Embuste presidencial

«México tendrá una educación de calidad como derecho para todos los niños».

Tendrá en el futuro, según  lo acaba de asegurar en su informe de gobierno el presidente del país.

¿Tendrá? ¿Pues qué no la tenía desde el sexenio anterior, cuando Calderón se atrevió a asegurar que en la última década México avanzó de manera inédita en educación?

Uno de los dos le miente a los mexicanos, ¿pero cuál?

Por calcular, más allá de embustes presidenciales, la situación educativa del país, interrogué a la maestra Graciela Cárdenas Flores,  que ha dedicado su vida a la enseñanza pública en el aula escolar. Aquí las reflexiones de la educadora:

«A lo largo de treinta y cinco años de trabajo docente en escuelas primarias y secundarias del DF advierto que los problemas educativos  que enfrenté como maestra son cada vez más graves.  Como se concluye en el estudio de la OCDE, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, el bienestar de los niños mexicanos está muy por debajo del observado en los demás países de dicha organización. De los cuarenta y cinco  indicadores evaluados, en siete de ellos nuestro país ocupó el último lugar, como son los relacionados con la atención médica y mortalidad infantil, oportunidades de estudio, aprovechamiento escolar, embarazos de menores e inequidad social.

La construcción de la inteligencia se basa en la combinación de la genética y el medio ambiente. En tal forma podemos comprobar que con estos indicadores no tenemos buenas expectativas para su desarrollo. Empezamos con números negativos, y los maestros no estamos preparados para revertir esta situación social adversa, aparte de que contamos con escaso apoyo institucional.

Hay que agregar la violencia social en la que se encuentra México. Según el estudio mencionado, más de setecientos niños son asesinados al año; 3.5 millones de menores trabajan para ayudar al gasto familiar; hay niños involucrados en más del setenta por ciento de los hechos delictivos; la tasa de suicidios de niños se ha duplicado en veinte años y veintiún millones de ellos viven en la pobreza extrema.

La violencia social se refleja en los alumnos en síntomas que van desde depresión, ansiedad, falta de atención y desinterés por aprender, hasta conductas de agresiones verbales y físicas que llegan a causar daños graves. La falta de preparación del maestro para atender estos conflictos provoca  que se agraven aún más, pues en la mayoría de las veces se  recurre al castigo o a la expulsión en lugar de aplicar medidas que demuestren la forma racional de solucionarlos.

Tocante a indicadores relacionados con la familia también tenemos datos negativos: uno de cada diez niños no cuenta en su casa con el material necesario para hacer la tarea. Tenemos la tasa más alta de desnutrición infantil entre las naciones de la  OCDE. Nuestro país ocupa el primer lugar en violencia física, abuso sexual y homicidios de menores de catorce años a manos de sus padres.

Como en las familias existen carencias culturales muy graves, la limitación en el lenguaje impide la comunicación clara de sus ideas y, por desgracia, los maestros somos también el resultado de esa sociedad, de esas familias y de esas escuelas. Es por ello que sólo podemos transmitir eso mismo que aprendimos, aunque hay quienes, conscientes de esas carencias, buscan opciones para superarlas. La necesidad de preparación continua para docentes se realiza a través de cursos de actualización que se impartían los sábados o en vacaciones. Hoy día…»

(Mañana.)

Poldero Peña Nieto

Al Ave Fénix aludí ayer, y a lo provechoso que la fabulilla pudiese resultar para el Peña de esas fementidas reformas de las que no creo sea el único responsable, pero en fin, el final del relato.

Habiendo logrado adquirir para su zoológico el mítico pajarraco, Poldero se dolió de que perdía la cantidad económica invertida en su adquisición porque la mansedumbre del ave no atraía la atención de los visitantes. Al tratar de reemplazarlo por otro Fénix se enteró de que era el único ejemplar en el mundo y de que al llegar a la vejez recobraba su juventud incinerándose en una hoguera de llamas vivas. Entonces decidió acelerar el proceso de envejecimiento para que el espectáculo de la hornaza le redituara ganancias, y fue así como atiborró la jaula de inoportunas, nefastas reformas energéticas,  laborales y educativas. Siniestro. Y aquel día…

¡Por fin! Aquel día el Fénix comenzó a dar muestras de impaciencia y a encrespar las alas. «Eureka! ¡La hora ha sonado! ¡No tardará en prenderse fuego! ¡El pajarraco se acerca a su fin! ¡A hacerle propaganda al espectáculo!»

Poldero instrumentó su campaña publicitaria y firmó un contrato por los derechos de radio, cine y televisión. Por vender tantos boletos como fuese posible el manejador del zoológico había excitado la curiosidad y el morbo de un público enviciado al deleite inmundo de la nota roja, y ahora anunció la incineración del Fénix. El gigantesco auditorio donde se montó el espectáculo quedó atiborrado. La jaula, estallante de luces, cámaras y  micrófonos. El anuncio del espectáculo que estaba por ocurrir frente a un público morboso e interesado, desde un altavoz:

“¡El Fénix, distinguidos visitantes, es el aristócrata de las aves! ¡Ante los ojos de todos  ustedes, que pagaron su boleto, se dispone a construir el nido de amor para recobrar su juventud perdida!»

Ahora el Fénix se introducía en una jaula atiborrada con manojos de ramas espinosas y alambres de púas. «Si precisa más combustible ya tengo en mente nuevas medidas para quemarlo mejor», reflexionó Poldero, y al micrófono:

–  ¡El Fénix, distinguidos visitantes, se dispone a renacer ante nuestros ojos!

¡Y en Los Pinos orgasmos de aplausos de los «distinguidos»!

Un estremecimiento sacudió al ave anidado entre leños y alambres de púas. ¡Las cámaras de cine y TV. se activaron! ¡Las luces alumbraron la jaula! Poldero, a todo volumen:

– ¡El momento que el mundo ha esperado! ¡En 120 días  el Fénix, gracias a nuestras reformas, va a renacer!»

El ave, anidada en su pira, pareció dormir ante el morbo de un público vicioso de la nota roja en las pantallas de televisión, y fue entonces.

De repente el Fénix se irguió, miró hacia la muchedumbre y… ¡en  ese momento Fénix y pira estallaron en llamas que abrasaron el auditorio de Los Pinos! ¡En  dos minutos todo quedó reducido a cenizas, y  miles y miles, con todo y Poldero, perecieron en el incendio! Señor Peña

¿La moraleja?   Porque el Fénix, recuérdenlo; el Ave Fénix no muere. De sus cenizas renace, que ese es su destino: sobrevivir a Polderos y las nefastas reformas impuestas por el gran capital. Al decirlo, señor Peña, miraba yo, en el matutino:

De esa manera se agudizan las tensiones, se polariza a la sociedad y se elevan irresponsablemente los problemas de gobernabilidad, abriendo la puerta a una peligrosa crisis política.

Lo afirma  H. Labastida:

¿Qué sucederá en el inmediato futuro? Sin duda el pueblo triunfará.

Todo esto es México,  señor Peña,  nuestro país.  (Yo, aquel escalofrío…)

Señor Peña

Aquí empiezo a relatarle, por si de algo pudiese servirle, la fabulilla del Ave Fénix y un tal Poldero, zafio y codicioso dirigente no de un país, sino de un zoológico, que en tantos sentidos vienen a ser semejantes. Vale, pues, y el relato:

Ocurrió, señor Peña,  que el tal  Poldero manejaba uno de los más rentables negocios de la ciudad, un zoológico surtido de toda suerte de mamíferos y aves de uña y garra traídos de muchas regiones del continente,  pero incompleto, situación que ocasionaba en Poldero un sentimiento de frustración. Y es que para que fuese completo el dicho zoológico echaba de menos un solo ejemplar: el Ave Fénix. Así fue como Poldero se dio a la tarea de ubicar el pajarraco y a cualquier precio acarrearlo al zoológico, empresa en la que  empeñó esfuerzos, dinero y emisarios que a una orden de su jefe  se dieron a la tarea de recorrer diversos países en busca del ave exótica y a indagar, explorar, examinar durante años, hasta que se llegó el día aquel, día señalado…

¿Fue en Egipto, en Arabia, en dónde fue? Lo importante, señor Peña, es que el exótico pajarraco había sido encontrado y traído desde algún oscuro rincón de alguna oscura selva ubicada en algún oscuro país, y amaneció encerrado en su jaula de lujo. El Ave Fénix. Ni más ni menos, señor. He ahí al codicioso Poldero, que ha iniciado un vigoroso despliegue de propaganda en la que invita a curiosos e interesados a adquirir su boleto y conocer al ave exótica de las plumas doradas. La campaña para incrementar la venta de boletos comenzó en medio de promisorios augurios. (Tomar nota, señor Peña.)

Fue una campaña exitosa, sí, pero sólo al principio. A la expectación del Fénix los curiosos se agolparon ante la jaula de un pájaro que permanecía quieto, como indiferente a la expectación de los visitantes que se detenían a verlo, observarlo y examinarlo, pero que nada de extraordinario detectaban en él. Fue así como los curiosos terminaron por aburrirse de un pajarraco nada espectacular. La jaula del Fénix quedó abandonada.

