Castrada, la historia oficial

¿Conmemorar un aniversario más del Grito de Dolores y esa independencia que consumó el alto clero católico para que todo en el país quedase igual que antes? Las acciones que desembocaron en la dicha independencia proclamada por Iturbide un 27de septiembre de 1821 fueron resultado de la Conjura de La Profesa, con un abad Monteagudo de promotor y el susodicho Iturbide como brazo ejecutor. Pero vueltas, revueltas y recovecos que exhibe la historia: el “libertador” fue fusilado, como fusilado fue el “Padre de la Patria” un 30 de julio de 1811. Es la historia.

¿Válida la excomunión que previamente cayó sobre Hidalgo con un Abad y Queipo de ejecutor? El Tribunal de la Inquisición formuló contra  el “cura rebelde” 53 cargos, para terminar azotándolo con la excomunión fulminante. En octubre de 1810 habló por la Iglesia Católica un arzobispo Lizama:

– Hijos míos, no os dejéis engañar: el cura Hidalgo, procesado por hereje; no busca vuestra fortuna sino la suya; como ya os tenemos dicho en la exhortación del 24 de septiembre: Ahora os lisonja con el atractivo halagüeño de que os dará la tierra: no la dará y os quitará la fe; os impondrá tributos y servicios personales, porque de otro modo no puede subsistir en la elevación a que aspira y derramará vuestra sangre y la de vuestros hijos.

Las masas, crédulas, y  cómo pudiese ser de otro modo, si en la Nueva España de entonces existían 29 centros  culturales y once mil ciento dieciocho templos católicos. Lógico.

Lógico también que quien levantó un pueblo en armas lo pagara con su vida. Revelador este trozo  del documento de excomunión fechado el 24 de septiembre de 1810, que firmó el obispo de Michoacán:

La Nueva España (…) se ve hoy amenazada con la discordia y anarquía, y con todas las desgracias que la siguen. El cura de Dolores don Miguel Hidalgo (…) levantó el estandarte de la rebelión y encendió la tea de la anarquía, y seduciendo una porción de labradores inocentes les hizo tomar las armas; y cayendo con ellos sobre el pueblo de Dolores el 16 del corriente al amanecer, sorprendió y arrestó los vecinos europeos, saqueó y robó sus bienes. Como la religión condena la rebelión, el asesinato, la opresión de los inocentes; y la madre de Dios no puede proteger los crímenes; es evidente que el cura, pintando en su estandarte de sedición la imagen de nuestra Señora, cometió dos sacrilegios gravísimos, insultando a la religión y a nuestra Señora.

El cura Hidalgo insulta a nuestro soberano, despreciando y atacando el gobierno que le representa, oprimiendo sus vasallos inocentes, perturbando el orden público y violando el juramento de fidelidad al soberano y al gobierno, resultando perjuro igualmente que los referidos capitanes. Yo, vuestro obispo, debo salir al encuentro a este enemigo, en defensa del rebaño que me es confiado.

Así pues, usando   la autoridad que ejerzo como obispo declaro que el referido Miguel Hidalgo, cura de Dolores y sus secuaces son perturbadores del orden público, sacrílegos, perjuros y que han incurrido en la excomunión mayor del Canon. Los declaro excomulgados vitandos prohibiendo, como prohíbo, el que ninguno les dé socorro, auxilio y favor, bajo pena de excomunión mayor ipso facto incurrenda. Item. Declaro que el dicho cura Hidalgo y sus secuaces son unos calumniadores de los europeos, que no tienen ni pueden tener otros intereses que los de vosotros, los naturales, auxiliar la madre patria”.

Hoy, capas pluviales y solideos celebran el Grito de Independencia. Es México. (Este país.)

Este México algún día…

Finaliza aquí el documento con el que la voz cubana de  Celia Hart irrumpe en las fiestas patrias del “México inmutable y eterno”, para repasar vínculos históricos que más allá de gobiernos proyanquis mantienen a México y Cuba amarrados  “con ñudo ciego”.  Celia Hart:

“La revolución mundial le debe a México su propia supervivencia. La consecuencia inigualable de Don Lázaro Cárdenas no sólo recuperó la vergüenza que parecía se perdía en el país, sino que le abrió las puertas a León Trotsky cuando nadie tuvo el valor de hacerlo. En México se escribieron varios de los libros más importantes del mejor leninista, y desde allí se empezaron los intentos de retomar la Internacional. Allí yace el gran revolucionario ruso.

Ahora, ¿dónde está ese México libre y pasional que nos envuelve con su incontenible espíritu de combate?  Está en el alma de mestizos. Desde siempre, los del Norte estuvieron confundidos con el gigante México que elevará su vuelo para la resurrección de América. Como cubana revolucionaria junto hoy las manos recordando la bandera del águila vencedora y agradezco a ese pueblo por contener al mejor amigo de José Martí. México dio espacio para la brillante carrera política de nuestro Julio Antonio Mella, que se integró a ese país con fervor total y donde escribió sus más hermosos trabajos. Fue en ‘nuestro’  México donde este baluarte del comunismo internacional dijo: Muero por la revolución. Mella.

México recibió a Fidel cuando tenía que preparar la guerra necesaria, la última de ellas. Un mexicano bondadoso le vendió el yate Granma, creo que no cobra todavía su dinero a no ser los millones de besos de mis compatriotas. El yate Granma sólo podía salir de México. (Yo, además, en México he amado como no creo que lo vuelva a hacer…)

Los sucesos recientes, las marchas multitudinarias me hacen olvidar el dolor de las actitudes de esos (Fox, digo yo, y también el matancero Calderón),  que por horror a la corrupción de sus partidos sentó el pueblo mexicano en la silla presidencial. Parece que poco a poco ese pueblo, que es mi pueblo, comienza a exigir altura a sus gobernantes. (Y por ahí anda quien fue su alcalde que aún hoy puede convertirse en un verdadero líder de América. Su valentía, su compromiso y decoro decidirán si, finalmente, merece o no merece participar con México en su porvenir.)

Los últimos incidentes con Cuba fueron protagonizados por cualquier otro, pero nunca por auténticos mexicanos. Los de Los Pinos  (Fox y el carnicero Calderón) nunca serán mexicanos. México no toleró ser colonia, no toleró emperadores europeos, no toleró dictadores. De igual manera México no tolerará el raquitismo gubernamental. ¡Esperen que los volcanes hablen!

Pero México se renovará. No podrán vencer a sus mujeres hermosas, su música, su poesía donde parece que el machismo se sostiene por hombres de verdad, tan hombres que se quiebran ante una palabra de amor. Los murales de Diego Rivera,  donde parece que vuelve a nacer el mundo con esa inmensidad y la frágil Frida de pasión inconfundible. Esa leyenda de México no nos la van a robar. Pero para eso necesitamos gritar más, gritar el 15, el 16 el 17 de septiembre y todos los días del año. El grito del padre Hidalgo fue nuestro grito.

¡Viva la independencia revolucionaria de este querido México lindo que todos los americanos estamos necesitando!”

(Pues sí, pero este es el mismo México que permitió el arribo de Peña, reforma energética en mano. Atroz.)

México, Cuba, país uno y múltiple. (Vale.)

México y Cuba

¡Viva la independencia revolucionaria de este querido México que todos los americanos estamos necesitando!

Cuba y nuestro país, mis valedores. Aludí ayer a los agravios y tropelías que en su accidentada historia ha soportado por parte del vecino imperial. Hoy he de referirme a las manifestaciones de afecto que la escritora cubana Celia Hart dedica al país, sus héroes y sus fiestas patrias, ello en ocasión del estallido de una independencia que se iba a consumar el 27 de septiembre de 1821, dato que oculta la historia oficial:

“Porque México es un país de revolución. Pertenece a la élite de pueblos revolucionarios. Con Francia, Haití, Cuba, EU y otros pocos más. El actual gobierno mexicano (Fox, Calderón) le está extirpando el aire con un servilismo a los yankees que ofende los recuerdos sagrados de Don Benito y Don Lázaro..

El documento fue publicado por Celia Hart un 16 de septiembre de hace años allá en La Habana, donde los cubanos celebran nuestras fiestas patrias. La escritora aludió al festejo y, lastimada por la política internacional de los gobiernos de Fox y el sucesor, que zarandearon la tradición diplomática del país y la roqueña  hermandad de nuestros dos pueblos, alzó su voz  para manifestar su amor a México y su rencor por los panistas que lograron encaramarse en Los Pinos:

En México el color es protagonista de todo, de las comidas, de los vestidos, del lenguaje musical. Si existe un país autóctono que logró mantener sus tradiciones, donde los hombres guardan todavía aquellos recuerdos en la piel de cuando eran felices, ese es México. Taciturno e inmenso como sus volcanes, México está a punto de estallar. Empezó desde el inicio a dar batalla en la misma conquista. Al llegar Cortés se encontró una cuidad luz que no tenía nada que envidiarle a las bellas ciudades europeas ni el valor de sus hombres a los soldados españoles.

