Aborto: ¿sí, no?

Una vez más ese tema polémico y controvertido que divide opiniones en nuestro país. Del pasado martes:

Las legislaciones de  Querétero, Oaxaca y Guanajuato, que reconocen, protegen y garantizan el derecho a la vida desde el momento de la fecundación, son inconstitucionales, según los proyectos de dictamen que en breve resolverá la SCJN.

La definición del aborto: la extracción o expulsión del feto (antes de que pese 500 gramos o tenga 20 semanas de gestación) de manera inducida, sea por razones médicas en relación con la madre o con el feto; sea por razones éticas o humanitarias (violación, incesto, trato sexual con menores o personas con deficiencia mental, planeación familiar, ilegitimidad, etc.) o por  razones  personales (voluntad propia).

Y la pregunta fundamental, hasta ahora no aclarada de forma fehaciente por la ciencia o las creencias religiosas: ¿existe la vida en el producto desde el momento de la fecundación? ¿Es un ser viviente el huevo no fertilizado? El embriólogo:

– En un sentido, no es un ser viviente. No puede reproducirse sin ayuda, ni siquiera mantenerse por un día o dos. En otro sentido sí, pues su configuración bioquímica contiene sustancias necesarias para la vida y que son producidas sólo por organismos vivos, en este caso por la madre, cuando se forma en el ovario, pero cuando veo al microscopio la estructura física del hombre embrionario no veo ningún vehículo del alma rumbo al cielo, sino sólo frágiles cúmulos de células animales.

J. R. Albaine Pons: En el mejor de los casos es a los seis meses in útero, de “vida”, (aunque todo ha estado vivo: el óvulo y los espermatozoides) cuando se inicia el proceso de integrar estímulos externos y programación genética intrínseca en un cerebro que comienza a hacerse único, entre todos los cerebros del mundo. Hablar de “ser humano” antes de ese tiempo es como decir que las moléculas que nos forman deben ser “respetadas y “tener derechos”, porque antes eran parte constitutiva de otro ser vivo que ya no lo está.

La Iglesia Católica. Conclusión del Concilio Vaticano II: “Cualquier cosa opuesta a la vida misma, como son cualquier tipo de asesinato, genocidio, aborto, eutanasia o la autodestrucción voluntaria. Todas estas cosas y otras de este tipo son en verdad infamias. Envenenan a la sociedad humana, pero hacen más daño a aquellos que las practican que a aquellos que sufren el daño. Además son un deshonor supremo para con el Creador».

El científico: «Somos personas, somos únicos, impares, originales, a partir del sexto mes de embarazo. Antes de eso somos la generalidad de la materia viva tomando forma en una especie particular. No somos personas, no somos únicos, no somos individuos humanos desde la fecundación. Ni el más recalcitrante reduccionista entre los neurobiólogos se atrevería nunca a decir que sólo los genes formarán un cerebro particular, son los genes más su ambiente;  en la fecundación y antes de los 6 meses no hay todavía posibilidad de captar ese ambiente y organizarse en consecuencia cerebralmente hablando».

¿El Estado? “Debe ser imparcial, reconocer que el aborto inducido no es un delito y aceptar que es una cuestión que cae en la jurisdicción de la moral individual y que la decisión corresponde a la pareja, esencialmente a la mujer. Así como el Estado no puede obligar a las mujeres a confesarse, comulgar o practicar cualquier otro rito, tampoco debe convertir en un delito un problema de moralidad íntima, como el aborto».

¿En México se aborta? Qué pregunta. (Mañana.)

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