“No nos asustan los muertos”

La memoria histórica, mis valedores, que no se nos vaya a morir. Hoy, después de la sangre que se acaba de derramar en la Autopista del Sol, en Guerrero, traigo al recuerdo la masacre del Vado Aguas Blancas, Mpio. de Coyuca de Benítez, Gro., donde en junio de 1995 la Policía Motorizada destazó  las carnes de hasta  17 militantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur, a la que diezmaron a fuego, sangre y dolor en un tiradero de cadáveres y heridos que aventó al duelo a deudos, viudas y huérfanos. Presente en la carnicería, aquel a modo de representante oficioso del gobierno de Rubén Figueroa Alcocer, un Sotomayor Espino, Rodolfo, sub-procurador del Estado.

Secretario general de gobierno era J. Rubén Robles Catalán, y Antonio Alcocer Salazar el Procurador de Justicia estatal. Hoy día, a 26 años justos de los asesinados en la Autopista del Sol (no justos; injustísimos, por la impunidad de que disfrutan los presuntos responsables del sembradío de cadáveres), todos los nombrados andan en completa libertad. Como para apuntalar una memoria que en el paisanaje es tan sutil, tan efímera y vulnerable, aquí algunos datos de lo que una vez rematada la labor de los matanceros ha ocurrido a nivel de justicia.

Días después de la matanza lo declararía el dicho sub-procurador:

– Si yo acudí a Aguas Bancas fue por órdenes del ahora ex procurador Antonio Alcocer Salazar. El que protegió al ex-gobernador Figueroa para que no fuera procesado como responsable de la matanza fue el propio “Sistema”.

Ante la acusación de su subalterno,  se defendió en 1997 Alcocer Salazar:

– Yo rechazo cualquier responsabilidad penal en la matanza de Aguas Blancas, ni tengo idea de cómo pueda ir el caso. Yo estoy alejado del asunto, no tengo ni la menor idea. Yo ahora soy comisionado del PRI en Chilapa.

Y lo que va de ayer a hoy: en noviembre de 1995 y a nombre de algún organismo defensor de derechos humanos se encrespaba una Mariclaire Acosta  que años después, desde su oficina del gobierno foxista, se nos tornaría mansa, muda e impávida, hasta que el que la encaramó la dejó caer:

– ¡Figueroa es un asesino! El compadrazgo entre él y Zedillo es un obstáculo para la aclaración y castigo de todos los hechos violentos registrado en Guerrero. A mí me parecería muy lamentable que un Presidente de la República apoyara a un asesino como Rubén Figueroa, y esto sólo porque es su compadre.

Todavía hoy, para defensores de los derechos humanos de aquí y el exterior, “lo sucedido en el Vado Aguas Blancas no es un hecho aislado. Desde que el compadre de Ernesto Zedillo, asumió la gubernatura (1º. de abril de 1993), han sido asesinados 70 miembros del partido del Sol Azteca  y 21 integrantes de la Org. Campesina de la Sierra del Sur. Handesaparecido decenas de opositores y tan sólo en uno de los municipios, el de Atoyac de Alvarez, se han registrado más de cien  asesinatos y 23 secuestros en 22 meses”. Detrás de las cifras del oficio de tinieblas,  la absoluta impunidad, la desidia del paisanaje,  el olvido y la paz. La de los 17 sepulcros. Y después de la sangre, la abyección:

Nov.,1995. Fidel Velázquez se entrevistó con Rubén Figueroa:

– ¡Usted, señor gobernador, sabe que a nosotros los cetemistas no nos asustan los muertos! ¡Ojalá que los demás gobernadores hicieran lo mismo que hizo usted, caiga quien caiga!

México, 28 de junio de 1995. Vado Aguas Blancas, ¿ya lo olvidamos? ¿Y Acteal, y El Charco, y El Bosque, preludios de la sangre en la Autopista del Sol?  Es México. (Este país.)

“El gobernador me ordenó limpiar”

Y la carretera está limpia”. Tal es la explicación que ofrece a los “medios” el Gral. Ramón M. Arriola Ibarra, que el pasado lunes ordenó disparar contra los estudiantes que bloqueaban la Autopista del Sol, dejando dos de ellos tendidos en sendos  charcos de sangre. La Historia, mis valedores, cansada de crear, se repite. Ayer, Aguas Blancas; hoy, Autopista del Sol.  El asesinato de hoy es tema recurrente en los “medios”. La matanza de 17 campesinos de la Sierra norte del Sur en  junio de 1995 parece haberse olvidado. Aquí, porque no se nos muera la memoria histórica, lo que expresé apenas perpetrada la masacre de campesinos:

De los autores intelectuales de la masacre del dos de octubre de 1968, uno de ellos acaba  de sentir todo el peso de la justicia, y esto a tan sólo 38 años de distancia del reguero de cadáveres desparramados en Tlatelolco. Por sentencia del juez respectivo, Luis Echeverría ya sufre arresto domiciliario. Es válido suponer, mis valedores, que a Rubén Figueroa Alcocer,  ex gobernador de Guerrero y autor intelectual de la masacre de Aguas Blancas, Gro., perpetrada el 28 de junio de 1995, la justicia lo va a castigar, con arresto domiciliario, en el año 2033. Es México. Y para recordar la matanza de Aguas Blancas:

Fue en marzo de 1996, cuando el entonces secretario general de la ONU, Boutros Ghali, visitaba nuestro país. En nombre de las viudas y demás familiares de los campesinos asesinados en Aguas Blancas, Paulina Galeana Baltasar entregó una carta al de la ONU para solicitar su intervención ante el entonces  presidente  Zedillo con el propósito “de encontrar una solución y hacer justicia” ante la matanza del 28 de junio de 1995. Ghali  escuchó a la viuda y no hizo comentario alguno al respecto. Hoy hace ya años y días de que  el Vado Aguas Blancas, de Coyuca de Benítez, se engrifó de cadáveres masacrados; una masacre, la de Guerrero, que presagiaba la de Acteal, El Charco y El Bosque, los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez y tantos crímenes más, todos todavía impunes. Mis valedores:

Por que la memoria no se nos muera y por que sepamos a qué atenernos en relación al esclarecimiento de los tantos crímenes que por ahí deambulan clamando justicia: el entonces Zedillo prometió hacer pronta y expedita justicia. Sobre la testa de los asesinos iba a caer todo el peso de la ley y todo el rigor de la justicia. Once años pasaron, llegó Fox, ¿y? Lo publicó en su momento el periodista Carlos Ramírez:

El día de su destape, Ernesto Zedillo acudió a una fastuosa residencia y fue recibido por el propietario: el gobernador guerrerense Rubén Figueroa Alcocer, su compadre.

