La hora del lobo

Ayer fue a Arturo Montiel, hoy es el turno de Calderón. Llegó el tiempo en que unos a otros se protegen las espaldas a base de alianzas secretas y compinchajes donde se aplica la táctica del toma y daca, del quid pro quo, y de que aquí no ha pasado nada. Así ha ocurrido con Fox y su parentela política; enriquecida hasta la náusea,  es protegido por el de los Pinos. Peña protegió a Arturo Montiel, Calderón a Fox como éste a Zedillo, que a su vez cuidó las espaldas al anterior, el cual…

Protegerse las espaldas. En el matutino del pasado lunes leo que «No uno, ni dos, ni tres. Nos aseguran que pueden llegar a cinco los encuentros entre el hombre de Los Pinos y el virtual presidente electo. Sólo una de esas reuniones fue hecha pública».

Y que al menos una fue concertada hacia el atardecer y se extendió más allá de la media noche. Que el contenido de tales encuentros se ha mantenido en el más riguroso secreto incluso para los más cercanos colaboradores. A saber lo que se pidió y lo que se ha concedido. Lo único cierto es que los perjudicados vamos ser la ley, la justicia y las masas sociales. Peña y Calderón,  entre tanto: me das y te doy, y aquí no ha pasado nada ni habrá de pasar más allá del primero de diciembre. Es México. Mis valedores:

Por que podamos calcular lo que nos espera a partir del próximo diciembre van aquí las alianzas recientes, contrarias todas al interés de las masas sociales, que han concertado los dos partidos políticos que en su carácter de fiel reflejo del vecino imperial van redondeando su proyecto de bipartidismo en nuestro país. La historia afirma, al respecto, que a la hora de concretar acuerdos que beneficien al Sistema de poder en perjuicio de las masas el PRI ha sido aliado recalcitrante de Acción Nacional, con el añadido del entenado, del pariente pobre, del clan migajero de los chuchos talamanteros que cargan el alias de Nueva Izquierda, y que son los encargados de la obra negra y el trabajo sucio. Chuchos.

Por que no se nos pierda la memoria histórica: de las recientes alianzas que han establecido los dirigentes del PRI con «las braguetas bendecidas», que dijo aquél:

1998.- PRI y PAN votaron juntos la legislación electoral salinista para eliminar las coaliciones y candidaturas comunes de los partidos.

1991.-PRI y PAN votaron juntos la quema de los paquetes electorales de 1988 para eliminar la evidencia del fraude que arrebató el triunfo a Cuauhtémoc Cárdenas.

1991.- PRI y PAN votaron juntos un resolutivo para apoyar la elevación de cuotas en la UNAM propuesta por el rector Sarukhán.

Ese año PRI y PAN reformaron el artículo 27 Constitucional para privatizar el ejido.

1993.- PRI y PAN votaron juntos la reforma al Código Penal para permitir la libertad bajo fianza a los servidores públicos corruptos.

1998.- PRI y PAN recortaron el presupuesto del Distrito Federal y el de las universidades públicas.

1998.- PRI y PAN, aliados, aprobaron el Fobaproa.

PRI y PAN han  venido impulsando juntos los mismos proyectos lesivos a la ciudadanía, proyecto en el que de forma más o menos  encubierta colaboran los chuchos que en el panorama del ejercicio politiquero sobreviven con las migajas que les reditúan la obra negra y el trabajo sucio.

Pues sí, pero mientras tanto, mis valedores, a estar preparados: Peña y el beato del Verbo Encarnado son personajes polémicos, controvertidos, y a punta de acuerdos secretos intentan maquillar una biografía personal impresentable.

Es la hora del lobo. Cuidado, mucho cuidado. (Vale.)

Escatología gubernamental

Así que el 5 de junio Día de Luto Nacional…

– ¡Qué mierda de gobierno!

Tremenda requisitoria de un mexicano  que así califica el gobierno del Verbo Encarnado: de simple lodo biológico.

Aplastante, sí, ¿pero por qué el exabrupto?  ¿Por la crisis recurrente que en todos los órdenes cimbra el país? ¿Por la pobreza, la  carestía, el desempleo, la ingerencia de Washington en asuntos internos de este país,  el borbollón de sangre, luto, dolor y lágrimas que ha producido la guerra particular del Verbo Encarnado hasta el grado de convertir la imagen de México en una verguenza internacional? ¡Qué mierda de gobierno!

Ese fue el exabrupto que a principios de junio lanzó un ciudadano a escasos metros de la residencia oficial de Los Pinos. Lodo biológico.

Pero no. No fue la pobreza ni fue el desempleo. La escatológica expresión fue provocada por la justicia a que en el presente sexenio están sometidas las masas sociales. Porque en una comunidad la justicia es sangre y oxígeno, que es decir todo, y esa comunidad no es nada cuando la privan de la justicia y aplican las leyes a lo selectivo, a lo discrecional, a lo convenenciero. En verdad, mis valedores, qué lodo biológico de un gobierno al que una sola ventaja le advierto: que va de salida.

Pero a propósito: el  exabrupto contra Los Pinos lo lanzó a principios de junio del 2010 el mexicano Abraham Fraijo, padre de una de las 49 criaturas que fallecieron un año antes, Emilia de nombre, en la guardería ABC, de Hermosillo, Sonora. Qué justicia de excremento, se pudiese expresar ante los hechos del presente gobierno. A mediados de semana de aquel junio, por fin, el de Los Pinos accedió a recibir a unos cuantos padres de las víctimas, una lista selectiva de ellos, los que parecían menos dispuestos a linchar a Calderón. “Porque sí, se exaspera Gabriela Warkentin en el matutino: “Porque se mantiene cuidado de la imagen, de las palabras, de las presencias. Parálisis y mezquindad, así es como se lee”, puntualiza.

Por su parte, Calderón prometió ir a Hermosillo en fecha próxima, pero más tarde en Los Pinos, por temor al linchamiento, se anunció su abstención. Que compañones de lodo biológico.

La dicha entrevista se cometió, sé lo que digo, a puerta cerrada, pero trascendió el diálogo entre los padres hoy huérfanos de sus hijos y el titular del Ejecutivo, que así intentó domesticarlos:

– Les ofrezco Seguro Social para los niños lesionados.

– Queremos justicia.

–  Les ofrezco una ceremonia oficial el 5 de junio, con pase de lista de todas las víctimas, por riguroso orden alfabético.

– ¡Justicia! ¡Sólo queremos justicia!

Demeritando la enseñanza oficial, el de Los Pinos  elevó la oferta: “Que los sobrevivientes estudien en escuelas privadas”. Y a un año de distancia:  También les ofrezco que habrá apoyo psicológico para los menores lesionados”.

–  ¡Justicia!

– Puedo decretar el 5 de junio como Día de Luto Nacional.

Ellos, tercos: justicia.

– Les ofrezco estudiar cuidadosamente las conclusiones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Porque a un año de distancia, los magistrados de marras ya emitieron sus señalamientos sobre el almácigo de cadáveres de criaturas, mientras que a la justicia le cubren los ojos con una gruesa venda de fojas y folios e impunidad. Por aquellos días comentaba Alberto Barranco:

“ABC de la impunidad…”

Es que por ahí se pronuncia a sotto voce, porque ahí se asordina, se acalla algún apellido de prosapia sexenal: Gómez del Campo.

Qué mierda de gobierno… (En fin.)

Hermano en el camino, Solalinde

Por su protagonismo al frente del albergue Hermanos en el Camino, el sacerdote Alejandro Solalinde ha sido destituido del cargo por la jerarquía católica.

Una más de ese clero político que no admite más protagonismos que los de Rivera  y congéneres, protagonismo que se magnificó en el reciente proceso electoral, donde la sotana y la capa pluvial inclinaron las preferencias del voto en los pobres de espíritu. El retrato hablado del candidato, en palabras del obispo  Onésimo Cepeda:

Uno con la cola limpia: ese es el candidato ideal.

Tan horroroso protagonismo viene exacerbándose desde 1988 en los tiempos recientes, cuando un Salinas urgido de “legitimación” desnaturalizó el 130 constitucional, del que a su hora afirmó Dn. Jesús Reyes Heroles:

Respeto a la religión y respeto a la política, que no otra cosa es nuestro Art. 130 constitucional. Salinas: “Las iglesias y las agrupaciones religiosas tendrán personalidad jurídica como asociaciones religiosas una vez que obtengan su correspondiente registro”.

El reculón salinista desbozaló el protagonismo de un clero que desde el púlpito y ya sin recato lanza anatemas y excomuniones, condena leyes, exalta a Peña, sataniza a aquél y controla el voto de los pobres de espíritu. «Desde los orígenes de Hispanoamérica, afirma el historiador, religión y política dependieron una de otra y se influyen una a la otra».

Dn. José Ma. Luis Mora, político liberal: “Todo lo que incide en el fervor se capitaliza en poder político para la Iglesia. A mayor fervor popular, mayor control sobre los fieles, quienes, sin racionalidad,  se caracterizan por un alto nivel emocional. Cada mexicano debe preguntarse a sí mismo si el pueblo existe para el clero o si el clero ha sido creado para satisfacer las necesidades del pueblo”.

