Que lo callen

Las desviaciones psicológicas, mis valedores, las deformaciones de la personalidad. ¿Alguno de ustedes habrá leído Bartleby, donde Melville refiere el  caso del escribano aquel? Cierta mañana, al recibir de su jefe la orden: “Copie estos documentos”, “preferiría no hacerlo”, le contestó Bartleby. Y de ahí en adelante, en una extraña actitud de resistencia pasiva y rotura total del orden establecido, a todo y a todos contestó lo que sería su desgracia:  “Preferiría no hacerlo”. Así hasta un final acorde con tan extraña manía.

Como resultado de una decepción amorosa Edgardo (comedia de Jardiel Poncela) decide nunca más levantarse de la cama, donde transcurre su vida de todos los días, hasta que cierta noche… En fin.

Leí de la chifladura del sabio aquel, personaje incidental de Mascaró, el cazador americano, novela de Haroldo Conti, que lo llevó a perfeccionar una bicicleta voladora con la que se dio a vivir en las alturas y desde su eminencia regodearse en orinar a los viandantes. Y qué decir del protagonista de El barón rampante, novela de Italo Calvino, al que pega la chifladura de vivir trepado a los árboles del bosque ribereño de la ciudad,  sin nunca volver a poner un pie en tierra. Extraño.

Oskar, en El tambor de hojalata, de Grass; un día, a sus pocos años de edad, decide ya no crecer; en plan de adolescente transcurre su vida. El licenciado Vidriera, del autor de El Quijote,  se cree forjado de vidrio y se cuida de que nadie lo vaya a romper. Y a propósito:

A ese otro, al que estoy pensando, yo no le pido que se vuelva de vidrio y viva espantado de que algún tabasqueño me lo vaya a estrellar, ni que en lo alto de una columna viva de hinojos y en oración hasta que levite. No le voy a pedir que decida no alzarse más de su cama y deje en paz mi país. No le habré de pedir que se encarame en algún armatoste volador para que desde allá arriba siga emporcándonos con sus desechos corporales. Yo, de él…

De él sólo hubiera querido que al modo de Bartleby (a cuyo temple no le llega ni al dedo meñique del pie derecho; el izquierdo, que es zurdo) tuviese los hovos del escribano, de modo tal que cuando el gringo le impuso la Iniciativa Mérida o esos contratos de riesgo en PEMEX que tanto lesionan al país y tanto nos lesionan a los mexicanos él, de repente varón de tamaños en su nidal, a las exigencias de Washington hubiese replicado, y no más: “Prefería no hacerlo”. ¿Pero él?

Ah, si al contrario de El barón rampante él ya abandonara la copa, no la de su afición sino la de Los Pinos, que no están para sus pinitos políticos, y dejara ya de andarse por las ramas. Y lo mejor de lo mejor, mis valedores:

Que él, como los monjes cenobitas que yo de seminarista intentaba emular, de aquí al primer día de diciembre intentase hablar con neuronas, no con las  glándulas, salivales y de las otras. Que de aquí a entonces dejara ya de opinar, declarar, recalar, recular, acusar, acosar, atracar, atacar, contra-atacar, desdecirse; que pensara para hablar y no hablara para pensar y darnos a todos en qué pensar, y alarmarnos con esa salivosa diarrea que a todos salpica. Que de aquí hasta diciembre, si es que alcanza a llegar, resistiera la compulsión. ¿Que tantea no poder?  Lavativas de Prozac, tal vez. De ansiolíticos, mejor. Una trepanación, lo máximo. ¿O vamos a seguir aguantando esa su voz, «amigas y amigos», mientras nos miente sobre su guerra particular contra el crimen organizado, que casi  «va ganando» mientras «casi» logra atrapar al Chapo Guzmán? (¡Agh!)

Brigada Carbajal

Décima  Asamblea Ordinaria del partido de marras, que se llevó a cabo en octubre de 1979. Finalizaba la X Asamblea Ordinaria del Tricolor, que por aquel entonces tenía de presidente al veracruzano Gustavo Carvajal. Ahí, ante una claque enfebrecida, a todo micrófono juró a gritos Carvajal:

– ¡Nuestro Partido es un Partido de signo imperial o neocolonialista, y luchamos contra el intervencionismo, la amenaza del uso de la fuerza y la imposición armada que avasallan hombres y naciones!  ¡Un partido que habrá de preservar con acciones concretas la dignidad del hombre, la integridad de la familia y la soberanía de la nación!

La claque: “¡Que siempre sea aceptada – como doctrina ideal – la ideología equilibrada – de nuestro PRI nacional!”

Encarrerado, Carvajal: “¡El PRI quiere tener militantes reales, ser la avanzada de la sociedad mexicana, recoger y apoyar las causas y las demandas efectivas de sus sectores, las mayorías del país! ¡El PRI quiere ser la vanguardia y el impulsor del Estado, no su agencia electoral ni su gestoría politiquera! ¡Quiere ser un partido revolucionario y de vanguardia, profundamente nacionalista, democrático, antiimperialista! ¡Un Partido moderno, a la altura de nuestros días, que entienda e impulse las tareas fundamentales, la militancia eficaz, consciente, y la lucha revolucionaria tenaz, al lado de los grupos mayoritarios de la nación! ¡Un Partido que desecha a los miembros vergonzantes, a los simuladores y a los claudicantes; políticos de máscara que se hacen presentes sólo en momentos electorales y de campaña con el atuendo de priístas!

Brigada Carvajal: «¡Y que viva día con día-con sus hermosos colores -esta digna trilogía -con su historia y sus colores!”

Mientras, en La República, órgano oficial del PRI,  mayo de 1989: “En nuestro partido, democracia y justicia social se corresponden. Porque los tiempos que corren exigen identificación con los desheredados y los humildes. El PRI es el abanderado de las causas sociales. El PRI quiere seguir siendo el partido de la legalidad. El PRI sí tiene una clara definición internacional por la soberanía, la democracia y la equidad. ¡Somos el hoy, la raíz, el horizonte!”

En febrero de 1990, lo publicó la revista española Cambio 16:

“Al comienzo del septenato felipista, tras la victoria electoral de PSOE en octubre de 1982, un alto dirigente del partido, Guillermo Galeote, realizó un comentario tan preocupante como revelador: “Vamos a montar el PRI en España. Vamos a estar veinte años en el poder”. La afirmación fue, ciertamente, para poner los pelos de punta, porque como los lectores saben muy bien, el modelo de democracia a la mexicana no es otra cosa que una dictadura que mantiene en el poder, desde hace más de medio siglo, a la densa burocracia del Revolucionario Institucional, basada en el férreo control de la sociedad, las mas descaradas trampas electorales, la corrupción desbocada y una cierta retórica institucional de izquierdas -que se intensifica en los gestos de su política exterior- corno mero barniz justificador de una supuestas señas de identidad progresistas.

Nada, sin embargo, tan definitorio del estilo de gobernar del PRI, como la corrupción, que alcanza del mismísimo Presidente de la República al más modesto de los funcionarios de Estado. La prensa, casi toda comprada por el PRI, ha gozado de especial atención por parte de esos gobernantes”.

Mis valedores: el PRI ha revivido e intenta el regreso, ¿pero en algo ha cambiado? ¿Cómo, por qué, desde cuando?  (Es México.)

Vengativo dios

Desentrañar los símbolos, mis valedores. Tal es la forma en que podemos entender y aprovechar al máximo las lecciones que nos brindan los mitos. Prometeo y Epimeteo en la mitología griega. ¿Conocen ustedes el mito?

