Libanes, el Holocausto…

Aún sigo creyendo que en el fondo la Humanidad es buena

Tal afirma en su Diario, palabras más o menos, aquella admirable Ana Frank que en la noche y niebla del Holocausto fue sacrificada en algún campo de concentración. Ella era judía, como también lo son esos que hoy mismo y a lo sañudo masacran a las Ana Franks de Líbano. Transcribo, del matutino, conceptos del premier de Israel Ehud Olmert, citado por José Steinslegen:

Matar civiles palestinos es justificable; lo inmoral es atacar Israel… no hay equivalencia moral entre ellos y los ataques contra Israel…

Hoy, el embajador de Israel en México: «Acuso a políticos e intelectuales mexicanos de apoyar el terrorismo islámico. Yo pregunto: cuando Israel ha sufrido una enorme ola de atentados desde territorio palestino contra la población civil, ¿dónde estaban los firmantes? No es aceptable que hagan diferencias entre las víctimas israelíes y libanesas. ¡Deben retractarse!»

Cuándo mis valedores, cesará una confrontación injusta y desigual que tanta sangre y tanto dolor ha generado. Cuándo, cómo lograr que se atemperen expresiones como esta del hoy halcón agonizante Ariel Sharon:

Para alcanzar la paz hay que eliminar el obstáculo de la banda de asesinos corruptos y terroristas que dirige la Autoridad Palestina.

Mayo del 2001 Lo declaraba Moshe Katsav, presidente de Israel:

«Existe una enorme distancia entre nosotros, los judíos, y nuestros enemigos. No sólo en habilidad, sino en moralidad, cultura, santidad de vida y conciencia. Ellos son nuestros vecinos aquí, pero aunque parece una distancia de unos pocos metros, aquí existe gente que no pertenece a nuestro mundo, sino que en realidad pertenece a una galaxia diferente».

N. Chomsky, de EU: «En la prensa norteamericana y en la prensa mundial se pinta a Israel como el símbolo de la decencia humana, un país con valores morales excepcionales. Es cierto que de vez en cuando se equivocan, dicen, pero fíjense en lo nobles que son. A ningún otro país que comete atrocidades se le trata así. Israel tiene una especie de carta blanca como ningún otro país en el mundo. Si los rusos hubieran tratado a los judíos como Israel trata a los palestinos quizá los habríamos atacado con bombas atómicas. A Israel se le permite que trate a los palestinos como no se le permitiría a nadie».

Lo expresó hace dos años un Ehud Barak, que por aquel entonces era primer ministro de Israel: «Los palestinos son como los cocodrilos: entre más carne se les da, siempre quieren más y más, y nunca se hartan…»

Menahem Beguin, en su discurso de junio 1982: «Los palestinos son bestias caminando sobre dos piernas…» Y en 1988: «Los palestinos podrían ser aplastados como animalejos (…) las cabezas aplastadas contra las paredes…»

En 1989, un Rafael Eitan, jefe de las fuerzas de defensa israelíes: «Cuando hayamos tomado su tierra, todo lo que los árabes podrán hacer acerca de esto será escabullirse alrededor de una botella, como viles cucarachas…»

En junio de 1969 se ufanaba Golda Meir. «¿Los palestinos? No existen los palestinos. Ellos, los palestinos, nunca han existido». Y una vez de que se convenció -de que fue convencida por medio de la violencia- de que los palestinos sí existen: «Lo único malo es que no existe nadie a quién regresárselos». David Ben Gurión, por aquel entonces primer ministro de Israel: «Si yo fuera un líder árabe, yo nunca podría firmar un tratado de paz con Israel, esto es normal Les hemos quitado su país. Esta es una promesa de Dios para con nosotros, ¿pero eso cómo pudiera realmente interesarles? Nuestro Dios no es el de ellos. Los nazis, Hitler, Auschwitz. ¿Culpa nuestra..?

«En 1941 aquel Isaac Shamir, entonces Primer Ministro de Israel, hizo una proposición a los nazis, no por conveniencia sino como fruto de un acuerdo, y les ofreció convertirse en un puesto avanzado del Tercer Reich en Oriente Medio. El escritor satírico israelí B. Michael, al repasar la lista de los monstruos que han contado con el apoyo entusiasta de Israel, se preguntaba dónde estaba la diferencia, a fin de cuentas, entre apoyar a esos individuos y apoyar a Sadam Hussein…» El, que ya en 1948 recomendaba: «Debemos hacer todo lo posible para asegurar que los palestinos nunca regresen». Y a sus amigos sionistas: «Ellos nunca podrán regresar a sus hogares. Los viejos morirán y los jóvenes van a olvidar. Y basta.» El jefe Heilbrun del Comité para la Reelección General Shlomo Lahat, octubre de 1983: «¡Tenemos que matar a todos los palestinos, a menos que ellos se resignen a vivir aquí como lo que deben ser: esclavos!» Juan Pablo II, entretanto, se horrorizó, y con razón, por «el terrible ataque terrorista a NY, imagen del odio y la hostilidad», pero del genocidio de palestinos que perpetró el gobierno de Sharón, ¿qué dijo? Del genocidio de libaneses hoy, ¿qué diría Ana Frank? Ustedes, mis valedores, qué dicen? (¿Qué..?)

¿Quién murió en Auschwitz..?

¿Murió Dios, enmudeció de horror? ¿Cómo fue a permitir que su pueblo elegido fuese masacrado por la insania, la vesania del hombre, lobo del hombre? ¿Por qué tan descomunal genocidio contra el pueblo de Masaya y los Macabeos? ¿Exprimir así hasta la náusea y la muerte el trapo del sufrimiento contra los hijos de Abraham, Isaac y Jacob? ¿Contra los ancestros del Primogénito de los Muertos? ¡Dios…!

Esto, mis valedores, lo redacté a principios del año anterior. Cuándo iba a imaginar que su actualidad tornase hoy a sangre, fuego y dolorimientos. Miro, observo las añejas fotos de Auschwitz y las recientes de Líbano, y digo lo que antes dije: el Holocausto, ese genocidio del pueblo judío perpetrado por el nazismo durante la 2a. guerra mundial y cuyo término se establece el 27 de enero con la llegada de los libertadores soviéticos al campo de exterminio de Auschwitz, hace ya sesenta años. Yo, apasionado estudioso del genocidio que puso a prueba temple, resistencia y capacidad de sobrevivencia de un pueblo admirable por tantos conceptos, he venido estudiando la crónica de los campos de concentración, y he visto las cintas cinematográficas desde aquella lejana Noche y niebla, de Resnais, y en este instante percibo la sombría grandeza del Holocausto en el canto doloroso y dolorido de la soprano en la sinfonía de Gorecki, obsequio exquisito de mi amada judía, hoy ausente. El Holocausto…

Por eso mismo, mis valedores (bandazos que da la historia), en la hora de la conmemoración algo muy dentro de mí se encabrita con la visión del cordero de ayer que hoy se transforma en el carnicero. Un carnicero a la medida de Sharon y la CÍA, de la Casa Blanca, de Bush, de los grandes capitales. Oigo a Gorecki mientras miro la foto, patética, de un rostro apenas adolescente cuajado de lágrimas, y el pie de foto: «Dolor. La hermana del extremista palestino Khaled Al-Ziq asiste a su funeral en Gaza». Si vieran ustedes el rostro, crispaduras de dolor, y en las pupilas el cuajarón de lágrimas que el fotógrafo captó en gran acercamiento. Auschwitz, Palestina, Líbano…

Leo, en Presencia Judía en México: «Shalom. En hebreo significa paz, muestra del anhelo de un pueblo. Hay quienes no desean la paz. Son los mismos que han llenado de sangre restaurantes, discotecas, mercados. Son los mismos que han masacrado a quienes rezaban. Son aquellos que educan a sus hijos con odio. Son aquellos que en nombre de Dios destruyen lo que El creó».

A ver, a ver, un momento, que aquí descubro una trampa verbal más dañina que las bombas que hoy arrasan Beirut La violencia de «esos que no desean la paz», ¿es violencia causa o es violencia efecto? ¿Es violencia que ellos iniciaron, o es réplica ensangrentada, sangrienta, de una previa agresión contra «esos que no desean la paz»? La noticia del diario fechada en 1991:

«Esposada, una prisionera palestina dio a luz en un hospital israelí».

Y que cuando estaba a punto de dar a luz, Elkak fue trasladada de la prisión de Asaron al hospital Mier. «Es realmente extraño que los médicos no objetaran a que la obligaran a dar a luz esposada», se extrañó el ginecólogo palestino Ahmed Tibí. «Nunca había escuchado nada similar, en Israel ni en ninguna otra parte». Y que la prisionera dio a luz a una niña a la que llamó Wattan, que árabe significa «patria». La patria mártir: Palestina, Líbano…

¿Las armas que confieren tal potencia agresiva al gobierno israelí? Una sola, y se llama G.W. Bush, y con esto todo está dicho. Abril de 2004. «Estados Unidos justifica el asesinato del líder de Hamas Abdelaziz al Rantissi, porque «Israel tiene el derecho a defenderse de una organización terrorista«. ¿Defenderse? ¿No había previamente agredido a la comunidad palestina, a la libanesa? ¿Terrorista-causa o terrorista como consecuencia? ¿Qué..?

Noam Chomsky, de EU: «Israel atacó Líbano, mató mucha más gente que Hussein; mató como a unas 20 mil personas en ese ataque. Bombardeó con saña la capital frente frente a las cámaras de televisión. Todavía ocupa el sur de Líbano. Como los EU estaban a favor de la invasión, vetaron todas las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que trataban de poner fin a la agresión. Israel sigue aferrado a los territorios ocupados. Se ha anexionado una gran parte Los EU, que dicen estar contra las agresiones, les apoyan». Mis valedores: ¿tendremos capacidad de asombro, de indignación? Jenín, Cisjordania, 2002. De la crónica de Terje Toed-Larsen, enviado de la ONU:

El campo de refugiados fue escenario de horrores que superan el entendimiento humano. Vi gente en total conmoción, cuyas casas hablan sido destruidas. Vi familias tratando de desenterrar gente bajo montañas de piedras, pedazo a pedazo. Desde hace mucho no se había visto una destrucción masiva de esta dimensión. Es un infierno. Moralmente es repugnante…

Israel, Palestina, Líbano: ¿quién es la víctima, quién es el verdurgo? (Ah, Dios, Alá…)

Patria o muerte. Venceremos

El Territorio Libre de América, mis valedores, vale decir: la Cuba de Maceo y Martí, la Cuba del pueblo hermano que en este día festeja un aniversario más de la fecha en que se zafó de los yanquis y sus serviciales Batistas. Cuba, su pueblo y los héroes más señalados de la epopeya de Sierra Maestra. A propósito: fue un julio como el presente, pero del 2002, cuando en. el aniversario No. 43 de la revolución cubana lo afirmó el semanario Desde la Fe en Cristo y su Iglesia, vocero del Arzobispado mexicano:

Castro y Guevara se aliaron con los soviéticos y, cancelando la democracia, impusieron el totalitarismo en la isla. Castro es un cobarde que prefería ocultarse, a combatir. Desde Miami, Huber Matus sigue en pie de lucha contra el dictador. Esta larga noche de Cuba lleva ya 43 años; muchos de sus protagonistas están muertos; los que aún viven, ¿podrán ver algún día un nuevo amanecer para Cuba..?

Tales conceptos encierran su muy buena moraleja, ¿pero cuál? Yo, mientras tanto, la sangre escaldada por el texto perpetrado, sé lo que digo, por los Norbertos Pavera y Onésimos Cepeda, me puse a recrear algunos episodios recientes en la vida pública del cubano, como marcha monumental Contra la presión yanqui:

«Once millones integran el pueblo cubano, y de ellos un millón 200 mil desfilaron el pasado 26 de julio, aniversario del asalto al cuartel de Moncada, frente a la sede de la representación de Estados Unidos en La Habana, para protestar por la política hostil de Washington hacia la isla». Esa, la de Martí. Repito conceptos del célebre Escucha yanqui, de C. Wright Mills que, me parece, serán vigentes en tanto prolongue Washington su política en relación a la Isla. Escucha, yanqui:

«¿La revolución cubana tiene influencia del comunismo internacional? La respuesta es obvia. Sí. Todos los países y todos los pueblos del mundo, en la actualidad (más, los pueblos pobres) experimentan esa influencia También la influencia estadounidense. El problema es: ¿qué tipo de influencia?