El clero político: «La ley para la despenalización del aborto aprobada por la ALDF pone en evidencia el rostro autoritario y fascista del PRD».

Contra el derecho de la mujer a disponer de su cuerpo el obispo Jonás Guerrero: «¿Qué diríamos de El Mochaorejas si nos dijeran que tiene derecho a secuestrar, a cortar los dedos de sus víctimas, a asesinar a nuestros familiares? Ahora ´’se justifican’ los actos vandálicos de los asambleístas del PRD, que ellos llaman derechos´».

Santiago Creel cuando Sec. de Gobernación de un Estado laico: «El gobierno  reconoce sin disimulo el papel trascendental de la Iglesia Católica, ahora en posibilidad de realizar abiertamente sus actividades, de brindar un servicio y de difundir su mensaje eucarístico de luz y vida».

El sacerdote V. Amil, citado por J. Meyer: “Ya sea que el príncipe haga buen o mal uso de su poder, ese poder siempre es conferido por Dios. Incluso si su gobierno es tiránico hasta el punto de que deje de ser un príncipe y se convierta en un demonio, incluso entonces… debemos seguirle siendo fieles, no permitiéndonos más recurso que el de apelar a Dios, Rey de Reyes que puede en el momento oportuno ayudarnos en nuestras tribulaciones».

Dn. Jesús Reyes Heroles:

«En el pasado, a nombre de la religión, se entró en el cambalache político; se politizó en el mal sentido la religión y se dio origen a una mezcla lesiva a la libertad de conciencia y a la dignidad religiosa. En otros países a nombre del cristianismo se hace mala política, se entra en el toma y daca del comercio de las cosas y de los hombres. Nuestra Ley impide estas actitudes que desmedran la religión».

Eso, ayer. ¿Y hoy, en el sexenio del Verbo Encarnado? (Dios.)

Libre y asociado

Así pues, mis valedores, el gobierno del Verbo Encarnado se culimpina  ante las exigencias del vecino imperial. A cierta noticia del pasado martes me referí ayer aquí mismo, donde lo asienta el articulista:

Fuentes diplomáticas estadunidenses nos comentan que ese gobierno «espera resultados» pronto por parte de la PGR en torno a las investigaciones de casos de agresiones y amenazas en contra de periodistas y comunicadores en México.

Y la coincidencia, por demás elocuente: de cara a  la conmemoración de la toma del Cuartel de Moncada, en Santiago de Cuba, el 26 de julio de 1953, compruebo que Cuba, en los hechos, confiere sentido a vocablos como soberanía e independencia,  vacíos en el  vocinglero discurso oficial de Los Pinos.

La nota de marras, empalmada a la conmemoración de la Cuba libre, me llevó a releer los poemas del poeta cubano Nicolás Guillén, que mueven, remueven conciencias  sin abandonar el plano del arte ni esos moldes de esencia cubanísima y universales, con la cadencia y el canto y el contracanto de un folklore que es mixtura de dos borbollones de sangre entremezclada: “Azúcar para el café – lo que ella endulza me sabe – como si le echaran hiel.

Malo. Por aquel entonces el poeta comienza apenas –a penas- a descascararse de su primera juventud, y es cuando a la vista de unos coronelitos de terracota y unos yanquis que han habilitado de mancebía la tierra cubana, escribe ¡a sus apenas 32 años! Si me muriera ahora mismo – Si me muriera ahora mismo, madre – ¡Qué alegre me iba a poner..!

Mal rodaban las cosas. Guillén, como quien no quiere la cosa –como quien no quiere la vida-, por no quedarse en la trova de las tristuras decidió involucrarse, pero hasta el cuello, en la militancia política. Viajó, asistió a congresos, hizo periodismo militante y por la causa del socialismo visitó fábricas, convenció remisos mientras seguía produciendo sus versos mágicos, con esas sonoridades y esos retumbos de instrumento percusor (precursor) que cantaban esas verdades que desenmohecen conciencias adormecidas de trópico, ron y analfabetismo. Y la esperanza, que los sucesos del Moncada y Sierra Maestra concretarían:

 Ay, diana, ya tocarás – de madrugada, algún día – tu toque de rebeldía – Ay, diana, ya tocarás.

Curioso: el mismo que de joven mentaba la muerte como un don apetecible, según vive aprende el oficio de la esperanza, que es el del rejuvenecimiento. El buen tiempo no iba a tardar para la cubanidad. Y llegó, y  entonces Guillén, ya joven a sus 57 años, con su poema Tengo celebró:

Tengo, vamos a ver – tengo el gusto de andar por mi país – dueño de cuanto hay en él – mirando bien de cerca lo que antes no tuve ni podía tener – Tengo, vamos a ver – tengo lo que tenía que tener.

Mis valedores: el ánimo quebrantado ante los acólitos del  Imperio,  de golpe me llega la voz Guillén con estas preguntas que azozobran, que espeluznan:

¿Cómo estás, Puerto Rico – tú de socio asociado en sociedad? – ¿En qué lengua me entiendes,  – en qué lengua, por fin, te podré hablar? Si en yes, – si en sí, – si en bien, – si en well,, – si en mal, – si en bad, – si en very bad…

Guillén dice Puerto Rico; yo digo México, este al que el beato del Verbo Encarnado befa y humilla al permitir que el de la Casa Blanca «espere prontos resultados» de un gobierno sometido, que en silencio soporta (propicia) ese tono prepotente del vecino imperial. Yo digo México, al que le castran lo libre mientras me le zurcen lo asociado. (Tétrico.)

¿Racista México?

El domingo pasado, ¿lo supo alguno de ustedes?, la mala conciencia del mundo «civilizado» celebró el Día Internacional del Trabajo Doméstico. Y qué mejor ocasión para las cifras espectaculares: que los hombres trabajan 27 horas y 24 minutos a la semana; que la trabajadora doméstica, 56 horas con 18 minutos (Sic).

Y que ella trabaja por sueldos ínfimos, sin prestaciones laborales ni servicios médicos, a lo que hay que agregar la discriminación por parte de la patroncita: gata, india, chacha, floja, tragona, en fin. Ah, pero en México, jura el discurso oficial, se han abolido racismo y esclavitud.

– ¿Abolido? Cuando yo trato de exigir mis derechos me responden: ¿cuáles derechos, si tú eres sólo la sirvienta, la muchacha, la gata?

Por salarios de hambre estas modernas esclavas tienen que cumplir jornadas de labor de entre 14 y 16 horas, recibir un trato despectivo por parte de sus patrones y para todos ser la  “sirvienta”, la “criada”, la “muchacha”, la “gata”, y no más. Aun cuando integran más de 2 millones que luchan por mejorar sus condiciones laborales, son víctimas de explotación, discriminación, abusos y hostigamiento sexual; porque, como se jacta el  patroncito: ¡Para carne buena y barata – la de la gata! Abyecto.

Por que calculemos el trecho que nuestro país haya avanzado en materia de derechos humanos con la abolición del racismo  y la esclavitud de la auxiliar doméstica transcribo palabra a palabra la escenilla hogareña que ocurrió en la  Grecia de hace 25 siglos:

Corito: – Siéntate, Metro. ¡Y tú, levántate y acerca un asiento a la señora! Todo tengo que ordenártelo yo, porque tú, infeliz, no eres capaz de hacer nada por ti misma. Eres en esta casa no una esclava, sino una piedra. Pero cuando mides tu ración de harina, bien que cuentas los granos, y si cae un tanto así, el día entero estás rezongando y bufando, que ni las paredes te aguantan. Sí, ahora ahí lo estás frotando y sacándole brillo; buena hora es, bribona. Bendice a esta señora, que si no fuera por ella ya te estaría dando de palos.

Metro.- Querida Corito, a mí también me tienen sufriendo este yugo; también a mí me hacen temblar de rabia, y día y noche ando ladrando como perro tras estas malditas. Pero lo que me hizo venir a verte…

Corito: – ¡Largo de aquí, imbéciles! ¡Son ustedes todas oídos y lengua, y en lo demás, pura pereza!

¿El asunto llevó a la visitante hasta la casa de Corito? Preguntar sobre el fabricante de cierto adminículo  consolador de mujeres solitarias, que  confeccionaba el zapatero.

En 25 siglos, de la esclava a la “chacha”,  ¿alguna evolución? Dos expresiones  que “exaltan” a la auxiliar doméstica. Sabines:

“Con la flor del domingo ensartada en el pelo, pasean en la alameda antigua. La ropa limpia, el baño reciente, peinadas y planchadas, caminan, por entre los niños y los globos, y charlan y hacen amistades, y hasta escuchan la música que en el quiosco de la Alameda Santa María reúne a los sobrevivientes de la semana (…) Las gatitas (sic), las criadas, las muchachas de la servidumbre contemporánea, se conforman con esto. En tanto llegan a la prostitución». (¿Que que?)

Este otro, mejor:

Mi hermosa criada de altos pómulos como cálices rojos- está frente a mí y el humo del café – Mi hermosa criada pálida como un escualo – se continúa con sus luminosas espinas rosas en el pan – Mi hermosa criada de brazos redondos y complejos – se desvanece en la niebla perpetua”.