El Grito de Dolores le confirió la mayoría de edad a ese pueblo nuevo que no necesitó ayuda de nadie para liberarse de una monarquía estúpida y sórdida y que sólo procuró del valor de sus hombres y del amor de sus mujeres. La historia de México es imprescindible para entender al mundo. Coexisten sin detrimento las antiquísimas costumbres y el modernismo más audaz. El que haya visitado esa cuidad misteriosa una sola vez la sigue necesitando para siempre.

Tengo la premonición de que cuando México despierte vamos a despertar todos. México es la frontera de Nuestra América con los EU, frontera que el gobierno norteamericano establece con una rudeza inconcebible. Por el solo hecho de robar más de la mitad de su territorio deberían los EU ser más tolerantes con la nación que levanta con sus manos y su sudor el País del Norte.

¡José Martí no se cansó de adorarlo! En una crónica sobre ese país decía entre frases gloriosas y sentidas que “ya los mexicanos sabían amar cuando los europeos se desplomaban en las guerras” y que ‘ya hablaban de la Vía Láctea como del camino al espíritu’.

¿Qué civilización heredó México, cuando ya tenía el brío necesario para declararse libre? ¡Más ha hecho México en subir donde está, que los EU en mantenerse decayendo, de donde vinieron!

Hidalgo, Don Benito, Madero, Zapata, Villa, los cadetes de Chapultepec, Don Lázaro, los invencibles estudiantes del 68 y tantos y tantos más, comiencen a gritar desde sus siglos y sus tumbas. América gritará junto a ellos.

Una sola chispa de lava encenderá ese país y llenará de almas el temerario zócalo. Y cuando ese día llegue,  ¡América empezará a ser libre!.

(Mañana el final.)

México, Cuba, Estados Unidos

Absorción, no anexión. Absorción de México a los Estados Unidos.

Tal es la nueva política imperial después de aquel 16 de septiembre de 1847, cuando la bandera invasora iba a ondear en el palacio de gobierno de esta ciudad capital. Anexión, era entonces la política de EU para México, pero años más tarde el cambio de estrategia para seguir medrando de y en nuestro país:Absorción,  A propósito, conceptos de F. Engels:

Hemos presenciado con la debida satisfacción, la derrota de México por los EEUU. También esto representa un avance. Pues cuando un país embrollado hasta allí en sus propios negocios, perpetuamente desgarrado por guerras civiles y sin salida alguna para su desarrollo (…) cuando este país se ve arrastrado forzosamente al progreso histórico, no tenemos más remedio que considerarlo como un paso dado hacia adelante. En interés de su propio desarrollo, convenía que México cayese bajo la tutela de los Estados Unidos.

De Marx a Engels, 30-XI- 1854, tomado de K. Marx, F. Engels, Materiales para la historia de América Latina, Cuadernos Pasado y Presente, Siglo XXI Editores:

“Los españoles están completamente degenerados. Pero, con todo, un español degenerado, un mexicano, constituye un ideal. Todos los vicios, la fanfarronería, bravuconería y quijotismo de los españoles a la tercera potencia, pero de ninguna manera lo sólido que éstos poseen. La guerra mexicana de guerrillas, una caricatura de la española, y aun las huidas de los regular armies infinitamente superiores. En esto, empero, los españoles no han producido ningún talento como el de Santa Anna”.

Un gringo  legislador: “Como en los Estados Unidos de América nos es dable producir casi todo lo que la imaginación puede abarcar, con excepción de ciertos artículos valiosos que se dan en la tierra y en el océano y son producto exclusivo de la zona tórrida, de México los extraeremos en propiedad (…) En especial oro, plata y cobre, pero fundamentalmente petróleo”.

Aquí, Enrique Peña y la tesis de R. Lansing, que fuera Sec. de Estado del Pres. W. Wilson:

México es un país extraordinariamente fácil de dominar porque basta con controlar a un solo hombre, el presidente. Tenemos que abandonar la idea de poner en la Presidencia mexicana a un ciudadano americano, ya que eso llevaría otra vez a la guerra. La solución necesita de más tiempo: debemos abrirle a los jóvenes mexicanos ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hacer el esfuerzo por educarlos en el modo de vida americano, en nuestros valores y en el respeto del liderazgo de Estados Unidos. México necesitará administradores competentes. Con el tiempo, esos jóvenes llegarán a ocupar cargos importantes y eventualmente se adueñarán de la presidencia. Sin necesidad de que Estados Unidos gaste un centavo o dispare un tiro, harán lo que queramos. Y lo harán mejor y más radicalmente que nosotros”.

Aquí, ¿lo dije antes? Peña, que esta noche, a todo pulmón, va a proclamar la independencia de México. Mis valedores: más allá de claudicaciones y fingimientos, la voz cubana que alude al México bienamado del genio americano:

José Martí amaba a México, su segunda patria, la de Zapata, Villa, Juárez y Cárdenas. Hoy,  ¿dónde está ese México libre y pasional que nos envuelve con su incontenible espíritu de combate? No en Los Pinos. En el alma del sus mestizos.

Muy cierta, a mi juicio, la expresión de Celia Hart, escritora cubana que con nosotros celebra… (Esto sigue mañana.)

Zopilotera y hedor

La historia, mis valedores. ¿Habrá tarea más dolorosa que consignar los episodios de traiciones, indignidades y derrotas que oscurecen la historia del país?

Así se duele el historiador B. Delorme al recordar y redactar la crónica de la invasión de marines gringos a nuestro país, que se perpetró un día como hoy, sólo que de 1947. Pero la fuerza nefasta y la ruda manipulación que los medios de acondicionamiento social ejercen sobre unas masas desprevenidas que tienen de centro sentimental todo lo que acontece al vecino del Norte: los mexicanos sumisos (¿los sumisos mexicanos?) lamentaron ayer la tragedia de las Torres Gemelas de Nueva York. Se dolieron una vez más, como año con año, a la nostalgia de la tragedia ocurrida en el Imperio del Norte que conmovió al mundo aquel 11  de septiembre del 2001. Violencia inaudita del terrorismo internacional, según aleccionamiento de todos los «medios». ¿Aclararon también ante ustedes que existen dos clases de violencia: la violencia causa y la violencia efecto? ¿Especificaron que uno es el terrorismo  de Estado, que perpetra el gringo invasor, y otro, infinitamente menos dañino por sus efectos, que es el terrorismo contestatario, terrorismo «al por menor», como llama Noam Chomsky a las acciones terroristas de los patriotas lacerados por los crímenes del gringo invasor, pero equivocados en sus tácticas de combate? (¡Siria, Gaza, el Irak yihadista, cuidado con el Premio Nobel de la Paz! ¡Mucho cuidado!)

Durante la sangrienta invasión que siguió al 11 de septiembre  lo afirmaba el entonces presidente de EU G.W. Bush:  “Los americanos luchamos no para imponer nuestra voluntad, sino para buscar la paz”. Los tantos que ayer  amanecieron con las entrañas empapadas de compasión por los gringos sacrificados en las Torres Gemelas, ¿dedicarían hoy un recuerdo a las víctimas de las tropas gringas que invadieron nuestro país y provocaron una mortandad en el asalto a Chapultepec el 13 de septiembre de 1847, entre ellas algunos cadetes del Colegio Militar y la totalidad del Batallón de San Blas, con todo y su comandante, Santiago Xicoténcatl? Mis valedores:

¿Somos manipulados o no? ¿Somos o no somos víctimas del acoso de radio y televisión? ¿No les hemos permitido que nos secuestren el pensamiento, el lenguaje, la acción? Aquí la somera reseña de aquello, atroz, perpetrado por el gringo invasor contra los antepasados de estas masas desmemoriadas a las que los voceros oficiosos del Poder les ha arrancado la memoria histórica:

“Los invasores llegaron al Castillo de Chapultepec pisoteando cuerpos de héroes, y la bandera de las barras y las estrellas ondeó sobre aquel memorable lugar después de que los alumnos del Colegio Militar hubieron dado su vida por defender el último reducto de la Patria. El 13 de septiembre las tropas del Gral. Scott se adueñaban de la capital de la República. ¡El 16 de septiembre de 1847 la bandera del invasor ondeaba, airosa, en el Palacio Nacional!” (B. Delorme.)

¿Lo recordaron ustedes, lo habrán tenido presente? ¿Ustedes, más allá de manipulaciones de casi todos los «medios», conmemoran aquello atroz ocurrido un día como hoy, pero de 1847? Al amanecer de esta fecha hace 166 años,  tenerlo presente, el pabellón de las barras y las estrellas ondeaba en el Palacio Nacional de nuestro país. Más de un siglo y medio después iba a ocurrir la catástrofe de las Torres Gemelas, que aquí todos tienen presente. Ah, masas, ah, México, mi país.

(La voz cubana, el lunes.)

Mi retablillo anual

Los aviones iban directo al blanco. Era un ataque cobarde, alevoso, contra la democracia, contra la libertad. La gente estaba confundida, las calles eran el escenario del caos. Luego las calles vacías, los comercios cerrados, la palabra ausente, el espíritu asesinado. La fecha se escribía con dolor y rabia en la memoria de un mundo que se negaba a admitir la atrocidad, el genocidio (El redactor.)

