Vecinos distantes

Esta vez, mis valedores,  la recién conformada  Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELC, que integran 33 estados ¡sin Canadá y los Estados Unidos! Y por que no se nos muera la memoria histórica va aquí una somera recopilación de opiniones aparecidas en diarios de EU después que nos arrebatara medio país.

“La situación actual de México sólo  promete la anarquía. Se desliza al precipicio  con tal rapidez que es imposible detenerla, y sus autoridades parecen determinadas a completar su ruina. No habrá gobierno estable en México hasta que EU se decida e imponga uno. La salvación del vecino sólo se logrará con una  intervención decisiva, poderosa, armada.

La dificultad es que los mexicanos no entienden el espíritu de bondad que inspira a nuestro gobierno. Han adquirido nociones exageradas sobre la inviolabilidad de su soberanía, pero eso a los EEUU no los preocupa en lo más mínimo.

La anexión de México es una posibilidad brillante. Mejor sería que México viniera hacia nosotros voluntariamente, pero como no hemos de gozar de paz mientras no venga esa anexión, hagámosla nosotros, aunque al principio sea por la fuerza. México pronto aprenderá  a amar a su salvador.

Le corregía el diario de enfrente: “No anexión. Absorción. Absorción, más bien que anexión. La Historia nos da lecciones que permiten esperar confiadamente ese resultado: no anexión de México, sino absorción. Esa es la palabra.

Absorción. Dio con la fórmula  R. Lansing, que fuera Sec. de Estado del presidente de EU. W. Wilson, invasor de Veracruz: “México es un país extraordinariamente fácil de dominar. Basta con controlar a un solo hombre, el presidente. Tenemos que abandonar la idea de poner en la presidencia mexicana a un ciudadano americano, ya que eso llevaría otra vez a la guerra. La solución necesita de más tiempo: debemos abrirle a los jóvenes mexicanos ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hacer el esfuerzo por educarlos en el modo de vida americano, en nuestros valores y en el respeto del liderazgo de Estados Unidos. México necesitará administradores competentes. Con el tiempo, esos jóvenes llegarán a ocupar cargos importantes y eventualmente se adueñarán de la presidencia. Sin necesidad de que Estados Unidos gaste un centavo o dispare un tiro, harán lo que queramos. Y lo harán mejor y más radicalmente que nosotros” (Calderón.)

“¡Cuidado!”, nos previene Martí, el genio americano. “Ni pueblos ni hombres respetan a quien no se hace respetar. Cuando se vive cerca de un pueblo que por tradición nos desdeña y codicia (…)  es deber continuo y de necesidad urgente erguirse cada vez que haya justicia u ocasión, a fin de mover a respeto a los que no podemos evitar. Ellos, celosos de su libertad, nos despreciarían si no nos mostrásemos celosos de la nuestra. Ellos, que nos creen inermes, deben vernos a toda hora prontos y viriles. Hombres y pueblos van por este mundo hincando el dedo en la carne ajena, a ver si es blanda o si resiste. Y hay que poner la carne dura, de modo que eche fuera los dedos atrevidos. ¡En su lengua hay que hablarles, puesto que ellos no entienden la nuestra. ¡Cuidado!”

Pero no, que pueblos apáticos y gobiernos proyanquis y vendepatrias no lo hemos querido escuchar; y cómo, en qué forma, si no hay compromiso, memoria y conciencia de enemigo histórico. Vergonzoso:  “La imagen de Estados Unidos mejoró sustancialmente en los tres últimos años, y en la mayoría de los países de la región está en un nivel de aprobación del 69 por ciento”. (Tétrico.)

¿Ya no más vendepatrias?

“Cuatro años después del optimismo, los problemas que aquejan a Europa amenazan no sólo con la desintegración de la unión monetaria, sino de la misma Unión Europea”.

Esto, mis valedores, cuando en nuestros países al sur del Bravo después de tantas de arena  se produce una de cal. La noticia optimista, a reserva de opiniones en contra: “A prender motores”, es compromiso de la troika (Cuba, Chile, Venezuela) que promovió y ha logrado en 33 países de nuestra América el nacimiento de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC, ¡sin Canadá y los Estados Unidos! Hasta parece que escucho la proclama de nuestro genio americano José Martí:   “Para mí ya es hora”.

O tal vez la exhortación de su paisano Juan Marinello, político y pensador:

Medítese en lo que suponer para millones de seres que toda su vida marche regida por una fuerza lejana, irresponsable y radicalmente contraria a su propio interés.

“A prender los motores”. En los documentos fundaciones de la flamante CELAC se tocan temas sensibles: las drogas y  el terrorismo, la especulación financiera y los derechos humanos, la vigilancia de la democracia y el estado de derecho, al igual que las preferencias arancelarias entre la Venezuela de Chávez y el México de Calderón.

¿De Calderón? Según opiniones del comentarista proyanki,  el futuro de la CELAC no es muy promisorio por razones como esta: “las decisiones de la CELAC tendrán que ser aprobadas por consenso. Eso imposibilitará que Chávez imponga una agenda ‘antiestadunidense’. Colombia y México no lo permitirán”. (Esto, mis valedores, encierra su muy buena moraleja, ¿pero cuál?)

Y muy a propósito como para leer entre líneas aquí otra de las razones que aduce el comentarista para atribuir a la CELAC un futuro incierto: “La imagen de Estados Unidos mejoró sustancialmente en los tres últimos años, y en la mayoría de los países de la región está en un nivel de aprobación del 69 por ciento”. (¿De los países o de los gerentes instalados en la respectiva  casa presidencial?)

Pero más allá de comentarios proyankis es claro que hoy mismo, como ayer, tiene vigencia el lema martiano: “para mí ya es hora”. Esto podemos calibrarlo por  opiniones diversas que en su momento han expresado políticos y comentaristas de los ”medios” en la Unión Americana. Voceros del Senado de Estados Unidos:

“El pabellón de las barras y estrellas no tardará en flotar sobre las torres de México, y de allí seguirá hasta el Cabo de Hornos, cuyas olas agitadas son el único límite que reconoce el yanqui para sus ambiciones”.

“¡Cuidado!, clamaba José Martí. ¡Cuidado!  Estados Unidos tiene sobre nosotros miras muy distintas de las nuestras. Cuidado. Jamás hubo en América asunto que requiera más sensatez, ni obligue a más vigilancia, ni pida examen más claro y minucioso que el convite que los Estados Unidos (potentes, prepotentes, interesados en extender sus dominios en el resto de nuestra América hacen a las naciones americanas de menor poder. ¡Cuidado!

Cuando un pueblo es invitado a unión con otro podrá festejarlo con prisa el político ignorante, podrá celebrarlo sin juicio la juventud prendada de las bellas palabras, podrá glorificarlo como una merced el político venal o demente, y glorificarlo con palabras serviles. Pero el que siente en su corazón la angustia de la patria, el que vigila y prevé, ese ha de inquirir, y ha de decidir qué elementos componen el carácter del pueblo que convida y el del convidado, y si están predispuestos a…” (Sigo mañana.)

Sida y trata de personas

Alma espera con la mirada baja su torno para recibir varios medicamentos tan extraños como la forma en que contrajo una enfermedad que le carcome el alma. Su marido, que sin saber que era portador del VIH-Sida regresó del extranjero. Hoy, en su hogar son noches de llano, incertidumbre, desesperanza.

“El sida, mis valedores, que según Mark Platts, filósofo, no es un asunto de moral, sino de salud pública”. Lo contradice José Melgosa, obispo: “¡Para la Iglesia el sida es un gravísimo problema de moralidad pública, y esto es lo que nuestro gobierno no quiere reconocer, y limita el problema al ámbito de la salud. Pero no, contra el sida castidad es el mejor remedio. ¿El condón? Mucha gente lo usa, ¿pero está permitido de acuerdo con la doctrina católica? Definitivamente no; el condón no es éticamente permisible”.

Pero si se habla de sida y métodos preventivos, ¿quién más autorizada que la trabajadora sexual? Tocante a oficios agredidos por dogmas, prejuicios y autoridades corruptas, ¿cuál más expuesto que el sexual? Denuncia  la Agencia de Noticias Independientes Noti-Calle:

“En el trabajo sexual la legislación contra la trata de personas dificulta la prevención del sida. Los condones son utilizados para fincar lenocinio y trata de personas. Decenas de trabajadoras-es sexuales de la Merced, Tlalpan, Insurgentes y otros puntos de encuentro del DF concurrieron  al “Taller Metropolitano sobre sida y trata de personas convocado por Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer “Elisa Martínez” para analizar el impacto que tiene en este sector social la actual legislación contra la trata de personas sobre la transmisión del VIH/Sida”.

Y que  la prohibición de anuncios sexuales, el impulso nacional al rechazo social de la prostitución y la eliminación del consentimiento informado de las presuntas víctimas de trata, como excluyente de responsabilidad para los inculpados por el delito mencionado, limita el derecho al ejercicio de la ciudadanía a las y los trabajadores sexuales.