¿Bases rusas en Cuba? No las hay. ¿Pero tendrías tú alguna fuerza moral y derechos políticos para objetarlas? ¿No tienes una base en Guantánamo..?

La Revolución Cubana es un gran monumento de veracidad: Veracidad militar. Esta verdad consiste en que las guerrillas, dirigidas por hombres decididos, con campesinos a su lado y una montaña cerca pueden derrotar a batallones de contra-revolucionarios equipados con toda clase de armas. Compruébalo con mercenarios. Veracidad económica. La economía no es tan complicada Lo único que hace falta es un buen sueldo y un pueblo decidido a trabajar, a más de algún equipo y organización. Y la voluntad de vivir decentemente. En Cuba todo esto se está dando, un sistema económico civilizado y racional. La clave de nuestra economía es la Reforma Agraria y quizá la nuestra es la primera reforma agraria en el mundo que comenzó de inmediato con un aumento en la producción. La Revolución Cubana significa construir. Veracidad educativa. Suponemos que sabrás que los seis más grandes cuarteles militares del antiguo régimen de Batista y la estación de policía más notoriamente funesta de La Habana se han convertido en escuelas. El antiguo Pentágono aloja ahora al Ministerio de Educación. Y estamos construyendo escuelas rurales en todos los rincones de Cuba No hemos terminado: apenas estamos empezando la reconstrucción educativa

La Revolución cubana es un momento de veracidad política. Y estas son las principales verdades políticas que ha puesto en claro: 1- Bajo una tiranía la única política que da resultado es una política de guerrillas. 2.- En condiciones de pobreza la única política que da resultado es la política de la construcción económica 3.- En condiciones de ignorancia la única política que da resultado es la política de la construcción educativa Mediante el esfuerzo militar, económico y educativo, los cubanos hemos acabado con la vieja política de Cuba esa no existe más. Claro, no puede haber paz -queremos decir: comprensión verdadera- entre Norte y Sudamérica mientras las compañías yanquis sean dueñas de las riquezas de nuestro país; de nuestros países. Porque, con esa propiedad, se va el control verdadero de la política de nuestros países. La propiedad de nuestras riquezas significa el control de ustedes los yanquis. Por eso de ustedes no esperamos nada que no sea más daño y más problemas.

Yanqui: Debes entender que la postura internacional de EU ha fracasado en las orillas de Cuba Que si quieres actuar en relación con Cuba y con todas las Cubas que van a surgir, tienes que actuar primero en tu propio país, con los grandes monopolios que operan -bonita palabra- en Latinoamérica..

Yanqui: Lo que Cuba quiere de ti se expresa en una sola palabra: nada. (Y ya)

La resistencia civil

Las elecciones presidenciales y la reacción al posible fraude que se perpetró en el proceso electoral del pasado 2 de julio, mis valedores. Como estrategia para forzar a las instancias legales correspondientes a contar voto por voto en las casillas impugnadas, el candidato de la Alianza por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, convocó el domingo pasado, 16 de julio, a una concentración de masas que logró congregar a más de un millón de personas. Una plaza de armas repleta con todo y las calles adyacentes, mostró al «Sistema» el estado de ánimo de unas multitudes que no quieren volver a los tiempos priístas de la alquimia electoral y la subcultura del fraude. Ahí mismo se anunció la estrategia con la que se pretende forzar al «Sistema» al recuento de votos en las casillas impugnadas: la resistencia civil. Mientras, para una próxima fecha se anuncia otra concentración multitudinaria, quizá más nutrida que la anterior. Hasta ahí la estrategia del movimiento civil.

Bueno, sí, ¿pero en qué consiste la tan mentada resistencia civil, que tantos han circunscrito a la megamarchita? Yo, que observo los movimientos de masas, me acabo de entrevistar con mi maestro, al que fui a interrogar sobre la eficacia de esa resistencia civil. Aquí, lo esencial de su tesis, en una redacción que recojo directamente de la grabadora:

La resistencia civil es esa estrategia que López Obrador propone a las masas como vía de contienda frente al fraude anunciado en el proceso electoral del pasado 2 de julio, fraude que se inició desde antes del intento de desafuero de López Obrador y que ubica su espina dorsal en el proceso cibernético que controla el poder. De esta forma, si cien veces se cuenta voto por voto, las cien veces va a resultar que el triunfador es el candidato elbiazul si en el conteo se utiliza el sistema de computación del IFE, Instituto Federal Electoral. Con esa estrategia, si no se da el paso siguiente, está perdido López Obrador.

– ¿Tanto así? A ver explíquese.

– Que lo explique la historia, esa estrella polar de todo estudioso del quehacer político; y comencemos con esta aclaración: «Sistema» no tiene vocación de suicida; no se piensa aplicar el harakiri ni va a renunciar a su posición de super-estructura, con lo que ello supone de privilegios de todo tipo, sobre todo económicos, sólo por un asunto menor, como es el de los votos ciudadanos. El «Sistema», él sí, tiene un cuerpo de asesores, de aquí y del exterior, que analizan su relación con las masas y sus grandes expresiones de descontento. Así pues, el susodicho «Sistema» analizó ese parteaguas histórico que fue el movimiento de 1968. ¿Se acuerda de las grandes concentraciones de masas que de forma espontánea congregó el descontento popular contra un sistema autoritario, opresivo, y en su caso represivo? Marchas, concentraciones ciudadanas, las calles apretadas de descontentos contra el régimen gubernamental, que consiguió la derogación del artículo correspondiente del Código Penal alusivo al delito de «Disolución social». Las masas lograron que el gobierno doblara las manos.

¡Mentira vil, que entera se tragaron los cientos de miles que tomaron la calle! El delito de «Disolución social» fue sacado del artículo 49 del Código Civil y con nombres diversos: motín, sedición, etc., fue vaciado en cinco artículos, y de ahí a la trampa del «Sistema»: «¿Ven? Con la «movilización» de masas (así apodan a la concentración) lograron uno de sus propósitos. No dejen esa estrategia de lucha en mi contra«. Y ahora contéstame: esas concentraciones populares, ¿forzaron al gobierno a ceder? ¿Cuántos presos políticos echaron fuera de Lecumberri? ¡Ni uno solo!

– Bueno, pero ahí están tantos que no purgaron su condena completa, comenzando con Aguilar Talamantes y Heberto Castillo…

– Esos salieron más tarde, cooptados por Echeverría para que llevaran a cabo trabajo sucio y desmantelaran al Comunista Mexicano de todo rastro de izquierdismo y de todo revolucionario que todavía militaba en él. Esta maniobra no podría lograrla el PRI-Gobierno, falto de toda credibilidad ante las masas. Una vez anulada la esencia del Comunista Mexicano, entonces sí: a legalizarlo, darle registro y subsidios, y que los cooptados gocen del presupuesto: en senadurías, en diputaciones, en el gobierno del DF, en fin. ¿Conoce la historia personal de tantos y tantos cupulares del PRD..?

Por cuanto al EZLN, Ejército Zapatista de Liberación Nacional. El «Sistema» analizó su repercusión urbana y vio que era nula Los organismos que lo apoyaban en este renglón, cifraban y cifran su estrategia en la concentración de masas, que llaman, a lo equivocado, «movilización». Recordemos la marcha de los 1111, de hace algunos ayeres… (Mañana.)

La Guelaguetza

«¡Yo soy Oaxaca!, en la presencia de sus siete regiones; en sus trajes de vértigos en colorido que roban al paisaje los tonos de su luz; en el perfil moreno de sus mujeres disimiles de carácter, a veces místicas, humildes, soñadoras y también alegres y agresivas en la belleza; fieles hasta la obsesión y sacrificadas hasta el coraje..! ¡Yo soy Oaxaca! Y hablo con la voz de mi fértil suelo, de mis agrestes montañas, de mis fecundos bosques y de mi tierra erosionada; con los cafetos y la copra señoreando el cielo con la brisa de un mar intensamente azul, que retrata entre sus aguas las alturas; también, y con el agrio dulzón de mis piñas derramando sus mieles en las bocas que rezan un rito de emoción. Así, con esos labios, voy a dialogar hacia mí misma…»Cálida prosa, mis valedores, esta con la que Don Francisco Hernández Domínguez trova a su tierra, prosa a la que me permito agregar: Yo soy Oaxaca, y soy La Guelaguetza, que es decir la máxima expresión de cultura, folklore, raíz, tradición y seña de identidad de este pueblo que es abanico y mosaico de tantos pueblos. Yo soy La Guelaguetza, sobrevivencia de un mundo mágico. Mis valedores: ¿algunos de ustedes habrá asistido por estas fechas a los llamados Lunes del Cerro, los dos siguientes al 16 de julio, en el Cerro del Fortín, al oeste de la ciudad? ¿Alguno ha admirado esa que es, a ojos, oídos y espíritu, maravilla de color y fulgores, y encantamiento de sones, tonadas, clamor y recitaciones de música y flor, olanes y plumas, y brillos y cintas enrevesados juegos coreográficos que saben a raíz de un pueblo que es multitud de pueblos, y a esencia idiosincrasia, identidad? Cierro los ojos y miro de piel adentro, y me veo mano con mano de una mujer. Una ixtepecana de nombre Nallieli, que significa: «yo te amo». Cerrados los ojos contemplo semejante parvada de danzantes llegados de las siete regiones, un cuajarón de penachos y máscaras, danzas y ofrendas, que al vivo rayo del sol ejecutan un largo ceremonial acompasado a tonadas que a toda garganta y a pecho abierto se claman en tono mayor, o se salmodian a lo hondo a lo memorioso, a lo melancólico, en un acompasado tono menor. Me acuerdo…

Porque yo, mis valedores, mi mano en la mano de mi única, istmeña de Ciudad Ixtepec, año con año desde hace años presenciaba esa ceremonia que es síntesis y amalgama de lo indígena tradicional y español y mestizo, donde se queman el copal y el incienso a Centéotl, diosa del maíz tierno, y a la Virgen que vino de España y convive en santa paz con la Princesa Donajl, con el rey Cosijoeza y el arrogante Zahuindanda, el Flechador del Sol

A la fiesta del espíritu y los sentidos pensábamos asistir mi Nallieli y su servidor (servidor de ella), este mismo año. Contando las horas se nos iban los días, pero lástima, que con algo no fuimos a contar, y esa fue la invasión de los bárbaros, unos bárbaros que pocos días antes fueron maestros y que, según costumbre ancestral en el benemérito gremio y por unas causas justísimas, en Oaxaca habían iniciado su lucha anual con las consabidas estrategias de lucha, unas estrategias ya rancias de tan viejas, ya apolilladas,que desde fines de los años 50s han certificado ser obsoletas porque el Sistema de poder ya sintetizó el antídoto, y aun se da el lujo de revelarlo a los demandantes: «Ni los veo, ni los oigo, ni los siento. No se puede, y háganle como quieran«.

Y qué lamentable, mis valedores, que una causa tan justa como la reivindicación salarial derive en una así de grotesca, desmesurada e inútil como es la exigencia de la caída del gobernador. ¿Para que el «Sistema» designe a algún otro igual o peor? Que una causa tan noble como la reivindicación salarial degenere en la exigencia absurda, y de ahí se caiga al garrote, la hornaza, la destrucción, y que a mí y a tantos nos dejaran vestidos, alborotados y alborozados, yo, reluciente mi chaleco de pelos y ni única con los collares de monedas de oro, su traje de tehuana con el «resplandor» con que habría de enmarcar el resplandor de su rostro. Y qué hacer. Vestidos y alborotados, mi Nallieli y su amador, como también los oficiantes de La Guelaguetza, esos que son el espejo y la flor de la «briosa raza de bailadores de jarabe», que dice López Velarde. Y qué hacer…

Sindicato de maestros. Demandas, las de siempre Estrategias de lucha, las consabidas. Autocrítica de los estrategas, ninguna Más de medio siglo de mega-marchitas, bloqueos y plantones, cero resultados. Hoy, sindicato de maestros, sección 22. Toma de edificios y cierre de calles, conatos de incendios y clausura de puerta de hoteles. ¡Y a quemar las instalaciones donde se iba a celebrar La Guelaguetza! ¿Así, desde hace más de medio siglo, defienden causas justísimas? Con esa estrategia compitas maestros, ¿qué caraj…mbas han conseguido para su causa? ¿Qué..? Ah, la rutina la mediocridad, los maestros. (En fin.)

