Muerte anunciada

Emmanuel De H´Herrera Arizcorreta: un año y una semana de que la “justicia” lo asesinó dentro de una celda del penal Neza-Bordo, y no más. Promotor, aquí y en el extranjero, del estudio y divulgación de la cultura, los valores y las tradiciones de nuestro país, su participación activa en movimientos culturales que procuran la preservación de nuestras raíces y su profundo conocimiento arqueológico, dedicado durante los últimos años al estudio de la civilización teotihuacana, lo llevaron en el 2004  a enfrentar la construcción de una sucursal de la transnacional Wall Mart en la Zona Arqueológica de Teotihuacán, que pone en peligro los vestigios de una zona tan importantes para la historia de México y que la UNESCO ha declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad.

El 17 de mayo de 2009 fue internado en el Centro de Prevención y Readaptación Social de Molino de Flores en Texcoco, Edo. de México, y sometido a proceso penal en el Juzgado 2º. de primera instancia. “Portación de arma peligrosa”, la acusación. La juez a cargo del proceso le otorgó la libertad bajo fianza y salió libre el 21 de mayo de 2009.

Pues sí, pero ya a esas horas afuera del penal  lo acechaban 4 esbirros sin identificación que lo treparon a un vehículo. Esposado y con capucha fue “paseado” 6 horas. Nunca se le informó el motivo. Tortura psicológica. Después fue llevado a una oficina de la policía ministerial del Edo. de México, en Toluca. Apelando su derecho constitucional solicitó que se le dejara hacer una llamada, petición que le fue negada. De ahí a la Procuraduría de Justicia del Estado de México para que se  le practicara una certificación médica, pero no habiendo allí ningún aparato para medir la glucosa en sangre, lo llevaron a un hospital, donde lo tuvieron el resto de la noche, con suero e insulina para controlarle la crisis de diabetes con que arribó.

A la mañana siguiente fue presentado al jefe de la policía ministerial, quien le exigió firmar el nombramiento de un abogado de oficio, a lo que se negó reiterando su solicitud de la llamada a la que constitucionalmente tenía derecho. Intentaba establecer contacto con su abogado. Se le negó una vez más. Le presentaron una declaración ministerial para que la firmara, pero se rehusó con el argumento de que requería de la presencia de su abogado o el visitador de la Comisión de Derechos Humanos.  Le hicieron firmar la declaración a la abogada de oficio, abogada que él nunca aceptó, y le dijeron que quedaba libre.

A la salida de la oficina fue detenido por agentes de la Agencia Federal de Investigaciones, que le trasladaron a Cd. Nezahualcóyotl para presentarlo a la delegación de la Procuraduría General de la República y ser ingresado en el penal de Neza-Bordo, donde se le procesó por el  mismo señalamiento de Molino de Flores ante el juzgado 12 de distrito en Cd. Nezahulacóyotl, esta vez con cargos federales. Después, encarcelado en Neza-Bordo, estuvo imposibilitado para presentarse ante el juez en Molino de Flores para proseguir su proceso en el fuero común.

En el penal estuvo hospitalizado 2 meses. En los 11 de encierro y por la tensión generada  (padecía diabetes e hipertensión), presentó severas complicaciones; incluso perdió 5 piezas dentales, desarrolló problemas de visión que pusieron en peligro uno de sus ojos, perdió mucho peso, y lo más grave: el lunes, 11 de abril del 2010, el luchador civil falleció por una paro cardíaco derivado de un derrame cerebral. “Justicia”, sin más. Emmanuel D´Herrera.

(A su memoria..)

Perros de guerra

¿Existe tarea más ingrata que recordar un pasado repleto de desdichas, cargado de iniquidades..?

Tal se duele Carlos B. Delorme, historiador, después de analizar episodios patrios tan dolorosos como la toma de Chapultepec (sept., 1847) por tropas norteamericanas. Un pasado que por culpa de López de Santa Anna iba a ser de verguenza para los mexicanos. Cuántos culiprontos proyanquis seguirían  ese ejemplo para entregar al gringo retazos de soberanía nacional. Hoy, por que no se nos muera la memoria histórica: la invasión de marines gringos a la ciudad y puerto de Veracruz, tantas veces heroica. El pretexto del presidente  W. Wilson para invadirla:

“Sabedor Huerta de la carga que traía el Antilla ordenó el bloqueo de Tampico y despachó dos cañoneros para que lo hiciesen efectivo; entonces el gobierno americano se opuso, declarando que Tampico era puerto abierto y debía quedar abierto, y mandó dos poderosos acorazados, que siguieron de cerca de los cañoneros y protegieron el desembarco de las municiones”.

Huerta no actuó como proyanki esta vez. No por su culpa, como tampoco de  Venustiano Carranza, la de barras y estrellas, para verguenza nacional, amaneció tremolando a toda asta en el palacio de gobierno de esta ciudad capital, como ocurrió en  1847 por causa de aquel López de Santana modelo y precursor de vendepatrias.

Fue en 1914, un 21 de abril, cuando W. Wilson ordenó a sus  tropas invadir la ciudad de Veracruz. El telegrama que preludiaba la crisis: “Chihuahua, 21 de febrero, 1914. Sr. Venustiano Carranza: inglés William S. Benton trató de asesinarme en Cd. Juarez. Pude desarmarlo y lo entregué a un consejo de guerra, que lo condenó a muerte. Respetuosamente, Gral. Francisco Villa”.

La amenazante reacción de Washington: “Sr. Carranza: mi gobierno exige pronta averiguación. De otra suerte se complicará gravemente la situación y obligará a este gobierno a tomar medidas sumamente serias. Estamos seguros de que Usted obrará inmediatamente. W.H. Bryan, Sec. de Estado”.

Pero el fusilado era súbdito inglés, y así lo hizo saber don Venustiano al de la Casa Blanca, pero la fementida Doctrina Monroe estaba vigente desde 1823. La prensa de Washington: “Carranza desafía la Doctrina Monroe. Al negar el permiso a nuestro Depto. de Estado para investigar el asesinato de Benson, Carranza  no hace más que dar una bofetada al Presidente Wilson en plena cara y patear la Doctrina Monroe. En 90 años que tiene de vida esta Doctrina, ninguna de las más grandes potencias europeas ha hecho jamás lo que hace ahora el Jefe de los mexicanos que están fuera de la ley” (sic).

Washington, 15 abril, 1914. “El Pres. Wilson recibe a diputados y miembros de las Comisiones de Relaciones Exteriores del Senado y la Cámara y los entera de su decisión de invadir Veracruz a causa de que sus autoridades se niegan a saludar a la bandera de las barras y las estrellas. El  Senador Chilton, de Virginia Occidental: ¡Yo los obligará a saludar a la bandera, así tuviera que volar toda la ciudad”.

El Senador W. Borah: “Yo sólo puedo decir que si la bandera de Estados Unidos llega a ser izada en México, nunca será arriada. Este es el principio de la marcha de Estados Unidos hasta el Canal de Panamá”.

Aquel 21 de abril de 1914, a las 11 horas con 20 minutos… A contracorriente del Sistema de poder, que así distorsiona o extingue, de plano, la conciencia histórica de las masas sociales,  mañana  la crónica del desembarco de marines gringos al puerto de Veracruz. (Vale.)

Y lo mataron…

Emmanuel D´Herrera, mis valedores. ¿Les dice algo ese nombre? El pasado 11 de abril se cumplió el primer año de su fallecimiento (su asesinato) en el penal Neza-Bordo, víctima de la  “justicia” que se aplica en este país. D´Herrera.

Como si lo estuviera viendo. Alto, delgado, pulcro y de fina estampa física, periódicamente me iba a visitar a mi oficina de Radio Universidad y me hablaba de proyectos sociales para lograr un cambio político que beneficiara a las masas sociales. Yo, desconfiado y suspicaz, le encontraba inexistentes indicios de ser agente de la CIA o algo por el estilo. Le externaba mi desconfianza, y él sonreía. Cuándo iba a entrever al personaje de temple roqueño, inquebrantable en sus principios, lealtades y convicciones, que no se detuvo hasta dejar su existencia en una celda carcelaria. D´Herrera.

Muchos años más tarde una mañana  se me iba a presentar en Radio UNAM un hombre de aspecto enteco y  envejecido, de pupilas lumbrosas mientras me exponía el proyecto de su vida:  evitar que la transnacional  Wal-Mart edificara una sucursal en terrenos aledaños a la Ciudad de los Dioses, Teotihuacán. ¿Este era Emmanuel D´Herrera? Qué metamorfosis. Me pidió leer su demanda en nuestro espacio comunitario de Domingo 6, encargo que cumplí durante meses, hasta juzgar  que sus mensajes llegaban a la reiteración. Hice mal. Más tarde publiqué un par de artículos acerca del daño que la edificación de Wal-Mart causaría al patrimonio histórico de la humanidad.