Asimismo, el hecho de que los condones sean tomados como prueba para fincar los delitos de lenocinio y trata de personas limita el impacto de las políticas públicas contra el sida, situación ante la cual el Centro Nacional para la Prevención y el Control del Sida (CENSIDA) no se ha pronunciado.

Las asistentes temen que la ley general para la prevención y combate a la trata de personas que está por emitirse criminalice a los clientes de servicio sexual, que en lugar de reducir la demanda de sexo comercial lo tornaría más clandestino y elevaría las cuotas de extorsión policíaca que actualmente pagan en muchos lugares de la república para poder trabajar en el sexo.

Se planteó la necesidad de una movilización de trabajadoras-res sexuales a nivel nacional para revertir dicha legislación y obtener garantías laborales como trabajadoras-es no asalariados en el caso de quienes ofrecen servicios sexuales en la vía pública y se formuló la necesidad de garantizar su participación, junto a vecinos y organizaciones de derechos humanos, en la formulación de políticas públicas que respeten los derechos humanos de las y los trabajadores sexuales y la reforma de la legislación nacional y local contra la trata de personas.

La PGR, en tanto,  realizó un operativo en los hoteles Regina y Las cruces, de San Pablo. Por lo menos 50 trabajadoras sexuales, igual número de clientes y personal de dichos establecimientos fueron remitidos al ministerio público. Es México. (Qué país.)

Sida y sotanas

Cada día seis personas en el DF se infectan del Virus de Inmunodeficiencia humana (VIH)

Y que a 30 años del sida “aún no hay una consejería pre y post diagnóstico”. La distribución de medicamentos, afirma el Dr. Víctor Ortiz, está politizado, donde cada tanto se vuelve un instrumento de lucha entre intereses ajenos a la salud de las personas que viven con VIH. A propósito:

El sida y la capa pluvial. ¿Alguno se habrá percatado de que ante las medidas de prevención que aplican gobiernos e instituciones sanitarias el alto clero católico ha mantenido un muy discreto silencio, cuando años atrás combatía con ferocidad todo lo que significara protección contra semejante pandemia? Prudentes, pontífice y purpurados no se dan por enterados. ¿Pues que, perdieron la contienda contra el condón?

Qué distintos los años aquellos en que índice en alto, desde púlpitos y otras públicas tribunas pontificaban aquello que aseguraba, categórico, el cardenal Lozano Barragán:

– Los homosexuales y los transexuales no entrarán jamás en el reino de los cielos, porque actuar contra la naturaleza y contra la dignidad del cuerpo ofende a Dios.

Y castigar nuestro cuerpo con una castidad forzada, antinatural, ¿no es  actuar contra la naturaleza? ¿Esto no ofende a Dios? Yo, motivado por la conmemoración del Día Internacional de la Lucha contra el Sida de algún año anterior exhibí aquí mismo el criterio de la Iglesia Católica en torno a las medidas profilácticas que intentaba imponer, con opiniones diversas de obispos mexicanos:

“¿El condón?  “¿Para qué el condón? (obispos mexicanos) ¿Para seguir buscando el placer por el placer mismo? ¿No está fuera de las enseñanzas de Cristo? ¡La Iglesia rechaza el uso del condón, pues esto lo que hace es hundir en el fango a la juventud, en lugar de darle la mano a los jóvenes para que salgan del lodo! ¡Continencia! ¡Castidad! ¡Fidelidad matrimonial! Estas tres virtudes propuestas por la Iglesia son el mejor remedio para el contagio, porque son las propuestas del Evangelio para combatir el Sida! ¡La grave amenaza del Sida viene del abuso de la sexualidad! ¡Es una equivocación buscar el placer por el placer. El recto camino debe ser el uso legítimo de ese placer! ¡El placer sexual no debe verse como un fin, sino sólo como un medio hacia la paternidad o la maternidad!”

– ¡Usar preservativos y seguir haciendo el amor! Esto continúa siendo el método de nuestras autoridades. ¡Es una barbaridad! Intentan proteger la salud promoviendo el vicio. El amor, para ellos, es el gozo del placer, y no buscar el bien de la persona amada. El abuso del sexo es el que se ha convertido en un problema de moralidad pública, no de salud! Los enfermos de Sida no deben convertirse en héroes, no lo merecen. Son seres enfermos. La homosexualidad es un verdadero crimen, y la Iglesia Católica rechaza a los homosexuales así como el uso del condón, fuente inmunda de prostitución.”

El cardenal Rivera: “Contra el sida, castidad es el mejor remedio. ¿El condón? Mucha gente lo usa, ¿pero está permitido de acuerdo con la doctrina católica? Definitivamente no; el condón no es éticamente permisible”.

Y una cierta Unión Nacional de Padres de Familia: “¿Dónde estarías tú si tu padre hubiese usado el condón?

G.W. Bush cuando inquilino de la Casa Blanca: “Yo estoy a favor de la abstinencia, de la castidad”.

Opiniones que contrastan con la del obispo  José Ulises Macías: “Sí hay curas pederastas en México. No somos ángeles. Aunque hombres de Dios… también somos hombres. ¡Y muy hombres!” (Dios.)

Desgraciados, madre patria

Aquí finaliza el recado que envié a mis amigos guatemaltecos cuando en plena dictadura militar envidiaban nuestros gobiernos civiles.

Marucha y Virgilio, ¿recuerdan? En el recinto oloroso a maderas donde nos leímos poemas tronaron ráfagas de metralleta. En voz baja, doloridos de la guerrilla y el gobierno militar:

– Cuándo tendremos un gobierno civil, como ustedes.

Lo tuvieron. Fue presidente un Cerezo civil de frutal apellido. Yo, no por aguarles el tinto sino por un impulso de amistad,  desde aquí les envié aquel recado:

“Felicidades. Atrás han quedado, ojalá que para siempre, la bota y el espadón cuartelero. Seguro estoy de que ustedes, a solas en aquel cuarto que huele a maderas, a estas horas brindarán con tinto y alzarán la voz y la copa en honor del gobierno civil como en México

Felicidades, pues, pero un momento, no alzar la copa todavía, no iniciar ese brindis. Aguarden, amigos, que acabo de leer el primer discurso del primer gobernante civil:

Mi administración sucederá a varios regímenes de derecha que en el último siglo gobernaron en beneficio de los poderes económicos y en perjuicio de la mayoría de la población pobre.

“Oiganme, que algo debo y quiero decirles. El de Cerezo sería una pieza oratoria redonda, de mucha sonoridad, porque de los presidentes es, si no otra ninguna, la gracia de la retórica, de los discursos grandilocuentes. El de la toma de posesión sería altisonante, garapiñado de esos vocablos que le dan sabor: derechos humanos, justicia social, hacer más por los que menos tienen,  y así seguiría la diarrea de promesas y vocablos domingueros (tú, Virgilio, ya habrás descorchado la segunda de tinto.)

¿Cerezo les prometió que los crímenes del pasado no quedarían impunes? ¿Pactos de solidaridad, enciclomedias, seguro popular, empleos, en fin?

Al llegar a este punto el discurso provocará la diarrea de aplausos de una claque política rastrera y servil. ¿Que cómo lo adiviné? ¿Intuición mía? Experiencia, sin más.  Yo habito en la entraña de un gobierno civil, donde a las masas siempre me les han embombillado, como supositorios, discursos de ese jaez. Que si arriba y adelante, que si la solución somos todos,  renovación moral, les voy a dar en toda su mother-nización, para el bienestar de la familia, un voto útil para el “cambio”, “presidente del empleo” y cuidado con ese que es un peligro para México. Ah, demagogos. Ah, Guatemala. Ah, México…

Marucha, Virgilio: en mi país, más allá de las promesas embusteras, a cada ascenso presidencial corresponde un ascenso en los precios de la canasta básica y una desilusión de los cándidos, que cada seis años esperan una vez más, contra toda esperanza. Marucha, Virgilio: ya conocen a estas horas el rigor de los licenciados; ya probaron la distancia que va de su verba salivosa a la acción. Guatemala y su mellizo del norte son vidas paralelas y un destino común de pueblos sometidos porque se niegan a pensar, a ejercitar la autocrítica, a organizarse no en muchedumbres sino en comités ciudadanos autogestivos para así, con la ley en la mano, darnos ese gobierno que mande obedeciendo. Pero no, nosotros, a ¡e-xi-gir! a ésos. Lóbrego.

Y ahora, de repente, el horror: ¡Otto Pérez! En la Guatemala dulce y sombría de los héroes civiles sacrificados, ¡el regreso al gobierno del espadón y la bota cuartelera! Clama el poeta:

Desgraciados los traidores, madre patria, desgraciados – Ellos conocerán la muerte de la muerte hasta la muerte…”

Pero ánimo, que amanecerá. Vale, pues. (México.)

 

Intelectual orgánico

Mart.,23-XI-10.

Intelectual orgánico

T.M.