Y me aplaudieron

Huerta El Chacal, mis valedores. Del faccioso, golpista y asesino de Madero y Pino Suárez les hablé ayer, y mencioné el diario que, publicado bajo rubro de Yo, Victoriano Huerta y atribuido a él mismo, muchos estudiosos señalan de apócrifo. Del tal aproveché dos otros párrafos para luego seguir por mi cuenta, de modo tal que a un diario apócrifo añadí otro más apócrifo todavía Aquí, el resultado.

Por celebrar dignamente la muerte de Madero y Pino Suárez, con mis contlapaches me instalé en el Café Colón, y entre copa y bataclán aplaudíamos a las artistas del burlesque, yo con la mía clavada en cierta morena de negro mirar que me clavaba la suya y eran las nuestras una miradas que hagan de cuenta los sables de una amorosa partida de esgrima que yo estaba decidido a ganar. A mí, en el sueño imposible de encaramarme a la Presidencia del país, la morena me cuadraba para primera dama; una de trasmano, de traspuntín, de catre con cabecera de brillante latón donde yo pudiese colgar la banda tricolor de la que despojara a la hora en que toda la ropa sale sobrando. Yo, el Presidente de mi querido México..¡Salud! (Y el indiscreto eructillo.)

En éso estábamos cuando de súbito veo que se me plantan enfrente aquellos individuos con facha de irremediables mediocres, y el que encabezaba la comisión de burócratas:

– Señor general Victoriano Huerta, sírvase acompañarnos.

Me azoré. ¿Tan pronto se me iban a pedir cuentas de mis acciones? Estos que se disponían a llevarme a juicio, ¿abogados, legisladores, jueces, qué? «Victoriano, me dije, qué mal hiciste al juzgar a los funcionarios del gobierno como una ralea de cínicos, arribistas, logreros y sinvergüenzas, con sus ribetes de cobardones y aprovechados de la ocasión. Ahora resulta que los que reputas de reputos e hijos de su reputada madona son varones de vergüenza, con las vergüenzas bien afincadas en su lugar, y que como varones han reaccionado ante los crímenes que algunos cargan en la conciencia y yo cargo, si acaso, en las cantinas de mi montura Qué equivocada te diste con los que ahora te llevan a juicio por crímenes de lesa Patria, ni más ni menos». Los restos de la copa no me atreví a apurar, y apurado y con las corvas temblonas, avancé con ellos…

Como en sueños recuerdo que fui conducido hasta el interior de algún edificio que de momento (bochorno, calor, exceso . de copas) no pude ubicar, y que me hicieron sentar en aquel sillón, y que alguno de la tandada de funcionarios con cara de irremediables burócratas, que es decir de irredentos mediocres, abrió la sesión, y todo lo que en ella fue a ocurrir lo recuerdo y me asombro. Tensa la atmósfera, cargada de electricidad Yo, con la mirada de todos encima me derretía de sudor. El efecto placentero del coñac se esfumaba, dando paso al efecto mortecino del crudón Pasé la lengua por unos labios resecos mientras pedía auxilio al paliacate y discretamente me lo pasaba por el pescuezo.

– ¡Señor general Victoriano Huerta.!

Mi mente repasó bagazos de mi actuación en la historia reciente de México: mi llegada al poder a la viva ley de cojones, que es violentando leyes, formas, individuos, todo. Mi única defensa era una que sentía apretada al cuadril. «Victoriano, tu hora llegó. Estos van a reclamarte injurias, desmanes, desmadres, crímenes. Desde esta alta tribuna te motejarán de ladrón y asesino. Si te encaramas al Poder van señalarte de presidente ilegítimo, que habrás llegado en la punta de las bayonetas y con la complicidad agachona de un Legislativo y un Judicial que son cáfila de castrados. Ahora te habrá de reclamar esas malas artes de que te vales para apoderarte de la silla presidencial. Prepárate, Victoriano». El banquillo de los acusados, un suplicio. ‘Ya escucho el clamor: ¡Ladrón, asesino, siempre serás Presidente ilegítimo!» El sudor, a chorros. Pero al cuadril mi defensa, tripona de plomos…

En el presidium, uno con facha de mediocre-burócrata-funcionario se echaba una pieza oratoria de mucho primor y hartas prosopopeyas y citas de leyes y reglamentos que me arrullaban un amago de cruda precoz. Pesados los párpados, alcancé a percibir algo que, de pronto, me forzó a eructar por aquí y allá el «Cinco Equis», con rajuelas de botana Clamaba el orador:

– ¡Es por estas consideraciones, señores integrantes de esta máxima instancia electoral cuyo veredicto es inapelable, que luego de calificar el proceso electoral del pasado 2 de julio declaramos solemnemente al señor general don Victoriano Huerta triunfador absoluto y, por ende, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.

¡Congratulaciones, señor general Don Victoriano Huerta.!

Me aplaudieron. Eructé por allá. (Qué más.)

Yo, Victoriano Huerta

Y a propósito de El Chacal, mis valedores, ¿Conocen ustedes el diario de ese torvo personaje de la vida nacional que allá por 1913, con tal de encaramarse en la presidencia del país, no dudó en perpetrar el cuartelazo de La Ciudadela y más tarde llegar hasta el magnicidio contra el presidente Francisco I. Madero y José María Pino Suárez, vice-presidente? Yo, Victoriano Huerta, se llama el diario de marras, que muchos estudiosos tachan de apócrifo, donde supuestamente detalla en primera persona desde su dipsomanía hasta sus deslealtades, infidencias y toda suerte de crímenes.

De Yo, Victoriano Huerta, tomo diversos párrafos para en un documento apócrifo empalmar otros más apócrifo todavía. Licencias que me permiten la retórica y una pizcacha de imaginación. Dicen los párrafos:

Yo, Victoriano Huerta, me presenté cierto día ante don Porfirio: «Déme usted tres mil hombres, y yo acabo con la revolución de Madero».

Yo bebía coñac todos los días. El señor Madero me recibió muy bien a mi llegada a la capital. Para él yo era un hombre leal. Para su gabinete era yo un traidor. Inopinadamente, el señor Madero me comunicó que cesaba en el mando de la División.

Todo se me vino por tierra…

Medité fríamente, bebí muchos días y… ¡esperé! Dije a mi compadre Urrutia «Si tengo armas y hombres yo acabo con la revolución, y hasta lo feo y pelón se me quita…»

Mi aversión por el señor Madero crecía Los conspiradores me asediaban. Yo era un traidor para todos; para todos, menos para el señor Madero. Me habló Mondragón para conferenciar sobre la sublevación Mi general Reyes quedaría al frente del gobierno y mi discípulo Félix Díaz en un ministerio. Yo, con el de Guerra. Exigí nada menos que la Presidencia. Mi general Reyes, al saberlo, dijo:

– ¡Manden a ese a la ching..!

Tuve una idea: batir a los del cuartelazo y crecer ante los ojos del señor Madero, y así…¡fui nombrado comandante militar de la plaza; jefe de las operaciones contra el grupo de sublevados!

Cañoneé La Ciudadela

Me faltaba un apoyo moral, algo en qué fundar un movimiento armado contra el señor Madero. Me aproveché de las gestiones del Senado. El Senado, como la Cámara de Diputados, no era sino una cueva de bandidos, unos bandidos que conspiraban pero no eran hombres de acción. Eran catrines.

Yo los utilicé porque los servicios de los malos son mejores que los servicios de tos buenos.

Yo les insinué mis deseos de acabar con el señor Madero. Sólo fue una insinuación, pero me comprendieron…

El embajador de Estados Unidos hizo creer al Gobierno que ellos intervendrían en México si no cesaba la lucha La especie se propagó en un momento de terror. Ya es sabido que la capital es una ciudad propicia para ser conmovida por todos los embaucadores…

Cuando el señor Madero y el otro bajaron por el ascensor para huir, los hice capturar por Blanquet Cárdenas les dio un balazo en la cabeza, pero cometieron la torpeza de enterrar inmediatamente a los muertos. Ordené que los desenterraran y los presentaran en la Penitenciaría pues en un Consejo de Ministros que se celebró una hora antes, los Secretarios de Estado me dieron esa idea Yo tengo que alabar ahora a los señores licenciados y políticos que me hicieron tomar tal determinación, pues asi logré que resplandeciera la verdad en un dizque asalto a la escolta por la multitud. La verdad oficial; esa fue la verdad oficial…»

En el Café Colón celebrábamos yo y mis contlaplaches, copa y bataclán, cuando en eso vi entrar al recinto, y que se me dejaban venir en derechura, a aquellos individuos, continente austero y cara sombría Catrines. Con la copa de coñac a medio viaje se me vino el pensamiento: «Tormenta en puerta, Victoriano». Pensé en el arma que se me aquerenciaba al cuadril, y tal pensamiento me produjo alivio. Resollé. «Sean bienvenidas sus buenas mercedes», les dije, pero apenas me contestaron. A penas. Los invité a sentarse, y por congraciarme con ellos me forcé a sonreírles. Sonrisa falsa forzada Solemne, estirado, aunque con aspecto de insignificante burócrata, el que encabezaba la comisión:

– Señor general Huerta venimos en comisión de servicio. Sírvase acompañarnos.

¡En toda la madre! (Con perdón.) Estos me van a exigir cuentas de mis desgarriates. «Victoriano, pensé, qué equivocado anduviste…» (En qué anduve equivocado, mañana)

Siameses

Las aberraciones que suele producir madre Natura, mis valedores. Los entes que nacen con mala estrella y un destino espinoso: corcovados, albinos, débiles mentales, en fin. Los siameses, que nacieron herrados por la fatalidad. «A los dos de Siam los asesinó el desengaño», y el doctor W. Hollingsworth entrecerró los ojos. Lo oí suspirar. «A los malafortunados Eng y Chang los mató la desilusión. ¿Y sabe quién se la provocó? Yo, su médico…»

Callamos. La habitación, silencio. El doctor, ¿responsable? ¿Por qué, en qué forma? Porque requerido de urgencia aquella tarde helada y desapacible de principios de año 1874, llegó el doctor hasta la granja de Mount Airy donde agonizaba Chang. Ya no sería necesario el instrumental quirúrgico; en aquel doble camastro finalizaba el errabundaje que a los dos desgraciados los llevó desde Siam hasta Carolina del Norte, donde 63 años antes nacieron unidos por un cartílago de 15 centímetros a la altura del esternón, ese que les iba a abrir las únicas puertas que se abren de par en par a tales caprichos de madre Natura. Cuáles iban a ser esas puertas, si no las del circo. De atracción circense, Chang y Eng habían recorrido regue- ‘ ros de poblaciones en el mapa del orbe, y provocado la morbosa expectación de públicos poco exigentes en Europa y América Ahora todo había terminado.

– Los mató una desilusión. Y mire que ellos no se rendían fácilmente, casados los dos y ambos haciendo una perfecta vida marital con sus respectivas esposas, acumularon veintiún hijos entre los dos matrimonios. Y qué de especulaciones se alzaron en aquella sociedad puritana sobre las formas posibles e imposibles de intimidad con sus respectivas esposas. Por sobre su limitación física habían alcanzado renombre, amor, descendencia; todo, o casi, porque lo que más anhelaron nunca lo iban a lograr: la separación física que significaba la muerte. Hasta que aquel día de súbito…

Que Chang empezó a toser. Bronquitis. Eng se afectó en forma terrible. «Cuando uno muera moriremos los dos». Y llegó el jueves fatal. «Me siento mal», dijo Eng a uno de sus hijos. «¿Cómo está tu tío Chang?» «Frío. Ha muerto». «Entonces yo también estoy a punto de morir». Una hora más tarde, ambos habían fallecido. Juntos.

