Bandazos que da la historia, mis valedores, y lo que puede ocurrir en un lapso de meses. Megalómana apenas ayer y con un tren de vida de lujo, ostentación y derroches impunes, hoy la maestra Gordillo no alcanzó a presidir los festejos del Día del Maestro por la simple razón de que reside en la cárcel. Una «líder moral» de tal catadura tenían los mentores, y seguirían agachados a su mandar como ahora lo están bajo la férula de algún paniaguado de la «líder moral». El maestro de nuestro país dibujado de cuerpo entero. Es México.
Hace apenas seis meses: El SNTE, que encabeza la Gordillo, construirá una obra faraónica denominada Ciudad de la Innovación. Los expertos la califican de megalómana y delirante, con la cual la Gordillo pretende pasar como la gran benefactora y con ello lavarse la cara ante la sociedad.
Que de concretarse el proyecto, juraba la nota de prensa, quedará o quedaría en evidencia que obras suntuosas y espectaculares jamás podrán ocultar el atraso de la educación en un país ubicado en el último lugar de la treintena de países que integran la OCDE, ese organismo económico internacional en el que a la viva fuerza nos incrustó Salinas y que, a decir de los expertos, estamos fuera de lugar. Y a propósito: si no a la eficiencia sí a la demagogia se presta la educación en este país, y aquí la evidencia. ¿Quien, cuando candidato, quemó copal y entonó su tonada lírica en honor de la educación en México? Lean y juzguen.
Respetables maestras y queridos maestros: el triunfo que buscamos se reflejará en una evaluación de la calidad de la educación. En otras naciones se da énfasis a los medios materiales; nosotros daremos énfasis al contenido y a los educadores y su familia. Promoveremos el orgullo de ser mexicanos sin patrioterismo, pero con un profundo nacionalismo.
Educación es conciencia, es memoria, es vivir la vida; es el arma de la paz para transformar nuestro mundo con un sentido democrático y popular. No podemos elevar la calidad de la educación si no le damos la calidad de vida a nuestros maestros, porque es la pregunta: ¿cómo lograr mejor educación con los sueldos tan bajos que perciben los maestros?
Si queremos calidad vamos a elevar los sueldos de los maestros. No es sólo un compromiso de campaña éste que hoy asumo ante ustedes; mañana, ya como Presidente, voy a cumplirles a todos los maestros mexicanos.
Cómo pedir educación de mejor calidad, con el material didáctico tan deficiente de que disponen los maestros; cómo pedir educación de mejor calidad, si cuando el maestro va a solicitar un préstamo al ISSSTE lo traen a vueltas y no le dan respuesta. Cómo pedir educación de mejor calidad si cuando el maestro demanda una vivienda decorosa no puede tener acceso ni siquiera a la de renta. Tenemos que revertir la baja en los niveles de vida de los maestros. Me propongo hacer que en los hechos se reconozca que el maestro es un profesionista y un personaje de su comunidad; por eso, al maestro le daremos el trato digno que merece por su importancia nacional. Vamos a hacer realidad el compromiso. Un Estado moderno y soberano, un país independiente y próspero, sólo puede sostenerse con la voluntad de un pueblo orgulloso de sus orígenes y con una clara visión de su futuro.
Vamos a la victoria para lograr elevar la calidad de la educación. Vamos a ganar una mejor educación; vamos a triunfar para elevar el nivel de vida del maestro. ¡Que viva México!
Salinas, sí, el lenguaraz. Profesores y demás acarreados, aquel aplauso. (Agh.)