D´Herrera. Hace ocho días se cumplió un año de su fallecimiento, y recibo un recordatorio por parte de un cierto “Comité por la Liberación de Emmanuel D´Herrera, con el recordatorio del asesinato, que en esencia eso fue, por parte de la “justicia” que se imparte en este país. Leo, del mensaje:

Emmanuel D´Herrera: una sólida formación intelectual, en donde destacan sus estudios en Economía Internacional realizados en Paris, Francia; su capacidad poliglota, puesto que dominaba perfectamente los idiomas francés, inglés e italiano; su amplia carrera desempeñando funciones diplomáticas, comerciales y empresariales en Francia, España, Portugal, Bélgica, EEUU., Colombia y Venezuela.

Su muerte simboliza la instalación de un cada vez más notorio estado de excepción en México, donde el estado de derecho se convierte en un simulacro para justificar la flagrante violación de los derechos humanos y constitucionales de los verdaderos luchadores sociales en nuestro país (esto, mientras se apapacha a los «activistas» que por ignorancia o mala fe se han convertido en colaboracionistas del Sistema de poder).

Acusado de cargos falsos, por su oposición a la construcción de una tienda de la trasnacional Wal-Mart en dicha zona arqueológica, fue detenido violentamente, secuestrado y torturado por la policía, encarcelado por casi un año estando gravemente enfermo de diabetes e hipertensión. Durante ese periodo experimentó un terrible deterioro de su salud hasta que finalmente murió de un derrame cerebral. Su muerte en la cárcel no fue un fenómeno natural, fue un homicidio generado por represión política. Lo que hoy no debe olvidarse es que Wal-Mart ha contribuido al establecimiento del estado de excepción en México y, tristemente, al homicidio de un hombre íntegro.

Emmanuel De Herrera Arizcorreta, hombre comprometido con sus convicciones, debe ser recordado con todo el respeto que se merece. Después de una flagrante violación a sus derechos humanos estuvo injustamente preso en el penal de Neza-Bordo acusado de cargos absolutamente falsos: “portación de artefacto explosivo de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea”.

Emmanuel D´Herrera. (Sigo mañana.)

Réprobos

Y cuándo no. Diputados y senadores. Esos son, acusa la nota de prensa del pasado sábado, los peor evaluados por los empresarios del país.  En el renglón de excelencia, cero obtuvieron las dos cámaras; en el de malo, 44% los diputados; los otros, 42. En el de pésimo, 42 los unos, y los otros no les van a la zaga. Pero un momento, que según ese modelo de camaleones que es el legislador Víctor Hugo Círigo, «legislar no es como guisar».

Pues no, pero en ocasiones legislar es reñir por preferencias etílicas. Según la crónica fechada en noviembre de 1920, y de esto ya va para un siglo, en aquella sesión los diputados legislaban sobre un aumento en los impuestos del pulque El legislador don Felipe de la Barrera, representante del distrito pulquero de Otumba, ocupó la augusta tribuna:

– ¡Hay que mirar por el pobre pueblo mexicano, al que sólo se recurre a la hora de las elecciones! ¡Protejamos la baratura del pulque, porque buena falta está haciendo en Europa toda, donde habrían sido felices si hubiesen tenido a la mano, para olvidar los horrores de la guerra, un licor tan delicioso como el pulque, nuestro licor nacional!

Apenas había terminado de hablar pidiendo que el pulque no fuese gravado con nuevos impuestos, cuando el diputado don Aurelio Manrique llega majestuoso a la augusta tribuna; lleva en sus manos un envoltorio. Lo descubre, y resulta que es un flamante vaso de pulque, que fue a comprar uno de los mozos de la Cámara.

– ¡Señores diputados: aquí tienen este vaso de tlachicotón! Dicen sus defensores que el Barón de Humboldt hace un panegírico de semejante licor. Pero no; el ilustre sabio dice que esta bebida tiene un sabor agridulce, grato al paladar, pero que para acelerar la fermentación, le ponen pulque añejo al agrio, resultando un licor que tiene un olor desagradable, de carne podrida ¡Sólo los que llegan habituarse al sabor del pulque dicen que esta bebida es nutritiva ¡Mentira! ¡Mentira vil! Aquí tienen una cacariza de pulque. ¿Cómo podemos decir que esto sea una bebida para personas civilizadas? ¡Señores diputados! ¡Aprobemos el proyecto de reforma a la fracción que nos presenta la comisión respectiva!

Rojo de ira, el diputado don Felipe de la Barrera trepó a la augusta tribuna:             – ¡No obstante todo lo que dicen en contra del pulque sus malquerientes, yo puedo asegurarles que mientras más pulque entra en la ciudad, menos crímenes se comenten en su nombre ese día! ¡Puedo demostrar fácilmente que el pulque, señores diputados, es mucho mejor que el tequila!

Ademán de odio del diputado Carlos Cuervo, del distrito de Tequila. Sigue De la Barrera:

– ¡Los vinos producen alcoholismo incurable! ¡El pulque, en cambio, produce apenas una suavísima borrachera que se cura con toda facilidad! ¡Lo que pasa es que nuestros pobres entran primero a una cantina, donde les sirven bebidas descompuestas! Cuando ya no tienen dinero y sólo el estómago perdido, acuden a la pulquería para tomarse un vasito de ese licor delicioso. Acuden a él para que los alivie del mal que les hizo el alcohol. ¡Cuando estos pobres salen de la pulquería pueden cometer un crimen, y entonces todo el mundo cree que la culpa la tuvo la pulquería ¡No, señores diputados! ¡Mentira! ¡Alguien dice que al pasar por una pulquería se nota un olor a cadáver. ¡Mentira vil, vil mentira! ¡Las pulquerías, señores diputados, tan sólo huelen a lo que huele el alma del pueblo, de este pueblo de nuestro México

Son los legisladores. Son los representantes populares. Es México. (Mi país.)

México, Cuba

Con banderas a media asta, Cuba vivió un día de actos en homenaje a Juan Almeida, Comandante de la Revolución y uno de los atacantes del Cuartel Moncada, el 26 de julio de 1959, que falleció a los 82 Años de edad.

El Comandante de la Revolución murió hace un par de años. Si hoy lo recuerdo es para que sopesemos el peso y la dimensión histórica de los barbones de Sierra Maestra que hicieron y hacen una revolución, frente al luido personaje mexicano que ya en la agonía de su sexenio se decide a visitar la Isla, intrascendente maniobra  de bajo perfil  cuyo destino final es el polvo, el olvido,  el desván de la historia, y no más.

Juan Almeida, comandante de la Revolución. Como Ernesto Guevara, el propio Fidel Castro y tantos más, Almeida visitó México, y de aquí se fue en el yate Granma con la encomienda cumplida de liberar su Cuba secuestrada por uno de los tantos proyanquis y vendepatrias que gobiernan nuestros países al sur del Bravo. Yo, porque ello también toca la dimensión del héroe, recuerdo al combatiente con una anécdota humana y a ras de suelo: con su revolución todavía en cartuchera, este cubano Almeida se refería a nuestro país y sus alimentos terrestres y trataba de hacerse entender de un su paisano:

– En México me encontré con Efigenio, que llegaba de Costa Rica, parado en un puesto de tacos. ¿Sabes lo que es un taco? Una torta que hacen los mexicanos de harina de castilla, con un poquito de carne de puerco, enrolladita.

El viaje y la permanencia en México, el regreso a su tierra –a su Sierra- y ya en plena revolución, las impresiones de un Manuel Fajardo, combatiente de Sierra Maestra, sobre la detención de mercenarios gringos:

–  No es que tenga nada contra ellos, el problema político lo separo de mi opinión personal sobre estos marines que traté personalmente. La gente más despreciable que puede haber en el mundo son los marines norteamericanos. No he visto seres humanos más corrompidos que esa gente.

(¿Por qué a mí se me vino a la mente Guantánamo,  Abu Grahib?)

Pero dentro de la propia Cuba los contrarrevolucionarios hacían su labor de zapa a favor del yanqui. La versión de un Armando Valladares, poeta mediano por aquel entonces preso en alguna cárcel cubana:

– Recuerdo a mis compañeros fusilados. Pensé en Julio y en su desprecio por la vida, defendiendo sus criterios de Libertad y Patria, y pensé en todos aquellos que con una sonrisa en los labios marchaban a los paredones, y pensé en la integridad de aquellos mártires que morían gritando: ¡Viva Cuba Libre! ¡Viva Cristo Rey! ¡Abajo el comunismo..!”

Cuba en la pluma de C.W. Mills: “Escucha, yanqui: esos contrarrevolucionarios no tienen el valor para luchar con las armas en la mano. Lo que están haciendo, conspirar contra nosotros, les debe costar millones de dólares. Su propaganda contra nosotros, sus viajes, su sostenimiento: ¿de dónde sale tanto dinero? ¿De las compañías yanquis afectadas por nuestra revolución? ¿De la CIA? ¿Del Depto. de Estado? En Cuba hay muy pocos contrarrevolucionarios, y son impotentes para reunir otros elementos alrededor de ellos. Cuando los obispos salieron con una declaración general contra el comunismo, la mayoría de la gente de las iglesias simplemente se rió. Sabían que se trataba sólo de la ignorancia y el temor de los contrarrevolucionarios”.