En la más conocida de sus versiones Prometeo roba el fuego del Olimpo y lo obsequia a la humana ralea, que con ese elemento en las manos inicia una civilización que iba a culminar con la atómica sobre  Hiroshima y Nagasaki. La humana condición.

Para castigar la hybris (desmesura) que contra el Olimpo perpetró Prometeo Zeus manda modelar en barro una figura de mujer a la que Atenea infundió la vida con un soplo en la nariz. Pandora la nombran y, venganza divina, Zeus le da la  famosa caja que debía entregar a Prometeo y que sólo él debe abrir. Pero de un enemigo nada bueno puede esperarse.  Prometeo desecha el obsequio, qué bien.

Qué mal, porque deslumbrado por la frutal sota moza se entromete Epimeteo: «Caja y mujer yo sí las recibo». Qué mal, porque la curiosidad vence a esos insensatos, que desobedecen el mandato de Zeus (aquí yo  advierto su paralelismo con la prohibición de Dios a Eva y Adán).  Epimeteo abre la caja, de la que escapan todos los males que chicotean a la humanidad, sólo quedando en el fondo la esperanza. Y así hasta hoy. Mis valedores:

Aquí yo imagino el complemento del mito: «No pude vengarme de «Prometeo. Es un idealista y, como tal, invencible. Epimeteo, por contras,  es un mediocre vil, y los mediocres son vulnerables».

Pues sí, pero por mediocres no valen una venganza divina, por lo que Zeus lo decide: «Ahora habré de vengarme no contra la calidad, sino contra la cantidad que representa esa humana ralea que de forma inmerecida recibió el fuego divino, y que  va a hacer mal  uso del  nuevo don».

Y horror, el castigo. Esa misma caja, que el azorado mediocre Epimeteo aún sostenía en sus manos, el dios la transforma en… (hasta dónde puede llegar la maldad de los dioses.)

– Pero Zeus, que eso significa otorgarles una nueva versión del fuego divino. Hasta el Olimpo  los descendientes de Prometeo elevarán su civilización.

– Pocos son sus descendientes. La de Epimeteo será la ralea que maneje el don, y a lo desastrado.  ¡Ahí va, refuerzo de la TV.,  mi venganza contra los humanos!

Y ándenle con el prodigio. ¿Pues no transformó en computadora la caja de Pandora? Y con celular integrado, internet, I-Pod,  juegos electrónicos, pornografía y demás.

Cumplida venganza de Zeus. Contra los pocos que sacan provecho del prodigio electrónico lo malgastan los muchos, y derrochan y desperdician.  Esa caja de Pandora fue en un principio exclusividad de mediocres adinerados, y de mediocres de medio pelo después, hasta llegar a los  jóvenes ni-nis, a los jóvenes estudiantes y a jóvenes de todo carentes y ávidos de todo. Jóvenes viejos. De espíritu.

Ustedes, mis valedores, los que viajan en el metro y demás  transporte público de aquí y de todo el  país, ¿han observado la metamorfosis de un joven cualquiera? Animoso, vital hace algunos ayeres; platicador, audaz, enamoriscado, el viaje se pasaba observando faldas y minifaldas, y observándolas se pasaba tres, cuatro,  estaciones. ¿Hoy cómo invierte su tiempo de vida? Audífonos en las orejas, jorobado  sobre celular, I-Pod, nintendo. Obsérvenlo:  aislado del mundo, de la realidad, de su tiempo. ¿Qué quedó de aquel joven que absorbía vida por todos sus poros? ¿Dónde clava sus relumbrosos ojillos, si no en la pantalla que convirtió en opiáceo de una vida inútil? Ah, Zeus. (Lóbrego.)

El hoy, la raíz, el horizonte

El Revolucionario Ins. y su celebración de miércoles, mis valedores. De domingo, más propiamente. El pasado 4 de marzo cumplió el susodicho 83 años de vida, y los celebró dentro del más estridente de los optimismos de cara  a las elecciones del próximo 1o. de julio. Muy explicable, si nos atenemos a la manipulación politiquera que remece los cimientos del país, la que hasta el día de hoy parece favorecerlo. El PRI, juran encuestas y sondeos de opinión, puede ganar los comicios del próximo 1o. de julio. Aberrante, sí, ¿pero las otras opciones para el sufragante?

Recuerdo la escandalera que alzó una X Asamblea Ordinaria del partido de marras, que se llevó a cabo en octubre de 1979. Finalizaba la X Asamblea Ordinaria del Tricolor, que por aquel entonces tenía de presidente al veracruzano Gustavo Carvajal. Ahí, ante una claque enfebrecida, a todo micrófono juró a gritos Carvajal:

– ¡Nuestro partido es un partido revolucionario y de vanguardia. Nuestro partido es profundamente nacionalista, democrático y antiimperialista! ¡Es un Partido que como consecuencia de la Reforma Política ha sido elevado al rango constitucional de institución de interés público!

¡El nuestro es un Partido revolucionario, porque habiendo surgido del movimiento social de 1910, sostiene la voluntad de cambio y transformación de la sociedad, que alienta en el pueblo de México y en sus instituciones! ¡Es un Partido de vanguardia, porque saliendo al encuentro de las aspiraciones y exigencias del pueblo, abandera y guía sus luchas reivindicadoras!

Delirante, la  Brigada Carvajal: ¡Hoy surge para la Historia – de nuestro PRI nacional – luz de esperanza y de gloria – en el hombre probo y leal!

El tal: “¡Nuestro Partido es un Partido nacionalista, porque somos nosotros, sus integrantes, los que resolvimos crear con nuestras propias ideas, recursos y experiencias, el instrumento de lucha para alcanzar y acrecentar la emancipación política y académica del país, entendiendo el poder como herramienta para servir los intereses exclusivos de la Nación..!”

¡Un Partido democrático, porque entendemos y practicamos la democracia como un sistema de vida igualitario económica, social y culturalmente, y porque siendo sus integrantes políticamente iguales y con derechos y responsabilidades semejantes, estamos convencidos de alcanzar el consenso y tomar decisiones por mayoría de votos y mayoría de razón, uniendo así valores de cuantía y calidad que a todos nos obligan!

La Brigada Carvajal: “¡Es imperativo actual – para México integrado – que Gustavo Carvajal – llegue a ser hoy confirmado! – ¡En esta evaluación tan importante- hoy se afirma la lealtad – que el trabajo, dicha palpitante” – siga avante con Carvajal!

El susodicho: ¡El nuestro es un Partido antiimperialista, porque habiendo el pueblo pagado tan alto costo por su independencia y derecho a tener patria, rechazamos todo intento de sumisión política, económica y cultural.  ¡Nuestro Partido es un partido antiimperialista. Rechazamos todo intento de sumisión política, económica y cultural; cualquiera que sea su lema o procedencia; reprobamos toda manipulación, intromisión o sojuzgamiento hegemónicos, de signo imperial o neocolonialista, y luchamos contra el intervencionismo, la amenaza del uso de la fuerza y la imposición armada que avasallan hombres y naciones! ¡Un Partido apoyado en los obreros, los campesinos, la clase media progresista, la juventud y por último, la mujer!

Por último, dijo.  (Mis valedores: esto sigue mañana.)

De magia y encantamiento

Estas son las mañanitas que cantaba el rey Gabriel. Para el celebérrimo de Aracataca Cien años de soledad se le han tornado cien años de compañía sin fronteras. A la hora de conmemorar sus 85 años de vida no se escoge una fecha determinada, sino que se toman días y el festejo no tiene para cuando acabar. García Márquez.