– Lo que ha ocurrido es que los visitantes admiran changos o al cocodrilo que se tragó a una mujer, no a un ser tan pacífico y apacible como el Ave Fénix”, dijo el administrador.

Al negociante le urgía recuperar el dinero que había invertido en el animalejo, y  qué hacer.

– Nada, decidió entonces, sino cambiar de inmediato este animal anodino por un Ave Fénix más atractivo, uno que cuente con un pasado hazañoso, espectacular, para que despierte interés de quienes compran boleto.

Pues sí, pero lástima, porque eso era imposible, según le informó el administrador.

– Imposible, sí. Sólo éste existe en el mundo y no tiene pareja ni la desea. De viejo se prende fuego y emerge milagrosamente renacido. Tal es el Fénix.

«Con que así está el asunto», pensó Poldero, y se dispuso a actuar.

– Siendo así, rápido, tenemos que envejecer ese pájaro.

Entonces (fijaros bien, señor Peña) Poldero comenzó por disminuirle a la mitad y luego a la cuarta parte su ración de carne, pero el Fénix no envejecía. Más tarde le suprimió la calefacción, pero nada. Le atascó la jaula con pájaros belicosos, que lo picoteaban. Nada. Metió a su jaula gatos de callejón. El Fénix voló sobre sus cabezas y sacudió sus alas doradas. Poldero dio por vejarlo, maldecirlo, vituperarlo. El Fénix, impávido. El codicioso investigó que el clima de Arabia es seco. “¡Ajá!” Y a colocarle una regadera en el techo. Agua helada. El Fénix comenzó a toser.

(¿Tomó nota, señor Peña? Que mañana el final le sea de provecho.)

El antídoto

El sindicalismo frente al  Sistema, mis valedores. Por más que  se trata de dos movimientos distintos, el del Sindicato de electricistas que masacró  Calderón y el de los maestros de la Coordinadora, con la que Peña intenta llevar a cabo algo aun peor, sigo aquí enumerando las tácticas que el antecesor aplicó contra los electricistas por si algo de ellas pudiese aprovechar a los maestros en rebeldía, con una aclaración: aquí no se trata de enfrentamientos armados, que eso es ir a la derrota, sino que todo habrá de realizarse dentro de la ley.  El maestro:

La huelga en movimiento comprende dos grandes áreas: hacia adentro del sindicato se debe hacer comprender a los trabajadores que con la nueva estrategia el triunfo es posible. Se habrá de explicar el plan del adversario e inculcarles la certeza de que contamos con el antídoto contra la estrategia gubernamental. Se deben cubrir el aspecto jurídico y las  guardias, las marchas, las  asambleas,  los eventos especiales, etc.

Estar en huelga no es estar de vacaciones. Así como se asiste a cumplir con una función laboral, durante la huelga se recompone la obligación laboral y sus ocho horas de labor se habrán de dedicar a informarse y organizarse para realizar la acción en verdad movilizadora. Marcha o  mitin no equivalen a movilizarse. Los actos espectaculares de propaganda no constituyen la verdadera movilización. Esta consiste en ir casa por casa, involucrar al pueblo para informarlo, organizarlo, integrarlo al movimiento y recibir del pueblo la verdadera solidaridad.

El tiempo tiene que correr a nuestro favor. Para lograr este principio básico tenemos que infligir al adversario un daño mayor que el beneficio que este pueda alcanzar si se mantiene el conflicto.

Romper el sitio al movimiento. Para combatir un movimiento el gobierno usa la estrategia  de ciudad sitiada. Nosotros tenemos que pasar a la ofensiva.

Técnica de movilización. 

Se convocará a los trabajadores a asambleas para informarles que deben dedicar ocho horas diarias a dinamizar su lucha.

Se organizarán brigadas que vayan casa por casa a vincularse con su comunidad, la más cercana a los centros de trabajo.

Se elaborará un comunicado que no rebase el minuto de tiempo con ánimo de explicar a los vecinos la índole del problema. Se imprimirá también un pequeño volante con el mismo propósito. Se han de elaborar alcancías y se solicitaran a los brigadistas aporten morrales o bolsas para  que en la visita domiciliaria soliciten apoyo económico (alcancía) y víveres (morral).

Por la experiencia que  hemos vivido sabemos de cierto que  el voteo proporciona ingresos casi siempre superiores a los propios salarios. Con esta técnica por hambre nunca nos van a derrotar.

Al terminar la jornada se concentrará el acopio en un punto de encuentro y frente a cada brigadista se  abrirá la alcancía para repartirse el efectivo entre brigadistas y la dirección del movimiento. Con los víveres se harán despensas para igual número de brigadistas.  En síntesis: se trata de crear un verdadero movimiento de masas y no un simple desplazamiento de multitudes.

Tomar nota, maestros de la Coordinadora y defensores del energético. ¿O todo va a reducirse, una vez más,  a la toma de la vía pública y a que cada una de sus concentraciones rebase el cupo del zócalo? ¿Tanto esfuerzo para qué? La marcha es un medio y ustedes la han convertido en un fin. A pensar, a ejercer la autocrítica, a crear tácticas triunfadoras. Lo merece la justeza de las causas, ¿o no?

(Después.)

Peña y Calderón

El sindicalismo frente al Poder, mis valedores. Semejante relación dificultosa que viene de anteriores sexenios se crispa hoy mismo y produce un clima de confrontación que en tiempos recientes se inició con un Calderón que masacró el  Mexicano de Electricistas. Hoy Peña arremete contra el energético y la Coordinadora y más vale que los maestros estén preparando algunas tácticas que rebasen la marcha y el bloqueo de la vía pública, que si no…

Por si de algo sirviera a los mentores las enseñanzas de la historia:

El estado mayor de Calderón y sus asesores sopesaron qué fuerzas estarían a su favor y que fuerzas actuarían en defensa de los electricistas. Estos fueron sus cálculos:

Toda la derecha apoyaría, tal como ocurre hoy con los profesores, el golpe represivo: PAN, clero, empresarios, la mayoría del PRI, medios de acondicionamiento social, los “chuchos” de Nueva Izquierda” y el Verde Ecologista.

La defensa del SME  recibiría el apoyo de la izquierda  democrática, la izquierda revolucionaria, la intelectualidad democrática, parte del estudiantado, algunos pocos sindicatos, pequeñas fracciones del PRI, una parte del PRD, el PT, Convergencia Social, Morena,  los abogados democráticos.

Se analizaron también las formas y métodos de lucha: El gobierno cuenta con Tribunales laborales, mayoría en el Congreso de la Unión, el Poder Ejecutivo Federal, policía y granaderos, el ejército, cuantiosas sumas de dinero y mayoría absoluta en los  medios de acondicionamiento social.

El movimiento, por su parte,  cuenta con ciertos legisladores en el Congreso de la Unión, escasos recursos económicos y muy pocos medios de comunicación. Los trabajadores mantendrán las formas obsoletas e ineficientes de lucha que el movimiento lopezobradorista practicó para tratar de impedir la consumación del fraude electoral del 2006. Harán, es su táctica, una  huelga parada, mítines, marchas y consignas a gritos.

1.-  Las categorías de la lucha.

Para desarrollar una adecuada estrategia ganadora tenemos que entender que el factor tiempo es una categoría político-militar. El bando que logre que el tiempo transcurra a su favor ganará la contienda. En los años recientes los gobiernos neoliberales han logrado que el tiempo marche a su favor mediante el siguiente esquema estratégico:

1er. paso: Llevar el conflicto al seno mismo de la organización o del movimiento, infiltrar, cooptar líderes a través de la corrupción y generar caos en el interior.

2º. paso: dividir. Crear  bastiones de sabotaje interno (esquirolaje). Mantener la polarización interna.

3er paso: Campaña de “medios”. Todos.  Engañar a la opinión publica desinformándola. Confundir y crear al menos la duda (que paraliza) en la masa social. Lograr la satanización del movimiento. Con ella habrá de lograrse que una mentira, por más aberrante que sea, aparezca como verdad. Esa es la jornada de descalificaciones que por encargo del que costea la maniobra de obra negra y trabajo sucio lleva a cabo la mayor parte del periodismo. (Compruébenlo hoy con los maestros.)

4º. paso: Aislar al movimiento del resto del pueblo.

Crear una barrera psicológica que incomunique el movimiento con el resto de la población, focalizar las fuerzas de resistencia y reducir los núcleos activos a pequeños núcleos aislados,  pero ubicados por el adversario de modo tal que al llegar a esta fase pueda aplicar, sin costo político,  la represión física.

5º. paso: Desgastar al movimiento. Fatigarlo con la guerra psicológica.

(Sigo mañana.)

¡Hasta El Piojo!

