Aroma de beatitud

La noble lucha por la justicia nunca os  ha de llevar al enfrentamiento, sino que en todo momento habéis de inspiraros en los principios evangélicos de colaboración y diálogo, excluyendo toda forma de violencia.

Con tal reprimenda a los indígenas militantes del EZLN J.P.II intentó apaciguarlos en 1999, y milagros del beato, mis valedores: la semana pasada Marcos, el guerrillero que había sintetizado la conciencia de enemigo histórico, ofreció públicamente a  Javier Sicilia  forjar con el EZLN su propia marchita para, al unísono con el periodista, ¡e-xi-gir! al tigre del Poder que por amor a nosotros se vuelva vegetariano. Milagro beatífico. Aquí algunos pormenores de la primera visita del beato a nuestro país.

Enero de 1979. En el aeropuerto, al arribo del Papa, la reportera de TV: “¡Acaba de ocurrir un trágico accidente! ¡El Papa ha tropezado al descender del avión y se ha ido de bruces contra el piso! ¡Nadie lo ayuda! ¡Qué barbaridad, ahora la capa le envuelve la cabeza haciendo temer que Su Santidad muera simultáneamente de asfixia y fractura de cráneo llegando a México! ¡Ah, qué alivio! ¡El Papa se levantó como si nada y se dirige sonriente a saludar al Sr. Presidente! ¡Ni siquiera el gorrito se le ladeó!

Se desgañitaba la publicidad: “¡Hosanna en las alturas! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Padre Santo, bendice a tus ovejas! ¡Padre, bendícenos! Banco internacional”.

El matutino: “Una rosa de oro, presencia de México en el despacho papal, fue el obsequio de periodistas mexicanos. Sois vosotros modelo de responsabilidad, dijo JP II, y prometió a los reporteros mexicanos: La rosa de oro que me estregasteis estará siempre en mi despacho, muy cerca de mi corazón”.

Un Pedro de Urdimalas: “Yo seguí día tras día las actividades de Su Santidad para crear musicalmente un relato de su permanencia entre nosotros. Me salió un muy bonito corrido llamado Corrido del 26 de enero. He plasmado este corrido (sic) que puse personalmente en mano de Su Santidad, junto con una rosa roja, para que se lo llevara a Roma. Dice en una de sus cuartetas:

“Escuadrón motociclista – con gusto te recordamos – que al Papa le abriste la pista – en mares de mexicanos”.

La noticia: “Ofrecen a un motociclista 250 mil pesos por una medallita que bendijo y besó Su Santidad. El motociclista, que  la había adquirido en 85 pesos, declara:

– Esos 250 mil pesos son muchos pesos, pero no lo aceptaré, y no doy mi domicilio para que no sigan poniéndome más tentaciones. Voy a guardar mi medallita con todo cuidado. Es lo único de valor que les dejo a mis hijos.

El vespertino recogía el frenesí, la psicosis colectiva:

“¡Nos vio, María! ¡Oh Dios, el Papa nos ha visto!”

“¡Y nos dio su bendición! ¡Nos ha dado su santísima bendición!”

“¡Si, ahora todo irá bien! ¡Jesús  está con nosotros! ¡El Santo Padre nos ha visto, ha escuchado nuestros ruegos! ¡La tierra será buena otra vez!”

“¡La lluvia llegará, Miguel, ya verás que la lluvia llegará!”

“Ella, agradecida, volvió su mirada al cielo y soltó el llanto. El sacó una imagen de Juan Pablo II. Con esfuerzo se arrodilló y empezó a musitar: Padre nuestro que estás en los cielos…”

Y el primer milagro del beato: “Era drogadicto. Al paso de JL.II logró trepar a un poste de luz con el intenso deseo de rogar al Sumo Pontífice que le concediera el milagro de apartarlo del vicio. Electrocutado al llegar a lo más alto del poste, ayer, por fin recibió cristiana sepultura”.

Milagroso de veras que nos vino a resultar el flamante beato. (Laus Deo.)

Perros de guerra

¿Existe tarea más ingrata que recordar un pasado repleto de desdichas, cargado de iniquidades?  (C. B. Delorme.)

La invasión de  esos perros de guerra a la ciudad y puerto de Veracruz, mis valedores. Perpetrada el 21 de abril de 19114, en estos días de la Iniciativa Mérida deberíamos tenerla presente por el carácter depredador del gringo y el entreguista de nuestro gobierno, pero nos pasó inadvertida porque hemos permitido que arranquen de nosotros la memoria histórica. Aquí, comprimida, la crónica de un suceso olvidado:

El telegrama que preludiaba la crisis: “Chihuahua, 21 de febrero, 1914. Sr. Venustiano Carranza: inglés William S. Benton trató de asesinarme en Cd. Juarez. Pude desarmarlo y lo entregué a un consejo de guerra, que lo condenó a muerte. Respetuosamente, Gral. Francisco Villa”.

La reacción de Washington: “Sr. Carranza: mi gobierno exige pronta averiguación. De otra suerte se complicará gravemente la situación y obligará a este gobierno a tomar medidas sumamente serias. Estamos seguros de que Usted obrará inmediatamente. W.H. Bryan, Sec. de Estado”.

Pero el fusilado era súbdito inglés, y así lo hizo saber Venustiano Carranza a la Casa Blanca. La prensa de Washington: “Carranza desafía la Doctrina Monroe. Al negar el permiso a nuestro Depto. de Estado para investigar el asesinato de Benson, Carranza  no hace más que dar una bofetada al Presidente Wilson en plena cara y patear la Doctrina Monroe. En 90 años que tiene de vida la Doctrina Monroe ninguna de las más grandes potencias europeas ha hecho jamás lo que hace ahora el Jefe de los mexicanos que están fuera de la ley”.

Washington, 15 abril, 1914. “El Presidente Wilson recibe a diputados y miembros de las Comisiones de Relaciones Exteriores del Senado y la Cámara y los entera de su decisión de invadir Veracruz a causa de que sus autoridades se niegan a saludar a la bandera de las barras y las estrellas. El Senador por Chilton, Virginia Occidental: ¡Yo los obligará a saludar a la bandera, así tuviera que volar toda la ciudad”.

El Senador W. Borah: “Yo sólo puedo decir que si la bandera de Estados Unidos llega a ser izada en México nunca será arriada. Este es el principio de la marcha de Estados Unidos hasta el Canal de Panamá”.

A las 11 horas con 20 minutos de aquel 21 de abril de 1914 soldados de infantería yanqui descendían del Florida, el Utah y el cañonero Praire, y tomaban tierra en el muelle Porfirio Díaz. Se iniciaba la invasión de territorio mexicano, una más, por tropas de Estados Unidos”.

Una de sus primeras víctimas: Andrés Montes, carpintero. Al salir a encontrarse con la bala expansiva del invasor, la esposa:

“No te vayas, Andrés, no nos abandones, mira que tenemos niños muy chiquitos. ¿Qué hacemos si te matan? Hazlo por nosotros”.

“Ahora no tengo esposa ni hijos. Solo veo que tengo una patria muy linda y tengo que defenderla de la infamia yanqui. Aquí te dejo colgado este machete; anoche lo afilé bien para que al primer gringo que se atreva a entrar en esta casa le moches la cabeza”.

“Cuando el 24 de abril el comodoro Manuel Azueta, con los cadetes que habían defendido el puerto, llegó a la Cd. de México, en la estación se le acercó un anciano: ¿Qué razón me trae de mi hijo? Azueta le señaló la guerrera que llevaba puesta: había quedado manchada de sangre cuando recogió del suelo al cadete moribundo. El anciano besó aquella sangre mientras lloraba silenciosamente. Era el padre de Virgilio Uribe”.

¿La víctima hoy día? La memoria histórica. Qué país, mis valedores: (Qué país.)

¡Que ahí viene Peña Nieto!

¡Que ataca López Obrador! Y a ese devoto del Verbo Encarnado al que  ningún  antidepresivo amansa el espanto de que alguien arroje al PAN de Los Pinos le viene al pelo la leyenda del bosque de Nemi, donde el monarca, para llegar al poder, tuvo que asesinar al antecesor y tendrá que ser asesinado por el sucesor de su trono. Es la ley. Mis valedores…

Al igual en el bosque de Nemi, en Los Pinos se produce la mortecina metáfora del  rey en desgracia (trémulo, insomne, venido a menos) que en el ocaso de su reinado carga como obsesión legar el trono a alguno de su propio partido. ¡Pero ahí nomás, tras lomita, acechan Peña Nieto y López Obrador!