Estas son las mañanitas que el mundo entona al universo de magia y encantamiento que García Márquez ha construido con el material de los sueños, esas fabulaciones que resultan ser hijas legítimas de lo real maravilloso con que el autor vino a toparse, según propia confesión,  en La metamorfosis de Kafka y Pedro Páramo, de Juan Rulfo, entre otros autores.

 García Márquez. Cien años de soledad es el Quijote del siglo XX, como lo afirman sus estudiosos, que algún editor mexicano desechó por enrevesado, y que a partir de su publicación se editó al ritmo de una reimpresión por semana, hoy  traducido a 40 idiomas. Están, para al autor, todas sus obras de ficción, soberbias, si nos desentendemos, a mi juicio muy personal,  de las Memorias de mis putas tristes.

García Márquez. Ahí está, festejándolo, su soberbio trabajo periodístico, con el Relato de un náufrago y todos los demás. (Porque la desconozco no me hago una idea de su única obra de teatro: «Diatriba de amor contra un hombre sentado». Conozco, por contras, una de sus obras primerizas, que el colombiano entregó a Francisco Zendejas, con una muy humildosa dedicatoria manuscrita, y que el crítico solapero desechó. De una librería de viejo rescaté la novela. Por María de mi corazón conozco en persona al colombiano.)

Preseas, homenajes, reconocimientos, festejos: incontables, aquí y allá. Pero también tres, cuatro golpes en la vida hazañosa del hombre de Aracataca: cuatro golpes que han trascendido recibió hasta ahora en vida: el primero de ellos su amistad con Fidel Castro, contra la que han protestado tantos enemigos del comandante, como el escritor cubano Reinaldo Arenas, ya fallecido, que en su libro de memorias titulado Antes que anochezca señala que en 1980 García Márquez acompañaba a Castro mientras éste pronunciaba un discurso en el que acusó de «chusma»  a refugiados asesinados en Perú. Desconozco tal episodio.

Otro golpe: debido a sus opiniones sobre el imperialismo norteamericano fue considerado subversivo y se le negó la entrada a Estados Unidos. Cuando Bill Clinton llegó a la Casa Blanca declaró que Cien años de soledad era su novela favorita. Se le levantó de inmediato la prohibición de entrar a EU.

Un golpe más: en 1999 le fue diagnosticado un cáncer linfático. La reacción del autor de Crónica de una Muerte anunciada:

«Hace más de un año fui sometido a un tratamiento de tres meses contra un linfoma, y hoy me sorprendo yo mismo de la enorme lotería que ha sido ese tropiezo en mi vida. Por el temor de no tener tiempo para terminar los tres tomos de mis memorias y dos libros de cuentos que tenía  a medias, reduje al mínimo las relaciones con mis amigos, desconecté el teléfono, cancelé los viajes y toda clase de compromisos pendientes y futuros, y me encerré a escribir todos los días sin interrupción desde las ocho de la mañana hasta las dos de la tarde».

El cuarto golpe fue El amor en los tiempos del cólera: el descontón alevoso que por mitotes y chismarajos de buenos amigos le propinó Mario Vargas Llosa, que  lo dejó tirado en el piso. Fue El otoño del patriarca.

Gabriel García Márquez. Estas son las mañanitas y enhorabuena.  Qué más. (Qué mejor.)

Del esperpento

La cita reciente del columnista, que alude al viaje de  López Portillo a Madrid, me llevó a la efeméride y a la reflexión de que hoy, cuando menos, ya no ocurren tales excesos.

Fue en octubre de 1977. López Portillo anocheció en Los Pinos y fue a amanecer en España, siempre con Luz y Alegría, pero también con las arracadas de Carmen Romano, su piano de cola y su cola de cadetes, director orquestal, secretario particular, servidumbre y Uri Geler.

López Portillo visitaba España, pero no en plan  discreto, austero y decoroso como cuadra al representante de un país pobre y empobrecido; no al modo como Felipe o Juan Carlos visitan México, sino a lo barroco, tropical, subdesarrollado. Fue aquel un viaje cargado, recargado de pompa(s) y circunstancias, muestrario de lo pomposo y abigarrado, rumboso, rimbombante y esperpéntico. JLP se llevó entre las espuelas su corte de los milagros apilada en flotillas de aviones de redilas atascados de políticos, reporteros y periodistas, intelectuales y faranduleros, mariachis y bataclanas, tunas y  rondallas, Lolas Beltrán y Pedros Vargas,  caricaturistas y cocineros, nanas, queridas, chichiguas, y todos los gastos páguenlos las masas sociales.

Comentó el periodismo el alarde de gusto payo y nulo decoro del viaje de marras.  El Nacional: ¡Fiebre en Madrid! ¡JLP sacude al pueblo español! Novedades: ¡La voz del hijo grande en la casa materna! Excélsior: ¡Quetzalcóatl en España. Cuatro décadas de espera!

Y un Montenegro: “El Sr. Presidente don José López Portillo llega a la Península después de 40 años de espera, imitando la luminosa estela de Quetzalcóatl».

El Sol: Parafraseando a García Lorca y a Hemingway: estandartes y faroles invaden las azoteas, y España es hoy, con la presencia mexicana…¡una fiesta! En El Heraldo, un Tardiff: “Con clara sonoridad de barítono, sin recursos oratorios ni frases lapidarias, desató don José López Portillo el torrente de la historia de las instituciones y el derecho español”.

Lo comentaba, adulón, un Rafael Solana, cantor de primeras damas: “Un equipo numeroso y preparado, de gente muy experimentada y capaz, precedió al Lic. JLP y le preparó el terreno para que a su llegada y su permanencia en Madrid tuviesen una resonancia que sin duda han superado, en mucho, a la de otros Mandatarios. La villa del oso y del madroño resonó, vibró, atacada en varios frentes, incitada desde diversos ángulos: los reyes en el aeropuerto, y en el helicóptero, las dos grandes cenas de Estado, el aparato cortesano de las visitas, las academias y sus envidiables honores, los mariachis en la Plaza Mayor, los cantares más populares de la música mexicana en el séquito, y golpe el más vigoroso y el más resonante, la exposición de arte, bien anunciada y rica en joyas de gran valor intrínseco, que no han podido menos que despertar algo más que interés, verdadera conmoción en Madrid”.

 Ovaciones: “¡Primeros logros: empresas México-españolas  para explotar nuestra riqueza petrolera! ¡España aportará barcos y tecnologías! ¡Nosotros, los mares y litorales”.

Pues sí, pero en el matutino Melchor Adalid: “¿Cuánto costó el viaje? ¿Cuántos fueron? ¿Cuántos regresaron? ¿Cuánto gastaron? ¿Cuándo nos dará cuentas?” Y desde Madrid Juan Ibarrola Jr.: “La situación la pintó llegando al Palacio de Oriente –severa y fría recepción- un edecán militar español, quien tocado de boina vasca se llevó la mano a la frente y al ver la comitiva, dijo: Hostias, y pensar que faltan todavía siete días…”

Clama el poeta: Mi país. (Ah, mi país.)

De la mujer

“Hemos vivido por siglos en una cultura sexista, discriminatoria de la mujer, creada por una sociedad patriarcal que se originó en las primeras divisiones del trabajo y se consolidó al surgimiento de la propiedad privada”.