La lucha magisterial, mis valedores, y el linchamiento que en contra de los mentores aplican unos voceros oficiales y oficiosos del Sistema de poder que se ensañan hasta calificar su lucha como un «desmadre», sin más. Es ilustrativo que algún periodista, según afirma Tatiana Coll en el matutino del pasado miércoles, «apareció en la pantalla con el rostro desencajado, visiblemente resentido y contrariado por la decisión de retirar, aunque fuese momentáneamente, la Ley sobre el Servicio Profesional Docente, que debía ser votada sin excusa ese mismo día. Se percibía una ira escasamente controlada».
A tal estilo de periodismo se enfrentan hoy día los profesores de la Coordinadora, un periodismo que a nombre del Sistema de poder mantiene secuestrados pensamiento, lenguaje y acción de unas masas sociales a las que han tornado enemigas del movimiento magisterial. «¡Hasta El Piojo se manifiesta contra los mentores que afectan al futbol en la capital!»
Por si los maestros de la Coordinadora pudiesen aprovecharla va aquí la teoría del maestro sobre sindicalismo y soberanía. Que al arrebatársela a las bases sindicales, la soberanía pasa al poder cupular y de allí al poder del Sistema. En el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación la soberanía no radica en las bases magisteriales, sino en el líder, en este caso en la que hasta hace meses fue la agente gubernamental Elba Esther Gordillo. Este ejemplo vale para ubicar a todos los dirigentes corporativos de control de trabajadores a los que mañosamente se les emboza con el nombre de «sindicatos». Si la Gordillo se hubiese enfrentado al gremio magisterial como simple lideresa, nunca hubiera llegado al puesto que detentaba todavía antes de ser defenestrada por el gobierno de Peña. Van aquí algunos de los elementos que corresponden al subsistema de control y enajenación estatal de los trabajadores:
1.- Construcción y sostenimiento de mafias en la estructuras de los órganos corporativos de control estatal encubiertos con el nombre de «sindicatos». 2.- Mantenimiento de grupos para-militares de acción represiva, intimidatoria. 3.- Impunidad ante los actos delictivos de los agentes gubernamentales. 4.- Sistema de corrupción que utiliza los dineros de los propios trabajadores para mantenerlos sometidos. 5.- Leyes que legalizan el sistema de democracia representativa dando al “líder” la representación jurídica.
6.- Tribunales laborales que actúan de manera facciosa a favor de los órganos de control sindical y desconocen los derechos de la bases. 7.- Tribunales penales que actúan contra los brotes de inconformidad. 8.- Policías que apoyan a los aparatos de control y reprimen a las bases inconformes. 9.- Ejercito que realiza acciones de intimidación y represión. 10.- Los medios masivos de acondicionamiento social encargados de desinformar, calumniar y linchar verbalmente al movimiento para justificar la represión. 11.- Ocultamiento de información por parte de los “líderes” cooptados por el gobierno, para impedir que las bases aprendan formas de lucha eficaces. 12.- Sabotaje a la formación política que genere una cultura proletaria y, por contras, impulso de ideas que crean apatía y falta de interés en los asuntos que competen en el destino de los trabajadores.
Conforme vaya creciendo su lucha, los maestros tendrán que enfrentar todo el sistema de control opresivo-represivo- desinformador, del Poder.
Pero no sólo el manipulador periodista: ¡hasta un entrenador de futbol! ¡Hasta El Piojo! Ah, México. (Qué país.)

¡El pueblo unido..!

Ritual y proclamas empachadas de pensamiento mágico tendrán la misma eficacia de la danza con la que el brujo invoca la lluvia.

La cultura política, mis valedores. Hoy mismo, en momentos en que éstos y aquéllos se tironean jirones de crudo y de educación pública, cuanto se echa de menos esa cultura que llevase a los defensores a pensar (pero con pensamiento propio),  y asumiendo que no se es perfecto, llevar a cabo un ejercicio de autocrítica para examinar, con base en la historia, si sus tácticas son las adecuadas. Si no, a crear  las pertinentes. Pero no.

El defensor de causas tan nobles y tan legítimas vuelve al camino trillado y por enésima vez ejecuta el ritual del que la historia ha probado su ineficacia. En fin, por si su lectura pudiese resultar provechosa para maestros y defensores del energético: de extenso análisis sobre formas de lucha social entresaco estos párrafos que juzgo aleccionadores para quien piense con cabeza propia porque no ha permitido que le secuestren sus pensamientos.

«Cuando se analizan científicamente la fortaleza y la debilidad de un enemigo se puede ubicar sus  puntos vulnerables y entender que su fortaleza es directamente proporcional a nuestra debilidad. Hay que autoanalizarnos para detectar lo que nos torna débiles.

El enemigo histórico de nuestro cambio social  aplica una forma de control y dominio con excelentes resultados: infiltrar en los movimientos sociales formas de lucha ineficaces y obsoletas. Ya introducidas en el imaginario colectivo se enraizan a nivel de dogma incuestionable, con lo cual cobran vida propia. Muchos luchadores sociales, con su falta de lucidez, se encargan de reproducir las concepciones que pretenden combatir.

Esos movimientos han caído en su trampa estratégica, de la que deriva gran parte de sus derrotas.  Durante décadas se han creado conjuros mágicos, se pregonan proclamas convencidos de que clamarlas a gritos una y otra vez es suficiente para ganar, pero esos conjuros no han logrado hacer daño porque no basta con satanizar a un enemigo poderoso para vencerlo. En el combate las palabras carentes de fuerza motriz debidamente organizada y dirigida científicamente no producen triunfos históricos. (Tomar nota.)

El mágico pregón. En nuestras marchas enarbolamos consignas como El pueblo unido jamás será vencido, pero no queremos entenderlo: para que el pueblo se una no basta un pregón que produzca el milagro. El pueblo no se va unir por si solo ni con gritos, sino con estrategias y tácticas científicas avaladas con un trabajo eficiente y constante.

A la marcha-mitin se le ha cambiado su función objetiva de denunciar un problema, una inconformidad,  y preparar a las bases para pasar a formas de lucha especificas de su área de operación que sean el todo en la lucha. Al convertir un medio en el todo (la marcha-mitin)  y enraizar tal creencia a nivel de dogma hemos quedado desarmados.

¿Por qué la eficacia de la marcha-mitin no se cuestiona a pesar de haber demostrado una y otra vez sus limitaciones, y en muchos casos (los de hoy) su impotencia como arma contra la injusticia? Porque se nos volvió dogma. Al tornar la marcha-mitin en el todo de la lucha desnaturalizamos su función práctica, la volvemos liturgia secular, peregrinación que grita conjuros que van a realizar el milagro de vencer a nuestro enemigo histórico. Con el tiempo los marchistas-peregrinos se desencantan, y aquí lo trágico: algunos de los propios compañeros revolucionarios han caído, seducidos por ese recurso fácil. (Después.)

Fogatas

(Estoy de vuelta en mi depto. de Cádiz. Tengo la puerta remachada con doble llave, no vaya a ser…)

Que acabo de visitar mi raíz provinciana, dije a ustedes ayer, y que mis sentidos abiertos de par en par me di a recorrer los floridos terrenos de mi niñez. Cierta noche, en la cresta de la serranía masticaba la carne de venado  que me había ofertado mi primo Raudel. Ruidos, aromas, bandazos de viento llegaban de afuera, y la paz que se respiraba en el corazón de la serranía. Charlábamos.

Y es que en camino a la finca del finado tío Secundino el motor de la charchina se recalentó y tuve que detenerme en la casa de mi primo Raudel, y al cenar le preguntaba por la familia, ladereando por saber de mi prima Belén, el amor primerizo del que no me curo del todo. Belén, 17 años floridos y aquella promesa insinuada con su modo de mirar, de mirarme con sus zarcas pupilas. Belén. «De mi parentela…»

– Ya muy escasa la vas a encontrar, toda desbalagada. Quien  no anda en el Norte fue a parar a Aguascalientes, a Guadalajara. La miseria, tú sabes. Había que sobrevivir.

– ¿Y luego sus buenos terrenos de siembra?

Lo vi sonreir. «Vida pacífica la de ustedes, serranos. Hasta acá no llegan los achaques de la ciudad».

Que por supuesto, que llegan. Cada 6 años trepa hasta allá el candidato a gobernador  y habla, y promete que la miseria se va a acabar, y se va por donde vino. «Y el chamaco, que se moría de avitaminosis, y de malpasarse y por ignorancia la madre tras de malparir sus criaturas, y el hijo mayor, que anochecía en la sierra y amanecía en la ciudad, y se perdía rumbo al Norte. Las hijas, a servir de criadas en Zacatecas. La miseria».

Terminamos de cenar. Ya en la puerta de la vivienda mis ojos se desbalagaron por el robledal. Copia al carbón del firmamento estrellado, la serranía se claveteaba de fogatas. Pregunté por la bienamada de mi primera mocedad (vivo la última, pero a todo vivir). «¿Y aquella mi prima  Belén?»

– La Belen. A ésa se la topaban por barrriadas de Tijuana. Si acaso sobrevivió al burdel  ha de andar por ahí,  podrida en el muladar.

El venado me pateó el estómago. Dije: «La miseria…»

– Esa ya la mandamos al carajo. Desde que nos cayeron los fuereños aquí todos tienen su buena fuente de ingresos.

– Misioneros de alguna secta extranjera.

