domina(ba)? Y ocurrió que en octubre de 1979 se celebró la X Asamblea Ordinaria del Tricolor, y que al término de la susodicha, entre porras y gritos, matracas y chirimías, ante una Brigada Carvajal enfebrecida, a todo micrófono lo juró Carvajal:

– ¡Correligionarios!  ¡El nuestro es un partido revolucionario y de vanguardia. Nuestro PRI es totalmente nacionalista, democrático y antiimperialista! ¡Es un Partido que como consecuencia de la Reforma Política ha sido elevado al rango constitucional de institución de interés público!

¡El nuestro es un PRI revolucionario, porque habiendo surgido del movimiento social de 1910, sostiene la voluntad de cambio y transformación de la sociedad, que alienta en el pueblo de México y en sus instituciones! ¡Es un Partido de vanguardia, porque saliendo al encuentro de las aspiraciones y exigencias del pueblo, abandera y guía sus luchas reivindicadoras!

Delirante, la  Brigada Carvajal: ¡Hoy surge para la Historia – de nuestro PRI nacional – luz de esperanza y de gloria – en el hombre probo y leal!

– ¡Es un  PRI nacionalista, porque somos nosotros los que resolvimos crear con nuestras propias ideas, recursos y experiencias, el instrumento de lucha para alcanzar y acrecentar la emancipación política y académica del país, entendiendo el poder como herramienta para servir los intereses exclusivos de la Nación! ¡El nuestro es un partido democrático, porque entendemos y practicamos la democracia como un sistema de vida igualitario económica, social y culturalmente, y porque siendo sus integrantes políticamente iguales y con derechos y responsabilidades semejantes, estamos convencidos de alcanzar el consenso y tomar decisiones por mayoría de votos y mayoría de razón, uniendo así valores de cuantía y calidad que a todos nos obligan!

La Brigada Carvajal: “¡Es imperativo actual – para México integrado  – que Gustavo Carvajal – llegue a ser hoy confirmado! -¡En esta evaluación importante – hoy se afirma la lealtad…

(¿Cuál? Mañana.)

Gatopardismo, sin más

Así es, mis valedores: la Comisión Nacional de los Derechos Humanos cambia de presidente: sale un Raúl Plascencia y entra un Luis Raúl González. ¿Y? ¿En qué cambia el organismo, si sus prácticas viciosas continúan tal cual? ¿En qué cambió desde Jorge Carpizo hasta José Luis Soberanes, y en qué beneficiaron a las masas los tales cambios?

Peña, entre tanto,  anuncia el enésimo plan para solucionar la crisis global del país en lo que atañe básicamente a la inmoralidad policíaca.  ¿Y? ¿Cuál beneficio puede reportar a las masas, si la policía no cambia ni el entramado de elementos que mantienen el país en la inseguridad, la inmoralidad y la corrupción lucrativa e impune?

Peña pregona que las reformas de su gobierno están moviendo a México. ¿Y? ¿Algún beneficio reportan al país, si continúa siendo el de una corrupción que exhiben, para empezar, el propio Peña y el Montiel pariente de Peña, y la Angélica esposa de Peña, y los zapatos de 15 mil pesos de la hija de Peña. ¿En qué?

¿Peña qué prometió contra la corrupción cuando candidato a Los Pinos? ¿Y? Al cumplirse  dos años de su gobierno, ¿algo ha cumplido?  Hoy los descontentos que toman calles, plazas, aeropuertos y garitas de cobro en las autopistas ¡e-xi-gen! a gritos la renuncia de Peña y gabinete de gobierno.  ¿Para reemplazarlo con uno del PAN, de  los chuchos de nueva izquierda o del Tricolor? ¿Tal cambio beneficiaría a las masas? ¿En qué sentido las podría beneficiar? Hay que acudir  a la historia y recordar la defenestración de Rubén Figueroa Alcocer en la gubernatura de Oaxaca provocada por presión popular en 1996 y la suplencia de Angel Aguirre Rivera como gobernador sustituto hasta 1999. ¡Sí se pudo!, clamó la incultura política. ¿Y? ¿Tal “cambio” vino a beneficiar a las masas?

Las aludidas, habiendo llegado al límite de su paciencia y  pasividad ante las desmesurar del Poder, se rebelan, toman  calles y plazas públicas y de forma violenta testimonian su inconformidad ante la situación por la que atraviesa el país. ¿Y? Mientras que no se decidan a  pensar, practicar la autocrítica y crear esas tácticas que las conduzcan a cambiar, pero  de raíz,  el presente sistema de gobierno, ¿qué beneficios les reportan el vocerío, la estridencia y a gritos exigir la renuncia de Peña?

Si los miles de átomos que acostumbran congregarse en el zócalo no cambian de táctica; si continúan con las formas de lucha obsoletas desde los movimientos de médicos, maestros y ferrocarrileros de fines de los 50s., ¿qué beneficio para todos nosotros reportará el habitar en un país modelado a la medida de la corrupción con una carencia absoluta de  cultura política para enfrentarla?

En fin. Esta vez la muy cuestionada CNDH en el inicio de la gestión de Luis Raúl González. Aquí, en unas cuantas líneas, el retrato hablado del nuevo “defensor del pueblo en México”, como lo apodan J.M. Abrens y P. Chouza, que acaban de entrevistarlo. En la lista de preguntas y respuestas, cuando él debería contestar sí o no, categórico y sin rodeos, el nuevo titular de la CNDH se les fue, a lo descarado,  por la lateral, y aquí un solo ejemplo: cuando los entrevistadores le preguntaron: “¿Es usted consciente de que la Comisión ha quedado muy mal parada por el caso Tlatlaya?” El muy cauteloso y el muy precavido les fue a contestar:  “Quiero una CNDH que sea oportuna, que inicie oportunamente las quejas y los pronunciamientos”. Mis valedores:

¿Temple, carácter, honestidad, o disparatado, medroso y ambiguo? Zacón, como allá decimos. (Uf.)

Acteal, Iguala

La vida del escorpión dependía de la rana que lo trasladaba hasta la otra orilla del río. Sin embargo, a media corriente hincó la ponzoña en el lomo de la rana. Antes de que ambos se fuesen a pique y perdieran la vida:

– Y qué hacer, dijo a la rama. Es mi naturaleza.

El PRI de la masacre de Acteal es el mismo de la masacre de Tlatlaya e Iguala. Es su naturaleza, y a propósito: ya han sido liberados todos los autores materiales de la masacre donde aquel 22 de dic. del 97 paramilitares priístas asesinados  9 hombres, 15 niños y 21 mujeres, 4 de ellas embarazadas.

Cada noche el dolor implacable, de la muerte a Rosa le provoca pesadillas. En la oscuridad la niña tzotzil  despierta llorando. Sus gritos rasgan el silencio. Rosa, de 2 años, es perseguida por el insomnio desde el día que sobrevivió a la matanza en Acteal. El recuerdo de las horas en que estuvo entre los muertos le hizo perder el sueño. Su familia fue arrancada de su lado por las balas asesinas.

“La madrugada del 22 llegó hasta el campamento José Méndez y nos contó que los paramilitares planeaban atacarnos. En la noche había estado en una reunión de los paramilitares en La Esperanza. Había sido detenido por ellos horas antes en Chimix por violar la disposición de los priístas armados que impide a los campesinos de Chenalhó vender el café que cosechan en la zona”. Fue obligado a participar en la reunión de los paramilitares

Vicente Luna, sobreviviente. “Protegido por el cauce del manantial que se abre entre los cafetales, primero pensé que yo era el único que se había escondido cerca de los agresores. Quedé como a 8 metros de donde murió la mayoría.

– Los agresores se acercaron hasta 4 metros para disparar. Algunos con los pelos cortados como militares, unos vestidos de azul, otros de negro con un pañuelo rojo en la cabeza y otros venían de civil. Lo que más se escuchaba, además de los tiros, eran los gritos de los niños y mujeres. Hicieron mucha bulla Se escuchaban disparos muy fuertes y otros no tan fuertes y los niños lloraban y lanzaban alaridos. Lloraban desconsolados mientras los mataban en el arroyito. Todos estaban en el arroyo amontonados. Donde estaban los muertos murió mi hermana con su bebé, cayó la mamá muerta por las balas, aplastó a su hija al caer.