– Yo y sólo yo fui el causante de su muerte. Por desilusión. Desde que llegaron aquí, los siameses me consultaban, rostros desencajados y urgida voz:

«Sepárenos y disponga de nuestros bienes». Yo: «No sobrevivirán». Ellos, entonces, aquel suspirar, pobrines. Y es que en el límite de su resistencia por aquella . mutua y forzada compañía los siameses se aborrecían uno al otro. La atadura carnal había terminado por convertirlos en ruines, viciosos y corrompidos. El odio mutuo los envilecía

– Ya estamos a punto de enloquecer; dormir juntos, defecar juntos, juntos cohabitar con nuestras esposas, juntos abominar nuestro aliento bilioso, nuestros humores nocturnos, esta forzada compañía». Y aquel terror de cualquiera de ellos a la más leve enfermedad del otro. Tiene que existir algún medico que nos logre separar sin matarnos!» «Ni en Nueva York, me temo…»

Y a despedirlos, y hasta la próxima desilusión. Pero aquel día, de repente, la gran esperanza «¡Tenemos la solución, y sin que tengan que separarnos! Hemos sabido de unos siameses que se exhiben en otro circo. Que ambos coexisten en paz, y cohabitan y aun medran con su ligazón. Para que nos den la receta viajaremos hasta su país, uno que primero fue Méjico, y más tarde México, y hoy, con Fox, Mécsi-cou. Y me mostraban el documento. Leí:

‘1989. PRI y PAN votaron juntos la legislación electoral salmista para eliminar las coaliciones y candidatos comunes de los partidos. En 1991 juntos votaron la quema de tos paquetes electorales de 1988 para eliminar la evidencia del fraude contra C. Cárdenas. En 1992 votaron juntos un resolutivo para apoyar la elevación de cuotas en la UNAM y reformaron el 27 Constitucional para prívatizar el ejido. 1993. Juntos votaron la reforma al Código Penal para permitir la libertad bajo fianza a tos servidores públicos corruptos. 1998. Redujeron el presupuesto del DF y las universidades públicas, y aprobaron el Fobaproa. Hoy, los siameses validan un IFE que en 2003 nom-braron ells, sin aceptar lo que proponía el PRD, anomalía gravísima que está a punto de embombillarles al candidato de los siameses, del Yunque, del clero, de Fox. Yo maté de desilusión a Eng y Chang ¿Para qué los previne contra el nauseabundo par de engendros, PRI y PAN? «Lo único que mantiene vivos y gananciosos al par de logreros es una viciosa unión de su pragmatismo utilitarista De imitarlos, ustedes serían todavía más ruincejos y viles, más corruptos y degradados, y casi tan cínicos y sinvergüenzas como ellos dos». Otro día Eng, al conocer la muerte de Chang: «Estoy a punto de morir». Y sí (Lástima)

A la rorro, niño…

Aquí va un cuento de origen alemán, mis valedores, para aquellos de ustedes que no han perdido la esencia infantil. A flor de letra su moraleja, el relato pudiese ayudar a pensar a tantos con espíritu de niños que, como el adolescente de El tambor de hojalata, se niegan a ser adultos, a madurar. En primera persona, el protagonista:

Las naves espaciales, brillo de plata, dejaban tras de sí temblorosas estelas estallantes de luz. Desde nuestras chozas, en el aparato de TV la mirábamos hundirse en el firmamento para llevar nuestra luz humana a los últimos límites del firmamento. Era nuestro mensaje, porque nosotros costeábamos la investigación espacial. Sabíamos, acuclillados frente a la abollada cacerola en que hervían las hebrillas de carne, que la nave enviada al espacio era nuestra nave, que los científicos eran nuestros científicos, nuestros los astronautas y nuestros el proyecto estrellero. Eramos los pioneros de la era espacial. ?ramos

De noche, insomnes en el jergón de paja, creíamos escuchar un lejano zumbido de reactores que rasgaban la inmensidad. Entonces, más allá de la anemia, nuestra presión sanguínea aumentaba Los astronautas (nuestros astronautas, en los que habíamos delegado todo nuestro orgullo de héroes hazañosos) burilaban en el espacio el verso perfecto del himno al progreso. Nosotros, felices…

En ocasiones, al hurgar en los montones de desperdicios algo qué llevar a la choza, nos topábamos con aquel diario que anunciaba el lanzamiento de nuevas naves espaciales. Sus tripulantes, entonces, se convertían en ángeles de paz, de sabiduría, de riqueza futura para todos nosotros. Tomados de la mano de nuestras mujeres, apretando esos huesecillos náufragos de carne y rodeados del alegre enjambre de nuestros niños, sus moscas, enfermedades endémicas y avitaminosis, sentíamos la garganta anudada de emoción: nuestros representantes proseguían, allá arriba, la carrera espacial de todos nosotros, los de acá abajo. Nuestro amor, devoción y recursos económicos los acompañaban. Eramos los arquitectos del universo, los super-hombres. ?ramos

Día con día, al masticar las hilachas de carne, levantábamos la cabeza para observar a las raudas estrellas humanas que se alzaban rumbo a la eternidad, y aquel nudo en la garganta. Al tomar a nuestras mujeres nos nacía un veneno de placer en el vientre, como si estuviésemos copulando en representación de los ángeles (nuestros ángeles) que domeñaban los astros. Al sentir nuestro renaciente vigor quedamente sollozaban nuestras mujeres, ellas también resignadas a recibir un hijo más en sus destartaladas entrañas, en su mente gozando con el vigor de los navegantes, que lograban el prodigio de llevárselas consigo más allá del sol y del terror, de Júpiter y de las penas, de Plutón y del hambre. Cuánta felicidad…

¡Ah, pero qué de alaridos cuando la nave espacial se desplomó en una explanada que se abre más allá de nuestras malolientes cabañas! La sorda explosión hizo llorar a los niños y desgajarse por dentro a millones de ilusos mendigos de la hazaña ajena que delegamos en esos que tripularon la nave espacial denominada México. La decepción nos forzó a soltar unas lágrimas acres y melancólicas. En cinco años, como al final de cada sexenio, nuestro grandiosa esperanza se redujo a un gusano retorcido y disforme que ventoseaba un humo pestilente. Y no más…

Honda fue nuestra pena y amargo el llanto por las promesas incumplidas de quienes no estuvieron a la altura de los que delegamos en ellos y que nos hicieron volver a la realidad de la choza, el hambre, la necesidad, la desesperanza. En silencio nos fuimos acercando a los restos ennegrecidos y renegamos ante ellos. De nuestra esperanza colectiva sólo quedaban un renegrido agujero y una ceniza que el viento dispersó en las chozas. Nosotros, los que financiamos la carrera espacial…

Hemos vuelto a la vida de siempre: buscar desperdicios, robar a transeúntes, fornicar toscamente, drogarnos (droga barata). Los astronautas nos defraudaron. Todos. Del «Nopalito» Ortiz Rubio al «Nopalito» Fox Eso es todo. Hoy, al sorprender a nuestros chamacos mirando al cielo los golpeamos rudamente. Sin embargo, yo insomne a deshoras de la noche, suelo preguntarme: ¿quién será más niño, ellos o nosotros, con nuestra compulsión por delegar en un padre que siempre nos ha de defraudar? Ah, la terca, irracional esperanza: ¿Calderón, tal vez? ¿El Peje, posiblemente? ¿Quién será el próximo tripulante de nuestra esperanza, ese en quien todos nosotros, niños irremediables, vayamos a delegar? Delegar en alguno. Delegar siempre Nunca asumir. (Lástima.)

Balada del rencoroso

Hubo un varón llamado Job, hombre perfecto. Jehová, presuntuoso, dijo a Satán: «¿Habrá un hombre tan recto como mi siervo Job?» Respondióle Satán: «¿Teme Job a Dios de balde? ¿No le has dado todo lo que puede desear? Pero destruye todo lo que tiene y verás si no te blasfema en el rostro».

Y Dios (¿Por injusto? ¿Porque sus caminos son inescrutables para el humano?) dio a Satán el permiso para que destruyese toda la riqueza del justo. Y fue así, mis valedores, como de ayer a hoy Job perdió toda su riqueza Por fuego del cielo, viento del desierto, ataques de los Sabeos y Caldeos, que le destruyeron casas, camellos, ovejas, sembradíos, toda Job limitábase a alzar sus ojos al cielo: «Dios me lo dio, Dios me lo quitó. Que haga su voluntad».

¿Algo faltaba al desastre?. Sus propios hijos fueron destruidos. Job, entonces, se alzó, rasgó su manto, y trasquiló su cabeza, y cayendo en tierra adoró al Señor: «Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo tornaré allá. Jehová dio y Jehová quitó: sea bendito el nombre de Jehová».

Job no pecó, ni dirigió a su Dios despropósito alguno. El cual Dios, fachendoso a Satán: «¿Qué te parece mi siervo Job? ¿No te dije que nada lo apartaría de su amor y veneración por su Creador?»

Contestóle Satán: «Piel por piel y pelleja por pelleja, todo lo que el hombre tiene dará por su vida. Pero extiende tu mano y toca su carne y sus huesos, y ya verás si no se suelta blasfemándote en pleno rostro».

Bueno, pues te doy permiso de que lo hieras en su carne y sangre, y que rápido, Satán va y hiere a Job con una maligna sarna desde la planta de su pie hasta la mollera de su cabeza. El justo, entonces, sentado en un pedrusco tomaba una teja para rascarse con ella, y estaba sentado en medio de ceniza, y observándolo, le dice su mujer:

– ¿Y todavía conservas tu condenada simplicidad? ¿Y después de que tu Dios te ha dejado en calidad de humana piltrafa, todavía lo bendices? Anda, pues, signe bendiciéndolo y muérete. Pero tú solo. Y abandonó al roñoso.

Y así pasaron los días, y pasaron los meses, y de repente, en medio de su soledad, tres amigos acercáronse a Job y en silencio le hacían compañía Entonces él abrió su boca y entre llantos y apagados sollozos así se dolía

– ¡Perezca el día en que nací y la noche en que fui concebido. Sea día tenebroso, por cuanto no cerró las puertas del vientre donde yo estaba ni escondió de mis ojos la miseria.!

Callados, los tres amigos movían la cabeza Lo dejaban hablar, deshaogarse. Y el cuitado, gemebunda voz:

– ¿Por qué no morí yo desde la matriz, o fui traspasado en saliendo del vientre? ¿Por qué unas tetas que me dieran de mamar? Porque antes que mi pan viene mi suspiro…
Ahí habló Eliphaz, y así le decía «Me extraña, digo. ¿No eres tú el mismo Job que enseñabas a muchos lo que es el temple, el carácter, la reciedumbre y el amor a Dios? Sí, lo comprendo, perdiste bueyes y vacas…»

– Bueyes y vacas me importan un cuerno.

– Perdiste ovejas, camellos, casas, a tus hijos, a tu señora esposa..

– Un cuerno me importa mi señora esposa..

– ¿Tu salud, entonces? ¿Esa roña que tira sarna esa sarna que tira a riña, una riña que tira a lepra?

– De algo nos tenemos que morir. Nada de esto me importa nada

Y aquellos gemidos y aquel suspirar del doliente atejonado a la sombra de un árbol que pelechaba y de cuyo ramaje caíanle escamas; los pajarillos completaban la injuria, pero Job ni se cuidaba limpiarse tales desechos. «Qué me importan». Bildad: «¿Qué es, en concreto, lo que te abruma?»

Y fue entonces. Exhalando un suspiro que por lo dolido parecía ser el último, Job agachó su testa, muladar de avecillas, y durante un siglo mantuvo su sañudo silencio. Bildad, Sophar y Eliphaz, aguardaban. Y entonces:

¡Voto a Satán, con una tiznada! ¿Son ustedes tan insensibles? ¿Tienen de buey la cuera? ¿Es de buey su pelleja? ¡Ustedes aquí, tratando de consolarme, cuando conmigo debieran bramar como toros heridos!