Pero no equivocarse, mis valedores, que yo no soy de esos manipulados del fervor inducido que recuerdan el desastre del 2001 en Nueva York. y olvidan lo que en verdad debería interesarles. Yo, a salvo de la manipulación imperial. Que las entrañitas sensibles caigan en la trampa del duelo colectivo al que los incita el gringo. Once de septiembre, Torres Gemelas, miles de víctimas. A mí me nace conmemorar el daño inconmensurable y la herida que la perversidad del gringo perpetró en un país hermano como es la República de Chile, con el sacrificio y la muerte de don Salvador Allende, su presidente constitucional, y los miles de chilenos fallecidos o que  tuvieron que conocer la tortura en celdas de castigo y sufrir el gobierno de un dictador.  Después de esto, ¿Las Torres Gemelas como prioridad, como exclusividad? Bah.

En Chile, país hermano  miro un palacio de gobierno en llamas, con Washington de victimario. Los aviones, directo al blanco. “La historia, cansada de crear…”

Chile, 11 de septiembre, 1973. R. Nixon tramó el magnicidio, la CIA como cerebro de la acción terrorista. De brazo ejecutor, un  Pinochet que antes de fallecer viejo, achacoso, con fama pública de multiasesino y corrompido hasta el tuétano de un alma en ruinas, susurraba, vocecilla de vahído y desguanzo:

– Pido perdón si es que en aquel entonces cometí algún error.

El 15 de septiembre de 1970 R.M. Helms, entonces director de la CIA, fue llamado por Nixon, quien  le ordenó la operación encubierta en Chile. Tenía que evitarse que el marxista Salvador Allende llegara a La Moneda. ¿Cuántos habían visto a un Pres. de EU fuera de sí? Era impresionante, y no había más solución que acatar la orden rabiosa de Nixon:

– Hay una posibilidad entre 10, ¡pero he de salvar Chile! Tienes 10 millones de dólares y más, si es necesario,  ¡pero haz chillar la economía!

Santiago de Chile. “Existían muchos intereses económicos. Los tenebrosos propósitos de la ITT: en 1970 sugirió al gobierno de EU intervenir en los asuntos políticos de Chile. Proponía el estrangulamiento económico, el sabotaje diplomático, crear el pánico en la población, el desorden social, para que al ser sobrepasado el gobierno los militares quebraran el régimen democrático e impusieran la dictadura”.

Años después, también un día como hoy,  pero del 2001, se dolía G.W. Bush, protector de halcones israelíes genocidas, que en los sucesos de las Torres Gemelas encontró el pretexto perfecto para invadir Irak, asesinar a Saddam Hussein y apoderarse del petróleo del país invadido:

«¡No sé por qué nos odia todo el mundo. Estoy asombrado porque sé lo buenos que somos!»      “No, Sr. Presidente, le refutó R.M. Bowman, ex director de la Guerra de las Galaxias. Ni somos buenos ni usted le dijo la verdad al pueblo de EU de por qué somos blanco del terrorismo: ¿porque representamos la democracia, la libertad y los derechos humanos en el mundo? ¡Mentira! Porque nuestro gobierno ha hecho cosas odiosas”.

El 11 de septiembre, mis valedores,  ¿qué significa para todos ustedes? ¿Nueva York o Santiago de Chile? ¿Allende o Nixon y Bush? Don Salvador. (A su memoria.)

Remember

El presidente Obama aplazó la ejecución de su promesa de rehacer las políticas federales de inmigración a través de la autoridad ejecutiva hasta después de las elecciones intermedias, en noviembre.

Rl presidente mexicano, a propósito,  acaba de viajar a California, donde abogó por los indocumentados. Fue, habló, regresó, ¿y?

Problema requemante, mis valedores, este del indocumentado, de quien afirma la analista Julia Kristeva:

El extranjero es una boca de más, una palabra incomprensible, una forma de ser y una conducta no apegada a la norma. El extranjero es un desollado bajo su carácter de trabajador inmigrado. Ese extranjero sangra de cuerpo y alma, humillado, depreciado en una situación en la que sirve de criado o de criada a los otros, que molesta si enfermo, que supone al enemigo, al traidor; a la víctima, después de todo.

Eso, y no más, es el extranjero, y si inmigrante, peor todavía Y qué decir si se trata de un mexicano en tierras de los rancheros de Texas o de Arizona. Ese nunca va a pasar de aceitoso, pelleja color de barro, frijolero del sur. Esto en un país con origen de inmigrantes y que ha firmado tratados de libre comercio como socio de México. Destino el nuestro: el de los pueblos débiles, los que nunca quisieron escuchar las advertencias del Conde Aranda, de Bolívar, de nuestro genio americano, José Martí. La nota de hace algún tiempo:

El DIF local recibió a la niña de 18 meses de edad, que sobrevivió a las altas temperaturas del desierto de Arizona, una vez que su madre, de 19 anos de edad, falleció por deshidratación en el intento de pasar a EU como ilegal.

¿Los peligros para el migrante?  Muros, rangers, ku-klux-klanes y pandillas de xenófobos como un tal Grupo de Resistencia Aria Blanca (WAR), que de esta forma azuzaba ayer a los granjeros de Texas y California:

“¡Si no es blanco deséchalo! ¡Detener la avalancha de lodo o ahogarse! Necesitamos una frontera de verdad. Primero agarramos a los hispánicos, luego a los asiáticos y por último a los negros. Deportación. Todos se largarán a casa. ¡Violencia contra la avalancha de lodo que nos llega del sur!”

El líder de WAR defiende el genocidio de Hitler, aplaude el terrorismo y celebra que millones de africanos hayan contraído el SIDA. De los mexicanos: “Se reproducen tan rápidamente porque sus mujeres ya nacen embarazadas. ¡A detener esos millones de animales color lodo que sólo saben reproducirse! Desafortunadamente, los hombres blancos se han vuelto cobardes. La salvación de la raza blanca depende de las mujeres. Quizá no tengan la fuerza para blandir un bat de beisbol, pero sí para comprar una lata de gas lacrimógeno para cuando vean un animal de color de lodo!”

Observo tales libelos. Examino los toscos dibujos que ilustran el cliché del mexicano: gordo, seboso, apestoso, borracho. Junto a la imagen del indocumentado, unos versos que comienzan con esta imprecación: Hispano, this is America! El texto:

“Moreno y mañoso -nos chupa hasta secamos – como una garrapata- Cruza la frontera sin un centavo- los gringos le compran la comida y pagan su alquiler – No quiere aprender a leer- pero tiene los güevos – para garabatear nuestras paredes – Ruega a Dios noche y día – Pero roba todo lo que está a la vista- Su hedionda esposa – chaparra y cariñosa – escupirá bebés dos veces al año – los carga en su lomo para aumentar pandillas locales – Una  basura de raza – una cultura de nacos – Sálvate de estos buitres come-frijoles. Hispano: this is America. Remember”.

Obama, demócratas, republicanos.  (Uf.)

Calderón, “bien servido”

La política, esa feria de las malas voluntades.  La de Carlos Castillo Peraza y Felipe Calderón, pongamos por caso. Que después de la muerte del yucateco  un día como hoy, 9 de septiembre del año 2000, el periodista Julio Scherer recibió una llamada telefónica de Calderón: “:Muy lejos uno del otro, sin más comunicación que la circunstancial, me transmitió su preocupación en un frase reveladora. qué pensaba Castillo Peraza de él. Respondí con la verdad.

Y cuál sería esa verdad, si el propio Castillo Peraza acusaba a su amigo y alumno de haberlo traicionado, lo que originó una pugna de la que en su momento se ocuparon los periodistas Julio Scherer y Alvaro Delgado, entre cuyos testimonios espigo los que creo que  mejor evidencian el perfil del maestro y el del discípulo que lo violentó hasta el grado de hacerlo renunciar al partido. Castillo Peraza:

México es un país en que la ley ya no es verdad, y la verdad todavía no es ley.

Según su propia denuncia, cuando Calderón le sucedió en la presidencia del PAN le fue restando margen de acción y agrió su permanencia en el partido. Tuvo que renunciar. Elocuentes sus misivas a Calderón:

“Tu ‘operativo’ (como presidente del PAN)  no opera, Felipe, porque tus colaboradores esperan que tú digas qué y cómo, con tal de no recibir reprimenda pública. Tu naturaleza, tu temperamento es ser desconfiado hasta de tu sombra. Si te dejas llevar por ése no te asustes de no contar ni con tu sombra: ella misma se dará cuenta de que es sombra, pero que no es tuya; será sombra para sí, no  tuya.

Llamó mi atención que (en la sede del PAN) campea un sentimiento de frustración, de hastío y de hartazgo en relación con tu modo de encabezarlos. Las quejas generalizadas son que, al parecer, nadie puede darte gusto, que das órdenes y las cambias, que pides trabajos intempestivamente –lo que frena las tareas en curso–, que invades las competencias de todos y cada uno de ellos, que los maltratas verbalmente en público y que mudas constantemente de opinión, tardas en tomar decisiones, das marcha atrás, no escuchas puntos de vista de tus colaboradores y haces más caso a asesores de fuera que a los miembros del equipo que quisiste fuese el tuyo. Se refirieron a contrataciones hechas por ti sin siquiera avisar al responsable del área afectada, y de ‘saltos’ de autoridad de tu parte y de parte de ‘Cocoa’, que producen desorden, inseguridad y disgustos en tu estructura ‘staff’.

