Zoológico

Esta vez el Poder y las masas. Para ilustrar su conflictiva  relación mi maestro plantea la siguiente analogía: ese Poder, enemigo histórico del cambio que requerimos (responsabilidad nuestra e intransferible),  es un tigre que merodea en los alrededores del caserío. ¿Cuidarnos de él, anularlo, o ¡e-xi-gir-le! que por amor a nosotros se vuelva vegetariano? Al enemigo se le vence, no se le exige (nada de armas de fuego).

Por su parte el político canadiense T. Douglas ha creado una fabulilla: las masas formamos Ratolandia, población de roedores. Para integrar el gobierno hemos elegido a una mafia de gatos a los cuales, a la vista de los destrozos que causan en la ratuna población, los alternamos  periódicamente: de los gatos blancos a los negros,  y de ahí a los pintos, y vuelta a empezar ahora con los albinos. Pero los gatos siguen devorando ratones. ¿Inexplicable? Mis valedores:

Esta vez, limitaciones de espacio, dejo de lado las formas de organización ciudadana que habrán de cambiar tan crítica situación para centrarme en la transcripción de dos notas muy a propósito como para leer entre líneas. La primera: ciertos versitos que, destinados a un Pedro F. de C..  me llegan por añadidura. Transcribo:

«El león falleció ¡triste desgracia!- y van con la más pura democracia,- a nombrar- nuevo Rey los animales.

Las propagandas hubo electorales,- prometieron “la mar” los oradores-. y… aquí tenéis algunos electores:

Aunque parézcales a ustedes bobo- las ovejas votaron por el lobo – como son unos buenos corazones. – Por el gato votaron los ratones:- a pesar de su fama de ladinas- por la zorra votaron las gallinas;- la paloma inocente,- inocente votó por la serpiente. – Las moscas, nada hurañas,- querían que reinaran las arañas;- el sapo ansía y la rana sueña- con el feliz reinar de la cigüeña.

Con  un gusano me topo – que a votar se encamina por el topo; – el topo no se queja, mas su voto – su voto se lo da a la comadreja.

Los peces, que sucumben por su boca,- eligieron gustosos a la foca;- el caballo y el perro, no os asombre,- votaron por el hombre.

Y con dolor profundo- por no poder encaminarse al trote,- arrastrábase un asno moribundo- a dar su voto al zopilote.

Caro lector ¿qué inconsecuencias notas?- Dime… ¿no haces lo mismo cuando votas

¿Ustedes, mis valedores, qué le contestan al versificador?

Y este mensaje que yo aplico al «renovado» PRI de vuelta en Los Pinos, dirigido a quienes, a querer o no, seremos sus gobernados:

«En el PRI cumplimos lo que prometemos.

Sólo los necios pueden creer que

no lucharemos contra la corrupción.

La honestidad y la transparencia son fundamentales

para alcanzar nuestros ideales

Demostraremos que es una gran estupidez creer que

las mafias seguirán formando parte del gobierno como en otros tiempos.

Aseguramos sin resquicio de duda que

la justicia social será el fin principal de nuestro accionar.

Pese a eso, todavía hay idiotas que fantasean o añoran que

se puede seguir gobernando con las mañas de la vieja política.

Cuando asumamos el poder haremos lo imposible para que

se acaben las jubilaciones de privilegio y los negocios.

No permitiremos de ningún modo que

los niños mueran de hambre.

Cumpliremos nuestros propósitos aunque

los recursos económicos se hayan agotado.

Ejerceremos el poder hasta que

Comprendan desde ahora que…»

Y ahora, al llegar a este punto lean la nota a la inversa, del último al primer renglón. ¿El resultado? Y pensar que fueron 18 millones de votos y que nosotros, las minorías… (Ah, México.)

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