Ella,  la esclava moderna. (México.)

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De protagónicos y resentidos

El hoy y el ayer en la sucesión presidencial, mis valedores. Hoy, a resultas del reciente proceso electoral, el clima político comienza a descomponerse mientras que los protagonismos florecen por los rumbos de IFEs, TRIFEs y  cortes supremas,jóvenes descontentos y comentaristas de todos los medios de condicionamiento de masas, las susodichas  incluidas. La verborrea en pleno. El cortoplacismo. México.

Pero, según todos los indicios el PRI, irremediablemente,  regresa a Los Pinos, y es como para preguntarse: ¿tornará el estilo tricolor de gobernar? ¿Volverán traiciones, venganzas, resentimientos? ¿El monarca en turno designará a su sucesor?  Aquí, a modo de muestra, el testimonio de cómo se ejecutó el relevo de gobierno de Echeverría al último tlatoani de la era «revolucionaria» del país. Cuenta López Portillo en  Mis tiempos, su libro de memorias:

“El 17 de septiembre de 1975. Brusca, aunque no inesperadamente, LEA me dijo algo como esto: Señor licenciado López Portillo, el Partido me ha encomendado preguntarle si aceptaría usted la responsabilidad de todo esto, y con un gesto envolvió el ámbito del Poder Ejecutivo, concentrado allí en el despacho de Los Pinos”:

– Sí, señor Presidente. Acepto.

– Bien. Entonces prepárese usted, pero no se lo diga a nadie, ni a su esposa ni a sus hijos.

“Otro día: ¡Te felicito, Pepe! Me dio un abrazo y me condujo al salón contiguo (…) Yo me sentía fuerte, poderoso, capaz…”

“Debo destacar un punto especialmente doloroso para mí, lleno de recuerdos, lealtades y afectos para LEA. Las autoridades de  Gobernación (…) me pasaban  información inquietante sobre las actividades que se concentraban en el ex presidente y que se vinculaban con las de quienes habían sido sus colaboradores, especialmente Muñoz Ledo y Gómez Villanueva (…) Por primera vez en mi vida, iba, poco a poco, asumiendo guardia frente a un viejo amigo. Mantenía abiertas sus relaciones públicas con mucha gente, entre la que se contaban muchos resentidos, desencantados, desubicados, que vaciaban en él angustias y rabias.

“Dentro de su función y su historia, (como candidato) respeté a LEA y  estuve atento a sus problemas y decisiones, políticas y aspiraciones, y los respaldé. (…) En todo participé, espontáneamente, o a su petición, incluso y contra mi opinión…

El día 8 de abril anoté: Ayer solicité a Luis Echeverría que aceptara la Embajada en París (…) Se disciplina (…) Culminó, junto con una magnífica amistad, el problema de la difícil relación con él».

Y la conclusión referida a De la Madrid, que hoy pudiera aludir a algún beato del Verbo Encarnado:

“México, desde 1982, ha hecho todo lo que los acreedores extranjeros han solicitado. Ha adquirido más deuda, reducido los salarios, contraído el presupuesto de operación del gobierno, comenzado a vender empresas referida a De la Madrid, pudiera hoy aludir a algún  devoto del Verbo Encarnado:estatales, devaluado la moneda, reducido las tarifas, suavizado las restricciones en la inversión extranjera y estimulado las exportaciones no petroleras para compensar el descenso en los ingresos petroleros (…) De la Madrid trató de hacer que la economía pareciera saludable antes de las elecciones presidenciales en México”.

Y ahora pronto, nube negra en este que el de Los Pinos convirtió en un Estado de excepción por  espionaje, derroches demenciales de los dineros públicos y una democracia de simulación, nos avientan encima al PRI. ¿Y nosotros, mientras tanto? Ah, México. (Qué país.)

México y Cuba, un pueblo

«El diario cubano Granma lamenta el fallecimiento ocurrido el domingo anterior (accidente automovilístico)  del disidente histórico Oswaldo Payá, crítico de la jerarquía católica por su acercamiento al gobierno de Raúl Castro».

Esos contrarrevolucionarios no tienen el valor para luchar con las armas en la mano. Lo que están haciendo, conspirar contra nosotros, les debe costar millones de dólares. Su propaganda contra nosotros, sus viajes, su sostenimiento: ¿de dónde sale tanto dinero? ¿De las compañías yanquis afectadas por nuestra revolución? ¿De la CIA? ¿Del Depto. de Estado? En Cuba hay pocos contrarrevolucionarios, y son impotentes para reunir alrededor otros elementos (W. Mills: Escucha, yanqui.)

Mis valedores: ¿cuál de tantas versiones de adictos y malquerientes es Cuba? Leo las crónica del combatiente de Sierra Maestra que a descargas de fusil forjó Cuba libre y de un Armando Valladares, poeta desfalleciente en las “cárceles políticas” de Cuba, que en medianejos versos –júzguenlos- lo asienta en el documento humano:

Me lo han quitado todo – las plumas, los lápices – pero me queda la tinta de la vida – mi propia sangre – y con ella escribo versos todavía.

Y en el 2010 la muerte de Orlando Zapata, opositor al régimen, después de 85 días en huelga de hambre. ¿Cuál de todas es Cuba? ¿Cuál habrá de sobrevivir? Leo esto, leo aquello, e ignorante del actual momento político de la Isla termino como empecé, preguntándome: ¿cuál de todas es Cuba? ¿Todas a una? De algo estoy cierto: su destino y el de nuestro país marchan paralelos así en los días fastos como en los infaustos; en las duras, tantísimas, y en las maduras, unas cuantas apenas. Esto nada ni nadie lo va a separar. Cuba y  México, presente en la revolución de los barbones de Sierra Maestra.

Con la Revolución Cubana todavía en la cartuchera, Juan Almeida, uno de los Doce que encendieron la mecha: “En México me encontré con Efigenio, que llegaba de San José de Costa Rica, parado en un puesto de tacos. ¿Sabes lo que es taco?»

Ya de regreso en su tierra –en su Sierra– y en plena revolución, Manuel Fajardo: “Una de las medidas más valientes de la guerra fue capturar como a   38 marines de EU. Los traté personalmente. No tengo nada contra ellos. El problema político lo separo de mi opinión personal.  Son  la gente más despreciable que puede haber en el mundo. No he visto seres humanos más corrompidos que esos”. (¿Por qué se me vinieron a la mente  ¿Guantánamo y Abu Grahib?)

Armando Valladares, poeta: “No podía ponerme en pie y me movía sentado, arrastrándome sobre las nalgas. El ensañamiento de los guardias no hay cómo narrarlo. Uno de ellos llevó una lata a los presos para que orinaran y defecaran. Cuando la tuvo llena hasta la mitad de esas inmundicias, les agregó agua y subió al techo de malla de las celdas. Fui el primero en recibir el impacto. Recuerdo a los fusilados. Pensé en Julio y en su desprecio por la vida, defendiendo sus criterios de Libertad y Patria, y pensé en todos aquellos que con una sonrisa en los labios marchaban a los paredones, pensé en la integridad de aquellos mártires que morían gritando: ¡Viva Cuba Libre! ¡Viva Cristo Rey! ¡Abajo el comunismo!”

La Cuba de Fidel, la de los exiliados, la que resiste terrorismo, bloqueos  y sabotajes: ¿cuál de todas es Cuba? Todas ellas, por supuesto. La Cuba de Fidel y la de Oswaldo Payá.  Pero entre tanto, y esto no admite duda: de pueblo a pueblo México y Cuba uno solo. México y Cuba por siempre jamás. (Vale.)

Yo no me voy a morir

Tal dijo Unamuno, y no se murió. Lo mató la muerte, que es otro cantar. Por cuanto al tema de la trascendencia que inicié el viernes pasado: en conjunción con la vinculación, el arraigo, la identidad y algunos otros que dan al humano la salud mental, la trascendencia se logra con obras de beneficio colectivo con las que el individuo agradece a Dios, a la Moira o a la Madre Natura el don inconmensurable de la vida, y con las que alienta la secreta esperanza de permanecer en la memoria de los beneficiados. Plantar un árbol, engendrar un hijo, escribir un libro, vale decir: practicar el humanismo para «no morir del todo». La trascendencia, al alcance del humanista como del delincuente, según.

Porque también con acciones negativas se llega a la memoria colectiva. Así han logrado trascender los grandes malhechores a la medida de Barba Azul, El descuartizador y Harry S. Truman, como de dintel adentro los  Goyo Cárdenas, Sobera de la Flor, El Mochaorejas,  tantos…

Así hoy mismo Fox,  el hombre de San Cristóbal,  y así ha de sobrevivir en la memoria colectiva como el corrupto que en su combate personal con el dragón de los tres colores nos resultó también un  sinverguenza que se contaminó  con las lacras del Tricolor, comenzando por una corrupción personal, familiar y de mafia, lucrativa e impune. Fox.