El reyecillo cimarrón no defiende la silla con una espada sino con ese armamento de alto poder con el que ha asesinado a 40 mil y lacerado a toda una nación, y completa su ofensiva a pura base de lengua, de propaganda embustera que pagamos todos. Así, con viva elocuencia y ambiente sombrío, lo cuenta Frazer, en La rama dorada:

En  la Antigüedad este paisaje selvático fue el escenario de una tragedia extraña y repetida. En una orilla del lago, inmediatamente debajo de un precipicio, estaba situado un bosquecillo sagrado, y en él cierto árbol que todo el día y probablemente hasta altas horas de la noche rondaba una figura siniestra: en la mano blandía una espada desnuda y vigilaba cautelosamente en torno, cual si esperase a cada instante ser atacado por un enemigo.

El vigilante era rey y homicida a la vez; tarde o temprano habría de llegar quien le matase para reemplazarle. Tal era la regla: el puesto sólo podía ocuparse matando al rey y substituyéndole en su lugar hasta ser a su vez muerto por otro más fuerte o más hábil. El oficio mantenido tan a lo precario le confería el título de rey, pero seguramente ningún monarca descansó peor que éste, ni fue visitado por pesadillas más atroces.

Año tras año, en verano o en invierno, con buen o mal tiempo, había de mantener su guardia solitaria, y siempre que se rindiera con inquietud al sueño, lo haría con riesgo de su vida. La menor relajación  de su vigilancia, el más pequeño abatimiento de sus fuerzas o de su destreza le ponían en peligro. Las primeras canas sellarían su sentencia de muerte. Su figura ensombrecería el hermoso paisaje. El ensueño azul de los cielos, el claroscuro de los bosques veraniegos y el rielar de las aguas del lago al sol, concordarían mal con aquella figura torva y siniestra…

Mejor aún nos imaginamos este cuadro como lo podría haber visto un caminante retrasado en una de esas lúgubres noches otoñales en que las hojas caen incesantemente y el viento parece cantar un responso al año que muere. Es una escena sombría con música melancólica: en el fondo la silueta del bosque negro recordada contra un cielo tormentoso, el viento silbando entre las ramas, el crujido de las hojas secas bajo el pie, y  yendo y viniendo, ya en el crepúsculo, ya en la oscuridad, la figura oscura, insomne, la espada desnuda en la diestra…

Mis valedores: ¿con el de Los Pinos no ocurre lo mismo? ¿No se percibe la desesperación impotente de un rey que a deshoras deambula a lo insomne, trémulo y trasijado, en el bosque de Pinos? Abatido por la cargazón de problemas que no ha sabido resolver, aun carga sobre sus lomos la obsesión de evitar que el PRI regrese a Los Pinos ahora que él caiga, a lo irremisible, al desván de la historia. Por eso la facha de vinagrillo. Y si no, ahora que acuda a uno de sus desfogues, salir en la TV, véanle la cara. (Patético.)

Un Judas tricolor

Sigo aquí, mis valedores, con el intento insensato que inicié ayer mismo: reivindicar públicamente, hasta donde ello es posible, a Judas Izcariote. Para empezar:

El fruto podrido de su corrupción ascendió a 30 monedas, ni una más. ¿Y el de los Judas Jerásimos del Revolucionario Ins? ¿El de los Salinas de la cuenta secreta de la que se hurtó la mitad, según dicho de M. de la Madrid, él mismo acusado por el periodista Jack Anderson de tener una cuenta secreta? ¿Y el Fobaproa de Zedillo, y Romero Deschamps, los Hank Rhon, y congéneres tricolores?  El de los tales asciende a 30 veces 30 millones de millones multiplicados hasta el infinito, y esto en moneda nacional mexicana, que es decir en dólares arrancados a la viva fuerza del patrimonio de un pueblo pobre y empobrecido a jalones de sexenios, tricolores y del Verbo Encarnado.

Judas, tras de su acción corrompida, mostró tener la humildad para no sentirse infalible, y entonces pensar, y realizar un ejercicio de autocrítica y luego pasar a la acción. La conciencia tenía tan bien afincada en su nidal que fue su conciencia la que lo forzó a encarar a los de la Función Pública y por la cara aventarles las 30 monedas de la corrupción. ¿Los otros, en tanto? Esos hasta hoy día con sus 30 monedas multiplicadas por 30 hasta la naùsea escondidas en banco seguro y ante ninguna autoridad planean regresar la milésima parte de lo robado; antes bien, antes mal, antes peor: a seguir en el cotidiano disfrute de sus 30  veces 30 mil millones. ¿Y nosotros, que delegamos en semejantes redrojos morales?

El Izcariote, ya perpetrada su acción execrable, no huyó a lo cobarde, modelo de judío errante, para años más tarde, fiado en la desmemoria de las masas sociales, pasearse, a lo cínico, entre nosotros, sus víctimas. Judas no utilizó de burladero una Secretaría de la Función Pública agachona, alcahueta de Montieles y demás Bribiescas con todo y su parentela, nido de ratas, especímenes de una corrupción lucrativa e impune. Mis valedores:

Esta es, a mi juicio, la prueba fehaciente de que el Izcariote es mucho menos villano en el drama del Nazareno que los licenciados Jerásimos en el drama de unas masas que ni por padecerlos se deciden al ejercicio de pensar. Como resultado de su acción corrompida Judas murió de muerte violenta, sus talones penduleando sobre el solar denominado “Campo de los Alfareros”, Acéldama. Al Izcariote lo ajustició no el Salvador del mundo, sino el Salvador Vega de una Función Pública aplicada por propia mano en derredor del gañote. ¿Y los otros? Sus 30 monedas multiplicadas hasta el infinito las defienden con el compinchaje alcahuetòn de jueces, abogados y  supremas cortas…

Si tan ásperamente batanea la Historia al Izcariote de la nefanda traición, ¿cómo habrá de juzgar a los Izcariotes de la pasión colectiva de los 112.5 millones de empobrecidos por una depredación del tamaño de la de Montiel, los hijos Montiel, la madrastra Montiel, Fox, Marta y sus raterazos?

Pero, mis valedores,  no ir a  caer en la autoflagelaciòn; mejor atenerse a los conceptos de un par de sabios. Don Juan, mi padre, el primero:

“No me almiro de esos bandidos. Me almiro de ustedes, por agachones”. Y Sor Juana: “Queredlos cual los hacéis – o hacedlos cual los queréis”.

En fin, que cada pueblo tiene el Judas que se merece; nosotros  no merecemos a un Izcariote de 30 monedas, sino al de las 30 que quepan en la fortuna de los Salinas y demás rapaces y  predadores. ¡Y pensar que el Judas tricolor puede volver  a Los Pinos! (Mèxico.)

Y lo mataron…

Emmanuel D´Herrera, mis valedores. ¿Les dice algo ese nombre? El pasado 11 de abril se cumplió el primer año de su fallecimiento (su asesinato) en el penal Neza-Bordo, víctima de la  “justicia” que se aplica en este país. D´Herrera.

Como si lo estuviera viendo. Alto, delgado, pulcro y de fina estampa física, periódicamente me iba a visitar a mi oficina de Radio Universidad y me hablaba de proyectos sociales para lograr un cambio político que beneficiara a las masas sociales. Yo, desconfiado y suspicaz, le encontraba inexistentes indicios de ser agente de la CIA o algo por el estilo. Le externaba mi desconfianza, y él sonreía. Cuándo iba a entrever al personaje de temple roqueño, inquebrantable en sus principios, lealtades y convicciones, que no se detuvo hasta dejar su existencia en una celda carcelaria. D´Herrera.

Muchos años más tarde una mañana  se me iba a presentar en Radio UNAM un hombre de aspecto enteco y  envejecido, de pupilas lumbrosas mientras me exponía el proyecto de su vida:  evitar que la transnacional  Wal-Mart edificara una sucursal en terrenos aledaños a la Ciudad de los Dioses, Teotihuacán. ¿Este era Emmanuel D´Herrera? Qué metamorfosis. Me pidió leer su demanda en nuestro espacio comunitario de Domingo 6, encargo que cumplí durante meses, hasta juzgar  que sus mensajes llegaban a la reiteración. Hice mal. Más tarde publiqué un par de artículos acerca del daño que la edificación de Wal-Mart causaría al patrimonio histórico de la humanidad.