Varios años más tarde este es el testimonio de una de las víctimas que logró sobrevivir. Acteal Alto: “Zenaida es una niña triste, condenada a la orfandad y a las sombras por las armas de los paramilitares. Hace 8 años era una niña normal, pero el 22 de diciembre de 1997 su vida dio un giro brutal. Ese día un grupo paramilitar fuertemente armado irrumpió en esa comunidad y masacró a mujeres,  niños y hombres. En el ataque, los padres deZenaida fueron asesinados. Ella, de 4 años apenas, recibió un disparo en la cabeza que la dejó ciega.

–  Lloro cuando recuerdo a mis padres”, dice. – ¿Qué te gustaría estudiar?

– Quiero aprender de todo. Lástima que no veo

– ¿Qué le pedirías a la sociedad?

– Que me apoyen para poder recuperar mi vista.

San Cristóbal de Las Casas, julio de 1998. “Los familiares de las 45 personas que perdieron la vida en la matanza de Acteal y de las 26 más que resultaron heridas fueron indemnizados. Por cada persona fallecida se les entregó la cantidad de 35 mil pesos a los familiares. Por los lesionados, según el tipo de heridas, se otorgaron cantidades de 25 mil, 15 mil y 10 mil pesos. Como no quisieron recibir los recursos, éstos fueron depositados en una cuenta bancaria”. Es el PRI, es México. (Atroz.)

Mi espada en prenda.

El poder de los símbolos, mis valedores. Aquí los que ofrece el cuentecillo oriental:

“Tres hombres marchaban por el bosque cuando, de súbito, se toparon con un tigre que amenazaba desgarrarlos. El primero de ellos dijo:

-Hermanos, nuestra suerte está decidida. Nuestra muerte es segura, porque el tigre va a devorarlos.

Hablaba así porque era fatalista.

El segundo de aquellos hombres habló y dijo:

– Hermanos, imploremos juntos al Dios Todopoderoso. Sólo la gracia de Dios puede salvarnos.

Este hombre era piadoso.

Pero el tercero de ellos dijo, a su vez:

– ¿Por qué molestar a Dios? Mejor será que cuanto antes nos subamos a esos árboles.

Este hombre en verdad amaba a Dios”

Y más que esa moraleja del relato oriental, mis valedores: el tercero de aquellos hombres poseía madurez mental. Había dejado de delegar, en Dios en el caso presente, y había adoptado como táctica la de asumir. No delegar en Dios cuando el hombre podía resolver el problema, pero tampoco delegar en el tigre, mis valedores, y deambular por vías públicas y explanadas exigiendo a gritos al tigre que deje de comer lugareños.

Que por amor a nosotros se vuelva vegetariano, y lástima de veras…

Lástima, porque toda la energía acumulada a lo largo de sexenios en los que el tigre nos ha venido agrediendo en todos los terrenos sociales, políticos y económicos, hoy que los abominables sucesos de Tlatlaya, Iguala y la Casa Blanca han provocado el salto de calidad en unas masas hasta ayer adormecidas, ahora se yerguen, iracundas, y … ¡exigen la renuncia de Peña y su gabinete de seguridad! ¡Exigimos!

¿Qué nos dice al respecto la historia del país? Si no hemos perdido la memoria histórica, ¿tenemos presente que las tácticas de lucha son las de maestros, ferrocarrileros y médicos de fines de 1960? ¿Y?

La marcha, afirma el maestro, es necesaria, pero limitada. Una vez que ha creado conciencia en la comunidad local, estatal, nacional e internacional si el problema lo amerita, esa herramienta de lucha se torna obsoleta. Salinas, en su momento, mostró el antídoto del Poder:

– Ni los veo ni los oigo, y háganle  como quieran.

Si en un ejercicio de autocrítica meditásemos en la advertencia de Erich Fromm, el psicólogo de El miedo a la libertad, miedo por el que la entregamos al Sistema de poder:

Si queremos combatir (el fascismo, por ejemplo) debemos entenderlo. El pensamiento que se deja engañar a sí mismo, guiándose por el deseo, no nos ayudará. Y el reclamar formulas optimistas resultará anticuado e inútil como lo es una danza india para provocar la lluvia”.

A propósito, mis valedores: de la espada hablé con ustedes aquí mismo hará un año,  ¿pero cuándo tendrá más vigencia el tema, si: en la tensión de entonces o en la actual crispación del ánimo colectivo? Dije y digo a todos ustedes:

A la advocación del Alucinado de la Triste figura me acojo, vale decir: caballo tordo, armadura, lanza en astillero, venablo, lanzón y la espada, naturalmente, esa que, como la Excalibur del adulterino amador de Ginebra, es el arma de combate de todos los adalides de los tiempos idos que la blanden contra sus propios molinos de viento.

Siglos más tarde, la del Magno de Macedonia, la Tizona del De Vivar y demás legendarios aceros de hazañosos legendarios que…

(Todo esto sigue mañana.)

Estas ruinas que ves…

Son las del que fuera en un tiempo el Partido de la Revolución Democrática, el PRD que fundaron personajes de la estatura de Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y tantos más,  el partido que fue de los cientos de soberbios ilusos, creyentes de la utopía, asesinados en los tiempos de Carlos Salinas y el sucesor. Son estas las ruinas de otras ruinas, las del Partido Comunista Mexicano que asesinaron los talamanteros del acuerdo secreto, la concertacesión, el colaboracionismo y el trabajo sucio, vale decir: los chuchos talamanteros, peritos en la derrota del partido como fórmula para el logro personal.

Del navío cargado de migajeros han desertado, entre otros copulares, Cárdenas, Muñoz Ledo y un López Obrador que logró hacer de su Morena territorio del régimen díazordacista, donde no se mueve la hoja del árbol político sin la voluntad de… (uf)

Por cuando a las once reformas con las que Peña alardeaba de mover a México, ¿cuántas van a lograrse, cuántas se malograron? Por lo pronto, la  pretendida reforma política no es tal, que la última hasta hoy se llevó a cabo hace ya casi 45 años. La historia:

En 1971, ya como presidente del país, Echeverría se propuso borrar la memoria histórica y los logros de la vertiente obrero-estudiantil del 68, pero ante las masas ni el Estado ni el PRI-Gobierno tenían autoridad moral. El antídoto contra la verdadera izquierda y los aspectos positivos de Tlatelolco LEA lo sintetizó en la cooptación de los copulares del Comunista Mexicano. Plata o plomo, su fórmula.  Los que rehusaron la plata recibieron el plomo o de ellos nunca se volvió a saber. Por cuanto a los que aceptaron la cooptación, muchos de ellos integran la cúpula del PRD o son,  desde el Congreso, “nuestros representantes populares” (Uf.)

El primero de los cooptados fue un tal Rafael Aguilar Talamantes, modelo del mercachifle de la picaresca politiquera, que  malparió el PST, Partido Socialista de los Trabajadores, (el “pesetero”), y después su redituable Partido Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, alias el Ferrocarril. Talamantes se convirtió en enganchador de LEA ante los miembros del Comunista Mexicano. (Fácil resultó desmantela la base, 3,000 militantes, y difícil a la Juventud Comunista, 12 mil.)

Conociendo la catadura del negociante, LEA lo envió, para que lo vigilase, con el policía de la seguridad pública Fernando Gutiérrez Barrios.

Pablo Gómez, Joel Ortega y Arturo Martínez Nateras fueron los siguientes que aceptaron destruir desde dentro el Comunista Mexicano. Aconsejado por Santiago Carrillo, español, Arnoldo Martínez Verdugo pospuso un tiempo la cooptación. Los intelectuales Fernando Benítez y Carlos Fuentes, a coro con Heberto Castillo (el “aperturo”) coreaban la “apertura” de LEA: “¡Echeverría o el fascismo!”

Los ex-militantes del CM habían cambiado declaración de principios, programas de acción y estatutos. Ahora, como clones del PRI tal como Acción Nacional, los políticos de la nueva falsa izquierda, priístas con careta izquierdista, actuarían como “oposición”, con programas y proyectos divididos con el PAN: defensa del aborto y oposición de la falsa derecha. Ya con  el Estado en manos de los grandes capitales, ¿qué pudieran afectar tales pugnas a Carlos Slim?

El Estado, a propósito, detenta el uso legítimo de la fuerza, pero sólo asesina como

advertencia para los levantiscos de los espacios públicos. De Tlatelolco a Tlatlaya e Iguala, pasando por el halconazo, Aguas Blancas, Acteal, El Bosque, El Charco…

(Eso, después.)

“Méjico”

(Porque nunca como hoy es preciso afirmarnos como los habitantes de un Estado legal, democrático y respetuoso de los derechos humanos. México.)

