Sida y trata de personas

Alma espera con la mirada baja su torno para recibir varios medicamentos tan extraños como la forma en que contrajo una enfermedad que le carcome el alma. Su marido, que sin saber que era portador del VIH-Sida regresó del extranjero. Hoy, en su hogar son noches de llano, incertidumbre, desesperanza.

“El sida, mis valedores, que según Mark Platts, filósofo, no es un asunto de moral, sino de salud pública”. Lo contradice José Melgosa, obispo: “¡Para la Iglesia el sida es un gravísimo problema de moralidad pública, y esto es lo que nuestro gobierno no quiere reconocer, y limita el problema al ámbito de la salud. Pero no, contra el sida castidad es el mejor remedio. ¿El condón? Mucha gente lo usa, ¿pero está permitido de acuerdo con la doctrina católica? Definitivamente no; el condón no es éticamente permisible”.

Pero si se habla de sida y métodos preventivos, ¿quién más autorizada que la trabajadora sexual? Tocante a oficios agredidos por dogmas, prejuicios y autoridades corruptas, ¿cuál más expuesto que el sexual? Denuncia  la Agencia de Noticias Independientes Noti-Calle:

“En el trabajo sexual la legislación contra la trata de personas dificulta la prevención del sida. Los condones son utilizados para fincar lenocinio y trata de personas. Decenas de trabajadoras-es sexuales de la Merced, Tlalpan, Insurgentes y otros puntos de encuentro del DF concurrieron  al “Taller Metropolitano sobre sida y trata de personas convocado por Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer “Elisa Martínez” para analizar el impacto que tiene en este sector social la actual legislación contra la trata de personas sobre la transmisión del VIH/Sida”.

Y que  la prohibición de anuncios sexuales, el impulso nacional al rechazo social de la prostitución y la eliminación del consentimiento informado de las presuntas víctimas de trata, como excluyente de responsabilidad para los inculpados por el delito mencionado, limita el derecho al ejercicio de la ciudadanía a las y los trabajadores sexuales.

Asimismo, el hecho de que los condones sean tomados como prueba para fincar los delitos de lenocinio y trata de personas limita el impacto de las políticas públicas contra el sida, situación ante la cual el Centro Nacional para la Prevención y el Control del Sida (CENSIDA) no se ha pronunciado.

Las asistentes temen que la ley general para la prevención y combate a la trata de personas que está por emitirse criminalice a los clientes de servicio sexual, que en lugar de reducir la demanda de sexo comercial lo tornaría más clandestino y elevaría las cuotas de extorsión policíaca que actualmente pagan en muchos lugares de la república para poder trabajar en el sexo.

Se planteó la necesidad de una movilización de trabajadoras-res sexuales a nivel nacional para revertir dicha legislación y obtener garantías laborales como trabajadoras-es no asalariados en el caso de quienes ofrecen servicios sexuales en la vía pública y se formuló la necesidad de garantizar su participación, junto a vecinos y organizaciones de derechos humanos, en la formulación de políticas públicas que respeten los derechos humanos de las y los trabajadores sexuales y la reforma de la legislación nacional y local contra la trata de personas.

La PGR, en tanto,  realizó un operativo en los hoteles Regina y Las cruces, de San Pablo. Por lo menos 50 trabajadoras sexuales, igual número de clientes y personal de dichos establecimientos fueron remitidos al ministerio público. Es México. (Qué país.)

Sida y sotanas

Cada día seis personas en el DF se infectan del Virus de Inmunodeficiencia humana (VIH)

Y que a 30 años del sida “aún no hay una consejería pre y post diagnóstico”. La distribución de medicamentos, afirma el Dr. Víctor Ortiz, está politizado, donde cada tanto se vuelve un instrumento de lucha entre intereses ajenos a la salud de las personas que viven con VIH. A propósito:

El sida y la capa pluvial. ¿Alguno se habrá percatado de que ante las medidas de prevención que aplican gobiernos e instituciones sanitarias el alto clero católico ha mantenido un muy discreto silencio, cuando años atrás combatía con ferocidad todo lo que significara protección contra semejante pandemia? Prudentes, pontífice y purpurados no se dan por enterados. ¿Pues que, perdieron la contienda contra el condón?

Qué distintos los años aquellos en que índice en alto, desde púlpitos y otras públicas tribunas pontificaban aquello que aseguraba, categórico, el cardenal Lozano Barragán:

– Los homosexuales y los transexuales no entrarán jamás en el reino de los cielos, porque actuar contra la naturaleza y contra la dignidad del cuerpo ofende a Dios.

Y castigar nuestro cuerpo con una castidad forzada, antinatural, ¿no es  actuar contra la naturaleza? ¿Esto no ofende a Dios? Yo, motivado por la conmemoración del Día Internacional de la Lucha contra el Sida de algún año anterior exhibí aquí mismo el criterio de la Iglesia Católica en torno a las medidas profilácticas que intentaba imponer, con opiniones diversas de obispos mexicanos:

“¿El condón?  “¿Para qué el condón? (obispos mexicanos) ¿Para seguir buscando el placer por el placer mismo? ¿No está fuera de las enseñanzas de Cristo? ¡La Iglesia rechaza el uso del condón, pues esto lo que hace es hundir en el fango a la juventud, en lugar de darle la mano a los jóvenes para que salgan del lodo! ¡Continencia! ¡Castidad! ¡Fidelidad matrimonial! Estas tres virtudes propuestas por la Iglesia son el mejor remedio para el contagio, porque son las propuestas del Evangelio para combatir el Sida! ¡La grave amenaza del Sida viene del abuso de la sexualidad! ¡Es una equivocación buscar el placer por el placer. El recto camino debe ser el uso legítimo de ese placer! ¡El placer sexual no debe verse como un fin, sino sólo como un medio hacia la paternidad o la maternidad!”

– ¡Usar preservativos y seguir haciendo el amor! Esto continúa siendo el método de nuestras autoridades. ¡Es una barbaridad! Intentan proteger la salud promoviendo el vicio. El amor, para ellos, es el gozo del placer, y no buscar el bien de la persona amada. El abuso del sexo es el que se ha convertido en un problema de moralidad pública, no de salud! Los enfermos de Sida no deben convertirse en héroes, no lo merecen. Son seres enfermos. La homosexualidad es un verdadero crimen, y la Iglesia Católica rechaza a los homosexuales así como el uso del condón, fuente inmunda de prostitución.”

El cardenal Rivera: “Contra el sida, castidad es el mejor remedio. ¿El condón? Mucha gente lo usa, ¿pero está permitido de acuerdo con la doctrina católica? Definitivamente no; el condón no es éticamente permisible”.

Y una cierta Unión Nacional de Padres de Familia: “¿Dónde estarías tú si tu padre hubiese usado el condón?

G.W. Bush cuando inquilino de la Casa Blanca: “Yo estoy a favor de la abstinencia, de la castidad”.

Opiniones que contrastan con la del obispo  José Ulises Macías: “Sí hay curas pederastas en México. No somos ángeles. Aunque hombres de Dios… también somos hombres. ¡Y muy hombres!” (Dios.)