Lo vi sonreír. «Al contado nos compran la cosecha y a buen precio nos venden el producto. Flamante, nuevecito. El que escojas».

Belén, el burdel. Dolorcillo en el costillar. Pero la sierra un viento perfumado, un  rumor de animales nocturnos, un ambiente de paz. Si yo pudiese vivir en esta montaña claveteada de fogatas, pensé.

– Los rancheros cuidando sus milpas, dije.

El primo sonrió. Supe entonces: los fuereños integran el cártel que domina la región.  Armas de alto poder, la mercancía.

– ¿Las fogatas? Grupos de serranos afinando detalles. Porque el gobierno cabrón cree que para sus chingaderas no hay límites, y ahora se quiere ir sobre el petróleo, pero nosotros le decimos: ¡basta!

Válgame. Me espanté.  ¡Pero tú no, tú eres gente de paz!

– ¿Yo no? ¿Cómo falleció mi hijo, si no por la chinga que los sardos le aplicaron para que confesara? ¿Yo no? Mira esas bolsas de plástico. ¿Crees tú que las AK-47  son aperos de labranza?

Trepé a la carcacha. Y la reversa. «Oye, la finca del tío Secundino queda camino adelante, allá donde se ve aquella fogata».

No. Reculé. Yo directo a casa. Y aquí estoy, remachadas las ventanas, no vaya a ser que descubra fogatas en el Ajusco.

Es México, nuestro país. (¡Fogatas!)

Floridas raíces

El soberano viento de los bosques lejanos, saturado de fuertes perfumes, pasaba con el susurro melancólico de las altas frondas.  (H. Frías: Tomóchic.)

Este divagar sin rumbo por tierras de mi nacimiento fue motivado por cierta foto añeja donde el tiempo oscureció la blancura y empalideció los negros, y será la cercanía de mi viaje reciente a mis terrones zacatecanos, será  la foto de marras, que estoy mirando, será esta hora neblinosa del atardecer o la mansedumbre de una llovizna que de repente alebrestan bandazos de viento. ¿Cuál será la raíz de este mi ánimo macilento que se contrista y arropa en vagorosas, indefinibles  nostalgias y tristuras por el tiempo que se me fue para nunca más? Y esta opresión de costillas adentro, y este ánimo contristado…

Pero no pensar mal; no pensar bien, más propiamente. La foto que tengo bajo mis pupilas no es la de hembra garrida, no es la de la sota moza cuyo nombre, añudado al mío (con eñe), grabé en el tronco de aquel eucalipto en el parquecillo municipal. (Hoy, signos del tiempo, otra pareja de enamorados eternizó sus nombres a un lado del nuestro: Ciro y Martín, y el tosco grabado de algo levemente parecido a un aguacate, un corazón, uno de los compañones. Las veredas del amor…)

Dos palomitas azules / paradas en un romero / la más chiquita decía / no hay amor como el primero.  (Y esta tristura…)

De un caserío bienamado es la foto, de mi zacatecana Jalpa Mineral,  y  muestra un retazo de caserío, una calle trazada a cordel, la ermita (dos cuernitos y un caparazón de caracol), e imponente telón de fondo, toda crestas, barrancos y peñascales, la serranía. Morones. Majestuosa. Descomunal. El Cañón de Juchipila arropa la tierra de mi querencia, la de niñez, adolescencia y primera juventud. Hoy voy por la quinta, y la vivo como ser la primera; como ser la última. La contemplación de la foto me he puesto a rumiar recuerdos con saborcillo a nostalgia. Y aquel suspirar…

Una noche pasé en descampado, que fue de remotas hogueras, viejos sones de la tierra trovados  en falsete la primera voz y la segunda grave, largo son que arranca ecos  desflecados de sembradío yuntero a coamil:

No me busques por veredas – mi bien – búscame por travesías – allá encontrarás, si quieres  – el amor que te tenia. (Aolí…)

Versadas de la provincia, tonadas del interior, que son la sangre y el zumo del paisano ayuntado a la tierra, al cogollo de la tierra, a su hendeja; estoy por decir la hendeja por donde fui parido y la  hendeja a donde habré de volver. A la paz de la tierra, la mía. Yo, su pertenencia, sin más.

Estuve en mi terruño y volví a paladear sus comidas sápidas y picantes, delicias del paladar campirano rudamente indigestas para el arrimadizo. Mi lengua recordó la dulzura de la pitahaya, colores hurtados al mejor Tamayo, y es  así como de mis derrumbaderos he traído conmigo olores de humo de ocote y sabores de aceite y miel, tactos, sonidos, imágenes de esas que junto a la caja de cartón acarrea el paisano que viene a buscar la sobrevivencia,  a hacer por la vida en esta inconmensurable colmena de laboriosas abejas de salario mínimo, de zánganos del puesto público y de (cuándo iba a faltar) la abeja reina de cuento de hadas, efímero cuanto real, en el que cada seis años todas, por turnos, se sienten reinas del colmenar, si no es que sus hadas madrinas. Y si no, ¿recuerdan ustedes a la Sahagún? ¿Habrán podido olvidarla? Yo no, para mi desgracia.

¿Por qué les comparto mis provincianas vivencias?  Eso, después. (Vale.)

Mágico pueblo

Patria: tu superficie es el maíz, – tus minas el palacio del Rey de Oros , – y tu cielo, las garzas en desliz – y el relámpago verde de los loros. (La Suave Patria, poema de Ramón López Velarde.)

No. Reformas y privatizaciones las dejo para mejor ocasión. Hoy no, que la nostalgia y sus tristuras me han sorprendido indefenso, y entonces…

Porque algunos de ustedes, fuereños avecindados en esta ciudad, vivan en el recuerdo sus bienamados derrumbaderos, y los citadinos columbren el ánima de la mal llamada provincia, por un momento dejo de lado temas sensibles para nosotros, los de requemante actualidad,  para entregarles algunas vivencias de la visita a mis zacatecanos terrones, los de mi Jalpa Mineral. Y entonces…

Aquí y ahora, frente a todos ustedes, traigo la nostalgia de  los terrones de mi Jalpa Mineral, en el Estado de Zacatecas, el hontanar provinciano de tantos de los que hoy habitamos este hormiguero descomunal, que el amontonamiento de humanos hemos terminado por deshumanizar, cruel paradoja. Mis valedores:

Unos días acabo de pasar en mi tierra, que fueron de magia, de encantamiento y encontronazo con la raíz de mis años muchachos, que se me huyeron para nunca más. Hoy regreso cargado de energía, de esa corriente galvánica que nos insufla la madre tierra, que es decir nuestro origen, nuestro hontanar. Mi tierra…

Ah, esa entrañable tierruca cuya añoranza todos nosotros, fuereños en esta ciudad, cargamos acá, entre los costillares, tamal envuelto con telas del corazón y añoranza de donde sacamos la fortaleza para sobrevivir en este humano hormiguero que una demencial cargazón de humanos terminó por deshumanizar, feo contrasentido. Todo ello me lo entienden ustedes, tecos y meños, jarochos y panzas verdes, costeños, chileros y corvas dulces y gente de la montaña, del altiplano, del mar y del trópico. ¿No les ocurre que un día amanecemos (o anochecemos, según) con la nostalgia añudada aquí, miren, en el cogote, y en los costillares, y en la virilidad? Aquella tierruca donde fuimos a nacer, a florear, y algunos, suertudos, hasta a echar vaina.

Acabo de regresar del viaje por tierras de mi andadura y vengo con los sentidos cargados de antiguas esencias, hoy renovadas, mente y memoria retacadas de imágenes y sensaciones que me retoñaron después de vegetar, semiolvidadas por cosas del áspero oficio del diario vivir: que si el aroma de yerba macerada, de fruta en agraz, de majada; que si el sonido del esquilón, de la esquila, del cencerro en el pescuezo de la vaquilla caponera; detrás, bebiéndole los alientos, toretes en atorrenciado vigor, con los güeyes detrás, ya en los  mansurrones superada toda preocupación que no sea la de pastura a su hora A lo lejos, la primera llamada al ángelus.

Ah, el caserío de mi nacimiento, sabor a frutilla cortada de la rama a la orilla de la vereda y lejanías azulencas allá donde el llano se muere en las faldas de una agresiva y retadora la serranía de Morones. Y encima del cresterío ese cielo limpísimo, como acabado de inaugurar, y en el cielo la rueda de cuervos y zopilotes, de gavilancillos y auras pelonas. Allá, en el llano, reverberos. Mediodía.

Intimas, familiares, las casucas circundaban mi sueño, una de ellas nidal de la sota moza que conmigo jugó la trova del primer amor. Ella, mi futura Nallieli. ¿Me permiten? Un traguito; infusión, por supuesto, que conmigo el enemigo (el licor) topó en hueso; en tepetate. Y entonces ocurrió, mis valedores…

Nostalgias y remembranzas siguen mañana. (Vale.)

Justicia de voz indígena

La población indígena, mis valedores. Víctima hoy día de racismo, discriminación racial y desmedro en sus derechos políticos, económicos y culturales, en la XII edición del Día Internacional de los Pueblos Indígenas (9 de agosto) la UNICEF insta a los gobiernos de América Latina y el Caribe a cumplir esos derechos. Tal advertencia no atañe a nuestro país, porque aquí el indígena ya  cuenta con su ración de justicia.