Y algunos de nuestros soldados decían que aquello que veían si era entre sueños.

Tal cuenta Bernal Díaz, sus pupilas encandiladas a la vista de una ciudad cuyas torres, cúes, muros de calicanto y pirámides se erguían sobre el espejo de la laguna. México-Tenochtitlan. Siglos y décadas más tarde, un cierto conquistador conquistado clamaría en un su poema que tituló México:

Eres antiguo horror de cumbres – que se asombran batidas por pirámides – trueno oscuro de selvas observadas -por cien mil ojos lentos de serpientes.

Tal fue Rafael Alberti, poeta español que primero nos conoció por los ojos de Bernal Díaz y más tarde paso a paso por el país. El poeta tornaba de una errancia hasta donde lo arrojara la bota del Franco dictador. En 1935 reseñó su encuentro -su encontronazo- con este México que él miró aún con jota, y cuyos conceptos, a mi ver, adquieren renovada actualidad hoy día que miro con pena (con Peña) la presencia encimosa del gringo sobre nuestro país. Y qué intensas y viscerales las impresiones que le produjo el choque con la tierra que conquistó la tizona de un cascorvo al que auxiliaron el Tonatihú de la barba bermeja y detrás arroyos de cempoaltecas ardidos  y  tlaxcaltecas salidos de madre. Retazos de crónica:

El Méjico de Bernal Díaz está vivo, como él, pero dentro de un Méjico de hoy. Por eso mi encuentro con Bernal Díaz no es el tropiezo con un muerto, ni siquiera con un resucitado. Es el encuentro con la realidad viva, palpitante, en movimiento.

Así, de asombro a deslumbramiento, el poeta recorre la vieja y la Nueva Españay una ciudad de México todavía a la medida de sus habitantes, y reconoce que no puede asimilar, de un solo golpe, el encontronazo con esa realidad mexicana que se ha topado tan de repente:

“Triste historia es mi aventura, comparada con la de Bernal. Yo no libré batallas con los mejicanos, porque me rendí al primer día. Pero me incorporé enseguida con todo mi entusiasmo a la ebullición de su sangre, y mi aventura mejicana, como sucede en las más fabulosas y secretas, no la puedo contar todavía».

Pero la cuenta, y se pone a discurrir, a lo apasionado, sobre el nacimiento de nuestro mestizaje, y aun se permite especular con eso que ha venido a tornarse lugar común: que por conjurar el terror a la muerte la hacemos calavera de azúcar y la engullimos entre carcajadas. (¡!)

De la vecindad con el gringo vecino y distante: “Los problemas actuales de Méjico no se presentan ya a punta de lanza. Son los problemas internos de soberanía e independencia económica. Su nacionalismo revolucionario no son palabras sin sentido, si los hechos las van cumpliendo como se espera».

Prepara tu fusil. Tú eres el indio – poblador de la sangre del criollo – Si él y tú sois Méjico, ninguno duerma, trabaje, llore y se despierte sin saber que una mano lo estrangula.

Méjico es el único país americano capaz de oponerse a la gente del norte y reconquistarse. Temible, hermético, violento, rencoroso, no ha perdonado al conquistador. Y este sentimiento lo padece el criollo, descendiente  del encomendero; y lo padecen visitantes como Valle-lnclán, quien se hubiera batido contra Cortés hasta perder el otro brazo, y lo padecí yo, y hoy quizá lo padecería el mismo Bernal Díaz, si advirtiera la invisible presencia del pabellón yanqui en Méjico«.

¡Contra el gringo prepara tu fusil. No te resignes!

¿Con Peña?  (Uf.)

De opereta bufa

Hablé ayer de la Margarita que intentó mi amistad hasta el día en que su hermano trepó a Los Pinos, y la metamorfosis: de un día para el siguiente se desató el huracán, y aquella mujer “apenitas” se transformó en el símbolo rutilante de un sexenio que fue el de la chabacanería, el despilfarro y  la frivolidad, el de la(s) pompa(s) y circunstancia(s). La desverguenza.

¿Recuerda alguno de ustedes el sexenio aquel que fue  del rebumbio,  el bataclán, la estridencia,  el boato, la ostentación y el brillo postizo de una Margarita que anocheció Cenicienta y amaneció reina y señora de una corte de los milagros en donde todo había, menos decoro? La Margarita que yo conocí fue erigida a balidos por sus validos en soberana  de hojalata a la que enloqueció la adulación de los cortesanos, hermana mostrenca de lo estridente, vacío y  ostentoso, tanto más sonoro cuanto más vacío. Mirándola y escuchándola yo recordaba a la buena mujer que, con años y kilos y achaques a cuestas, subía los cuatro tramos de escalera que daban a mi depto. y, resoplando, intentar resuello y jadear la lectura de una telenovela que las televisoras le rechazaban (de estos destinos sabía todo mi señor Shakespeare; de las abruptas mudanzas de la fortuna y de las metamorfosis que, al modo de Samsa el kafkiano, perpetran en el carácter débil el poder excesivo y el dinero fácil.)

Detrás de la máquina de escribir recibía a Margarita. Yo, sino deleitoso, aquí sigo, tecleando. Ella, por contras, después de una borrachera sexenal que desangró las arcas de una comunidad pobre, empobreciéndola más, se nos  volvió símbolo de esa familia de judíos errantes que se quedaron sin nada más que dinero después de que a punta de malas artes tanto pudieron acaparar; que han caído a vivir (a medio vivir) atejonadas en su madriguera, cuando no a salto de mata y poniendo tierra de por medio,  sin tierra que puedan llamar mi tierra ni  asiento seguro donde sestear en sosiego como el de limpia conciencia y sosegado corazón; que mal viven su precaria libertad gracias y a causa de la impunidad que les otorgan unas leyes alcahuetas y unos ministros más alcahuetes todavía, cofradía de corruptos que sobreviven apenas, a penas, atenidos a la desmemoria de los mexicanos. México.

Ah, deshojada Margarita, si por los días de clasemediera hubiésemos podido columbrar el rudo destino que un chiripazo le deparaba.  ¿Se comería en paz, ya cuando despojada de todo, menos del dinero, las utilidades del botín? O por contras, ¿experimentaría el aniquilamiento que produce un descrédito y un aborrecimiento que, por la desmemoria de las masas, degenera en indiferencia?

La nota de 1992: “Doña Margarita ha adquirido en propiedad el imperio editorial que fuera de la Fam. Ampudia, y ahora es dueña de las publicaciones Play Boy y del canal 2 de TV de Reynosa; del canal 27 en Nuevo Laredo; de Radio Cristal, del D.F. y de 20 estaciones más de radio en el área fronteriza”. Y Silvia Pinal,  empresaria: “Sí, la señora López Portillo es socia del teatro que lleva mi nombre. Cada una participamos con un 50 por ciento.”

Tiempo después, ya sólo un mal recuerdo su paso por Televisa como redactora de alguna telenovela y ya con  el hermano caído en desgracia, Margarita  tuvo que regresar, a querer o no y crispados los rasgos del rostro, el retazo de terreno en Chapultepec, correspondiente al frontón y al campo de tenis, donde edificó su mansión. “Mi patrimonio después de 25 años de trabajar en Televisa”.

Y el poder de los símbolos. Para leer entre líneas. (Vale.)

¡Devolver lo mal habido!

Un gobernante existió a quien el dios anunció su próxima muerte. Aterrorizado imploró a la divinidad, y le fue concedida la prolongación de la vida si otro humano aceptaba morir en su lugar. El angustiado corrió a la presencia de sus padres y de rodillas pidió al anciano que, como sustituto,  aceptase morir. “No, que a mí la vida aún me dará muchos goces”, contesta el anciano, y la madre: “Tampoco yo, que tiene cada quien su hora señalada, y eres tú el único que ha de sufrir tu muerte, y ya deja de llorar”. El cobardón incitó a la esposa, apeló a su amor y fidelidad, y consiguió que ella aceptase una muerte que no le correspondía.