Luego, en Cocoyoc, llamó asimismo mi atención un tema reiterado de conversación: el de las aventuras más que frecuentes –etílicas y demás– de algunos de tus colaboradores. Entendí o creí entender entonces por qué la vida comienza después de la 10 de la mañana en el CEN, e incluso a esa hora los escritorios están poblados de tazas de café, vasos de refresco y comestibles; porque es difícil encontrar a alguien entre las 3 y las 6 (a veces hasta las 7) y por qué en días como el de ayer, a las 8 de la noche ya no hay virtualmente a quién dirigirse en las oficinas de Ángel Urraza. También –al verte actuar y al verlos actuar a ellos– noté esa inseguridad de ellos, hija del sentimiento de desconfianza que se ha generado entre los miembros de tu equipo, de resignación y aguante leales, pero desalentados…

Me pareció desconsiderado de tu parte no haber acudido a la cita de anoche, sin siquiera haber avisado. Me dolió y preocupó haberme enterado por boca de subalternos menores que el presidente del partido (¡tú!) salió de la oficina ‘muy bien servido’”.

Tú, Felipillo de Jesús.

(¡Hic!)

Castillo Peraza

Feo, católico y sentimental como el Bradomín de Valle Inclán, ante el pleno del Consejo Nacional de su partido, el PAN, lo afirmó: “México era un país en que la ley ya no es verdad, y la verdad todavía no es ley; es decir, en el que no se puede salir sólo legalmente de situaciones a las que se llegó ilegalmente”.

Pues sí, pero a contracanto de tan altivos conceptos, Castillo Peraza (murió entre hoy y mañana, pero del 2000) nos resultó  pragmático y dado a las concesiones; por ejemplo: su lealtad al PAN, su partido,  no le impidió “legitimar”, junto con Luis H. Alvarez y Diego Fernández de Ceballos, el “triunfo” presidencial de Carlos Salinas en 1988 a cambio de varios puestos políticos, como el de Ernesto Rufo (Baja California), el primer opositor que en este país llegaba a una gubernatura. Seis años  más tarde el yucateco iba a elogiar las medidas políticas de Zedillo, el Dr. Frankenstein del Fobaproa:

– Está tratando de hacer las cosas diferentes, y suponer que con él no hay mando es caer en la tentación nostálgica del autoritarismo, con lo cual estamos llevando al país políticamente hacia atrás.

Pues sí, pero los bandazos políticos del polémico polemista, maestro y filósofo de la historia y de la religión, periodista y autor de libros como El ogro antropófago, título que parodia El ogro filantrópico, de Paz,  tan escandalosos resultaron que su apoyo a Zedillo mereció rudas  críticas de Fox y Fernández de Ceballos y el retiro de todo acuerdo del PAN con el gobierno. La maniobra significó un triunfo para Fox y su grupo y una derrota más para quien ya había fracasado como candidato a  la gubernatura de Yucatán. En 1997, y esto algunos de ustedes lo recordarán por la polvareda que levantó, se produjo la debacle del yucateco cuando de forma estrepitosa fracasó en  su intento de alcanzar la jefatura del DF. El desastre según  Alvaro Delgado o algún otro periodista:

“La campaña de Castillo Peraza fue un rotundo fracaso por su falta de carisma, lo que se agravó porque adoptó vestimenta y maneras supuestamente populares pero ajenas a su personalidad real por lo que lucían (sic) falsas; su trato fue poco amable, aun para los reporteros que cubrían su gira; inclusive, desde que contestó a la periodista Pilar Ávila con palabrotas se le puso el mote de “Leperaza”. Además, empleó la propaganda negativa: a mediados del mes de mayo de 1997, la página web del candidato Castillo Peraza, desplegaba la siguiente leyenda:

 «Adquiere tu copia de la escritura en la que Cuauhtémoc Cárdenas, candidato competidor del PRD, le vende un terreno del Estado de Michoacán a su familia».

Un infundio, ¿lo recuerdan ustedes?, que el periodista Jacobo Zabludosky difundió en su espacio “informativo” de Televisa.

Castillo Peraza perdió en las elecciones frente a Cárdenas. Su derrota llevó al PAN al tercer lugar de las preferencias electorales en el Distrito Federal, aun por debajo del impopular candidato priísta Alfredo Del Mazo.

A  propósito, mis valedores: algo semejante le iba a ocurrir años más tarde a otro panista mediocre y  ayuno total de carisma, un Felipe Calderón discípulo de Castillo Peraza al que a su hora iba a traicionar, y acerca del cual el yucateco se hizo eco de la voz pública:

Se ha revelado como un ser inescrupuloso, mezquino, desleal a principios y a personas.

Y uno de sus colaboradores: “está más solo que nunca, pero él ha querido estar así porque no confía en nadie”.

Castillo Peraza  iba a reprocharle su afición etílica.

(Esa acusación, mañana.)

Loca, la historia

Y caprichosa, además. Juan Pablo ya es santo. La Madre Teresa  está lejos de la canonización. Aberrante.

Fallecida un día como hoy, 5 de septiembre (1997), su muerte pasó inadvertida, o casi,  en razón de cierto suceso que retrata la mediocridad de unas masas manipuladas aquí y en los países que pasan por cultos y refinados: por aquellos días murió junto con su amante una mujer disoluta, y la atención del orbe cubrió de flores y lágrimas el féretro de la meretriz. Pobre de Lady Di, tan bella que era, tan elegante…

La de Calcuta vivió siempre en segundo plano y con bajo perfil aun en la fabulilla de mi invención, porque la imaginaria visita a nuestro país coincidió con  la del intrigante Juan Pablo, que enloqueció a unas masas delirantes, alucinadas. ¡Nos visita Su Santidad! ¡Psicosis colectiva y éxtasis de ¿religiosa? exaltación! Y a organizar la valla monumental desde el aeropuerto Benito Juárez (en el nombre captar la ironía) hasta la basílica, con el aderezo y la guarnición de danzantes y peregrinos, coros y cánticos, plegarias e invocaciones, ovaciones y porras, confeti, rosas y serpentinas y  un trigal de pancartas con la efigie del polaco a todo color, en transmisión directa, radio y TV, de costra a costra y de frontera a frontera. ¡Tú eres amigo!  ¡México siempre fiel! ¡Júntese la cristiandad! ¡A recibir al “amigo”,  y que la valla vaya directamente al Guiness!

Solitaria, en tanto, en el de pasajeros llegaba una monja cuya vida dedicó a los redrojillos humanos desgarrados por lepra y demás lacras malignas y contagiosas. La religiosa adoptó la pobreza como forma de vida, que tronos y púrpuras y ostentación de crucifijos de oro le repugnaban; humilde como fue, pero de veras, evitó halagos, aclamaciones, ostentaciones y demás vanidades; religiosa en verdad, huyó de inciensos y ritos huecos. La monja era pura de ánima y cuerpo, de dicho y acciones, y sublimó el sacrificio de sí misma para amar al prójimo más que a sí misma. Ella, que en mi fabulilla y sin comitiva ni comisión de recibimiento, arribó a la ciudad por la terminal de autobuses.

Descendiente directa de los profetas, cuya doctrina apuntalaron con la verdad de los hechos, vivió en las antípodas de los millonarios Norbertos Rivera, Sandoval y Enésimos. Ellos dicen caridad, dicen misericordia, y sacrificio, humildad y pobreza; lo dicen con la lengua: la Madre de Calcuta lo decía con hechos.

Fue una tarde lluviosa cuando me topé con la monja en algún caserío perdido, ella de pie frente a aquel leprosario de mala muerte (de mala vida) que se alza más allá del terreno baldío convertido en lodazal.  De este lado la Madre Teresa se disponía a cruzar sobre lodo, charcos, inmundicias. Ahí saltó el oficioso: “Permítame proteger sus sandalias con estas botas de plástico”.

Gentil, pero enérgica, la monja rehusó con un gesto.

– Mire que de aquí a la entrada hay un buen trecho de lodo.

La seráfica volvió a negar con la testa. Ella, que venía a lavar, desinfectar y vendar llagas agusanadas, bubas purulentosas, pestilentes lobanillos y carnes en putrefacción, ¿asco a un poco de barro?

– Aunque, después de todo, no se manchará en demasía. ¿Ve ese grupo se individuos recostados boca abajo en el lodazal? Son los políticos que acaban de negociar con los gringos el energético, y que se ofrecen a usted para que pise sobre ellos y la inmundicia no le manche sus calzas.

¿Sobre esas espaldas? La Madre Teresa observó la siembra de lomos. Pensó, meditó, suspiró. “Sea por Dios. Preste acá esas botas de goma”.

(Y ya.)

¿Y la moraleja?

El Ave Fénix, mis valedores. El mito del Fénix, actualizado. ¿Podremos advertir  la elocuencia de sus símbolos?

