De mulas y de corderos

La crisis económica.- Una crisis que los encargados de la economía debieron prever, pero que nada hicieron por evitar. Ellos han estudiado, hasta donde lo permite la deficiencia de los conocimientos económicos, la cuestión de los periodos críticos, recurrentes, sin llegar a ningún resultado positivo.

¿Ustedes aceptan estos conceptos? ¿Con economistas del peso de Carstens o el carisma de Ernesto  Cordero? Yo no. Difiero de la opinión del articulista porque,  entre otros motivos, publicó su texto en El Demócrata  del 14 de octubre, pero de 1915. ¿Resucitar sus conceptos? ¿Para qué? Para que juzguen ustedes si alguna vigencia pudiesen exhibir en el México actual. Ahí mismo, en el matutino, noticias y comentarios de rabiosa actualidad:

Rodolfo Gaona triunfa en Puebla. El pueblo, al terminar la corrida, trataba de sacar en hombros al torero, pero éste rehuyó modestamente ese homenaje de la afición poblana.

Nuestra pobre democracia. La abstención es un delito por culpa; la comisión de fraudes en las elecciones es un delito con agravantes. Si hay que reformar, la solución no es reformar en la superficie, en las epidérmicas leyes de procedimientos, sino irnos a la médula. Estamos casi privados de un verdadero Poder Legislativo; puesto que no ha podido expedir ni una sola ley de importancia, ¿para qué le sirve a nuestro país..?

Anuncios clasificados: Vendo mi casa en la 2ª. calle de Camelias 46. Mide 722 metros cuadrados. Vale 4 mil…

Los héroes de la crisis.- Cuando los precios fueron aumentando, los jornales, los sueldos y las utilidades de las clases obreras iban a la zaga de los precios. El patrón se resistía y el trabajador se empeñaba, y en medio del sacrificio se infló terriblemente el costo de la vida. Las víctimas son las mismas de siempre: los obreros que viven de su trabajo, las clases medias y submedias. Contener o suprimir la especulación es algo heroico y digno, pero, desgraciadamente, la creación de comisiones oficiales en medio de una crisis sólo contribuye a llevar la especulación hasta el propio seno del gobierno…

Deportes.-  Jorge Carpentier se prepara; sostendrá una lucha con el campeón estadunidense Jack Dempsey.

La severa crisis global.-  Señores comerciantes: ustedes siguen en sus trece, sosteniendo montos inverosímiles, con perjuicio de nuestras clases populares. El motivo de las huelgas, el aumento de salarios que los obreros exigen es debido a la actitud crecientemente utilitaria del comercio. Seamos razonables, ajustémonos a lo justo y equitativo, evitando efervescencias y trastornos que afecten la tranquilidad pública. Pongamos nuestro contingente de patriotas verdaderos. Con las estrangulaciones no se consigue sino la asfixia y la muerte. En las primeras huelgas sentirán los del dinero las duras lecciones que el pueblo, arrastrado por el hambre, ha dado al comercio en no pocas ocasiones. ¡Y no queremos huelgas, ni brazos que se levanten airados demandando justicia! ¡Es preferible hacer justicia antes de que se derrame el torrente de las indignaciones populares!

Un ensayo de reconstrucción.- No hay que gastar las energías inventando esquemas y tramando proyectos y planes de saliva. Hay que hacer planes sobre la tierra. La palabra reconstrucción sólo adquiere vida y consistencia cuando se une a los conceptos de acción, de progreso, de fuerza y de trabajo efectivo. (Ahí le hablan, Calderón.)

Mulas. Cuarenta mansas y treinta y dos brutas. Niño Perdido 82.

Tal era el México de hace 95 años. ¿Y el de hoy?  (¡Cordero!)