Ocho de marzo, Día Internacional de la Mujer, vale decir: fecha en que día en que la mala conciencia del macho festeja a su víctima. Y a propósito: todavía en los 20s. en nuestro país la mujer debía guardar silencio, hablar sólo cuando se le preguntase algo, limitarse al lavado de trastes y cocinar. “No les anden dando alas a las viejas, clamaba un funcionario; luego van a querer hasta votar a nivel nacional, meterse a la política y traer a otras bravuconas como ellas para que armen pleitos rancheros a diestra y siniestra”.

Lúcido, Octavio Paz:

“La opresión de la mujer sólo ha podido sostenerse con el reforzamiento continuo de una ideología que es impuesta y reforzada a través de las instituciones, las leyes, la familia, la educación y los medios masivos de comunicación!”

Irónica,  una bailarina de profesión:

Por qué, para qué día de la mujer. Yo cada día veo más prostitución. Niñas desde los 14 años como prostitutas, drogadictas, limosneras, limpiaparabrisas. Cada día descubro una ciudad donde nos debemos cuidar de los rateros y violadores casi tanto como de los policías. Veo que se hace más agresiva la convivencia social porque los valores humanos se van perdiendo. ¿Día Internacional de la Mujer? Bah…”

Lo que debe  la mujer a los beatos del Verbo Encarnado:

– Quedaron muy atrás los años en que la libertad de las mujeres capitalinas se expresaba en un tránsito seguro a cualquier hora por el DF. ¿Quién de nosotras se atreve a ir a una fiesta sola y al salir pararse en una esquina a esperar un taxi? ¿Quién de nosotras está segura, bien o mal vestida, joven o madura, de día o de noche, en automóvil o a pie, en esta ciudad? Sobre nosotras se ejerce un poder opresivo que se manifiesta, en sus grados más extremos, en la violencia física y, más acentuadamente, en actos de violación sexual.

La vocera del Inst. Nal. de la Mujer: “En Michoacán, para poder trabajar, la mujer tiene que pedir permiso a su esposo. En México, el abuso sexual de menores no es considerado como delito grave. En la legislación de 24 Estados hay figuras discriminatorias y vejatorias de los derechos de la mujer, a grato tal que mucho más penado que una violación es el robo de ganado”.

La mujer se lo debe al gobierno: “Antes enviábamos a nuestras hijas por la leche de Liconsa, pero cuántas no fueron violadas en el microbús, se queja un ama de casa. Ahora hacemos el viaje nosotras mismas, al fin que ya no somos señoritas. Pero el terror está en que nos vayan a contagiar de SIDA».

Feminicidios en Cd. Juárez. En 2003 el entonces gobernador de Chihuahua,  Patricio Martínez: “Lo único que en mi sexenio ha ocurrido y ocurre son demasiados problemas conyugales y sentimentales, que derivan en homicidios. De ahí que yo ya haya exhortado a no dirimir estas diferencias con asesinatos”.

Día Internacional de la Mujer. La joven violada, al juez:

“Yo luché contra ellos, se lo juro…” Imposible contener el llanto. “Al sentirme violada me abandoné… traté de no pensar… de que pasaran rápido aquellos minutos tan largos –languidece toda ella-. Tan largos…”

Norberto Rivera, cardenal de la Iglesia Católica,  desde el púlpito: “¡La mujer violada que se atreva a abortar queda automáticamente excomulgada y debe ir a dar con sus huesos a la cárcel!”

(México.)

Programa Domingo 6 – 04 marzo 2012

Programa Domingo 6 correspondiente al 04 marzo 2012. En este programa el maestro Tomás Mojarro habla sobre México y su relación con Estados Unidos, así como también de la Doctrina Monroe acerca de cómo el país vecino ha abusado sistemáticamente de todos los países latinoamericanos.

Calderón y su estatua

Tal es la duda, mis valedores,  entre los contertulios de Cádiz: cuando a Calderón lo saquen de Los Pinos en dónde irán a instalar su estatua, y si el gasto respectivo vaya a rebasar el de la Estela de Luz.

El arte estatuario fue tema central en la tertulia de anoche, donde aludí a Fidias y Praxiteles y  a los bronces y mármoles erigidos a los olímpicos Zeus, Atenea y tantos más. El tema iba a descender hasta celebridades autóctonas como Jacobo Zabludosky, cuyo busto se develó hace algunos ayeres. “Se lo merece», afirmó don Tintoreto. «Como comunicador de radio y TV tuvo un nebuloso pasado, que ahora, en la radio, se clarifica y se torna de corte progresista”. Los comentarios:

Abyección politiquera. Novedades. “Almacenes Nacionales de Depósito (ANDSA), impuso el nombre de Díaz Ordaz a su sistema mecanizado y bodega del Valle del Carrizo. López Portillo,  representante de López Mateos, descubrió la estatua de Díaz Ordaz”. La Prensa. “El Director general de ANDSA, Lic., Miguel Osorio, como último acto de su administración develó un busto del presidente López Portillo e impuso el nombre del mandatario a los almacenes de mayor capacidad en el país”.

Todos hablamos de estatuas. De la de un Pepe Alameda. ¿Recuerdan ustedes a aquel untuoso atildado que domingo a domingo reseñaba las corridas de toros? Vanidoso insufrible:

«A la espalda del busto que me colocaron en la entrada de sombra de la plaza de León, alguien descubrió que había unas letras grabadas. No en el pedestal, sino en el rostro de mi efigie. Es que el artista Peraza había grabado un soneto mío, colocando además al pie un facsímil de mi firma, que tomó sin duda de la que le había dado para la placa que está en la puerta principal de la plaza México”.

El Heraldo. “Junto a las del Ayatollah, Pedro Infante y Ronald Reagan se instaló la estatua de Manolo Fábregas, quien declara: Me doy cuenta del cálido recibimiento que le han dado a mi estatua…”

México: “Estatuas en homenaje a los mejores deportistas del IMSS: Carlos Girón y Felipe Tibio Muñoz”. “Fernando Valenzuela en estatua de cera. Estará junto al cómico de la gabardina, Cantinflas”. Excélsior: “Pronto se habrán terminado los bustos de los hermanos Pedro y Ricardo Rodríguez”.

Aquí, en  esta capital, el entonces Angel Fernández, merolicronista gritón, exigía la erección de diversas estatuas de futbolistas mexicanos que participaron en el torneo mundial futbolero México 70.  ¿Alguno  de ustedes recuerda quiénes pudieron haber sido Cuéllar, Valdivia,  Fragoso?

De tres metros y medio la estatua levantada en Tulancingo, Hgo., en honor de El Santo, Enmascarado de Plata.

Nueva Delhi. “Una estatua de Pelé adorna las calles de Durgapur”.  

Santa Ana, California. “Fue inaugurada una estatua de John Wayne, en su característica actitud de alerta en sus películas de vaqueros”. Boston, Mass. “Apareció la estatua para la cual posé Bette Davis, hace 50 años, ¡en traje de rana..!” (Textual.)

Pero como para bajarle los humos  a Pepe Alameda y demás pepes:

“Erigen una estatua al Pájaro Loco y celebran en Richmond, EU., el Día del Osito de Peluche.”

Aquí, lambisconería quintaesenciada: “Boca del Río: El panismo levantó una estatua a Vicente Fox, que los veracruzanos se apresuraron a derribar. Luego de remendarle los estropicios, los panistas la volvieron de nuevo a su pedestal”.