 

Ese que vive, y muy bien, enquistado al Sistema de poder. Y hablando del intelectual, mis valedores,  ¿conocen ustedes La ley de Herodes? No esa, sino el relato de Ibarguengoitia donde el protagonista narra sus inicios marxistas y su relación con las prebendas que otorga el Poder. La síntesis:

Sarita me ilustró.  Antes de conocerla el porvenir de la Humanidad me tenía sin cuidado. Ella me mostró el camino del espíritu, me hizo entender que todos los hombres somos iguales, que el único ideal digno es la lucha de clases y la victoria del proletariado; me hizo leer a Marx y Engels, ¿y todo para qué?”

Muy marxistas él y Sarita, pero como buenos pragmático-utilitaristas, ambos solicitaron una beca para estudiar en los EU. Y a someterse a los exámenes, que pasaron sin dificultad hasta llegar al examen médico. Al día siguiente tendrían que presentarse con sus muestras “del uno y del dos”.

“¡Qué humillación! ¡Esa noche busqué dos frasquitos para guardar aquello! ¡Y la noche en vela esperando el momento oportuno! ¡Y cuando llegó, qué violencia! Cuando estuvo guardada la primer muestra volví a la cama, y muy de mañana me levanté para recoger la segunda. Guardé los frascos en bolsas de papel para evitar que se adivinara su contenido”.

En el lugar de la cita tuvo que esperar a Sarita, que había tenido  dificultades en obtener una de las muestras. Ambos llegaron, rostro desencajado, con su envoltorio contra el pecho. Se  miraron sin hablar; su dignidad humana era pisoteada, y algo peor: delante de la pareja la recepcionista tomó los envoltorios, los sacó del plástico y exhibiendo su contenido les pegó una etiqueta.

Un nuevo paso en la humillación de los novios marxistas: que  un doctor de la Fundación Katz, que otorgaría la beca, hace pasar al consultorio al joven intelectual, y venga el humillante interrogatorio sobre dolencias y contagios: neumonía, paratifoidea, gonorrea; y al cubículo: “Desvístase”.

“Yo obedecí, aunque ya mi corazón me avisaba que algo terrible iba a suceder”. El doctor procedió a revisarle el cráneo, y a meterle un foco por las orejas, y un reflector frente a los ojos, y le oyó el corazón. “Luego  tomó las partes más nobles de mi cuerpo y a jalones las extendió como un pergamino, y las examinaba…”

Siguió, implacable, la revisión del marxista, que sudaba. “Tomando algodón, el doctor empezó a envolverse con él dos dedos. ¡Hínquese sobre la mesa!” A gatas.

Tomó un objeto de hule, introdujo en él los dos dedos envueltos en algodón: “Comprendí que había llegado el momento de tomar una decisión: o perder la beca, o perder aquello. Trepé a la mesa, me hinqué, apoyé los codos sobre la mesa, me tapé las orejas, cerré los ojos y apreté las mandíbulas. El doctor comprobó que yo no tenía úlceras en el recto”. “Vístase”.

Salió tambaleándose y en el pasillo encontró a Sarita, pálida. Ya en la calle mirábanse de reojo. Y un remate fatal: entre amigos de la pareja trascendió el secreto de que el marxista se había culimpinado ante el imperialismo yanqui, y se burlaban: “Como el del Verbo Encarnado ante la Iniciativa Mérida y todo lo que en materia de finanzas, política y economía le ordena la Casa Blanca”.

Mis valedores: al terminar la lectura nomás me quedé pensando. ¿Y qué, nomás el marxista se culimpina?  ¿Y esos suspirantes, aspirantes a ser “gringos de segunda” que adoptan formas, modos y vocablos clonados del inglés?  Todos esos, lo de siempre: a aprontarlo y ponerse flojitos para que no se los lastimen demasiado. (Lástima.)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Destierro, encierro, entierro

Fue hace apenas algunos años. Para la Guatemala dulce y sombría de los poetas y héroes civiles (Otto René Castillo,  Lía Cardoza y su marido escritor y tantos más embozados con nombres de combate) terminaban los tiempos feroces de la dictadura militar. Con un Cerezo Arévalo trepando las escaleras del palacio nacional se iniciaba la era de los gobiernos civiles. Poco duró el gusto a los hermanos chapines, al parecer. Después de Alvaro Colom ahí prepara su arribo al sillón del gobierno un Otto Pérez, bota y espadón militar. Guatemala.

Yo estuve en aquella ciudad capital durante los tétricos años del cuartel y la mazmorra castrense. Hice, de amigos, a una pareja de escritores, ella y él. Después de una tarde de charla, tinto y café, yo ya de regreso en mi tierra, les envié este mensaje:

Marucha y Virgilio, amigos ausentes: sea este un a modo de mensaje del náufrago que ustedes encuentran extraviado en la playa, y que en leyéndolo recuerden de golpe al fuereño aquel que de visita en su tierra, en la fugacidad de un par de horas fue amigo de ustedes, estudiantes de la Universidad de San Carlos. ¿Se acuerdan? En el forastero identificaron al fabulador de relatos  y novelas de fantasmagorías, como aquel Bramadero, una Malafortuna de muertos resucitados y aeroplanos antediluvianos, y una cierta Trasterra que… Sí, lo real maravilloso, que dijo Carpentier el cubano.

De llegarles el mensaje recordarán el café, el tinto y aquel poema que me ofertaron mientras hablábamos de verso libre y alejandrinos. De repente, ¿se acuerdan?, en la quietud de Guatemala (“donde se oye cuando una garza cambia de pie”,que dijera Cardoza y Aragón) retembló aquella descarga de metralletas. La charla, a media voz, se empantanó en asuntos de guerrilla y dictadura militar. A ti, Virgilio, te oí aquella tristura:

– Cuándo será ese día en que nuestro país disfrute de un gobierno civil como el de ustedes, en México. Cuándo será ese cuando…

Y me interrogaban acerca del presidente de mi país; un licenciado Jerásimo, por supuesto. Es que eran los tiempos del PRI-Gobierno…

Qué tiempos. Reinaba entonces su graciosa majestad Echeverría Primero. Después vendría la alucinante danza de la(s) pompa(s) y circunstancias de Su Alteza Real JLP, y luego la sórdida galería de los mediocres cuanto rapaces vendepatrias, donde destacó Su Alteza Serenísima, uno chaparrito, peloncito, orejoncito, que con su voz de pito de calabaza se dirigía a sus súbditos:

“¡Compatriotas! ¡Liberalismo social! ¡Solidaridad! ¡Con el Tratado de Libre Comercio, directamente al Primer Mundo!” (Válgame.)

Tú, Marucha, el suspiro: “Cuándo tendremos en Guatemala un gobierno civil…” Y un trago al tinto. Al desgano, me acuerdo.

Yo, por no desilusionarlos, hermanos guatemaltecos, sofrené mi primer impulso: contarles eso en que los gobiernos civiles habían convertido los asuntos de mi país. Pero sí, años más tarde, por fin, llegaría para ustedes el turno del mandatario civil. Al tomar posesión de su cargo, el del frutal apellido (Cerezo) iba a clamar, índice en alto, las promesas del consabido catálogo: “¡Compatriotas, mi gobierno retornará al camino de la democracia, la justicia social y el respeto irrestricto de los derechos humanos”. Perfecto.

Perfecto, sí, ¿pero dónde había yo escuchado esa promesa siempre incumplida? En fin. Ustedes, amigos guatemaltecos, contaban ya con su gobierno civil. Yo, entonces, conocedor del paño y escamado por la acción nefasta de unos gobiernos civiles… (El lunes.)

Una pobre democracia

El periodista y su apreciación del país, mis valedores. Economistas ineptos, crisis global, democracia pobre, y que la creciente carestía que tanto lastima a unas masas empobrecidas es culpa de los economistas que  “hasta donde lo permite la deficiencia de los conocimientos económicos han estudiado la cuestión de los períodos críticos sin llegar a ningún resultado cierto.

No hay que gastar las energías inventando esquemas y elaborando millonadas de proyectos sobre el papel. Hay que hacer planes sobre la tierra. La palabra reconstrucción sólo adquiere vida, consistencia y belleza cuando se une a los conceptos de acción, de progreso, de fuerza y de trabajo efectivo.

Ahora mismo, afirma el editorialista del matutino,  asistimos a una crisis que los encargados de la economía debieron prever, que todos anticipamos mental o verbalmente, pero que nada hicimos por evitar. Los economistas han estudiado hasta donde lo permite lo limitado de sus conocimientos el fenómeno de los periodos críticos, recurrentes, pero no han logrado llegar a ningún resultado positivo.

Cuando los precios se encarecieron, los sueldos y las utilidades de las clases obreras y profesionales fueron a la zaga. El patrón se resistía y el trabajador se empeñaba, y en medio del sacrificio se infló terriblemente el costo de la vida. ¿Las víctimas? Las de siempre: los obreros y los profesionales que viven de su trabajo, las clases medias. Contener o suprimir la especulación es positivo, pero la creación de comisiones en medio de una crisis sólo contribuye a llevar la especulación hasta el propio seno del gobierno.