Cuenta el relato que cierto empresario negociaba con un soberbio zoológico donde, no obstante, algo se echaba en falta: el Ave Félix. Tanto lo buscó el empresario Poldero, que finalmente ahí tenía el Fénix. Perfecto. Sí, pero no, que los visitantes terminaron por desentenderse de un pajarraco que nada tenía de espectacular. “Admiran changos y leones, aclaró el administrador, o al cocodrilo que se tragó a una mujer, pero cómo interesarse en un ser tan pacífico y apacible como el Ave Fénix”.

– A cambiarlo por uno escandaloso, decidió Poldero.

– Imposible. Sólo este existe en el mundo, y no tiene pareja. De viejo se prende fuego y emerge milagrosamente renacido. Tal es el Fénix.

– Quizá después de la quema mude de condición. Envejezcámoslo.

– Entonces (fijaros bien) Poldero le disminuyó a la mitad y luego a la cuarta parte su ración de comida, pero el Fénix no envejeció. Le suprimió la calefacción, y nada. Le atascó la jaula con pájaros belicosos que lo acosaban. Nada. ¿Que el clima de su país es seco? A encerrarlo en una mínima jaula con regadera en el techo. Cada noche Poldero la ponía a funcionar. El Fénix comenzó a toser.

¡Eureka, ya ha envejecido! ¡No tarda en prenderse fuego! Poldero inició una campaña publicitaria. “El ave favorita del público se acerca a su fin”. Para que acelerase el proceso y forjara su nido atiborró la jaula de malolientes haces de paja y mohosos alambres de púas.

Por fin. La hora había sonado. Ese día (¿van tomando nota?) el Fénix comenzó a revolver la paja. Poldero se apresuró a firmar un contrato por los derechos de radio, cine y televisión. Y a iniciar los preparativos.

Era una hermosa tarde de sábado. Durante algunas semanas, por vender tantos boletos como fuese posible, Poldero había estado excitando la curiosidad y el morbo del público. Y el día llegó. El gigantesco auditorio donde se montó el espectáculo se atiborró de morbosos. En la jaula del Fénix se colocaron luces. Desde un altavoz, el anuncio del espectáculo que estaba por ocurrir frente al público.

– ¡El Fénix, distinguidos visitantes, es el aristócrata de las aves. Sólo las más raras y costosas maderas orientales lo tientan a construir su extraño nido de amor!

– Introduzcamos en la jaula (el administrador) un manojo de ramas  aromáticas.

– ¿Y por qué gastar en semejantes refinamientos?, Poldero.

– Es la tradición.

– Quemarlo con nuestro petróleo.

– Tú lo vendiste al gringo.

– Que nos venda tantito.

La jaula del ave quedó empantanada del ajeno energético.

– ¡El Fénix renacerá ante los ojos de  ustedes!

Un estremecimiento sacudió el opaco plumaje. Tambaleante, el Fénix descendió de su percha. Con movimientos cansinos se acunó en los charcos del petróleo. Los equipos de cine y televisión se activaron. Estallantes, las luces alumbraron la jaula. Poldero, a todo volumen:

– ¡Este es el momento que hemos ha esperado con ansiedad! ¡El Fénix renace  ante nuestros ojos!

Anidado en su pira, el Fénix pareció caer dormido, y ahí la desilusión de un público vicioso del morbo, la nota roja, lo espectacular. Y fue entonces. De súbito, el Fénix se irguió, contempló la muchedumbre y… ¡Fénix y pira estallaron en llamas que abrasaron el gigantesco auditorio! ¡En dos minutos todo quedó reducido a cenizas, y miles y miles, incluyendo a Poldero el mercachifle, perecieron en el incendio!

(¿La moraleja?)

Moral y política

Esta vez el saqueo y la depredación que perpetra la burocracia política en los dineros públicos, mis valedores. Hasta la semana anterior yo consideraba altamente punible semejante modelo de corrupción lucrativa e impune, pero ya no, porque el burócrata de Los Pinos me ha hecho cambiar de opinión. La corrupción, lo afirmó hace apenas un par de semanas, “es un tema inscrito en el orden cultural y social, un asunto casi humano que siempre ha estado en la historia de la humanidad”. Con razón, y como para dar más validez a su aserto, fue a expresar tales conceptos, como si no tuviese donde más, ¡en la sede del Fondo de Cultura  Económica, que es decir en el corazón de la cultura universal, donde tengo varios libros publicados!

El ejercicio de la política es esa rama de la moral  que procura el bien colectivo con el recurso de resolver en la práctica los problemas que plantea la convivencia de los hombres libres que integran una sociedad libre también. Actividad noble por excelencia, la política se avoca al bien común al crear, cumplir y hacer cumplir un entramado de leyes que procuran la aplicación de la justicia y la adecuada distribución de bienes y servicios en beneficio de la comunidad, esencia que es de esa justicia. Bien.

Esto, en la teoría clásica, porque ya en el terreno de los hechos y de forma concreta en nuestro país, la conducta de la burocracia política se aparta de la definición clásica y con sus acciones descompuestas se acarrea el desprestigio y la mala voluntad de unos gobernados que observan, impotentes por la ignorancia en que los mantienen ese mismo sistema político, cómo los tales que integran esa burocracia anteponen su interés de medro personal y de grupo a los intereses colectivos. Es México.

Pero si hasta ese grado ha llegado la burocracia política a desprestigiar la actividad de la administración pública y a granjearse el repudio de la comunidad, ¿por qué ese pleito feroz por un puesto burocrático dentro del gobierno? Por  una razón más que evidente: la economía, los dineros públicos. La clave de las luchas políticas se localiza en el elemento económico, sin más.

Porque política y economía son dos hermanos siameses casi imposibles de separación,  de modo tal que  tras el poder político se descubre en seguida el verdadero y profundo motivo de la lucha por ese poder: la economía, que de no producir tan sustanciosas ganancias personales y de grupo difícilmente se advertiría esa fiebre compulsiva del político por acceder al poder, afianzarlo y, de ser posible, ensancharlo. Maquiavélico.

La economía constituye un problema de posesión y reparto de  la riqueza común, donde la política no significa más que una vocación secundaria. La codicia por el medro económico dentro y fuera de la ley es la razón principal de la lucha política en el país,  y no más.

Así pues, los gastos aberrantes que perpetran, sé lo que digo, la presidencia del país, los poderes legislativo y judicial, las gubernaturas y el resto de las instituciones que concretan el Sistema de poder, son actos de corrupción, por supuesto, pero quién pudiese criticarlos, si “la corrupción es un tema casi humano que siempre ha estado presente en la historia de la humanidad”. (¡!)

A propósito: los periodistas que  escucharon tales conceptos sobre la corrupción, “un asunto social y cultural, un tema casi humano”, ¿algo replicaron a Peña, algo le criticaron y contradijeron, y con razones  de peso lo hicieron rectificar tan delirantes asertos? Ah, el periodismo, mi oficio. (Uf.)

Ku-Klux-Klán

América ¿qué imagen crees que damos cuando jóvenes protestan sin violencia pidiendo que el país de los libres y la patria de los valientes escuche su grito, y pones francotiradores en el tejado y les apuntas con armas?”( Rev. Al Sharpton, en el sepelio del negro asesinado.)

Así fue, mis valedores. Policías blancos ultimaron el pasado  9 de agosto al  negro Michael Brown, infamia que se perpetró ¡en un país gobernado por un negro! Con el sepelio finalizan dos semanas de protestas y disturbios  que regresan al país vecino a los tiempos de la esclavitud y la segregación de la negritud en todos los sitios públicos. No han sido erradicadas, al parecer,  las manifestaciones raciales de un país marcado por las capuchas blancas y las cruces en llamas que alumbraban el linchamiento del infeliz negro caído en desgracia de los “arios puros”. Puro racismo, sin más.

El árbol de la horca. Tal puede nombrarse el árbol blanco destinado en Jena, Lousiana, para gente de raza blanca bajo el que varios estudiantes negros se atrevieron a sestear hace algún tiempo.

.        Aquel crimen desató un conflicto de racismo e injusticia que generó una tumultuosa movilización de protesta “que parece marcar el arranque de un movimiento nacional semejante al de los años 60 por cuestión de derechos civiles en los Estados Unidos”, dije entonces. Cuándo iba a imaginar que a la vuelta del tiempo, con un afroamericano en  La Casa Blanca, seguirían perpetrándose crímenes de odio como el que ocurrió en 1992 en la Cd. de Los Angeles, donde unos policías blancos propinaron salvaje golpiza a un negro de nombre Rodney King, con el resultado de media ciudad incendiada y un reguero de más de medio centenar de cadáveres.

Conflictos raciales. En un principio fue la rivalidad entre los confederados esclavistas sureños y los yankis del norte de Estados Unidos, que los llevó a la Guerra de Secesión de 1861-65. Los esclavos negros intuyeron la gran oportunidad para luchar por su libertad e igualdad mientras en el norte los negros libres intentaron enlistarse con las fuerzas de la Unión. Su entrenamiento militar fue prohibido por la policía. El gobierno federal evitó el alistamiento de negros en el ejército. Lincoln los rechazó en 1861 y en los años siguientes.

