El rito vacío

La anual, banal ceremonia con la que un discurso oficial desganado conmemora la nacionalización petrolera, que hoy cumple 75 años de una accidentada historia que es flor y espejo de la del propio país, con sus luchas y logros, tropiezos y claudicaciones; una paraestatal que soporta el lastre de un sindicato corrompido y unos funcionarios entreguistas que la han tasajeado según exigencias  del exterior. Aquí, en un aniversario más de la riqueza petrolera “propiedad exclusiva de los mexicanos”, va un esbozo de su trayectoria desde que un estadista nacionalizó el energético hasta los tiempos de Fox y del Verbo Encarnado:

J. Torres: “Los petroleros son la aristocracia obrera, con beneficios únicos que abarcan sustanciosos salarios y créditos, becas, servicio médico, vacaciones, vivienda, etc”.

El matutino: “PEMEX, campeón mundial en empleo y último en ingresos. Con sus 138 mil 701 trabajadores, la paraestatal mexicana se ubica en primer lugar de una lista que incluye empresas de EU, el Reino Unido, España, Venezuela y Brasil. A la hora del rendimiento, con sus 284.1 miles de dólares anuales por trabajador, se ubica al final de la tabla, muy lejos de la cifra récord que en productividad registra Exxon Mobil, de EU: 1,956.9 dólares”.

Para el Ing. Saade Atille PEMEX es prototipo de corruptelas. Chiapas,  Tabasco, Campeche, Poza Rica, etc”. Mis valedores: desde Merino y Vivanco hasta  Aldana y Romero Deschamps, ¿habrán variado sus condiciones originales? Clamaba el priista M. Osorio Marbán:

“¡Es el más honesto de todo el país! No es un sindicato blanco. Es revolucionario. Los ataques provienen de los enemigos de la Revolución”.

¿El sindicato ha cambiado desde 1978, cuando el Arq. Mario Basañez abocetó su retrato? “Como la mayoría de los sindicatos del país, el de PEMEX favorece los intereses de la empresa, desarrollando un sindicalismo revisionista y mediatizado, en el que es cotidiano el tráfico de los contratos y las plantas de trabajo y el control del obrero mediante la cooperativa de consumo que funciona como una verdadera tienda de raya”.

El Memorándum Brzezinski, 1978: “Debemos incluir las conversaciones sobre gas y petróleo de México dentro de una amplia agenda de cuestiones bilaterales. La clave son los energéticos. Los mexicanos nos han dejado la puerta abierta. Toca a nosotros decidir si ya es tiempo de entrar, o cuándo”. Y años después: “G.W. Bush podría ofrecer a México fondos para convertir PEMEX en la mejor empresa petrolera del mundo. Si Bush padre proporcionó una ayuda similar a Salinas, el apoyo ahora tendría más razón: Bush hijo y el presidente actual quieren integrar un acuerdo energético norteamericano. Necesitamos más energía. Así de simple”.

E. Zedillo, en 1996: “La privatización que promovemos en ferrocarriles, telecomunicaciones, terminales portuarias, aeroportuarias, gas natural y petroquímica secundaria, marchan de acuerdo con los tiempos previstos y en forma exitosa”.

M. Basáñez: “Debido a sus recursos económicos ha permitido a sus líderes, en contubernio con los altos funcionarios de PEMEX, enriquecerse a costa del trabajador”. Y el líder petrolero Romero Deschamps:

– ¡Gracias en nombre de México, Pres. Zedillo, por su lección de democracia, por el ejemplo de patriotismo y por esta muestra de sensibilidad al sentir del pueblo de México, por escuchar los argumentos y darnos su respaldo! ¡Gracias a su patriotismo, su democracia y su sensibilidad, el petróleo y sus derivados están a salvo de la privatización!

México. (PEMEX.)

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