Señores comerciantes: ustedes siguen cobrando precios inverosímiles con perjuicio de nuestras clases populares. El motivo de las huelgas, el aumento de salarios que los obreros exigen, se deben a la actitud cada día más leonina del comercio. Seamos razonables, ajustémonos a lo justo y equitativo, evitando efervescencias y trastornos que afecten la tranquilidad pública. En las primeras huelgas sentirán as duras lecciones que el pueblo, arrastrado por el hambre, ha dado al comercio en anteriores ocasiones. ¡Y no queremos brazos que se levanten airados demandando justicia! ¡Es preferible hacer justicia antes de que se derrame el torrente de las indignaciones populares!

Nuestra pobre democracia: La abstención es un delito por culpa; la comisión de fraudes en las elecciones es un delito con agravantes. Si hay que reformar, la solución no es reformar en la superficie, en las epidérmicas leyes de procedimientos, sino en la médula. Estamos privados de un verdadero Poder Legislativo; puesto que no ha podido expedir ni una sola ley de importancia, ¿para qué le sirve a nuestro país el Legislativo?”

Y los anuncios al pie del editorial. La fiesta brava: Rodolfo Gaona triunfa en Puebla. El pueblo, al terminar la corrida, trataba de sacar en hombros al torero, pero éste rehuyó modestamente ese homenaje de la afición poblana.

Deportes.  Jorge Carpentier se prepara; sostendrá una lucha con el campeón estadunidense Jack Dempsey.

Anuncios clasificados: Vendo mi casa en la 2ª. calle de Camelias 46. Mide 722 metros cuadrados. Vale 4 mil.

¿Los interesados? Infórmense en la edición de El Demócrata correspondiente al 14 de octubre de 1915, y a propósito: a la distancia de 96 años, ¿ha avanzado nuestro país? ¿Cuánto ha avanzado? ¿Un país distinto al actual?

Mulas. Cuarenta mansas y treinta y dos brutas. Niño Perdido 82”.

Todo esto, mis valedores,  encierra su muy buena moraleja, ¿pero cuál? (México.)

 

Desmemoria

Esta vez el vetusto Partido de Estado, mis valedores. El Revolucionario Ins., lo recuerdan ustedes? ¿Habrán podido olvidarlo? Hoy mismo, cuando la mala memoria de las masas sociales presagia el retorno del Tricolor a Los Pinos, la inminencia de los tiempos electorales presagia turbulencia y borrasca en los negocios politiqueros y demás intereses mostrencos que medran al arrimo de ese señuelo de cándidos que nombran, a lo campanudo, “democracia”. Creo, a propósito, que se impone ponderar las opiniones de analistas extranjeros que estudiaban la selección del candidato presidencial de aquel  PRI-Gobierno, por ver si tienen aplicación hoy día. Qué tiempos aquellos, que algunos intentan resucitar. ¿Tiene reversa la Historia? En fin. Opiniones diversas, cuya sintaxis he respetado:

“Después de un análisis profundo de los candidatos, el presidente en turno selecciona a su sucesor. Los presidentes mexicanos son seleccionados a través de un complejo y misterioso proceso dentro del partido oficial, al que se le denomina auscultación. Aquí entran recomendaciones, consultas, discusiones y el consenso general del actual presidente, quien desempeña el papel principal, por no decir único. Este arrogante cambio de un gobierno nacional tiene lugar dentro de uno de los instrumentos políticos más deformes e intangibles, pero disciplinado y efectivo que haya ideado hombre alguno: el PRI.

Sus corrientes políticas internas no impiden una absoluta unidad ante el “dedazo” presidencial. La nominación de un candidato provoca tensiones internas, pero cuando el presidente ha elegido, la “disciplina partidista” (la “cargada”, la nombran) aglutina a tales corrientes en torno al sucesor en el gobierno de la república. Esto resuelve pacíficamente la sucesión presidencial.

El candidato debe poseer ciertas cualidades que lo hagan aceptable desde un punto de vista político, que no legal. Ellas son:

1.-El candidato deberá contar con la aceptación del presidente en turno. 2.- Deberá encontrarse en perfecto estado de salud, tener mucha energía y no ser violentamente feo. 3.- A pesar de que se le considere muy hombre, no deberá ser muy macho. 4.- Deberá ser un hombre de familia, con una esposa que se interese en los asuntos públicos y políticos del país, pero que no llegue al extremo de interferir predominantemente en ellos. 5.- La esposa no deberá ser  extranjera, y mucho menos norteamericana. 6.- La religión de presidenciable podrá variar desde el catolicismo romano a la del libre pensador; pero en ningún caso podrá ser un religioso fanático. 7.- Tendrá alguna clase de currículo revolucionario y la educación suficiente para entender la escena nacional y poder operar en ella. El nivel aconsejable es el universitario, de preferencia poseer estudios de Derecho. 8.- Por lo general deberá pertenecer a la clase media, si no en origen, por lo menos en apariencia. 9.- El candidato deberá tener profundas experiencias electorales y políticas adquiridas en pasadas campañas presidenciales. 10.- Deberá ser conocido nacionalmente y tener el consenso de los principales grupos políticos y sociales del país. No podrá identificarse con alguna de las alas extremistas del PRI, ni con la derecha, ni con la izquierda.

11. ¡Cuidado! Un joven mexicano que diga que quiere llegar a ser presidente es juzgado no como un patriota, sino como un tonto. Si abriga esa ambición debe guardarse sus pensamientos, ingresar a la burocracia del PRI, trabajar con obediencia y confiar en la suerte. ¡Cuidado!” (Es México.)

Madero y Flores Magón

El prestigio del general Díaz llegará entonces a tal grado, que en donde quiera que se encontrara sería considerado como el árbitro de nuestros destinos y la gratitud nacional hacia él no tendría límites…

Tales conceptos humo  son del  copal que en 1808 y ante el altar del dictador, depredador y genocida (Tomochic, Valle Nacional, indígenas, Cananea y Río Blanco, etc.) quemó un espiritista y vitivinicultor a quien tocó en suerte iniciar, para la historia oficial, la eclosión revolucionaria de 1810, gloria y honor de los hermanos Flores Magón.  Hoy me refiero a Francisco I. Madero como admirador de Porfirio Díaz., a quien forró de elogiosos conceptos en  La sucesión presidencial. Juzguen ustedes:

“Pertenezco, por nacimiento, a la clase privilegiada; mi familia es de las más numerosas e influyentes en este estado; y ni yo, ni ninguno de los miembros de mi familia, tenemos el menor motivo de queja contra el general Díaz, ni contra sus ministros, ni contra el actual gobernador del estado, ni siquiera contra las autoridades locales. Los múltiples negocios que todos los de mi familia han tenido en los distintos ministerios, en los tribunales de la República, siempre han sido despachados con equidad y justicia…

La obra del Gral. Díaz ha consistido en borrar los odios profundos que antes dividían a los mexicanos y en asegurar la paz por más de 30 años, que (…) ha llegado a echar profundas raíces en el suelo nacional, al grado de que su florecimiento en nuestro país, parece asegurado”.

Para leer entre líneas:  “Ahora que el general Díaz no tiene más que temer que el fallo de la Historia, ni más que desear que la gratitud nacional, no será remoto que procure atraerse a esta última y asegurarse un fallo favorable de la primera, respetando en sus últimos días la voluntad nacional y cumpliendo todas las promesas que antes hiciera a la patria (…) Ante la Historia podrá justificarse diciendo: Con mi permanencia en el poder, maté al militarismo, acabé con el espíritu turbulento, hice que en todos los ámbitos de la República se respetase la ley; consolidé la paz, extendí por todo el país una vasta red ferrocarrilera, construí grandiosas obras materiales; favorecí la creación de cuantiosos intereses privados, aumenté la riqueza pública; de mi patria, turbulenta, pobre, sin crédito, he hecho un país pacífico, rico y que goza de un justo crédito en el extranjero.

Es posible que para llevar a cima esta obra, haya yo cometido algunas faltas; todo el mundo está expuesto a errar, pero esas faltas han sido de buena fe y la prueba de ello es que la principal que se me puede imputar: que me haya colocado arriba de la ley, sólo la he cometido mientras lo he juzgado indispensable para llevar a feliz término mi obra, puesto que ahora que creo que ésta está terminada, que el país está apto para ejercer sus derechos, devuelvo a la ley su imperio, su majestad y yo mismo me coloco debajo de ella, a fin de que en lo sucesivo sea la ley, la guardiana de la paz, la que asegure el progreso indefinido de mi patria, pues creo que no podré tener sucesor más digno. Los últimos días de mi vida los consagraré a defenderla, a consolidar su prestigio, poniendo a su servicio todo el mío, y ¡ay de quien quiera atentar contra la ley que yo seré el primero en respetar!

Porque el general Díaz no ha sido un déspota vulgar y la Historia nos habla de muy pocos hombres que hayan usado del poder absoluto con tanta moderación”.

Lo dijo Madero. Los Flores  Magón, mientras tanto…(Es México.)