La presencia activa y la agitación de las masas negras preocupó al gobierno, que creó un Depto. de Colonización con el plan de retornarlos a Africa o a alguna una isla del Caribe. Fracasó tal política.

“El negro, por fin, logró enlistarse en el ejército, pero fue objeto del encarnizamiento sureño, que se negó a tomarlos prisioneros; los heridos eran asesinados; el ejército los discriminaba; se les cerraba la posibilidad de ascenso a cualquier rango militar y se les pagaba la mitad del salario que al soldado blanco. Muchas compañías de combatientes negros, ante el problema de la paga,  adoptaron la digna postura de no aceptarla.

Se gestarían nuevas formas de explotación de los campesinos negros, quienes fueron forzados a regresar a las plantaciones. Ante su resistencia se emplearon métodos represivos de enorme violencia.

El ejercicio del sufragio lo ejercieron los negros bajo el terrorismo racial de los oligarcas que, para mantenerlos alejados de las urnas, emplearon argumentos engañosos, propagaron atemorizantes amenazas, a lo subrepticio organizaron y armaron bandas y crearon sociedades secretas para imponerse y coaccionar, mediante la tortura, la violencia y el crimen, tanto a los negros como a los simpatizantes blancos”. En fin. Todo eso sucedió ayer. ¿Y hoy?

(Obama.)

Don Carlos Romero Deschamps

Conócete a ti mismo, aconsejaba el Oráculo de Delfos, que Sócrates tomó de divisa. y en conocer al humano se vienen empeñando todos los filósofos de todo tiempo y lugar. De Samuel Ramos a Santiago Ramírez  y algunos más, los estudiosos de nuestro país se han dedicado a rastrear desde sus raíces “el perfil del hombre y la cultura en México”. ¿Usted ha leído, La fenomenología del relajo o El laberinto de la soledad?  “Conócete”.

La filosofía, señor Romero Deschamps, ha producido también estupendos análisis acerca de la Etica, la Moral y otros valores de la axiología en estudios como el de los clásicos (Kant, Spinoza) y contemporáneos como Sánchez Vázquez y varios más, que ayudan en la casi imposible superación de una sociedad enferma como es la nuestra, que a pesar de nombrarse mayoritariamente católica muestra en sus hechos ser huérfana de valores, y ahí la lóbrega proliferación de parejas mal avenidas, embarazos de adolescentes, adicción al licor y otras drogas, a toda edad y nivel social. La corrupción en pleno, señor Romero Deschamps.

Para mí, hasta hace unos días, con las familias Salinas, Montiel, Fox, Bribiesca, Sahangún y tantísimas más, eran usted y sus críos todo un modelo de esa nauseabunda corrupción permitida por  una comunidad desidiosa. Pues sí,  mi señor, pero no.

Corrupto lo es, por supuesto, desde que era chalán de La Quina hasta que creó su propio estercolero,  y cínica es su corrupción, y ostentosa e impune, pero a partir de esta semana ya su merdosa condición no me escandaliza. ¿Y cómo, señor,  si “¡la  corrupción es un tema inscrito en el orden social y cultural,  un tema casi humano que siempre ha estado en la historia de la humanidad!” Ahora me explico, 15 meses después, que al ser interrogado en forma directa por los reporteros  sobre los lujos que exhiben usted, sus perros e hijos, el Peña de las síntesis filosóficas sobre la corrupción les haya salido con rodeos:

-A Carlos Romero Deschamps lo respetan los integrantes del Sindicato de Trabajadores Petrolero de la República Mexicana. Se trata de un dirigente trabajador. Tiene el respeto de su gremio.

Y ya. ¿Corrupto? Sí, por supuesto. ¿Pero no lo es toda la humanidad? Su corrupción, ¿no es un fenómeno cultural? ¿Por qué, entonces, el partido político de Peña no iba a absolver de corrupción al redrojo humano priísta  Cuauhtémoc Gutiérrez?

Yo, después de desechar las tesis de Paz, Villegas y algunos más sobre nuestras raíces, idiosincrasia y falta de identidad,  hoy reconozco en usted a uno de los mexicanos emblemáticos, que con toda razón pudiesen clamar con el clásico: “humano soy, y nada de lo humano me es ajeno”, porque es usted un mexicano universal, como lo pretendía Alfonso Reyes. Su biografía personal, señor Romero Deschamps, muestra estar corrompida hasta el tuétano de los entresijos, pero por eso es “casi humana,  inherente a nuestra cultura y presente en la…”

Para Peña tremendo dilema, señor: al embrocarse la banda presidencial juró cumplir y hacer cumplir la ley. Hoy  jura que antes de entregarlo a manos extranjeras va a eliminar la corrupción de PEMEX. La corrupción es usted, pero sus sinverguenzadas son culturales. ¿Entonces? ¿Cómo resolver el dilema?  ¿Cómo ir contra un bribón cuya corrupción es..?  A propósito:

¿Está enterado de cuál haya sido la respuesta de los periodistas que (¡en el recinto del Fondo de Cultura Económica, ese foro de cultura universal donde tengo varios libros publicados!) escucharon la afirmación presidencial? (¡Agh!)

Ancianos

Senectud, cuántos suspiros se cometen en tu nombre…

Yo desde en la mañana arrastraba una indefinida depresión (ella me arrastraba a mí), y qué hacer, sino aferrarme al último recurso, ese que para unos es la botella, para otros el rezo, para Fox el Prozac, para Calderón el trago amargo del exilio y para Peña las ventas de cochera. El recurso, para mí, es acunarme en mis libros, y caprichos de la casualidad: apenas abriendo el volumen (poemas), a penas me remitió. Las tristuras, por conjurarlas, se refinaron.

Y no quiero morir. No quisiera morir – Amo la vida porque está colmada de poesía – Y de odio y rabia y lágrimas…

El suspirillo, las vagorosas tristezas. Ya cerraba el libro cuando el papel encogido a dobleces se me vino a las manos. Lo fui desdoblando, leyéndolo, contristándome al tenor de la tarde aterida de amagos lluviosos. Era un añejo mensaje sin principio ni término, amarillento de vidas y años,  en el que alguien que se confesaba viejo en edad (no “adulto mayor”, cursi eufemismo) aludía a su drama personal. Leí, y el anciano, ¿vive o muere a estas horas?

“…con engaños y  tras de sustraerme a la mala mis pertenencias, en un asilo me fue a encarcelar el menor de los hijos, el más amado de todos. ¿Cuándo ocurrió? Eso no logro ubicarlo, tanto se me ha raído la  memoria…

En el asilo acabé de envejecer. Pero, fuerzas de flaqueza, logré fugarme y  me vine a esconder de mis hijos, solo y mi alma, en este cuartucho de azotea, vecino de gatos y lavaderos, abierto a vientos, lluvias y carrasperas. (Afuera de mi covacha las palomas, a zureos, reniegan de la llovizna.)

Tarde de domingo. Son estas las más melancólicas para quien envejece de una soledad de lomo engrifado como gata en brama. Por  conjurarla me he puesto a abrevar remembranzas en mi altero de viejas fotos, que más me dañan que aligerarme el ánimo. Ahí, macollo de ausencias, el oficio de mis fieles difuntos: desvaídos rasgos de la que fue mi amantísima (canto, risa, el picor de la especia, el geranio, el no-me-olvides, el deseo encuevado en el catre de latón). Qué joven fui una vez…

Me he puesto a barajar mis fotos: hijas, partos, nietos, hijos ya muertos o aún más distantes: desbalagados, o todavía más: desagradecidos. Ah, esta herida que no cesa, el hijo fallecido por oscuro conflicto entre la sota moza y la sota de bastos. Ausente uno más, que de mi se ha olvidado,  pero cuyo olvido fue menos ingrato que el corazón de pedernal que me encerró en el asilo. En estas ácidas, oxidadas tardes de domingo, intento olvidar y recuerdo; procuro recordar, y olvido. Olvidar. Invoco el piadoso alzhaimer…

Obsesión: aún tan escaso de años y bienes como sobrado de ilusiones, fui padeciendo gozosas heridas de aquella sucesión de mujeres que, costras de las laceraciones, me dejaron no más que estas fotos, dedicatoria y fecha vetustas, y unos marchitos pétalos emparedados entre sonetos, rimas y redondillas. De súbito, el fogonazo: llegó ella, la Mujer, y ahora mi mente burbujea de romanzas y trovas, luna llena, mandolina y ventana grifa de dalias. Y aquí estoy, y avizoro el final, y porque esta soledad pesa como plancha de acero sobre mente y corazón, voy a enviar este mensaje a ver si alguno…”

Tengo un nudo en las palabras.

Aquí termina el escrito. El papel en la diestra, por la ventana miro una tarde que la llovizna torna remedo de anochecer, y de noche todas las tardes son pardas. ¿Quién sería el desdichado del clamor de auxilio? Su biografía, ¿no acaso, semejante a la mía? (Dolor…)

El hombre feliz

“… ahorcado, desnudo, y con un mensaje al pie. No ha sido identificado”.