No. Se asemejan, pero no lo son. Los protagonistas no son los que alguno de ustedes supone. El no se llamaba Enrique, sino Admeto, personaje mítico, y a la que aventó por delante para que le evitase una muerte inminente se nombraba no Angélica, sino  Alcestis. Ahí no existieron de por medio intereses mostrencos, inconfesables, y sucedió en algún reino de Tesalia, no lejos del monte Olimpo, morada de Zeus y otros dioses míticos; no en México, el de las casas blancas habitáculo de diosecillos de utilería. Pero bien dice el cínico: piensa mal y habrás pensado bien.. A propósito:

Las diosas de masquiña, mis valedores.  Las reinas por un día. Marta, Margarita,  Angélica…

A la Margarita consentida de López Portillo la obligaron a regresar parte de Chapultepec del que se había apoderado valida del hermano en Los Pinos. A Marta la befaron por su arribismo, oportunismo y rastacuerismo, endiosada como “pareja presidencial”. A Angélica, la actual, su segundo marido la arrojó por delante cuando percibió la amenaza de una muerte civil inminente. La Alcestis de sololoy intentó la empresa imposible de lavarse un rostro emporcado por una riqueza por demás inexplicable, intolerable para el salario mínimo del país. Diosa efímera, su riqueza es permanente, como la del resto de las Angeles Pineda compañeras, y barraganas del resto de los Abarcas del Sistema de poder, con alguna excepción, si es que haya alguna en México.

Yo, cuando el escándalo del trozo de terreno que la Margarita (“la décima musa”, como la nombró a lo servil el escritor Agustín Yánez), escribí un mensaje a la que intentó mi amistad en los tiempos en que la hermana de López Portillo  era sólo una buena mujer y que más tarde se ensoberbeció con el hermano en Los Pinos. El escrito aquel me viene a propósito ahora que miré en un video crispados los rostros de una señora Angélica que en su cuenta personal maneja millones tras de 25 años de labor, buenas administradores que han resultado algunas personas. Por cuanto a la “décima musa”:

A Margarita la conocí allá por 1968, cuando una revista literaria nos vino a relacionar. Era ella una señora de tantas, de clase media y mediano pasar; una mujer tímida, que a la hora de las confianzas me reveló que solía tramar guiones para televisión que siempre le rechazaban. “Mi sueño dorado es que algún día me acepten una telenovela”, Me reveló su seudónimo: Sibila. “Una diosa, o algo”. Le expliqué lo referente al personaje mitológico y nos dejamos de ver. Cuándo íbamos a imaginarnos aquel bandazo de la atrabiliaria fortuna. Porque la Margarita me buscó como amigo hasta que su hermano trepó a Los Pinos, y entonces…

De un día para el siguiente se desató el ciclón. Yo, atónito, presencié la metamorfosis  de aquella  mujer que en todo había sido “apenitas”, y que ahora era el símbolo rutilante de un sexenio que fue de la frivolidad. (Sigo mañana.)

¡Hasta la madre!

“¡Esto es no tener madre!”  Tal ha sido el clamor de un protagónico “activista social”, y Rayuela, de La Jornada:

Es una lástima que en este país haya que echar madres para ver si así las autoridades se deciden a actuar.

Le faltó agregar que sus tácticas eso valen: madres. Yo, en tanto, dije a ustedes ayer:

Cuidado con esa táctica de la exigencia, obsoleta desde que el Sistema le aplica el antídoto: Ni los veo ni los oigo, y háganle como quieran. ¿Qué afirma la historia frente a “madres” tan retumbantes como vacías?

“¡Si no pueden, renuncien!” “¡Estoy hasta la madre!”, claman los protagónicos “activistas sociales”, y para que no abandonen unas tácticas obsoletas que en nada perjudican al Poder, unos medios de  acondicionamiento social, mañosos, les aplauden y jalean: “¡Categórico, contundente! ¡Eso es valor civil! ¡Sigan con sus exigencias!”

Aquí algunas lecciones de la historia reciente. En el sexenio de la guerra  contra el narcotráfico, con el daño colateral anexo y las criaturas calcinadas en la guardería ABC, de Hermosillo, Son., una de cuyas dueñas era Matilde Gómez del Campo,  sucedió el caso de una de las tantas víctimas: dolido ante el plagio de su hija y la nulidad de las autoridades para aclarar el secuestro, a Calderón y su gabinete de seguridad les estampo en el rostro frases de este calibre:

Ya pedí, ya supliqué, ya imploré, ya lloré, ¡ahora exijo! La propia autoridad nos ha dicho que no tenemos nada que nos lleve a encontrar a mi hija. ¿Esto es nada? Un hombre que trabajó cerca de dos años con mi familia, y que sabemos que sus hermanos son de una banda que ya ha hecho secuestros. ¿Eso es no tener nada? ¡Eso es no tener madre!

Pero llegó  también, rostro crispado e índice en alto, el  comerciante de los 50 millones de dólares que regateó el rescate del hijo hasta que se lo asesinaron. El comerciante se enfrentó a Calderón y los funcionarios encargados de la seguridad pública:

– ¡Si no pueden, renuncien!

Los susodichos pusieron rostros adustos, rostros de circunstancias, y de inmediato se aplicaron a redactar un documento al que enjaretaron un título rimbombante: Acuerdo para la Seguridad, la Justicia y la Legalidad, con setenta y cinco medidas de gobierno que se comprometieron a cumplir en un  plazo perentorio  de cien días a partir de la fecha. Y el plazo comenzó a correr, día con día. “Si no pueden, renuncien”.

Se cumplieron los cien días del plazo. ¿Y? ¿Cuáles fueron los resultados? Que todos y cada uno de los firmantes se deslindaron de toda  posible responsabilidad en el incumplimiento del documento de marras, y para medir la mala fe o el candor: “”Cada mando debe evaluar su dimisión”, clamó el protagónico de la exigencia.

¿Ignorancia, mala fe? Lo afirmaba el entonces perredista Andrés Manuel López Obrador:

– Sólo mediante presiones, movilizaciones y protesta en las calles se logrará que quienes usurpan la Presidencia… ¡volteen a ver al pueblo! (¡!)

Y la “eficacia” de la protesta: “Enviaré un telegrama a Calderón para exigirle que de inmediato suspenda la aplicación del aumento número 27 al precio de las gasolinas”.  ¿Y? Telegrama o no telegrama, ¿el de Los Pinos suspendió el dicho aumento?

Tal el candor de ayer (¿mala fe?), pero el de hoy: “¡Peña debe renunciar!” ¡Todo su gabinete debe renunciar con él!”

Santa simplicidad. Por más que la justicia esté de nuestra parte, ¿qué insulto, qué exigencia va a cambiar este Sistema? El perjuicio, por no pensar en una verdadera organización de masas, es para todos nosotros. (Lástima.)

¡E-xi-gi-mos!

Cuidado con esa trampa, mis valedores: la de la exigencia. Mucho cuidado con esa engañifa que nos infiltró el Poder. Se exige a quien se ama, a quien se estima, al aliado. Se les exige por su bien. ¿Pero al Sistema?  ¿Al enemigo histórico del cambio que precisamos y que toca a nosotros realizar? ¿Exigirle al tigre que por amor a nosotros se vuelva vegetariano?

Para nulificar la acción contestataria de  unas masas a las que oprime, deprime y reprime, el propio Sistema les ha inoculado esa forma de lucha destinada al fracaso: “ustedes exijan”, y ahí el antídoto: ni los veo ni los oigo, que se refuerza con un elemento letal:

Mucha y a todas horas televisión, que es decir telenovelas al por mayor, esas que a sus actrices (sólo a una de ellas, a saber por qué) reportan salarios para adquirir palacetes de millones de dólares, nuestra moneda nacional, y para acabar de agachar a las masas: transmisiones y retransmisiones del clásico pasecito a la red, chismarajos inmundos de actricitas de(l) gran canal dos que se hacen del dos en leyes, reglamentos y un decoro elemental para aprontar a jóvenes seniles y viejos impotentes su gran canal del desague en un delirante aquelarre de procacidad con la glorificación de la pantaleta y el nalgatorio, todo aderezado con un tzunami de anuncios comerciales que me los tienen así, miren, en la posición de vaciar intestinos, hipnotizados bajo el efecto de los opiáceos que les administra el Sistema. Lean, a propósito, Un mundo feliz, de Huxley, donde la dictadura de Estado, por mantener a la gente domesticada, le administra cada día su ración de un bebistrajo que nombra soma. Y entonces sí,  todos contentos. Ustedes mismos, ¿cuántas horas al día dedican a la lectura? ¿Cuántas a su ración de soma-televisión? Por eso mismo, mis valedores; por eso es que ya nos tomaron la medida.