Autores intelectuales

La inteligencia es sólo una parte del hombre, y no la mejor…

Y a propósito, mis valedores: ¿conocen ustedes algunas obras de Shakespeare, el máximo autor en idioma inglés? Hamlet, Macbeth, El rey Lear,  ¿cuántas habrán leído o visto representadas en el escenario?  ¿Recuerda alguno La Tempestad, con tres personajes simbólicos y a la exacta medida de los intelectuales enquistados en el Sistema de Poder? Ellos son:   Próspero,  que invade la isla donde ocurre la tragedia y que reduce a un par de nativos a una suerte de esclavitud: Ariel, genio del aire, la idea y el espíritu, y Calibán, que personifica el vicio, la torpeza, la rebeldía,  la carnalidad. Pero semejante visión  es maniquea y simplista, según estudio reciente de Fernández Retamar,   escritor y ensayista cubano:

Calibán, el rebelde, era el dueño de una tierra de que fue despojado a la viva fuerza por el invasor, mientras que Ariel es el intelectual obsequioso que se pone al servicio del invasor contra el rebelde nativo y dueño de la isla; el intelectual toma partido a favor del Poder y sus desmesuras contra quienes se atreven a rebelarse. ¿El precio por la ejecución del trabajo sucio? Una estrellita en la frente; una beca del Fonca, de Conaculta y en los comelitones palaciegos cantarle a su benefactor:

“Bécame – bécame mucho – como si fuera esta beca la última vez…”

Un parlamento de La Tempestad: Ariel, todo un intelectual: – ¡Salve por siempre, gran dueño! ¡Salve, grave señor! ¡Vengo a ponerme a las órdenes de tu mejor deseo; haya que hender los aires, nadar, sumergirse en el fango (en el fuego, dice la obra), cabalgar sobre las rizadas nubes, a tu servicio estoy; dispón de Ariel y de todo su influjo”.

Próspero, mientras los perros persiguen al rebelde Calibán: – Ariel, mi polluelo, pájaro mío: ve y encarga a los duendes que trituren las junturas de Calibán con secas convulsiones: que encojan sus músculos con terribles calambres. (Ariel:- Sí, dueño mío…)

Esto leyendo me ampollan la mente esos nombres, las cataduras de los caraduras, con sus torvos conceptos de  intelectuales Arieles, genios del aire (ese que forma el alma del carrizo)  siempre cercanos al Próspero sexenal, a quien “justifican” todas sus medidas de gobierno contra las masas sociales.

Hoy sólo algún Ariel temerario se atreve a quemar copal ante la mediocridad del que haiga sido como haiga sido etc., pero no está por demás recordar las opiniones que en 1968 ventosearon a favor de Díaz Hordas, de LEA en 1971 y del Próspero sexenal Zedillo cuando se echó con todos sus policías contra la UNAM y  los estudiantes en huelga. Entonces las opiniones de los intelectuales Arieles:

IKram Antaki: “Presidente habemus”.

Héctor Aguilar C.:“No obstante lo ocurrido, Zedillo no es ni podrá ser un presidente autoritario”.

Carlos Fuentes: “La UNAM no es una universidad elitista, pero tampoco debe ser de lumpens o de baja clase media ofendida”.

Federico Reyes F.: “El operativo fue muy cuidado, sin víctimas que lamentar. La administración de la violencia legítima también puede ser profesional”.

¡Aquel Carlos Monsiváis!  “Sí, yo firmé el desplegado aprobatorio (de la invasión a la UNAM) porque en ese momento creí que era lo mejor, estaba todo tan empantanado, y por el fastidio ante una huelga tan prolongada. Por eso también participé en un manifiesto de intelectuales, guiado por una certeza: es mejor dialogar en la Universidad abierta y evitar así la represión”.

Dice Hamlet: el resto es silencio. (Ariel.)