Ahora pronto, bustos y estatuas en honor de un tal  Iván, por mal nombre Juan Camilo Mouriño. ¿Y la de Calderón? ¿Dónde, cuándo, cómo? (México.)

Pero no queremos pensar

 

En pleno apagón transcribo a mano el recado que un día como ayer, pero de 2010, envié al ingeniero Cayetano Cabrera, del Sindicato Mexicano de Electricistas, cuando cumplía 80 y tantos días en huelga con la exigencia de un patrón sustituto que rescatase a los compas sindicalistas que el de Los Pinos aventó al desempleo.  Pues sí, pero al modo del plantón, la toma de la vía pública y la e-xi-gen-cia al Sistema, ¿la huelga de hambre de qué sirvió? Dije entonces al ingeniero Cabrera:

Ojalá que a estas horas haya usted levantado el ayuno de 80 y tantos días en los que ha puesto en riesgo su salud y su vida como recurso extremo por intentar la devolución de su fuente de trabajo. Pero ojalá, al propio tiempo, que de la experiencia saque usted la enseñanza: semejante estrategia es ineficaz en un estado de derecho, donde se respeta la ley, o no fuese un estado de derecho. Porque en este país nadie, nunca, ha logrado nada positivo para su causa aplicando la bárbara medida de la huelga de hambre. ¿Quiere, en verdad, que su ayuno le sea positivo? Váyase, entonces, de este régimen democrático y ayune en algún desdichado país todavía regido por dictaduras feroces. Porque, ingeniero Cabrera:

¿En México tendría usted el apoyo de unas damas de blanco financiadas por los dólares de Miami? (De Miami, no de “Mayami”). ¿Dispondría en nuestro país de un alto clero que por exhibir de salvajes a los goriloides les arrojara al rostro su violación aberrante de los derechos humanos? ¿Algún diplomático se preocuparía por usted, abogaría por su causa ante  los sátrapas insensibles a los derechos del ayunante? ¿Su huelga de hambre iba a despertar un eco solidario de una prensa cuya libertad de expresión hubiese sido aherrojada en uno de los tantos calabozos que los sátrapas mantienen atascados de luchadores sociales? Convénzase.

Aquí, en un país donde celebramos 200 y 100 años de ser orgullosamente mexicanos, nos hemos dado un régimen democrático cuya norma de gobierno es la observancia irrestricta de la ley, y donde el cuerpo diplomático no se inmiscuye en asuntos internos del país. Aquí el alto clero católico, representante de Dios en la tierra, no se enreda en huelgas de hambre. Aquí, una prensa libre, independiente y al servicio de las causas sociales, exalta la heroicidad de ayunantes cuya alabanza viste más que  una cáfila de  alborotadores que sólo obstruyen el tránsito y causan molestias a los automovilistas. Ingeniero:

Habita una ciudad capital cuya explanada ha privatizado con todos sus ayunantes. ¡Ocupa usted, con los suyos,  no un corral ni un potrero, sino toda una Plaza de la Constitución! ¡Profana esa explanada y nuestro lábaro patrio, que preside el corazón de la patria! Siempre atiborrada de capitalinos, ¿alguno se ha interesado por los que a  metros de distancia fallecen de inanición?

Pero reitero: si tiene tantos deseos de que su sacrificio resulte benéfico para usted y sus compas, ¿qué hace en un Estado de derecho? Váyase a algún país gobernado por un dictador.  Los dictadores son inhumanos. Esa canalla no tiene respeto por la vida humana como aquí  lo tienen de sobra los beatos del Verbo Encarnado. Apenas usted amagó con su huelga y ellos habrán corrido a satisfacer sus muy justas exigencias; el de Los Pinos, que exhibe tanta sensibilidad social. A él sí le conmueve un ayunante en peligro de perder la vida, ¿pero a un dictador? Ingeniero Cabrera: váyase a Libia con su huelga de hambre.

Ayuno, plantó, exigencia. No queremos pensar. (Lástima.)

Trabajos de amor perdidos

Y qué remedio, mis valedores. Utilicé la mano otra vez. Esto tengo que redactarlo a mano porque una vez más la Federal de Electricidad me dejó sin energía eléctrica, que es decir sin computadora. Y qué hacer.

Pistojeando al escribir, la vela frente a mis ojos, recordé los tiempos en que la Compañía de Luz y Fuerza del Centro me proporcionaba el servicio sin fallar un solo día. A la mente se me vinieron los 42 mis trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas que el 11 de octubre del 2009 el de Los Pinos tuvo a bien aventar al desempleo, y la lucha persistente de los compas por conseguir que se les proporcione un patrón sustituto. Y a propósito del esforzado sindicato de electricistas…

El Sistema ya nos tomó la medida. Nos vence por nuestra propia ignorancia, porque no somos capaces de salir de la rutina y crear tácticas adecuadas para alcanzar nuestro objetivo, y de lo dicho tengo un testigo.

Testigo y protagonista del fracaso de una estrategia de lucha  es Cayetano Cabrera, ingeniero electricista y miembro del Sindicato Mexicano de Electricistas, hoy en el desempleo. Porque el mensaje que le envié llevaba fecha de principios de marzo, pero del 2010, hoy repito el mensaje para que se mire cómo terminan tácticas y estrategias frustradas. Por estos días de marzo publiqué lo siguiente:

«Por intentar la recuperación de la plaza de trabajo para sí y los casi 16 mil 500 compañeros de infortunio,  hace 80 días corridos que junto con un apretado grupo de electricistas se arrojó a la  huelga de hambre. ¿Las condiciones para dejar de arriesgar la vida? Ante el articulista  Rodríguez Cortés:

– Vayamos a medias, Calderón. Tú ya conseguiste la extinción de Luz y Fuerza del Centro. Ahora cédenos el patrón sustituto, la recontratación colectiva y el respeto a los derechos de nuestros jubilados. Así resuelves el conflicto y evitas un muerto.

Eso, o hasta la muerte por inanición. Por cuanto a la familia del ayunante. ¿Qué opinan sus padres, su mujer y sus hijos?

– Todos  me apoyan hasta del final. Que no claudique, me piden. Mi padre es jubilado del ferrocarril y luchó al lado de Demetrio Vallejo. Mis hijas sufren, sí, pero no quieren que me rinda. Gladis, de 18 años, la más chica, me manda muchas cartas de apoyo.

El ayunante se incorpora con dificultad en el catre; de entre las ropas saca un cartoncillo: “Yo apoyo al hombre sin edad, inteligente y poderoso, inagotable y de excepción. Papá, eres mi más grande inspiración y el mejor ejemplo a seguir…”

Y yo aquí, mis valedores, digo a Gladis Cabrera:

Que su padre es un varón poderoso, lo es; que es un hombre de excepción, lo acreditan sus hechos; que es inteligente puede ser, pero aquí se equivocó de estrategia, y antes de que se enfade, compañera Gladis, permítame la razón de mi duda:

¿Calderón resolver el conflicto? ¿Sensible a una víctima del ayuno?  Un fallecido, dos, 25 mil, ¿qué significan para él más allá de un daño colateral? Su señor padre, Gladis Cabrera,  se equivocó de país. En su temple de carácter ha puesto en evidencia la ignorancia que lo llevó a tan macabra equivocación. Varón de entereza, convicciones y determinación, no supo calcular la respuesta que su sacrificio pudiese repercutir en un Estado de derecho como es el nuestro. Ochenta y tantos días de iniciado el ayuno, ¿qué resultados, más allá de la indiferencia, ha logrado del de Los Pinos, del alto clero católico, del cuerpo diplomático acreditado, de los «medios» y de la gente que deambula en el Zócalo?  (Mañana.)