Ese tal  vegeta en su cubil de San Cristóbal con una familia postiza y una fama pública a ras del albañal como primer marido de una primera esposa, segundo de una de segunda, padre de hijos adoptivos que mal se llevan con los adoptivos hijastros, mamadores todos de las «buscas» sexenales. Pero hablando de mediocres…

Anda por ahí un infeliz, golem de pacotilla creado por López Obrador  y en su momento inflado hasta la nausea por la inquina de ciertos medios para atacar al trascuerno al tabasqueño.  Porque al tal Juanito, que a él me refiero,  los “medios” lo calentaron y mandaron a flotar, y perdió la cordura hasta el grado de que tantos lo vieron hace algunos ayeres cargando su estatua (hueca, de barro los pies) en un diablo menos pobre diablo que el aborto de la industria periodística. Así trascendió el Juanito con el que el tabasqueño impuso su ley. Juanitos.

Esto  me remite a otro mediocre hasta el tuétano, que haiga sido como haiga sido logró colarse a la historia, así haiga sido por la puerta de atrás y  valido de una maniobra de malas artes que le granjeó el odio de muchos, de muchos más el desprecio y el aborrecimiento de los más. Maldito per secula seculorum.

El pequeñajo no valía un tanto así, miren, según lo acusaba su biografía personal, chata y vulgar; pero como todo mediocre con aspiraciones padecía la compulsión de la notoriedad. Y cómo lograrla, que sus hechos muy poco valían. ¿Cómo? Abriendo con ganzúa el portón de la historia y colándose por la puerta de atrás. Y fue sí como apenas llegando a donde no merecía incendió, destruyó, provocó ruina y desesperación. Todo en grande, en correspondencia directa con su propia pequeñez de humano redrojillo.

Pero redrojillo y todo logró trascender,  por más que a fuego y ruinas que cimbraron la ciudad, la región, el mundo. Quién como el pequeñajo para la trascendencia negativa y atroz.

Ese, sí,  el que ustedes están pensando. Ese que incendió  el templo de Diana en Efeso, una de las siete maravillas del mundo antiguo. ¿Que si el borreguero, que tal fue su ocupación, logró trascender? Busquen su nombre en cualquier diccionario:  Eróstrato. ¿Que semejante infeliz no ha sido el único? (Pues…)

No del todo morir

La trascendencia, mis valedores, ese elemento psíquico que unido a la vinculación, el arraigo, la identidad y varios más, confiere al humano la salud mental. La trascendencia se logra a base de obras que beneficien a los demás, con las que el individuo agradece a Dios, a la Moira o a Madre Natura el don inconmensurable de la vida. La trascendencia.

En diversos programas de radio suelo analizar dichos y acciones de personajes relevantes en la historia del país, y al recorrer la  galería de tantos  figurones indefectiblemente me topo con una constante: la parcialidad y el maniqueísmo de la historia oficial, esa embustera. Este y este otro, excelsos; aquel, y el otro, nefastos.  Blanco y negro. Sin matices, a conveniencia del Poder y de sus oficiantes en turno. Sin más.

Por vía de ejemplos en el periodo de la Conquista: por cobardón y dado al pensamiento mágico logró trascender el tlatoani Moctezuma Xocoyoltzin, y por su estatura de héroe lo consigue Cuauhtémoc, todo esto en la aviesa versión oficial que oculta a lo púdico las malas acciones del «único héroe a la altura del arte», definición de López Velarde que nunca he querido entender. La historia oficial oculta púdicamente las acciones negativas  del «Aguila que desciende«, como la violencia que ejecutó en contra de  Cuitláhuac y  su nombre final de Fernando Cortés Cuauhtémoc, como se dejó bautizar el nuevo cristiano, que a la hora del sufrimiento invocaba al Dios del conquistador. Nada de esto se asienta en la historia oficial. Es México, nuestro país.

La trascendencia,  esa secreta esperanza de no morirnos del todo. Que  cuando yo sea difunto y según pasen los días, las semanas (los meses, ¿será mucho pedir?), alguno llegue a acordarse de mí; que me recuerde de buen talante, o al menos no disgustado del todo. Esta necesidad de trascendencia como uno de los condicionantes, repito, de la salud mental…

En algún programa de radio me referí a la Conquista, y de la Independencia digo a todos ustedes aquí y ahora:  ¿habrá personaje  más ensalzado por la historia oficial que Miguel Hidalgo? ¿Habrá héroes purísimos más olvidados que Fray Melchor de Talamantes, Azcárate y Primo Verdad?

Y estalló la Revolución, y con ella, ¿quién más venerado que Francisco I. Madero, espiritista y vitivinicultor? ¿Quienes más olvidados que Ricardo y Enrique  Flores Magón? Zopilotera y hedor esa historia oficial, oficialista…

Pero de pronto nos cayó encima el Tricolor, y de los individuos que sentaron sus dos reales en la presidencial, ¿alguno, de aquel almácigo de mediocres, depredadores y uno que otro asesino, merece la trascendencia, con todo y que se apoyaron en las muletas del periodismo oficioso?  Jueces, fiscales y abogados defensores, los medios de condicionamiento de masas se la viven quemando copal ante el sillón  el santón sexenal, pero no pueden evitar que contra servilismo y cortesanía al tanto más cuanto se alce el juicio del tiempo, y  los santones al desván de la historia. Desde el primer Nopalito en la historia reciente del país hasta el resto de irremediables mediocres. No el Tata Cárdenas, por supuesto; él, que nos dio ese petróleo cuyos restos ahora ofrece Peña a los gringos. Don Lázaro ha salido limpio, o casi, del juicio histórico.

Pero hablando de mediocres:  porque logró la hazaña de arrojar del paraíso al Adán tricolor, un Fox mediocre hasta el tuétano de los entresijos, sé lo que digo, logró arañar la anhelada trascendencia, pero… (Más de Fox y su apestoso Tamarindillo, el lunes.)

Zoológico

Esta vez el Poder y las masas. Para ilustrar su conflictiva  relación mi maestro plantea la siguiente analogía: ese Poder, enemigo histórico del cambio que requerimos (responsabilidad nuestra e intransferible),  es un tigre que merodea en los alrededores del caserío. ¿Cuidarnos de él, anularlo, o ¡e-xi-gir-le! que por amor a nosotros se vuelva vegetariano? Al enemigo se le vence, no se le exige (nada de armas de fuego).

Por su parte el político canadiense T. Douglas ha creado una fabulilla: las masas formamos Ratolandia, población de roedores. Para integrar el gobierno hemos elegido a una mafia de gatos a los cuales, a la vista de los destrozos que causan en la ratuna población, los alternamos  periódicamente: de los gatos blancos a los negros,  y de ahí a los pintos, y vuelta a empezar ahora con los albinos. Pero los gatos siguen devorando ratones. ¿Inexplicable? Mis valedores:

Esta vez, limitaciones de espacio, dejo de lado las formas de organización ciudadana que habrán de cambiar tan crítica situación para centrarme en la transcripción de dos notas muy a propósito como para leer entre líneas. La primera: ciertos versitos que, destinados a un Pedro F. de C..  me llegan por añadidura. Transcribo:

«El león falleció ¡triste desgracia!- y van con la más pura democracia,- a nombrar- nuevo Rey los animales.

Las propagandas hubo electorales,- prometieron “la mar” los oradores-. y… aquí tenéis algunos electores:

Aunque parézcales a ustedes bobo- las ovejas votaron por el lobo – como son unos buenos corazones. – Por el gato votaron los ratones:- a pesar de su fama de ladinas- por la zorra votaron las gallinas;- la paloma inocente,- inocente votó por la serpiente. – Las moscas, nada hurañas,- querían que reinaran las arañas;- el sapo ansía y la rana sueña- con el feliz reinar de la cigüeña.

Con  un gusano me topo – que a votar se encamina por el topo; – el topo no se queja, mas su voto – su voto se lo da a la comadreja.

Los peces, que sucumben por su boca,- eligieron gustosos a la foca;- el caballo y el perro, no os asombre,- votaron por el hombre.

Y con dolor profundo- por no poder encaminarse al trote,- arrastrábase un asno moribundo- a dar su voto al zopilote.

Caro lector ¿qué inconsecuencias notas?- Dime… ¿no haces lo mismo cuando votas

¿Ustedes, mis valedores, qué le contestan al versificador?

Y este mensaje que yo aplico al «renovado» PRI de vuelta en Los Pinos, dirigido a quienes, a querer o no, seremos sus gobernados:

«En el PRI cumplimos lo que prometemos.

Sólo los necios pueden creer que

no lucharemos contra la corrupción.

La honestidad y la transparencia son fundamentales

para alcanzar nuestros ideales

Demostraremos que es una gran estupidez creer que

las mafias seguirán formando parte del gobierno como en otros tiempos.

Aseguramos sin resquicio de duda que

la justicia social será el fin principal de nuestro accionar.

Pese a eso, todavía hay idiotas que fantasean o añoran que

se puede seguir gobernando con las mañas de la vieja política.

Cuando asumamos el poder haremos lo imposible para que

se acaben las jubilaciones de privilegio y los negocios.

No permitiremos de ningún modo que

los niños mueran de hambre.

Cumpliremos nuestros propósitos aunque

los recursos económicos se hayan agotado.

Ejerceremos el poder hasta que

Comprendan desde ahora que…»

Y ahora, al llegar a este punto lean la nota a la inversa, del último al primer renglón. ¿El resultado? Y pensar que fueron 18 millones de votos y que nosotros, las minorías… (Ah, México.)