D´Herrera. Hace ocho días se cumplió un año de su fallecimiento, y recibo un recordatorio por parte de un cierto “Comité por la Liberación de Emmanuel D´Herrera, con el recordatorio del asesinato, que en esencia eso fue, por parte de la “justicia” que se imparte en este país. Leo, del mensaje:

Emmanuel D´Herrera: una sólida formación intelectual, en donde destacan sus estudios en Economía Internacional realizados en Paris, Francia; su capacidad poliglota, puesto que dominaba perfectamente los idiomas francés, inglés e italiano; su amplia carrera desempeñando funciones diplomáticas, comerciales y empresariales en Francia, España, Portugal, Bélgica, EEUU., Colombia y Venezuela.

Su muerte simboliza la instalación de un cada vez más notorio estado de excepción en México, donde el estado de derecho se convierte en un simulacro para justificar la flagrante violación de los derechos humanos y constitucionales de los luchadores sociales en nuestro país.  Acusado de cargos falsos, por su oposición a la construcción de una tienda de la trasnacional Wal-Mart en dicha zona arqueológica, fue detenido violentamente, secuestrado y torturado por la policía, encarcelado por casi un año estando gravemente enfermo de diabetes e hipertensión. Durante ese periodo experimentó un terrible deterioro de su salud hasta que finalmente murió de un derrame cerebral. Su muerte en la cárcel no fue un fenómeno natural, fue un homicidio generado por represión política. Lo que hoy no debe olvidarse es que Wal-Mart ha contribuido al establecimiento del estado de excepción en México y, tristemente, al homicidio de un hombre íntegro.

Emmanuel De Herrera Arizcorreta, hombre comprometido con sus convicciones, debe ser recordado con todo el respeto que se merece. Después de una flagrante violación a sus derechos humanos estuvo injustamente preso en el penal de Neza-Bordo acusado de cargos absolutamente falsos: “portación de artefacto explosivo de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea”.

Emmanuel D´Herrera. (Sigo mañana.)

¿Un pacto de solidaridad?

María de los Angeles, hechura política del “compatriota” Salinas, que así le pagó un  señalado favor, según juran las lenguas de doble filo. Y es que fue el Dr. Manuel Moreno, padre de la susodicha, quien se atrevió a extender en calidad de “muerte accidental” el acta de defunción de aquella niña Manuela, 12 años apenas  y ya trabajadora doméstica al servicio de la familia Salinas Lozano, que fue “fusilada” por los hermanos Raúl y Carlos, por aquel entonces menores de edad.  ¿Infancia es destino? En fin. Esta  Moreno, que ha ocupado curules y escaños,  se prepara una vez más, aunque todavía a lo disimulado, para alcanzar la jefatura de esta ciudad capital. La Moreno.

Pues sí,  pero no,  que la de los Angeles  pretende volar mucho más alto de lo que le dan sus faldas, y hoy no se advierte un Dédalo que con cera de los pinos le pegue unas alas de cartón con qué suceder en el cargo al sucesor de López Obrador. María de los Angeles.

Aduladora por vocación y estrategia, ella a su hora quemó copal en el altar del santo Salinas. Pero no únicamente al del robo de media deuda secreta, según lo afirmó en su momento Miguel de la Madrid. También, desde 1988, la Moreno rindió su labia ante ese mismo que después de su acusación pegó el reculón, un  De la Madrid que al rematar su sexenio, y en la vorágine de la globalidad intentaba también rematar el país. La de los Angeles, desde la Subsecretaría de Programación y Presupuesto, siempre a la sombra de su inventor, intentó colorear el gris rata del primer mediocre de las cejas alacranadas que fingió gobernar el país, y a loas y odas (no odas, Moreno) intentó justificar la gestión presidencial del desabrido:

“El Presidente Miguel de la Madrid no está frustrado ni defraudado por que algunas metas no se hayan podido cumplir. No puede haber frustración porque muchos de los planteamientos iniciales se han superado, aunque en algunos otros las metas quedaron por debajo. Pero esto es algo que ocurre en cualquier sistema social vivo. Sí, es como el futbol americano: si tenemos 10 yardas por avanzar y lo logramos, luego tenemos que avanzar más, ¿no?

Claro, aún existe una deuda social con las mayorías, que implica desigualdades entre grupos sociales, regiones y sectores que no tienen las mismas posibilidades. Yo, por ejemplo, he podido alimentarme, estudiar y viajar, tener un empleo a un nivel adecuado y todo un conjunto de prestaciones que han hecho de mi vida más que aceptable. No como algunos campesinos que difícilmente han salido de su localidad, y que están en un nivel de subsistencia…

“¿El subempleo?”, siguió la Moreno. “Ese se da por diversos motivos: tiempo de trabajo, bajos ingresos o por realizar una actividad diferente para la cual se estudió. Si el ingreso en más bajo que el salario mínimo se estima que en México  hay subempleo, pero una de las principales características del Presidente De la Madrid ha sido su consistencia y veracidad. Desde un principio habló de una crisis muy severa y de la necesidad de afrontarla todos aun con un enorme sacrificio, aunque a muchos no les gustara. Así,  ha actuado con  realismo al señalar que habrá metas que no se podrán alcanzar. Pero el esfuerzo y el empeño que se han puesto en esta administración son ejemplares, y por eso la firme voluntad de seguir adelante con el Pacto de Solidaridad Económica, que es un ejemplo de concertación, aunque algunos quiera desviarlo”.

Ese pacto atroz, horroroso. Ah, la Moreno. (Ah, México.)

María de los Angeles, hechura política del “compatriota” Salinas, que así le pagó un  señalado favor, según juran las lenguas de doble filo. Y es que fue el Dr. Manuel Moreno, padre de la susodicha, quien se atrevió a extender en calidad de “muerte accidental” el acta de defunción de aquella niña Manuela, 12 años apenas  y ya trabajadora doméstica al servicio de la familia Salinas Lozano, que fue “fusilada” por los hermanos Raúl y Carlos, por aquel entonces menores de edad.  ¿Infancia es destino? En fin. Esta  Moreno, que ha ocupado curules y escaños,  se prepara una vez más, aunque todavía a lo disimulado, para alcanzar la jefatura de esta ciudad capital. La Moreno.

Pues sí,  pero no,  que la de los Angeles  pretende volar mucho más alto de lo que le dan sus faldas, y hoy no se advierte un Dédalo que con cera de los pinos le pegue unas alas de cartón con qué suceder en el cargo al sucesor de López Obrador. María de los Angeles.

Aduladora por vocación y estrategia, ella a su hora quemó copal en el altar del santo Salinas. Pero no únicamente al del robo de media deuda secreta, según lo afirmó en su momento Miguel de la Madrid. También, desde 1988, la Moreno rindió su labia ante ese mismo que después de su acusación pegó el reculón, un  De la Madrid que al rematar su sexenio, y en la vorágine de la globalidad intentaba también rematar el país. La de los Angeles, desde la Subsecretaría de Programación y Presupuesto, siempre a la sombra de su inventor, intentó colorear el gris rata del primer mediocre de las cejas alacranadas que fingió gobernar el país, y a loas y odas (no odas, Moreno) intentó justificar la gestión presidencial del desabrido:

“El Presidente Miguel de la Madrid no está frustrado ni defraudado por que algunas metas no se hayan podido cumplir. No puede haber frustración porque muchos de los planteamientos iniciales se han superado, aunque en algunos otros las metas quedaron por debajo. Pero esto es algo que ocurre en cualquier sistema social vivo. Sí, es como el futbol americano: si tenemos 10 yardas por avanzar y lo logramos, luego tenemos que avanzar más, ¿no?