Sin identificar el suicida como tampoco el reino de fábula donde ocurrió el deceso, por más que sí hay noticias del reyecito que “haiga sido como haiga sido” logró encaramarse en el trono y sentar en él sus dos reales. Era el tal un fulanillo de aspecto, voz y lenguaje mediocres hasta la médula, “uno chaparrito, peloncito, jetoncito, de lentes”, como lo describió uno de sus vasallos, y aquejado de hipo, que a cada rato: ¡hic!

Lo disfrazaron de militar. No lo hubiesen hecho: ahí le brotaron los instintos destructivos,  y como andaba ebrio de cólera convirtió en cementerio su reino. ¡Cuántos miles de cadáveres caben en seis años de masacre y devastación, duelos, llantos y desesperación! Ante la tormenta de sangre derramada (muertos, heridos, desaparecidos, “daño colateral” de niños, mujeres, ancianos) unos culpaban a su insania mental y otros al vino (de consagrar. Era beato del Verbo Encarnado). Pero sería la cruda moral porque se le agotaban los tiros de su pistola o los días de tomar de blanco a los que se ponían al alcance de sus antiparras, lo cierto es que al reyecito le atacó una maligna depresión que ni el brindar a cada momento sus mejores capacidades en la administración del reino lograba amenguarle. Llamó entonces a su ministro de ¡salud!

– Prepárame una copa bien grande de algún bebedizo que remedie mi depresión.

Y sí. Viajes vienen y viajes van del botiquín guardado en el sótano (barricas de roble),  pero nada: fórmulas añejas o recién embotelladas resultaron inútiles. Cada mañana el reyecito amanecía con la cruda depresión acentuada. Ni aun cifras, datos y gráficas de la cosecha de sangre que le presentaba el ministro de la defensa le mejoraban su humor.

– Le hago notar, majestad, que hemos aumentado la cuota de muerte con estudiantes, niños de escuela y hasta el 10 por ciento de “daño colateral”. De los tales no existen expedientes que registren su identidad. No se ejecuta juicio ninguno. Todo, según lo ordena su majestad, es impunidad.

El reuecito no estaba en su juicio. La depresión lo enajenaba.  Y como ya me bebí la bodega de medicinas sin un buen resultado, acudir a la magia.

Y sí. A las “limpias” con ramas de hediondilla. Nada. Y qué hacer. Dénme más alcohol (friegas). Y fue entonces: cierto viajero se allegó al palacio:

Para curar tu sed de salud y tu cruda depresión vístete con la camisa del hombre feliz.

Y a buscar días y meses al afortunado, pero nada; tanto rastrillaron el reino buscando al hombre feliz que en una de esas (no andaba en su pleno juicio. Insolación) se fueron a extraviar en un sitio desértico,  y entonces:   oh prodigio: en la tierra baldía el canto del hombre feliz, que  al cantar castraba un espino para de sus semillas forjarse un taco. El reyecito:

– Hey, tú, ¿eres feliz?

– Lo soy, ¿tú gustas?

– Despójate de tu camisa, te la voy a privatizar.

Pero el hombre feliz no tenía camisa. “Tu reinado me dejó hasta sin camisa”.

– ¿Sin camisa y feliz? ¿De dónde esa felicidad?

– De que tú pronto te largas.

El reyecito nomás suspiró (a su manera ¡hic!)

Mis valedores: al descamisado lo acaban de encontrar ahorcado, y en el  recado: “No creí que el reyecito tuviese la desverguenza de volver al reino, ni que sus víctimas lo permitieran,  ni que yo, pendejo de mí,  me alegrara con la coronación del sucesor, que  mis calzones malbarató a los gringos”.

(¡Hic!)

El periodismo, mi oficio

“Leo en El Comercio, el diario que superó todas las formas de la infamia en su campaña contra Ollanta Humala, un editorial escrito con gran moderación y, se diría, con entusiasmo, por la política económica que Humala se propone aplicar en Perú”. (M.Vargas Llosa.)

Y que ahora lo alaban también jerarcas diversos de la iniciativa privada.  “¿Qué ha ocurrido para que todos se volvieran humalistas de pronto?” Mis valedores: tal la fascinación que en tantos colegas provoca el Poder. Yo, cuando me iniciaba en la radio, la TV y la prensa escrita, observé a los del oficio, y lo que vi me llevó a postular en ocho palabras el lema de mi actividad periodística: “Ni un ataque gratuito ni un elogio pagado”. Y hasta la fecha. A propósito:

De ese embeleco que apodan libertad de prensa recuerdo el material atroz que ante el estallido del 68 en Tlatelolco exudaban algunos medios de acondicionamiento social, como El Heraldo, hoy felizmente  difunto, y que clamaba,  a resultas de la masacre de Tlatelolco:

“Transformados en opulentos burgueses, algunos montaron una grotesca conspiración golpista para derribar al gobierno y montar la dictadura marxista. Se estrellaron contra el Presidente Díaz Ordaz, a quien apoyó el ejército. Sólo contaron con la militancia aborregada de la clase social más manipulable por su inexperiencia e inmadurez: algunos estudiantes de universidades dominadas por la caterva intelectualoide del marxismo.

Utilizaron a su santón y lamebotas castrista (sic): Lázaro Cárdenas, quien montado en el toldo de su auto, en el zócalo, arengó a una masa de gritones para ocupar Palacio Nacional. La respuesta de los motineros enemigos de México: ¡Revolución Sí, Olimpiada No! Pero obreros,  campesinos, clases medias y la Nación entera les dieron la espalda.

El 2 de octubre los traidores lanzaron a las juventudes a su última trampa sangrienta. Su estrategia: provocar a nuestro Ejército, que no cayó en la trampa. Nuestros soldados fueron agredidos por los francotiradores terroristas que previamente se habían escondido en lo alto de los edificios. El Ejército protegió a los civiles que se vieron envueltos en la balacera. El complot traicionero de la antipatria roja fue aplastado y el Ejército salvó a nuestra nación. Si México es libre es gracias a la valerosa y fiel acción del Ejército Mexicano, que afrontó la guerrilla del golpismo extranjerizante, fundado en las férreas y patrióticas voluntades del Presidente Díaz Ordaz.

Al designársele embajador en España Díaz Ordaz recordó en una entrevista de prensa que si de algo se sentía orgulloso era de su conducta en los trágicos meses del 68, pero más de sus acciones el 2 de octubre. ‘Puse todo en la balanza, mi seguridad, mi nombre, mi honor, mi vida misma, pero al fin salvé a México de haber perdido nuestra libertad’.

La conjura comunista fue la gran derrotada. México y sus libertades los ganadores, gracias a la firmeza patriótica de Díaz Ordaz y nuestro Ejército Nacional.¡Y que sigan chillando los huérfanos del Kremlin!”

El periodismo, mi oficio. En 1999 Mario R. Méndez en la revista Por Esto: “Una madrugada me llaman y me dicen: ¿Cuánto te tocó? / ¿Me tocó de qué?  / No había reconocido la voz. / No te hagas, que también tú recibiste tierras en Cancún. / Me empezó a sonar familiar la voz. / ¿Quién habla? Era El Mulixto, o sea Luis Donaldo Colosio, y me entera que Carlitos M. Navarrete recibió 300 hectáreas para guardar silencio absoluto sobre las actividades del narcotráfico en Quintana Roo”.

El  periodismo, mi oficio. (¡Uf!)

Humano y animal

Así debe ser el político, según Maquiavelo. Tanto debe tener de animal como de humano porque existen dos modos de combatir: con las leyes y con la fuerza. La primera es característica del humano; la segunda, de la bestia. La primera no siempre es suficiente, y entonces hay que comportarse como irracional. Ejemplo es el del centauro Quirón, cabeza de humano y cuerpo de equino, que educó a héroes mitológicos como Jasón, Aquiles, Belerofonte y otros más.  Tal es el símbolo del político, que debe participar de ambas características: la fuerza  y la inteligencia, porque una sola no subsiste sin su complemento. Maquiavélico.

Otro ejemplo: en su profesión, el político debe transformarse en zorro y en león. El zorro no puede protegerse de los lobos ni el león de las trampas que colocan los cazadores.  Pero el  zorro sabe eludir las trampas y el león no teme a los lobos. Ambas características debe aunar el político. Y vaya que en ese terreno sembrado de trampas  merodean los lobos. Mis valedores:

Maquiavelo se compara con el  pintor. Tal como el que dibuja un paisaje se sitúa  en el llano para apreciar montañas, y para apreciar el llano se debe trepar a la montaña, así un ciudadano común, como se dice el florentino, desde el llano intenta conocer la naturaleza del político, el cual, desde su eminencia, está obligado a conocer el llano. A la manera de los médicos buenos,  que junto con la práctica de su profesión se perfeccionan con el estudio de la teoría y nunca terminan de aprender, así debería ser el  político de carrera. Los profesionales de la política que manejan la administración pública del país cuánto conocerán de esa teoría indispensable que los faculta para ejercer cabalmente su profesión. No existe un buen político que no conozca a fondo y practique lo que aún es vigente de las reglas establecidas por Maquiavelo, personaje que marcó toda una época en la ciencia política. Sin embargo…

Entre los políticos mexicanos pocos parecen haberlo leído ni puesto en práctica sus enseñanzas, según denuncian sus propias acciones. López Portillo, tal vez, y algún otro, ¿pero los demás? ¿Pero el Fox de “José Luis Borgues” y un Peña que cuando candidato a la presidencia del país, en plena feria libresca, atribuyó a Carlos Fuentes El águila y la serpiente?