Porque el héroe renace de sus cenizas…

Cuba, la de Fidel, la Cuba de Maceo, la de Raúl, la Cuba de nuestro genio americano José Martí,. La patria de Juan Almeida, héroe de la Revolución. Cuba, la invencible. (México.)

Periodistas

El pueblo no ejerce los derechos de soberano sino en las elecciones.

Tal afirmó a su hora don Joaquín Fernández de Lizardi, pero le faltó añadir que  el elegido del voto manda sin obedecer y el votante obedece sin mandar. Tal es la esencia de la «democracia representativa». El Pensador.

Todos los campos de la expresión escrita dominó el personaje: el periodismo, su genuina vocación,  y la sátira, la versificación, el drama y esa novela en donde crea, para ejemplificación y reflexiones morales un personaje inmortal: El Periquillo Sarniento, flor y espejo de la picardía y desenfadado lenguaje de calambures y doble sentido que a todos nos resultaría familiar si en este país se acostumbrase la lectura. Lizardi dejó la obra de intención didáctica y de ejemplaridad, visión esperpéntica con la que ponía en evidencia las desmesuras y los desafueros de su tiempo, esas que perpetraban  las autoridades civiles, el clero y los militares de aquel entonces. ¿Y los de hoy?

Por cuanto al grado de heroicidad que suponía el oficio de periodista en los tiempos aciagos del porfirismo ese fue el sello de identidad de Lizardi: censura y prisión, persecuciones y agobios económicos, y vuelta a empezar, algo lógico para un periodista de su trascendencia y valor personal en el gobierno de Díaz.

¿Por qué Lizardi caía en prisión? Por sátiras que describen el México de principios del siglo XIX. ¿Distinto al México actual? ¿Qué tan distinto?

“Nada falta a tu dicha, patria mía, – Tienes frailes, langosta, policía, – Puertos sin naves, tropas sin calzones, – Caminos solitarios con ladrones, – Siempre apretada tu tesorería, -Partidos y colores a porfía, – Papel que vale menos, aunque debe, – Un rey que lo conoce y no se atreve, – Faltaba un año santo: en este día, – ¡Bendito Dios!, el Papa nos lo envía…»

Y qué vigencia mantienen las reflexiones que Lizardi nos legó en los periódicos más o menos efímeros que fundó a lo largo de su ejercicio periodístico. Por este párrafo pueden juzgarse:

Compárese los males que pueden sobrevivir a la República, entre que se anulasen las elecciones y los que le vendrían con algunos diputados elegidos por tramoya, esto es, que no merezcan serlo. En el primer caso se mina la soberanía de la nación. En el segundo nada se pierde con seis u ocho representantes ineptos, sino diez y ocho o veinte y cuatro mil pesos anuales…

Y cuánto de humano, cuánto de aleccionador y de melancólico se trasmina en la nota que redactó el periodista cuando tuvo que dar por muerta la publicación del Correo Semanario de México. La nota la tituló Despedida, y a la letra dice:

“La escasez de subscriptores, que no proporciona que se costee este periódicos, y mis graves enfermedades, no me permiten continuarlo. Doy gracias a los señores subscriptores que han tenido la bondad de favorecemos hasta el final, suplicándoles dispensen las erratas, dilaciones y otros defectos que no he podido evitar.

A los señores subscriptores que aún restan algunos piquitos, suplicamos proporcionen su remisión, pues no habiéndose costeado el periódico, claro es que nuestro bolsillo debe pagar lo que falte.-México, 4 de mayo de 1827″.

Y a propósito: ¿hoy día cuántos periodistas comparten las penurias de El Pensador?  ¿Cuántos de esos que a estas horas enfervorizan a las masas sociales para que se interesen en sufragar viajan desde su mansión – chofer, guardaespaldas- hasta la oficina del diario o estación de radio o  de TV? ¿Cuántos? México.

Benemérito, El Pensador.  (A su memoria.)

Así se escribe la historia

Miguel de la Madrid ofrece consejos al presidente electo y le muestra total voluntad para estar atento y en darle opiniones o consejos.

Miguel de la Madrid, mis valedores. Algunos felones lo defienden después de muerto.  Personaje de luces y sombras, el presidente de la «renovación moral» se fue como vino: silencioso, discreto, cobijado en su bajo perfil. Sólo en alguna ocasión provocó una tormenta con sus declaraciones de que Salinas se robó la mitad de la cuenta secreta y de que los dineros de Raúl, el hermano, despedían un tufillo a dinero lavado, qué contrasentido. Al declarante lo forzaron al reculón, y aquí no se ha dicho nada. De la Madrid.

Su obra como presidente de México ya la historia se encargó de juzgarla. A quienes benefició ya se encargarán de hablar mal de él, como de forma tardía sus enemigos alabarán sus acciones positivas como funcionario público. Yo, por mi parte, mis valedores:

El avocado para suceder a López Portillo era García Paniagua presidente del PRI. Creía don Javier  (me lo dijo) contar con la anuencia del presidente, pero en las manos de JLP se recrudecían los problemas en la economía y las finanzas, y ese fue el pretexto para hacer a un lado al aguerrido político y privilegiar a quien desde su oficina en la difunta secretaría de Programación y Presupuesto iba a abrir las puertas al mal llamado neoliberalismo. Y así hasta hoy.

A su hora lo revelaría JLP en alguno de sus libros de memorias: «¡Cuántas precipitadas heterodoxias en el manejo de la candidatura de De la Madrid! Que propició la carrera «meteórica» de García Paniagua porque necesitaba, en el horizonte político, «una figura recia, maciza, de fuerte raigambre popular». Que fue un lógico precandidato. Pero empezó a significar problemas. «Tuve que actuar».

Y actuó a favor del economista. El 28 de septiembre de 1981 anotó en su diario: «El PRI nominó a Miguel de la Madrid. Me encomendó, como de costumbre, el trámite. Directamente cité a García Paniagua y a los representantes de los tres  sectores y al presidente de los diputados. Va a ser un magnífico candidato y un estupendo Presidente».

Por cuanto a la «oposición»: que Acción Nacional nomina a Emilio Madero. «La Izquierda no acaba de coaligarse».

¡Apasionante país el nuestro! Se asiste al ocaso. Se siente que otro sol va a nacer. Hasta el considerado cariño de la gente. País cruel y tierno. Calavera de azúcar…

Sigue la crónica de aquellos tiempos anubarrados: «Ya García Paniagua dejó de ser presidente del PRI. Ya Ojeda lo es. Y Javier en Trabajo. ¡Cuántas cosas en un mes! Días densos, apretados, desagradables. Pero empecemos por el principio.

García Paniagua constituyó, y de algún modo constituye, un problema en la sucesión: exhibió su inconformidad y el ambiente se hizo denso. El manejo que tiene de la Prensa, mezcla extraña de temor e intereses, curiosa actitud de nuestros intelectuales, ha hecho desagradable el tránsito».

Los entretelones del aquelarre político que no trascienden a las masas sociales, renovada su esperanza y enfervorizadas para votar:

«La víspera de que iniciara su campaña, Miguel me mandó señales de angustia y me pidió con vehemencia que se lo quitara de encima o no podría llevar adelante una buena campaña. La desconfianza era brutal. Llamé a García Paniagua«.

El sacrificado no se resignó. Abandonó la carrera política y se refugió en su rancho jalisciense. Es la historia. En fin, que los muertos entierren a sus muertos.

Miguel de la Madrid. (A su memoria.)

Periodista, fabulista, héroe civil

¿No advertís que aunque yo muera jamás faltarán escritores instruidos y resueltos que continuarán combatiendo los abusos..?

El Pensador Mexicano, mis valedores.  A él he de referirme esta vez; a su obra magnífica. El héroe civil fue el primer fabulador que parió nuestro Nuevo Mundo, si hacemos de lado a don Fernando de Alba Ixtlixóchitl y algunos más que nacieron al arrimo de frailes y conquistadores. Lizardi dedicó su vida a la denuncia de vicios y corruptelas de un México que se asomaba a la independencia. Periodista por vocación, fue al propio tiempo novelista y dramaturgo, y por necesidad de expresión, versificador. Admirable.

Admirable, sí, por su vida y obra como liberal, moralista y filósofo, que ejerció actividades lo mismo de educador que de satírico e intelectual. Pero El Pensador fue, antes que nada, varón de virtudes que a golpes de denuncia pública defendió sus ideales, formuló sus cuestionamientos y difundió su verdad por todos los medios a su alcance: la novela, el ensayo, el libelo, la farsa, el artículo, la versificación. Lizardi, creador del inmortal Periquillo Sarniento. Los mexicanos no lo han leído porque los mexicanos no leen. Punto.

Qué diferente contraste hace lo que el lector ha leído, escrito en España bajo un sistema monárquico, y lo que ve en México acerca de la libertad de imprenta, bajo un sistema republicano.