Pero de pronto surge Ayotzinapa, y ante el crimen de Estado explota el descontento y las consignas lanzadas a gritos, y el siniestro fulgor del incendio. Ahí la alerta del Sistema de poder, pero entonces escucha el clamor que unifica a los exasperados: ¡E-xi-gi-mos!, y los Peña, Osorio y Cienfuegos: “falsa alarma”, y la paz. Mis valedores:

¿Si nos remitimos a las enseñanzas que ofrece la historia, esa estrella polar del estudioso que quiera entender cabalmente los problemas de la comunidad y sus posibles soluciones? Lo afirman  la historia y la realidad objetiva:

Hace algún tiempo cierto comerciante que acababa de vender su negocio en 500 millones de dólares (información de los matutinos),  fue objeto del secuestro de su hijo. Regateó el precio con los plagiarios y, según comunicado prendido a los restos mortales de la víctima, no satisfizo a cabalidad sus pretensiones económicas. Bien conocidas son las consecuencias: el menor fue asesinado por sus captores (asesinado también fue su chofer, pero ante  los noticiarios  qué puede valer la vida de un simple trabajador de salario mínimo). Y ocurrió entonces: en una reunión histórica y frente a la cúpula del gobierno, el padre agraviado expresó su dolor, acusó a las autoridades correspondientes de falta de resultados positivos, y ¡e-xi-gió! justicia a los tales, lanzándoles la requisitoria que hoy se torna punto de referencia: “Si no pueden, renuncien”.

Calderón y su gabinete de seguridad redactaron un plan que arreglaría tan calamitosa situación. El agraviado les concedió 100 días para cumplir el articulado del plan. ¿Y?

(Esto sigue mañana.)

¡Yo soy muy macho!

La mala conciencia, mis valedores. Nuestro machismo destinó este día, 25 de noviembre, para “celebrar”, a lo condescendiente, un diluido Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, título tan extenso como, en los hechos, vacío de significado. ¿O acaso en la práctica hemos eliminado alguna de las tantas y cotidianas agresiones que sufre la mujer en su dificultosa relación con el macho? Pero esa práctica abominable no es de hoy, que se ubica en el principio de los tiempos humanos y se prolonga en testimonios como la literatura clásica: Sófocles, el Corán y la Biblia, donde se alza, tonante, la maldición de Jehová contra la mujer:

“¡Buscarás con ardor a tu marido! El te dominará y  será tu dueño”. Por cuanto al pueblo elegido, que por enésima vez se ha dado a la idolatría, ¿cómo le refriega su iniquidad y el desprecio que le inspiran sus acciones, sino comparándolo con una “mala” mujer?

“¡Practicaste la prostitución con esos egipcios de gran potencia sexual (…) Te entregaste a la prostitución con los asirios, y ni aun así quedaste satisfecha (…) A toda prostituta se le da una paga; pero tú eras más bien la que dabas regalos a todos tus amantes y les pagabas (…) ¡Sólo en eso eres diferente a las demás prostitutas..!”

Atroz. Hoy, desde el púlpito italiano, clama un arzobispo G. Biffi: “¡La mujer es sustancialmente triste, que no sabe ni ser virgen ni ser madre! Es una Eva moderna, una esclava del mal que no sabe decir al Señor: Heme aquí, que tuya soy, y tu sierva rendida. No, ella histéricamente grita: ¡Yo soy mía!, y es sólo una colaboradora de la muerte. ¡Gracias a Dios que Jesucristo escogió para apóstoles a puros hombres!” (Dios.)

También desde el púlpito truena un controvertido y polémico  Norberto Rivera: “¡La mujer violada que se atreva a abortar queda automáticamente  excomulgada, y debe ir a dar con sus huesos a la cárcel!”

El Instituto Nac. de la Mujer: “En Michoacán, para poder trabajar, la mujer tiene que pedir permiso a su esposo. En México, el abuso sexual de menores no es considerado como delito grave. En la legislación de 24 Estados hay figuras discriminatorias de nuestros derechos, a grado tal que el robo de ganado es  mucho más penado que una violación”.

México. Más allá de convenios y acuerdos internacionales firmados por el gobierno en turno, ¿se ha domesticado la violencia del macho contra la mujer? ¿Cuánto, en qué sentido se ha logrado domesticar? Un ama de casa:

“Antes enviábamos a nuestras hijas por la leche de Liconsa, pero cuántas no fueron violadas en el microbús. Ahora hacemos el viaje nosotras mismas, al fin que ya no somos señoritas. Pero el terror está en que nos vayan a contagiar de SIDA”.

Mujer violada: “Yo luché contra ellos, se lo juro…” Imposible contener el llanto. “Al sentirme violada me abandoné… traté de no pensar… de que pasaran rápido aquellos minutos tan largos,  tan largos…”

México y la receta para evitar la violación: “No salgas a la calle desnuda, que eso motiva a los hombres / No salgas a la calle vestida, que algunos hombres se excitan con la ropa / Evita verte demasiado joven, que algunos violadores enloquecen con las adolescentes / Evita la vejez; ciertos degenerados prefieren a las mujeres maduras / No tengas padre, abuelo, tío hermano. Son los parientes que más frecuentemente violan a las mujeres / No te cases. La violación es legal dentro del matrimonio /  Para estar totalmente segura, mujer, es mejor que…¡no existas!”

Esto, horroroso, sigue después. (Vale.)

El tiempo del repudio

Así es, mis valedores: las quemazones se multiplican al parejo de las fosas clandestinas. Es el tiempo mexicano del repudio. La violencia genera una metástasis en el cuerpo social y se resuelve en manifestaciones de repudio en auditorios, estadios y plazas públicas de aquí y del exterior. Son los días del bloqueo en autopistas, las tomas de alcaldías y demás edificios públicos. Ya despertaron al México bronco, al parecer. Ya se dio el salto de calidad. Lo que no habían provocado los cienmiles de cadáveres y decenas de miles de heridos y desaparecidos durante el sexenio de Calderón lo ha provocado Ayotzinapa. El dolor de los padres huérfanos de sus hijos y la exasperación de los estudiantes y de quienes se solidarizan con ellos ha encendido fogatas en edificios públicos. Es el México bronco, al parecer.

“¡Basta ya de sangre, secuestros y violencia!”, claman por su parte los obispos del país, desplazando  en su exigencia de toda  responsabilidad al Estado, pero los estudiantes y sus simpatizantes, pero los padres huérfanos de los 43 estudiantes de Ayotzinapa todavía hoy desaparecidos: “¡Vivos se los llevaron. Vivos los queremos!”. ¿Cándidos?

Al llegar a este punto  nos enfrentan dos nombres: Tlatlaya y Cocula. Y ocurre que de la basura las masas algo bueno podemos recoger. De repente el basurero de Cocula dejó al descubierto, en vivo y a todo dolor, el indecoroso espectáculo de ese vientre de complicidades, rapiña e impunidad donde a manera de fetos han cohabitado  desde Alvaro Obregón en 1920 y todos los que le sucedieron, hasta el Peña de la declaración patrimonial mutilada. El basurero de Cocula y su pudrición. Mis valedores:

El gobierno de caudillos, militares y personajes autoritarios al modo de Díaz Ordaz (que ahora convoca algún priísta de apellido Ramírez) había mantenido bajo control el universo de la corrupción en que se arropa una comunidad de 120 millones. Se precisó el menosprecio de la justicia en un Estado que en tres décadas arrebató el 80 por ciento del poder adquisitivo al salario del trabajador junto con masacres sin castigo como las de 1968, 1971, Acteal, El Charo, El Bosque, San Fernando y ahora mismo Iguala, para que se destapara ese muladar que ventosea sus regüeldos de crímenes ocultos, encubrimientos y complicidades, rapiña y depredaciones, negocios corrompidos y un abyecto enriquecimiento en relación directa con la pobreza de la población. Ahí, exhibiendo a los tales, el avión que sin siquiera saberlo financiamos todos al presidente de un país pobre y empobrecido por ésos mismos que viajan en él, y las mansiones a la medida del mediocre rastacuerismo de individuos tan pobres que sólo tienen dinero, y dinero mal habido que salió de nuestros impuestos. Y a propósito:

¿Qué fin pudo haber tenido, que despide tufos de carpetazo, la denuncia que hace unos meses expresó la senadora Dolores Padierna,  sobre algunas irregularidades en la declaración patrimonial del titular del Ejecutivo?

