Fue ayer a media mañana, y aquí mi recado para el Diablo mayor. Señor Casaubón:
Acabo de bajar a los apretados infiernos. ¿Son de su propiedad, don Marcelo? A mí no me consta ni tengo pruebas para afirmarlo; sospecho que quienes le atribuyen la posesión de los susodichos tampoco tienen las pruebas. En fin. Sea como sea, señor jefe de gobierno del DDF., quienes planearon y ponen en operación los corralones de esta noble y vial qué poca Tula tuvieron para celebrar el jueves pasado. Muy poca madre, de veras.
Yo el día de ayer me vi forzado a invertir una buena parte de mi tiempo vital (mala parte para quien tiene la desgracia de caer en esa trampa donde se degrada la humana dignidad. Las pruebas, más adelante); de mi tiempo vital, repito, en arrancar mi voks. cremita de las garras de una famélica jauría de blue demon armados con fauces de alto poder. Ah, la humana condición. La humana miseria y sus víctimas…
De no creer, si no las hubiese padecido, esas humillantes condiciones en que opera un corralón del DDF (¿suyos, mi buen don Marcelo?) en un país al que el padrino de Peña embombilló a la fuerza en la OCDE, y que ahora presume de formar parte del G-20. Háblenle de OCDE y G-20 al trabajador de salario mínimo a la hora de la comida con la única y los chilpayates mientras oyen al Zurdo del Verbo Encarnado alabarse por su política financiera, que mantiene al país arañando los niveles económicos del Primer Mundo. Ah, México.
Puros embustes, señor don Marcelo. Puras engañifas. Más allá de éxitos económicos de hojalata y masquiña, el tamaño de país que se torna cada día más rabón por culpa de Calderón y congéneres exhibe su retrato hablado en aquel corralón atascado de coches en reclusión con derecho a fianza excesiva, motos amontonadas y motos de pupilas rebrillosas después de la violación de mi volks cremita, que hasta me lo despatarraron. Y aquí ya lo oigo decir, don Marcelo (al infeliz gobernado le hablan de tú):
– Tú tienes la culpa, por qué lo dejaste mal estacionado.
Para qué jurarle por mi santa madre que no fue así. Ya oiría su réplica:
– No, si todos los criminales juran ser inocentes.
De acuerdo, señor. Criminal soy yo. ¿Pero las condiciones infrahumanas, infra-bestiales, violadoras de la humana dignidad, que los blue demon del corralón aplican al criminal para, luego de someterlo a pruebas que Hitler, Stalin, Nazar Haro y Eisenhower nunca hubiesen imaginado, permitirle reencontrarse con el delincuente de cuatro ruedas, tratar de calmarle su sistema nervioso y después de inyecciones y lavativas de gasolina (¡ah, los gasolinazos del Verbo Encarnado!) volverle el alma al cuerpo con la promesa de la vuelta al hogar? Señor jefe de gobierno:
Si en la propiedad de los corralones de esta ciudad no tiene cola que le pisen, ¿podría un día de estos probar la cola de quienes aguardan llegar a la boca de la covacha donde pagar, y muy caro, la osadía de haber estacionado el cremita en una ración de vía pública, patrimonio común, donde no existía aviso oficial alguno eque lo prohibiera?
Horas y horas bajo el rayo del sol. Un solo blue demon recibiendo los documentos originales y las copias que sostenía yo en la diestra, con los dos billetes de 500 en una mano siniestra que me tembloriqueaba. No sé que aversión me provoca esa zurda desde que a mi país le cayó el mal fario, la salación y la mala sombra de ser gobernado (es un decir) por una mano siniestra. Señor Casaubón: ¿ya en su cartera mis dos billetes? (Las pruebas de tal horror, mañana.)
MAESTRO:
LEÍ SU PUBLICACIÓN «Caí en los Infiernos» del jueves 17 de mayo 2012, en periódico «METRO».
Sin palabras, porque sería una serie de mentadas de madre para la mafia de políticos que «administran» los «corralones», a la que diariamente nos tenemos que enfrentar los que andamos manejando, y sentimos la impotencia ante la arbitrariedad, abuso y extorsión para poder rescatar nuestro auto. Los casi mil pesos que cobran por devolverlo, no los ganamos en cinco minutos, como ellos, por cada vehículo.
LA BUENA NOTICIA ES QUE UD PUEDE RECUPERAR EL DINERO QUE LE ROBARON, PERDÓN, LE COBRARON, PROMOVIENDO UN JUICIO ANTE EL TRIBUNAL CONTENCIOSO ADMVO DEL D.F., DENTRO DEL PLAZO DE QUINCE DÍAS, PORQUE GENERALMENTE ESAS CONDUCTAS DE LOS «BLUE DEMON» SON DECLARADAS ILEGALES, PERO EXISTE TOTAL DESCONOCIMIENTO DE LA MAYORÍA DE LA CIUDADANÍA AL RESPECTO.
TENGO EXPERIENCIA EN ESE TIPO DE ASUNTOS (SOY ABOGADA), Y QUISIERA PONER MI GRANITO DE ARENA, TRAMITÁNDOLE EL JUICIO, TOMANDO EN CUENTA QUE NO SON LOS TRES O LOS MIL PESOS QUE LE COBRARON, SINO QUE ES LA PREPOTENCIA, ARBITRARIEDAD, ABUSO, ETC., DE LAS AUTORIDADES QUE CADA DÍA ES MAYOR, PORQUE LOS CIUDADANOS NO HACEMOS NADA AL RESPECTO, PRECISAMENTE POR EL DESCONOCIMIENTO DE LAS VÍAS LEGALES QUE PODEMOS INTENTAR.
RECIBA CORDIALES SALUDOS, Y QUEDO EN ESPERA DE SU RESPUESTA.
Lo peor de todo es que seguramente ese «blue demon» gana arriba del salario minímo, insensibilísimo.
Aclaro insensible el «blue demon» por consecuencia del sistema. Triste realidad, triste México.