La historia pública del Pensador arranca de 1811, cuando a los 34 años de su edad se mete de lleno a la difusión de las ideas, así en los campos del periodismo como en los de la ficción, y en esa suerte de volandera mercadería que fueron las hojas sueltas en donde se desbalagaban rumbo a todos los rumbos sus sátiras, invenciones y arengas; sus denuncias y reclamos a favor de la moral y las buenas costumbres; hojas que se leían en callejas y plazas públicas, en la posada, el figón, el camino real, y que prefiguraban esa literatura que, peripecias históricas más adelante, soltarían las prensas de Venegas Arroyo para difundir las calaveras de Posada y aquella levantisca literatura que ayudó a desmoronar la vera efigie de Porfirio Díaz. Tales hojas difundieron la cultura popular en la forma del corrido que iba a perpetuar las hazañas del arriscado y el valentón, y la jácara y los lances de amor. Soberbio.

Hace la discordia tanto daño en el cuerpo político como las contagiosas en el físico.

No fueron propicias las circunstancias donde se vino a delinear el primer gran mural de la vida y las costumbres del México que nació a la vida independiente, mural que El Pensador fue realizando con lenguaje de típica y acendrada raigambre popular, con la fiel recreación de tipos de la mejor tradición picaresca derivada de la española –Guzmán de Alfarache y compinches magníficos-, tales como el tahúr y el sacármelas, el recuero y el coime, el bandido y el matasiete. Y aquellos los escenarios de la picardía lizardiana: el calabozo, el mesón, la mancebía y demás universidades del crimen y la vida arrastrada.

Fernández de Lizardi lanza a la vida pública el primer ejemplar de El Pensador Mexicano en octubre de 1812, donde vacía sus primeros ejercicios periodísticos y comienza a ejercitar la denuncia pública, con el resultado normal para aquellos tiempos calamitosos: el editor y articulista fue a pagar con cárcel su oficio arriesgado, y de entonces vendría a derivarse un modo de ser, un estilo de vida que marcaría la existencia de El Pensador, hasta el día en que llegó la tuberculosis, y detrás la muerte. (Sigo mañana.)

¿Flor de virtudes?

Jorge Carpizo, mis valedores. Jurista, político, catedrático, el recién fallecido fue un personaje controvertido al que apenas ayer se lanzaban dardos de crítica hasta la PGR que él encabezó, y a Gobernación, y a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Lo recuerdan ustedes en aquel entonces? Carpizo, Salinas, Prigione,  los hermanos Arellano Félix…

Ocurrió hace algunos años, cuando el Dr. Carpizo arribó a la sede de la CNDH. Yo visité un reclusorio y miré a algunos presos, y hablaron conmigo, y redacté el siguiente recado que hoy, ausente el Dr. Carpizo, presento de nuevo a ustedes:

Dr. Jorge Carpizo, fundador y presidente de la CNDH:  lo invito a que venga conmigo. Quiero mostrarle que no por nombramiento presidencial sino por vocación se involucra el humano en la defensa de los derechos humanos. Por humanismo, por una mística se defienden. ¿Pero usted, de repente adalid de esos derechos por mandato salinista? ¿Usted haciéndola de peón de Salinas para zurcir los entuertos que perpetra Salinas? Y usted no es ingenuo. ¿Entonces?  ¿Qué viene siendo, doctor?

Y la forma en que se ha echado a “defender” esos derechos, doctor. Conozco por boca de las propias víctimas o sus familiares el procedimiento que aplica usted desde su oficina de la CNDH: escucha, detrás de un escritorio, cuando accede a escuchar, y ahí su respuesta: «¡Bueno, sí, pero pruebas, documentos! ¡Que vengan los afectados y exhiban pruebas!” Ellos, doctor, a estas horas encerrados, quebrantados, medio muertos después de la más reciente sesión de “interrogatorio científico…»

Y allá van, desde su escritorio, la recomendación, el recado, el telefonema, el oficio sellado o el memorando dirigido a los violadores: “En referencia a denuncias que obran en poder de esta H. Comisión…” ¿Con tal burocracia defiende los derechos humanos? ¿No estará construyendo a golpes burocráticos su carrera política?  Dr. Carpizo:

Le reitero la invitación del paseo, los dos juntos. Es que quiero mostrarle, demostrarle en carne viva, desflorada carne, con lloraderos de sangre todavía, la forma en que la tortura contra los desdichados sospechosos de ser sospechosos violenta los derechos elementales del mexicano. ¿Quiere verlo con sus propios lentes? ¿Se atreve, abogado defensor de los derechos humanos?

Entonces álcese del sillón y vayamos al reclusorio y solicitemos una entrevista con los infelices a los que acaban de entregar los representantes de la “justicia”. Ahí , doctor, van a ver sus lentes lo que yo he presenciado: carnes rotas, desgarradas con clavos las plantas de los pies, masacrados los testículos y hechos garras los costillares, y aquellas lenguas quemadas a toques eléctricos, y aquellas narices rotas, y secuelas del agua mineral, y la cabeza, que fue sumergida en la taza del excusado. A la viva fuerza, al sadismo vivo, a la patología vil…

¿Se anima, doctor? Vayamos al reclusorio, y verá lo que va a ver, y verá también que si es varón de virtudes desecha esa encomienda, porque sabrá que ninguna honra agrega a su curriculo proseguir con el oficio de los oficios firmados, cuando en las celdas de tortura se sigue desgarrando infelices. En el sillón de la CNDH, por contras, sí engaña a las masas con aquello de que esas siglas castigan la represión que perpetra el gobierno, el del propio Salinas. Bote esa chamba, doctor. Tantas hay a la medida del varón de principios, vergüenza, decoro, dignidad. Bótela, Dr. Carpizo. Y ya. (Es cuanto.)

Mamá Maurita

“Los Legionarios de Cristo inician una fuerte campaña para impulsar la beatificación de Mamá Maurita, la madre de Marcial Maciel. Tiene una pagina web donde se publica su oración, se invita a presentar nuevos milagros y se anexa una cuenta bancaria para depositar “a la causa.» (Milenio.)

¿Ustedes, mis valedores, ya se apresuraron a depositar una parte de su gasto semanal para que Ratzinger beatifique a la santa madre del ya casi beato padre (de familia), el difunto  Marcial Maciel? ¿Cuál de esos dos beneméritos será el que se primero encarame a los altares, la santa Madre Maurita o su hijo el padre de hijos naturales y putativos, paidófilo bisexual y fundador de los Legionarios de Cristo, bienamados de Norberto Rivera, cardenal de la Iglesia Católica? ¿Cuál es su candidato para la primera de esas aureolas?

¿Difícil que un garañón de sotana como el muerto Maciel consiga la beatitud? No lo es, si ocurre que Ratzinger prolongue la política de Karol Wojtyla, aquel “amigo” de México que hizo chuza de hasta 34 asesinos y torturadores cristeros a los que enjaretó la etiqueta de mártires. Y qué tufaradas de azufre exhala tan sospechosa arribazón de fanáticos al “club de la aureola”. Y es que por estos días la santidad se abarata, se cosecha al por mayor y se nos torna pandemia. Por santos no vamos a parar, que ahora se ensamblan a escala industrial. Laus Deo.

Y si no, mis valedores: ¿no consiguió patente de santo un personaje como José María De (este “De” se lo enjaretó a capricho) Escrivá, fundador de ese Opus Dei, cuyos opositores denuncian, entre otros «pecados» del beato, «la acumulación de riqueza», y aquella de que  “el Opus Dei es peor que una secta, son mercaderes del evangelio, que destrozan vidas humanas?»

Pero ha sido beatificado. Con el beato Escribá ya lo es también Juan Pablo II. Ya suelta un tufillo a «santo» el verraco padre Maciel, al igual que su santa Mamá Maurita. ¿O qué, iban a ser desperdicio los ríos de dinero que a manera de sobornos los legionarios han evacuado en las arcas de El Vaticano por aquello de que ya alucinan con el insaciable padrecito Maciel trepado en su niño (trepado en su nicho, quise escribir; travesuras del inconsciente); en su nicho de ermitas, capillas, templos, basílicas y catedrales? Y a esto quería yo llegar.

Quería llegar a los métodos burocráticos que advierto en el criterio vaticano frente a la santificación de aspirantes, y lo ejemplifico con un santo mexicano al que hasta hoy nada me ligaba más allá de una perfecta indiferencia y por el que ahora siento una recóndita compasión: otro Felipillo santo, un tal Felipe de Jesús Calderón, al protomártir mexicano lo acaba de declarar públicamente su “patrón”. A San Felipe de Jesús, que de tal desafuero no es responsable, válgame…

La burocracia de El Vaticano:  el español y beato Escrivá murió de viejo, en su cama, y en lustros fue canonizado. De viejo murió el polaco Juan Pablo II, y por la vía rápida se le colocó la de beato. En la flor de su edad, el mexicano Felipe de Jesús fue martirizado junto con sus compañeros de evangelización en tierras niponas:

“Cada uno fue sujetado a una cruz con argollas y cuerdas; dos de aquéllas se colocaron en las muñecas, otras tantas en los pies y una en el cuello. Felipe de Jesús fue el primer crucificado: alanceado en tres partes, dos por los costados y una por el pecho, murió murmurando el nombre de Jesús”.

A diferencia de Escrivá y Juan Pablo II, el de Jesús  fue canonizado 265 años después de su muerte. (Dios.)