Terrorismo sagrado

Terrorismo que hizo explosión la madrugada de ayer y que  me dejó el sistema nervioso hecho garras. Porque ocurrió que yo en sueños acariciaba a mi amantísima ausente cuando, de súbito, el estallido. “Párpados atrozmente abiertos a la fuerza”, brinqué del sueño a la explosiva realidad. ¡Terrorismo! ¿O sería el tanque de gas? Cuál gas, si a la primera explosión sucedieron muchas más: una a una, dos a dos, en manada. Pistojeé, miré al techo, calculé la forma de huir. ¡Pólvora!

Por el estrépito logré ubicar la fuente del terrorismo: la ermita de Santa Rita, la santa de mi barrio, que a deshoras de la madrugada alborotaba el fervor de unos penitentes en brama religiosa. ¡Bum, burrrum! El mastique de los vidrios comenzó a chisparse. El Rosco y su runfla de gatos, en la azotea, aquellos espantables aullidos como en medio del trance amoroso, como orgía sexual. Los perracos, lo supe más tarde, huían despavoridos, desparramando desechos. El barrio, convulsionado. Los estallidos activaron las alarmas de todos los coches del vecindario. Santa Rita de Casia…

Tembloriqueando bajé a la cocina y me preparé la primera vasija de infusión del día. Más tarde se reunirían conmigo algunos vecinos que daban su versión del estrépito parido por un rito religioso que ahora, a media mañana, se resolvía en música de banda, de tambora, de mariachis, de licor. Los bandazos de viento acarreaban retazos de la melodía, trompeta y guitarrón, desde el templo católico:

 “Esta noche saco un gallo – y lo saco con linterna – y lo paso por tu casa – a ver qué chivo me cuerna…

Cocina, comedor, cuarto de trabajo: a cada bombazo, histéricas y con tufo de cable chamuscado, las lámparas arrojaban luces altas, bajas, pálidas, rojizas. Llegó mi vecina del 16: “¿Lo pasará a creer? A cada explosión las hornillas encendidas en mi estufa se apagaban, y las apagadas se encendían”.

El vecino Fabián: “A los bombazos oí a mis dos fieras rod-wailer quejarse en la azotea. Subí, y válgame: atejonadas en un rincón, cimbrándose al espeluzno”.

Mediodía. Yo, solo y mi alma, pensando, nomás pensando. El indispensable estallido de pólvora en el templo de Santa Rita no sería tan grave de no haberse producido metástasis en todos los templos de la ciudad (del país), porque a cada capillita le llega su fiestecita. Mis valedores: ¿semejante derroche de pólvora qué quiere dar a entender? ¿Un alarde de religiosidad? ¿Armar alboroto, y friéguese el vecindario, sus nervios, su sueño, su tranquilidad? ¿En nombre de qué, de quién o de quiénes? ¿Qué ley los ampara contra el supuesto protector de vecinos, ese Bando de Policía y Buen Gobierno que, con su nuevo título, prohíbe ruidajos que afecten al vecindario? Yo hubiese querido que semejante terrorismo “religioso” hubiese estallado en las orejas de los políticos que se llenan la boca con su “estado de derecho y respeto a la ley”. ¡Bum, bummm..!

El padrecito, ancho, orondo y protagónico, se sentiría reina por un día, por una noche y una madrugada, con el vecindario aguantando a pie firme, que no a pierna suelta, la agresión de una pólvora (china) cuya venta “está prohibida en México”. El barrio, en tanto, la taquicardia…

Noche cerrada de un día difícil. Nublazón de humo. Partículas de pólvora suspendidas en el aire. Pestilencia por los flatos que ventoseó el de Santa Rita (el templo). Yo, al intento de dormir, imploré el auxilio del Cristo de mi cabecera. ¿Pero esas ojeras, ese divino rostro desencajado? Me dio una lástima. Y ni cómo auxiliarlo.  (Dios.)

