Wal-Mart, Teotihuacan

“Cuando vi que taladraban la cima de las pirámides (¡más de 16 mil perforaciones!) sentí un angustia y coraje. Eso nos preocupó y llevamos la denuncia ante las autoridades”.

(Rubén Cabrera,  investigador de la zona arqueológica de Teotihuacan.)

Aquí concluye, mis valedores, la trascripción del Decreto que en defensa de la zona arqueológica publicó De la Madrid en el Diario Oficial del 30 de octubre de 1988. Sus partes medulares:

Que el proceso de urbanización al que está sujeta la zona de Teotihuacan puede producir un deterioro irreversible que significaría la pérdida de una parte importante de nuestro patrimonio cultural y la imposibilidad de alcanzar un mejor entendimiento de nuestro pasado; Que ese deterioro es observable no sólo en la zona de monumentos arqueológicos sino también en las áreas contiguas que influyen en las características visuales y ambientales de la propia zona de monumentos;

Que los Gobiernos del Edo. de México y de los Municipios de Teotihuacan y San Martín de las Pirámides comparten con el Ejecutivo Federal el interés de preservar la Zona Arqueológica de Teotihuacan; Que para atender convenientemente a la preservación del legado arqueológico que contiene esta zona, sin alterar o lesionar su armonía, el Ejecutivo Federal considera necesario incorporar la totalidad de la zona de referencia al régimen de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos y su Reglamento, lo que contribuirá a su protección integral, y Que en virtud de decretos expedidos en 1907 y 1964, una parte de esta zona ya se encuentra incorporada al patrimonio nacional, restando necesario extender a las áreas adyacentes con las medidas de conservación, restauración, recuperación y ordenación que prevé la legislación vigente, he tenido a bien expedir el siguiente D e c r e t o   por el que se declara zona de monumentos arqueológicos el área conocida como Teotihucan. Art. 5º.- El Instituto Nacional de Antropología e Historia, en ejercicio de sus acciones legales, vigilará el cumplimiento del presente Decreto (etc.)

Art. 6º.- A la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología, en el ámbito de su competencia, le corresponderá: (…) IV.- Dictar las medidas necesarias para mantener el equilibrio ecológico existente o para restituirlo, en su caso, en la zona arqueológica materia de este Decreto. Art. 10.- Las dependencias del Ejecutivo Federal a que se refieren los artículos anteriores promoverán conjuntamente y en coordinación con el Gobierno del Estado de México y los ayuntamientos respectivos, una campaña de sensibilización y apoyo de la población a las medidas de difusión y preservación del patrimonio cultural dispuestos por este ordenamiento.

Y finalmente  el 13: En la zona de monumentos definida en este Decreto no se autorizarán construcciones cuya función, diseño o ubicación alteren, afecten o distorsiones los valores monumentales o el uso educativo y de investigación a que la misma está destinada. En las Areas Central y Ampliada de Monumentos no se permitirán construcciones nuevas ni ampliación de las existentes, con excepción de aquellas que realice el INAH para el rescate, revitalización y difusión de los monumentos y de la zona misma.

Hasta aquí los párrafos más significativos del Decreto presidencial. ¿Y? ¿Lo cumplió e hizo cumplir Peña Nieto, gobernador por entonces del Edo. de México? ¿Preservó la zona arqueológica? ¿Se evitó que Wal-Mart sentara sus reales en la Ciudad de los dioses? Ah, México. (Este país.)

Peña, Televisa, Teotihuacan

El «Resplandor teotihuacano» es un «espectáculo multimedia» estilo Televisa.

Tal aseguró hace unos años el analista, motejando el desastre que en la Ciudad de los dioses, Teotihuacan, perpetraba Peña Nieto, gobernador por aquel entonces del Estado de México. «Se trata de un espectáculo multimedia estilo Televisa con el que se busca convertir el pasado prehispánico en show y la difusión de la historia en negocio para inversionistas privados. Es la última embestida de empresarios y políticos para beneficiarse del patrimonio histórico del país”.

No era la última embestida, por desgracia para el país; la más reciente (se afirmaba por aquel entonces), pero no la última. Y ni cómo detener el espectáculo de la chabacanería, si hace algunos años, cuando la transnacional gringa inició los trabajos para abrir una sucursal en la zona de las pirámides se encendieron en tantísimos “medios” las protestas de antropólogos y catedráticos de la UNAM. ¿Y? Floreciente se alza la Ciudad de los dioses, sí,pero los de Wal-Mart. Ah, los países gobernados por entreguistas  proyanquis. México.

Como un enfrentamiento entre los poderes de la vida y la muerte aparece el símbolo vacío del gigante Wal-Mart. Sin conocer detalles provoca  rechazo; conocer un poco más a esta empresa lo fundamenta sólidamente…             (Silvia Ribeiro, periodista.)

Wal-Mart en Teotihuacan. Yo, agregándome a los descontentos, publiqué aquí mismo el texto siguiente:

Wal-Mart una vez más, mis valedores. Otra vez la trasnacional norteamericana en el ojo del huracán, por más que muy poco parece importarle. Ocupada en la creación de su propio banco, qué atención le merezca la reciente acusación de lo consabido en esa y en todas o casi todas las empresas de la iniciativa privada: bajos salarios, cero prestaciones, horas extra sin paga y  contratos con sindicatos de protección. Lo usual.