¿Fox leería la sentencia de Maquiavelo: “Quien es elegido príncipe con el favor popular debe conservar como amigas a esas masas sociales que lo llevaron al poder”? Y a la medida del actual o sus asesores: “Si el partido principal, sea el pueblo, el ejército o la nobleza, que os parece más útil y más conveniente para la conservación de vuestra dignidad está corrompido, debéis seguirle el humor y disculparlo. En tal caso, la honradez y la virtud son perniciosas”.

¿Culto Fox? ¿Buen lector de “José Luis Borgues”? ¿Culto el sucesor, ese que ¡vino! a estrenarse como carnicero a Los Pinos? Ese que ¡vino! a inaugurar un puerto en Ahome, Sin., y parecía ebrio (de rabia) al regañar a Pérez Jácome, por aquel entonces titular de Comunicaciones:

– Eso sí, el letrero quedó muy chiquito,  secretario, ¡eh!, yo sé que les recortan todo el presupuesto en publicidad allá en la Cámara, pero ¡no exageren, hombre! Ese parece un permiso de taxi, digo, para el tamaño de la obra, ¿no? Hay que hacer otro pa´l puertón que tenemos, no un letrerito.

¿Culto ese que ¡vino! a expresarse de Carlos Pascual, el entonces embajador de EUen nuestro país: “Ese le echa mucha crema a sus tacos”?

¿Culto el desvergonzado que se ha atrevido a volver al país? (¡Hic!)

Moscas, arañas y legisladores

Hablé ayer, mis valedores, de esas perniciosas alianzas que ha perpetrado el PRI con el PAN, su socio natural, y que se le han agregado los chuchos y la pedacería, para entre todos  ejecutar el trabajo sucio de Washington, con Los Pinos en compinchaje.   Nosotros también, más allá de diferencias de todo tipo, en determinadas coyunturas históricas podemos concertar alianzas provechosas para la colectividad. Aquí, a modo de ejemplo, la fabulilla de La mosca y la araña, que recreo para todos ustedes:

El individuo de marras disfrutaba con la destrucción. Y ocurrió que aquel día pepenó una araña y la encerró en un pomo de vidrio. ¿Y si le acerco una mosca y disfruto de la lucha de dos enemigos naturales? Tomó uno de esos insectos, lo encerró con la araña y se dispuso a presenciar el final, pero extraño: nada ocurría. Entonces…

Para incitarlos a la lucha los privó de alimentos y se puso a aguardar un día, dos, varios. Nada. Haya cosa…

Pues sí, la araña parecía dispuesta a atacar, y a huir la mosca, a defenderse, a sobrevivir. El hombre, a la expectativa, esperaba disfrutar de la destrucción, pero nada. Entre los adversarios naturales nada ocurría.

En el fondo del recipiente la araña  parecía desinteresada de la que habrá de ser su alimento, aquella mosca atejonada en lo más  alto de su prisión. Días después fueron trasladados a recipientes más amplios, que de manera antinatural habían aumentado de tamaño. De alimento, nada, y a esperar. Días. A la expectativa…

De no creerse: mosca y araña iban creciendo de tamaño; una parecía más feroz que nunca, y la otra más que nunca dispuesta a luchar por su vida. El hombre las observaba regodeándose ante la inminente destrucción del débil por el más fuerte. Lo de costumbre. Y ahora, con ese tamaño descomunal, mucho mejor resultaría el espectáculo. No llevaba prisa. Se decidió por la espera hasta rematar su experimento. Colocó mosca y  araña en un recipiente mucho más grande que el anterior. Y al desenlace.

¿Desenlace? Nada ocurrió, bostezo y aburrimiento. Esto no responde  a la lógica, pensó el hombre, y a esperar que a los dictados de Madre Natura  los adversarios naturales se enfrenten: Nada. Ahora  tuvo que utilizar  un acuario de proporciones descomunales, tanto habían crecido los protagonistas de un drama que no tardaría en alcanzar su final.

¡Y la fecha llegó!  Transcurrió la mañana, vino la tarde, vino el principio de la noche,  con los ojos del hombre enfocados en la pared del acuario. La araña, ya de un tamaño monstruoso, se había retirado a un rincón; la mosca, a otro un poco más alto. Gigantescas, inmóviles…

¿Y eso? ¿Qué ocurría con el par de rivales? Porque no parecían observarse antes del ataque, sino que miraban hacia un rumbo distinto, distante. ¿Qué miran, qué esperan dos cautivos ya de tamaño descomunal?  Cavilando, aguardando, el hombre se adormeció frente al acuario, y fue entonces….

Entonces fue. Lenta, la araña se desplazó en dirección de la mosca, que se movió también y se aproximó a la araña. Los dos se ubicaron bajo la tapa del acuario, y aplicando los lomos la hicieron saltar, y  salieron ambos, y en unos minutos del hombre sólo quedaron los…

¿Después? Los que por necesidad vital fueron aliados volverán a actuar según su naturaleza.  Y ya. Esto, con bichos enemigos a muerte, algo distinto a lo que ocurre en el terreno politiquero, donde moscas y arañas son hermanas siamesas. ¿Pero nosotros? ¿Nosotros qué? ¿Cuándo nosotros? ¿A seguir exigiendo nosotros a moscas y arañas? (¿Qué?)

Compinches

En el pantanoso terreno de la política nacional, mis valedores,  todo el tiempo se fragua toda clase de alianzas, la mayoría negativas para nosotros en la medida en que  benefician a un Poder del que forman parte esencial.  Esto ocurre ahora mismo con el compinchaje de diputados y senadores del Tricolor con sus pares de Acción Nacional, que en alianza integran mayoría en el Congreso, (Por cuestiones de medro personal y de grupo se les añaden los poquiteros del  Verde, el Panal y los chuchos talamanteros de nueva izquierda. Pereza me da plantarle mayúsculas.) Es así como ésos perpetran por estos días la maniobra de regresar a manos extranjeras el petróleo que Cárdenas nacionalizó en 1938. Esos ahora ejecutan el sucio trabajo de Washington y su representante oficioso en Los Pinos Caso cerrado.  Es México.  Mis valedores:

Con ánimo de que recobremos la memoria histórica transcribo la lista de algunas de las alianzas que diputados y senadores del Revolucionario Ins. en el Congreso han concertado en los años recientes con legisladores de las “braguetas bendecidas”, que dijo aquél. En semejantes maniobras no han representado a quienes dicen y deben representar, sino a sí mismos, y no ante nosotros, sino ante el presidente en turno. Aquí las tales alianzas:

1989.- PRI y PAN votaron juntos la legislación electoral salinista para eliminar las coaliciones y candidaturas comunes de los partidos.

1991. PRI y PAN votaron juntos la quema de los paquetes electorales de 1988 para eliminar la evidencia del fraude  que arrebató al triunfo a Cuauhtémoc Cárdenas.

1992. PRI y PAN votaron juntos un resolutivo para apoyar la elevación de cuotas en la UNAM propuesta por el rector Sarukhán.

Ese año PRI y PAN reformaron el artículo 27 Constitucional para privatizar el ejido.

1993. PRI y PAN votaron juntos la reforma al Código Penal para permitir la libertad bajo fianza a los servidores públicos corruptos.

1998. PRI y PAN recortaron el presupuesto del Distrito Federal y el de las universidades públicas.

1998.- PRI y PAN, aliados, aprobaron el Fobaproa. PRI y PAN impulsan, juntos los mismos proyectos lesivos a la ciudadanía. (Aberrante.)

Y llegó Peña,  y en alianza con un Legislativo logrero (quid pro quo) impuso el Pacto por México, que malparió reformas tan lesivas para nosotros como la energética y la que vino a menoscabar los derechos del trabajador.

Pero en materia de alianzas no todo es cuestión de ventajistas maniobras del  PRI con el PAN ni de éste con la chuchería colaboracionista. No todo es materia de compra-venta a la manera de la mafia talamantera del PRD, pragmático-utilitaristas. Alianzas legítimas y necesarias se producen fuera del Poder para beneficio colectivo, y esto lo ilustra la fabulilla que hoy comienzo a relatar para ustedes y que mañana he de terminar.

Y es que hay de alianzas a alianzas. No es igual que los políticos unan sus fuerzas para medrar en perjuicio de la población a que organismos como el Sindicato Mexicano de Electricistas en su momento hayan establecido alianzas con otras fuerzas sociales para resistir la embestida del Sistema de Poder. Porque, mis valedores, no olvidar la premisa: “El enemigo de mi enemigo es mi amigo”. Publicada entre hoy y mañana, la fabulilla ajena, que yo recreo para todos ustedes, exhibe a cabalidad la diferencia entre alianzas de ventajistas y alianzas provechosas para la colectividad. Así pues…

Erase que se era un individuo que disfrutaba de la destrucción. Y ocurrió que cierto día capturó una araña y… (Sigo mañana.)