Sombras nada más

Veo un México de comunidades indígenas, que no pueden esperar más a las exigencias de justicia, de dignidad y de progreso; de comunidades indígenas que tienen la gran fortaleza de su cohesión, de su cultura, y que están dispuestos a creer, a participar, a construir nuevos horizontes.

Veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales.

Luis Donaldo Colosio, mis valedores, ¿lo recuerdan ustedes? Más allá de bronces y mármoles, auditorios y plazas públicas, calles y callejones sin salida que mal soportan el nombre del sonorense que en su momento les endilgó el PRI-Gobierno, ¿qué queda a estas horas de aquel mediocre candidato presidencial del PRI cuya máxima hazaña fue morirse de muerte violenta? (Toda muerte es violenta). Nada queda, o casi nada. A lo desganado, por no dejar, unos cuantos desocupados del Tricolor van a hilvanar este fin de semana, en la rutina del ritual, tres frases hechas, y ya. Ah, pero aquello que fue hace 18 años…

Hace 18 años logró salpicarnos el chapoteadero de sacarina, cursilería y lagrimeo de glicerina que habrían  de expeler esos oportunistas histriones de la necrofilia con  vocación de plañideras que a lo aspaventero iban a perpetrar el aquelarre del oportunismo ventajista para sacar raja y tajada de aquel coyote de su misma loma al que antes masacraron como recurso para luego vendérselo a los incautos como héroe, mártir y salvador de la patria. Mucho cuidado, dije a todos ustedes por aquel entonces. Mucha cautela, que semejante dulzor es el de ciertos venenos. Del copal, el humazo, se me quedaron algunas volutas:

“El nombre del mártir en calles y plazas”. “Inauguración de la Plaza Colosio. Asiste. Mexicanos por la victoria”. “Del pueblo a Luis Donaldo, héroe y mártir de la democracia…”

“Desde las primeras horas de este día, decenas de magdalenenses acudieron al panteón  a visitar la tumba y la escultura de bronce en el centro del mausoleo donde reposarán los cuerpos del matrimonio Colosio”.

Y que la escultura del tal está unida a la de su esposa Diana Laura, con su brazo izquierdo apoyándola, “lo que significa, aclara un H.J. Islas, ingeniero,  la mano suave con la cual el candidato trataría los problemas políticos, a la población humilde y a los indígenas (sic). En tanto, el brazo derecho lo mantiene en alto, con la mano empuñada que demuestra la fuerza y la energía que seguramente usaría para los problemas difíciles del país”. Válgame.

Diana Laura. La mujer que siempre brilló con luz propia, no pudo resistir la ausencia de su compañero Luis Donaldo y en la mañana del 18 de noviembre (1995) terminó de cansarse (¡!); hasta ahí, las noches eternas y de soledad, no resistió más la ausencia del compañero y extendió los brazos para que la recibiera…”

Melcocha, sí, pero de un A.M. Barrasa el verdadero monumento a la cursilería: “Colosio era una luz en las tinieblas, un camino en la encrucijada, un ser superior que como Cristo, fue sacrificado por los rencorosos, los envidiosos, los que percibieron que era un hombre que haría un gobierno de equidad y justicia, y su interés mayor sería para los pobres. De honradez acrisolada, que prevalecería su espíritu democrático. Nuestro México querido y los pueblos de la Tierra de ese llamado Tercer Mundo ya tienen en su calendario cívico y social otro héroe civil».

(Mañana.)

Granadas de boca

“Dondequiera que el hombre primitivo erigió una palabra, creyó que había hecho un descubrimiento. ¡Qué equivocado estaba! Había dado con un problema y, mientras suponía que lo había resuelto, había creado un obstáculo para su solución”.

Esta vez las palabras, mis valedores, que según quien las pronuncie, dan vida o matan. “Las palabras, dice el filósofo, simplemente violentan y vencen el entendimiento, y lanzan todo a la confusión y desvían a los hombres hacia inútiles fantasías”. Y que usamos las palabras y a la vez somos usados por ellas, y que las palabras ambiguas son como fuegos fatuos, y razonar por su conducto es deambular entre innumerables absurdos, y el resultado final es la confusión o el desprecio. «Una palabra corrompida destruye ciencia, razón y el beneficio de la humanidad».

Lógico. Materia prima de toda campaña electoral, los conceptos del discurso no denotan realidades; son  vocablos ostentosos que indican algo totalmente distinto, aun lo opuesto total de lo que significan en su acepción original. La palabra democracia, pongamos por caso.

Desde el Poder nos hablan de democracia, pero nunca nos explican a qué democracia se refieren. Saben bien que desde nuestra ignorancia no los vamos a tachar de embusteros. Democracia. Habría que desenmascarar a los simuladores que engañan con tan retumbante vocablo. Fox, por ejemplo, en su sexenio, desdichado aunque sin la sangre que ha derramado el devoto del Verbo Encarnado:

“Los mexicanos ya sabemos lo que es la democracia, sabemos lo que vale y sabemos lo que nos rinde en frutos y dividendos. Entonces, el concepto de democracia ya está muy afianzado en la gente y en la ciudadanía. En México cada voto cuenta, porque para eso tenemos una democracia”.

Así que los mexicanos tenemos ya democracia. ¿Y en qué consiste nuestra democracia? ¿Sabemos diferenciar la formal de la social y la participativa? ¿Qué clase de democracia es la que trajo Fox al país? Por cuanto al Verbo Encarnado, ¿aportó más democracia? ¿Qué clase de democracia?

Ustedes, mis valedores, que ya han logrado sobrevivir a varios sexenios, ¿recuerdan el México de la «revolución,» anterior a esa democracia que hoy pastorea un Leonardo Valdés?  Los sexenios  de López Portillo,  LEA y Díaz Ordaz, ¿los recuerdan? Antes de que los tecnoburócratas se apoderasen del Poder, ¿existía la democracia? ¿Encuentran ustedes alguna diferencia entre el México de la «revolución» y este país, el de la democracia? ¿Tal diferencia es prueba fehaciente de la acción positiva que sobre las masas sociales ha ejercido «nuestra» democracia? ¿En dónde se nota la mejoría? ¿En el empleo, el salario,  el respeto a los derechos humanos, la seguridad pública? ¿Se nota en la economía familiar, en el Seguro Social, en el ISSSTE, en las pensiones de los jubilados, o sólo y únicamente en una papeleta que nos aprontan cada tres y seis años, con candidatos que no son nuestros, sino del Sistema de poder?

Democracia significa poder popular, pero en «nuestra democracia» el Poder manda sin obedecer y el pueblo obedece sin mandar. ¿Entonces? Y aquí lo trágico: ¿por qué a estas horas andamos enfervorizados, calculando otorgar nuestro voto a este, a aquel o a aquella, si no son candidatos de nosotros, sino del monopolio de unos partidos que son parte del Sistema de poder? ¿Así somos de vulnerables ante la manipulación de los «medios»?

Pero vamos a votar. Yo, por supuesto, voy a votar. ¿Cómo? A saber, pero voy a cruzar la papeleta. ¿Pero democracia? Bah. Es México. (Este país.)

Juárez y el PAN

Todo lo que México no haga por sí mismo para ser libre, no debe esperar ni conviene que espere que otros Gobiernos u otras naciones hagan por él. Auxilios negativos son los únicos que puede darnos Estados Unidos, como el que nos fusile por la espalda. (Palabras del Benemérito.)

Veintiuno de marzo de 1808 – 18 de julio de 1872. En estas dos fechas cabe toda su vida, sin más. Sesenta y cuatro años fue el tiempo de vida de don Benito Juárez, pero años bastantes para troquelar en la historia del país rumbos, metas, perfil, señas de identidad. Una ideología propia, en fin. El de Juárez y su templado equipo de liberales fue un gobierno de claroscuros: desde una sufrida lucha contra gobiernos espurios y emperadores de pacotilla hasta una crueldad extrema para con los vencidos,  y desde unas luminosas Leyes de Reforma hasta un Tratado McLane-Ocampo que, en apariencia,  cedía parte del país a los Estados Unidos. De los males, el menor; Juárez y sus liberales instrumentaron el McLane-Ocampo  para evitar que el gringo se quedase con Baja California, Chihuahua y varios otros Estados del norte del país, y lo evitaron con el auxilio la guerra civil del Sur contra el Norte de EU, cuando los yankis maniobraron para evitar que los confederados se fortaleciesen con más territorio mexicano. Es la historia.

Hoy día el partido en el poder es el panismo, enemigo tradicional de las doctrinas de Juárez y sus liberales, como más tarde lo iba a ser del «socialismo» de Lázaro Cárdenas. El PAN: en 1997 legisladores del PRI, PRD y PT rechazaron las expresiones de algún  panista, que lo juraba: «Benito Juárez traicionó a México». Los diputados: «No permitiremos expresiones que pretendan dañar la imagen y el legado histórico del Benemérito. Es criticable la postura del panista, que pretende desprestigiar a Juárez como pretexto para  cambiar la nomenclatura de varias calles en el Edo. de México”.