El ahijado de la Muerte

O el sexenio de la muerte, tal como nombra al de Calderón Silva-Hérzog Márquez, porque durante el gobierno del Verbo Encarnado México “es un país más cruel, más salvaje, más bárbaro e inhóspito de lo que era hace cinco años”, y porque lo han convertido en un tiradero de cadáveres y un negro paño de lágrimas, duelo, dolor y cotidiana exaltación de la Descarnada. Calderón.

Mouriño ayer, hoy Blake Mora, con el presidente de un Estado laico mentando en las exequias pasajes bíblicos ante la presencia viva de la muerte, hoy más presente que nunca antes en tiempos de paz. Hoy Blake Mora, Mouriño ayer, y anteayer Ramón Martín Huerta, encargados los tres  del área de una seguridad pública electrizada por la acción de la criminalidad, el ejército, los policías y la Marina armada. Calderón.

Blake Mora. Revela uno de los cercanos a Los Pinos que “el presidente Calderón se encerró una hora a llorar la muerte del secretario de Gobernación”. Esto del llanto yo no lo creo. Cómo un presidente del país se va a poner a llorar. Cómo, si llora, va a dejar traslucir ante testigos una acción que denota una absoluta inestabilidad emocional. ¿En un estadista? Calderón.

Fue a principios de noviembre, pero del 2008, cuando escribí en este espacio: “Y ahora mismo el estallido y el incendio, en todos sentidos, que terminaron por desgarrar a sus víctimas, Juan Camilo Mouriño y José Luis Santiago Vasconcelos, entre ellas”. Se repitió la historia, y no en plan de farsa. Tragedias fueron las de 2005 y 2008. Tragedia es la de hoy día. La tragedia, santo y seña del presente sexenio. Calderón.

La muerte mata, sí, pero a modo de compensación cuánto solemos hermosear a la víctima a la hora de embalsamarla. Prudencia y poder de conciliación en este al que en vida calificábamos de mediocre; inteligencia e iniciativa en el que  motejábamos de corrupto con diversos contratos de PEMEX, y modelo de temple, carácter y determinación en aquel que en vida achacábamos probable colusión con el narcotráfico. Afeites y maquillaje. Calderón.

Pero vivimos noviembre y acabamos de invocar las almas de los fieles difuntos; vale, entonces, que evoque a la muerte, ella, la mía,  que en cosa de años y felices días ha terminado por hablarme de tú. (Me está oyendo, me guiña un ojo, mírenla.)

En fin. Porque vivimos noviembre (lo mal vivimos, lo sobrevivimos apenas, a penas) ahora voy a referirme a esa Descarnada que, a decir de la Biblia, constituye el castigo divino por la desobediencia del hombre. Si Eva y Adán, con sus descendientes, iban a ser inmortales, la muerte fue un castigo correspondiente al “pecado original”. Así, la muerte deja de ser un accidente para convertirse en “una fatalidad y una violación del orden natural”. De esta manera y para algunos filósofos el mundo es una monstruosa, gigantesca prisión, y la muerte la única salida de los condenados a la pena capital. “Cada día unos son degollados frente a mis ojos; vemos cómo seremos, a nuestra vez, degollados. Esa es la condición humana”. Malraux.

En condenados a muerte, según los existencialistas, nos sentencia el destino. Así, todos los crímenes que pudiesen cometer todos los hombres de todos los tiempos nada significan si se comparan al crimen fundamental de la muerte. Que la susodicha, para el ateo, es un crimen sin criminal, y para el creyente un crimen perpetrado por Dios. Terrible.

Pues sí, pero “una dicha para el hombre es su condición de mortal, pues gracias a tal condición su existencia puede hacerse dramáticamente intensa”. (Calderón.)

Temible y hermético

“En el exterior, Méjico es el único país americano capaz de oponerse a la gente del norte y reconquistarse definitivamente”.

¿Podrá conseguirlo con gobiernos proyanquis despreciados por yanquis? Hoy, ante el acoso del Norte y la bajuna respuesta de los mediocres, me viene a la mente la grandeza mexicana que describen cronistas y poetas:

Y algunos de nuestros soldados decían que aquello que venia si era entre sueños…

Tal cuenta Bernal Díaz, sus pupilas encandiladas a la vista de un México-Tenochtitlan cuyas torres, cues y pirámides se erguían sobre espejo de la laguna. Siglos más tarde un cierto conquistador conquistado clamaría en un poema Méjico:

Contra los gachupines que alambican – residuos coloniales por sus venas – prepara tu fusil. Tú eres el indio – poblador de la sangre del criollo – Si él y tú sois Méjico, ninguno – duerma, trabaje, llore y se despierte – sin saber que una mano lo estrangula…

El fue Rafael Alberti, poeta español que primero nos conoció por los ojos de Bernal Díaz y más tarde paso a paso por el país. El poeta tornaba de Chile, Uruguay, Argentina y de donde la bota del Franco dictador lo aventó a la trasterra. En 1935 reseñó su encuentro con este México que él miró aún con jota, y cuyos conceptos, a mi ver, adquieren renovada actualidad hoy día, cuando advierto la presencia del Imperio sobre este país de proyanquis.. Y qué intensas y viscerales las impresiones que le produjo el choque con la tierra que conquistó la tizona de un cascorvo al que auxiliaron el Tonatihú de la barba bermeja y arroyos tlaxcaltecas salidos de madre. El poeta:

“El Méjico de Bernal Díaz aún está vivo, como él; pero dentro de un Méjico de hoy. Por eso mi encuentro con Bernal Díaz no es el tropiezo con un muerto, ni siquiera con un resucitado, sino con la realidad viva, palpitante, en movimiento”.

Así, del asombro al deslumbramiento, el poeta recorre la vieja Nueva España y un DF todavía a la medida de sus habitantes, y mal puede asimilar el encontronazo con esa realidad mexicana que se ha topado tan de repente:

“Triste historia es mi aventura, comparada con la de Bernal. Yo no libré batallas con los mejicanos conquistadores, porque me rendí al primer día. Pero me incorporé enseguida con todo mi entusiasmo a la ebullición de su sangre, y mi aventura mejicana, como sucede en las más fabulosas y secretas, no la puedo contar todavía.”

Pero la cuenta, y a lo apasionado discurre en derredor del nacimiento del mestizaje. De nuestra vecindad con el Imperio distante, un contrasentido,  la advertencia:

“Los problemas actuales de Méjico no se presentan ya a punta de lanza. Son los problemas internos de soberanía e independencia económica. Su nacionalismo revolucionario no son palabras sin sentido, si los hechos las van cumpliendo como se espera”.

Eres antiguo, horror de cumbres batidas por pirámides – trueno oscuro de selvas observadas -por cien mil ojos lentos de serpientes…

En prosa alude al México malgobernado por mediocres de criterio gerencial y vocación proyanki:

Méjico, temible, hermético, violento, rencoroso, no ha perdonado a los conquistadores. Y este sentimiento lo padece el criollo, que es, sin embargo, descendiente directo del encomendero; y lo padecen visitantes como Valle-lnclán, quien seguramente se hubiera batido contra Hernán Cortés hasta llegar a perder el otro brazo. Y lo padecí yo, y hoy quizá lo padecería el mismo Bernal Díaz, si advirtiera la invisible presencia de ese pabellón yanqui de los 48 estrellas y las 14 bandas”. (México.)

¡Otra cañonazo!

Intentó hacer amigos  a sus enemigos. Sólo consiguió transformar a sus propios amigos en   enemigos.

Crédulo como fue el presidente Madero, e inhábil para gobernar un país que levantó en armas, su exceso de buena fe lo iba a llevar hasta un terreno baldío donde la noche del 22 de febrero de 1913 recibiría un tiro, uno solo, en la nuca. Y ahí se inició una nueva etapa de la revolución.

Los Madero, Pino Suárez, Mondragón, Reyes, Díaz, Blanquet,  Henry Lane Wilson, Victoriano Huerta,  y una Ciudadela en llamas. Zopilotera y hedor, esa historia…

La historia de la Decena Trágica. Una mala decisión de gobierno, el complot de un quinteto de traidores y una zona de la ciudad que se incendia entre derramamientos de sangre. A 97 años del holocausto y ya con el juicio incontrovertible de la historia, escuece reconocer que  iba ser un manso  Madero y no Ricardo Flores Magón,  ideólogo y luchador civil, quien llevase al país a dar el salto de calidad. Más allá del calificativo de mártir no pudiese resistir ningún otro ese al que a su hora nombraban Panchito Madero.

Tú qué adalid vas a ser – te lo digo sin inquinas – gallo bravo quieres ser – y te falta, Chantecler, – lo que ponen las gallinas”.