El tejedor de promesas

Del parque público hablé con ustedes ayer, de uno que visité ayer tarde, ya al pardear. Y qué aspecto melancólico el del sitio abandonado de la municipalidad que de forma heroica mantiene en pie sus arbustos y tiñe de un color que intenta el verde sus setos y logra el milagro de que en sus arbolillos encanijados trinen los pájaros.

Y amarás los parques solitarios en que se pasean las desgracias – con la cabeza baja, y los sueños se sientan a descansar.

Un ánimo apachurrado me llevó a hablar de esos que observé deambulando en el parque. Su imagen daba la impresión del limbo melancólico de los entenados de la fortuna que a diario reciben el aletazo de la desdicha. «Porque antes que mi pan viene mi suspiro».  Y a errar sin rumbo y sin asidero por el parquecillo de arrabal. Véanlos ahí, malaventurados cuyas voces silenciosas hacen segunda a Job:

¿Por qué se da vida a los de ánimo en amargura? Porque antes que mi pan viene mi suspiro, y mis gemidos corren como aguas…

El parque público de barriada. Me puse a observar a los seres aquellos, y el ánimo se me oscurecía: casi todos jubilados de la vida que acudían a tristear, a matar un tiempo que los mata a ellos. Pero, ¿ y eso?

Eso. No todo iba a ser el limbo de lo decrépito, de lo jorobado que arrastra los pies. Ahí,  detrás del seto que se alza en el rincón, ella y él, ánimo encabritado y sangre en hervor.

Y algún novio la busca bajo la falda, – mientras la sirena de la ambulancia da la hora – de entrar a la fábrica de la muerte.

Y hablando de faldas válgame, que fue entonces. Ahí, jaloneos enérgicos, esa pareja machihembrada en la penumbra de su petate de pasto. Lo que  vi, lo que oí,  me curó el ánimo ceniciento. Ahí, asordinadas, atropelladas,  esas voces que quise reconocer. Sigiloso, me atejoné detrás del seto, y entonces…

¡Pero si es nada menos que La Macarena, trabajadora doméstica de la señora viuda de Vélez, La Maconda! ¡Y el galán es El Síquiri, que me la tiene en tres y dos e intenta tenerla en cuatro! Ya consiguió tenderla en la lona –en el pasto- y la tiene inmovilizada, que sólo faltan las tres palmadas del réferi. Dos manos atacan, dos manos defienden, dos manos meten, dos manos sacan, y atropellado el resuello, y la lengua rápida, salivosa:

– Andale, reinita, decídete, que conmigo lo tienes asegurado.

Peligro. Ante la erguida trompeta del Josué jarocho las murallas del Jericó doméstico  parecen a punto de venirse al suelo. Al zacate. Y qué muros pudiesen resistir la lengua verbosa del atacante: que vamos juntos al cambio, y que yo le prometo un mejor empleo, y que yo la quito de padecer. Anda, decídete, no te resistas, y que blá blá.

Y las manos. Esas manos. Y a echársele encima. «Conmigo, reinita, usté va a ordenar, y su siervo a obedecerla. Andale, cariñito, para darte tres regalos: son el cielo, la luna y el mar.

Las murallas crujen. Pujan. Se sofocan. (¡No, Macarena, resista!) «Vamos juntos al cambio. Yo te garantizo seguridad. Yo te ofrezco amor, mucho amor, más que López Obrador».

Pero no, que de súbito la muralla se da el levantón, bájase la falda, cúbrese el pecho y se alisa la greña. Resollando a trancos: «¡Y tú que dijiste, ésta mensa  ya cayó! Es mexicana, total; me la ataranto a promesas y acaba dándomelo. ¡Padrotearme nomás,  eso es lo que buscas, baquetón!»

Y que sácate a la quién sabe qué. (Me sorprendí aplaudiendo.) Y  mis valedores: al labioso no se le hizo, como sí se le va a hacer a cualquier lengua suelta el 1o. de junio. ¿O no? (Lástima.)

Arrabalera

Viudo,  sesentón y agobiado por la tristeza y la soledad,  don J.E. acaba de quitarse la vida. Sin más.

Canto la trova del parque público, mis valedores. Con tonada de organillo callejero entono el elogio de ese cuadro de verdes cenicientos que, ayuno de agua, abono y los más mínimos cuidados, a lo heroico florece en la viva entraña del arrabal; ese que acoge, benemérito sitial de la misericordia, a todos los que  hasta allí vamos a recalar por los motivos más contrapunteados: al solitario que vaga, vago el aspecto y la mirada vagorosa, lo mismo que al payo recién desgajado de su tierra ausente que se cimbra a golpes de nostalgia y que al jubilado de la vida que, el mentón apalancado en el bordón, mira pasar su tiempo vital mientras algo muy escondido le rebulle en amagos de nostalgia. (Esa pelota llegó rodando hasta el arbolillo, y tras de la pelota el niño, y la madre detrás, que tal es el destino de pelotas y madres: rodar delante o detrás de un niño. Contemplo la escenilla. Suspiro.)

He pasado por la senda – y en un banco he visto a un viejo – dejándose acariciar – por el sol tibio y enfermo – Y me he internado en el triste – jardín.

El cuadro de verdes acoge lo mismo al que busca el vigor y el oxígeno que a ese que, atejonado detrás de un arbusto, se intoxica minuciosamente aspirando el cemento con que construye sus castillos en el aire, que es donde el humano edifica los castillos  más sólidos. Más allá, esos empleadillos de salario mínimo a los que, media hora en el reloj checador, congrega la sacrosanta torta del medio día, de la media tarde. (No lejos los observa, aire de derrota, ese desempleado que va a matar el tiempo que lo mata a él. Ah, el parque público. Humano, acogedor entrañable.)

Porque acoge también, generosa guarida, al raterillo en fuga o al que se apresta a asaltar, o al ratero uniformado y poquitero que se agazapa tras el aroma de los billetes de baja denominación. (No muy lejos esos  bien acompañados, bien hayan ella y él que, que machihembrados boca a boca, piel a piel y carne encabritada, rebrincan en  acezantes, incesantes espasmos. Bien haya.)

Pinta el crepúsculo mujeres por el cielo –  ¡Y duele el corazón como en el desengaño – inmenso y sin consuelo – de un amor otoñal jamás existido..!

Tal es el parquecillo de aquí a la vuelta, mis valedores, donde me refugié ayer tarde, ya al pardear, a rumiar abandonos, tristuras y suspirillos. Alma mía de mi ausente, y ojos que te vieron ir. Luego de amansar el ánimo me sequé los lloraderos de humedad, compuse una figura apachurrada y maltrecha, y a la espera de las sombras para tornar a mi depto. de abandonado me puse a observar el espíritu de aquel almácigo de ánimas en pena(s).

Los parque solitarios en que se pasean las desgracias – con la cabeza baja – y los sueños se sientan a descansar –  mientras la sirena de la ambulancia da la hora – de entrar a la fábrica de la muerte…

Yo, el ánimo contristado y una melancolía, que se me ha aquerenciado, “lloro porque a mí me dejas – herido del corazón”. Y qué hacer.