Achis, achis. ¿Y ora éste? Se alzaron los tres y uno intentó írsele encima Lo detuvo el clamor cavernoso de Job: «Todo le soporté a Jehová, y aun después de cada chicotazo de su santa mano con más fervor lo adoraba Ah, pero cuándo iba a imaginar a qué extremos de rigor puede llegar. Miren que venir a tratar de enjaretarnos en el gobierno al peloncito, chaparrito, de lentes. Y lo que más me encarbona ustedes ahí, tan campantes, como si nada ¡Van a tenerlo seis años! ¡Seis años a Calderón, echen cuentas! ¡Reaccionen, digo, con una tiznada!» La tierra se estremeció…

Y aquel rayo en seco. (¡Dios!)

¡Lloren, plañideras…!

El Episcopado se lava las manos sobre delitos electorales que cometieron los curas…

Aquí terminan, mis valedores, las reflexiones que formulé el domingo anterior en nuestro espacio comunitario de Domingo 6, de Radio Universidad.

¿Que se cometió fraude en el conteo de los votos acopiados en el proceso electoral del pasado dos de julio? Fraude se perpetró, por supuesto, que las pruebas lo exhiben, pero un momento: el verdadero fraude se fue orquestando desde mucho antes de que se llegara al proceso de recuento de votos; el tal se inició desde el desafuero frustrado del candidato del PRD, Convergencia y el Partido del Trabajo, y siguió con la guerra sucia que en su contra aplicó el «Sistema», con el presidente del país y el aparato de gobierno en pleno, al parejo de los grandes capitales, el alto clero católico y El Vaticano. Lo afirma El Semanario, que dirige Juan Sandoval íñiguez, cardenal de Guadalajara, Jal.:

¡López Obrador y los perredistas lloran como plañideras lo que no supieron ganar como hombres..!

Elemento fundamental en el resultado final de las elecciones fue, desde luego, ese demoledor instrumento de enajenación de masas al servicio del «Sistema» del que forma parte integral que es el duopolio de la televisión, desde donde los «comunicadores» transmiten a los adictos al cinescopio la versión, la visión del «Sistema» de marras, para que unas masas candidas les crean a los tales, y normen su criterio político con al tesis de los López Dóriga y congéneres, que no puedo nombrar porque no los conozco; que yo, celoso de mi libertad de pensamiento, criterio y acción, no tengo trato alguno con el cinescopio, como tampoco con el cigarrito, el licor y otra clase de drogas, casi tan funestas como el propio cinescopio.

La Conferencia del Episcopado Mexicano se congratula por la labor realizada por los medios de comunicación en el proceso electoral. «El seguimiento que hicieron del escrutinio de los votos, afirma la jerarquía católica, nos habló de la transparencia reinante en la elección. Los medios estuvieron a la altura de lo que el pueblo ha querido…»

Fue el frustrado desafuero de López Obrador el inicio de un fraude que en mucho menos medida se refleja hoy en el conteo de los votos. ¿Que mucho lastimaron al perredista las pugnas internas de su propio partido, y esa para tantos inexplicable conducta de Marcos, el del EZLN, Amalia García, gobernadora de mi Zacatecas y la mancuerna de Cárdenas Batel y Cuauhtémoc Cárdenas, hijo de un mandatario con visión de estadista que rescató toda la vertiente humanista, progresista, de la Revolución Mexicana, la que se refleja en los artículos como el 3o., el 27, el 123 y tantos más, los cuales «garantizan» la obra pública de beneficio colectivo: la educación, el ejido, el empleo, la salud y un estado laico, republicano? Esta política, la que llevó a Cuauhtémoc a desgajarse de un PRI-Gobierno que había dado la espalda a las conquistas del paisanaje en la Revolución, es la que, al parecer, pretende o pretendía aplicar el perredista. Hechos aparentemente inexplicables de la obra negra política que llevan a cabo los pragmático-utilitaristas. En fin.

La «macroeconomía» mexicana, sólida. Los próximos aumentos salariales serán muy modestos: de 4.7 a 5.2 por ciento. No más…

Y por lo pronto, mis valedores: todo ensayo de interpretación donde las reflexiones se concreten al proceso electoral, y de éste en el recuento de votos en las casillas impugnadas, estará necesariamente incompleto y será parcial, porque la sucesión presidencial se tramó, cómo pudiera ser de otro modo, desde La Casa Blanca y con los estrategas de La Casa Blanca y ellos no precisan más que un voto por encima de los que favorecen a López Obrador. No millones. Uno, nada más. ¿O pensábamos a lo ingenuo que esta vez Washington dejaría actuar libremente a sus vecinos de la frontera común? Cómo pensarlo: si por salvaguardar sus intereses no ha dudado en invadir países de todo el orbe y hoy impone en Irak, a la pura ley de las armas, su muy particular y avieso concepto de «democracia», ¿iba a descuidar el quehacer político de un vecino con el que tiene más de 3 mil kilómetros de frontera qué proteger, y donde alza un muro con el que pretende detener a los miles, cientos de miles, millones de desempleados que, por culpa del modelo económico impuesto por Estados Unidos, intentan la sobrevivencia en Estados Unidos, país al que tanto benefician con mano de obra barata? ¿Iba a permitir que la política impuesta desde siempre, pero reafirmada a partir de 1982, fuese alterada por un López Obrador que para el Imperio y como estrategia para efectos prácticos pertenece, con Castro, Chávez y Evo Morales, al «eje del mal»? (En fin.)

¡Se ha cubierto de gloría…!

Tal proclama, refiriéndose al IFE, Instituto Federal Electoral, un Francisco Gil Díaz, secretario de Hacienda y Crédito Público. Yo, por mi parte, sigo aquí con las reflexiones que en torno al proceso electoral del 2 de julio expresé hace unos días en el programa semanal «Domingo 6«, de Radio Universidad:

En estas elecciones, y ante unas masas exasperadas por el modelo neoliberal y con la crispación a punto del estallido social, aquí la nueva estrategia de Washington, que intenta apagar los focos rojos y que esas masas «legitimen» el neolíberalismo: otorgarles toda la mitad de la votación. La mitad menos un voto, que corresponde al Sistema de poder. «A ti, votante, te reconozco que casi te llevaste la elección. Casi, casi ganaste. Perdiste por un solo voto, imagínate». Y desde la prensa escrita, la radio y la TV, al servicio de La Casa Blanca, sus personeros autóctonos:

«En la democracia se gana y se pierde por un solo voto».

La estrategia les funcionó, y el mensaje del Sistema, implícito, para quien lo quiera entender: «O tú me derrotas por un millón de votos o yo te derroto por uno solo. Uno solo me basta. Por un solo voto, pero te derroto». Y el bloqueo psicológico del poder a las masas: «No se puede, y háganle como quieran». Por eso, mis valedores, la frase de mi maestro que yo repetí en el XEQ durante años, y que hoy se ha popularizado hasta la degeneración absoluta: «¡SI se puede!» Hoy, los colaboracionistas por ignorancia proclaman con el blanquiazul: «¡SI se pudo!» Lo que no pueda el Poder cuando las masas son débiles, pobres de espíritu y sus colaboracionistas por simple ignorancia. Ahora, muy a propósito como para leer entre líneas, el candidato del continuismo se pone a alardear:

Cárdenas y Peña Nieto, políticos de mi confianza.

Aquí, para apreciar la fuerza del Sistema, el parámetro: los dos contendientes principales fueron un político de raigambre, con una hoja de servicios nutrida en obras de beneficio público, varón poderoso de estampa y probado en la lucha política bajo las condiciones más adversas y carismático como poco, barrunto de un Lázaro Cárdenas cuya acción política se decía dispuesto a continuar bajo la divisa de «Primero los pobres». El adversario en el proceso electoral es un burócrata gris, de tono muy menor, del que el propio Manuel Espino, presidente del Ejecutivo Nacional del PAN, trazó hace un par de meses el retrato hablado:
Nuestro candidato es uno chaparríto, peloncito, de lentes…

Pues sí, pero ese pequeñajo es el hombre de Washington, como a su hora lo fue aquel pelele que La Casa Blanca impuso en el gobierno de Nicaragua para que conjurase el peligro llamado Augusto César Sandino, el héroe antiyanqui; pelele (Tacho Somoza, su nombre) del que el embajador yanqui solía afirman «Sí, es un hijo de., pero es un hijo de…nuestro».

Ese pobre hombre, mis valedores; ese irremediable mediocre, de no suceder algo extraordinario en el Tribunal Electoral de la Federación, será el encargado del continuismo de un gobierno de empresarios, por empresarios y para empresarios, vale decir: de la economía de mercado, ese «capitalismo salvaje» que en menos de 25 años ha devastado la economía familiar de estas mismas masas que, colaboracionistas del enemigo histórico por pura ignorancia y debilidad para dejarse manipular, dieron su voto al ejecutor de una macro-economía altamente benéfica para los del poder y en ese mismo grado lesiva para esa esa microeconomía que se refleja en el nivel de vida y en la dieta alimenticia de cada día. Porque es un hecho, mis valedores, que certifican la historia y la realidad objetiva: a los mexicanos nos derrotan una y otra vez por ignorantes. Es México…

Y aquí la presencia del alto clero católico, ese que a base de provocar el temor entre las ovejas de su rebaño e inducirlo al sufragio a favor del panista fue factor decisivo en el reciente proceso electoral:

¡No permitamos «que se siembre el miedo»! Llamamos a los mexicanos a no permitir que por intereses muy particulares se violente la institucionalidad de los órganos electorales…

¿Cuál es el siguiente paso, mis valedores? ¿Resignación, cruzarse de brazos, levantarse en armas? Por ahora, el candidato de la llamada Alianza por el bien de todos hace énfasis en el proceso de recuento de votos por parte del IFE como una fuente de posible fraude, y para apalancar su propuesta llama a las masas a tomar la calle Y yo digo a todos ustedes… (Mañana el final)

Y el lmperio aplaudió…

Washington. G. W. Bush expresa su apoyo al proceso electoral de México, que es transparente, y por lo tanto está listo para trabajar con el ganador de la contienda…

Y yo digo ante ustedes, mis valedores de METRO, lo que apenas anteayer expresé frente a los radioescuchas de Domingo 6, nuestro espacio comunitario de Radio Universidad:

¿Y qué esperábamos? ¿Que esta elección presidencial pudiese perderla el Sistema de poder, cuya sede se ubica en Washington? ¿Que Washington fuese a permitir que aunque en una medida insignificante se fuesen a menoscabar sus intereses políticos, económicos y financieros, al igual que los de sus aliados históricos, vale decir los grandes capitales, los medios de condicionamiento de masas, la iniciativa privada y el Vaticano? El modelo neoliberal impuesto a nuestro país desde Washington, ¿se iba a poner en riesgo así fuese en una muy modesta proporción? Si tanto como eso esperábamos del «Sistema» con el reconocimiento al posible triunfo electoral del candidato perredista Manuel López Obrador, eso significa que no tenemos conciencia de nuestro enemigo histórico. Sin más.

¡Fue una copiosa votación!, alardea la industria del periodismo. Y muy cierto, se logró una copiosa votacióa ¿Y por qué resultó tan nutrida? ¿Por la repentina conciencia política de los mexicanos? No, por supuesto. Semejante afluencia a las urnas se originó en la aplastante maniobra que desplegaron los medios de condicionamiento de masas, con el siguiente propósito: después de un cuarto de siglo de impuesto a fortiorí en nuestro país, el modelo mal apodado neoliberal está del todo desprestigiado frente a sus víctimas, esas masas que así han resentido los daños de la globalización, el Tratado de Libre Comercio, los Acuerdos de Washington, etc. Se precisaba, entonces, que las masas «legitimaran» la prolongación del citado modelo político, social, económico, financiero, etc. La maniobra, al parecer, fue todo un éxito. Lo afirma en Washington Stephen Harper, primer ministro de Canadá:

«Mi país tiene una total confianza en las instituciones y el proceso electoral de México, y estoy listo para trabajar con el próximo presidente de ese país».