Hasta allá permitió Madero que sus enemigos, al pretexto de una mal entendida “libertad de expresión y de imprenta”, perpetraran verdaderos delitos civiles en contra de la investidura presidencial. Uno de quienes más irían a zaherirlo fue José Juan Tablada, personaje de claroscuros: excelente en cuanto poeta y hombre de ingenio, reaccionario en su ideología, su odio al vitivinicultor lo llevó a vituperarlo con burletas sangrientas, sobre todo en la polémica que sostienen un perico y el gallo Chantecler, sainete al que pertenece la cuarteta anterior, vitriolo quintaesenciado.

Este mismo Tablada nos dejó la crónica exacta de los sucesos que detonaron la Decena Trágica. De su diario, fechado en 1913:

«Domingo 9 de febrero – De México me telefonean que la guarnición se ha sublevado al grito de ‘¡Vivan Félix Díaz y Bernardo Reyes!’, que se oye el tiroteo en los barrios y que el Presidente está en Chapultepec, en calidad de preso, por los alumnos del Colegio Militar (cadetes de la Escuela de Aspirantes, de Tlalpan, sublevados contra Madero por obra de Mondragón, mis valedores); que por las calles corren caballos sin jinete y que el tiroteo continúa. Coyoacán, sin comunicación de tranvías con la capital.

11.30 AM – J.M.A. me habla por teléfono. Dice que están tirando con metralla sobre la ciudad desde la Ciudadela, donde hay  tropas leales al Gobierno.

10.50 AM – Pretendo volver a hablar por teléfono y me contestan de la Central que están rompiendo las líneas y que ya no hay en servicio más que una sola…

12.10 AM – El mozo al que mandé para que comprara una pequeña despensa en previsión de probables escaseces dice que es imposible ir allá, pues el tráfico de tranvías continúa interrumpido.

5.20 PM – Telefonean que Mondragón ha intimado rendición al Presidente Madero encerrado en Palacio, dándole como plazo hasta las 6 de la tarde. Cualesquiera que sean los cargos al Gobierno, al hombre civilizado le repugnan estos brutales procederes de la fuerza bruta, que ya parecían proscritos de nuestra dinámica social.

5.50 PM – Que la Prisión Militar de Santiago y las redacciones de El País, La Tribuna y El Heraldo, han sido incendiadas por el populacho. Que llueven los proyectiles y la ciudad está llena de cadáveres.

“¡Un cañonazo! ¡Otro cañonazo!’”

(Esto sigue después.)

Plañideras

Crispante, mis valedores, explosivo se nos torna el ambiente previo al proceso electoral del próximo día 13 de noviembre en Michoacán. ¿Por otro edil sacrificado en esta delirante, inexistente  guerra  que lleva perdida Felipe Calderón? ¿Cuántas víctimas ha vomitado una presidencia municipal, cuántos el domicilio particular, cuántos la guardería infantil y la media calle, la carretera federal y los caminos vecinales o las veredas de la serranía? Millar y medio de niños han asesinado los rifles al servicio de Calderón, y a unos padres huérfanos de sus hijos ningún panista dio el pésame por esas criaturas cuya muerte no pasa de “daño colateral”.  ¿Por qué entonces, la sobre-reacción en el duelo por la muerte violenta del edil de La Piedad, en el territorio michoacano?

Ello se debe, mis valedores,  a los dividendos que con el falso duelo y los paños negros ofrenda el panismo a la cuenta de la Cocoa como ensayo para las elecciones del 2012. Es por ello que los histriones del blanquiazul sacan del armario la máscara y los velos oscuros,  se gotean los ojos con lágrimas de glicerina y con aspavientos y manoteos a la mitad del foro patrio y el alcahuetaje al tanto más cuanto de todos los medios de condicionamiento de masas claman al cielo y exigen justicia.

Nada tiene de novedosa la representación teatrera, burda imitación de la puesta en escena que instrumentó el Tricolor cuando le asesinaron a un Torre Cantú, su candidato al gobierno de Tamaulipas. Fue cosa de ver un huipil retorcerse al clamor de Beatriz Paredes culpando a Calderón de la muerte del candidato y a gritos y manoteos demandando justicia. Lo consabido.

Porque el nuestro es el país del surrealismo y el astracán, el esperpento y la gesticulación de esos cuya acción politiquera lubrican con el falso duelo y las lágrimas de utilería. Nosotros, en tanto, como espectadores del torneo de tenis.

Sí, que hoy mismo, en nuestra crispada vida pública, de la piedad al odio no hay más que torcer el pescuezo para pasar del dolor ante los paños oscuros y el llorar de las plañideras al horror escandalizado ¡porque de forma insólita y repentina se descubrió excedida una cuenta pública en el erario coahuilense!

– ¡Moreira, ladrón, sinverguenza!

Ah, esas masas sociales cuyos sentimientos y acciones modelan y modulan la de plasma y el cinescopio. Esas,  a pendulear desde la piedad inducida por la muerte del edil hasta la iracundia manipulada contra el exgobernador de Coahuila. ¡Quién se iba a imaginar que en la claque política del país se escondiera un defraudador de los dineros públicos! ¡Quién iba a suponer que del panal de abejas que un insensato golpeara con el cañón de una AK-47 iba a brotar el enjambre de lancetas que, enfrentadas a decenas de miles de chaquetines color verde oliva, sembrarían en el patrio territorio más de 45 mil cadáveres, uno de los cuales sería el edil panista de La Piedad, Michoacán!

¿Por qué en esta cara de la moneda semejante alarde de compasión y piedad mientras que en esta otra tal estupor y el odio consiguiente? ¿Es este el primer edil sacrificado, es aquel el primer político al que descubren de presunto ladrón? ¿No advertimos en ambos casos la sobre-actuación de los histriones politiqueros, que con artes de mala ley a lo mañoso  manosean nuestros sentimientos  en provecho del Sistema de poder? ¿No nos percatamos de que agitan las ramas para luego recoger la cosecha de votos que como hojas secas se desprendan de la ramazón? Ah, politiqueros. Ah, México, nuestro país. (Lóbrego.)

 

Dictadura o democracia

 

El resultado para las masas sociales va a ser siempre el mismo. ¿O en materia de iracundia hay diferencia entre la plaza Tahrir de El Cairo y la Puerta de El Sol, en Madrid o el Parque Zuccotti, de Manhattan? Para el desempleado de Libia, Grecia o Italia, ¿qué diferencias se advierten en materia de injusticia social? ¿Era mayor la exasperación de las masas sociales en Túnez que la de los estudiantes en Colombia o Chile? Por cuanto a México, mis valedores, hace algunos años se admiraba el observador norteamericano:

– Según las condiciones de opresión y pobreza en que el Sistema de poder mantiene a los mexicanos no me explico que aún  no se haya producido otra revolución.

¿Cuál es la causa de un movimiento de protesta que así uniforma a la juventud del orbe? Se ubica, dicen los analistas, en el sistema neoliberal que imponen los gobiernos supeditados a los rigurosos lineamientos y exigencias de los grandes capitales transnacionales y de unos especuladores de la banca y la bolsa de valores que se benefician con el empobrecimiento paulatino de las masas sociales y del desempleo que generan, la carencia de oportunidades, la devaluación de los ahorros familiares, en fin.

El neoliberalismo. ¿Cuándo comienza a incubarse este modelo neoliberal, habida cuenta que el primer neoliberal fue el inglés  John Stuart Mill, que vivió en el XIX? Fue en la época de la pre-guerra cuando, a criterio de las élites norteamericanas,  el imperativo de la “política de puertas abiertas” jugaba un papel decisivo para Estados Unidos, puesto que sólo la apertura de todos los mercados podía garantizar la prosperidad de la economía norteamericana y evitar así el peligro de la repetición de la crisis económica mundial de la década de los 30s.

El actual modelo de neoliberalismo, al igual que la propia globalización que lo hace posible, fue implementado por el sistema capitalista en 1944 en Breton Woods, con la presencia de 44 jefes de Estado y de gobierno, donde el capital-imperialismo, triunfador absoluto de la segunda Guerra Mundial,  implantó para el resto del mundo el denominado Nuevo Orden Mundial, con la globalización y el agio internacional (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, y ahora también el Interamericano de Desarrollo).

El neoliberal es pragmático-utilitarista. Individualista a ultranza, abandona la preocupación por el fomento del bienestar general. El bienestar del grupo es la suma del bienestar individual de cada uno de los miembros del grupo. Esto deja de lado la cuestión de la forma en la que está distribuido el bienestar entre los individuos, si de manera igualitaria o desigual.

¿Qué significa en la práctica? Significa entender al mundo como un conjunto pequeño y definido de empresas que lo controlan, que son unas cuantas y están sometidas a las leyes de la concentración y centralización del capital, vale decir, que cada vez serán menos de ellas a escala global.  Por eso mismo en algún momento podríamos llegar a la conclusión de que el mundo se identifica con una sola empresa. Ya en época reciente, en la segunda década del siglo anterior, lo afirmaba un Woodrow Wilson, por aquel entonces presidente de los Estados Unidos:

– El productor necesita tener el mundo como mercado. Es necesario que la fuerza del estado derribe las puertas de aquellas naciones que se cierran, política inamistosa contra nosotros,  para asegurar que no se desaproveche ningún rincón del mundo.