¿O acaso no pura justicia  esa Cartilla de los Indígenas que a su hora publicó el gobierno en forma de un cuadernillo minúsculo (cabe en la palma de la mano) que lo proclama: “Los indígenas tenemos los derechos de todas las personas (hombres y mujeres, niños y adultos, sin distinción de raza, nacionalidad, idioma, pensamiento, creencias religiosas o políticas, o nivel económico), establecidas en la Declaración  Univ. de los Derechos Humanos, la Carga Magna, sus leyes secundarias y los pactos y convenios internacionales firmados por México?

La tal cartilla lo proclama con voz indígena: Tenemos derecho a la vida, a la libertad y a ser tratados con dignidad y respeto. A no ser torturados, ni  detenidos ni encarcelados a menos que se nos acuse de cometer una infracción o un delito. A que la ley se nos aplique por igual como a todos. En caso de algún delito a ser juzgados conforme a la ley. Contar con las garantías que establece la Constitución. Tener abogado defensor, y si no hablamos el idioma español, a que nos auxilie un traductor que conozca nuestra lengua y a que se nos considere inocentes mientras no se pruebe lo contrario.

Tenemos derecho a no ser discriminados y a que se respeten prácticas, usos, costumbres y tradiciones étnicas, lingüísticas, religiosas, sociales, políticas o culturales que no atenten contra los principios establecidos en la Constitución ni contra los derechos de persona alguna. A que impere en nuestra familia la igualdad de derechos para el hombre y la mujer, el niño y la niña. Las mujeres tenemos derecho a un trato digno y respeto como seres humanos; a que no se nos someta a ningún tipo de violencia física, psicológica, moral o sexual, y a que no se nos haga víctimas de discriminación respecto de los varones.

A la libertad de pensamiento,  conciencia y  religión, así como a la libertad de cambiar de religión. A reunirnos pacíficamente o asociarnos con cualquier fin lícito, sin que pueda obligársenos a pertenecer a grupos o partidos. A participar en asuntos políticos, directamente o a través de representantes libremente elegidos. A elegir o ser elegidos popularmente para cargos públicos, con garantía de sufragio universal, libre y secreto. A satisfacer oportuna, adecuada y suficientemente nuestras necesidades de salud, seguridad, educación, vivienda y ambiente sano. A que se respeten nuestros derechos laborales y sindicales. A participar en actividades artísticas, culturales o científicas, y a que se protejan nuestros derechos autorales. A que ningún gobierno, grupo o individuo nos coarte tales derechos.

Es obligación de los servidores públicos: No cobrarnos por sus servicios.  Darnos atención e información sin discriminación alguna. Responder por escrito a nuestras demandas. De los inspectores, policías preventivos y judiciales, agentes del Ministerio Público y de los jueces; y de todos los funcionarios dentro del ámbito de su competencia: ¡Tratarnos con respeto! ¡Darnos protección y seguridad! ¡No abusar de su autoridad!»

Sí, ¿y? ¿Qué dice la realidad? Ah, la simulación. Ah, México. (Qué país.)

¡Este puño..!

Me lanzo a preparar esta campaña. Sé que muchos compañeros, por todo el país, acompañarán este esfuerzo. ¡Recojamos firmas por toda la República! (Reciente exhortación de eso que queda de Cuauhtémoc Cárdenas.)

Recoger firmas. ¿No es elocuente la historia del país respecto a la «eficacia» de las firmas como  táctica para imponer la voluntad de las masas contra la del Poder?  ¿Recoger firmas? ¿No fue el caso de la CONASUPO y de otros escándalos de corrupción cuando millones de firmas culminaron con la misma «roque-señal» que  aguarda a las que acumulen Cárdenas y sus chuchos colaboracionistas de «Nueva Izquierda»?

La cultura política. Nunca antes nos reporta más utilidad o más la echamos de menos como en los tiempos de los entreguistas proyankis. De extenso análisis sobre formas de lucha social que me entrega el maestro entresaco estos párrafos que juzgo aleccionadores para hoy y el mañana.

«Cuando se analizan científicamente la fortaleza y la debilidad de un enemigo se puede ubicar sus  puntos vulnerables. Entendamos que su fortaleza es directamente proporcional a nuestra debilidad. Hay que autoanalizarnos para detectar lo que nos torna débiles.

El enemigo histórico de nuestro cambio social  aplica una forma de control y dominio con excelentes resultados: infiltra en los movimientos sociales formas de lucha ineficaces y obsoletas. Una vez introducidas en el imaginario colectivo se enraizan a nivel de dogma incuestionable, con lo cual cobra vida propia: muchos luchadores sociales, con su falta de lucidez,  se encargan de reproducir las concepciones que pretenden combatir. Logrado este fenómeno enajenante los agentes gubernamentales solo necesitan darle mantenimiento a su concepción inoculada en el movimiento social.

Los movimientos sociales han caído en esa trampa estratégica, de la que deriva gran parte de sus derrotas. El razonamiento estratégico que siempre repetimos se sintetiza en la fórmula «razón+ legalidad + consenso popular = triunfo». Planteamiento sencillo: si tenemos la razón, la ley y el apoyo popular, el resultado cierto es el triunfo. A nuestra estrategia el gobierno le opone esta síntesis: poder económico,  político y armas = triunfo. La razón desarmada no ha podido, hasta hoy, derrotar al  poder armado. (No armas de fuego sino creación de sistemas de lucha pacífica superiores a  tales las armas.)

Durante décadas se han creado “conjuros mágicos”; se pregonan slogans en la creencia de que el grito desgarrador de esas frases es suficiente para ganar. Nuestros conjuros no han logrado hacer daño, porque los muertos no se entierran solos. No basta con satanizar a un enemigo poderoso para vencerlo. Las palabras carentes de fuerza motriz debidamente organizada y dirigida científicamente en el combate no producen triunfos históricos. (Tomar nota.)

En nuestras marchas lanzamos como pregón mágico  la consigna: El pueblo unido jamás será vencido. No entendemos que para que el pueblo se una no basta un pregón que produzca el milagro. El pueblo no se va unir por si solo ni con gritos, sino con estrategias y tácticas científicas avaladas con un trabajo eficiente y constante.

A la marcha-mitin se le ha cambiado su función objetiva de denunciar un problema, una inconformidad,  y preparar a las bases combatientes para pasar a formas de lucha específicas de su área de operación que sean el todo de la lucha. ¿Por qué no se cuestiona a pesar de haber demostrado su inutilidad como arma contra la injusticia? Porque se nos ha convertido en un dogma».

(Después.)

Asquerosa bacteria

Y aquí estoy, esperando, mientras percibo cómo el microbio, con toda la cepa invasora, deambula por mi organismo, carcome mis órganos y vive  a mis costillas (y a mi riñón, mi hígado y, sobre todo, a mis compañones, si algo de ellos sobrevive). No sé como seguir  soportando su inmunda presencia ni cómo logre expulsar la familia de asquerosos bichos que me corroe por dentro.  Yo aquí, sentado, aguardando, esforzándome. Cuánto tiempo tendré que esperar todavía…

¿Dónde pesqué la infección? Aquí, donde más. Todo esto que me rodea es sucio, insalubre, asqueroso,  y saturado de heces excrementosas. Mi organismo siempre ha sido receptor pasivo de toda suerte (mala) de amibas, lombrices, bacterias y demás seres inmundos, pero nunca antes tuve que padecer el que a estas horas me corroe el bajo vientre. Noche y día lo percibo en esta zona blanda de mi organismo, y en la de este otro lado, y en la de más allá, siempre nutriéndose de mi zumo vital. Trágico.

Qué zona de mi organismo se haya librado de la infección, qué cantidad de hemoglobina me haya costado el corrosivo accionar del microbio, qué daños no siga causando en la carne, la sangre, la médula de los huesos. Yo aquí permanezco, doblado  por el dolor de mis cavidades internas. Ahora mismo esta bocanada de bilis. Negra…

Pero lo peor me aconteció ayer, anteayer, algún día de estos: con su cepa de virus el bicho  intentó concentrarse en mi propio cerebro. ¿Qué?  ¿El  nauseabundo  infectar mis ideas? A pura fuerza de voluntad lo impedí. Entonces la cepa de virus, con una que otra bacteria, alguna lombriz y diversas amibas, intentó hacer su reunión en mi pecho. ¡Nunca! Corrompidas criaturas, cómo voy a permitir que así infecten mi corazón. Tétrico.

Tétrico, sí, porque mientras ejerzo mi periodismo o me abstraigo en la lectura o escucho a Bach, de repente el punzadón por las regiones del colon, del pulmón, de los intestinos. Conozco entonces que la voracidad del bicho castiga mi pleura, mi esófago, la vesícula; y aquí el  regueldo con sabor a bilis,  a sangre fresca, recién derramada. Y la náusea. Yo sigo aquí, sentado, la frente perlada de frío sudor. Un solapado suspirillo y algún pujidillo me salen del puro cogollo del corazón. Y aquí sigo, doliéndome y esperando,  desesperado, porque percibo que el virus, con su cepa de microbios, está donde debe estar, en el intestino grueso, ya cerca de la salida, con su conjunto de bicharajos en conciliábulo excrementoso. Atroz.