Destino de pueblos débiles

Así que ya hay sucesor en Los Pinos. El PRI-Gobierno regresa, quién lo dijera. El Tricolor, ¿un partido de Estado, como en los tiempos antiguos? ¿Dictadura perfecta, una vez más? ¿De quién es el mérito? ¿Culpa de quién o de quienes? Porque de lo ocurrido debe haber responsables. Las masas sociales, por supuesto. Todos nosotros,  a querer o no.

En fin, que el país tiene ya  sucesor, un Peña incoloro, desdibujado, del que por ahora  poco hay qué comentar. Tarea va a ser de los medios de condicionamiento de masas forjarle carisma y una estatura de estadista que va a durarle seis años, y yo digo a los abatidos por los resultados de la votación:

Otro debió ser el elegido, a juicio de tantos, pero ánimo, no lacerarse en demasía, consolarse con la reflexión: ¿el desteñido sucesor podrá y  querrá sobrepasar el tope de los más de 60 mil cadáveres del Verbo Encarnado?

Y ya puestos en plan de especulación: ¿vuelve la dinastía tricolor? ¿Tapado, dedazo, delfín? Pienso, al respecto, en los comentarios entre burlescos y escandalizados que la sucesión presidencial provocaba en los observadores extranjeros. En el hispanófobo  Samuel P. Huntington, pongamos por caso:

 “Los presidentes mexicanos son seleccionados a través de un complejo y misterioso proceso dentro del partido oficial, al que se le denomina auscultación. Aquí entran recomendaciones, consultas, discusiones y el consenso general del actual presidente, quien desempeña el papel principal”

La revista Look:  “Este arrogante cambio de un gobierno nacional tiene lugar dentro de uno de los instrumentos políticos más deformes e intangibles, pero disciplinado y efectivo que haya ideado hombre alguno: el PRI.

La revista francesa América Latina: “La diversidad de las corrientes políticas que se sienten en el seno del PRI no impide una absoluta solidaridad en el momento de decisiones capitales. La nominación de un candidato es hecha en forma ardua, proceso que provoca muchas veces profundas tensiones internas. Pero cuando la decisión se ha tomado, la unidad se acentúa en torno del hombre que deberá ser el candidato del PRI a la presidencia de la república».

Y otra más. ¿Peña el borroso logró reunir los requisitos básicos de un aspirante presidencial? «El candidato debe contar con la aceptación del presidente en turno.

Deberá encontrarse en perfecto estado de salud y no ser violentamente feo. A pesar de que se le considere muy hombre no deberá ser muy macho. Será un hombre de familia, con una esposa que se interese en los asuntos públicos y políticos del país, pero sin interferir de forma decisiva en ellos. No ha de ser  extranjera. Norteamericana, mucho menos.

La religión del presidenciable podrá variar del catolicismo romano a la del libre pensador; pero en forma alguna ser un fanático.

Deberá ser conocido nacionalmente, y tener el consenso de los principales grupos políticos y sociales del país. No podrá identificarse profundamente con alguna de las alas extremistas del PRI, la derecha o  la izquierda.

Al joven mexicano que diga: quiere ser presidente algún día, se le juzga no como un patriota, sino como un idiota. Si abriga esa ambición debe disimular sus pensamientos, ingresar a la burocracia del PRI, trabajar con obediencia y confiar en la suerte».

Mis valedores: ¿han vuelto esos tiempos que imaginábamos en el desván de la historia? ¿Eso, y no más, merecemos? ¿A un Peña incoloro, quintacolumnista de la televisión en Los Pinos?  Destino de pueblos débiles, que se niegan a pensar. (Trágico.)

Los muertos no nos asustan

Y la memoria histórica, que no se nos vaya a morir. Hoy se cumplen 17 años  y 5 días de que  en el Vado Aguas Blancas, municipio de Coyuca de Benítez, Gro., la metralla de la Policía Motorizada destazó  las carnes (premeditación, alevosía y ventaja) de militantes de una Organización Campesina de la Sierra del Sur a la que diezmaron a fuego, sangre y dolor. Fue aquel un tiradero de cadáveres y heridos que aventó al duelo a deudos, viudas y huérfanos. Presente en la carnicería, un a modo de representante oficioso del gobierno de Rubén Figueroa Alcocer: Sotomayor Espino, Rodolfo, sub-procurador del Estado. Días después, a nombre de los matanceros, iba a declararlo el sub-procurador de marras:

– Si yo acudí a Aguas Bancas fue por órdenes del ahora ex procurador Antonio Alcocer Salazar.

Y ya.El que protegió al ex-gobernador Figueroa para que no fuera procesado como responsable de la matanza fue el propio Sistema de poder. Ese al que señalaron de autor intelectual de la masacre tenía un compadre en Los Pinos, Ernesto Zedillo. Ante la acusación de su subalterno,  se defendió en 1997 Alcocer Salazar:

– ¡Yo rechazo cualquier responsabilidad penal en la matanza de Aguas Blancas, ni tengo idea de cómo pueda ir el caso! Yo estoy alejado del asunto, no tengo ni la menor idea. Yo ahora soy comisionado del PRI en Chilapa…

Y lo que va de ayer a hoy: en noviembre de 1995 y a nombre de algún organismo defensor de derechos humanos se encrespaba una Mariclaire Acosta enérgica y decidida  hasta que caer de funcionaria foxista le melló el filo:

– ¡Rubén Figueroa es un asesino! El compadrazgo entre Rubén Figueroa y Ernesto Zedillo es un obstáculo para la aclaración y castigo de todos los hechos violentos registrado en Guerrero. A mí me parecería muy lamentable que todo un Presidente de la República apoyara a un asesino como Rubén Figueroa, y esto sólo porque es su compadre.

Todavía hoy (todavía hace lustros) para defensores de los derechos humanos de aquí y el exterior “lo sucedido en el vado Aguas Blancas no es un hecho aislado. Desde que Rubén Figueroa, compadre de Ernesto Zedillo, asumió la gubernatura (1º. de abril de 1993), habían sido asesinados 70 miembros del Partido de la Revolución Democrática  y 21 integrantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur; han desaparecido decenas de opositores; tan sólo en el municipio de Atoyac de Alvarez se han registrado más de cien  asesinatos y 23 secuestros en 22 meses”. Detrás de las cifras  la absoluta impunidad, la desidia del paisanaje,  el olvido y la paz. La de los sepulcros. Es México.

Pero la lucha de deudos y víctimas continúa: México, marzo de 1996. En nombre de las viudas y familiares de los campesinos asesinados en Aguas Blancas, Paula Galeana Baltasar entregó una carta al Sec. Gral. de la ONU, Boutros Ghali, para solicitar su intervención ante el Pres. Zedillo en procura de justicia. ¿Y? Ghali, en silencio, guardó la carta. Mientras, J. Rubén Catalán, Sec. Gral. del gobierno de Rubén Figueroa, regresó a su notaría de Acapulco, donde seguía dando fe pública como notario. Y la paz.

Noviembre de 1995. Fidel Velázquez acudió al palacio de gobierno para dar todo el apoyo de la CTM a Rubén Figueroa:

– ¡Usted, señor gobernador, sabe que a nosotros los cetemistas no nos asustan los muertos! ¡Ojalá que los demás gobernadores hicieran lo mismo que hizo usted, caiga quien caiga!

México, 28 de junio de 1995. Vado Aguas Blancas, ¿ya lo olvidamos? ¿Y Acteal, y El Charco, y El Bosque?  Es México. (Qué país.)

«¡Figueroa asesino!»

«¡Tú matas campesinos!» Y para el sucesor en Los Pinos, la memoria histórica. Acapulco, Guerrero, 28 de junio.

– Conmemoramos este 17 aniversario de estos 17 compañeros asesinados  en Aguas Blancas, municipio de Coyuca de Benítez. Este es un pequeño homenaje a estos mártires.

Los manifestantes reclamaron que ni el ex-gobernador Rubén Figueroa Alcocer ni el finado general Mario Acosta Chaparro fueran castigados por la justicia. Mis valedores:

Hace 17 años, 17 campesinos fueron asesinados y 23 más heridos en Aguas Blancas por policías del gobierno de Rubén Figueroa.  De los autores intelectuales de la masacre del dos de octubre de 1968 uno de ellos sintió todo el peso de la justicia, por más que a décadas de distancia del reguero de cadáveres desparramados en Tlatelolco. Por sentencia del juez respectivo, Luis Echeverría fue condenado a arresto domiciliario. ¿Es válido suponer que a Figueroa Alcocer,  ex gobernador de Guerrero y autor intelectual de la masacre de Aguas Blancas perpetrada el 28 de junio de 1995, la justicia lo va a castigar con arresto domiciliario dentro de algunas décadas? Para recordar, a la distancia de 17 años,  la matanza de campesinos…

Hoy hace ya 17, con 4 días,  de que  el vado Aguas Blancas, municipio de Coyuca de Benítez, se engrifó de cadáveres masacrados; una masacre, la de Guerrero, que presagiaba la de Acteal, El Charco y El Bosque,  en Oaxaca y Chiapas, y tantos crímenes más, impunes, como los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, Chihuahua, y el Edo. de México. Mis valedores:

Por que la memoria no se nos muera y por que sepamos a qué atenernos en relación al esclarecimiento de los tantos crímenes que claman justicia: el entonces presidente Zedillo prometió hacer pronta y expedita justicia. Sobre la testa de los asesinos iba a caer todo el peso de la ley y todo el rigor de la justicia. Once años pasaron, llegaron los gobiernos de Fox y el Verbo Encarnado,  ¿y?