No mucho tiempo después iba a suceder que Anacleto Ahuehueteco, Simpliciano Martínez, Clímaco Martínez y una docena más de paisanos, militantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur, iban a ser minuciosamente masacrados a mansalva por las balas de una Policía Motorizada que (órdenes superiores) les disparó a discreción. Detrás, se asegura, estaba un personaje para tantos guerrerenses siniestro, hijo siniestro del siniestro de todo Guerrero: Rubén Figueroa Figueroa, el Figueroa Alcocer compadre del dicho Zedillo. De espectador, con las balas del gobierno sembrando el almácigo de muertos, Rodolfo Sotomayor Espino, sub-procurador de Justicia de Guerrero.  Hoy, intocable e intocado, el compadre al que señalan como autor intelectual de la masacre sigue, en libertad, administrando sus negocios con PEMEX. (Sigo después.)

 

Imaginen su estatua

El arte estatuario, mis valedores. En la tertulia de anoche aludí a Fidias y Praxiteles. El Síquiri:  

– No de  esos, sino de Edwin Barrera es la estatua de tres metros y medio de alto y tonelada y medio de peso, que en Tulancingo le levantaron a uno que sí la merece:  El Santo, Enmascarado de Plata.

Pepe Alameda, dije yo. “¿Recuerdan ustedes al atildado  aquel, vanidoso insufrible,  que reseñaba corridas de toros? Ese hoy perfectamente difunto declaró en El Heraldo, otro cadáver: A la espalda del busto que me colocaron en la entrada de sombrea de la plaza de León alguien descubrió que había unas letras grabadas. No en el pedestal, sino en el rostro de mi efigie. Es que el artista Peraza había grabado un soneto mío, colocando además al pie un facsímil de mi firma, que tomó sin duda de la que le había dado para la placa que está en la puerta principal de la plaza México”.  “¿Qué les parece el tamaño no de la estatua, sino de la modestia del tal don Pepe?”

Difuntos y estatuas.  El Heraldo. “Junto a las del Ayatollah, Pedro Infante y Ronald Reagan (¡uf!) se instaló la estatua de Manolo Fábregas, quien declara: Me doy cuenta del cálido recibimiento que le han dado a mi estatua”.

México: “Estatuas en homenaje a los deportistas del IMSS Carlos Girón y Tibio Muñoz”. “Fernando Valenzuela, en estatua de cera, estará junto a Cantinflas”. “Pronto terminarán los bustos de los Hnos. Pedro y Ricardo Rodríguez”.

Nueva Delhi. “Una estatua de Pelé adorna las calles de Durgapur”. Aquí, en  esta capital, el entonces merolicronista gritón  Angel Fernández exigía la erección de diversas estatuas de futbolistas mexicanos que participaron en el torneo mundial futbolero México 70.  ¿Alguno  de ustedes sabe  o siquiera recuerda quiénes fueron Valdivia, Cuéllar, Fragoso?

Santa Ana, California. “Fue inaugurada una estatua de John Wayne, como aparecía en las películas de vaqueros”. Boston, Mass. “Apareció la estatua para la cual posé Bette Davis, hace 50 años, ¡en traje de rana!” (Textual.)

La abyección a escala política. “Almacenes Nacionales de Depósito impuso el nombre de Díaz Ordaz a su sistema mecanizado. López Portillo descubrió la estatua de Díaz Ordaz”. “El Director general de ANDSA, Miguel Osorio, develó un busto del Pres. López Portillo e impuso el nombre del mandatario a los almacenes”.

Para bajarle los humos a Pepe Alameda y demás pepes: “En EU erigen la estatua del Pájaro Loco y celebran el Día del Osito de Peluche.”

Boca del Río: “El PAN levantó una estatua a Vicente Fox, que los veracruzanos se apresuraron a derribar. Los panistas, luego de remendarle los estropicios, la volvieron a su pedestal”.

Y que La Maconda, panista, abre la boca: “Pues yo no descansaré hasta no ver en plazas públicas, auditorios y bulevares, la estatua del mejor estadista que ha tenido México en toda su historia:  nuestro Calderón”.

Silencio, estupor. Luego, chunga, chacota y fingida seriedad, los contertulios: “¿Y la estatua del estadista cómo la va a querer, señora? ¿Ecuestre, pedestre, con él disfrazado de militar?” Se llegó a un acuerdo; que sea en su versión de beato del Verbo Encarnado: aureola, sotana, pecho y faldón tachonados de  exvotos y milagritos de plata: corazoncitos rotos, brazos sangrantes, piernas resquebrajadas, cabecitas sin cuerpo, cuerpecitos descuartizados, puro “daño colateral”. “¿Así quiere la estatua de su Calderón,  señora?”

Por cuanto a ustedes, mis valedores,  ¿cómo imaginan el bronce o el cobre de  ese señor?   (Agh.)

Hijos de fruta

 un saludo a toda la bola de pendejos, que forman parte de la prole y solo critican a quien envidian!… Twitteer for Black Berry@ – 05/12/11 Retwiteado por Pau Pena

Y que “La hija de Enrique Peña Nieto, Paulina, retuitó (sic) improperios contra los críticos de su papá (…) Las críticas fueron porque Peña confundió al autor de La silla del águila, Carlos Fuentes, con Enrique Krauze”. Y que después de una hora, “la cuenta de Paulina y su novio fueron canceladas”. (Resic.)

