Mágico pueblo

Patria: tu superficie es el maíz, – tus minas el palacio del Rey de Oros , – y tu cielo, las garzas en desliz – y el relámpago verde de los loros. (La Suave Patria, poema de Ramón López Velarde.)

No. Reformas y privatizaciones las dejo para mejor ocasión. Hoy no, que la nostalgia y sus tristuras me han sorprendido indefenso, y entonces…

Porque algunos de ustedes, fuereños avecindados en esta ciudad, vivan en el recuerdo sus bienamados derrumbaderos, y los citadinos columbren el ánima de la mal llamada provincia, por un momento dejo de lado temas sensibles para nosotros, los de requemante actualidad,  para entregarles algunas vivencias de la visita a mis zacatecanos terrones, los de mi Jalpa Mineral. Y entonces…

Aquí y ahora, frente a todos ustedes, traigo la nostalgia de  los terrones de mi Jalpa Mineral, en el Estado de Zacatecas, el hontanar provinciano de tantos de los que hoy habitamos este hormiguero descomunal, que el amontonamiento de humanos hemos terminado por deshumanizar, cruel paradoja. Mis valedores:

Unos días acabo de pasar en mi tierra, que fueron de magia, de encantamiento y encontronazo con la raíz de mis años muchachos, que se me huyeron para nunca más. Hoy regreso cargado de energía, de esa corriente galvánica que nos insufla la madre tierra, que es decir nuestro origen, nuestro hontanar. Mi tierra…

Ah, esa entrañable tierruca cuya añoranza todos nosotros, fuereños en esta ciudad, cargamos acá, entre los costillares, tamal envuelto con telas del corazón y añoranza de donde sacamos la fortaleza para sobrevivir en este humano hormiguero que una demencial cargazón de humanos terminó por deshumanizar, feo contrasentido. Todo ello me lo entienden ustedes, tecos y meños, jarochos y panzas verdes, costeños, chileros y corvas dulces y gente de la montaña, del altiplano, del mar y del trópico. ¿No les ocurre que un día amanecemos (o anochecemos, según) con la nostalgia añudada aquí, miren, en el cogote, y en los costillares, y en la virilidad? Aquella tierruca donde fuimos a nacer, a florear, y algunos, suertudos, hasta a echar vaina.

Acabo de regresar del viaje por tierras de mi andadura y vengo con los sentidos cargados de antiguas esencias, hoy renovadas, mente y memoria retacadas de imágenes y sensaciones que me retoñaron después de vegetar, semiolvidadas por cosas del áspero oficio del diario vivir: que si el aroma de yerba macerada, de fruta en agraz, de majada; que si el sonido del esquilón, de la esquila, del cencerro en el pescuezo de la vaquilla caponera; detrás, bebiéndole los alientos, toretes en atorrenciado vigor, con los güeyes detrás, ya en los  mansurrones superada toda preocupación que no sea la de pastura a su hora A lo lejos, la primera llamada al ángelus.

Ah, el caserío de mi nacimiento, sabor a frutilla cortada de la rama a la orilla de la vereda y lejanías azulencas allá donde el llano se muere en las faldas de una agresiva y retadora la serranía de Morones. Y encima del cresterío ese cielo limpísimo, como acabado de inaugurar, y en el cielo la rueda de cuervos y zopilotes, de gavilancillos y auras pelonas. Allá, en el llano, reverberos. Mediodía.

Intimas, familiares, las casucas circundaban mi sueño, una de ellas nidal de la sota moza que conmigo jugó la trova del primer amor. Ella, mi futura Nallieli. ¿Me permiten? Un traguito; infusión, por supuesto, que conmigo el enemigo (el licor) topó en hueso; en tepetate. Y entonces ocurrió, mis valedores…

Nostalgias y remembranzas siguen mañana. (Vale.)

Un pensamiento en “Mágico pueblo

  1. Mis felicitaciones a Tomás Mojarro M. por su importante trayectoria en el espacio literario mexicano. Hace muchos años tuve la fortuna de leer su obra Cañón de Juchipila, libro que es inolvidable para este servidor, originario del mismo pueblo y casi de la edad de Tomás. su artículo «Mágico Pueblo» destila el amor del autor por el terruño y también movió las fibras internas de este lector por esa tierra. Deseo que siga siendo tan productivo y que Jalpa tenga la satisfacción de recibirlo pronto. Yo radico en Zacatecas, Zac. y tampoco olvido mis raíces. Saludos.

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