Lo publicó en su momento el periodista Carlos Ramírez: «El día de su destape Zedillo acudió a una fastuosa residencia y fue recibido por el propietario: el gobernador guerrerense Rubén Figueroa Alcocer, su compadre».

No mucho tiempo después iba a ocurrir que Anacleto Ahuehueteco, Simpliciano Martínez, Clímaco Martínez y una docena más de paisanos, militantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur, iban a ser minuciosamente masacrados a mansalva por las balas de una Policía Motorizada que (órdenes superiores) les disparó a discreción. Detrás estaba un personaje para tantos guerrerenses siniestro, hijo siniestro del siniestro de todo Guerrero, Rubén Figueroa Figueroa: el Figueroa Alcocer compadre del dicho Zedillo. De espectador, con las balas del gobierno sembrando el almácigo de muertos, Rodolfo Sotomayor Espino, sub-procurador de Justicia de GuerreroSecretario Gral. de gobierno con Rubén Figueroa era J. Rubén Robles Catalán, y un Antonio Alcocer Salazar el Procurador de Justicia estatal. Hoy, intocable e intocado, el compadre que señalan como autor intelectual de la masacre sigue, en libertad, administrando sus negocios camioneros, uno de ellos con PEMEX.  Es México.

A 17 años justos (injustos, por la impunidad de que disfrutan los  responsables del sembradío de cadáveres), todos los implicados andan en  libertad. Yo, para apuntalar una memoria histórica que en el paisanaje es tan sutil, tan efímera y vulnerable, planto aquí algunos datos de lo que una vez rematada la labor de los matanceros ha ocurrido a nivel de justicia. (Sigo mañana.)

Y a usted, ¿cuántas víctimas lo maldicen?

Sr. Dn. Fernando Lugo,  ex-presidente de Paraguay: ¿así que destituido por el Senado de su país? ¿Bastaron sólo dos días, noche a madrugada como se fraguan conjuras y golpes de estado, para determinar que usted  no cumplió sus funciones al permitir conflictos en su país? ¿Destituido porque en su gestión  se derramó la sangre de 6 policías y 11 campesinos por un pleito de 2 mil  hectáreas de tierra propiedad de un ex-senador? Obispo primero y ahora  ex-presidente, ya sólo conserva el título de padre de varios niños con madres distintas, y no más. Lóbrego.

Perfecta maniobra, a mi juicio,  la del Senado de su país.  Previsible la destitución del altísimo compromiso de usted con sus compatriotas. ¿Cómo no ser defenestrado,  si en su conciencia carga la sangre que cabe en apenas 17 seres humanos? De heridos, ¿sólo medio centenar? Su estrategia de poquitero vino a perderlo, señor. ¿Pues en dónde quedaron, si intentaba despellejarse la maldición de mediocre, los más de 60 mil cadáveres de su guerra particular? De campesinos, señor, de policías, de narcos, de sospechosos de ser sospechosos. ¿En dónde, si hubiese querido pasar por audaz y valiente, los cientos de miles de heridos,  y muchos más desaparecidos, y pueblos fantasmas, negocios cerrados, emigración, miedo pánico? ¿Dónde en su palmarés un daño colateral de miles de niños, ancianos y mujeres inermes? Si quería pasar a la historia por su valentía y audacia atejonado detrás de miles de uniformados, ¿no disponía del monopolio de la fuerza legal? Policías de armas diversas, el ejército en pleno, una PGR que preguntara a los gringos  qué hacer y una Secretaría de Marina que se infamase cumpliendo las órdenes de la DEA. ¿Lanzó usted al descrédito a las fuerzas armadas de su país? ¿Al propio país como verguenza internacional porque usted cada día violase los derechos humanos?

Como matancero, señor, nos resultó más nefasto que Hussein, que Osama y los Bush, todos juntos. Como beato del Verbo Encarnado pisoteó la Constitución, aplastó el estado laico y tornó al país coto privado del alto clero político. No debió ser el Senado sino los propios ciudadanos. Pero… en fin.

Diecisiete ataúdes, señor. Ni la burla perdonó a los paraguayos. (Ellos,  ¿de acuerdo en su destitución como asesino intelectual? Bien por los guaraníes, ellos con las verguenzas en su lugar). Con toda razón protesta el Senado y toma  la decisión de despojarlo de su investidura. Y cómo no destituirlo, si usted no tuvo los arrestos de un visionario, del carnicero al por mayor que convirtiese el territorio guaraní en un camposanto claveteado con más de sesenta mil ataúdes, y de ese modo pasar a la historia como estadista y libertador.

Lástima. No hizo del suelo patrio  un velatorio erizado de sangre, luto, dolor, lágrimas. Bien empleada, a mi juicio, su destitución, don Fernando, y aquí el despropósito: gobiernos de la Unión de Naciones del Sur siguen reconociéndolo como presidente legítimo y le ofrecen asilo y seguridad. ¿Asilo a Caín, el judío errante? ¿A Macbeth seguridad, ese que en tanto asesino intelectual del rey  Duncan extravió el sueño  y en medio del insomnio sabía que en el resto de su vida sería un execrado, al que ningún gobierno de respeto se atrevería a proporcionarle cobijo e impunidad? Señor don Fernando: resígnese. En el escondrijo que logre agenciarse ya no podrá matar campesinos. Sólo matará el tiempo mientras el tiempo asume la responsabilidad justiciera de matarlo a usted. Que sea pronto. (Y ya.)

 

Nada hay nuevo debajo del sol

Cuando se aproximan las elecciones la política entra en celo y los políticos se animalizan y no atienden a nada que no sea el orgasmo electoral.

Porque nos puede servir de contexto, mis valedores. Dicho hace seis años en nuestro programa Domingo 6 (Radio UNAM),  ¿difiere de lo que hoy se afirma o se niega en la estridencia verborreica del gradualismo, del  cortoplacismo? Juzguen ustedes.

Y cuántos barriles de tinta, cuántos charcos de saliva se arrojan en el análisis del tinglado que el Sistema de poder la levantado para remachar la manipulación de unas masas ávidas, dependientes y desprotegidas, con nuevas paladas de carbón a la caldera politiquera  que acaben de  enfervorizar a los esperanzados a favor de este y en contra de aquél de los cinco candidatos no de todos nosotros, sino del Poder. El enajenado con la política de corto plazo:

– ¿Para ti quién ganó el debate? ¿Afectó la ausencia de López Obrador? ¿Y las propuestas de Campa, de Patricia Mercado,  de Calderón? ¿Tú le crees a Madrazo?

Al hipotético preguntón le respondo: ¿qué dice, al respecto, la historia? ¿Del primer Nopalito al actual se ha producido ese cambio que de aquel Pascual al  Vicente de hoy día prometieron a las masas sociales? ¿De Ortiz Rubio a Fox cuánto se ha depreciado el poder adquisitivo del asalariado y crecido el de los Slim? Los candidatos, ¿son nuestros candidatos, líderes naturales que  desde la fábrica, la oficina, el pequeño comercio o el agro, han venido trabajando con nosotros en la tarea de modificar para el bien colectivo las condiciones dificultosas del paisanaje? ¿Los candidatos, por contras, no lo son de los partidos políticos? ¿Son de la base social de los tales partidos o de la cúpula? ¿El Poder es aliado nuestro en la tarea de lograr ese cambio histórico que con tanta urgencia necesitamos, o es enemigo histórico de ese cambio, que significaría sustituirlo por un gobierno al que habremos de obedecer como sus mandantes? Ese cambio, ¿es tarea del Sistema o de todos nosotros? El insistente:

– ¿Pero en el debate del pasado martes quién resultó vencedor?

– Pregúntele a su vecino, a su pariente, al compañero del taller o la oficina.

– ¿El tiene cultura política y está autorizado para darme una respuesta satisfactoria?

–  El sabe tanto como usted mismo, pero escuche su respuesta y sabrá que su criterio político, como el de todas las masas del país, está perfectamente moldeado,  modelado y condicionado, por los voceros oficiosos de radio, medios impresos y, sobre todo, de Televisa y TV Azteca. Pero eso sí: cada uno de los que den a usted su opinión van a estar convencidos de que tales son sus opiniones, no las de los enajenadores de radio, periódicos y televisión.

– Bueno, sí, pero el debate.

– Copia de prácticas gringas, que una claque política tan mediocre como la mexicana no es capaz de crear, además de que la condiciona su vocación colonial.

– Pero la votación…

– La votación. Los votantes tenemos plena libertad de elegir al candidato que nos ofrezca los mejores proyectos de gobierno, pero no el poder para obligar al  candidato a que  cumpla sus compromisos de campaña. ¿Qué nos dice la historia en torno a promesas y realizaciones de LEA, JLP, el primer mediocre de las cejas alacranadas (De la Madrid) y Salinas, Zedillo, Fox?