Wal-Mart, hace algunos años, plantó una de sus sucursales en plena zona de Teotihuacan, sin que hubiese autoridad que se lo impidiera en un gobierno que fue, según dicho del difunto Fox (difunto políticamente, ya a estas horas sepultado en el desván de la Historia con todo y familia política, lo único político que conoce el del apestoso Tamarindillo), de empresarios, por empresarios y para empresarios. Y si trasnacionales, tanto mejor.

Yo, entonces, porque normásemos nuestro criterio en torno a una desmesura que así lacera o debía lacerar la conciencia colectiva, publiqué extractos del decreto que en defensa de Teotihuacan publicó el Diario Oficial un 30 de octubre de 1988, con esa sintaxis y firmado por Miguel de la Madrid. Dice, y para lo que sirvió el papelito presidencial:

C o n s i d e r a n d o . . . Que la Zona Arqueológica de Teotihuacan contiene los vestigios  de una de las culturas prehispánicas más trascendentes en la historia de México, al tiempo que constituye uno de los logros urbanísticos y arquitectónicos de valor universal excepcional; Que la mencionada zona arqueológica es una parte del patrimonio cultural del pueblo de México que refuerza su identidad y cuyo interés histórico indudable hace necesaria su conservación para el conocimiento e investigación de nuestras culturas prehispánicas; Que la riqueza de ese patrimonio está lejos de haberse descubierto y expuesto plenamente y que, por tanto, deben crearse las condiciones para su acrecentamiento y preservación; Que el proceso de urbanización al que se sujeta la zona de Teotihuacan puede producir  un deterioro…  (Sigo mañana.)

«Esplendor teotihuacano»

Es noticia de la semana anterior, mis valedores: Que Wal-Mart Stores Inc. afronta importantes riesgos legales tras revelar que investiga a su filial mexicana por posibles violaciones de una ley estadunidense que prohíbe el pago de sobornos en el exterior. Los ejecutivos de Wal-Mart, según reciente publicación del The New York Times,  en  2005 se enteraron de las acusaciones de sobornos generalizados (hasta 24 millones de dólares) utilizados para ganar el dominio del mercado mexicano. Válgame.

Semejante noticia, aunado al segundo aniversario (ll de abril) del «asesinato» en la cárcel de Cd. Nezahualcóyotl de Emmanuel D’Herrera, luchador civil cuya muerte en prisión se debió a su oposición radical a la instalación de Wal-Mart en la zona de Teotihuacan, me lleva a reproducir para todos ustedes algunas manifestaciones de la indignación que el suceso originó entre dos o tres defensores del «patrimonio cultural de la humanidad». Ciento y tantos millones de mexicanos, esos mismos a los que los medios de condicionamiento de masas, con el pretexto del inminente proceso electoral,  traen a estas horas como agua en batea, ni siquiera se enteraron de la acción desbozalada de la transnacional y sus compinches aborígenes.  Escribí aquí mismo hace tres años y meses:

Vaya, pues. Todo sea por congraciarnos con el turismo tipo Falfurrias. A lo zafio, a lo ignorante e impune, los gobernantes de este país lesionan no únicamente el patrimonio petrolero y de materias primas, sino también el acervo cultural de los mexicanos. Ahí está el atentado a las supervivencias del mundo mágico que heredamos de nuestra raíz indígena, que ésos (ésos eran un tal Peña Nieto, por aquel entonces gobernador del Estado de México) convierten en escenarios de un Hollywood tercermundista para audiciones de música, pasarelas de modas y bataclán. ¿Ante semejante desmesura gubernamental de qué sirven las protestas de arqueólogos, antropólogos y especialistas preocupados por nuestro patrimonio nacional? ¿Cuál de esos funcionarios mediocres, cultura de “Selecciones”, va a tomar en cuenta semejantes protestas?

Leo en La Jornada que en el Estado de México se cumple a estas horas y a marchas forzadas el tan anhelado sueño del gobernador y aspirante presidencial Peña Nieto de jugar un papel protagónico en el ejercicio politiquero y competir con las obras de beneficio social (no con “spots”, al estilo de Fox y Calderón) que en esta ciudad lleva cabo el equipo del aspirante presidencial Marcelo Ebrard. El de el Estado de México, con la complicidad del Instituto Nacional de Antropología e Historia ha otorgado concesiones a diversos mercachifles de la industria del espectáculo para que transformen Teotihuacán,  la Ciudad de los dioses, en todo un espectáculo de fuegos artificiales, luces robóticas (lo que eso sea) y rayos láser “full color” (en inglés, para exhibir nuestra frustrada aspiración de gringos segundones). Y en cuanto se eche a andar el sistema de luces “full color”, a complacer al turista texano…

¿La opinión de estudiosos y devotos de un patrimonio cultural de la humanidad como es la Ciudad de los dioses?  Todo un clamor de rechazo, disgusto y exigencia de que alguien amarre las manos de Nietos tan ignorantes que a base de quincalla y oropel van a dañar la majestuosidad de  las supervivencias del universo prehispánico, el de nuestra raíz autóctona. Resplandor teotihuacano, dice el analista, es un «espectáculo multimedia» estilo Televisa.  Pues sí, pero… (Sigo mañana.)