En fin, que ya tuvo que suceder: al Estado se le cayó la escenografía. El tinglado se le derrumbó y todo el cascajo se le vino encima. Murallas y muros se desplomaron y quedó al descubierto una estructura de sillares que crujen y unas paredes de cartón-piedra que exhiben los entresijos de un mundo excrementoso que apesta el ambiente con sus hediondeces de pólvora, sangre, complicidades criminales y abominable impunidad. México exhibe ante el mundo  sus debilidades y, seca la boca, hundidas las mejillas y la lengua pegada al paladar, Peña… (Después.)

“Madero no inspira temores”

Francisco I. Madero, mis valedores, un cierto vitivinicultor aficionado al espiritismo y simpatizante de Porfirio Díaz que en 1910 iba a provocar el salto de calidad en nuestro país. Madero y no Ricardo Flores Magón, el precursor. Es la historia. Es México. Del Plan de San Luis, emitido el 5 de octubre de 1910:

Los pueblos en su esfuerzo constante porque triunfen los ideales de la libertad y justicia, se ven precisados, en determinados momentos históricos, a realizar los mayores sacrificios. Nuestra querida patria ha llegado a uno de esos momentos. Tanto el Poder Legislativo como el Judicial, están completamente supeditados al Ejecutivo; la división de los poderes, la soberanía de los estados, la libertad de los ayuntamientos y los derechos del ciudadano, sólo existen escritos en nuestra Carta Magna.

 Conciudadanos: no vaciléis un momento; tomad las armas, arrojad del poder a los usurpadores, recobrad vuestros derechos de hombres libres y recordad que nuestros antepasados nos legaron una herencia de gloria, que no podemos mancillar, sed como ellos fueron: invencibles en la guerra, magnánimos en la victoria.

Sufragio Efectivo. No reelección. Francisco I. Madero.

Se entusiasmó el poeta López Velarde:

– Este fronterizo vale, por su hombría, más que los políticos sin sexo de la Cd. de Méjico, en la que están domiciliados tantos misérrimos individuos. Al proclamar el antireeleccionismo tuvo Madero una actitud caballeresca, un gesto bizarro, una palabra de justicia. Madero me es simpático.

Tiempo después iba a opinar: “Para su desgracia se tornó en suicida político con la transacción que propuso desde la primera edición de su obra: que los antireeleccionistas pueden admitir la reelección del Pres. de la República”. (Más tarde, tocante a la revolución y sus consecuencias, el poeta confesaría “una íntima tristeza reaccionaria”.)

El cambio de poderes: noviembre de 1914. Calificó El País la elección de Madero: “Convengamos en que ha podido llegar a candidato porque no inspira temores”.

Dentro del contexto de sus principios liberales su gobierno se caracterizó por las amplias libertades políticas y de expresión únicas en la historia del país. En el Congreso Federal, los diputados debatían y votaban libremente las diversas iniciativas; los periodistas podían escribir prácticamente lo que querían, libres de todo tipo de coacción, y los grupos políticos podían actuar libremente: No obstante, esta gama de libertades obstaculizaron la buena marcha de la administración e impidieron los proyectos del gobierno. La libertad de prensa, por ejemplo, fue utilizada por los enemigos políticos de Madero para atacarlo, ridiculizarlo y desprestigiar ante las masas sociales la imagen presidencial. (Busquen ustedes las sátiras demoledoras con las que un José Juan Tablada, poeta que derivaría en  huertista, endereza sus ataques al vitivinicultor convertido en revolucionario. «Tú qué adalid vas a ser”.)

La ofensiva  estaba orquestada por los sectores sociales  favorecidos por el régimen porfirista: hacendados y banqueros, comerciantes, militares y periodistas. En el propio grupo que lo apoyó se registraron rebeliones como la de los zapatistas, que se distanciaron de él  porque se negó a cumplir con los postulados agrarios del Plan de San Luis. Y es que apenas subió al gobierno, el “agrarista” desconoció sus promesas de crear la pequeña propiedad. Y cómo pudiera ser de otro modo, si los políticos son negociantes, y los negociantes, políticos.

Ricardo Flores Magón. (A su memoria.)

La sucesión presidencial

Tal es el título de la obra que redactó Francisco I. Madero, vitivinicultor coahuilense, dos años antes de lanzarse a la lucha armada, cuando iba a hacer explosión, cargado de agitación y energía, su Plan de San Luis. Hoy, cuando el Sistema de poder nos diluye la conmemoración del salto de calidad que logró derrocar al que parecía inconmovible, aquí una semblanza personal que de Porfirio Díaz nos legó Madero, víctima, actor y testigo de aquellos años de turbulencia y depredación. Ello nos dará la estatura del mártir ante la dimensión del Precursor, un Ricardo Flores Magón arrumbado mañosamente en el desván de la historia oficial. Es México.

En esta fecha, en contrapunto y a contracanto de la historia oficial, muestro aquí, con sus propias palabras,  a un  Francisco I. Madero que en La sucesión presidencial se muestra como admirador decidido del dictador.

El general Díaz, con su mano de hierro ha acabado con nuestro espíritu turbulento e inquieto y ahora que tenemos la calma necesaria y que comprendemos cuán deseable es el reino de la ley, ahora sí estamos aptos para concurrir pacíficamente a las urnas electorales.

Curioso, mis valedores. La humana condición. Culpas son del tiempo, que no del vitiviniocultor, tales conceptos, humazo  del  copal que en 1908 y ante el altar del dictador, depredador y genocida (Tomóchic, indígenas yaquis, Cananea, Río Blanco, Valle Nacional) quemó el personaje a quien tocó en suerte provocar la eclosión de 1810, mérito que parecía destinado a los Flores Magón). A propósito:

Van aquí algunos conceptos que al hombre del espadón y la dictadura dedicó el honesto vitivinicultor coahuilense que más tarde acometió una hazaña que lo iba a rebasar y que le dio un lugar en la historia que parecía destinado a los Flores Magón:

“Ahora que el Gral. Díaz no tiene más que temer que el fallo de la Historia, ni más que desear que la gratitud nacional, no será remoto que procure atraerse a esta última y asegurarse un fallo favorable de la primera, respetando en sus últimos días la voluntad nacional.

Ante la Historia podrá justificarse diciendo: Con mi permanencia en el poder, maté al militarismo, acabé con el espíritu turbulento, hice que en todos los ámbitos de la República se respetase la ley; consolidé la paz, extendí por todo el país una vasta red ferrocarrilera, construí grandiosas obras materiales; favorecí la creación de cuantiosos intereses privados, aumenté la riqueza pública; de mi patria, turbulenta, pobre, sin crédito, he hecho un país pacífico, rico y que goza de un justo crédito en el extranjero.

Es posible que para llevar a cima esta obra, haya yo cometido algunas faltas; todo el mundo está expuesto a errar, pero esas faltas han sido de buena fe y la prueba de ello es que la principal que se me puede imputar: que me haya colocado arriba de la ley, sólo la he cometido mientras lo he juzgado indispensable para llevar a feliz término mi obra, puesto que ahora que creo que ésta está terminada, que el país está apto para ejercer sus derechos, devuelvo a la ley su imperio, su majestad y yo mismo me coloco debajo de ella, a fin de que en lo sucesivo sea la ley, la guardiana de la paz, la que asegure el progreso indefinido de mi patria, pues creo que no podré tener sucesor más digno. Los últimos días de mi vida los consagraré a defenderla, a consolidar su prestigio, poniendo a su servicio todo el mío, y ¡ay de quien quiera atentar contra la ley que yo seré el primero en respetar!»

Ricardo Flores Magón, mis valedores. (A su memoria.).

Cayó y calló

¿Tintes negros? Sí, los del tizne, tal vez,  los de la fogata atizada con restos humanos. Basurero de Cocula.

A los sucesos atroces de Tlatlaya e Iguala me referí ayer, y a que en la fogata que presuntamente calcinó 43 cadáveres de jóvenes estudiantes ardieron también y se calcinaron las ganancias que habrían de reportar descomunales dineros a los entreguistas encuadrados en el sistema neoliberal. La reforma energética, pongamos por caso (si seré cándido…)

Porque  de repente al reformador el mundo se le ha derrumbado y todo el cascajo le cayó  encima. Murallas y muros se le vinieron abajo y quedaron al descubierto unos sillares que crujían y unas paredes de cartón-piedra que exhiben los entresijos de un mundo excrementoso que apesta el ambiente con sus hediondeces de sangre, pólvora, complicidades criminales y abominable impunidad. México exhibe ante el mundo  sus debilidades, y seca la boca y la lengua pegada al paladar, el reformador no ha sabido responder a los enfurecidos que lo señalan con el índice en llamas. Atenco, Tlatlaya, Iguala, Apagadas las candilejas de las reformas y aquello de que “estamos moviendo a México”. ante el mundo quedan al descubierto los restos de un edificio construido con sillares de pinabete y cinta canela y muros de  triplay,  cartón-piedra y engrudo reformador.