Pero ánimo, arriba corazones; disimula, que esa señora (lentes oscuros el acompañante) te observa de ganchete. ¿Pero no es, acaso, la vecina, esposa de..? Sí es, que en el parque da sus primeros pasos en las artes del adulterio, malos pasos deleitosos. Y la vecina me ha visto, y se asustó de que yo la viera, y se escurre con el de anteojos oscuros por el oscuro sendero y se esconde tras de ese… (El incidente,  mis valedores, finaliza mañana.)

Rito macabro

Un pueblo que lee asume su cultura y se enriquece con el conocimiento de la Humanidad.

Y el mexicano lee apenas un par de libros al año, y las poquísimas páginas que lee se refieren a charlatanerías de superación personal, desarrollo humano y horóscopos. Basura y superchería, y no más. Si las masas dedicaran a la buena lectura la milésima parte de la vida que descargan  frente al retrete del televisor…

¿Los 3 libros que marcaron su vida? Peña, aspirante presidencial, no acercó a nombrar ninguno, y yo afirmo que leer y escribir es mi oficio y hasta hoy ni lo escrito ni lo leído ha marcado mi vida. Al cuestionar (poner en entredicho) al aspirante presidencial del  Tricolor se debió cuestionar también al preguntón de semejante ociosidad.  Pero en fin, libros hay que divierten, otros más que deleitan o que conmueven. Algunos nos hacen pensar.    Farabeuf, por ejemplo,  novela de Salvador Elizondo. Estremecedora.

No de fácil lectura, Farabeuf se centra en una foto; y qué foto. En la tertulia de anoche el maestro, libro abierto en la mano:

–  Obsérvenla. ¿Qué les parece?

Dramática. Farabeuf detalla el tormento ritual que 5 verdugos chinos aplican a un ajusticiado, cómo lo van desollando vivo y el gesto del torturado como en éxtasis mientras el cuerpo, ya cercenadas las manos,  es serruchado a la altura de las rodillas. Estómago se precisa para examinar la foto y leer esa  descripción del tormento:

«Le hacen dos tajos horizontales sobre las tetillas y luego (…) el verdugo le arranca la piel hasta dejar al descubierto las costillas (…) Es curioso ver cuán resistente es la carne de nuestro cuerpo; es preciso ver la magnitud del esfuerzo que desarrolla el verdugo antes de poner al descubierto las costillas del hombre, para comprender cuál es exactamente la capacidad y la resistencia de la carne…”

Sobrecogedor: “El supliciado nunca grita. Los sentidos quizá se vuelven sordos a tanto dolor. (…) Comprendí que el dolor, de tan intenso, se convierte en orgasmo (…) El dignatario (…) ordena a los demás verdugos, mientras se enjuga las manos manchadas de sangre, que procedan al descuartizamiento (…) Es un hecho curioso que en toda esta escena sólo el supliciado mira hacia arriba, todos los demás, los verdugos y los curiosos miran hacia abajo.  Hay un hombre, el penúltimo hacia el extremo derecho de la fotografía que mira al frente. Su mirada está llena de terror».

Las pupilas del supliciado se refleja un delirio misterioso y exquisito, y que parece estar absorto en un goce supremo, porque existe un punto en el que el dolor y el placer se confunden. “Se trata de un símbolo, un símbolo más apasionante que cualquiera otro (…) El rostro de este ser se vuelve luminoso, irradia una luz ajena a la fotografía».

Rostro crispado, los espectadores observan un trabajo de los verdugos que representa el horror en su máxima expresión.

– Tal salvajismo, por fortuna, no es de aquí ni de ahora. En nuestros tiempos ya no se acostumbra desollar vivo a nadie. –don Tintoreto.

– ¿No? Aquí y ahora lo desuellan  vivo frente a nuestros ojos.

– Achis, achis, ¿a quién?  –el Síquiri-. A menos que sea en Ferrería.

– No en Ferrería sino en radio, televisión, prensa escrita. ¿O qué es ese fenómeno que está ocurriendo con  López Obrador? Tantos comentaristas y conductores   de casi todos los medios de condicionamiento de masas, ¿no se aplican por  encargo,  como hace 6 años, a desollarlo vivo? El propio torturado, ¿no parece gozar del  cotidiano despellejamiento?

(Pues…)

La Gordillo, Jonguitud…

Esta vez, mis valedores, la educación pública y sus «líderes morales». En nuestro país, según noticia del viernes pasado, 58 por ciento de los jóvenes entre 25 y 34 años de edad abandonan sus estudios antes de completar el bachillerato. Junto con Turquía, nuestro país ocupa el primer lugar cuando se mide la deserción entre 33 de 34 países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo, OCDE. Desolador, y a propósito:

En el Estado de México, un día después de que el de Los Pinos reformara los artículos 3o. y 3l de la Constitución para tornar obligatorio el bachillerato, lo reconocía el titular de Educación, Raymundo Martínez:

– Actualmente en promedio cada año egresan 800 mil alumnos de las secundarias y alrededor de 288 mil no ingresan a las prepas. De secundaria tenemos un promedio de 800 mil alumnos que egresan de la secundaria y el 36 por ciento ya no entran a la preparatoria. Muchos no terminan la secundaria y por eso ya no ingresan. Además, faltan planteles.

¿Pues qué les parecen las medidas gubernamentales? ¿Así que con un problema nos enfrentamos? A reformar la Constitución, y asunto resuelto.   A reformas nos vamos, y a reformas solucionamos los problemas del país. ¿Y si en materia de educación, más allá de enmiendas constitucionales, se avocaran las autoridades correspondientes a mejorar el nivel de  la educación básica? ¿De qué sirve alcanzar el bachillerato con graves carencias en esa preparación básica?

Pues sí, pero lástima:  la educación primaria está en las manos no de la SEP, sino del SNTE, y no tanto del tal, sino de la Gordillo, y ahí se ubica todo el problema. Reproduje ayer mismo declaraciones del predecesor en el cargo que ocupa la «maestra», el profesor y dirigente que fue de «Vanguardia Revolucionaria» Carlos Jonguitud Barrios.

Después de años de silencio forzado después de que el entonces presidente Salinas, por trepar a la Gordillo  arrojara violentamente al potosino del cacicazgo que  había creado dentro del sindicato del SNTE, el «líder moral» de los maestro, y como tal dictador enriquecido con las cuotas sindicales, acuso a la actual «líder moral» de la educación pública del país:

– Claro que Elba Esther es una traidora: a mí, que la alcé de la nada, a la causa del magisterio, al propio sindicato. Una traidora, la Gordillo.

Por cuanto a la riqueza descomunal que la maestra ha acumulado muy al estilo de su difunto colega, el maestro rural Carlos Hank González, ironizó  Jonguitud: “¿Millonaria por herencia? Yo vi a esa mujer en condiciones de verdadera miseria. Eso de que su abuelo le dio millones son vaciladas como para Ripley…”

Traición y una riqueza inexplicable, vale decir,  que uno tras otro los de Los Pinos, esos mismos que a su hora se han llenado la boca con la ley y el  Estado de derecho, nunca han podido, nunca han  querido aclarar. ¿Calderón, dice alguno de ustedes? Ese mucho menos, él que hace cinco años apenas comenzó – comenzó a penas- a pagarle facturas, que a la Gordillo le debe media posadera en el sillón de Los Pinos.

Pues sí, pero aún permanecen,  vivas y requemantes,  las acusaciones nunca probadas que ligan a la Gordillo con muchos y muy diversos delitos de sangre, acusaciones a las que aludió el depuesto cacique potosino con aquella frase que tantas sugerencias dejó entrever:

– Ya en la lucha, Elba es capaz de muchas cosas.