La parentela de los políticos, mis valedores, esos parientes  que cargan sobre los lomos un apellido ilustre que los  abruma, que los aplasta y que tantas veces termina por arruinarles la vida. Todo ello porque el famoso y su prole llegan al éxito, al poder y a la riqueza, sin el soporte de los valores morales. Tienen, pero no son. Llegan a tener sin antes experimentar el proceso de ser. Lujos, derroches, compras en escaparates del extranjero y viajes en helicópteros oficiales para que Paulina sea transportada los escasos kilómetros que separan Toluca de Metepec, donde toma sus clases de yoga, gimnasio, modelaje o algo por el estilo. Esos todo lo  tienen, pero nada son.  He ahí el problema, que dijo aquél. Indecoroso.

A propósito un Peña culturalmente vacío y una Paulina  caprichosa y malcriada que escupe desprecio a “la prole”van aquí reportajes diversos que dieron cuenta a su hora de dichos y acciones de algunos políticos y su parentela. Lo afirmó hace algún tiempo Guadalupe Díaz Borja, hija de alguno de los que cayeron al desván de la Historia con las manos chorreantes de sangre:

“Yo puedo caminar por la calle con la cara alta. Puedo presentarme en los sitios públicos sin que me den la espalda los que fueron mis amigos. Yo y todos los Díaz Borja estamos libres de muchas cosas. ¿Y qué ocurre con los otros?”

Chihuahua. Chih. “La Comisión de Solidaridad y Defensa de los Derechos Humanos pide formalmente al cabildo de esta ciudad cambiar el nombre del bulevar Gustavo Díaz Ordaz porque durante su gobierno se perpetró la matanza del Dos de Octubre. La petición es para honrar la memoria de los cientos de jóvenes, niños y ciudadanos que murieron el mencionado Dos de Octubre”.

Años más tarde, el entonces presidente José López Portillo  sería objeto de culto por parte de periodistas como un tal Montenegro, que así lo ensalzó en el matutino: “Usted, señor licenciado don José López Portillo, significa la tradición de lucha actuante. Usted, señor Presidente, va a conducir la nave de México a puerto seguro, metáfora que recuerda seguramente la reencarnación de Quetzalcóatl…”

La esposa de Quetzalcóatl, Carmen Romano, habló en junio de 1998: “El gobierno del presidente Carlos Salinas de Gortari está resultando de veras estupendo. Mucho se asemejan este sexenio y el anterior. Sí existen muchos puntos de comparación entre ambos, pero lo más importante es que éste sí cuenta con la confianza del pueblo de México. Yo, por mi parte, como esposa del  presidente López Portillo ya hice  todas las actividades culturales y sociales que tenía que hacer”.

Condenó una omisión: que no se haya dado seguimiento a sus programas especiales para la niñez. “Eso le tocaba ya desde hace seis años a Paloma Cordero, pero por lo visto la esposa de Miguel de la Madrid nomás no hizo nada. Y si los programas no se continúan, si no se les da seguimiento, pues se vienen abajo, ¿no”.

Y que vestida con elegancia… (Eso, y de libros que estaba escribiendo, después.)

Vecinos distantes

Esta vez, mis valedores,  la recién conformada  Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELC, que integran 33 estados ¡sin Canadá y los Estados Unidos! Y por que no se nos muera la memoria histórica va aquí una somera recopilación de opiniones aparecidas en diarios de EU después que nos arrebatara medio país.

“La situación actual de México sólo  promete la anarquía. Se desliza al precipicio  con tal rapidez que es imposible detenerla, y sus autoridades parecen determinadas a completar su ruina. No habrá gobierno estable en México hasta que EU se decida e imponga uno. La salvación del vecino sólo se logrará con una  intervención decisiva, poderosa, armada.

La dificultad es que los mexicanos no entienden el espíritu de bondad que inspira a nuestro gobierno. Han adquirido nociones exageradas sobre la inviolabilidad de su soberanía, pero eso a los EEUU no los preocupa en lo más mínimo.

La anexión de México es una posibilidad brillante. Mejor sería que México viniera hacia nosotros voluntariamente, pero como no hemos de gozar de paz mientras no venga esa anexión, hagámosla nosotros, aunque al principio sea por la fuerza. México pronto aprenderá  a amar a su salvador.

Le corregía el diario de enfrente: “No anexión. Absorción. Absorción, más bien que anexión. La Historia nos da lecciones que permiten esperar confiadamente ese resultado: no anexión de México, sino absorción. Esa es la palabra.

Absorción. Dio con la fórmula  R. Lansing, que fuera Sec. de Estado del presidente de EU. W. Wilson, invasor de Veracruz: “México es un país extraordinariamente fácil de dominar. Basta con controlar a un solo hombre, el presidente. Tenemos que abandonar la idea de poner en la presidencia mexicana a un ciudadano americano, ya que eso llevaría otra vez a la guerra. La solución necesita de más tiempo: debemos abrirle a los jóvenes mexicanos ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hacer el esfuerzo por educarlos en el modo de vida americano, en nuestros valores y en el respeto del liderazgo de Estados Unidos. México necesitará administradores competentes. Con el tiempo, esos jóvenes llegarán a ocupar cargos importantes y eventualmente se adueñarán de la presidencia. Sin necesidad de que Estados Unidos gaste un centavo o dispare un tiro, harán lo que queramos. Y lo harán mejor y más radicalmente que nosotros” (Calderón.)

“¡Cuidado!”, nos previene Martí, el genio americano. “Ni pueblos ni hombres respetan a quien no se hace respetar. Cuando se vive cerca de un pueblo que por tradición nos desdeña y codicia (…)  es deber continuo y de necesidad urgente erguirse cada vez que haya justicia u ocasión, a fin de mover a respeto a los que no podemos evitar. Ellos, celosos de su libertad, nos despreciarían si no nos mostrásemos celosos de la nuestra. Ellos, que nos creen inermes, deben vernos a toda hora prontos y viriles. Hombres y pueblos van por este mundo hincando el dedo en la carne ajena, a ver si es blanda o si resiste. Y hay que poner la carne dura, de modo que eche fuera los dedos atrevidos. ¡En su lengua hay que hablarles, puesto que ellos no entienden la nuestra. ¡Cuidado!”