Por cuanto a nuestro hombre en Los Pinos: En las listas recientes de Forbes Carlos Slim está en el número 14 y la brasileña  Dilma Rousseff en el 31. El presidente de México en el 60. Cayó 23 posiciones.

Recuerdo cierta escenilla de una película gringa que miré hace siglos. Rumbo a la sede del diario el periodista y un reportero caminan de noche por un callejón sombrío. “Esto apesta a pudrición, y toda esta pestilencia me huele  a gloria”.

Esto mismo pudiera aplicarse al ambiente de la politiquería nacional comenzando con quienes ocupan los puestos de mando del país y los del dinero, la jerarquía castrense, el alto clero y los cupulares de la partidocracia, algunos legisladores y los gerentes de los organismos corporativos  de control obrero que apodan sindicatos, los concesionarios de todos los medios de acondicionamiento social y sus periodistas voceros oficiosos del Poder, con policías y algunos del ejército. Apesta su mundo, y los tufos les saben a gloria.

Porque en el mundo de Abarca y Pineda cohabitan ante nosotros  los Montiel, Calderón y Salinas, los Fox, Bribiesca y Sahagún, los Romero Deschamps y tanto deudor de la justicia que vive arropado en la corrupción lucrativa e impune. Mis valedores: ya nos faltaron al respeto. Ya nos tomaron la medida. Nos vencen por nuestra pura ignorancia, por nuestra desidia y porque gastamos la pólvora en infiernitos contra las puertas del palacio presidencial. Lamentable.

Para tales políticos el entramado de complicidades había sido su elemento, donde se movían como en un vientre de tripas excrementosas que les proporcionaba cobijo y seguridad contra todo amago de justicia, de moral y de honorabilidad. Pero primero ocurrió Tlatlaya, y más tarde, un 26 de septiembre, el horror que desmanteló ante todo el mundo el antro de suciedad que representa la alta burocracia coludida con el alto narcotráfico, y el piso de la politiquería cimarrona se zarandeó, y el hombre de las once cacareadas reformas perdió toda estabilidad, y el rostro se le desencajó, y sus rasgos se le crisparon, y el hombre prefirió irse mucho a la China.

Tlatlaya, Iguala, fogata alimentada de cadáveres. Ayotzinapa.  Mis valedores: todo esto es México. (Qué país.)

Coitus interruptus

Así es, mis valedores: miro y remiro su vera efigie hasta bizquear. Observo el rostro presidencial en el matutino y me parece un trasunto del rostro del México actual.  Tenso rostro,  crispado, desencajado, fruncido en un gesto de angustia y desesperación porque no se encuentra por donde salir de las arenas movedizas. México, Peña.

Ya el acongojado abandonó la sonrisa; ya abatió un índice en alto como fálico signo de juventud, sus dos brazos abiertos de par en par ya se cerraron y se aflojaron las manos. Ya la actitud del hombre de Los Pinos dejó de ser la del (qué mal chascarrillo) Estadista del Año que intenta atraer y acunar al mundo entre sus brazos abiertos. Ahora el soñador continúa moviendo a México, pero en dirección opuesta a la del propósito original. Al PRI-Gobierno reformador se impone el PRI-Gobierno de siempre: ferrocarrileros de Valentín Campa y maestros de Othón Salazar, Tlatelolco y Ribera de San Cosme, cárceles clandestinas y guerra sucia. Acteal, El Bosque, El Charco, Aguas Blancas y el territorio patrio pespunteado por una viruela mortal de fosas clandestinas…

Y ocurre en tiempos anubarrados, cuando las aguas bajan turbias, que resalta la oportunidad del editorial gráfico. Recuerdo, a propósito, la caricatura que se publicó hace ya algunos sexenios, cuyo autor ignoro a estas horas, que ilustra la clásica sesión de “interrogatorio científico”, como el que tal vez  hayan aplicado a los presuntos asesinos de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Ahí al sospechoso de ser sospechoso se le administra por la nariz agua de Tehuacan con polvo de chile piquín, para luego introducirle la cabeza en el pocito santo, y cuando están por estallarle los pulmones sacar al interrogado y escupirle la frase sacramental:

– ¡Habla, cabrón, y evítate otra madriza!

Ese pudiese ser el editorial gráfico de hoy día, pero con la variante que apuntó el caricaturista:

– ¡Calla, cabrón, y evítate otra madriza!

Calla nombres y apellidos de los tantísimos cómplices de los Abarca y Pineda, civiles, políticos y militares involucrados en los lodosos negocios del robo al erario público y el tráfico de droga, de los secuestros y las desapariciones, de los asesinatos e inhumaciones en fosas clandestinas. ¡Calla, o atente a las consecuencias!

Mis valedores: ¿algún día las masas llegaremos a saber los nombres, pero  todos los nombres, desde el más alto al de más bajo nivel, de los políticos que los Abarca y Pineda están vomitando a estas horas? ¿En este sexenio lo llegaremos a saber? ¿En el gobierno de Peña y la burocracia política? ¿Derecho a la información, dice alguno de ustedes..?

Y la única, lacerante verdad: el clamor de unos padres huérfanos de sus hijos, y la respuesta del de Gobernación: “Prepárense para el todos los escenarios. Para el peor de los escenarios. Yo, por lo pronto, ya me cansé”. Mis valedores:

Ese es  el signo del tiempo mexicano. Uno de los más sórdidos criminales  es el más valiosos para el Sistema por lo que sabe de la narco-política, y por lo que debe callar. Por él padecen insomnio muchos  personajes de la vida pública del país, tanto en la iniciativa privada como en los terrenos “religiosos” y en los politiqueros, en especial entre todos los chuchos colaboracionistas y migajeros de esa mafia que lleva el alias de “nueva izquierda”.

Pero hablando de insomnios: ¿al hombre que duerme en Los Pinos no se le habrá ido el sueño? ¿Quizá Prozac, método Fox?

La crónica de las ruinas de un triunfalismo en brama que terminó en coitus interruptus, mañana. (Vale.)

¿Ese puño sí se ve?

Así es, mis valedores. Como nunca antes en la historia reciente del país las aguas bajan turbias. Como en 1968, como en 1971, como después del proceso electoral del 2 de julio del 2006, las masas se polarizan y radicalizan, y un ambiente electrizado presagia tormenta, que ojalá no trascieda los límites del presagio, por más que las tácticas de lucha de estudiantes y simpatizantes casi nunca rebasan la etapa del espontaneísmo. Cómo rebasarlo, si se desdeña el pensamiento científico y las lecciones que nos ofrece la Historia.

La de Tlatelolco en el 68, por ejemplo. La vertiente proletaria-estudiantil fue capaz de crear unas formas de lucha que redituaron avances sociales, desde sindicatos independientes hasta la vivienda popular y una efectiva unión de diversos sectores productivos. Iban a ser el LEA presidente y el trabajo sucio de los colaboracionistas destructores del Comunista Mexicano quienes destruyeran los logros del 68. Hoy que en el Politécnico, Ayotzinapa, la UNAM y centros docentes del extranjero soplan vientos ominosos, viene muy a propósito recordar la herencia  proletaria-estudiantil del 68. Que la estudien quienes, justamente exasperados contra el nuevo gobierno del viejo PRI, todavía hoy se acogen a unas formas de lucha que les inoculó LEA y los sucesores  les vienen alimentando, de modo tal que marchas, plantones y mítines se  han vuelto dogmas, y los dogmas son incontrovertibles.

Aquí, como para otear cachos de historia patria, las formas de organización y de lucha que lograron crear estudiantes y obreros, con que rebasaron la pura protesta (necesaria, pero insuficiente). Para certificarlo ahí están las protestas multitudinarias, a fines de los 50, de médicos, ferrocarrileros de Valentín Campa, y maestros de Othón Salazar.  En el 68 las formas de lucha de estudiantes y obreros rebasaron la algarada de la marcha, mitin, plantón. “¡Este- puño- síse- ve!” (¡Uf!) Los documentos de época:

“Tarea básica del movimiento estudiantil es unificarlo con  el movimiento obrero en fábricas, sindicatos y empresas. Esa alianza es fundamental en el proceso democrático del país y como estímulo para otros movimientos  también populares o gremiales. Han funcionado las brigadas de las diversas escuelas o facultades, cuya misión es informar directamente a la población por medio de volantes, publicaciones y mítines sencillos, del significado del movimiento y de los acontecimientos que se vayan sucediendo a lo largo del proceso, a fin de contrarrestar la campaña tendenciosa que llevan a cabo los medios de acondicionamiento social, esa gran prensa al servicio de los diversos intereses de la burguesía en el poder del que forman parte.