Con la iglesia topamos…

México, 1º. de noviembre. La Pastoral Castrense del Consejo Episcopal Latinoamericano se reúne en el país para replantear su estrategia: que el Ejército les abra las puertas y evitar que los soldados caigan en la corrupción…

Así es, mis valedores: las aguas bajan turbias. Anubarrado se advierte el horizonte, y en la pradera soplan vientos electrizados. Tan ominosa turbulencia tiene su gestación en etapas de conflicto que desde tiempo añejos vive el país, y que entran en crisis por el vacío de poder que se origina en Los Pinos. Hoy, por ejemplo, el ejercicio de una política corrupta contamina la religión, y un ejército corrupto de esa religión contamina la política a un grado tal que entre ambas nulifican la aplicación de la justicia y desacreditan el ejército nacional, última institución que aún logra conservar cierto margen de prestigio y respeto de las masas sociales.

¿El nivel de eficacia que alcanza hoy el quehacer político? Fácil empresa rastrearlo: con que calibremos los beneficios que ha producido en las mayorías y el grado de paz y orden social que prevalece en el territorio. La influencia del clero político se puede captar en la “moral pública” de unas masas que en su aplastante mayoría se declaran católicas. Por cuanto a la justicia…

La acción de la justicia en las masas resulta muy difícil de rastrear. Conocemos la corrupción que genera el Estado, y ahí donde existe la corrupción no hay cabida para la justicia, como ahí donde existe la justicia no cabe la corrupción. Entre nosotros un elemento coexiste, familiar para todos y que todos conocemos: la injusticia. Todos, o casi todos, podemos hablar de la injusticia porque de ella siempre hay un testigo, que es la víctima. Por cuanto a la justicia, esa desconocida, constituye el supremo valor del humano y de la comunidad y la clave para alcanzar el máximo de felicidad en el máximo de humanos. Como virtud social busca que las libertades y la repartición de bienes sean las adecuadas. Así se alcanzarían la felicidad y una vida digna para la comunidad aquí y ahora, no en otros mundos, tan improbables, ya que no existe un testimonio veraz, uno solo, que, más allá de la pura fe, certifique su existencia. Mis valedores…

Siendo la justicia aspiración suprema del hombre, es la injusticia su segunda naturaleza La desigualdad está presente desde el nacimiento del humano y lo acompaña hasta que deja de ser. Sin la justicia en la comunidad afloran los peores instintos y se cae en la aberración y el linchamiento, esa patología que la ignorancia nombra “justicia por propia mano”. Mediocres caídos en el más bajo nivel de bestialismo, los linchadores no distinguen entre justicia y venganza. Si lo proclamaran: “es venganza, pero con todo conocimiento vamos a perpetrar el linchamiento”, no sería tan terrible esa que constituye la más baja y salvaje manifestación de animalidad. A propósito:

¿En la turba de linchadores podríamos imaginar a un catedrático rociando con gasolina a un humano agónico? ¿Encendiendo el cerillo para que la carne humana arda hasta la muerte? Esa animalidad, ¿justicia? En el México de una política religiosa, una religión política y un ejército que se desacredita, ¿justicia?

México, 25 de octubre. La Iglesia Católica quiere poder político. Impulsa una iniciativa para cambiar el 24 constitucional e introducir el concepto de “libertad religiosa”, con la que podrá ser votado y ocupar puestos públicos, y definir a qué partido o candidato apoyar.

(Dios…)

Programa Domingo 6 – 04 Abril 2010

Programa Domingo 6 correspondiente 4 de abril de 2010.
En este programa el maestro habla sobre la hipocresía de la iglesia católica, los casos abuso sexual a menores y el fundador de los legionarios de Cristo: Marcial Maciel, personaje siniestro solapado por Juan Pablo II y el actual papa.

Taller de Lectura – 21 Marzo 2010

Taller de lectura correspondiente al 21 de marzo del 2010. En este taller el maestro Tomás Mojarro habla acerca de la poesía en México y se enfoca en dos de sus principales representantes: Jaime Sabines y Ramón López Velarde.