Pero no, que pueblos apáticos y gobiernos proyanquis y vendepatrias no lo hemos querido escuchar; y cómo, en qué forma, si no hay compromiso, memoria y conciencia de enemigo histórico. Vergonzoso:  “La imagen de Estados Unidos mejoró sustancialmente en los tres últimos años, y en la mayoría de los países de la región está en un nivel de aprobación del 69 por ciento”. (Tétrico.)

Sida y sotanas

Cada día seis personas en el DF se infectan del Virus de Inmunodeficiencia humana (VIH)

Y que a 30 años del sida “aún no hay una consejería pre y post diagnóstico”. La distribución de medicamentos, afirma el Dr. Víctor Ortiz, está politizado, donde cada tanto se vuelve un instrumento de lucha entre intereses ajenos a la salud de las personas que viven con VIH. A propósito:

El sida y la capa pluvial. ¿Alguno se habrá percatado de que ante las medidas de prevención que aplican gobiernos e instituciones sanitarias el alto clero católico ha mantenido un muy discreto silencio, cuando años atrás combatía con ferocidad todo lo que significara protección contra semejante pandemia? Prudentes, pontífice y purpurados no se dan por enterados. ¿Pues que, perdieron la contienda contra el condón?

Qué distintos los años aquellos en que índice en alto, desde púlpitos y otras públicas tribunas pontificaban aquello que aseguraba, categórico, el cardenal Lozano Barragán:

– Los homosexuales y los transexuales no entrarán jamás en el reino de los cielos, porque actuar contra la naturaleza y contra la dignidad del cuerpo ofende a Dios.

Y castigar nuestro cuerpo con una castidad forzada, antinatural, ¿no es  actuar contra la naturaleza? ¿Esto no ofende a Dios? Yo, motivado por la conmemoración del Día Internacional de la Lucha contra el Sida de algún año anterior exhibí aquí mismo el criterio de la Iglesia Católica en torno a las medidas profilácticas que intentaba imponer, con opiniones diversas de obispos mexicanos:

“¿El condón?  “¿Para qué el condón? (obispos mexicanos) ¿Para seguir buscando el placer por el placer mismo? ¿No está fuera de las enseñanzas de Cristo? ¡La Iglesia rechaza el uso del condón, pues esto lo que hace es hundir en el fango a la juventud, en lugar de darle la mano a los jóvenes para que salgan del lodo! ¡Continencia! ¡Castidad! ¡Fidelidad matrimonial! Estas tres virtudes propuestas por la Iglesia son el mejor remedio para el contagio, porque son las propuestas del Evangelio para combatir el Sida! ¡La grave amenaza del Sida viene del abuso de la sexualidad! ¡Es una equivocación buscar el placer por el placer. El recto camino debe ser el uso legítimo de ese placer! ¡El placer sexual no debe verse como un fin, sino sólo como un medio hacia la paternidad o la maternidad!”

– ¡Usar preservativos y seguir haciendo el amor! Esto continúa siendo el método de nuestras autoridades. ¡Es una barbaridad! Intentan proteger la salud promoviendo el vicio. El amor, para ellos, es el gozo del placer, y no buscar el bien de la persona amada. El abuso del sexo es el que se ha convertido en un problema de moralidad pública, no de salud! Los enfermos de Sida no deben convertirse en héroes, no lo merecen. Son seres enfermos. La homosexualidad es un verdadero crimen, y la Iglesia Católica rechaza a los homosexuales así como el uso del condón, fuente inmunda de prostitución.”

El cardenal Rivera: “Contra el sida, castidad es el mejor remedio. ¿El condón? Mucha gente lo usa, ¿pero está permitido de acuerdo con la doctrina católica? Definitivamente no; el condón no es éticamente permisible”.

Y una cierta Unión Nacional de Padres de Familia: “¿Dónde estarías tú si tu padre hubiese usado el condón?

G.W. Bush cuando inquilino de la Casa Blanca: “Yo estoy a favor de la abstinencia, de la castidad”.

Opiniones que contrastan con la del obispo  José Ulises Macías: “Sí hay curas pederastas en México. No somos ángeles. Aunque hombres de Dios… también somos hombres. ¡Y muy hombres!” (Dios.)

Huevos

La mala suerte, el mal fario, la salación. Se quejaba hace algunos ayeres el analista renegón: “Todo lo que toca lo vuelve lodo biológico. Visitó a la selección futbolera, y a la jodida la selección. Visitó México, y México a la quemazón”. Y que él es nuestro virus y el causante de que medio país ande con el agua al cuello mientras el otro se está muriendo de sed. A propósito de tan patética situación:

Una idea se me ocurre al respecto, mis valedores: ¿alguno de ustedes tiene amistad con uno de esos intelectuales orgánicos metidos a periodistas  de “medios” impresos y electrónicos que se hablan de tú con él y a cada rato le sacan entrevistas a modo, y le permiten el lucimiento, y todos  ellos contentos con los dividendos? Ah, pues entonces pídale al susodicho que suplique al perito en mal fario que se someta a una “limpia” con ramas de pirul. De jediondilla, ya de perdida.

¿Que la inteligencia rechaza la efectividad de tan grotesca modalidad de la superstición? Ello es entendible, sí, ¿pero a qué otra medida recurrir cuando ya está debidamente documentado que con tal malaventurado las soluciones racionales no surten efecto?

¿Que una práctica supersticiosa de ese tamaño a qué inquilino sexenal de Los Pinos le ha sido benéfica? A Carlos Salinas, sin ir más lejos. Provechosa le fue y le sigue siendo propicia, y si no, vamos a ver:

En 1988 y de muy de mala manera Salinas trepó a Los Pinos. De ahí en adelante iba a ser el escándalo su segunda naturaleza al frente de un gobierno viciado de origen. El del Poder autoritario sería tachado de impostor y de espurio, hasta el grado de que  al dejar el gobierno tuvo que tomar el camino del Judío Errante.