Y aquí sigo, a dos nalgas, intentando arrojar virus, cepa, bacterias, amibas, lombrices, todo lo que acompaña al invasor. Las quijadas remachadas y los ojos abiertos de par en par intento expulsarlos a todos, porque después de este SIDA de la reforma energética con que enferma mi organismo, ¿con qué clase de cáncer me infectará después? Y todo esto a lo impune, porque de mis glóbulos blancos, los supuestos atacantes del virus, qué puedo esperar, que no sean los consabidos reniego, las mega-marchitas y, puño en alto, las consignas cargadas de pensamiento mágico: «¡No a la privatización del energético!» «Este puño sí se ve!» «¡El pueblo unido jamás será vencido!»

Y al virus invasor, vendepatrias proyanqui,  le quedan aún cinco años de permanencia en un organismo tan lastimado como es el mío, y su vida significa mi muerte. ¿Mis defensores, en tanto? Los  glóbulos blancos «al ataque». Consulta popular. ¿Nada más? ¿Y después de la consulta qué? ¿No pensar, no autocrítica, no creación de tácticas triunfadoras? Ah, México.(Qué país.)

Hijos putativos

Cuidado, mis valedores. Mucho cuidado. Mantenernos alerta frente a la reforma energética que pretenden algunos burócratas de vocación proyanki, esa camada de hijos putativos del Consenso de Washington. Cuidado, que de allá, precisamente, procede el Memorandum Brzezinski,  fechado hace algunos ayeres, pero vigente hoy todavía. Y si no, juzguen ustedes:

“Debemos incluir las conversaciones sobre gas y petróleo de México dentro de una amplia agenda de cuestiones bilaterales, incluyendo la de los indocumentados. La clave para hacer avanzar las conversaciones bilaterales son los energéticos. Los mexicanos nos han dejado la puerta abierta. Toca a nosotros decidir si ya es tiempo de entrar, o cuándo«. Mis valedores:

¿Habrá entre nosotros  asunto más sensible que el petróleo «de México» y más riesgoso que la pretendida reforma de Peña y colaboracionistas del Neo-PAN y chuchos de Nueva Izquierda, que ha terminado por politizarse y provocar opiniones contrapunteadas? Elocuente:  a favor los voceros oficiosos y oficiales del Sistema de Poder; en contra, catedráticos de la UNAM, El Colegio de México y demás organismos de estudios superiores. Gráfico.

Así pues, a oxigenar la memoria histórica y atenernos a las advertencias del genio americano, el visionario José Martí, que  desde el XIX nos prevenía:

¡Cuidado! Norteamérica tiene sobre nuestros países miras de distintas de las nuestras. Cuidado. Jamás hubo en América asunto que requiriese más sensatez, ni obligue a más vigilancia, ni pida examen más claro y minucioso, que el convide que los Estados Unidos –potentes, prepotentes, determinados a extender sus dominios en nuestra América mestiza- hacen a las naciones americanas de menor poder.

Pero no sólo el patriota y apóstol: ahora mismo y aquí entre nosotros, respecto a la memoria histórica lo afirma C.A. Rojas, historiador:

“La enseñanza actual de la historia de México está muy atrasada. Se sigue pensando que esa disciplina es una ciencia que estudia el pasado. Esto es grave, por no enseñarnos la historia de una forma que nos ayude a explicarnos el presente y no hay un rescate de la memoria de la sociedad. Ante conflictos y hechos políticos, se reacciona de una forma inmediatista, se pierde la perspectiva temporal vasta que nos explicaría los sucesos actuales».

Cierto es, y ante la amenaza de reforma petrolera que intenta el vecino rapaz con el concurso de los funcionarios de vocación proyanki,  van aquí expresiones diversas procedentes del país norteño. Primero, en 1808,  The Times:

“Basta una ojeada al mapa de América para comprender que México forma geográficamente, y por otros conceptos, un todo con Estados Unidos.  Sus ferrocarriles, que enlazan todos los puertos y ciudades importantes, son en realidad una expansión de nuestra red ferroviaria. Sus costas, continuaciones no interrumpidas de las nuestras. La superficie es igual a la totalidad de Inglaterra, Francia, Alemania y Austria-Hungría. ¡Hermosa provincia tropical para adquirirla para nosotros!”

The Herald, de Nueva York, 1871:

“La condición actual de México no promete otra cosa que la anarquía. La nación se desliza sobre el precipicio con tal rapidez que es imposible detenerla. Ha tocado los límites de la desgracia y sus dirigentes parecen determinados a completar su ruina. Tal situación de cosas ha seguido hasta llegar a una total bancarrota, sin que goce de crédito interior ni exterior. México será tarde o temprano absorbida por los Estados Unidos. Tal es su destino manifiesto».

(Sigo mañana.)

El PEMEX de Romero Deschamps

Los petroleros son la aristocracia obrera, con beneficios únicos que abarcan, además de salarios más sustanciosos que el resto de los sindicatos del país, créditos, becas, servicio médico, vacaciones, vivienda, etc. (J. Torres.)
A PEMEX me referí ayer, y hoy sigo con comentarios que juzgo elocuentes acerca de una paraestatal cuya historia accidentada es flor y espejo de la del propio país: luchas, tropiezos, pequeños logros y fracasos grandísimos, aparejados a la sañuda defensa de soberanía o vergonzantes y vergonzosas claudicaciones frente a las acechanzas del vecino imperial. PEMEX, riqueza, corrupción, México.
A 75 años de nacionalizada y desde los Merino y Vivanco hasta los Aldana y Romero Deschamps, mis valedores: ¿habrán variado las condiciones originales de la paraestatal en cuanto a erradicar (paliar, al menos) la inaudita corrupción en la que sobrevive siempre claveteada de números y focos rojos? ¿Ha cambiado desde 1978, cuando el Arq. Mario Basáñez le abocetaba este retrato hablado?
“Como la mayoría de los sindicatos del país, el de PEMEX favorece los intereses de la empresa, desarrollando un sindicalismo revisionista y mediatizado, en el que es cotidiano el tráfico de los contratos y las plantas de trabajo, el control enajenante del obrero mediante la cooperativa de consumo que funciona como una verdadera tienda de raya. Debido a sus recursos económicos ha permitido a sus líderes, en contubernio con los altos funcionarios de PEMEX, enriquecerse a costa del trabajador”.
Poza Rica. Por sus inagotables yacimientos y su tradición petrolera, el arq. J.A. Saade Atille la toma como prototipo de las equivocaciones y corruptelas que durante décadas registra la industria petrolera. «Pero también Tabasco también, y Chiapas, Campeche, etc».
En 1978 el arquitecto Mario Basáñez: “PEMEX ha sido la principal fuente de trabajo para la población, pero la riqueza ha sido mal distribuida, ya que desde las compañías petroleras la asignación del salario sigue siendo injusta debido al sistema empresarial capitalista que prevalece en PEMEX. El empleado y el obrero de la planta de PEMEX constituye la élite del proletariado».
Hace algún tiempo, el matutino publicó datos escalofriantes:
“PEMEX, campeón mundial en empleo, último en ingresos. Las pruebas: con sus 138 mil 701 trabajadores, la paraestatal mexicana se ubica en primer lugar de una lista que incluye empresas de EU, el Reino Unido, España, Venezuela y Brasil. A la hora del rendimiento, con sus 284.l miles de dólares anuales por trabajador, su ubica al final de la tabla, muy lejos de la cifra record que en productividad registra la norteamericana Exxon Mobil: 1,956.9 dólares.” Atroz.
Fechado en Washington hace tres décadas lo estipulaba el Memorandum Brzezinski: “Debemos incluir las conversaciones sobre gas y petróleo de México dentro de una amplia agenda de cuestiones bilaterales, incluyendo la de los indocumentados. La clave para hacer avanzar las conversaciones bilaterales son los energéticos. Los mexicanos nos han dejado la puerta abierta. Toca a nosotros decidir si ya es tiempo de entrar, o cuándo».
Y una más: “G.W. Bush podría ofrecer a México fondos para convertir PEMEX en la mejor empresa petrolera del mundo. Si Bush padre proporcionó una ayuda similar a Salinas, el apoyo ahora tendría más razón: Bush hijo y el mexicano quieren integrar un acuerdo energético norteamericano. Necesitamos más energía. Así de simple, dice Bush.”
Mis valedores: de este tamaño es México. (Nuestro país.)

A privatizar

El arresto de dirigentes sindicales de PEMEX tiene por objeto permitir la privatización, antes que ningún intento de moralización de la industria petrolera (Financial Times, enero, 1989.)

¡El sindicato petrolero es el más honesto de todo el país! ¡El sindicato petrolero no es un sindicato blanco! ¡Es revolucionario, y los ataques provienen de los enemigos de la Revolución! (Miguel Osorio Marbán, priísta.)