Y sí, el objetivo de la enajenación masiva se logró a plenitud y por partida doble: una votación abundante y que la presunta mayoría de sufragantes eligieran, con la globalización, el capitalismo salvaje que, simbolizado en la prolongación del gobierno blanquiazul, nos impone el imperio. Contra un proyecto de gobierno que enarboló de bandera de campaña «Primeros los pobres», se impuso el continuismo de un régimen sintetizado hace algunos ayeres por el todavía hoy presidente del país: «Un gobierno de empresarios, por empresarios y para empresarios». Y millones de víctimas de semejante gobierno votaron por su continuación. Es así como una adecuada manipulación de las masas nos torna, por nuestra ignorancia en colaboracionistas del Sistema de poder, enemigo de ese cambio histórico que como nunca antes estamos necesitando, y que habremos de efectuar nosotros o nadie lo va a realizar por nos.

Tales fueron, repito, los atroces resultados de una adecuada enajenación de las masas: que los más de 14 millones de votantes, las víctimas de la globalización y el libre mercado, acaban de elegir al hombre del continuismo del presente modelo económico, y con ello las victimas eligen a sus victimarios, que de fronteras adentro son gobierno y empresarios, las altas clases medias y los grandes capitales, nativos y transnacionales. Porque de no ser así, y los más de 14 millones de votos que obtuvo el candidato de Acción Nacional fueron de los puros privilegiados económicos, entonces nuestro México es un país primer-mundista, y debe ingresar al grupo de los «Siete», que con Rusia serán, seremos ya los nueve más ricos del orbe Lo proclama Antonio Garza embajador de Washington en nuestro país:

En los días por venir el pueblo de México sabrá que expresó su sentir de manera democrática y que los reales ganadores de las elecciones son los propios mexicanos.

Y aquí vale preguntarse, mis valedores: ¿el Sistema de poder no calculó el riesgo de que esa tan copiosa votación favoreciera al candidato del PRD, un López Obrador de tendencias vagamente «izquierdistas»? Lo calculó y lo nulificó, que el dicho «Sistema» no tiene vocación de suicida En el presente proceso electoral, Washington aplicó su nueva estrategia frente a un paisanaje exhausto por el sistema neoliberal, exasperado y con una crispación encima que se advierte a punto del estallido. (La estrategia mañana)

¡Ábranse los paquetes!, clama Fox

Les hablé ayer, mis valedores, del escándalo que en 1988 y en plena sesión del Colegio Electoral provocó un opositor a la maniobra con la que el priismo impuso en Los Pinos a Carlos Salinas. El provocador de la escandalera fue un diputado federal por el III distrito de Guanajuato, el «neo-panista» Vicente Fox, hoy sospechosamente silencioso después de que al igual que el priismo hace 18 años, él ha logrado imponernos el continuismo de un gobierno de ultraderecha obsecuente a El Vaticano y al modelo neoliberal que determina Washington. Las ironías expresadas por Fox hace 18 años aparecen hoy muy a propósito como para leer entre líneas. Y si no, juzguen ustedes. La crónica:

En pleno recinto legislativo y en la sesión del Colegio Electoral han ocurrido desórdenes sin cuento. Para aumentar el caos, el c. diputado Vicente Fox se levanta y con dos boletas electorales improvisa unas orejas, que exhibe ante el escándalo general…

‘Para hechos», el diputado pide la palabra y en su perorata pone en labios de Carlos Salinas ironías ofensivas. El C. Presidente del Colegio Electoral, Miguel Montes: «Con todo respeto se ruega al orador aclare los hechos que solicitó el uso de la palabra en su intervención (sic)»

Terco, obcecado, el diputado Fox sigue su soliloquio, que atribuye a Salinas hablando con sus hijos. Tomar nota de cómo ironizó Fox hace 18 años:

– Tengo que cuidar, hijos, que por la vía democrática no llegue al poder la amenaza de la desordenada y anárquica izquierda. Ni tampoco, hijos, que participe el poder la reacción; pero mucho menos, hijos, podemos entregar el país a nuestros enemigos, quienes de llegar al poder, impedirían que todos mis amigos priistas, quienes viven holgadamente en sus posiciones políticas, puedan continuar sacando a México del barranco.

(Esto en referencia a reciente discurso de De la Madrid, donde prometió que entre todos sacaríamos a México del barranco. El susodicho siguió con el imaginario parlamento de Salinas:)

– Por otro lado, siento miedo de no poder cumplir con México; miedo, porque la verdad es que la gente no votó por mí, sino mis amigos tuvieron que leñar las urnas; miedo, porque acabo de ver que Miguel, para poder informar al pueblo, tuvo que instalar el primero de septiembre un dispositivo de seguridad que abarcó más de ocho cuadras a la redonda del Palacio Legislativo, porque la situación es extraordinariamente crítica…

Intervino el presidente de la Mesa Directiva: «Ruego a la asamblea guardar atención, pero ruego también al orador que el uso de la tribuna, para hechos, no sea un pretexto para desviar el debate ni para hablar en contra del dictamen, sino estrictamente para lo que señala el artículo reglamentario».

Irónico, Fox: «¿Quién juzga eso, señor presidente?»

Montes: – La presidencia, señor diputado, la que conduce a la asamblea.

Siguió Fox: Yo, Salinas, tengo miedo, hijos. Miedo porque la situación extraordinariamente crítica de la economía pone en entredicho el futuro y la viabilidad de esta nación; miedo, porque el pueblo no tiene qué comer y qué vestir, no tiene cómo satisfacer sus más mínimas necesidades,miedo, porque no puedo evitar cargar a mis espaldas la pesada y nefasta carga que se llama PRI. Estos momentos de reflexión, antes de enfrentar el triste destino que me espera, quiero recomendarles a ustedes que vivan una vida con verdad, que sean congruentes consigo mismos, que rijan sus vidas bajo principios sólidos, metas claras y honestidad en todas sus acciones. Cómo quisiera que el Colegio Electoral pudiera no sólo abrir los paquetes electorales…Impaciente, el c. Montes García: «¡Ciudadano diputado Fox! Con todo respeto le ruego que no sea esto un pretexto para hacer el estudio literario que usted está intentando; refiérase por favor a los hechos para los que pidió el uso de la palabra Se lo suplico.

Exasperado, Fox: «¡Me está usted quitando mucho de mi tiempo..!»

Y siguió con la farsa de que hablaba Salinas: «Cómo quisiera que el Colegio Electoral pudiera no sólo abrir los paquetes electorales, sino que en apoyo a la Constitución y al derecho pudiera legitimar y aclarar ante todo el pueblo mi triunfo electoral, o que de no haber sido un proceso electoral limpio se me relevara de la obligación de tomar este trago amargo de gobernar contra la voluntad del pueblo, y sobre todo se me relevara de tener que dar la cara a ustedes, mis hijos y mi esposa Pero todo esto, claro, es un sueño». ‘Y así sigue él soñando y soñando. Yo les pido que aunque tenga él que ser el Presidente de México, lo legitimen haciendo siquiera un buen dictamen, de acuerdo a la Constitución, a la ley, a los reglamentos y a la la lógica. Muchas gracias».

Esto, el Fox opositor. ¿Y hoy? Cae más pronto un hablador que.. Por ahí va el refrán. (Ah, México.)

El perro que se comió el jabón

Fox me recuerda tal dicharajo, mis valedores, y es que después de que perpetró la elección de Estado y garantizó el continuismo de un régimen de ultraderecha que prolongue el modelo neoliberal, el de Los Pinos finge desentenderse de la escandalera que su ilegal activismo a favor del candidato panista ha provocado allá afuera y determina de pronto sofrenar su compulsión protagónica para situarse en la discreta penumbra del segundo plano y el bajo perfil. Y aquí no ha pasado nada y allá afuera a entendérsela como puedan.

Y es que a semejanza de un Tenorio que alardeaba con aquello de que: «por dondequiera que voy – va el escándalo conmigo», el de Los Pinos ha convertido el ejercicio político en coleadero, gallera y palenque, plazuela de tienta y redondel para la charlotada Y si no, ¿recuerdan ustedes cuando en 1988 el hoy mansurrón y taimado se opuso, a lo alharaquiento, a la imposición de Carlos Salinas que perpetró el priismo? Y lo que va de ayer a hoy: «¡Que se abran los paquetes electorales!», clamó a lo estridente. ¿Y hoy? La crónica

A la mala y a punta de componendas, complicidades y cooptaciones, Carlos Salinas fue proclamado ganador en el proceso electoral que decidió el relevo de Miguel de la Madrid. El ruiderío y las protestas cimbraron San Lázaro, aunque pocos legisladores se significaron por su estridencia como un cierto Vicente Fox, diputado que a punta de gracejadas, alharaca y escándalo, sacudió el recinto legislativo y a gritos criticó que para la toma de posesión de Salinas «se tuvo que instalar un dispositivo de seguridad que abarcó más de ocho cuadras a la redonda del Palacio Legislativo; habla mucho miedo porque la situación es extraordinariamente critica»

Quien presidía la sesión del Colegio Electoral, un Miguel Montes, intentaba a lo inútil, reducir al orden a Vicente Fox Y lo sustancial de la crónica que tomo de Ortiz Pinchetti: Cámara de diputados. Colegio Electoral. Calificación de la elección presidencial. Madrugada de septiembre de 1988 Miguel Montes preside la tormentosa sesión. Han ocurrido desórdenes sin cuento. Hay boletas electorales -prueba del fraude, según la oposición- regadas por el piso, en las escalinatas, sobre las curules. Se levantan los dos metros de estatura de Vicente Fox y…

El hoy presidente del país era por aquel entonces diputado por el III distrito de Guanajuato, «un exitoso empresario que ascendió los más altos puestos de la transnacional Coca Cola; que se inició en la política gracias al ex-candidato presidencial panista Manuel J. Clourhier». Se acababa de perpetrar el fraude electoral (Bartlett, Diego el barbón), con la quema de casi 25 mil paquetes electorales que pudieran certificar el triunfo de Cárdenas en las urnas. Y fue entonces: en el Colegio Electoral que calificó las elecciones presidenciales, el diputado Fox pidió la palabra y Miguel Montes García:

– Para hechos, tiene la palabra el c. diputado Vicente Fox

Y ándenle, que en plena sesión del Colegio Electoral, el de Guanajuato se coloca un par de boletas a modo de orejas de burro (las de Salinas), e inicia un discurso que aquí reproduzco porque hoy, hoy, hoy, viene a servirnos de elocuente evidencia de la humana sensibilidad, el conocimiento político y el coeficiente intelectual del ex-empresario metido a presidente del país:

– Buenos días. Yo quiero referirme a los hechos del simpático compañero Cuauhtémoc. Anda en su relación de hablar tres veces sobre el candidato Salinas (aplausos, protestas). Yo quisiera invitarlos conmigo a la residencia de este señor Salinas, a verlo ahí en su sala sentado con su señora y con sus hijos y él les está diciendo: Hoy, antes de las doce seré nombrado Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Este es un gran honor y representa la más alta responsabilidad a la que puede aspirar un mexicano: ser el guía moral de 80 millones de ciudadanos, ser el coordinador y promotor del esfuerzo de todos esos mexicanos, ser el motivo de unión y solidaridad de todos los habitantes de esta patria para mantenerle soberana libre e independiente. Quiero aprovechar estos momentos en la intimidad de nuestro hogar para comentarles cómo me siento. Me encuentro incómodo, me siento triste por un lado y siento miedo por otro, miedo de no poder cumplir con esta altísima responsabilidad; sí, hijos, me siento triste porque me he visto obligado a pedir a muchos de mis amigos que aun por encima de sus principios morales me ayudaran a lograr este triunfo y lo tuve que hacer porque pienso que México no está preparado para la democracia que necesitamos continuidad en el mando y que tengo que responder al compromiso que mi amigo Miguel (De la Madrid) me ha transferido para seguir llevando este pueblo mal educado y desnutrido, empobrecido, a mejores estadios de desarrollo. Sus palabras producen revuelo, malestar, protestas. El C. Presidente… (Mañana)

Y como nos ven mansitos…

Como el día de hoy. Como si aquello, horroroso, se estuviera perpetrando hoy mismo, y no hace 18 penosísimos años. Como si estuviese ocurriendo hoy, hoy, hoy. Ahora mismo. Porque en el tiempo circular, el de los sucesivos avatares (galicismo), el símbolo de la historia es una serpiente que se muerde la cola. Y si no, mis valedores: para aquellos de ustedes, adultos que guardan la memoria histórica, ¿no es verdad que el presente proceso electorero, que no es electoral, es copia al carbón (a toda una cáfila de carbones) del que se consumó en las elecciones de 1988, con el candidato presidencial Carlos Salinas (a sus espaldas todo el Sistema de poder) contra un Cuauhtémoc Cárdenas cuyo proyecto de gobierno difería del modelo neoliberal aplicado hasta hoy día por el susodicho Sistema de poder? Hoy parece repetirse el siniestro episodio de 1988. Como nos ven mansitos…

Cómplice del Tricolor fue ayer el panista Fernández de Cevallos. Hoy, los papeles invertidos, son los priistas, declarados y encubiertos, los cómplices del blanquiazul. Víctor Flores, Roberto Madrazo, Campa Cifrián y congéneres. Un poco de historia:

Al respaldar la propuesta del priista Fernando Ortiz Arana de incinerar las casi 10 toneladas de paquetes electorales, la «razón» del panista Fernández de Cevallos: ‘Ya nada representa y nada significan». A la historia nadie la puede reformar. Por eso nos pronunciamos por que se destruyan los paquetes».