Claro, aún existe una deuda social con las mayorías, que implica desigualdades entre grupos sociales, regiones y sectores que no tienen las mismas posibilidades. Yo, por ejemplo, he podido alimentarme, estudiar y viajar, tener un empleo a un nivel adecuado y todo un conjunto de prestaciones que han hecho de mi vida más que aceptable. No como algunos campesinos que difícilmente han salido de su localidad, y que están en un nivel de subsistencia…

“¿El subempleo?”, siguió la Moreno. “Ese se da por diversos motivos: tiempo de trabajo, bajos ingresos o por realizar una actividad diferente para la cual se estudió. Si el ingreso en más bajo que el salario mínimo se estima que en México  hay subempleo, pero una de las principales características del Presidente De la Madrid ha sido su consistencia y veracidad. Desde un principio habló de una crisis muy severa y de la necesidad de afrontarla todos aun con un enorme sacrificio, aunque a muchos no les gustara. Así,  ha actuado con  realismo al señalar que habrá metas que no se podrán alcanzar. Pero el esfuerzo y el empeño que se han puesto en esta administración son ejemplares, y por eso la firme voluntad de seguir adelante con el Pacto de Solidaridad Económica, que es un ejemplo de concertación, aunque algunos quiera desviarlo”.

Ese pacto atroz, horroroso. Ah, la Moreno. (Ah, México.)

Goliat Eruviel

Y se llegó la fecha de la contienda.  Fresco amaneció Goliat, hombre de guerra, como fresco amaneció el día en aquella explanada orillera del desierto. Del caserío, a lo lejos, el vientecillo acarreaba toques marciales, cajas de guerra,  rumor de  muchedumbres que se acercan, expectación. Hoy es el día. Hoy se jugará la suerte de dos tribus enemigas, y todo depende de él, de Goliat, hombre de guerra…

Confiado, sereno. Para el guerrero terminaron los días de tensión y esas noches que pasó en un dormitar miserable, del que a sacudidas lo desenterraban aquellas visiones donde se veía a sí mismo roto y caído, desmadejado y a merced de un enemigo todavía incógnito. ¿Quién sería él? A tantos rudos de talante fiero  observaba en la tribu enemiga. ¿A cuál de los tales en duelo a muerte tendría que enfrentar? Esta incertidumbre, las pesadillas y el amargor en la boca por tragos no de mosto sino de bilis.  Goliat Eruviel…

Pero la angustia quedó atrás; terminó por los buenos oficios de sus espías que día con día, infiltrados en las líneas enemigas, esforzábanse por descubrir la identidad del guerrero que se le iba a enfrentar. ¿Ese héroe curtido a contiendas, aquel gigantón, el de las correosas carnes, ducho en la lidia cuerpo a cuerpo? ¿Qué arma mortífera tendría qué confrontar? Y esa tensión,  el insomnio, el ahogo. Por momentos olvidaba resollar…

La noche de anoche, de la que hoy  se ríe con desdén, resultó la peor de las noches: al peso de las sombras se soñó decapitado por el rival incógnito. Lo zarandeó el ahogo y se alzó, jadeante y empapado en sudor, y a tarascadas buscaba el aire con qué revivir los pulmones. Mi enemigo, mañana, ¿quién irá a ser? El alba, allá afuera, hacía amagos de clarear. Eruviel, hombre de guerra…

El tal abandonó el lecho y trepó al montículo. A la lechosa claridad de la luna contempló la explanada donde se decidiría la suerte de dos tribus enemigas. Trémulo contempló el claro en la zona musgosa donde él (los de su tribu, detrás, expectantes), confrontaría  al enemigo. Y tal flaqueza del ánimo, que le retiraba el apetito de vivir. En figones, prostíbulos y tabernas lo extrañaban. Goliat.

Amaneció en el campamento. La hora sonó.  Los combatientes y sus tribus, en un ambiente electrificado, aguardan la señal. Ahora, sereno ya, despectivo, el gigantón mide con la vista al enemigo que tiene enfrente, que lo ve con tranquilo mirar. Y qué enemigo, dioses…

De no creerlo. ¿En qué estarían pensando los estrategas enemigos? Le enfrentan (¡a él, león guerrero!) no a un soldado de combate, no al veterano de mil contiendas, no a un general de su ejército, sino (de no creerse, dioses) ¡a un simple pastor de ovejas! A semejante Encinas de esmirriada catadura y tan corto de alzada, que no acaba de embarnecer. ¡Y sin armadura ni almete, ni escudo ni arma ninguna, que no sea el pecho al aire, la barba cana al frente ¡y una honda en la diestra! Dioses…

Goliat, en cambio: altísimo, formidable, corpachón forrado de acero y  el arma ofensiva dispuesta. Véanlo mirar al antagonista no con temor, no con precaución, ni siquiera con odio: con desdén. ¿Y ese redrojillo fue el que en mi mal sueño me revolcó en el polvo frente a mi tienda para terminar trozándome el cuello? Y luego crean en los sueños, espejismos de la tenebra. “Revolcar a Luis Felipe era  PAN comido; a este redrojillo Encinas, más fácil aún”.

¿Lo que más tarde ocurrió? La respuesta,  después del próximo tres de julio. (Se reciben apuestas.)

AMLO, suertudo

Suerte la del tabasqueño, mis valedores. Años y sexenios ha caminado el pantanoso terreno de la politiquería, y al parecer ni se ha encenagado ni sufrido ningún resbalón. Su fama pública, intacta; su poder de convocatoria, cabal; su arrastre entre las masas sociales, acrecentada. AMLO ha resistido medidas ilegales e ilegítimas, desde calumnias y desafueros hasta campañas de prensa erizadas de vituperios y el apodo de “Peje” con el que no logran rebajar  ante las masas la imagen del “peligro para México”. El tal, hoy día, tan campante. ¿Por qué?

¿Será porque a diferencia de los pragmático-utilitaristas, cuyo espejo distorsionado son los H. Alvarez, Fernández de Cevallos, Gustavo Madero y los talamanteros Chuchos de una Nueva Izquierda alquilona y migajera, el tabasqueño se mantiene fiel y leal a principios, a valores y convicciones?

Pero a ver, un momento: su imagen aún incontaminada la debe no sólo a sus propios méritos, sino también a maniobras que hasta el primer domingo de julio del 2006 instrumentaron la Casa Blanca, Marta y su segundo marido, treinta mega-ricos cimarrones, el alto clero político, los medios de condicionamiento de masas y tantos intelectuales orgánicos que, entre todos, lograron su propósito de descarrilarlo y que no llegase a  Los Pinos. A todos ellos le debe su flamante figura política, ya que de no ser por ellos López Obrador mal-viviría encuevado en Los Pinos odiado por unos y por los más,  despreciado.

Escalofriante, ­porque a estas horas sería el individuo más aborrecido de unas masas sociales lastimadas porque el miserable las habría engañado al incumplir la diarrea de promesas que barbotó en su campaña, y con toda razón, porque apenas acomodadas sus reales en el sillón de Los Pinos, su novatez como responsable del gabinete económico provocase una severa crisis económica y un deterioro creciente en el nivel de vida de las clases medias y populares. Tal vez.

Se entendería, entonces, que López Obrador no pudiese sacar de su bunker la punta del pie sin que se activase el hormiguero de guardias presidenciales,  tropas de asalto  y un equipo de logística que tuviese que aislar las 30 colonias circundantes, un francotirador en cada ventana, en cada azotea y en cada tinaco. Escalofriante, sí, porque por un inútil afán de legitimarse ya cargaría en su conciencia cosa de 40 mil cadáveres y una multiplicada cifra de viudas y huérfanos y multitud de dolientes.

¿Podría dormir? A Macbeth solo una víctima le espantó el sueño. ¿Qué  de somníferos y antidepresivos tendría que tragar y chupar López Obrador para lograr el sueño, así fuese crispado de pesadillas ensangrentadas?

De haber llegado a Los Pinos, ¿cuántas veces hubiese cambiado un mediocre por otro en su gabinete presidencial? ¿Su irrefrenable rijosidad de hombre inseguro e inestable emocional cuántos frentes de conflicto hubiese abierto en la claque política? ¿A los gobiernos de cuántos países habría confrontado?

¿AMLO, un presidente íntegro, responsable y patriota, que salvaguardase la soberanía del país, o al contrario: ya embrocada en el pecho la banda presidencial, como primera medida de gobierno  (“Borrachito me voy – hasta la capital – pa servir al…” Canten ustedes el resto.) se  hubiese ido a cuadrar ante Obama?

¿Con López Obrador en Los Pinos y por culpa del vacío de poder que generase su gobierno ya medio país se regiría por las leyes no escritas que impone el narcotráfico?

AMLO suertudo, flamante su fama pública dondequiera que él ande a estas horas. (Seguiré el lunes.)