¿Quién no lo acusó de arbitrario, quién no lo tachó de ladrón, con o sin pruebas? No sólo a él, sino a la familia completa, desde Salinas Lozano hasta alguno al que uniformados extorsionadores arrancaron la vida.  ¿Y? ¿Salinas ha pisado la cárcel? Hace algunos meses uno de sus acusadores, expresidentes del país, lo señaló de corrupto y de haberse robado la mitad de la cuenta secreta que se maneja en Los Pinos. ¿Y? El expresidente acusador tuvo que pegar un inmundo, indecoroso reculón. Y algo más: ¿dónde está a estas horas el acusador? En una cama del Hospital Militar, víctima de un padecimiento de las vías respiratorias, y algunas notas de prensa afirman que su estado de salud es muy delicado. ¿Y Salinas, en tanto?  Entero, rozagante, manejando  una grilla política que abarca de Peña Nieto a Los Pinos.

¿Las acusaciones de bandidaje han vulnerado a Salinas? ¿No regresa triunfante al pantanoso terreno de la politiquería? ¿No se da el lujo de tachar de “valiente” al actual? Y yo digo: ¿en esa buena fortuna  no habrá influido la  “limpia” que un grupillo de indígenas le practicó  cuando candidato en campaña? Y otra más: desde el quinto año de su gobierno, ¿acaso no pedían su reelección industriales, comerciantes y terratenientes de La Laguna y anexas? ¿Desde un tal PFCRN, el fementido Ferrocarril, no e-xi-gí-an a gritos la reelección de Salinas los “chuchos” mercachifles de la politiquería talamantera?

En cuanto al origen de su gobierno, vidas son paralelas el actual y Salinas. ¿Y la calificación de uno de ellos en el quinto año de su sexenio? 80.7 puntos de aceptación.  ¿Y la aceptación popular del actual? 51.2 puntos. Vidas paralelas: ¿descabellado recomendarle a uno la receta que tan buen resultado dio al otro? ¿Que cuál receta? ¡Huevos! ¡Muchos huevos! De gallina negra. (La crónica de la “limpia”, el lunes.)

Intelectual orgánico

Mart.,23-XI-10.

Intelectual orgánico

T.M.

 

Ese que vive, y muy bien, enquistado al Sistema de poder. Y hablando del intelectual, mis valedores,  ¿conocen ustedes La ley de Herodes? No esa, sino el relato de Ibarguengoitia donde el protagonista narra sus inicios marxistas y su relación con las prebendas que otorga el Poder. La síntesis:

Sarita me ilustró.  Antes de conocerla el porvenir de la Humanidad me tenía sin cuidado. Ella me mostró el camino del espíritu, me hizo entender que todos los hombres somos iguales, que el único ideal digno es la lucha de clases y la victoria del proletariado; me hizo leer a Marx y Engels, ¿y todo para qué?”

Muy marxistas él y Sarita, pero como buenos pragmático-utilitaristas, ambos solicitaron una beca para estudiar en los EU. Y a someterse a los exámenes, que pasaron sin dificultad hasta llegar al examen médico. Al día siguiente tendrían que presentarse con sus muestras “del uno y del dos”.

“¡Qué humillación! ¡Esa noche busqué dos frasquitos para guardar aquello! ¡Y la noche en vela esperando el momento oportuno! ¡Y cuando llegó, qué violencia! Cuando estuvo guardada la primer muestra volví a la cama, y muy de mañana me levanté para recoger la segunda. Guardé los frascos en bolsas de papel para evitar que se adivinara su contenido”.

En el lugar de la cita tuvo que esperar a Sarita, que había tenido  dificultades en obtener una de las muestras. Ambos llegaron, rostro desencajado, con su envoltorio contra el pecho. Se  miraron sin hablar; su dignidad humana era pisoteada, y algo peor: delante de la pareja la recepcionista tomó los envoltorios, los sacó del plástico y exhibiendo su contenido les pegó una etiqueta.

Un nuevo paso en la humillación de los novios marxistas: que  un doctor de la Fundación Katz, que otorgaría la beca, hace pasar al consultorio al joven intelectual, y venga el humillante interrogatorio sobre dolencias y contagios: neumonía, paratifoidea, gonorrea; y al cubículo: “Desvístase”.

“Yo obedecí, aunque ya mi corazón me avisaba que algo terrible iba a suceder”. El doctor procedió a revisarle el cráneo, y a meterle un foco por las orejas, y un reflector frente a los ojos, y le oyó el corazón. “Luego  tomó las partes más nobles de mi cuerpo y a jalones las extendió como un pergamino, y las examinaba…”

Siguió, implacable, la revisión del marxista, que sudaba. “Tomando algodón, el doctor empezó a envolverse con él dos dedos. ¡Hínquese sobre la mesa!” A gatas.

Tomó un objeto de hule, introdujo en él los dos dedos envueltos en algodón: “Comprendí que había llegado el momento de tomar una decisión: o perder la beca, o perder aquello. Trepé a la mesa, me hinqué, apoyé los codos sobre la mesa, me tapé las orejas, cerré los ojos y apreté las mandíbulas. El doctor comprobó que yo no tenía úlceras en el recto”. “Vístase”.

Salió tambaleándose y en el pasillo encontró a Sarita, pálida. Ya en la calle mirábanse de reojo. Y un remate fatal: entre amigos de la pareja trascendió el secreto de que el marxista se había culimpinado ante el imperialismo yanqui, y se burlaban: “Como el del Verbo Encarnado ante la Iniciativa Mérida y todo lo que en materia de finanzas, política y economía le ordena la Casa Blanca”.

Mis valedores: al terminar la lectura nomás me quedé pensando. ¿Y qué, nomás el marxista se culimpina?  ¿Y esos suspirantes, aspirantes a ser “gringos de segunda” que adoptan formas, modos y vocablos clonados del inglés?  Todos esos, lo de siempre: a aprontarlo y ponerse flojitos para que no se los lastimen demasiado. (Lástima.)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una pobre democracia

El periodista y su apreciación del país, mis valedores. Economistas ineptos, crisis global, democracia pobre, y que la creciente carestía que tanto lastima a unas masas empobrecidas es culpa de los economistas que  “hasta donde lo permite la deficiencia de los conocimientos económicos han estudiado la cuestión de los períodos críticos sin llegar a ningún resultado cierto.