Pero el esperanzado irredento: Bueno, sí, pero con AMLO va a ser distinto. O con  Madrazo, Patricia Mercado, Campa Cifrián. ¡Con el chaparrito Calderón ya la hicimos! Tan buena gente como parece…

Es México. (Mi país.)

El orgasmo del voto

En las elecciones los políticos mexicanos creen que pueden ganar, y el olor de la victoria los empuja a arrollarlo todo. Buscan con desesperación el orgasmo de los votos, y como se están disputando a la hembra electoral, rechinan los dientes amenazantes, lanzas acometidas salvajes y tiran zarpazos sin recato alguno.

(L.M. Anson, citado por F. Arreola.)

A tiro de piedra, mis valedores. Nuestro voto se ubica a la distancia de cinco días del siguiente domingo, cuando todos los votantes vamos a sufragar. A cruzar una papeleta, y ya. Es todo. Ahí termina el papel activo de las masas sociales en el terreno del ejercicio político que se rige por el sistema de la democracia representativa. De ahí en adelante el  triunfador en los comicios va a mandar sin obedecer, y los votantes a obedecer sin mandar. Democracia representativa.

En fin. La caldera político-electoral se requema en plena ebullición, con una presión tal que  la  aguja marca la línea roja. Ya irá cediendo de manera paulatina y aminorando los hervores, y lo inevitable: muchos de los votantes caerán en la exaltación y otros tantos en la inconformidad o la resignación.  Qué más. Qué otra cosa se puede esperar de esa maniobra ambigua que los mercachifles nos han vendido,  carísima, por democracia.

Eso, a partir del domingo próximo. Por hoy, mientras tanto, el ánimo colectivo  anda a estas horas bailando al son que le toca la diarrea de opiniones, consideraciones  y puntos de vista que se generan en radio, televisión y medios impresos, y al ritmo del son verborreico la masa social ya se alegra o se enfurece, ya se alienta o desanímase, sin detenerse a reflexionar en qué medida piensa con cabeza propia o ajena, y que el suyo puede ser un estado de ánimo inducido por intereses ajenos; contrarios, incluso, a los de las masas sociales.

Hoy, por lo pronto, padecemos el tiempo de las encuestas, imitación servil de sistemas políticos como el del vecino imperial. A estas horas nuestro país se estremece y convulsiona al sonoro rugir de la encuesta de opinión. «¿Qué opina usted de..?»  Esto, cuando otra debe ser la pregunta fundamental: «¿Sabe usted algo del tema?» Y una más: «¿Usted qué sabe del tema

Pero no. Nuestro amor propio nunca se privaría de contestar cualquiera de las preguntas de cualquier entrevistador sobre el más abstruso, el más complicado de los temas propuestos. «Yo opino que…»

Las encuestas. En torno a la escandalosa proliferación de encuestas que se han perpetrado, sé lo que digo, se escandaliza el matutino español:

«Los medios mexicanos están completamente inmersos en la batalla de las encuestas (…) Desde la campaña presidencial de 2000 -que acabó con Vicente Fox como ganador y supuso la alternancia de Gobierno- las encuestas electorales comenzaron a vivir una edad dorada que en la campaña de este año se ha convertido casi en una fiebre. Según los últimos datos del IFE, entre el 12 de abril y el 26 de mayo se publicaron 680 encuestas. Una media de catorce al día«.

Pues sí, pero la plaga de las encuestas no viene sola, que la acompaña un achaque más: el debate. Tres se han ejecutado, y alguno de los candidatos, al pretexto de que ese ejercicio representa un muy valioso material para que el votante posea materia de juicio a la hora de cruzar la boleta electoral (algo por demás improbable), ¡pedía una docena!

El debate. A propósito y a modo de comparación muy a propósito como para leer entre líneas: uno de los debates del sexenio anterior, AMLO ausente… (Sigo mañana.)

Pero no escarmentamos

Un pueblo desinformado y resignado bajo un poder omnímodo cae en la servidumbre y la degradación política y moral hasta el grado de un animal doméstico.

Tiempos son estos, mis valedores,  de verborrea,  confusionismo y manipulación de criterios. Por si a base de humildad alguno aceptase realizar hoy mismo un ejercicio de autocrítica va aquí la tesis de Fromm que a modo de espejo refleja de forma exacta el fenómeno de manipulación en que nos han sumergido la televisión y demás medios de condicionamiento de masas. Y hablando del tema, ¿qué opinan ustedes de los candidatos presidenciales? ¿Por cuál de ellos piensan votar? A propósito:

Para el psicoanalista existen dos clases de pensamiento: el genuino y el «pseudopensamiento«. El ejemplo, revelador:

Supóngase que estamos en una isla con pescadores y veraneantes llegados de la ciudad. Deseamos conocer qué tiempo hará y preguntamos a un pescador y a dos veraneantes que han oído por la radio el pronóstico del tiempo. El pescador, con su larga experiencia, reflexiona sobre el problema. Con su conocimiento del significado que en la predicción del tiempo tienen la dirección del viento, temperatura, humedad, etc, emite su juicio. Quizá se acuerde del pronóstico emitido por la radio y lo cite como favorable o contrario a su propia predicción, pero  lo esencial:  se trata de su opinión, del resultado de su pensamiento.

El primero de los veraneantes, al interrogarlo, sabe que del tiempo no entiende ni se siente obligado a saberlo, y se limita a replicar: «Todo lo que sé es que el pronóstico radial es este».

El otro veraneante es distinto. Aunque nada sepa del tiempo cree saber mucho, porque es de esas personas que se sienten obligadas a saber contestar a todas las preguntas. Piensa durante un rato y luego nos comunica su opinión, que resulta ser la del pronóstico radial. Le preguntamos sus razones. «Teniendo en cuenta tal dirección del viento, la temperatura, etc, he llegado a esa conclusión«.

Su respuesta es la misma que la del pescador, pero si lo analizamos con más detenimiento notaremos que ha escuchado el pronóstico radial y lo ha aceptado, pero sintiéndose impulsado a tener su  propia opinión en este asunto olvida que sólo está repitiendo las afirmaciones autorizadas de algún otro, pero cree que es la que él mismo ha alcanzado por su propio pensamiento.

Se trata sólo de seudorrazones;  su propósito es hacer aparecer la opinión como el resultado de su propio esfuerzo mental. Tiene la ilusión de haber llegado a una opinión propia, pero en realidad sólo ha adoptado la de una autoridad sin haberse percatado de tal proceso. Podría ser él quien tenga razón y no el pescador, pero mientras la opinión correcta no es  suya, la del pescador, aun cuando se hubiera equivocado, no dejaría de ser su propia opinión.

Este mismo fenómeno se observa al estudiar las opiniones de la gente sobre temas como  la política. Preguntemos a cualquier lector de diarios o televidente lo que piensa acerca de algún problema público. Nos dará como  su opinión una relación más o menos exacta de lo que ha visto o leído, y, sin embargo, y esto es lo esencial, está convencido de que cuanto dice es el resultado de su propio pensamiento.

Mis valedores:  cuando los llega a topar el individuo de las encuestas, ¿en cuál de los tres casos se asumen ustedes: el del pescador, el del que dice saber sólo lo que escuchó en la radio o el caso patético del tercero, que sin dudarlo contesta al encuestador?

Mucho cuidado. Autocrítica. (En fin.)

¿A tanto podremos llegar?

Curioso país; cuánto hay en nosotros de mágico y de infantil, de milagrero e irracional, con unas masas que encomiendan suerte y destino a las frases de un chamán la mañana de un primero de septiembre.

Eso es lo que ocurría durante las épocas del presidencialismo autoritario, tricolor su partido político al igual que la banda presidencial,  cuando el informe septembrino se denominaba «el día del presidente», que era de porras, aplausos y besamanos. Qué tiempos aquellos, que amenazan con retornar. Hoy, para leer un remedo de informe, el beato del Verbo Encarnado se ha visto forzado a convocar a los asalariados de la nómina y con ellos encuevarse en algún recinto hasta donde no lo alcance el repudio popular. Forzada, esporádica, alguna tanda de aplausos. Y ya. Y yo les pregunto, mis valedores: ¿están por volver los carnavales aquellos que organizaban a los santones  Echeverría y López Portillo?

Pudiera ocurrir, porque eso es México, nuestro país: la tierra del santón y del taumaturgo, del mago cortado a imagen y semejanza de nuestra esperanza siempre defraudada y renacida siempre, una y otra vez. Porque el carismático sexenal (sin importar que antes de llegar a Los Pinos haya sido un oscuro burócrata sin presencia ninguna) es nuestro espejo fiel, el símbolo que hemos colocado más allá del bien y del mal durante seis años justos, ni un día más. Y qué importa que el sumo sacerdote, antes de ahora, haya existido en la distante dimensión de lo humano, de lo mediocre; de un día para otro a lo portentoso, como sucede todo en el país del surrealismo tropical, el mesías va a arrojarse a la hoguera, purulentillo Nanahuatzin de la mitología náhuatl, para renacer Quinto Sol en el cielo de Anáhuac y ejercer las artes del chamán, el baqueano, el iluminado, del ente providencial que en su palabra da la clave y la contraseña, la seña de identidad, la mañana de un primero de septiembre. Es México.