Que la memoria histórica no se nos pierda,  mis valedores. Cómo, cuándo fue que Lázaro Cárdenas expropió el energético en beneficio de nuestro país y lo que gobiernos priístas y de Acción Nacional hay hecho con esa herencia «de todos nosotros». Que no se pierda la memoria histórica,  hoy que a lo subrepticio los vendepatrias entregan PEMEX al capital extranjero. Es México, este país, el de Peña, el de Madero, el de Zambrano y el resto de chuchos colaboracionistas de «Nueva Izquierda«. A propósito:

Desde la expropiación hasta el día de hoy la historia del energético sintetiza la del propio país: sus luchas, tropiezos, acechanzas del vecino imperial, logros pequeños y fracasos grandísimos, a los que hay que agregar la corrupción desbozalada e impune de su “sindicato” (organismo corporativo de control de obreros),  manejado directa o sesgadamente por toda una galería de hampones, desde La Quina Hernández, Aldana y Rogelio Montemayor hasta Romero Deschamps, todos peritos en la impericia, sé lo que digo, y en el saqueo, la depredación y el bandidaje desbozalado. Mis valedores: van aquí algunos botoncillos de muestra que arrancan con el testimonio de Julián Amado Saade Atille, Superintendente Gral. del Complejo Petroquímico de Poza Rica (el primero que se fundó en el país), citado en el semanario de 1978 por Isabel Morales:

“A 40 años de su nacionalización, a la industria petrolera mexicana la mantienen a flote los técnicos responsables, mientras algunos dirigentes sindicales y políticos persisten en hundirla.         Poza Rica es síntesis de las corruptelas y equivocaciones que registra la historia de PEMEX.

El petrolero nombra la prehistoria de la corrupción en PEMEX: Jaime J. Merino y Pedro Vivanco, dos caciques corruptos de los años 50., y a contratistas que tiempo después se aprovecharon de la corrupción: Díaz Serrano y políticos priístas, dirigentes sindicales y compañías transnacionales. México.

“Los antiguos dirigentes de PEMEX (Merino, Vivanco, etc.) son ahora contratistas, y los que en 1954 actuaban como tales (Díaz Serrano), ahora fungen de directivos de la empresa más importante del país. Porque México es tan rico en energético que esta riqueza sólo es comparable a su cantidad de pillos. Políticos y líderes sindicales están acabando no sólo con PEMEX, sino con el país entero. PEMEX no está mal: lo está todo el país, sólo que ahora se pretende que la empresa subsidie todo, llámese industria nacional, empresas transnacionales, corrupción, políticos, contratistas o líderes sindicales. Todo”.

Y que los políticos sólo se acuerdan de PEMEX para acomodar a sus recomendados en puestos claves o cuando quieren que tal o cual contrato se otorgue a alguno de sus colaboradores. “PEMEX tiene que cargar con los errores de todos, los de antes y los de ahora. En la empresa hay deficiencias en todos los órdenes. El trabajo de las compañías contratistas es lento, malo y caro, en tanto que el de los propios petroleros es deficiente. La actuación de los dirigentes sindicales y empresariales se concreta a quedar bien con los que están arriba”. Ah, México.

(Esto sigue mañana.)

Las aguas bajan turbias

La reforma energética, mis valedores, ¿un riesgo, una amenaza, una oportunidad? ¿La inminente reforma al 27 Constitucional significa privatización del petróleo? ¿Falsa alarma y temores infundados? ¿La industria petrolera no está, en los hechos, privatizada desde hace décadas?

Y cuánto se han polarizado las opiniones de algunos observadores que ven la reforma como un peligro inminente mientras otros la consideran una oportunidad de crecimiento para el país. En pocos momentos de la  historia reciente tales puntos de vista se había expresado tan divididos y polarizados, tan radicales y contrapunteados. Reforma energética sí, dicen los «reaccionarios de derecha» y los colaboracionistas de izquierda.  No a la solapada maniobra de privatización, claman los analistas allegados a la UNAM. Y aquí lo riesgoso: nunca antes en los años recientes se habían concentrado los temores y la repulsa de unas masas sociales para las que el energético es  santo y seña de identidad nacional. Es a ese descontento social   al que la mayoría de los «medios» se enfrentan en la tarea de apaciguar. Mis valedores:

¿En manos de quién o de quienes, quiénes salvaguardan a estas horas la riqueza petrolera y el 27 Constitucional? Priístas de la alzada de Pena Nieto, Beltrones y Osorio Chong, apuntalados por neo-panistas que encabeza Gustavo A. Madero y los chuchos colaboracionistas de «Nueva Izquierda«, imagínense.

Los riesgos del patrimonio petrolero en manos del neo-panismo: en su sexenio lo aseguraba Felipe Calderón:

La inversión privada en PEMEX, garantizará el desarrollo nacional para las próximas generaciones. PEMEX se fortalecerá, y así contaremos con recursos para vivir mejor: más escuelas, medicinas, hospitales, clínicas, caminos, carreteras, puentes, agua potable, drenaje, electricidad, vivienda».Sin más.

Para entender cabalmente la propuesta presidencial de reforma energética hay que acudir a la historia, porque esa maniobra se inscribe en un proceso histórico que se remonta al surgimiento y ascenso de la burguesía, al triunfo del estado liberal contra el estado social, al mercantilismo, el capitalismo, el nuevo orden mundial, El Consenso de Washington, el modelo neoliberal, etc.

La burguesía, desde la Revolución Industrial, forzó al Estado a adelgazarse, y que su papel se redujese a la creación de leyes favorables al  gran capital y ser el árbitro de las relaciones obrero-patronales. “Ante la ley todos somos iguales”, proclaman industrial, comerciante y banquero una vez que el Estado decretó unas leyes a la medida de ese gran capital. Por cuanto a nuestro país:

En México no se estableció de lleno la política neoliberal hasta el sexenio de Miguel de la Madrid. Hasta entonces los gobiernos del PRI declaraban atenerse a las conquistas sociales de la Revolución reflejadas en la Carta Fundamental. Con Salinas el país abrió sus fronteras a un neoliberalismo cuyos máximos oficiantes fueron Margaret Taatcher en Inglaterra, Ronald Reagan en EU y Juan Pablo II en El Vaticano. A propósito:

Al igual que el día de hoy, PEMEX fue hace algunos ayeres motivo de escándalo porque manipulaciones de funcionarios proyanquis  provocaron un clima ominoso que llevó a la movilización ciudadana encabezada por López Obrador. De inmediato respondió el clero católico:

La lucha por PEMEX no es de falsos profetas e iluminados. AMLO qué sabe del tema. Calderón, en cambio, tiene argumentos, y son sustentables. ¡Que los católicos no salgan a manifestarse en las calles!”

Qué país. (Sigo mañana.)

Zurdos

La mano izquierda, mis valedores. Que un zurdo atrae siempre la mala suerte, jura la creencia popular sin más base que la ignorancia. A propósito, el incidente se produjo en la tertulia de anoche cuando al codazo de la tía Conchis el espejo brincó de la pared a la alfombra. La conserje de Cádiz, la mano diestra en la boca:

–  Válgame, ¿no les digo? Esta mañana me levanté con el pie izquierdo.

Silencio. Luego el maestro: “Así que con el pie izquierdo. Detestable es nuestra costumbre de discriminar lo mismo a mujeres que a indígenas, y tanto al extranjero como a la preferencia sexual distinta. Aquí alguno podría asegurarse limpio de culpa, ¿pero acaso estamos conscientes de la discriminación que a diario, desde que nacimos y en perjuicio propio venimos ejerciendo contra nosotros mismos?»

“¿De nosotros mismos?”, pensé. (Quedo, en el aparato,  Bach.)

– “Me levanté con el pie izquierdo”. ¿Esa frase no evidencia la discriminación que a favor del lado derecho de nuestro cuerpo aplicamos contra el izquierdo? Y no sólo es tolerar tal discriminación; para nuestra desgracia, la fomentamos todos los días. Contertulios: miremos nuestras dos manos. Esta es la diestra, esta otra, la siniestra; ésta es la derecha, y esta la chueca, la zurda, la inhábil. ¿Y desde cuándo cayó el mal fario sobre la izquierda? Desde que el mítico Crono(s), para castrar a su padre Urano, le sujeta los genitales con la mano izquierda, que desde entonces carga el estigma del mal aguero, y hasta el día de hoy».

Mirábamos del envés nuestras manos, del revés, las meneábamos. “Toda la civilización ha sido forjada con la diestra y para los diestros, y es así como los humanos estamos mutilados, hemipléjicos, cuando pudiésemos, cuando debiéramos poseer dos manos diestras”.

(Nunca se me había ocurrido.) Y fue ahí, mis valedores, donde me percaté del perjuicio que sin darnos cuenta nos causamos a nosotros mismos. El maestro, sus referencias históricas:

“Cuando Jacob, con la complicidad de su madre, perpetra el fraude horroroso contra Esaú y se apodera de la primogenitura, ¿para el testimonio qué mano coloca bajo los genitales de Isaac su padre, si no es la diestra? ¿Y con qué mano es bendecido al recibir la fraudulenta primogenitura?”