La náusea

Colosio, mis valedores. La escandalera expiró, pero el daño ahí queda: a calles, bulevares y avenidas, auditorios y centros deportivos les enjaretaron su nombre, y aun su cara de galán de barriada se congeló en bronces y mármoles. Pero no, para quien conozca su carrera política tal exceso fue inmerecido. La calentura cedió, por fortuna; de los tiempos esperpénticos sólo quedó la basurilla y el humazo de copal.

“El nombre del mártir en calles y plazas”. “Del pueblo a Luis Donaldo, héroe y mártir de la democracia”. “Acuden a visitar la tumba y la escultura donde reposan sus cuerpos. El héroe está con su brazo izquierdo apoyando a Diana Laura, lo que significa, la mano suave con la que trataría los problemas políticos, a la población humilde y a los indígenas. En tanto, el brazo derecho lo mantiene en alto, con la mano empuñada que demuestra la fuerza y la energía que, claro,  usaría para los problemas difíciles del país”.

Diana Laura no pudo resistir la ausencia de su amado y en la mañana del 18 de noviembre terminó de cansarse (¡!); hasta ahí, las noches eternas y de soledad, no resistió más la ausencia del compañero y extendió los brazos para que la recibiera”. Cursilería galopante:

Colosio era una luz en las tinieblas, un camino en la encrucijada, un ser superior que como Cristo, fue sacrificado por los rencorosos, los envidiosos, los que percibieron que era un hombre que haría un gobierno de equidad y justicia, y su interés mayor sería para los pobres. De honradez acrisolada, que prevalecería su espíritu democrático. Nuestro México querido y los pueblos de la Tierra de ese llamado Tercer Mundo, ya tienen en su calendario cívico y social otro héroe civil de leyenda e historia. Los mexicanos y extranjeros, mujeres y hombres, jóvenes y viejos, niños y niñas, hablarán en el México de hoy y del futuro, de un… ¡hombre, hombre! ¡Del niño que fue merecedor de ser premiado y traído al DF. ¿para qué? ¡Para que el señor presidente don Adolfo López Mateos  lo saludara, lo felicitara y lo premiara por haber sido alumno ejemplar y aplicado en la escuela de su querida tierra..! El no ha muerto, de sus cenizas brotarán las ideas nobles, el pensamiento creativo, la acción fecunda, el amor a México. Luis Donaldo, recordado como el provinciano que voló hacia su terruño… ¡nomás para darles a saber a sus amados padres que era candidato a la presidencia de la República!”

Del matutino: “El nudo en la garganta se rompió y las lágrimas rodaron hasta caer en ese que ahora cobija a Luis Donaldo. Un árbol de la esperanza. Un ahuehuete de 44 años de vida, la misma edad que él tenía. Las balas no pueden asesinar al pensamiento, las balas no pueden masacrar la inteligencia, las balas no pueden detener la sed de libertad!”

¿Odas? No odas,  Beatriz Paredes: “Donaldo – No nos absuelvas – tú, el generoso, el de la sonrisa franca y los – ojos niños, de tan sinceros – no nos absuelvas – El sencillo, esforzado, pertinaz – no nos absuelvas – el leal, el demócrata, el honrado, -no nos absuelvas, – no nos absuelvas, no nos absuelvas, Donaldo, – prívanos del descanso, del buen – dormir, que nos lleve tu osadía.

 ‘Reconozco que la modernización – económica – sólo cobra verdadero sentido cuando – se – traduce en mayor bienestar para las familias – mexicanas, y que – para que sea perdurable – debe acompañarse – con el fortalecimiento de – nuestra democracia´,

 Que nos convoque tu audacia – No nos absuelvas  – Que sólo encontremos la expiación – cuando germinen tus ideales”.

(Agh.)

El rito vacío

La anual, banal ceremonia con la que un discurso oficial desganado conmemora la nacionalización petrolera, que hoy cumple 75 años de una accidentada historia que es flor y espejo de la del propio país, con sus luchas y logros, tropiezos y claudicaciones; una paraestatal que soporta el lastre de un sindicato corrompido y unos funcionarios entreguistas que la han tasajeado según exigencias  del exterior. Aquí, en un aniversario más de la riqueza petrolera “propiedad exclusiva de los mexicanos”, va un esbozo de su trayectoria desde que un estadista nacionalizó el energético hasta los tiempos de Fox y del Verbo Encarnado:

J. Torres: “Los petroleros son la aristocracia obrera, con beneficios únicos que abarcan sustanciosos salarios y créditos, becas, servicio médico, vacaciones, vivienda, etc”.

El matutino: “PEMEX, campeón mundial en empleo y último en ingresos. Con sus 138 mil 701 trabajadores, la paraestatal mexicana se ubica en primer lugar de una lista que incluye empresas de EU, el Reino Unido, España, Venezuela y Brasil. A la hora del rendimiento, con sus 284.1 miles de dólares anuales por trabajador, se ubica al final de la tabla, muy lejos de la cifra récord que en productividad registra Exxon Mobil, de EU: 1,956.9 dólares”.

Para el Ing. Saade Atille PEMEX es prototipo de corruptelas. Chiapas,  Tabasco, Campeche, Poza Rica, etc”. Mis valedores: desde Merino y Vivanco hasta  Aldana y Romero Deschamps, ¿habrán variado sus condiciones originales? Clamaba el priista M. Osorio Marbán:

“¡Es el más honesto de todo el país! No es un sindicato blanco. Es revolucionario. Los ataques provienen de los enemigos de la Revolución”.

¿El sindicato ha cambiado desde 1978, cuando el Arq. Mario Basañez abocetó su retrato? “Como la mayoría de los sindicatos del país, el de PEMEX favorece los intereses de la empresa, desarrollando un sindicalismo revisionista y mediatizado, en el que es cotidiano el tráfico de los contratos y las plantas de trabajo y el control del obrero mediante la cooperativa de consumo que funciona como una verdadera tienda de raya”.

El Memorándum Brzezinski, 1978: “Debemos incluir las conversaciones sobre gas y petróleo de México dentro de una amplia agenda de cuestiones bilaterales. La clave son los energéticos. Los mexicanos nos han dejado la puerta abierta. Toca a nosotros decidir si ya es tiempo de entrar, o cuándo”. Y años después: “G.W. Bush podría ofrecer a México fondos para convertir PEMEX en la mejor empresa petrolera del mundo. Si Bush padre proporcionó una ayuda similar a Salinas, el apoyo ahora tendría más razón: Bush hijo y el presidente actual quieren integrar un acuerdo energético norteamericano. Necesitamos más energía. Así de simple”.

E. Zedillo, en 1996: “La privatización que promovemos en ferrocarriles, telecomunicaciones, terminales portuarias, aeroportuarias, gas natural y petroquímica secundaria, marchan de acuerdo con los tiempos previstos y en forma exitosa”.

M. Basáñez: “Debido a sus recursos económicos ha permitido a sus líderes, en contubernio con los altos funcionarios de PEMEX, enriquecerse a costa del trabajador”. Y el líder petrolero Romero Deschamps:

– ¡Gracias en nombre de México, Pres. Zedillo, por su lección de democracia, por el ejemplo de patriotismo y por esta muestra de sensibilidad al sentir del pueblo de México, por escuchar los argumentos y darnos su respaldo! ¡Gracias a su patriotismo, su democracia y su sensibilidad, el petróleo y sus derivados están a salvo de la privatización!

México. (PEMEX.)

Jauría del Verbo Encarnado

Huatulco, Oax. “El director de Recursos Humanos del Ayuntamiento de Santa María Huetulco, Enrique Hernández, emitió una circular interna (‘código de vestimenta’, la denominó) para prohibir a las trabajadoras el uso de minifalda, pantalones ajustados y escotes, al igual que ‘sombras’ en el rostro y afeites exagerados”. Las secretarias deberán atender al público con ropa formal tipo sastre”. Mis valedores…

Semejante edicto se publicó la semana anterior con la anuencia de Lorenzo Lavariega, el edil, pero pudiese haber calzado la firma de un Fray Antonio de Escaray en el año de gracia de 1691, cuando moralina y buenas conciencias de la comunidad virreinal aludieron a las malas costumbres y la forma impúdica y descarada con la que damas y caballeros de la alta sociedad se exhibían en los sitios públicos portando vestimenta procaz e indecorosa que despertaba, que exacerbaba los instintos libidinosos. Clamaba en su prédica y lanzaba anatemas un Fray Antonio de Escaray escandalizado y aspaventero:

“¡Qué más incentivo a la lujuria que ver a las mujeres con una zaya toda abierta por delante, para que por la abertura se vea la otra zaya, o a los hombres con unos calzones tan ajustados, que en la misma estrechez manifiestan la forma del muslo, y algo más que por la decencia conviene callar!”