No hay que gastar las energías inventando esquemas y elaborando millonadas de proyectos sobre el papel. Hay que hacer planes sobre la tierra. La palabra reconstrucción sólo adquiere vida, consistencia y belleza cuando se une a los conceptos de acción, de progreso, de fuerza y de trabajo efectivo.

Ahora mismo, afirma el editorialista del matutino,  asistimos a una crisis que los encargados de la economía debieron prever, que todos anticipamos mental o verbalmente, pero que nada hicimos por evitar. Los economistas han estudiado hasta donde lo permite lo limitado de sus conocimientos el fenómeno de los periodos críticos, recurrentes, pero no han logrado llegar a ningún resultado positivo.

Cuando los precios se encarecieron, los sueldos y las utilidades de las clases obreras y profesionales fueron a la zaga. El patrón se resistía y el trabajador se empeñaba, y en medio del sacrificio se infló terriblemente el costo de la vida. ¿Las víctimas? Las de siempre: los obreros y los profesionales que viven de su trabajo, las clases medias. Contener o suprimir la especulación es positivo, pero la creación de comisiones en medio de una crisis sólo contribuye a llevar la especulación hasta el propio seno del gobierno.

Señores comerciantes: ustedes siguen cobrando precios inverosímiles con perjuicio de nuestras clases populares. El motivo de las huelgas, el aumento de salarios que los obreros exigen, se deben a la actitud cada día más leonina del comercio. Seamos razonables, ajustémonos a lo justo y equitativo, evitando efervescencias y trastornos que afecten la tranquilidad pública. En las primeras huelgas sentirán as duras lecciones que el pueblo, arrastrado por el hambre, ha dado al comercio en anteriores ocasiones. ¡Y no queremos brazos que se levanten airados demandando justicia! ¡Es preferible hacer justicia antes de que se derrame el torrente de las indignaciones populares!

Nuestra pobre democracia: La abstención es un delito por culpa; la comisión de fraudes en las elecciones es un delito con agravantes. Si hay que reformar, la solución no es reformar en la superficie, en las epidérmicas leyes de procedimientos, sino en la médula. Estamos privados de un verdadero Poder Legislativo; puesto que no ha podido expedir ni una sola ley de importancia, ¿para qué le sirve a nuestro país el Legislativo?”

Y los anuncios al pie del editorial. La fiesta brava: Rodolfo Gaona triunfa en Puebla. El pueblo, al terminar la corrida, trataba de sacar en hombros al torero, pero éste rehuyó modestamente ese homenaje de la afición poblana.

Deportes.  Jorge Carpentier se prepara; sostendrá una lucha con el campeón estadunidense Jack Dempsey.

Anuncios clasificados: Vendo mi casa en la 2ª. calle de Camelias 46. Mide 722 metros cuadrados. Vale 4 mil.

¿Los interesados? Infórmense en la edición de El Demócrata correspondiente al 14 de octubre de 1915, y a propósito: a la distancia de 96 años, ¿ha avanzado nuestro país? ¿Cuánto ha avanzado? ¿Un país distinto al actual?

Mulas. Cuarenta mansas y treinta y dos brutas. Niño Perdido 82”.

Todo esto, mis valedores,  encierra su muy buena moraleja, ¿pero cuál? (México.)

 

Desmemoria

Esta vez el vetusto Partido de Estado, mis valedores. El Revolucionario Ins., lo recuerdan ustedes? ¿Habrán podido olvidarlo? Hoy mismo, cuando la mala memoria de las masas sociales presagia el retorno del Tricolor a Los Pinos, la inminencia de los tiempos electorales presagia turbulencia y borrasca en los negocios politiqueros y demás intereses mostrencos que medran al arrimo de ese señuelo de cándidos que nombran, a lo campanudo, “democracia”. Creo, a propósito, que se impone ponderar las opiniones de analistas extranjeros que estudiaban la selección del candidato presidencial de aquel  PRI-Gobierno, por ver si tienen aplicación hoy día. Qué tiempos aquellos, que algunos intentan resucitar. ¿Tiene reversa la Historia? En fin. Opiniones diversas, cuya sintaxis he respetado:

“Después de un análisis profundo de los candidatos, el presidente en turno selecciona a su sucesor. Los presidentes mexicanos son seleccionados a través de un complejo y misterioso proceso dentro del partido oficial, al que se le denomina auscultación. Aquí entran recomendaciones, consultas, discusiones y el consenso general del actual presidente, quien desempeña el papel principal, por no decir único. Este arrogante cambio de un gobierno nacional tiene lugar dentro de uno de los instrumentos políticos más deformes e intangibles, pero disciplinado y efectivo que haya ideado hombre alguno: el PRI.

Sus corrientes políticas internas no impiden una absoluta unidad ante el “dedazo” presidencial. La nominación de un candidato provoca tensiones internas, pero cuando el presidente ha elegido, la “disciplina partidista” (la “cargada”, la nombran) aglutina a tales corrientes en torno al sucesor en el gobierno de la república. Esto resuelve pacíficamente la sucesión presidencial.