Pues sí, pero interrogado al respecto en julio de 1994, él ya como candidato presidencial de su partido, eludió precisar si era necesario reabrir la investigación para llegar a la verdad:

Acción Nacional apoyó al PRI para que se quemaran los paquetes electorales de 1988 porque esa elección presidencial es parte ya de la historia y porque no deben seguir alimentándose ni odios ni rencores. Por ahora yo, como candidato a la Presidencia creo que mi deber fundamental es hacer campaña, tratar de ganar adeptos y ganar la elección, pero no centrarme en los problemas del proceso anterior. Mi tarea fundamental es hacer campaña.

Entrevistado en 1994, el entonces dirigente del PRI, Ignacio Pichardo:

 -La caída del sistema en 1988 es una cosa juzgada, en donde el triunfo de nuestro partido fue validado de acuerdo a la legislación vigente. Para nosotros los priistas 1988 es una fecha de júbilo porque ahí se confirmó una vez más el triunfo de la Revolución Mexicana en el poder político del país.

Misma fecha. A los perredistas, el priista y diputado Florencio Salazar: «¡Ya dejen de andar haciendo acusaciones sin fundamento! ¡Si tienen los elementos suficientes para probar lo que sostienen, preséntenlas o dejen ya de hacer escándalos!» Y Emilio Chuayffet, ex-director del IFE: «En materia electoral, en México estamos desde hace muchos años en una sola linea, en la de la transparencia, y cualquier persona debe tener acceso a cualquier tipo de información. ¿Los documentos del 6 de julio de 1988? Fueron destruidos en 1991, así es que la caída del sistema es imposible indagarla.

Miguel González Avelar, uno de los 6 aspirantes a la candidatura presidencial del PRI: «En 1988 las autoridades no actuaron de manera irresponsable. Hicieron una proyección muy optimista de la capacidad tecnológica que estaba a su disposición; lo que ocurrió realmente es que hubo tal flujo de información que el sistema se azolvó».

Octubre de 1994. Miguel de la Madrid: «¡Yo rechazo que el sistema de cómputo se haya caído! Esas fueron ideas de propaganda política. El fenómeno fue tardanza en las cifras. Eso fue todo. ¡Lo demás son especulaciones sin fundamento alguno!»

Abril de 1999. ¿Hubo, no hubo fraude electoral en 1988? Manuel Bartlett, titular de Gobernación, ¿fue o no fue mapache? El entrevistador, a un Miguel de la Madrid que recula en sus declaraciones de 5 años antes: «¿A qué hora empieza usted a enterarse el 6 de julio de que las cosas vienen mal?» «Después del mediodía» «¿De dónde supo?» «De Gobernación. Bartlett me dice: Oye, las cosas están saliendo muy negativas; las cosas vienen mal». Dije: «¿Vamos a perder? «No tanto, me contestó». Ya como a las siete de la noche me avisó que el DF estaba muy mal, que estaban muy mal en el Edo. de México y Michoacán. Entonces fue cuando Bartlett me dijo: No puedo dar esas cifras. Estarían muy ladeadas, y aunque después sigan las cifras de otros estados en donde nos vamos a recuperar, si damos desde el principio la tendencia a favor de Cuauhtémoc, después no nos van a creer». ‘La decisión de diferir la entrega de cifras, ¿fue de él?» «No, contestó MM. ?l me consultó. Yo estuve de acuerdo».

Salinas y Cárdenas. AMLO y Calderón. Y como el Sistema de poder nos ve tan mansitos… (Mi país.)

¡A quemarlos vivos!

¡Helos, helos, por do vienen, atados codo con codo y entre la grita, la befa, el insulto y los amagos de linchamiento que mal contiene la fuerza pública! Reos de muerte son todos ellos, y ante una muchedumbre frenética son exhibidos en la altitud de esa plataforma que se alza en la medianía de la plaza pública, para luego ser conducidos a los postes del patíbulo y entre el clamoreo de la multitud quedar en ellos atados, con haces de leña apilados a sus pies. Leña verde. Véanlos todos. ¿Los reconocen ustedes?

Y cómo no los van a reconocer, víctimas como son de los tales. Véanlos ahí, el espanto chispándoles de sus cuencas sus ojos: son los rapaces arrancados a la impunidad y juzgados en tribuna popular por el nuevo gobierno, y encontrados culpables por el delito de lesa patria, y sentenciados, sentencia popular a ser quemados en la plaza pública ¡A quemarlos vivos! Helos ahí, a la espera de la sentencia Media mañana estallante de sol.

La muchedumbre contempla el abyecto muestrario de la corrupción de un gobierno que termina mal. Ahí, apergollado al poste, el demagogo que a falsas promesas alcanzó la cumbre, y con él «las y los» ventajistas de su familia, y con la familia la parentela, los validos, los amigos, la mafia, todos, cáfila de logreros y acomodaticios. «¡A quemarlos vivos…!»

El paisanaje se exalta a la vista del corrupto mayor, el vendepatrias adorador del gringo al que vivió culimpinado, que befó en su persona la investidura presidencial y encenagó como ninguno de sus antecesores la banda de los colores. Zafio, verborreico, frivolón, tan alto de físico como hueco del cerebro, y horro de vergüenzas en su nidal, que así se dejó manejar por faldillas al parejo de las cuales convirtió la sede del gobierno republicano en el reino de la baratija, la chabacanería y la pompa tropical y esperpéntica A quemarlo vivo, el clamor popular:

En el poste contiguo, ¿la ven? es la que seis años ofició de «pareja presidencial»: boato, derroche, arribismo, protagonismo. ¡Vamos, México!

He ahí al Manolo, mantecoso gordinflón que buen pasto será de las llamas. Observen con él a toda la parentela de tartufos emparentados con Macieles pedófilos, ricachones Caballeros de Colón, ultraderechistas yunqueros, el místico enemigo de obreros Carlos Abascal y los hedonistas Norberto Rivera y Onésimo Cepeda ¡A quemarlos vivos…!

A quemarlos vivos, clama la multitud. Porque a punta de iniquidades debilitaron a toda una nación; porque se vivieron pintándola color de rosa rosa mexicano, mientras le hipotecaban a la usura internacional y orillaban a las masas a la angustia, la necesidad, los amagos del estallido social. A arrasar con los tales, borrar sus rastros, a derramar sal sobre su memoria y luego a recomponer la heredad. ¡No merecen ya no digamos la palma del mártir; ni siquiera La Palma de Almoloya de Juárez! ¡A la quema! ¡Con leña verde!
Porque para las víctimas ha sonado la hora de la justicia Por eso es que campesinos e indígenas, desempleados e indocumentados, la mujer del hogar y el obrero mal pagado, qué redundancia con sus manos han tendido un cordón de pólvora desde la leña hasta acá, hasta la plataforma donde el juez, hachón en mano, aguarda las campanadas de las doce en punto del medio día La muchedumbre, un soterrado rumor. Y de súbito…

Ahí resonó la primera campanada y resuena la segunda, y la undécima, y ya va a sonar la hora de la verdad. Al reventar el último bronce el juez juntó hachón y mecha de pólvora, y la flama corrió por el cordón tirado a ras de tierra, baldosa, en dirección de los postes donde se agitan y contorsionan los condenados a las vivas llamas. La muchedumbre, el corazón en el gañote y la excitación en unas pupilas lumbrosas de sol. Pues sí, pero, ¿y eso? ¿Qué ha sido, quién fue el temerario insensato? Estupor.

Y es que de súbito aquella anciana (más tarde se conocería que habita en la ciudad perdida de aquí a la vuelta) se desprendió de la multitud, y con trote cojitranto se adelanta, alcanza la flama y la pisotea hasta la extinción.

Silencio. Estupor. ¿Por qué apagó el fuego? ¿Quizá esa indigente, flacura y harapos, algo tiene que agradecer a los del patíbulo? Repuesto de la sorpresa se alza el juez: ¿Por qué? ¿Pero por qué? ¿Una damnificada de los Bribiesca, Sahagún, Fox y congéneres, apagando la flama?

Y fue entonces: la multitud, engarrotada en el silencio, escuchó la vocezuca de la anciana cascada voz:

– Sin pólvora, que no la merecen. ¡Esos nos quisieron embombillar (¿nos embombillaron?) a Feli-pillo y sus cómplices! Sin pólvora A fuego manso. Y no tan deprisa ¡Volvamos a comenzar…!

La referencia que me sugirió la escenilla imaginaba, en la vieja publicación, el juicio de Hitler y la mafia (Fox.)

¿Genocidio..?

Noche del domingo pasado. César Augusto Santiago, vocero del PRI, se lamentaba y se la mentaba «¡Pinche Fox, se nos fue con todo! ¡Lo de Echeverría no tuvo madre. Eso de detenerlo a dos días de la elección..!»

Recordé, en torno a LEA, la noticia del año pasado: Tocará al 5o. Tribunal Unitario en Materia Penal determinar la culpabilidad o no del ex-presidente Echeverría y del Secretario de Gobernación Mario Moya Patencia para lo cual deberá establecer si el 10 de junio de 1971 hubo o no genocidio.


Genocidio. Recordé también el reclamo del líder estudiantil del 68 David Vega, que en 2001, y agitando ante la TV las fotos de Proceso y El Universal recién publicadas (cadáveres descuartizados, tirlangas de civiles, baños de sangre), se encrespó, creo que con toda justicia ¿Más pruebas del genocidio? ¡Esta es una muestra clara de genocidio..!

¿Genocidio? Mis valedores: la culpabilidad de LEA ha sido certificada por el juez respectivo, que a 38 años de Tlatelolco lo acaba de sentenciar a «reclusión domiciliaria». Y yo digo que el año anterior: ¿culpable LEA? Sí,culpable. Si los delitos no han prescrito, ¿debe ser castigado? Claro, sí, por supuesto. ¿Por el delito de genocidio, como quieren algunos? Claro, no, por supuesto, y esto a pesar de las víctimas y los deudos que sobrevivieron al «halconazo», que reclaman un castigo al tamaño del genocidio.

Yo, siempre atenido (más allá de redaños y cabeza caliente) al conocimiento científico, caí sobre mi biblioteca y di con la exacta definición de genocidio, que asiento aquí una vez más, por si hoy que nos avivan esa herida abierta en la conciencia ciudadana que es la «guerra sucia», alguno quisiera mentar el concepto de «genocidio» con conocimiento de causa.