(Más del sistema neoliberal después de la conmemoración de La Descarnada. (Vale.)

Tlatelolco

El llanto se extiende, las lágrimas gotean allí en Tlatelolco. ¿A dónde vamos? ¡Oh amigos! Luego, eso fue verdad. Ya abandonan la Ciudad de México. El humo se está levantando. La niebla se está extendiendo…

Fue un día como el próximo domingo, pero de hace 43 años, cuando Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, anocheció empantanada de sangre recién derramada, para que al día siguiente amaneciera pulcra, recién relujada, como si horas antes no la hubiesen crispado de cadáveres. ¿Cuántos civiles asesinados? Doscientos, según documentos desclasificados en Washington, por más que muy otra es la historia oficial.

Fue en 1978. Los reporteros se acercaron al Gral. José Hernández Toledo, jefe que fue del Batallón Olimpia la tarde de Tlatelolco:

– General, ¿realmente falleció el número de personas que se afirma murieron el 2 de octubre del 68?

Rotunda, la respuesta del  militar: “No, miren, en Tlatelolco no falleció ninguno”.

La historia oficial, ese interesado manipuleo de la crónica que viene desde Tlacaélel (¿desde antes?) en una tradición que han mantenido los alquilones al servicio del Poder, como aquel de nombre Rafael Solana, hoy difunto y ya desde antes muerto en vida, una vida que dedicó a quemar incienso a los premios literarios, al presidente en turno y a la belleza de la que fuese “primera dama”. De la masacre (¡no genocidio!) de Tlatelolco lo publicó el Solana de marras:

– Ganas de exagerar que tiene la gente.  El 2 de octubre fue una catástrofe de muchísimas menores proporciones que un accidente de aviación no muy grande, o que unas vacaciones de Semana Santa en las carreteras del país, mucho menor que el incendio de un teatro, ¿y a eso se le ha pretendido  dar dimensiones de epopeya? ¿Y se ha llegado a la exageración ridícula de decir antes de Tlatelolco y después de Tlatelolco? Pero cómo, ¿acaso, cuando el choque de trenes en Topilejo, se llegó a decir antes de Topilejo y después de Topilejo? Qué ganas de exagerar…

Que Tlatelolco nunca más. Hoy, cuando aquí, allá y en todos los rumbos de la rosa se encienden los focos rojos, cuando las aguas bajan turbias y parece que el Poder intenta despertar al México bronco, vale decir desde lo íntimo del cogollo del espíritu:

Que Tlatelolco nunca más. Nunca…

Pero lo que es el poder de los medios de condicionamiento sobre unas masas domesticadas:  en el sangrante amanecer de Tlatelolco la ciudad capital amaneció  en brama olímpica, colguijes y banderitas  tremolando al viento como signo de confraternidad, mientras el represor autócrata, manos tintas en sangre, clamaba ante la rosa de los vientos:

– ¡Todo es posible en la paz!

Y todo esto pasó con nosotros. Nosotros lo vimos, nosotros lo admiramos; con esa lamentosa y triste suerte nos vimos angustiados

Bueno, sí, pero más allá de la historia oficial,  ¿qué fue lo que realmente se perpetró en Tlatelolco? ¿Cuáles fueron sus antecedentes, y qué consecuencias produjo en nuestro país? Lo apuntaba The York Times hace unos años:

“Si la historia la escriben los ganadores, la de México podría sufrir una importante corrección. Una Comisión de la Verdad sería ser una ventana hacia un panorama de secretos, una caja de Pandora política. De ser abierta, podría destruir al Revolucionario Institucional, que durante 71 años de dominio en México controló el flujo de información, los archivos del Estado y la versión oficial de la historia. Muchos capítulos de la versión oficial son falsos o están llenos de huecos”.

Mis valedores: es  Tlatelolco. Es México. (Este país.)

Los indignados

¿La causa de esa exasperación que los arroja a ocupar los espacios públicos y aun acudir a los hechos violentos, como ocurrió en Roma y Atenas? Esa causa es la política económica y financiera que privilegia los grandes capitales, concretamente a los especuladores de la banca y la bolsa, que agudizan la pobreza, la desocupación y demás formas de injusticia social. Sí, el sistema neoliberal que desde el “Nuevo Orden mundial” hasta “El Consenso de Washington”, impone el Imperio a los pueblos del orbe.

El neoliberalismo. La imposición a la viva fuerza y maniobras torcidas del segundo panista en Los Pinos ha continuado, entre otros perjuicios sociales, con una política neoliberal que la camada de tecnoburócratas proyanquis impuso en nuestro país desde 1983.  Por delinear un retrato escrito del manoseado vocablo “neoliberalismo” acudí a los estudiosos del tema. Aquí recopilo los resultados.

El actual modelo de neoliberalismo, al igual que la propia globalización que lo hace posible, fue implementado por el sistema capitalista en 1944 en Bretón Woods, con la presencia de 44 jefes de Estado y de gobierno, donde el capital-imperialismo, triunfador absoluto de la segunda Guerra Mundial,  implantó para el resto del mundo el denominado Nuevo Orden Mundial, con la globalización, el agio internacional (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, y ahora también el Interamericano de Desarrollo), y el neoliberalismo como sus consecuencias inmediatas.

Han transcurrido casi siete décadas desde entonces; siete décadas que marcan la vigencia de un sistema neoliberal que ha beneficiado a los grandes productores y exportadores mientras arruina las industrias que no pueden competir en ese que nombran “libre mercado”, y que es un capitalismo salvaje desde el momento en que tiene como uno de sus ejes la ausencia de reglas.

Y lo que ha arrojado a cientos de miles, en un centenar de ciudades, a la protesta pública: la mano invisible del mercado libre conduce hacia la injusticia y favorece el oligopolio de riqueza y capitales, dificultando así la igualdad de oportunidades. Su afirmación:

Las potencias industriales ricas han impuesto una mezcla de liberalismo y protección diseñada en función de los intereses de las fuerzas nacionales dominantes, las grandes empresas transnacionales que deben regir la economía mundial. ¿Las consecuencias? Reducir a los gobiernos del Tercer Mundo a una función policial para controlar a sus clases trabajadoras y a la población superflua, mientras las transnacionales obtienen libre acceso a sus recursos, monopolizan la nueva tecnología y la inversión y la producción mundiales. El resultado puede calificarse de “democracia” o “libre comercio” por razones doctrinales, pero es, más propiamente, un sistema de “mercado corporativo”.

El neoliberal es pragmático-utilitarista. Individualista a ultranza, abandona la preocupación por el fomento del bienestar general. El bienestar del grupo es la suma del bienestar individual de cada uno de los miembros del grupo.

El darwinismo en el comercio; la ley de la selva, la del más fuerte. Y pensar que desde 1988 las masas sociales perjudicadas por ese sistema amoral han venido entregando su voto al continuismo del modelo neoliberal. Lo que no logren los medios de condicionamiento de masas a base de una sañuda campaña de manipulación. Mis valedores: ya nos tomaron la medida. Nos vencen por nuestra propia ignorancia. Por nuestra propia ignorancia nos convierten en colaboracionistas del Poder. Sin más. (Sigo otro día.)

Granados Chapa

Tan cerca que estuvimos, pero tan lejos. Y pensar que por más cercanía que hubo entre nosotros nunca llegué a expresarle mi admiración ante su sapiencia en el oficio ni, en cuanto persona, a su integridad. Lástima por mí.

Estoy releyendo su artículo más reciente, fechado el viernes antepasado. Mientras leo, miro en la mente la vera efigie del varón de virtudes y hombre de bien. Nunca nada le dije cuando colegas y vecinos de página en Metro y de cabina y micrófono en Radio Universidad. Nada le dije mientras el baqueano abría rutas y mostraba rumbos. Don Miguel Angel Granados Chapa, él a quien nunca nada dije mientras él todo me lo iba diciendo en sus columnas de Metro,  La Jornada, Reforma, Proceso, en fin. Y qué hacer.

Sólo una vez me referí al periodista recién fallecido (¡y siguen tan vivos, en ambos sentidos, tantos voceros oficiosos al tanto más cuanto del Sistema de poder!) Fue un martes, 7 de octubre del 2008, la única vez que aludí a Granados Chapa. Dije entonces, y digo hoy día:

No creo en los premios, que no sean los que se otorga a los niños de enseñanza preescolar. ¿Que el alumno se lució en sus trabajos de plastilina? Ande, pues, su estrellita en la frente, que en llegando a su casa los papás van a celebrar con el hijo premiado. Doble ración de flan. ¿Pero estrellita en la frente de los adultos, que no sea la que otorga la propia conciencia? Premios…

En fin, que ahora se otorga la presea Belisario Domínguez a Granados Chapa, periodista eminente, que viene de recibir el homenaje que le dedicó el estado de Hidalgo, su tierra natal. Un renovado brillo tendrá, a mi juicio, la mencionada presea, después de que politiquerías e intereses mostrencos la emporcaron al otorgársela a un individuo tan descalificado como fue el Sec. General del organismo corporativo de control obrero que apodan Confederación de Trabajadores de México, CTM. Ahora la recibe un varón de virtudes, un hombre de bien. Y la medalla vuelve a brillar, que  esta vez el premiado dio a valer el premio otorgado.