De esto que, en el colmo del escándalo y la indignación, publicó en la ciudad de Querétaro el referido Fray Antonio de Ezcaray, han transcurrido ya tres siglos y un par de décadas, pero texto, escándalo e indignación de las buenas conciencias pudiesen fecharse el día de hoy, y no sólo en Huatulco sino en todo el territorio tricolor, coto privado de la beatería del Verbo Encarnado. Es México. Y si no, vayan tomando nota…

En Querétaro también, pero trescientos veinte años más tarde, se manifiesta el criterio que priva en los gobiernos panistas del resto del país: “Se procura que la mujer se vista de manera apropiada y no con inmoral minifalda. En la Universidad, a los alumnos queremos formarlos y decirles cómo deben vestirse”.

En Monterrey, indignados vecinos protestaron porque algunos “panorámicos” anunciaban sostenes. La productora tuvo que “vestir” el torso de la modelo, y la autoridad fue obligada por los vecinos a retirar los anuncios en los que se promovía el uso del preservativo para evitar el VIH/Sida”.

En 1691, Fray Antonio de Ezcaray: “Qué más incentivo a la lujuria que ver a una mujer agarrotada por la cintura y tan pomposa de lo restante que con la zaya que traen puesta pudieran vestirse cuatros pobres doncellas. Qué más culpables que ponerse un manto, tan transparente, tan pernicioso, que descubre a la mujer de pies a cabeza, añadiendo a este manto una red infernal de puntas, para que por ellas les vean el pelo rizado, las rosas, el chiqueador, la toca, un diluvio de cintas, botones y otras superficialidades…”

Tres siglos y años más tarde, en Villahermosa, Tab., el  ayuntamiento de Centro emite el Bando de Policía y Buen Gobierno, uno de cuyos artículos lo estipulaba: “Habrá sanciones para los ciudadanos que anden desnudos dentro de sus casas y será sancionada la exhibición pública de figuras que sean obscenas o atenten contra la moral y las buenas costumbres”. Esto, en una ciudad donde proliferan las esculturas que recrean, desnuda, la figura humana.

Mérida, 2005. “Las instalaciones de la Unidad de Atención Psicológica, Sexual y Reproductiva, fueron apedreadas… (¿Por quién o quienes? Sigo mañana.)

¿Peor que el alcohol?

Entre la vida y la muerte después de destrozar su auto por evadir un retén del alcoholímetro

Leí la noticia, mis valedores, y recordé la benemérita labor de Carlo Coccioli, a varios años de su viaje definitivo. Aquí, de su libro Hombres en fuga:

¡Ayúdeme! Si usted no me ayuda moralmente… tres días, tres noches… No logro dejar… ayúdeme…

“Es una equivocación, pensé; no conocía aquella voz. Luego he oído mi nombre bien pronunciado. He dicho: Soy yo”.

Soy Carlo Coccioli, pudo haber contestado a la urgida voz del  anónimo desesperado, desgajado por el licor y a punto del derrumbe final que, desde el teléfono público, imploraba el auxilio del novelista que había logrado sobrevivir al licor. En páginas estrujantes de la obra documental titulada Hombres en fuga lo asienta el valedor lo mismo de dipsómanos que  de animalillos en desamparo:

“Eran las ocho de la noche. Toda la tarde había llovido, esta estación de las grandes lluvias es interminablemente tétrica”. Y que al otro lado de la líneas, la anónima voz:

– Ahora estoy lúcido, es decir, casi lúcido: ¿cuánto durará? Puedo beber hasta quince días, hasta morir…

– ¿De dónde está telefoneando? ¡Contésteme!

“Un silencio. Después: que estaba en el centro”.

– Escúcheme con atención. ¿Lograría llegar al Cine Las Américas?

Arreglada quedó la cita. Que él era humilde y muy mal vestido.   Que al verlo, Coccioli se espantaría. “Nada me espanta. Nada”. Ni la voz del alcohólico desahuciado, ni la de tantos redrojillos humanos que gracias a la humana calidad de Coccioli, supieron de la resurrección de la carne hasta entonces  ahogada en licor.

– No resisto el dolor; quiero dejar la botella…

Y al grupo de Alcohólicos Anónimos, milagro del humano valimiento, hasta donde Coccioli, suave y sin turbulencias, los conducía:

“Aquí, en Alcohólicos Anónimos, nos quitan la botella, pero a cambio mucho nos dan. Lo que nos quitan (nos quitamos) nos lo devuelven con usura. El enfermo alcohólico que intente eliminar la botella sin recurrir al grupo no sólo es muy probable que no lo logre, sino que también aumenta sus penas. Aquí, nosotros, vivimos con alegría”.

Bendito sea Dios, que da la alegría. El canto de Coccioli tiene, para mí, resonancias bíblicas: “¡Cuán terrible es el grupo, cuán majestuoso, apoyado así sobre lágrimas y sangre, cuán bello, y cuán rebosante de amor, rebosante de amor ¡Cuán bello es el grupo, cuán lleno, lleno, lleno de Dios! Bendito sea Dios que ha creado A.A., el grupo”. Mis valedores…

Yo, por traer ante ustedes, a varios años de su ausencia definitiva, la memoria de Coccioli, pude haber espigado en alguno de los 32 libros que nos legó el novelista italiano avecindado en México, desde  ese Fabricio Lupo que hace medio siglo fue piedra de escándalo porque el novelista sacaba del “closet” el amor que por aquel entonces no se atrevía a decir su nombre. O de Cuauhtémoc, obra ya cercana a nosotros, o alguno de sus artículos periodísticos en donde reiteraba su decidida pasión por la defensa de la vida en su mínima expresión para los insensibles: la de  los perracos, que hasta allá abarcaban su humana calidad y su valimiento humano, pero preferí traer a ustedes el sub-mundo reflejado en Hombres en fuga, obra testimonial por la que siento un reconocimiento particular porque a cuántos habrá auxiliado a salir del licor, esos que en la botella habían requemado vida, destino, futuro, familia, autoestima, dignidad, todo. Por eso y más recuerdo hoy a Coccioli. (Benemérito, sin más.)

Onanista (mental)

Merienda de anoche. Invitación del maestro. En el aparato, Mozart. Ahí, de repente, don Tintoreto: “¿Quién creen que regresa?  Madrazo, qué les parece. Lo acaban de descubrir en el reciente aquelarre de Peña Nieto y en las cercanías de la sede del PRI. No es por echarles a perder el tamal, pero tengo la horrible corazonada de que Madrazo vuelve al partido, y el Tricolor a Los Pinos”.

Silencio. Estupor.  Palideció Mozart. Desentonó.

– Y no sólo va a regresar. Para mí que el próximo presidente del país es uno que come a mi mesa,  la remachó el maestro.

¿Que qué? Me atraganté, y ahí la copia esperpéntica de La última cena: “¿Seré yo, maestro”, la Jana Chantal, travesti, y sonreía. “¿O soy yo?” El Síquiri fingía seriedad. “¿Yo? Como que lo dudo” –el Cosilión.

– Ninguno de ustedes –la jovencísima setentona de las zarcas pupilas, compañera del maestro, plantó en la mesa la segunda montaña de oaxaqueños-. “El agraciado es uno que mete su mano en mi plato y come de él”.

– ¡Ah, hingáu! Y que saca la mano y se da el sacón ¿quién creen ustedes?, mi primo el Jerásimo, licenciado del Revolucionario Ins.

– Usted, licenciado. Regresa el PRI, según todos los indicios, y quién mejor que usted mismo  para cruzarse al pecho la tricolor.

Vi a mi primo enrojecer de vanidad; se sonrojó desde los cachetes hasta el propio tamal (oaxaqueño), sonrió blandamente, humilló los párpados y falsa modestia: “Ay, maestro, eso se lo dirá usted a todos”.