El candidato debe poseer ciertas cualidades que lo hagan aceptable desde un punto de vista político, que no legal. Ellas son:

1.-El candidato deberá contar con la aceptación del presidente en turno. 2.- Deberá encontrarse en perfecto estado de salud, tener mucha energía y no ser violentamente feo. 3.- A pesar de que se le considere muy hombre, no deberá ser muy macho. 4.- Deberá ser un hombre de familia, con una esposa que se interese en los asuntos públicos y políticos del país, pero que no llegue al extremo de interferir predominantemente en ellos. 5.- La esposa no deberá ser  extranjera, y mucho menos norteamericana. 6.- La religión de presidenciable podrá variar desde el catolicismo romano a la del libre pensador; pero en ningún caso podrá ser un religioso fanático. 7.- Tendrá alguna clase de currículo revolucionario y la educación suficiente para entender la escena nacional y poder operar en ella. El nivel aconsejable es el universitario, de preferencia poseer estudios de Derecho. 8.- Por lo general deberá pertenecer a la clase media, si no en origen, por lo menos en apariencia. 9.- El candidato deberá tener profundas experiencias electorales y políticas adquiridas en pasadas campañas presidenciales. 10.- Deberá ser conocido nacionalmente y tener el consenso de los principales grupos políticos y sociales del país. No podrá identificarse con alguna de las alas extremistas del PRI, ni con la derecha, ni con la izquierda.

11. ¡Cuidado! Un joven mexicano que diga que quiere llegar a ser presidente es juzgado no como un patriota, sino como un tonto. Si abriga esa ambición debe guardarse sus pensamientos, ingresar a la burocracia del PRI, trabajar con obediencia y confiar en la suerte. ¡Cuidado!” (Es México.)

Madero y Flores Magón

El prestigio del general Díaz llegará entonces a tal grado, que en donde quiera que se encontrara sería considerado como el árbitro de nuestros destinos y la gratitud nacional hacia él no tendría límites…

Tales conceptos humo  son del  copal que en 1808 y ante el altar del dictador, depredador y genocida (Tomochic, Valle Nacional, indígenas, Cananea y Río Blanco, etc.) quemó un espiritista y vitivinicultor a quien tocó en suerte iniciar, para la historia oficial, la eclosión revolucionaria de 1810, gloria y honor de los hermanos Flores Magón.  Hoy me refiero a Francisco I. Madero como admirador de Porfirio Díaz., a quien forró de elogiosos conceptos en  La sucesión presidencial. Juzguen ustedes:

“Pertenezco, por nacimiento, a la clase privilegiada; mi familia es de las más numerosas e influyentes en este estado; y ni yo, ni ninguno de los miembros de mi familia, tenemos el menor motivo de queja contra el general Díaz, ni contra sus ministros, ni contra el actual gobernador del estado, ni siquiera contra las autoridades locales. Los múltiples negocios que todos los de mi familia han tenido en los distintos ministerios, en los tribunales de la República, siempre han sido despachados con equidad y justicia…

La obra del Gral. Díaz ha consistido en borrar los odios profundos que antes dividían a los mexicanos y en asegurar la paz por más de 30 años, que (…) ha llegado a echar profundas raíces en el suelo nacional, al grado de que su florecimiento en nuestro país, parece asegurado”.

Para leer entre líneas:  “Ahora que el general Díaz no tiene más que temer que el fallo de la Historia, ni más que desear que la gratitud nacional, no será remoto que procure atraerse a esta última y asegurarse un fallo favorable de la primera, respetando en sus últimos días la voluntad nacional y cumpliendo todas las promesas que antes hiciera a la patria (…) Ante la Historia podrá justificarse diciendo: Con mi permanencia en el poder, maté al militarismo, acabé con el espíritu turbulento, hice que en todos los ámbitos de la República se respetase la ley; consolidé la paz, extendí por todo el país una vasta red ferrocarrilera, construí grandiosas obras materiales; favorecí la creación de cuantiosos intereses privados, aumenté la riqueza pública; de mi patria, turbulenta, pobre, sin crédito, he hecho un país pacífico, rico y que goza de un justo crédito en el extranjero.

Es posible que para llevar a cima esta obra, haya yo cometido algunas faltas; todo el mundo está expuesto a errar, pero esas faltas han sido de buena fe y la prueba de ello es que la principal que se me puede imputar: que me haya colocado arriba de la ley, sólo la he cometido mientras lo he juzgado indispensable para llevar a feliz término mi obra, puesto que ahora que creo que ésta está terminada, que el país está apto para ejercer sus derechos, devuelvo a la ley su imperio, su majestad y yo mismo me coloco debajo de ella, a fin de que en lo sucesivo sea la ley, la guardiana de la paz, la que asegure el progreso indefinido de mi patria, pues creo que no podré tener sucesor más digno. Los últimos días de mi vida los consagraré a defenderla, a consolidar su prestigio, poniendo a su servicio todo el mío, y ¡ay de quien quiera atentar contra la ley que yo seré el primero en respetar!

Porque el general Díaz no ha sido un déspota vulgar y la Historia nos habla de muy pocos hombres que hayan usado del poder absoluto con tanta moderación”.

Lo dijo Madero. Los Flores  Magón, mientras tanto…(Es México.)

El ahijado de la Muerte

O el sexenio de la muerte, tal como nombra al de Calderón Silva-Hérzog Márquez, porque durante el gobierno del Verbo Encarnado México “es un país más cruel, más salvaje, más bárbaro e inhóspito de lo que era hace cinco años”, y porque lo han convertido en un tiradero de cadáveres y un negro paño de lágrimas, duelo, dolor y cotidiana exaltación de la Descarnada. Calderón.

Mouriño ayer, hoy Blake Mora, con el presidente de un Estado laico mentando en las exequias pasajes bíblicos ante la presencia viva de la muerte, hoy más presente que nunca antes en tiempos de paz. Hoy Blake Mora, Mouriño ayer, y anteayer Ramón Martín Huerta, encargados los tres  del área de una seguridad pública electrizada por la acción de la criminalidad, el ejército, los policías y la Marina armada. Calderón.

Blake Mora. Revela uno de los cercanos a Los Pinos que “el presidente Calderón se encerró una hora a llorar la muerte del secretario de Gobernación”. Esto del llanto yo no lo creo. Cómo un presidente del país se va a poner a llorar. Cómo, si llora, va a dejar traslucir ante testigos una acción que denota una absoluta inestabilidad emocional. ¿En un estadista? Calderón.