Y que en el drama inconmensurable de la Crucifixión, ¿hacia qué mano ubica Mateo al Buen Ladrón? ¿Y al tal Gestas, padre que fue de los Bribiesca, Sahagún y Montiel,  Gordillo, Salinas, Romero Deschamps  y ralea de compinches,  ladrones todos de nuestros dineros públicos?

Al asumir su cargo el presidente gringo, hijo putativo del puritano fundador, ¿con cuál mano jura sobre la Biblia? También quien jura decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, con la diestra lo jura.

En el templo los clérigos y los padres en el hogar nos saturan de bendiciones. ¿Con qué mano las dibujan?

Dios, llegado el Juicio Final, va a clamar en el Valle de Josaf: “¡A mi diestra los justos, que conmigo estarán en el Paraíso. A  mi siniestra los réprobos, destinados al fuego y la eterna condenación!” Y la exhortación del maestro:

– Limpien su mente de consejas y creencias, contertulios, acerca de que un zurdo acarrea la mala suerte. Esa es una vil superstición.

Será, ¿pero a mí por que se me vino a la mente la efigie del matancero de la mano zurda que de herencia nos dejó sólo sangre, llanto y salación? A mantenernos  prevenidos y alerta,  mis valedores, porque ahora se le antojó a Margarita Zavala salir por el PAN y llevarlo a Los Pinos.  ¿No será zurda? (¡Cuidado!)

Lo siento por Harvard

“No Colibrí a la Izquierda, como nos lo presenta la historia oficial. Por su instinto sanguinario y su aspecto espantable, Huitzilopochtli significa “Colibrí Siniestro”.

Tal afirma el cronista, y a propósito:  el Día Internacional de los Zurdos, que se conmemora el día de hoy. ¿Zurdo alguno de ustedes? ¿Sufre, por zurdo, alguna (mala)  suerte de discriminación? Porque tal es la condición de las masas: rechazar todo y a todos los que de alguna forma son diferentes. Ahora que viéndolo bien, la discriminación contra la mano zurda la ejercemos y padecemos todos, porque nos hemos mutilado de manera voluntaria la mano izquierda hasta convertirnos en hemipléjicos y manejarnos al 50 por ciento de nuestra capacidad manual, sin  apenas darnos cuenta del potencial que desperdiciamos.

Toda la civilización ha sido forjada con la mano diestra, dije a ustedes algún día de estos, y ello porque nos hemos mutilado de la otra mitad. ¿Por qué razón, insensatos, dejamos la zurda sin el adiestramiento de la diestra? ¿Por qué la cultura ancestral clasifica de negativo todo lo que concierne a la mano zurda?  ¿Cómo, cuándo, por qué se originó esa maldición? Una pista para encontrar la respuesta pudiese encontrarse en el mito de la antigua Grecia: con la diestra cercenó Crono(s) la virilidad de Urano (Saturno), mientras que con la izquierda le afianzaba los genitales, maniobra que la marcó de impura e indigna de la misma educación que la diestra, mutilando con ello nuestra potencia manual. Nosotros, aun sin conocer el mito, a menospreciar la zurda, lóbrego.

Y ya que andamos por la recoleta región testicular: ¿cuál de sus manos colocó Jacob en la virilidad de un su padre anciano y casi ciego a la hora en que se hace pasar por Esaú, el primogénito, y de forma fraudulenta dar testimonio (testículo, la raíz del vocablo) para así apoderarse de la primogenitura y sus muchas ventajas? La diestra, sí, por supuesto. ¿Y con qué mano bendijo el viejo Isaac al tramposo, si no con la diestra? ¿En dónde  están a estas horas, si nos atenemos al Libro, lo mismo el padre engañado que  el hijo inescrupuloso, con todo y madre que le inspiró el fraude y lo ayudó a perpetrarlo? Ellos a la diestra de Dios Padre, según la Promesa. Para los ubicados a la zurda, la maldición. “¡Id, malditos, al fuego eterno!”, clama Jahavé en el Valle de Josafat a los desdichados a los que ha sentado a su izquierda.

Discriminación.  El  universo se divide en dos mundos que se atraen o repelen, se implican o excluyen según graviten hacia uno u otro sentido de los polos y mutuamente se complementen. Todas las oposiciones que presenta Madre Natura muestran ese dualismo dialéctico que para nosotros es motivo de discriminación: luz y tiniebla, día y noche, oriente y sur frente a norte y  poniente. Por uno la vida asciende y resplandece; por otro desciende y se apaga. Arriba moran, inmortales,  los dioses; acá, los mortales que se traga la tierra; más abajo se ocultan las serpientes, y en la profundidad los demonios. Para la cultura de la discriminación el cielo es la diestra, y la tierra la zurda.

Día Internacional de los Zurdos. “Discriminación aberrante”, enfatizó el maestro en la tertulia de anoche. “Eso es ignorancia, superstición. ¿Están ustedes de acuerdo?”. Todos, sí, por supuesto. Pues sí, pero de repente, en el silencio que siguió a la pregunta, El Síquiri:

– ¿Será zurdo Mancera? ¿Y López Obrador?  ¿Manlio Fabio ? Porque un zurdo más y al país se lo acaba de cargar la tizn…

(¡Sh..!)

Divino tesoro…

Hoy se celebra, mis valedores, el Día Internacional de la Juventud. Yo, atenazado por la nostalgia, abro la jaula a la parvada de recuerdos,  y este amago de suspiro. Qué tiempos.  Guadalajara…

¿Conque ése era yo por aquel entonces? Ah, tiempos de mi primera juventud, años que fueron de la abundancia de ideales y la carencia económica; de la escasez de ropa y la prodigalidad de una greña que escurría Glostora. Aquellos tiempos, mis tiempos, que fueron los del primer amor (todos los amores son el primero), con la sota moza deambulando por el parque arbolado y uno acá, bebiéndosela con los ojos, el sudor en las manos y la taquicardia en un corazón lacerado de ansias amorosas. Templo Expiatorio.

Pero no sólo mirar de lejos y suspirar: de vecino tenía San Juan de Dios, por aquel entonces claveteado de antros, piqueras y mancebías, enfermedades venéreas, doctores abortistas y la iglesia de San Juan para el harponazo de penicilina espiritual. Las noches de sábado yo, hormona alborotada, de turbio en turbio las pasaba encuevado en el muy honorable salón para familias La Nalgada (la moneda del cliente daba el derecho de pegar a la bailadora sabrosa palmada ya en la derecha, ya en la zurda, a escoger). Y venga en la sinfonola “Pachito e’ che”, y el Benny: “Pero qué bonito y sabroso”. Almendra, danzón. (Tú, pulsera y arracadas, ¿qué sería de tí..?)

Ya va amaneciendo, ya el etílico malestar (no era mi caso, que conmigo el licor topó en tepetate) se enrosca en el vientre y trepa a la cabeza: la hora ha sonado de aliviar la panza con pancita caliente y dejar sitio a la media de ostiones, y volver a vivir. Y el primer  bostezo de las campanas.

Domingo; a misa de doce y, liviana la conciencia, vámonos a tirar dos que tres clavados. No, como los Salinas,  en los dineros públicos. No en el erario público, sino en la pública alberca, sede de gloriosos panzazos. De repente la noche, y al amparo de la oscuridad cómplice… Mis valedores: ¿los estaré aburriendo? Por sí o por no, aquí aderezo el guisado con una salsa sicalíptica:

Yo arriba, resoplando; ella abajo, jadeante, y la pareja, que no tenía para cuando acabar. Aclaro: yo, desde lo alto de la gayola, miraba debajo de mí la pantalla del Regís, donde para la pareja del Gordo y el Flaco todo era correr, brincar, caer, levantarse y volver a caer; y ya tropiezan, ya derriban el jarrón, esa lámpara, la fuente de frutas; y resbalan, chillan, se soban, hacen muecas, visajes; y que sigan los tumbos y los mojicones. A mí, todavía con la sangre dulzona sin llegar al punto de la diabetes; a mí, que aún conservábame virgen de cultura política, cantatas de Bach y los clásicos lobanillos del áspero oficio del diario vivir una vida tersa a veces  y a veces agónica, las chistosadas del cómico me los reblandecían, me humedecían de risa ojos, belfos y algún esfínter. Qué joven fui una vez. El Regis.

Fanático fui del cine mexicano, con sólo que la película fuese mala a morir, que entonces me hacía vivir, y siendo, como eran, cintas mexicanas, ¿cuál abstenerme de ver? ¿Cuál, Charito Granados? ¿Cuál, Maritoña Pons? Todas eran mis favoritas: esta comedia, la tragicomedia, el dramón pasional, la tragedia de involuntario humor, todas. En la sana ignorancia de mi juventud no alcanzaba a percatarme de que a una película mexicana (blanco y negro) se le suprimen quejumbrosos boleros, falsetes de falsos galanes de rancho de utilería y rumberas de penacho y trusa en convulsivos zangoloteos,  y qué viene sobrando, sino un … (Sigo después.)