¿Como haber tomado parte en hechos de sangre, concretamente el del profesor Misael Núñez Acosta, «caído en defensa de los pobres»? (México.)

Humano y animal

Así debe ser el político, según Maquiavelo. A la manera de los médicos buenos,  que junto con la práctica de su profesión se perfeccionan con el estudio de la teoría y nunca terminan de aprender, así debería ser el caso de un político de carrera. Los profesionales de la política que manejan la administración pública del país cuánto conocerán de esa teoría indispensable que los faculta para ejercer cabalmente su cometido.

Existe ese personaje que marcó toda una época en la teoría política: el florentino Nicolás Maquiavelo, ya tal vez prescindible en Suecia o Noruega, pero no en nuestro país. Sin embargo entre los políticos mexicanos pocos, según denuncian sus acciones, parecen haberlo leído. Un «devorador de libros» como es Peña Nieto, tal vez. Pero los demás…

Maquiavelo se compara con el  pintor. Así como aquellos que dibujan un paisaje se colocan en el llano para apreciar montañas y para apreciar el llano se debe trepar a la montaña, así un ciudadano común, como se considera el florentino, desde el llano intenta conocer la naturaleza del político, el cual, desde su eminencia, está obligado a conocer el llano.

Políticos  como Ulises Ruiz,  Mario Marín,  Jorge Kawachi, Cristian Vargas, el Niño Verde y demás, ¿cuánta teoría política tendrán en su cerebro como para desempeñarse con acierto en una gubernatura, una senaduría o una diputación?

De algunos políticos como Manlio Fabio Beltrones o Luis Donaldo Colosio se sabe que sustentaron sus acciones públicas en El arte de la Guerra, de Tzun Su, y algunos más en El Príncipe, del citado  Maquiavelo, pero los demás…

Sabiduría pura la del florentino, quien afirma que existen dos modos de combatir: con las leyes y con la fuerza. La primera es característica del humano; la segunda, de la bestia. La primera no siempre es suficiente, y entonces hay que comportarse como irracional. Ejemplo son los héroes mitológicos (Jasón, Aquiles, Belerofonte y otros más) que  fueron educados por el centauro Quirón, su cabeza de humano y de equino el cuerpo. Tal es el símbolo del político, que debe participar de ambas características: la fuerza  y la inteligencia, porque una sola no subsiste sin su complemento. Maquiavélico.

Otro buen ejemplo: en su profesión, el político debe transformarse en zorro y en león. El zorro no puede protegerse de los lobos, como tampoco el león de las trampas que colocan los cazadores.  Pero el  zorro sabe eludir las trampas y el león no teme a los lobos. Ambas características debe aunar el político. Y vaya que en ese terreno sembrado de trampas  merodean los lobos. Mis valedores:

¿Fox leería la sentencia de Maquiavelo: «Quien es elegido príncipe con el favor popular debe conservar como amigas a esas masas sociales que lo llevaron al poder»? Y a la medida del actual o sus asesores: «Si el partido principal, sea el pueblo, el ejército o la nobleza, que os parece más útil y más conveniente para la conservación de nuestra dignidad está corrompido, debéis seguirle el humor y disculparlo. En tal caso, la honradez y la virtud son perniciosas».

¿Buen lector? ¿Culto el de Los Pinos? El lunes pasado, al inaugurar un puerto en Ahome, Sin., regañó a Pérez Jácome, titular de Comunicaciones: «Eso sí, el letrero quedó muy chiquito, secretario, ¡eh!, yo sé que les recortan todo el presupuesto en publicidad allá en la Cámara, pero ¡no exageren, hombre! Ese parece un permiso de taxi, digo, para el tamaño de la obra, ¿no? Hay que hacer otro pa´l puertón que tenemos un letrerito». (Sic.) (Es México.)

¡Goool!

Fin de semana. Ciudad capital. Tarde parda, lluviosa. Embotellamiento en el sur. En el tablero del auto oprimo uno de los botones de la radio y me entero, cosa que alivia el agobio de una marcha vehicular a 50 metros por hora: si nos atenemos a los comentarios radiofónicos (graves, sesudos, prosopopéyicos) mi país  es la capital mundial del clásico pasecito a la red. Estimulante.

En una polémica que entrevera voces vehementes escucho que «me perdonan, pero el Chicharito no es Romny».  Rápido el cambio al siguiente botón. «Bueno, pero hay que hacer notar que el Atlas se sublima cuando juega con las águilas». Y que las tales ya tienen la nueva mentalidad que les vino a inyectar un piojo. Yo, los dientes apretados, de repente válgame, que me antellevo una de las vallas anaranjadas que asesinan tres de los cuatro carriles. ¿Que qué? Ah, bueno. Quezque mi madre…

Apachurro el botón de junto. ¿Así que «empate intenso»? ¿Así que el Toluca, con ese portero? ¿Localía, nueva mentalidad, nueva filosofía? ¿En el clásico pasecito a la red? Motores recalentados adelante y atrás, que amenguan el frío de la tarde. El siguiente botón. Y qué campanuda la voz cuando asegura que «mientras en «nuestro» futbol no exista una fe y una mística vamos a seguir en la media tabla. Porque los dueños de clubes…

¡Y el condenado micro, que casi me incrusta su trompa  en la salpicadera!  Freno el balón. El conche, más propiamente. Aprieto los dientes y el siguiente botón y la tronante voz: «El aficionado tendría que ¡exigir! a la directiva. ¿O qué, la opinión de quien paga su boleto no es prioritaria?»

Doble apretón al control, y el sesudo comentarista: porque lo acaba de asegurar el dueño de las chivas: «amenacé al Chepo con transferir a Chicharito si no lo debutaba! (si no lo debutaba). Algo  tiene que hacer el nuevo entrenador para sacar del bache a las chivas. Desde que a chivas «lo» adquirió Vergara vale… (¡que no vaya a soltarme el albur!)

Válgame. ¡»Alargan su invicto!» Siento seca la boca, y sí, en efecto: mi país es la capital mundial del futbol. Aquí se vive, se siente, se respira y se come futbol. Por lo visto (por lo oído) «nuestro» balompié debe ser el mejor del orbe, si así merece la gracia del comentario en nueve estaciones de radio capitalinas. De otra manera los aficionados no se dejarían  manipular por una cáfila de merolicronistas que así los convierten en héroes por delegación.

Oscurece. La lluvia, en un ser. Frío el ambiente, con un vientecillo que se incrusta en la médula de los huesos. Pero muy poco me falta para la cobija y el edredón. La última posibilidad en la radio y ahí el milagro: en la postrera de las opciones una  untuosa voz de varón me jura que el mejor guardaespaldas que puedo conseguir, uno que me enseña la caridad, el amor y la fe es Dios. Vaya, pues. En mi país no sólo de gol vive el hombre.  Gracias sean dadas al guardaespaldas divino.

Diez de la noche. Logré llegar a mi casa, tomar mi infusión para aplacar los nervios y la revancha, vengativo que es uno, con el analista clamo en alta voz:

Tienden los comentaristas a acentuar el carácter estético del futbol . Hablan de estilos y técnicas como hablarían de una escuela pictórica, pero no debemos engañarnos: tan sólo se trata de crear una seudo-cultura basada en valores irrisorios para uso de las masas a las que no se les permite tener acceso a la cultura. Simulan un serio estudio de algo de lo que nada hay que comentar , aparte de algunas elementales reglas de juego.

¡Y goool de..! (México.)