Y Comparando a Zedillo con Juárez, voceros del Tricolor: El sacrificio del pueblo mexicano, necesario para salir de la crisis. No es permisible postergar el desarrollo en la justicia de millones a cambio de transitorios alivios. Lo sabía el Presidente Juárez. Lo sabe el Presidente Zedillo”. (Abyecto.)

Y llegaría  un gobierno reaccionario y yunquista, prokanki y confesional, y en Gobernación iba a encuevarse un hijo de Salvador Abascal,  fundador del Sinarquismo, que así se expresaba del Benemérito:

Juárez engañó a los indígenas expropiándoles sus tierras, pero no sólo eso: considero que la personalidad del Benemérito de las Américas ha sido sobrevalorado por el sistema político mexicano. Sugiero la necesidad de un redimensionamiento de su verdadero papel histórico.

Dn. Benito y el gobierno panista: “Cd. Camargo, Chih. “Una grave tensión política se suscitó cuando la alcaldía panista realizó la demolición de una estatua de Juárez para poner en su lugar la de un panista recién fallecido».

Aguascalientes, Ags., marzo de 1997. El alcalde panista decidió entrar en la posteridad e impuso su nombre a una calle que antes se llamó Benito Juárez. Colocó también el de los panistas Gómez Morín, M.A. Mérida y Efraín González, a calles de la colonia San Francisco”. Lo afirmó Juárez:

“No se me oculta ni trataré de disimularlo: la situación actual es complicada,

difícil y tal vez peligrosa”.

Veintiuno de marzo de 1808- 21 de marzo del 2012. Benito Juárez. (Benemérito.)

De magia y encantamiento

Estas son las mañanitas que cantaba el rey Gabriel. Para el celebérrimo de Aracataca Cien años de soledad se le han tornado cien años de compañía sin fronteras. A la hora de conmemorar sus 85 años de vida no se escoge una fecha determinada, sino que se toman días y el festejo no tiene para cuando acabar. García Márquez.

Estas son las mañanitas que el mundo entona al universo de magia y encantamiento que García Márquez ha construido con el material de los sueños, esas fabulaciones que resultan ser hijas legítimas de lo real maravilloso con que el autor vino a toparse, según propia confesión,  en La metamorfosis de Kafka y Pedro Páramo, de Juan Rulfo, entre otros autores.

 García Márquez. Cien años de soledad es el Quijote del siglo XX, como lo afirman sus estudiosos, que algún editor mexicano desechó por enrevesado, y que a partir de su publicación se editó al ritmo de una reimpresión por semana, hoy  traducido a 40 idiomas. Están, para al autor, todas sus obras de ficción, soberbias, si nos desentendemos, a mi juicio muy personal,  de las Memorias de mis putas tristes.

García Márquez. Ahí está, festejándolo, su soberbio trabajo periodístico, con el Relato de un náufrago y todos los demás. (Porque la desconozco no me hago una idea de su única obra de teatro: «Diatriba de amor contra un hombre sentado». Conozco, por contras, una de sus obras primerizas, que el colombiano entregó a Francisco Zendejas, con una muy humildosa dedicatoria manuscrita, y que el crítico solapero desechó. De una librería de viejo rescaté la novela. Por María de mi corazón conozco en persona al colombiano.)

Preseas, homenajes, reconocimientos, festejos: incontables, aquí y allá. Pero también tres, cuatro golpes en la vida hazañosa del hombre de Aracataca: cuatro golpes que han trascendido recibió hasta ahora en vida: el primero de ellos su amistad con Fidel Castro, contra la que han protestado tantos enemigos del comandante, como el escritor cubano Reinaldo Arenas, ya fallecido, que en su libro de memorias titulado Antes que anochezca señala que en 1980 García Márquez acompañaba a Castro mientras éste pronunciaba un discurso en el que acusó de «chusma»  a refugiados asesinados en Perú. Desconozco tal episodio.

Otro golpe: debido a sus opiniones sobre el imperialismo norteamericano fue considerado subversivo y se le negó la entrada a Estados Unidos. Cuando Bill Clinton llegó a la Casa Blanca declaró que Cien años de soledad era su novela favorita. Se le levantó de inmediato la prohibición de entrar a EU.

Un golpe más: en 1999 le fue diagnosticado un cáncer linfático. La reacción del autor de Crónica de una Muerte anunciada:

«Hace más de un año fui sometido a un tratamiento de tres meses contra un linfoma, y hoy me sorprendo yo mismo de la enorme lotería que ha sido ese tropiezo en mi vida. Por el temor de no tener tiempo para terminar los tres tomos de mis memorias y dos libros de cuentos que tenía  a medias, reduje al mínimo las relaciones con mis amigos, desconecté el teléfono, cancelé los viajes y toda clase de compromisos pendientes y futuros, y me encerré a escribir todos los días sin interrupción desde las ocho de la mañana hasta las dos de la tarde».

El cuarto golpe fue El amor en los tiempos del cólera: el descontón alevoso que por mitotes y chismarajos de buenos amigos le propinó Mario Vargas Llosa, que  lo dejó tirado en el piso. Fue El otoño del patriarca.

Gabriel García Márquez. Estas son las mañanitas y enhorabuena.  Qué más. (Qué mejor.)

Pero no queremos pensar

 

En pleno apagón transcribo a mano el recado que un día como ayer, pero de 2010, envié al ingeniero Cayetano Cabrera, del Sindicato Mexicano de Electricistas, cuando cumplía 80 y tantos días en huelga con la exigencia de un patrón sustituto que rescatase a los compas sindicalistas que el de Los Pinos aventó al desempleo.  Pues sí, pero al modo del plantón, la toma de la vía pública y la e-xi-gen-cia al Sistema, ¿la huelga de hambre de qué sirvió? Dije entonces al ingeniero Cabrera:

Ojalá que a estas horas haya usted levantado el ayuno de 80 y tantos días en los que ha puesto en riesgo su salud y su vida como recurso extremo por intentar la devolución de su fuente de trabajo. Pero ojalá, al propio tiempo, que de la experiencia saque usted la enseñanza: semejante estrategia es ineficaz en un estado de derecho, donde se respeta la ley, o no fuese un estado de derecho. Porque en este país nadie, nunca, ha logrado nada positivo para su causa aplicando la bárbara medida de la huelga de hambre. ¿Quiere, en verdad, que su ayuno le sea positivo? Váyase, entonces, de este régimen democrático y ayune en algún desdichado país todavía regido por dictaduras feroces. Porque, ingeniero Cabrera:

¿En México tendría usted el apoyo de unas damas de blanco financiadas por los dólares de Miami? (De Miami, no de “Mayami”). ¿Dispondría en nuestro país de un alto clero que por exhibir de salvajes a los goriloides les arrojara al rostro su violación aberrante de los derechos humanos? ¿Algún diplomático se preocuparía por usted, abogaría por su causa ante  los sátrapas insensibles a los derechos del ayunante? ¿Su huelga de hambre iba a despertar un eco solidario de una prensa cuya libertad de expresión hubiese sido aherrojada en uno de los tantos calabozos que los sátrapas mantienen atascados de luchadores sociales? Convénzase.

Aquí, en un país donde celebramos 200 y 100 años de ser orgullosamente mexicanos, nos hemos dado un régimen democrático cuya norma de gobierno es la observancia irrestricta de la ley, y donde el cuerpo diplomático no se inmiscuye en asuntos internos del país. Aquí el alto clero católico, representante de Dios en la tierra, no se enreda en huelgas de hambre. Aquí, una prensa libre, independiente y al servicio de las causas sociales, exalta la heroicidad de ayunantes cuya alabanza viste más que  una cáfila de  alborotadores que sólo obstruyen el tránsito y causan molestias a los automovilistas. Ingeniero:

Habita una ciudad capital cuya explanada ha privatizado con todos sus ayunantes. ¡Ocupa usted, con los suyos,  no un corral ni un potrero, sino toda una Plaza de la Constitución! ¡Profana esa explanada y nuestro lábaro patrio, que preside el corazón de la patria! Siempre atiborrada de capitalinos, ¿alguno se ha interesado por los que a  metros de distancia fallecen de inanición?

Pero reitero: si tiene tantos deseos de que su sacrificio resulte benéfico para usted y sus compas, ¿qué hace en un Estado de derecho? Váyase a algún país gobernado por un dictador.  Los dictadores son inhumanos. Esa canalla no tiene respeto por la vida humana como aquí  lo tienen de sobra los beatos del Verbo Encarnado. Apenas usted amagó con su huelga y ellos habrán corrido a satisfacer sus muy justas exigencias; el de Los Pinos, que exhibe tanta sensibilidad social. A él sí le conmueve un ayunante en peligro de perder la vida, ¿pero a un dictador? Ingeniero Cabrera: váyase a Libia con su huelga de hambre.

Ayuno, plantó, exigencia. No queremos pensar. (Lástima.)

Trabajos de amor perdidos

Y qué remedio, mis valedores. Utilicé la mano otra vez. Esto tengo que redactarlo a mano porque una vez más la Federal de Electricidad me dejó sin energía eléctrica, que es decir sin computadora. Y qué hacer.

