“Y mean agua bendita…”

El aumento al salario mínimo, mis valedores. El 4.1 por ciento, dos pesos con 32 centavos para la zona A, la privilegiada. Clama desde 1886 Louis Lingg, uno de los Mártires de Chicago:

Vuestras leyes están en oposición a la naturleza, y con ellas robáis a las masas el derecho a la vida, a la libertad y al bienestar…

El Papa y los empresarios, a propósito. En vísperas de la visita final de Juan Pablo II a nuestro país, el obispo Onésimo Cepeda a los reporteros:

– Lo acabo de ver en El Vaticano, y la verdad, pues lo ví muy malito, pero sacará fuerzas de flaqueza y vendrá a nuestro país  a canonizar a Juan Diego. Creo que hay Papa para rato. Por lo menos para lo que  nosotros necesitamos, que es un mes y medio

Y una vez confirmada la visita del Papa, la Arquidiócesis de México:

– Para los gastos que ocasione la visita papal nos hemos apoyado en las escuelas y agrupaciones de los Legionarios de Cristo. Ya hemos invitado al padre Maciel. El Papa no nos cobrará por la celebración de la misa, ni los cardenales que lo acompañan. La misa de canonización de Juan Diego costará a la Iglesia lo que salga el recibo de la luz. Los camiones y todo eso corre a cargo de las empresas. Ellas patrocinan todo eso.

Lucas, evangelista: ¡Ay de vosotros, los fariseos, que pagáis el diezmo de la menta, de la ruda y de toda hortaliza, y dejáis a un lado la justicia y el amor a Dios!

Y hablando de los tales: “Se convocó a los empresarios a participar con donativos en la realización del viaje pontificio”. Guillermo Ortiz, vocero del comité organizador de la citada visita papal:

– No sé por qué algunos miembros de la iniciativa privada no consideran costeable invertir en la gira del Pontífice. Hago un llamado a que los empresarios participen en este acontecimiento que es de la Iglesia mexicana, pero que tiene su repercusión para la vida de México y para la imagen de México ante todo el mundo.

Mayo de 1990. Ante el Papa se plantaron de hinojos los empresarios  mexicanos. El mensaje de un  A. Fernández de Castro:

Su Santidad: los empresarios deseamos el bienestar social de todos los que dependen de nosotros. Creo que los empresarios somos un medio del que Dios se vale para la administración de la riqueza temporal…

Habló después un Eduardo García Suárez, presidente saliente de la Conf. de Cámaras de Comercio, CONCANACO:

– Yo soy partidario, Su Santidad, de un capitalismo popular que, como la imagen de María, se intuye y se preanuncia…

G. V. Madero, empresario: “El Papa nos deja un paquetón. Claro, Su Santidad habla de lo que debería ser, no de lo que es en la realidad. Gracias a Dios, la visita papal redituó una ocupación hotelera del 100 por ciento…”

Patricio Martínez, dirigente de comerciantes:

– Su Santidad el Papa vino a reafirmar lo que nosotros ya sabíamos como doctrina social, tal como lo expresó el propio Juan Pablo II en torno al capitalismo, al lucro exacerbado, al amor del dinero y a la mala retribución al trabajo e injusta distribución de la riqueza. De alguna manera, nosotros ya la practicábamos, porque nosotros no defendemos el individualismo egoísta que algunos practican porque siempre hay abejas negras (sic). No,  Su Santidad no dijo que el dinero sea malo, lo que pasa es que, por supuesto, no lo podemos amar al mismo nivel que todos los empresarios amamos a Dios…

Un amor que para este año se acrecentó el tanto de dos pesos con 32 centavos. Tales son los feligreses del Padrecito Maciel, empresarios que “mean agua bendita”. (Dios.)

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