Fue a principios de noviembre, pero del 2008, cuando escribí en este espacio: “Y ahora mismo el estallido y el incendio, en todos sentidos, que terminaron por desgarrar a sus víctimas, Juan Camilo Mouriño y José Luis Santiago Vasconcelos, entre ellas”. Se repitió la historia, y no en plan de farsa. Tragedias fueron las de 2005 y 2008. Tragedia es la de hoy día. La tragedia, santo y seña del presente sexenio. Calderón.

La muerte mata, sí, pero a modo de compensación cuánto solemos hermosear a la víctima a la hora de embalsamarla. Prudencia y poder de conciliación en este al que en vida calificábamos de mediocre; inteligencia e iniciativa en el que  motejábamos de corrupto con diversos contratos de PEMEX, y modelo de temple, carácter y determinación en aquel que en vida achacábamos probable colusión con el narcotráfico. Afeites y maquillaje. Calderón.

Pero vivimos noviembre y acabamos de invocar las almas de los fieles difuntos; vale, entonces, que evoque a la muerte, ella, la mía,  que en cosa de años y felices días ha terminado por hablarme de tú. (Me está oyendo, me guiña un ojo, mírenla.)

En fin. Porque vivimos noviembre (lo mal vivimos, lo sobrevivimos apenas, a penas) ahora voy a referirme a esa Descarnada que, a decir de la Biblia, constituye el castigo divino por la desobediencia del hombre. Si Eva y Adán, con sus descendientes, iban a ser inmortales, la muerte fue un castigo correspondiente al “pecado original”. Así, la muerte deja de ser un accidente para convertirse en “una fatalidad y una violación del orden natural”. De esta manera y para algunos filósofos el mundo es una monstruosa, gigantesca prisión, y la muerte la única salida de los condenados a la pena capital. “Cada día unos son degollados frente a mis ojos; vemos cómo seremos, a nuestra vez, degollados. Esa es la condición humana”. Malraux.

En condenados a muerte, según los existencialistas, nos sentencia el destino. Así, todos los crímenes que pudiesen cometer todos los hombres de todos los tiempos nada significan si se comparan al crimen fundamental de la muerte. Que la susodicha, para el ateo, es un crimen sin criminal, y para el creyente un crimen perpetrado por Dios. Terrible.

Pues sí, pero “una dicha para el hombre es su condición de mortal, pues gracias a tal condición su existencia puede hacerse dramáticamente intensa”. (Calderón.)

El ángel exterminador

De la plaga de cucarachas que infestó mi cocina les hablé ayer, cocina pulquérrima que, de repente, a la invasión de los bicharajos más parecía jacalón de San Lázaro, guarida de partido político, bunker de canacos y concanacos o buena parte (la mala) de las masas sociales. Resignado a mi destino de vivir combatiendo cucarachas comencé con los periodicazos. Como sus congéneres de dos patas, las cucas resultaron inmunes a tal medida, como también a los polvos venenosos que les espolvoreé sobre cachos de queso gruyere; las muy ladinas se comían el queso y me dejaban los polvos; más tarde les deposité los polvos sobre queso del país; las cucas, burla sangrienta,  devoraban los polvos y me dejaban el del país. Corrí al teléfono.

El de la fumigación: “Se las exterminamos. Ora que acabar con el cucarachero le va a costar uno y la mitá del otro,  como si dijéramos. ¿Cubre los gastos?” (IVAs y cargos, recargos y sobrecargos.)

Y qué hacer, sino resignarse a impuestos y sobreimpuestos. Esa noche anuncié a mi primo el Jerásimo, licenciado del Revolucionario Ins.: “Tendremos que desocupar el depto. durante unos días”.

Y allá vamos, en calidad de mientras, a casa de un mi pariente por parte de madre. Con abrazos salió a recibirnos el muy pariente, y en 48 horas ya nos había corrido seis veces. Volvimos a Cádiz. Inquisitivo, fui abriendo la puerta: ¡mama Tula, genocidio descomunal! ¡Ni las hordas de Obama! Un tendedero de cucas damnificadas que hagan de cuenta las víctimas del modelo neoliberal: fallecidas por aquí, muertas de hambre por allá, por dondequiera mortandad. Y aquel hedor, y  que voy y las abro, las ventanas, y que entra a borbotones el hedor de smog y materias fecales suspendidas en el aire, y en tanto el viento barría los rastros del tóxico, yo me dispuse a barrer. La cocina, otra vez pulquérrima. Qué bien.

¿Bien? ¡Bien madres! Muy poco me duró el gusto, porque a la siguiente noche la primera sobreviviente del Hiroshima doméstico cruzó en frieguiza frente a mi chipocle ya enfrijolado, y detrás otra, y otra más, y docenas de ellas. “Paisa tenía que ser el técnico exterminador para salirme tan pacotón. Y que acudo al teléfono, y que en mi iracundia miento leyes y madres, campechaneadas, y que el ángel exterminador se apersona en mi depto.: “¿Y cómo hingaus le voy a exterminar sus bichos, si el de junto está hasta la madre, y de allá se las redama para acá?”

– ¡Que se las erradiquen al de junto, y pague él!

– ¿Y? ¿No van a seguir vivas las del restorán de la esquina, que es el que lo surte de cucas, y al restorán la bodega de junto, y a la bodega el sanatorio, y al sanatorio la estación policiaca, que recibe las cucas del burdelito de aquí a la vuelta, atascado con el animalero que le llega desde la sacristía de San Ramón Nonato, que nomás imagínese si hubiera nacido?

– No entiendo lo que quiere decir.

– No entiende porque se hace pendejo, con perdón. ¿No le puede entrar, o sea en la cabeza, que México entero está infestado de cucarachas? Ciudad por ciudad, barrio por barrio, casa por…

– ¡Bueno, pues, hasta nunca!

Y ya. Yo, infestado de cucas, nomás me quedé pensando. ¿Limpiar el cucarachero de los cuerpos policíacos? ¿Y el de los tres poderes de la Unión, los partidos políticos, la cúpula del periodismo y el alto clero, el gran capital, los intelectuales orgánicos, los organismos corporativos de control obrero y unas masas sociales donde el que tiene más saliva traga más pinole? (Suspiré. Qué más.)