Pistojeando al escribir, la vela frente a mis ojos, recordé los tiempos en que la Compañía de Luz y Fuerza del Centro me proporcionaba el servicio sin fallar un solo día. A la mente se me vinieron los 42 mis trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas que el 11 de octubre del 2009 el de Los Pinos tuvo a bien aventar al desempleo, y la lucha persistente de los compas por conseguir que se les proporcione un patrón sustituto. Y a propósito del esforzado sindicato de electricistas…

El Sistema ya nos tomó la medida. Nos vence por nuestra propia ignorancia, porque no somos capaces de salir de la rutina y crear tácticas adecuadas para alcanzar nuestro objetivo, y de lo dicho tengo un testigo.

Testigo y protagonista del fracaso de una estrategia de lucha  es Cayetano Cabrera, ingeniero electricista y miembro del Sindicato Mexicano de Electricistas, hoy en el desempleo. Porque el mensaje que le envié llevaba fecha de principios de marzo, pero del 2010, hoy repito el mensaje para que se mire cómo terminan tácticas y estrategias frustradas. Por estos días de marzo publiqué lo siguiente:

«Por intentar la recuperación de la plaza de trabajo para sí y los casi 16 mil 500 compañeros de infortunio,  hace 80 días corridos que junto con un apretado grupo de electricistas se arrojó a la  huelga de hambre. ¿Las condiciones para dejar de arriesgar la vida? Ante el articulista  Rodríguez Cortés:

– Vayamos a medias, Calderón. Tú ya conseguiste la extinción de Luz y Fuerza del Centro. Ahora cédenos el patrón sustituto, la recontratación colectiva y el respeto a los derechos de nuestros jubilados. Así resuelves el conflicto y evitas un muerto.

Eso, o hasta la muerte por inanición. Por cuanto a la familia del ayunante. ¿Qué opinan sus padres, su mujer y sus hijos?

– Todos  me apoyan hasta del final. Que no claudique, me piden. Mi padre es jubilado del ferrocarril y luchó al lado de Demetrio Vallejo. Mis hijas sufren, sí, pero no quieren que me rinda. Gladis, de 18 años, la más chica, me manda muchas cartas de apoyo.

El ayunante se incorpora con dificultad en el catre; de entre las ropas saca un cartoncillo: “Yo apoyo al hombre sin edad, inteligente y poderoso, inagotable y de excepción. Papá, eres mi más grande inspiración y el mejor ejemplo a seguir…”

Y yo aquí, mis valedores, digo a Gladis Cabrera:

Que su padre es un varón poderoso, lo es; que es un hombre de excepción, lo acreditan sus hechos; que es inteligente puede ser, pero aquí se equivocó de estrategia, y antes de que se enfade, compañera Gladis, permítame la razón de mi duda:

¿Calderón resolver el conflicto? ¿Sensible a una víctima del ayuno?  Un fallecido, dos, 25 mil, ¿qué significan para él más allá de un daño colateral? Su señor padre, Gladis Cabrera,  se equivocó de país. En su temple de carácter ha puesto en evidencia la ignorancia que lo llevó a tan macabra equivocación. Varón de entereza, convicciones y determinación, no supo calcular la respuesta que su sacrificio pudiese repercutir en un Estado de derecho como es el nuestro. Ochenta y tantos días de iniciado el ayuno, ¿qué resultados, más allá de la indiferencia, ha logrado del de Los Pinos, del alto clero católico, del cuerpo diplomático acreditado, de los «medios» y de la gente que deambula en el Zócalo?  (Mañana.)

Zopilotera y hedor

Francisco I. Madero y José María Pino Suárez, mis valedores. El autor intelectual de su muerte fue un Henry Lane Wilson, embajador de Estados Unidos en nuestro país. Se vivían horas trágicas, «pero yo voy a poner orden», se engallaba el diplomático, y reportaba al presidente Taft:

«El General Huerta es sobre todo un soldado, un hombre de acero, de gran valor, que sabe lo que quiere y cómo alcanzar su objetivo. No creo que sea muy escrupuloso en sus procedimientos, pero lo creo un patriota sincero y se separará gustoso de las responsabilidades de su puesto tan pronto como la paz y el restablecimiento de las condiciones financieras del país lo permitan. El acaba de enviarme un mensajero anunciándome que puedo estar seguro de que va a tomar medidas que den por resultado la remoción de Madero, esto es, su caída del poder, y que el plan ha sido perfectamente meditado».

Y llegó el 19 de febrero de 1913; Madero y Pino Suárez fueron aprehendidos; el asesinato sobrevendría tres días después. Lane Wilson se reunió con todo el cuerpo diplomático. Su brindis: “¡Esta es la salvación de México! En adelante habrá paz, progreso y riqueza. Lo de Madero lo sabía yo desde hace tres días. Debió ocurrir hoy en la madrugada. ¡Salud!”

Fue un 21 de febrero de 1913 cuando dos varones anochecieron presos en una celda del penal. Sus horas estaban contadas y su suerte echada. Ellos aún ignoraban que traición y felonía les cortarían la vida, pero los asesinos ya alistaban las armas. Las víctimas: un presidente y un vicepresidente de México. La orden de disparar el arma asesina salió de uno apellidado Cárdenas, al que ordenó otro de apellido Huerta, a quien  manipulaba uno de apellido Lane Wilson, el asesino intelectual. Abyecto.

(En la tarde del día 20 la señora Sara Pérez, esposa del presidente Madero, con una  de sus cuñadas se presentó ante Lane Wilson y le solicitó interpusiera su influencia para salvar a los detenidos. La respuesta del tal:

– Vuestro marido, señora, no sabía gobernar; jamás me pidió ni quiso escuchar mis consejos. El Señor Huerta hará lo que mejor convenga”.

– Señor, otros ministros se esfuerzan por evitar esa catástrofe.

– Ellos… ellos no tienen ninguna influencia. -Y despidió a la esposa del presidente de México.)

El magnicidio se perpetró en la tenebra. Francisco Cárdenas, ex-rural y mayor del ejército, comandó el piquete de asesinos y aplicó a los cadáveres el tiro de gracia. Detrás, encuevados en sus madrigueras, cinco felones aguardaban la “buenas noticia” del magnicidio: Aureliano Blanquet, Félix Díaz, Manuel Mondragón, Victoriano Huerta,  cabecilla del trío, y el titiritero que movió todos los hilos de la conjura: Henry Lane Wilson, embajador norteamericano. Trágico.

El cuerpo diplomático organizó una fiesta, donde Lane Wilson brindó por un México gobernado por Huerta.  Algún diplomático preguntó: “¿No irán a matar esos hombres al presidente?”

– Oh, no. Madero es un loco, un fool, un lunatic que debe ser legalmente declarado sin capacidad para el ejercicio de su cargo. Madero está irremisiblemente perdido. A Madero lo encerrarán en un manicomio. El otro, Pino Suárez, ese sí será fusilado. Es un pillo, y nada se pierde con que lo maten.

– No deberíamos permitirlo, clamó el ministro de Chile.

– Ah, replicó entonces Mr. Henry Lane Wilson, embajador de Estados Unidos en México; ah, no,  que en los asuntos interiores de este país no debemos mezclarnos. Allá ellos, los mexicanos…

La historia de los vecinos distantes,  zopilotera y hedor. (México.)

Mujer divina

La primera división del trabajo es la que se hizo entre el hombre y la mujer para la procreación de los hijos. La primera opresión de clases coincide con la del sexo femenino por parte del masculino. (F. Engels.)

La mujer mexicana, mis valedores. Que en esta fecha, leí por ahí,  se conmemora una borrosa ceremonia dedicada a ensalzar el tanto de unas 12 horas a nuestra víctima de discriminación, vejaciones y toda suerte, mala suerte, de violencias que en su contra perpetra esta comunidad machista. Ahí están, para certificarlo,  las cruces en diversos panteones de Chihuahua y el Edo. de México. Por sí o por no, sea o no sea fecha de celebración, hoy he de recopilar opiniones machistas en torno a la mujer. Para empezar, La Biblia:

«Buscarás con ardor a tu marido,  y él te dominará y  será tu dueño».

Tal clama Dios en el Génesis, y más adelante, en labios del profeta, a su pueblo elegido: “¡Practicaste la prostitución con esos egipcios de gran potencia sexual (…) Te entregaste a la prostitución con los asirios, y ni aun así quedaste satisfecha (…) A toda prostituta se le da una paga; pero tú eras más bien la que dabas regalos a todos tus amantes y les pagabas (…) ¡Sólo en eso eres diferente a las demás prostitutas!”

Pero la violencia contra la mujer está no sólo en La Biblia ni es de hoy; es de siempre. Clama, en la tragedia griega, un Hipólito virgen y ofendido porque Fedra, la madrastra, le ofrecía su amor:

“Qué azote tan grande es la mujer, pues el padre, que la engendra y la educa, da la dote y la casa para librarse de ella; el que recibe en su hogar esta peste destructora goza engalanando a una pésima estatua, y la viste con sus mejores ropas, y el desventurado gasta así sus rentas. Si alguna ha de vivir con nosotros, la mejor es la inepta. Aborrezco a la sabia; que no albergue un mismo lecho a la que sepa más que yo, y más de lo que le conviene a una mujer. Porque Cipris hace a las doctas las más depravadas”.

