Escatología gubernamental

Así que el 5 de junio Día de Luto Nacional…

– ¡Qué mierda de gobierno!

Tremenda requisitoria de un mexicano  que así califica el gobierno del Verbo Encarnado: de simple lodo biológico.

Aplastante, sí, ¿pero por qué el exabrupto?  ¿Por la crisis recurrente que en todos los órdenes cimbra el país? ¿Por la pobreza, la  carestía, el desempleo, la ingerencia de Washington en asuntos internos de este país,  el borbollón de sangre, luto, dolor y lágrimas que ha producido la guerra particular del Verbo Encarnado hasta el grado de convertir la imagen de México en una verguenza internacional? ¡Qué mierda de gobierno!

Ese fue el exabrupto que a principios de junio lanzó un ciudadano a escasos metros de la residencia oficial de Los Pinos. Lodo biológico.

Pero no. No fue la pobreza ni fue el desempleo. La escatológica expresión fue provocada por la justicia a que en el presente sexenio están sometidas las masas sociales. Porque en una comunidad la justicia es sangre y oxígeno, que es decir todo, y esa comunidad no es nada cuando la privan de la justicia y aplican las leyes a lo selectivo, a lo discrecional, a lo convenenciero. En verdad, mis valedores, qué lodo biológico de un gobierno al que una sola ventaja le advierto: que va de salida.

Pero a propósito: el  exabrupto contra Los Pinos lo lanzó a principios de junio del 2010 el mexicano Abraham Fraijo, padre de una de las 49 criaturas que fallecieron un año antes, Emilia de nombre, en la guardería ABC, de Hermosillo, Sonora. Qué justicia de excremento, se pudiese expresar ante los hechos del presente gobierno. A mediados de semana de aquel junio, por fin, el de Los Pinos accedió a recibir a unos cuantos padres de las víctimas, una lista selectiva de ellos, los que parecían menos dispuestos a linchar a Calderón. “Porque sí, se exaspera Gabriela Warkentin en el matutino: “Porque se mantiene cuidado de la imagen, de las palabras, de las presencias. Parálisis y mezquindad, así es como se lee”, puntualiza.

Por su parte, Calderón prometió ir a Hermosillo en fecha próxima, pero más tarde en Los Pinos, por temor al linchamiento, se anunció su abstención. Que compañones de lodo biológico.

La dicha entrevista se cometió, sé lo que digo, a puerta cerrada, pero trascendió el diálogo entre los padres hoy huérfanos de sus hijos y el titular del Ejecutivo, que así intentó domesticarlos:

– Les ofrezco Seguro Social para los niños lesionados.

– Queremos justicia.

–  Les ofrezco una ceremonia oficial el 5 de junio, con pase de lista de todas las víctimas, por riguroso orden alfabético.

– ¡Justicia! ¡Sólo queremos justicia!

Demeritando la enseñanza oficial, el de Los Pinos  elevó la oferta: “Que los sobrevivientes estudien en escuelas privadas”. Y a un año de distancia:  También les ofrezco que habrá apoyo psicológico para los menores lesionados”.

–  ¡Justicia!

– Puedo decretar el 5 de junio como Día de Luto Nacional.

Ellos, tercos: justicia.

– Les ofrezco estudiar cuidadosamente las conclusiones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Porque a un año de distancia, los magistrados de marras ya emitieron sus señalamientos sobre el almácigo de cadáveres de criaturas, mientras que a la justicia le cubren los ojos con una gruesa venda de fojas y folios e impunidad. Por aquellos días comentaba Alberto Barranco:

“ABC de la impunidad…”

Es que por ahí se pronuncia a sotto voce, porque ahí se asordina, se acalla algún apellido de prosapia sexenal: Gómez del Campo.

Qué mierda de gobierno… (En fin.)

La educación en México

¿Cuál es el dictamen de algunos organismos internacionales, la OCDE entre ellos, respecto a la educación pública que se imparte en nuestro país?  ¿Qué afirma, a su vez, el presidente de México? El pasado miércoles, al poner en marcha cierto programa de Escuelas de Jornada Ampliada, lo afirmó, categórico, el de Los Pinos: En la última década México avanzó de manera inédita en educación.

Para desmentirlo o certificarlo me arrimé a la maestra Graciela Cárdenas,  educadora que ha dedicado su vida a la enseñanza pública en el aula escolar, y que así me responde:

A lo largo de 35 años de trabajo docente en escuelas primarias y secundarias del DF veo la problemática de la educación en nuestro país me doy cuenta de que las situaciones difíciles a las que me enfrenté son cada vez más graves. Como se concluye en el estudio de la OCDE, Organización para la cooperación y el desarrollo económico, el bienestar de los niños mexicanos está muy por debajo del observado en los 34 países que pertenecen a esta organización. De los 45 indicadores evaluados, en 7 de ellos nuestro país ocupó el último lugar, como son los relacionados con la atención médica y mortalidad infantil, oportunidades de estudio, aprovechamiento escolar, embarazos de menores e inequidad social.

Tomando en cuenta que la construcción de la inteligencia se basa en la combinación de la genética y el medio ambiente, podemos comprobar que con estos indicadores no tenemos buenas expectativas para su desarrollo. Empezamos con números negativos, y los maestros no estamos preparados para revertir esta situación social adversa, aparte de que contamos con escaso apoyo institucional.

Hay que agregar, además, la violencia social en la que se encuentra México. Según el estudio mencionado, más de 700 niños son asesinados al año; 3.5 millones de menores trabajan para ayudar al gasto familiar; hay niños involucrados en más del 70 por ciento de los hechos delictivos; la tasa de suicidios de niños se ha duplicado en 20 años y 21 millones de ellos viven en la pobreza extrema.

Por otra parte, la violencia social se refleja en los alumnos en formas diversas que van desde depresión, ansiedad, falta de atención y desinterés por aprender, hasta conductas de agresiones verbales y físicas que llegan a causar daños graves. La falta de preparación del maestro para atender estos conflictos provoca  que se agraven aún más, pues en la mayoría de las veces se  recurre al castigo o a la expulsión en lugar de aplicar medidas que demuestren la forma racional de solucionarlos.

Tocante a indicadores relacionados con la familia también tenemos datos negativos: uno de cada 10 niños no cuenta con el material necesario en su casa para hacer la tarea. Tenemos la tasa más alta de desnutrición infantil entre las naciones de la  OCDE, y nuestro país ocupa el primer lugar en violencia física, abuso sexual y homicidios de menores de 14 años a manos de sus padres.

Como en las familias existen carencias culturales muy graves, la limitación en el lenguaje impide la comunicación clara de sus ideas y, por desgracia, los maestros somos también el resultado de esa sociedad, de esas familias y de esas escuelas. Es por ello que sólo podemos transmitir eso mismo que aprendimos, aunque hay quienes, conscientes de esas carencias, buscan opciones para superarlas. La necesidad de preparación continua para docentes se realiza a través de cursos de actualización que anteriormente se impartían los sábados o en vacaciones. Hoy día…

(Esto sigue mañana.)