Hasta agotar existencias

Calderón fue apegado a la ortodoxia neoliberal (…) Hizo un esfuerzo por seguir avanzando en la privatización. Liquidó a Luz y Fuerza del Centro, pero cuando intentó avanzar en la privatización de Pemex se topó con la oposición de la izquierda (L. Meyer, 9-VIII-12.)

Y la fabulilla de mi invención. Media tarde. Por la calleja se acerca el Ungido, paz en el rostro y en las sandalias el polvo de los caminos. Ahí despidió a sus apóstoles, les daba su bendición y así les decía:

– A mis criaturas prediquen la viva palabra de Dios. Aquel que busca a mi Padre habrá de repartir sus bienes entre los pobres para luego seguirme.

Que ustedes son la sal de la tierra, y que…

Ya cae la tarde cuando los discípulos se dispersan por los caminos y las  veredas. Solo y su alma,  Jesús el Cristo siguió su andar hasta que allá, en la distancia, se columbraron las techumbres de Jerusalén y la silueta del templo de Salomón. En la hornaza del crepúsculo se incineraba el sol mientras que el romero alcanzaba las goteras de Jerusalén y por esa calleja se acercaba al templo. Y fue entonces:

De súbito El Nazareno  se da el encontronazo con la arribazón de los mercachifles. Una turba de griegos, romanos, fenicios y bárbaros se afana en desmantelar el templo de Salomón. Gentualla innoble del trato, de mano en mano se van pasando cálices, paños y candelabros que tasan en tejos, talegos y monedas exóticas como la algarabía de su lenguaje, local y extranjero. El espectáculo del toma y daca crispó al Nazareno. Su pecho conoció la iracundia:

– ¿Y esa depredación? ¿Y esos mercachifles? ¡Los sacerdotes del templo metidos a traficantes!

Prendió del manto al que se afanaba con su cargamento de cofres y candelabros, el cual: «¿Y este loco de dónde salió, por qué jalonea?»

Resopla bajo su carga de paños, que aun algunos va arrastrando por el suelo. Jesús:

– ¡Mi casa es casa de oración, y ustedes la han convertido en cueva de mercachifles! .

– ¿Bueno, y tú por qué nos interpelas? Para todos hay, cálmate.

Otro más, con su carga de vasos y cálices: «No le hagas caso, Habacuc, ha de ser uno de esos santones que se creen iluminados».

– Cálmate. Allá adentro queda mucha mercancía, pero tienes que pagarla al chaparrito aquel, mira.

Y señalaba al hombrecillo jetón, peloncillo, ceja arriscada. Jesús abre su boca:  “¡Judas, tú cerrando trato con el publicano!”

– Maestro, ¿tú aquí? Pero no, cuál publicano. Japonés, y en euros. Me acaba de mercar oro, incienso y mirra.

– Ya miro;  tu comercio es repugnante.

– Dije mirra, y además candelabros, lámparas, gobelinos. Barata de quemazón. Hasta agotar existencias. Aquel gringo me acaba de comprar Luz y Fuerza del Centro y me dio un adelanto por PEMEX, Mexicana de Aviación y algunas otras cosillas.

– Te envié a predicar la virtud y hacer el bien a mis criaturas.

– ¿Y no es lo que estoy haciendo? ¿No les estoy agenciando un montón de divisas? Firmado, mira.

– ¡Una hipoteca! ¡Hipotecaste el templo de Salomón! ¡Vendepatrias, ¿qué es lo que llevas ahí, bajo el manto?

– Artesanía popular. Tengo al cliente esperando.

– ¡El Tabernáculo del templo!

El Primogénito de los Muertos se volvió a los muertos que iban pasando, abrió los brazos y clamó a toda voz: «¿Deténganse, miren el templo! ¡Estos Judas les saquean sus riquezas! ¡Atiendan,  escúchenme! ¿No les importa que una mafia  de Judas les hurte su patrimonio?”

¿A ellos, Jesús? ¿Acaso no los conoces? ¿Aún no conoces a todos los hijos de toda tu santa madre, la de Guadalupe? (¡Dios!)

Decepcionó Felipe Calderón

Su gestión en materia de derechos humanos es decepcionante. En su gobierno continúan detenciones arbitrarias, tortura, uso excesivo de la fuerza, violaciones  y procedimientos judiciales sin garantía. La impunidad es el componente más arraigados en los casos de abuso…

Tremenda la acusación de Amnistía Internacional, y eso que desconoce tal vez el tamaño de la corrupción de que cada día son víctimas los trabajadores del comercio sexual, ellas y ellos. Siete son los pilares que mantienen el lenocinio en México, estipulan en un documento. Revelé a ustedes el contenido del primero de ellos. Aquí el Segundo pilar:

Se les obliga a participar en programas sociales para reinstalarlos en la sociedad. Un ejemplo paradigmático fue el programa de “desarrollo social” que se opero desde el Centro Comunitario Abelardo Rodríguez en el DF, donde por no  asistir se pagaban cuotas para que las representantes les pasaran lista de asistencia y donde, para asistir, también se pagaban derechos, al margen del mismo programa original.

Y que en este segundo pilar del lenocinio se ubica la obligatoriedad de realizarse periódicamente exámenes de salud, a pesar de las convenciones internacionales que los prohíben, y que tienen el carácter de ley suprema de la nación, pese a las disposiciones de la Ley General de Salud, la Ley Federal contra la Discriminación, la Norma Oficial Mexicana y las Recomendaciones de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos en México.

En ocasiones el servicio es gratuito, aclaran; en otras más tiene el mismo costo que para las demás personas, y algunas más representan un costo excesivo. Los legisladores o los funcionarios encargados de establecer las políticas públicas ven a la trabajadora sexual como el vector que transmite enfermedades, generalmente sin evidencia científica. “A la madrota, al encargado, al propietario del lugar donde se ocupan las personas dedicadas al sexo comercial se les utiliza como intermediarios para “recabar” la documentación que pruebe la participación del o la trabajadora en programas de salud que las autoridades delegacionales, municipales y estatales, pretenden convertir por la vía de los hechos en sistemas discriminatorios de control sanitario”.

Tercer pilar: la credencialización (fea palabreja) de las y los trabajadores sexuales, que se tomó como un documento que autorizaba el ejercicio del comercio sexual. Quienes resultaban positivos al VIH-SIDA o a otras ITS, pasaban “a un engranaje clandestino de prostitución, donde la extorsión y la violencia eran de mayor envergadura. Hay lugares como León, Gto., donde se cobran cuotas para el resello periódico, y  otras en donde la cuota no ingresa a la Tesorería”.

Cuarto pilar: el empadronamiento para crear un censo, padrón o listado, sin fundamento jurídico alguno. Hoy se exigen fotocopias de credencial de elector, carnet de citas y resultados de los exámenes de detección a que se haya sometido la trabajadora sexual, utilizando la mediación de “madrotas”, representantes o propietarios de hoteles, pero esto no con la finalidad de “regular” la oferta sexual, sino de establecer cuántas trabajadoras hay para calcular el dinero que se les va a cobrar por permitirles trabajar. Comercio sexual en el DF. Y la denuncia:

“La decisión de retirarse o no del trabajo sexual sólo deber ser incumbencia de la persona involucrada, sin mediar presiones de tipo alguno, y menos aún de funcionarios públicos”.

(Sigo después.)