Y ya en tiempos modernos: Aurora Dupin (George Sand, su seudónimo),  mujer inteligente, escritora y compañera de Chopin:

“¡Las mujeres, al carecer de profundidad en sus exposiciones y de ilación en sus ideas, no pueden poseer genio (…) La mujer es imbécil por naturaleza”.

Y una Lady W. Montagú: “Lo único que me reconcilia con el hecho de ser mujer es que esto me protege del peligro de casarme con una”.

Lúcido, Octavio Paz: “La opresión de la mujer sólo ha podido sostenerse con el reforzamiento continuo de una ideología que es impuesta y reforzada a través de las instituciones, las leyes, la familia, la educación y los medios masivos de comunicación!” (Los medios de condicionamiento de masas, más justamente.)

Ya en nuestros terrenos: La vocera del Instituto Nacional de la Mujer: “En Michoacán, para poder trabajar, la mujer tiene que pedir permiso a su esposo. En México, el abuso sexual de menores no es considerado como delito grave. En la legislación de 24 Estados hay figuras discriminatorias y vejatorias de los derechos de la mujer, a grato tal que mucho más penado que una violación es el robo de ganado…”

Del testimonio de alguna de tantas víctimas de los violadores que andan sueltos por todos los rumbos del territorio patrio:

Yo luché contra ellos, se lo juro…” Imposible contener el llanto. “Al sentirme violada me abandoné… traté de no pensar… de que pasaran rápido aquellos minutos tan largos –languidece toda ella-. Tan largos…”

¿Conque hoy Día de la mujer mexicana? ¿La conciencia, que remuerde a los machos?  (México.)

Sotanas y pedofilia

La barca de Pedro, mis valedores. El artefacto hace agua por todas partes y está a punto de zozobrar. Esto viene repitiéndose de forma periódica, pero desde hace decenas de siglos el navío sigue adelante con su navegación, conducido por una tripulación que aglutina a reverendos de toda laya, desde padrecitos virtuosos hasta padrecitos de varias criaturas nacidas de distintas madres.  La barca de Pedro. A propósito:

Que entre la jerarquía católica la pedofilia del sacerdote no se considera delito, recurso que evita el escándalo y la denuncia penal contra ese sacerdote pedófilo al que la jerarquía católica se concreta a reubicar en distinta parroquia, y la paz. Recuérdese el célebre caso del padre Marcial Maciel, a quien arropó El Vaticano y que así «justifica» un  Renato Ascencio, por aquel entonces obispo de Ciudad Juárez:

– La ropa sucia se lava en casa. Nosotros tenemos nuestras propias autoridades y procedemos  través de nuestros propios tribunales eclesiásticos. En caso de detectar a sacerdotes que abusen sexualmente de menores, la jerarquía católica no los entregará a las autoridades judiciales, sino que los juzgará en sus tribunales y con sus propias leyes, no más.

¿El rigor de esas leyes? Roberto Blancarte, estudioso del tema: «La  pena máxima que el derecho canónico puede establecer en casos de abuso sexual es la pérdida del carácter clerical (…) y de una vida de oración y penitencia. Penas ligeras  comparadas con las que se quiere aplicar a quienes practican abortos».

Y como para apuntalar la aseveración de Blancarte, la noticia del pasado viernes:  «Un sacerdote católico de Nueva York, de los principales organizadores de la multitudinaria misa que ofició el papa Benedicto XVI en el estadio de los Yanquees en 2008, es acusado de haber abusado de una decena de adolescentes en los años ochenta en un colegio del barrio de Harlem. El cura pedófilo fue castigado por la Santa Sede a una vida de oración y penitencia».

– Lo que me recuerda (le recordó al maestro en nuestra tertulia de anoche) el suceso que aconteció en el XVI en Sevilla, según nos queda constancia en los escritos de Melchor de Santa Cruz. Aquí, lenguaje antañón, la crónica:

«Un sacerdote mató a un zapatero de la misma ciudad, y un hijo suyo fue a pedir justicia; condenóle el juez de la iglesia en que no dijese misa en un año.

Dende a pocos días el Rey don Pedro vino a Sevilla, y el hijo del muerto se fue al Rey y le dijo cómo el arcediano de Sevilla había muerto a su padre. El Rey le preguntó si había pedido justicia. El le contó el caso como pasaba. El Rey dijo: ¿Serás tú hombre para matarle, pues no te hacen justicia? Respondió: Sí señor. Pues hazlo, dijo el Rey. Esto era víspera de la fiesta del Corpus Cristi. Y el día siguiente, como el arcediano iba en la procesión cerca del Rey, dióle dos puñaladas y cayó muerto.

Prendióle la justicia, y mandó el Rey que lo trujesen ante él. Y preguntóle por qué había muerto a aquel hombre. Señor, porque mató a mi padre, y aunque pedí justicia, no me la hicieron.

El juez de la Iglesia, que estaba cerca, respondió que sí se la había hecho justicia, y muy cumplida, por cierto. El Rey quiso saber la justicia que se le había hecho. El juez respondió que le había condenado que en un año no dijese misa. El Rey dijo a su alcalde: Soltad este hombre, y yo le condeno que en un año no cosa zapatos».

Mis valedores: ¿a los alcahuetes de garañones de sotana arriscada les podría servir de lección? ¿Ustedes qué opinan?  (Trágico.)

Es la Gordillo, estúpidos

Elba Esther Gordillo, mis valedores. ¿Habrá en el rejuego político del país un personaje así de polémico y controvertido? ¿Existirá uno con tal carencia de escrúpulos y que a punta de componendas y tortuosas maniobras haya fincado una carrera política para pepenar (arribismo, claudicaciones  y un pragmatismo grosero) un poder excesivo y una muy explicable riqueza? Esta figura ambiciosa y nepótica, desde que la inventó Salinas, ha sido el ave de las tempestades dentro de lo más deleznable que excreta la  poliquería nacional. Tal es  la que fue carta de «triunfo» de Calderón  y que hoy tantos Corderos quisieran tener de aliada. Pero la peor de las acusaciones:

Un cargo pesó mucho tiempo sobre sus lomos que a estas alturas parece haberse extinguido: el asesinato del maestro Misael Núñez Acosta, perpetrado un 30 de enero de 1981 en Tulpetlac, Edo. de México. Hasta ayer año con año, por estas fechas, acusaban maestros, estudiantes, padres de familia y dirigentes de organizaciones sociales:

“¡Misael no murió. Elba Esther lo mató!”

Todavía el año pasado lo reiteraban ex-dirigentes del Concejo Central de Lucha (CCL):

El crimen fue un acto planeado y aprobado desde el Estado, perpetrado con la autoría intelectual de Elba Esther Gordillo y la cúpula charra del SNTE.

Y la consabida exigencia de que la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado revise el expediente de homicidios de maestros. Antes de morir acusó Carlos Jonguitud, involucrado también en el asesinato del profesor:           – En la lucha, Elba es capaz de todo.  Yo vi a esa mujer en la miseria, y ahora mírenla. Eso de que su abuelo le dio millones son vaciladas para Ripley

Ella, sí, la controvertida “líder moral” del magisterio, que detenta la franquicia de Nueva Alianza (PANAL) y que ensanchó aún más su poder político cuando auxilió a Calderón a encaramarse hasta la residencia oficial de Los Pinos para que ahora el PRI, como en los tiempos de Madrazo, la deje fuera de una alianza ya concertada de antemano. Gordillo.

En fin, que no he percibido este año la protesta pública que provocaba por estas fechas el asesinato del profesor Núñez Acosta y la e-xi-gen-cia (inútil como todas las exigencias de la masa social al Sistema. Pregunten, si no, a la historia y a la realidad objetiva) para que  la Fiscalía especial (FEMOSAP) revise el expediente de ese y de los tantos más homicidios impunes de mentores del SNTE. A propósito de tales asesinatos y de la posible ingerencia de Carlos Jonguitud y Elba Esther, en la tertulia de anoche, el maestro jubilado:

– Más material para su denuncia está el crimen de Agua de Berros, Oax., donde hace 3 décadas fue asesinado Estaban García Martínez, testigo clave en el esclarecimiento del homicidio de la profesora Concepción Ríos Casimiro, ocurrido 2 años antes, y secuestrada Margarita (5 años de edad e hija del sacrificado), como represalia porque el campesino colaboró con las autoridades para esclarecer el asesinato de la maestra. Tiempo después la niña seguía desaparecida.

Está ahí el caso del profesor Vicente Amaya Hernández, masacrado por cinco pistoleros en Pinotepa Nacional, Gro., horas antes del Día del Maestro. Ya habían dado muerte al maestro Cenobio Fito López y secuestrado al mentor Modesto Patolzin. En Oaxaca también, y caciques los victimarios, el crimen del profesor Alejandro Martínez Delia perpetrado en 1990, continúa impune hasta hoy.

En este espacio ya no cupieron más víctimas. (Volveré.)