Los comités de apoyo al movimiento estudiantil se integran a base de grupos de obreros de las propias factorías o agrupaciones gremiales que mantienen informados a los demás agremiados, por medio de volantes o de forma oral, acerca del el carácter y los fines del propio movimiento. En ocasiones son los mismos estudiantes quienes explican a los obreros en las fábricas o en los sindicatos, de forma directa y personal, el objeto de su lucha y la razón por la que todo el pueblo debe participar”. En fiu.

Los comités populares del 68, mis valedores, constituyen la génesis de esa organización celular autogestionaria que se va creando hoy mismo, por más que unas masas apáticas la apodan “sueño guajiro”, y a seguir con reniegos, mega-marchitas y exigencias ¡de que renuncien Peña y el resto de la politiquería nacional! Ah, México. (Nuestro país.)

¿Quién es la víctima?

¿Quién es el verdugo? Los eventos de sangre y muerte que han venido ocurriendo desde el sexenio anterior crisparon el ambiente y lo electrificaron hasta el punto de que la exasperación de las masas ha rebasado la marcha, el plantón y otras formas rutinarias de protesta para pasar a la etapa del bloqueo de aeropuertos y edificios federales. ¡Ese atentado contra la puerta principal del Palacio de Gobierno! Mis valedores: ¿cuál ha sido hasta hoy el beneficio que tales protestas reportan para todos nosotros?  Médicos, maestros, ferrocarrileros, fines de los 50s, ¿qué nos dice la HistoriaE. Fromm:

Si queremos combatir algo debemos entenderlo. El pensamiento que se deja engañar a sí mismo, guiándose por el deseo, no nos ayudará, y el reclamar fórmulas optimistas resultará anticuado e inútil como lo es la danza india para provocar la lluvia.

Las advertencias del  maestro:

– El revolucionario ejerce la práctica de pensar. Tras el ejercicio de la autocrítica desecha el recurso de la guerrilla y crea la verdadera organización ciudadana. Para contrarrestar esas tácticas y estrategias  con las que el Poder ha derrotado las protestas ciudadanas su obligación es mantener el corazón caliente, pero la cabeza fría.

En el pasado (años 70 del siglo anterior) el Estado logró destruir a la mayor parte de la verdadera izquierda mexicana, la que tenía de base el Comunista Mexicano, cuyo espacio fue llenando con una falsa izquierda que desde dentro y con el trabajo sucio a cargo de los falsos sindicatos se ha encargado de someter a las masas sociales al proyecto neoliberal.

Esa falsa izquierda que se apropió el nombre y fue promocionada por el Sistema como la única y verdadera izquierda, ha llevado a cabo una tarea que consiste en hacer desaparecer de la conciencia social esa memoria histórica en la que el pueblo mexicano depositó su experiencia y sus enormes avances táctico-estratégicos acumulados en su proceso de lucha emancipadora (en la lucha de la corriente proletario-estudiantil de 1968, por ejemplo.)

De forma aviesa, consciente y a nombre del Poder, la falsa izquierda introdujo el «virus» de las formas de lucha obsoletas e ineficaces, y a través del manipuleo psicológico las elevó a rango de dogma secular. Con ello las tornó incuestionables.

Cuando nos convocan a la lucha con esas formas obsoletas e ineficaces, los dirigentes nos conducen indefectiblemente a la derrota, pero como tales formas de lucha fueron convertidas en dogmas, y por eao mismo incontrovertidas, no nos atrevemos a pensar si esa actividad sirve, y cuándo y cuánto, o no sirve en lo absoluto para alcanzar las metas sociales y superar los retos que enfrentamos en el avance social.

Cuando se logra elevar la mentira al rango de dogma (las marchas como instrumento eficaz de lucha contra el enemigo histórico), esa mentira cobra vida propia y se apodera de la mente humana, determinando la conducta de los sujetos. A semejante fenómeno se le denomina enajenación, que significa pensar en base a una serie de ideas que no nos pertenecen y que el enemigo nos inculca para así dominarnos. (El maestro.)

Leo el catálogo de protestas contra la violencia que se vienen sucediendo desde Zedillo y Fox y las marchas por los miles de muertes, desapariciones, desplazamientos y pueblos fantasmas cuando Calderón. Hoy, el delirio aberrante de  Tlatlaya e Iguala, con  Ayotzinapa como fuente abastecedora de víctimas. ¿Y nosotros? ¿Pólvora en infiernitos como el del basurero municipal de Cocula? Ah, México. (Este país.)

Ya me cansé

A deslindarse tocan y a agenciarse el chivo expiatorio. En Tlatlaya no hubo mandos superiores que impartieran las órdenes de asesinar a unos criminales vencidos. Por su propia iniciativa media docena de sardos decidieron empapar de sangre Tlatlaya, y de Peña y el Sec. de la Defensa para abajo nadie supo nada,  y a aguantar hasta que el asunto  se enfríe…

En los horrores del edil de Iguala el chucho mayor, a nombre de todos los chuchos que promovieron al criminal y a su “Pineda dama”, rechaza toda responsabilidad, se levanta del banquillo de los acusados y busca colocar allí a López Obrador o a quienquiera que se deje cargar con la responsabilidad, y que  algunos jóvenes estudiantes de la UNAM griten  ¡asesino! al chucho segundón, Zambrano.

Ayotzinapa. Ya me cansé, duélese blandamente  Murillo Karam,Abogado de la Nación”, después de escamotear a lo mañoso toda responsabilidad en las acciones a su colega  en Iguala y a  los legisladores y policías tanto de esa ciudad como de la vecina Cocula. Todo con tal de que el horror de Ayotzinapa deja de ser lo que es: un crimen de Estado. Ya me cansé.

“Nosotros nada tenemos que ver con los narcos ni con su dinero sucio”,  claman los Norberto Riveras del alto clero católico. Otra versión aportaba en el 2005 Ramón Godínez, obispo entonces de Aguascalientes:

Claro que el narco aporta. No sé por qué han hecho escándalo de eso. Recibimos de todos, si da un narco no vamos a investigar si es un narco o no, nosotros de eso vivimos, de las ofrendas que dan los fieles y no investigamos su procedencia. Al llegar a la iglesia  las limosnas del narco se purifican.

Y el cura Raúl Soto:

– En la basílica de Guadalupe los narcos son muy generosos. Ayudan y dan limosnas que nosotros ya las quisiéramos hacer. Los más generosos fueron Rafael Caro Quintero y Amado Carrillo. La Iglesia aceptó dinero del más sucio y sanguinario negocio. El narcotráfico podría haber sido utilizado en varias comunidades para la construcción de algunas capillas.

Protestó Sergio Obeso, obispo: “Yo rechazo que la Iglesia utilice dinero del narcotráfico. Se pueden decir tantas cosas, pero hay que probarlas”.

Carlos Quintero, obispo: “Claro que sí, en Tijuana hay familias que han sostenido parroquias con dinero del narcotráfico. Seamos realistas. Sí, no podemos ocultar el mal, pero tampoco debemos omitir las cosas buenas del mal. Aquí hemos encontrado familias buenas que han ayudado a sostener el seminario y muchas otras que han aumentado el número de parroquias. Lo acepto: recursos del narcotráfico han llegado hasta las arcas de la Iglesia, particularmente en esta frontera”.

– Yo sí reconozco que recibo sus donativos”, afirma el cura Ernesto Álvarez, amigo de la familia del hoy difunto E. Carrillo Fuentes, al que se dice acompañó en un viaje por Tierra Santa y que celebró misa de cuerpo presente en el sepelio de “El Señor de los cielos”.

En 1997, la aclaración:  La Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público no prevé sanciones por el caso de las narco-limosnas ni habrá modificaciones al respecto.

Onésimo Cepeda, empresario taurino y golfista,  bon vivant y buen bebedor de caldos finos, obispo emérito de Ecatepec en sus ratos perdidos:

– Nosotros los clérigos les decimos a Amado Carrillo y a los demás narcotraficantes: Váyanse, hijos, el Señor los perdona y no pequen más.

Y ya. (Dios.)