Genocidio (del griego genos, raza y del latín caedere matar, exterminar), es un término adoptado en el Derecho Internacional tras la II Guerra Mundial; creado por el jurista polaco R Lemkin, que en 1993 presentó a la comunidad internacional un memorial en el que pedía la elaboración de una convención de países que prohibiera las ejecuciones en masa En la Segunda Guerra Mundial, con motivo del criminal exterminio por los hitlerianos de la población en los terrenos ocupados, Lernkin hacía una campaña en Suecia y, desde 1941, en Estados Unidos en pro de una convención contra el genocidio. La primera vez que los crímenes de barbarie y vandalismo fueron calificados en un documento internacional, ocurrió en el Sumario Contra los Principales Criminales de Guerra del Tercer Reich en el proceso de Nüremberg de 1945, como «genocidio deliberado y metódico, es decir el exterminio de grupos raciales y nacionales de la población civil de ciertos terrenos ocupados, con el fin de aniquilar determinadas razas y partes de naciones judíos, polacos, gitanos, entre otros» y pueblos, grupos raciales y religiosos, en particular. El ejemplo iberoamericano: «En 1974 la Comisión Internacional de Investigaciones de los Crímenes de la Junta Militar de Chile hizo constar que desde 1973 se perpetraba una acción de exterminio entre los indios araucanos y los gitanos».

Genocidio. En 1946, la ONU inició los trabajos sobre el proyecto de Convención,
aprobado por unanimidad en 1948 y que entró en vigor en 1951 no siendo ratificada hasta 1972. Sólo Inglaterra y EU no la ratificaron, hecho explicable si se piensa en todos los Irak y víctimas del Imperio. Del texto de la Convención sobre Prevención y Castigo de Delitos de Genocidio: «Las partes contratantes, considerando que la Asamblea Gral. de la ONU ha declarado que el genocidio es un delito de Derecho Internacional contrario al espíritu y a los fines de la ONU y que el mundo civilizado condena reconociendo que en todos los períodos de la Historia el genocidio ha infligido grandes pérdidas a la humanidad; convencidas de que para liberar a la humanidad de un flagelo tan odioso se necesita la cooperación internacional, conviene en lo siguiente: En la presente Convención se entiende por genocidio cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal: a) matanza de miembros del grupo; b) lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo; c) sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física total o parcial; d) medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo; e) traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo. Serán castigados el genocidio; la asociación para cometer genocidio; la instigación directa y pública a cometer genocidio; la tentativa de genocidio; la complicidad en el genocidio. Las personas que hayan cometido genocidio o cualquiera de lo actos aquí enumerados, serán castigadas, trátese de gobernantes, funcionarios o particulares».

Echeverría el matancero. (Qué más.)

??A nosotros no nos asustan los muertos»

La memoria histórica, mis valedores, que no se nos vaya a morir. Hoy se cumplen once años y seis días de que en el Vado Aguas Blancas, municipio de Coyuca de Benftez, Gro., las metrallas de la Policía Motorizada destazaron las carnes (premeditación, alevosía y ventaja) de militantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur, a la que diezmaron a fuego, sangre y dolor. Fue aquel un tiradero de cadáveres y heridos que aventó al duelo a deudos, viudas y huérfanos. Presente en la carnicería, un a modo de representante oficioso del gobierno de Rubén Figueroa Alcocer: Sotomayor Espino, Rodolfo, sub-procurador del listado. Aquí vale decir: es México.

Días después de los matanceros lo declararía el dicho sub-procurador:

– Si yo acudí a Aguas Blancas fue por órdenes del ahora ex procurador Antonio Alcocer Salazar. El que protegió al ex-gobernador Figueroa para que no fuera procesado como responsable de la matanza fue el propio «sistema».

Ese al que señalaron de autor intelectual de la masacre de Aguas Blancas tenía un compadre en Los Pinos, uno de nombre Ernesto Zedillo, ¿lo recuerdan ustedes? ¿Lo habrán podido olvidar? Su seña de identidad: el FOBAPROA. Ante la acusación de su subalterno, se defendió en 1997 Alcocer Salazar:

– ¡Yo rechazo cualquier responsabilidad penal en la matanza de Aguas Blancas, ni tengo idea de cómo pueda ir el caso! Yo estoy alejado del asunto, no tengo ni la menor idea Yo ahora soy comisionado del PRI en Chilapa..

Y lo que va de ayer a hoy, y lo que el cheque quincenal del presupuesto ciega, sujeta la lengua e induce al olvido: en noviembre de 1995 y a nombre de algún organismo defensor de derechos humanos se encrespaba una Mariclaire Acosta que años después, desde su oficina del gobierno foxista, se nos tornaría mansa, muda e impávida, hasta que el que la encaramó la dejó caer:

– ¡Rubén Figueroa es un asesino! De alguna manera el compadrazgo entre Rubén Figueroa y Ernesto Zedillo representa un obstáculo para la aclaración y castigo de todos los hechos violentos registrado en Guerrero. A mí me parecería muy lamentable que un Presidente de la República apoyara a un asesino como Rubén Figueroa, y esto sólo porque es su compadre…

Todavía hoy, para defensores de los derechos humanos de aquí y el exterior, «lo sucedido en el Vado Aguas Blancas no es un hecho aislado. Desde que Rubén Figueroa, compadre de Ernesto Zedillo, asumió, la gubernatura (lo. de abril de 1993, digo yo), han sido asesinados 70 miembros del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y 21 integrantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur; han desaparecido decenas de opositores y tan sólo en uno de los municipios, el de Atoyac de Alvarez, se han registrado más de cien asesinatos y 23 secuestros en 22 meses». Detrás de las cifras del oficio de tinieblas, la absoluta impunidad, la desidia del paisanaje, el olvido y la paz. De los sepulcros. ¿Lo dije antes? Es México.

Pero la lucha de deudos y víctimas continúa México, marzo de 1996. En nombre de las viudas y familiares de los campesinos asesinados en Aguas Blancas, Paula Galeana Baltasar entregó una carta al Sea Gral. de la ONU, Boutros Ghali, para solicitar su intervención ante el presidente Ernesto Zedillo con el propósito de hacer justicia ante la matanza de Aguas Blancas. ¿Y..?

Y que se han documentado testimonios de despojos de tierras a favor de poderosas empresas constructoras, aparte de los incontables fraudes electorales cometidos en Guerrero. «Hay señales inequívocas de que Rubén Figueroa sigue apoderándose de las tierras y de las vidas de los guerrerenses. Pero es compadre de Ernesto Zedillo…»

Acapulco, Gro. Enero de 1996.- El fiscal especial para el caso Aguas Blancas, Alejandro Verela Vidales, declara a los medios:

– Se llamará a declarar a Rubén Figueroa / – ¿Cuándo se va a llamar a Figueroa? / – Cuando esta fiscalía lo juzgue pertinente. (¿Y..?)

Mientras tanto, José Rubén Catalán, secretario Gral. del gobierno de Rubén Figueroa, sencillamente regresó a su notaría de Acapulco, donde seguía dando fe pública como notario, y desde donde escucharía que en noviembre de 1995 el entonces Fidel Velázquez acudió al palacio de gobierno para dar todo el apoyo de la también por entonces CTM al entonces Rubén Figueroa, todavía hoy en completa, en impune, en abyecta libertad:

¡Usted, señor gobernador, sabe que a nosotros los cetemistas no nos asustan los muertos! ¡Ojalá que los demás gobernadores hicieran lo mismo que hizo usted, caiga quien caiga..!

México, 28 de junio de 1995. Vado Aguas Blancas, ¿ya lo olvidamos? ¿Y Acteal, y El Charco, y El Bosque? Si los olvidamos, mis valedores, olvidaremos lo que venga después, y entonces… Es México. (Este país.)
elvaledormx@yahoo.com.mx

Un almácigo de cadáveres

Esta vez México y la justicia. De los autores intelectuales de la masacre, que no genocidio, del dos de octubre de 1968, uno de ellos acaba de sentir todo el peso de la justicia, y esto a tan sólo 38 años de distancia del reguero de cadáveres desparramados en Tlatelolco. Por sentencia del juez respectivo, Luis Echeverría ya sufre arresto domiciliario. Es válido suponer, mis valedores, que a Rubén Figueroa Alcocer, ex gobernador de Guerrero y autor intelectual de la masacre de Aguas Blancas, Gro., perpetrada el 28 de junio de 1995, la justicia lo va a castigar, con arresto domiciliario, en el año 2033. Es México. Y para recordar la matanza de Aguas Blancas, a la distancia de 11 años y días…

Fue en marzo de 1996, cuando el entonces secretario general de la ONU, Boutros Ghali, visitaba nuestro país. En nombre de las viudas y demás familiares de los campesinos asesinados en Aguas Blancas, Paula Galeana Baltasar entregó una carta al de la ONU para solicitar su intervención ante el entonces presidente Ernesto Zedillo con el propósito «de encontrar una solución y hacer justicia» ante la matanza del 28 de junio de 1999. Ghali escuchó a la viuda y no hizo comentario alguno al respecto. Hoy hace ya 11 años y algunos días de que el Vado Aguas Blancas, de Coyuca de Benítez, se engrifó de cadáveres masacrados; una masacre, la de Guerrero, que presagiaba la de Acteal, El Charco y El Bosque, los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez y tantos crímenes más, impunes. Mis valedores: por que la memoria no se nos muera y porque sepamos a qué atenernos en relación al esclarecimiento de los tantos crímenes más que por ahí andan clamando justicia: el entonces Zedillo prometió hacer pronta y expedita justicia. Sobre la testa de los asesinos iba a caer todo el peso de la ley y todo el rigor de la justicia. Once años pasaron, llegó Fox, ¿y? Lo publicó en su momento el periodista Carlos Ramírez:

El día de su destape, Ernesto Zedillo acudió a una fastuosa residencia y fue recibido por el propietario: el gobernador guerrerense Rubén Figueroa Alcocer, su compadre.

No mucho tiempo después iba a suceder que Anacleto Ahuehueteco, Simpliciano Martínez, Clímaco Martínez y una docena más de paisanos, militantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur, iban a ser minuciosamente masacrados a mansalva por las balas de una Policía Motorizada que (órdenes superiores) les disparó a discrecióa Detrás, se rumora, estaba un personaje para tantos guerrerenses siniestro, hijo siniestro del siniestro de todo Guerrero: Rubén Figueroa Figueroa, el Figueroa Alcocer compadre del dicho Zedillo. De espectador, con las balas del gobierno sembrando el almácigo de muertos, Rodolfo Sotomayor Espino, sub-procurador de Justicia de Guerrero. Hoy, intocable e intocado, el compadre que señalan como autor intelectual de la masacre sigue, en libertad, administrando el muy camión sus negocios camioneros, uno de ellos con PEMEX. ¿Lo dije antes? Es México.

Secretario general de gobierno con Rubén Figueroa Alcocer era José Rubén
Robles Catalán, y un Antonio Alcocer Salazar el Procurador de Justicia estatal A diez años justos (injustísimos por la impunidad de que disfrutan los presuntos responsables del sembradío de cadáveres), todos los nombrados andan en completa libertad. Como para apuntalar una memoria histórica que en el paisanaje es tan sutil, tan efímera y vulnerable, aquí algunos datos de lo que una vez rematada la labor de los matanceros ha ocurrido a nivel de justicia México, enero de 1997:

«Hace ocho meses, la Procuraduría General de la República (PGR) informó que no investigaría la matanza de Aguas Blancas, porque después de estudiar el dictamen respectivo de la Suprema Corte de Justicia (que fincaba responsabilidades al gobernador Rubén Figueroa, compadre de quien les dije antes), determinó que no hubo delito federal alguno; sin embargo, ahora resulta que esa misma PGR no tiene en su poder el citado estudio de la Suprema Corte, porque éste nunca se manejó en esa institución«. México.

Pero aún hay más: La PGR también reconoce que no tiene copia del expediente del caso Aguas Blancas, que en su momento le entregó la susodicha corte de justicia, porque toda la documentación se encuentra en la Procuraduría General de Justicia del Estado de Guerrero, debido a que la PGR ya había resuelto su incompetencia en el caso. «Después de que el pleno de la Corte estableció que el ex gobernador Figueroa había incurrido en la violación grave de las garantías individuales, el máximo tribunal de justicia entregó al presidente Ernesto Zedillo, al Congreso de la Unión, a las PGR y a las autoridades guerrerenses, copia de su dictamen, asi como el material aprobatorio, para que actuaran en consecuencia de acuerdo a sus facultades». ¿Y..? (Sigo mañana.)