Ayer la tarde pasé leyendo comentarios editoriales del pasado cercano, y sí, todos dicen los mismos lugares comunes después de cada informe presidencial; y es verdad lo que dicen, porque en su momento lo ha sido. Porque era la misma siempre, siempre distinta porque siempre igual, la ceremonia lustral de esa resurrección del alma colectiva que se producía en nuestra tierra a cada informe de gobierno. Eran los tiempos del Señor Presidente. Era su día, ¿lo recuerdan ustedes..?

Y entonces, tras el aplauso final, ¿crisis recurrente, carestía, corrupción, desempleo? Nada nos importa nada de nada. Ya habló el Presidente, inicial mayúscula. El chamán ha encendido el fuego del Quinto Sol. México amaneció parido otra vez, con su esperanza intacta. Y ya. Todo con el hechizo de un informe presidencial.

Era placebo para las masas sociales. La autosugestión, de no haber algo mejor a la mano. Cuánto fui a echar de menos la tarde de ayer el rito anual del informe que rendía puntualmente “nuestro Señor Presidente”, y su delirante ciclón  de datos y cifras estadísticas (ver anexos), y el éxtasis de una claque enajenada en frenesí de  vivas, aplausos y porras bajo un alucinante vendaval de confeti y serpentinas en medio de una borrachera de matracas y chirimías. Pienso, y el suspirillo furtivo: lo que va de Echeverría al beato del Verbo Encarnado, al que le está vedado el acceso al jacalón de San Lázaro. Mis valedores:

¿Volverán los tiempos aquellos de una claque enloquecida que puesta de pie ovaciona al priísta? Lo dijo el poeta: Mi país. Ah, mi país…

(Este, el de todos nosotros.)

Desmemoria y esperpento

¿Conque es muy posible que el PRI regrese a Los Pinos? ¿Conque la historia de   70 penosos años de presidencialismo autocrático y autoritario pueden dar en  el basurero de la historia, sin más? ¿Tornará ese estilo personal de gobernar de los Echeverría, Díaz Ordaz y congéneres? ¿Regresarán los tiempos del santón, del chamán, del iluminado, cuando la hoja del árbol político no osaba moverse sin la autorización del mesías sexenal? ¿A la distancia de 15 meses habrá vuelto para nuestro país  la parafernalia del informe presidencial con todo y su besamanos al estilo del López Portillo de la(s) pompa(s) y circunstancias? ¿Rendirá el hoy aspirante del Tricolor el rito anual del informe, con todo y su alucinante ciclón de datos y cifras estadísticas (ver anexos)? ¿Volverá el país al delirio de una claque enajenada en frenesí de vivas, aplausos y porras bajo un aluvión de confeti y serpentinas y al estrépito de matracas y chirimías? Mis valedores:

Curioso fenómeno aquel del presidencialismo en nuestro país. Curioso y un tanto inquietante. Tal fue mi conclusión ayer tarde, que pasé revisando viejos periódicos y examinando crónicas, reseñas y opiniones editoriales en torno a los varios informes de gobierno que a su hora rindieron Echeverría, López Portillo, y algunos de sus predecesores. Al final en mi ánimo quedó una leve zozobra y un tufo a temor, y me preguntaba:

¿Pues qué clase de país es este México, que así “avanza” a jalones de ritos presidenciales? Y hoy digo: ¿cómo era posible que la liturgia anual determinase en forma tan decisiva la vida pública del país? Porque año con año, una y otra vez, cada primero de septiembre se repetía esa  licuefacción de la sangre de San Genaro, ese prodigio nacional en  que la voz de un taumaturgo obraba en el ánimo de millones de humanos para apaciguar temores, amansar rebeldías, atemperar enconos y disipar nubarrones y turbulencias que oscurecían el futuro; todo ello de un día para otro, de la mañana de hoy al amanecer de mañana. inconcebible. Este país.

Y frente al rito chamánico qué valían pruebas; que la vida de una nación depende no de un varón sino de un juego complejo y múltiple de causas y efectos, de factores internos y externos, del gobierno, la cúpula castrense, el clero político, los dirigentes obreros y los grandes capitales de aquí y del exterior. Eran los tiempos en que el país, ave Fénix, renacía año con año al conjuro de una sola voz, mágica voz,  la de un presidencialismo que amenaza resucitar. Y ante un “¡Honorable Congreso de la Unión!” y un “¡Viva México!” qué valían los hechos…

Curioso país; cuánto hay en nosotros de mágico y de infantil, de milagrero e irracional, con unas masas que encomiendan suerte y destino a las frases de un chamán la mañana de un primero de septiembre. Extraño país que sabía transfigurarse de este día para el siguiente; que hoy anochecía oscuro para mañana renacer al modo del mundo náhuatl al calorcillo del Quinto Sol; porque la magia de un dios sexenal le dio luz y clave, le borró obstáculos y lo echó a andar. Todo con el ensalmo de unos datos, de unas cifras, de un viva México. Otro día el país amanecía  a ser distinto y robustecido; con los mismos problemas, pero distinto. ¿La realidad objetiva? Ninguna realidad importaba, que la voz presidencial recompuso la confianza y levantó el espíritu una vez más, y nos volvió menos abrumados que el día anterior. José López Portillo, ¿lo recuerdan ustedes? ¿Habrán podido olvidarlo? (De ese y alguno más, el lunes.)

La corte de los milagros

Y qué acción gubernamental, por más atroz que resulte, no va a ser «justificada» por los intelectuales orgánicos. La matanza de estudiantes por orden de Echeverría, pongamos por caso. El contexto histórico:

“Al llegar a la México-Tacuba se escuchó un disparo de lanzagranadas y aparecieron unos mil halcones que portaban macanas, varillas forradas y garrotes de bambú. Sus cargas eran respaldadas por descargas de gases lacrimógenos. Venían armados con metralletas, fusiles automáticos M-1, M-2 y M-16. Comenzaron a caer compañeros. Muertos unos, otros heridos.

Estudiantes destruyen una panel de la policía; otros toman un camión con el que tratan de embestir a los halcones. Son ametrallados. Los halcones asaltan a balazos el Rubén Leñero y se llevan a varios heridos».

Los halcones se entregaban a la persecución, a la masacre, a la caza de seres humanos y al saqueo y la destrucción, con la complacencia de los granaderos.

Halcones, estudiantes, Echeverría. De la masacre del 10 de junio, mis valedores, ¿qué opinaron desde el día siguiente obispos y periodistas, políticos e intelectuales? El            propio

Echeverría, hoy encuevado en la impunidad, se manifestó frente a unos encrespados periodistas que le reclamaban la masacre:

– ¡Si ustedes están indignados yo lo estoy más!  ¡Yo deploro y condeno los acontecimientos en los que varios jóvenes perdieron la vida!

Y el embuste que en su guerra fallida contra el narco usa Calderón:  «¡Que los mexicanos no se dejen sorprender por movimientos opuestos entre sí, ambos evidentemente minoritarios, cuyo único objetivo es la anarquía! La institución encargada dará todos los pasos que se requieran para tocar el fondo del asunto y detener a los culpables. En cuanto la investigación haya llegado a sus conclusiones ¡yo  tomaré las medidas oportunas lo antes posible!»

Carlos Fuentes: «Con la renuncia de Martínez Domínguez el Presidente de México ha demostrado quién es el Presidente: ¡Echeverría, señores!»

Y voceros del PRI: «Algunos grupos, sin tesis ni bandera, pretenden trastornar el orden público. ¡No lo permitiremos!»

Monseñor José Garibi, cardenal arzobispo de la diócesis de Guadalajara:

– Exhorto a los jóvenes a que reclamen lo que sea justo, pero siempre por los caminos legales. Es de lamentarse que los jóvenes de quienes México espera mucho, tomen caminos equivocados. Que estos muchachos, llenos de entusiasmo, de optimismo por la vida, tomen un ideal digno de ellos.

Sobre Echeverría, autor de la maniobra de excarcelar dirigentes del 68 para cooptarlos y que desde dentro desmantelasen los logros del movimiento estudiantil, Heberto Castillo, dirigente del 68 recién excarcelado y más tarde colaboracionista del gobierno del matancero:

– ¡Compañeros: yo estoy  a favor de las medidas tomadas por el presidente Echeverría! ¡Esto revela que podemos avanzar y actuar luchando por la vía legal. ¡Las brechas para el diálogo democrático están abiertas, debemos transitarlas! ¡No empujemos al Presidente al lado de los sectores más reaccionarios!

Carlos Fuentes, intelectual:

– Después de los sucesos del 68 Echeverría no tenía sino dos opciones: una era reprimir, otra era democratizar. Creo que evidentemente no ha tomado el camino de la represión, sino el de la democratización, un camino en bien del país. Afortunadamente, creo que los hechos de hoy nos dan una enorme esperanza de que el camino de la democratización ha triunfado. ¡Echeverría, señores! ¡Echeverría o el fascismo!

Mis valedores:  es México. (Nuestro país.)