– En serio lo afirmo. Si en el sistema político existe congruencia usted tendrá tantas posibilidades como López Obrador. ¿Qué cualidades tiene tabasqueño que no tenga el hijo predilecto de Las Guilotas, Zac.? ¡Señor licenciado Jerásimo, presidente de México!”

-Ay, maestro  -esponjado de vanidad.

– Porque el campanazo de la historia…

El campanazo del celular. Llamada del partido. En posición de firmes, mi consnguíneo:  “Sí, licenciado Madrazo. Cómo no, licenciado Madrazo. Usted ordena, licenciado Madrazo. Como madrazo voy para allá, licenciado”.

Como madrazo se esfumó por esa puerta. Yo, escamado:

– Caray, maestro, ¿no pecó usted de excesivo? ¿Cómo va a ser candidato a Los Pinos un mediocre cuyo logro más significativo es haber llegado a jefe de manzana, y suplente?

-Ningún excesivo. Si eso que apodan política fue capaz de encaramar al actual  en Los Pinos,  ¿no puede provocar una machincuepa que dé con el primo de usted en los mismísimos Pinos? Después del actual, cualquiera. El Jerásimo, por qué no. ¿Zafio, estúpido, mediocre, vulgar? De acuerdo, ¿pero una sociedad como la nuestra puede parir un estadista del tamaño de Juárez y Cárdenas? (La maestra Agueda más tamales). “Puro mediocre de la alzada del Nopalito Ortiz Rubio al nopalito actual. Y nosotros, pasivos y dependientes. Pobre México.”

Discretamente tomé otros seis oaxaqueños para redondear la docena. El estómago, a reventar, y del tamal, al catre. Y ocurrió, mis valedores…

Esa noche soñé un sueño color de rosa donde miré a mi primo allá, en mero arriba, todo gloria y esplendor, y  a la vera de su trono yo mismo,  que me administraba una paraestatal, 6 fideicomisos y la concesión de la droga en el cártel de Neza. En sueños contemplé al rey, que me señaló con el suyo erecto, el índice: “Es el orgullo de mi nepotismo”.

Vínoseme aquella excitación.  Tensáronseme los nervios, el tamal se me frunció (el oaxaqueño). ¿Yo, manos libres?  ¡Guáu!, ladré, gringo de segunda,  y el ladrido me despertó a la crudísima realidad, al torzón, al  vientre hecho garras, ardoroso el tamal. (Macabro.)

¡Reelección de Salinas!

Los migajeros, mis valedores. Los colaboracionistas. A la compraventa de conciencias en las arenas movedizas de la política me referí ayer aquí mismo y traje a cuento la actuación de  los viejos dirigentes del Comunista Mexicano, logreros algunos de ellos que hoy  se agazapan bajo el logotipo del Sol Azteca, desde donde provocan la derrota de ese partido para con ello medrar a escala personal.  Esos, confabulados con antiguos administradores del negocio familiar de Talamantes conocido como  Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, son los protagonistas del movimiento del 68 cooptados por Echeverría para que a lo largo de la guerra de baja intensidad de los años 70 le hicieran el trabajo sucio. Es la historia.

Son ellos los Chuchos  dialoguistas y gradualistas de Nueva Izquierda, profesionales de la derrota con que se posicionan como colaboracionistas del Sistema de poder del que forman parte. Apenas ayer tenían de interlocutor en Gobernación a Fernando Gómez Mont. ¿Reciben hoy instrucciones de Francisco Blake Mora, el sucesor en el Palacio de Cobián? Aquí, anunciada en el matutino, la empresa con la que los cupulares del Ferrocarril planeaban hace unas décadas su nuevo negocio:

México. Están dadas las condiciones para la reelección, asegura el PFCRN.

En la edición del matutino correspondiente al 26 de agosto de 1992 aparece la foto de tres dirigentes del Ferrocarril  de marras: Tomás Correa de este lado, Héctor Delgado del otro, y en el centro: típico: de lentes,  bigotazos, chamarra negra y corbata a rayas, el declarante: Jorge Amador Amador, secretario general del PFCRN. “Están dadas las condiciones  para la reelección”, el principio de sus declaraciones.

Era el sexenio de Carlos Salinas y México estaba en plena etapa de Solidaridad y liberalismo social. Fiel a su querencia, el Ferrocarril de Talamantes clamaba para hacerse oír del “compatriota”:

“La no reelección no es un dogma. Se puede discutir cuando haya consenso para hacer las modificaciones de nuestra Carta Magna”.

Esto, para reforzar las declaraciones de un Jesús González, presidente de la Confederación Nacional de la Pequeña Propiedad (CNPP), quien afirmó, con esa sintaxis: sería muy sano la reelección en el país”.

Los partidos PAN, PARM y PPS aseguran que no cederán ante el intento del PFCRN de modificar la Constitución para permitir la reelección de Salinas. Al respecto Jesús Ortega, coordinador del área electoral del CEN del PRD, hace constar que “hay muchos gobernadores, como Francisco Ruiz, que también están promoviendo la reelección”. En tanto un Jorge Amador, secretario general del Ferrocarril reiteró que “la  no reelección no es un dogma, se puede discutir cuando haya consenso para hacer las modificaciones de nuestra Carta Magna que propicien la reelección del Sr. Presidente Salinas de Gortari.

En conferencia de prensa en la que estuvo acompañado por Tomás Correa y Héctor Delgado, dirigentes del multicitado  Ferrocarril, el talamantero subrayó que “los tiempos están convocando a que se reinicie un proceso histórico para mejorar las condiciones políticas del país y entrar a una fase de modernización y reestructuración”.

Por su parte, el dirigente perredista Ramón Sosa Montes (aún no daba en la coquetería de machihembrar sus dos apellidos) advirtió que el tema de la reelección es muy delicado, porque sería traicionar los principios que intentaron dar libertad y justicia al país, aunque… (Sigo después.)

Pantano de Chuchos

¿Qué tanto hace el coordinador de los senadores del PRD, Carlos Navarrete, en la Sec. de Gobernación? Ya  parece su segunda casa…

Es la ironía del matutino frente a los Chuchos de Nueva Izquierda, colaboracionistas del Sistema de poder. Y cómo pudiera ser de otro modo, sí ese mercado de compra-venta y alquiler de conciencias viene desde los años 70, cuando Echeverría cooptó a tales mercachifles para con ellos desmantelar desde dentro al Comunista Mexicano, con los últimos restos de las verdaderas izquierdas de nuestro país. Hoy la maniobra se repite con el maiceo de dirigentes de la falsa izquierda atejonados dentro de la mafia apodada Nueva Izquierda, como continuación de la guerra sucia de principios de los 70s. que se trama  frente a nuestros ojos por más que nosotros (carencia de cultura política) le damos muy poca importancia, si no es que nos pasa inadvertida, sin más. La historia:

Una vez perpetrada la masacre del 2 de octubre del 68 el entonces presidente Echeverría se propuso ocultar ante los ojos de las masas sociales todos los logros alcanzados por la vertiente popular-estudiantil del 68. Para lograr sus propósitos inició la maniobra de borrar, diluir o distorsionar de la conciencia colectiva la memoria histórica y al propio tiempo desmantelar las fuerzas de oposición. Pero ocurría que ni el gobierno ni el PRI, tenían la más mínima credibilidad ante las masas sociales. Echeverría, entonces, acudió a dirigentes del Comunista Mexicano como Heberto Castillo,  Arturo Martínez Nateras, Arnoldo Martínez Verdugo, Gilberto Rincón Gallardo y demás dirigentes del movimiento confinados en cárceles del país, todos con un enorme ascendiente sobre las masas sociales.  Echeverría, por medio de enlaces diversos les ofreció plata o plomo, y ante tal disyuntiva los dirigentes honestos fueron destruidos: muerte, prisión, desaparición, pero muchos más se dejaron cooptar por LEA, que a la promesa gubernamental de la “apertura democrática”, agregó a los flamantes colaboracionistas a intelectuales como Fernando Benítez, Carlos Fuentes, Octavio Paz,  y tantos otros intelectuales orgánicos.