Pero yo no fui el único que se alegró con la distinción de la presea Belisario Domínguez a Granados Chapa, como tampoco fui el único en escandalizarse ante la desmesura de colgársela en el vetusto pescuezo a Fidel Velázquez. A tiempo se quejó el Comité Chiapaneco para la Celebración del Aniversario número Ochenta y Tres de la Muerte de Belisario Domínguez:

“Durante dos décadas recibieron la presea precursores revolucionarios que en su juventud se opusieron al dictador Porfirio Díaz y al usurpador Huerta. Por desgracia, el Senado es un apéndice de la corrupta narcodictadura que oprime al pueblo de México. Así, una mañana nos enteramos que había otorgado la presea Belisario Domínguez  nada más y nada menos que a ¡Fidel Velázquez! el sepulturero del movimiento obrero mexicano, el líder megamillonario del sindicalismo blanco; del nefasto charrismo, pues. A partir de esa fecha, la medalla fue otorgada incluso a políticos enriquecidos a la sombra de la gesta social de 1910. La presea fue devaluada por el mismo poder que debería ser encargado de velar por el respeto al ejemplo que nos dejó nuestro mártir”.

Al recibir una medalla cargada de simbolismo, Granados Chapa iba a limpiar de sangre, barro e ignominia la memoria del mártir y héroe civil chiapaneco, asesinado un 7 de octubre de 1913, meses después de que  el macabro  Huerta asesinara a Madero y Pino Suárez.

El maestro y periodista de México  ya descansa en su paz. (A su memoria.)

No lo perdono, señor

Con el respeto debido a su altísima investidura: mucho y en muchas formas ha lesionado usted al país y a la mayoría de sus habitantes durante sus casi 5 años de mal gobierno; pero señor, para comenzar, yo le perdonaría las tretas de mala ley con que en compinchaje con los mega-ricos, la Gordillo, el duopolio de TV y las sotanas, logró encaramarse hasta la mera punta de Los Pinos.

Yo le perdonaría que usted, el que un 1º. de diciembre juró cumplir y hacer cumplir la Constitución, se haya tornado cómplice de la corrupción lucrativa e impune de los Salinas, Montiel, Fox y Bribiesca, Sahagún y Gordillo, Romero Deschamps y demás bandidos de nuestros dineros.

Podría perdonarle que cuando candidato presidencial nos haya mentido con aquello de bajar los impuestos, suprimir la tenencia del auto y que sería usted el presidente del empleo. Tal vez le perdonaría todos sus embustes, como también que con el la complicidad de Norbertos OnésimosEl Yunque, los legionarios de Cristo, cristeros tardíos y beatos del Verbo Encarnado, siga asestando puñaladas de pícaro al Estado laico.

Podría perdonarle esa indecorosa maniobra de apoyar con toda la fuerza del Estado a su hermana Cocoa, señor.

Le perdonaría que a estas alturas de su gobierno, verborreico por naturaleza y de mecha corta por deformación, se haya contrapunteado con unos priístas a los que debe el logro de colocarse la Tricolor, y el cogobierno en los primeros tiempos de su sexenio; que se haya malquistado con las bases sociales de su propio partido y que para asuntos del trabajo sucio se haya allegado a los  chuchos talamanteros,  alquilones de la mala política, esa que rinde dividendos en metálico.

Tal vez perdonaría que se haya contrapunteado con el pueblo de Norteamérica motejándolo de vicioso y  drogadicto, y con Obama porque  haya surtido de armas  a los cárteles del narcotráfico mexicano, y que  no haya sentado en la silla eléctrica a las dos que criaturitas le nacieron a la señora esposa del Chapo Guzmán.

Le pudiera perdonar los gasolinazos, la carestía de la canasta básica, unos aumentos en el salario mínimo que no rebasan el 5 por ciento y su preferencia por la macroeconomía y los mega-ricos que lo treparon hasta Los Pinos.

No, y sus derroches en anuncios publicitarios de radio y televisión, a cual más de embusteros,  que tiene el nulo decoro de pagar con los dineros de una masa social depauperada por sus prácticas neoliberales, señor. Esto, sin gota de vergüenza, porque sabe que a una masa social mansa, apática y dependiente se le puede faltar al respeto.

Con dificultad podría perdonarle que haya arrojado a la calle a 44 mil trabajadores electricistas y que ahora, con la CFE, tengamos que pagar unos apagones carísimos.

Con mucha más dificultad le perdonaría el derramamiento de sangre en el territorio nacional, y que contra el más elemental respeto a los derechos humanos haya convertido mi país en un puro valle de lágrimas, duelo, terror y familias deshechas que lloran un hermano desaparecido, un marido asesinado, un padre descabezado, un hijo que nunca habrá de volver…

Todo podría perdonarle, señor. Lo que no le perdono ni nunca le he de perdonar, como tampoco la Historia, es que su delirante brama antinarco haya desperdigado en el territorio de mi país un reguero de hasta mil 333 cadáveres de criaturas, algunas recién nacidas.  Esa sangre indeleble lo va a derrumbar en el hondón más siniestro del desván de la Historia. De por vida, señor. De por muerte. (Vale, y firmo para constancia.)

Boicot

Las enseñanzas que nos brinda la historia, mis valedores. Valiosísimas todas, sí, pero es una lástima que nosotros nos rehusemos a aprovecharlas. Una de ellas se produjo apenas en el 2003. Medio centenar de marchantas de Perisur, cansadas de la inseguridad y el peligro que reportaba acudir de compras al susodicho, donde algunas ya habían sufrido robos por causa de una deficiente vigilancia o algo semejante (para el caso que reporto el origen del descontento es lo de menos), decidió actuar por su cuenta y se posesionó de estacionamiento y accesos del conjunto comercial, y con volantes y de viva voz invitaban a los visitantes a aplicar un boicot contra Perisur.

Boicot. No menos, no más, pero con su convocatoria aquel medio centenar de descontentas prendió focos rojos en la zona comercial de Santa Fe y otras negociaciones, y rápido, mientras se redobla la guardia, a sintetizar el antídoto y de inmediato ponerlo en práctica para neutralizar el daño que amenazaba contagiar al comercio organizado. Y sí.

El antídoto funcionó. Varios comisionados de los comerciantes se entrevistaron con las desestabilizadoras. El boicot, se les dijo, era una medida inútil, perjudicial  para el comercio y los clientes. ¿Por qué no adoptar una medida en verdad efectiva contra la inseguridad pública?

– Pero cuál, dijeron.

– Unanse a todos nosotros, los miles de descontentos que el próximo  domingo vamos a hacer una marcha desde el Angel hasta el zócalo para exigir al presidente Fox que aplique las medidas pertinentes contra la inseguridad pública. Ya veremos si las autoridades resisten nuestra “movilización” del próximo domingo.

Tal era su invitación, y yo fui testigo: a la mañana siguiente las inconformes continuaban con su maniobra en las inmediaciones de Perisur, pero esta vez ya no proclamaban el boicot, sino que invitaban a la clientela a  tomar parte en la mega-marchita del domingo siguiente.

Como aconteció con la de 1997 contra Zedillo, la “marcha blanca” que le forjaron a Fox congregó a millares de descontentos. ¿Y? ¿Cuál fue el resultado? A la vista del fracaso de la toma de la vía pública, ¿las rebeldes de Perisur serían capaces de aplicar un ejercicio de autocrítica y calibrar el peso específico de estos dos vocablos: mega-marchita y boicot?

Esto lo cito porque advierto que el descontento de las masas sociales cunde en los países del orbe, con miles de “indignados” que se rebelan “contra  la avaricia de las corporaciones, el servilismo de los políticos y un sistema financiero global diseñado para proteger al 1º.  por ciento más rico del orbe”.

Cuánta energía social desperdiciada.  Porque, mis valedores, ¿conocerán  esos “indignados” la síntesis del quehacer revolucionario pacífico? Caliente el corazón, pero fría la cabeza. ¿Sabrán que el cambio de un Sistema de poder ya intolerable es tarea intransferible de esos “indignados”, que lo habrán de lograr cuando dejen de exigir y, a la luz de la autocrítica, asuman,  y organizados en comités autogestionarios realicen el cambio en las estructuras del gobierno y coloquen en Los Pinos de cada país un gobierno que mande obedeciendo, un gobierno al que obedecer como sus mandantes?

¿Egipto, dice alguno de ustedes? ¿Túnez, Libia, Siria? ¿Qué la caída del  “dictador” se debió a tal  “movilización” multitudinaria, sin más? No, un momento; ya no tenemos derecho al candor: “La OTAN prepara maletas para salir del territorio libio”. No el libio, no el tunecino; fue el asesino mundial, el Drácula sediento del petróleo ajeno. Y no más. (Vale.)