Algunos de Nueva Izquierda, como  el Chucho Ortega, proceden del Partido Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, el desacreditadísimo  Ferrocarril, cuyo dirigente, Aguilar Talamantes,  queda en la historia de la picaresca política como el estereotipo del pragmático-utilitarista que desde el partido vende o alquila sus servicios al mejor postor. La historia se muerde la cola:

Eso que ocurre hoy  en el PRD ya se prefiguraba en la Convención Nacionalfrancesa de 1892 como resultado de la revolución de 1789. El grupo más reducido fue el de los jacobinos, radicales encabezados por Robespierre, que desde la izquierda en los asientos  del Congreso intentaban hacer realidad los postulados revolucionarios; más del doble de delegados pertenecía a la corriente de los girondinos, tibios e instalados en el centro del espectro político (los estudiosos lo afirman: en la política el centro es imposible porque se está con las masas o con el explotador), en tanto que más allá de convicciones personales o los principios estipulados en su declaración de principios y programas de acción, una mayoría de delegados conocidos como La llanura o El pantano se añadían al partido más fuerte en la coyuntura política. Mis valedores: ¿identifican a los radicales, a los girondinos y al “pantano” dentro del PRD? Por cuanto a los talamanteros frente al gobierno de Carlos Salinas… (Eso, mañana.)

Redrojos históricos

La Confederación de Trabajadores de México, mis valedores,  cuyo aniversario No. 74 se cumplió el pasado jueves.  Leo, de su Declaración de Principios y tácticas de lucha:

“El proletariado de México luchará fundamentalmente por la total abolición del régimen capitalista. Contra fascismo e imperialismo  luchará con todas sus fuerzas. También por obtener el pleno goce del derecho de huelga, de asociación sindical, de reunión y manifestación pública y el de propaganda escrita y verbal”.

De tales conceptos se ufanaba la CTM. ¿Y..?   Hoy, en sus 74 años de existencia, ese organismo corporativo de control obrero que en tiempos del PRI-Gobierno determinaba los rumbos políticos del país  degeneró en cascajo histórico y basura apilada en el desván de la Historia. Y no más.

Ayer fue su mandón un tal Fidel Velázquez, lechero que a semejanza de Zeus a su padre Saturno-Urano, destronó y destruyó a Lombardo Toledano, su progenitor; no al modo mítico de cortarle los genitales, empresa imposible porque Lombardo mostró, con sus hechos, no poseerlos. No capándolo, pues, sino derribándolo del pedestal de control obrero para encaramarse el propio Fidel como líder perpetuo de la difunta (o casi) confederación hoy en manos del anciano (de espíritu, sobre todo) Joaquín Gamboa, depredador de los dineros públicos que convierte en oro mal habido todo lo que ha manoseado.

“Pobres obreros”, oigo al compadecido,  y  escucho la frase síntesis de mi padre Juan:

“No me “almiro” de los líderes, mi hijo, que son unos cuantos. Me “almiro” de los obreros, esa patética mayoría silenciosa que aporta su cuota para que los pastores del rebaño sigan enriqueciéndose”.

Yo esta vez, a modo de “homenaje” a la central obrera, recuerdo las estatuas que un Sistema cómplice ha erigido en honor del lechero. Con el pretexto del aniversario de la central “obrera” recuerdo cuando el recién muerto Fidel era “eternizado” en bronces que hoy se oxidan de incuria, abandono, olvido definitivo. Ante alguna de las múltiples estatuas del líder, aquí  las  imaginaras y variopintas expresiones de quien camina frente a la mole disforme y se detiene a reflexionar:

El político muy a la vieja escuela del mentado Revolucionario Ins hoy en agencias de recuperar Los Pinos:

– Regia ubicación para revivir la esforzada tradición del acarreo de rancheros y cetemistas. Ya imagino mi foto con el monigote al fondo, y en derredor las viejas, me refiero a aquellas viejas multitudes que, delirantes y matraqueras, se congregaban a la advocación de procampos y pronasoles, qué tiempos. Pero un Madrazo a tiempo y por Dios que volvemos.

El escultor.- “Ahora, a esperar más pedidos de políticos lambiscones. Que écheme una de Presidente con Coca-Cola, que fórjese una pedestre para ese al que siempre agarran pedestre,   que una ecuestre para nuestro gallo copetón. Yo,  a sacar la tripa gorda, me refiero a la del mal año, del pésimo sexenio”.

El de los arreglos florales.- “Ahora sí, a vender hartas coronas fúnebres para los consabidos mitotes políticos del Revolucionario Ins”.
El historiador.- “Podrían haberme consultado, caracso. Una cosa es el barroco tropical y otra, muy otra, la verdad histórica. Con legajos les demuestro que una estatua de Fidel tiene que ir en una postura así,  como culimpinándose ante el…en fin”.

El critico de arte: – “Me van a oír, y seré implacable. Claro que me van a oír. Semejante atentado contra la estética no puede quedar impune. Qué es eso de mezclar… (La mezcla, mañana.)

Azules y tricolores

El mundillo oficial, mis valedores, acaba de simular a lo desganado  la conmemoración del aniversario No. 190 del nacimiento de la bandera nacional, efeméride que se cumplió el día de ayer. Ello me da pie para aludir a la abusiva manipulación que de los símbolos patrios han hecho el PRI y Acción Nacional. A principios del sexenio foxista se encrespó el PRI:

¿Por qué cambió Fox nuestro escudo nacional? ¿Por qué tratar de utilizar los símbolos patrios como propaganda política? No convencen las explicaciones de Marta Sahagún: que el águila está en posición de ir hacia delante. ¿Cómo puede ir, si no tiene alas?

Y en diciembre del 2000:

“La fracción del PRI en la Cámara de diputados presentó un punto de acuerdo para que ese órgano legislativo exhorte a Gobernación para que disponga que todas las dependencias del Ejecutivo Federal utilicen legal y correctamente los símbolos patrios”.

La respuesta del PAN: que el Senado prohibiese al PRI el uso de los tres colores. “¡Eso nunca!”, clamó un Lanz Cárdenas. “¡La propuesta no tiene por qué ser aprobada por el Senado, ni siquiera por el Congreso. Es un asunto interno del PRI!  La propuesta tiene un  fondo electorero”.

La “exhortación” para que los priístas  liberaran los colores patrios vino de Ernesto Rufo cuando gobernador.  Fulgurante la respuesta: “Para el Frente Juvenil Revolucionario del PRI, la propuesta es una tontería. Debe ser rechazada. Cada partido tiene derecho a utilizar los colores con los que se identifica. El PAN utiliza el azul y blanco porque se identifica con la bandera gringa. El PRI ha utilizado siempre los colores nacionales ¡porque se  identifica con México!”

El PRD, años después: “Impugnaremos ante la autoridad electoral la utilización de los colores de la bandera nacional en el escudo del PRI. Millones de mexicanos son del mismo sentir. Todos utilizamos los colores patrios, o ninguno”.

Cuando priísta, Campa Cifrián: “Nada obliga al PRI a cambiar los colores de su logotipo. Le dan la identidad  y es un derecho que tiene desde su creación. Los priístas no pierden el tiempo en criticar los colores azul y blanco del PAN, y el amarillo del PRD. ¿O sí?”

Mientras, “ONGs. piden que el Congreso prohíba  a cualquier partido utilizar los colores nacionales para manipular al electorado y hacerle creer que ellos son México y que México es de ellos”.

Esteban Moctezuma: “Ese debate quedó atrás. Hoy lo revive la oposición con fines electorales y nada más”.

 

 

López Obrador: “El PRI no debe utilizar los símbolos patrios. El Himno Nacional y la Bandera pertenecen a los mexicanos; son símbolos de los mexicanos, no sólo de un partido, y México no es el PRI ni el PRI es México”.

Le contestó Arturo Núñez, ayer tricolor y hoy lópezobradorista: “A los colores patrios tenemos un derecho histórico. Con ese tema recurrente y obsesivo pretende la oposición justificar sus derrotas electorales: que pierde porque el PRI tiene esos colores en su emblema. El  PRI hará valer su mayoría para defender sus colores patrios. El intentar quitárselos es una actitud hostil que atenta contra el ambiente de civilidad necesario para el perfeccionamiento de la vida democrática. ¡Nosotros iniciaremos una cruzada en defensa de la identidad de nuestro partido!”

“¿Que qué?”, el vocero del PRI.  “¿Despojarnos de nuestros colores? Esa es una cortina de humo de la oposición, que considera a la ciudadanía tonta o tarada que no sabe por quién votar y dice: Voy a votar por la bandera. ¡Eso es ingenuo!”

(México.)