¡Por el honor de la Patria!

Mística, espíritu, honor: el ejército mexicano. Lealtad, pundonor. Inaccesible a la deshonra, soldado de la patria.

“¡Con que muy machitos, hijos de su puta madre! Estos perros no merecen vivir!”

Mis valedores: ¿quiénes habrán mostrado más bestiales instintos: los narcotraficantes con los jóvenes estudiantes o los soldados de la patria  con  22 seres humanos, entre ellos la jovencilla herida que no podía ponerse de pie como lo exigían sus verdugos?

¿Qué unos eran delincuentes y estudiantes los otros? Todos ellos eran humanos, y como humanos poseían antológicamente y desde su nacimiento una dignidad humana que vuelve intocable la vida. Crímenes y delitos deben ser castigados con una reclusión de toda su vida,   si su delito así lo amerita. Pero la vida humana es sagrada, sin distinción de individuos ni de conductas. Toda argumentación en contrario procede de la ignorancia o de la mala fe, y no más.

Por otra parte, mis valedores: que las labores policíacas están fuera de la mentalidad del soldado es  un hecho evidente. El está no para prevenir, tarea policíaca, sino para ejecutar. Pero la impunidad cobija al matancero Calderón y Peña acepta su herencia podrida con el ejército en labores policíacas.

En fin. Atroz, salvaje, bestial,  aberrante sadismo, inaudita crueldad, mentes enfermas, indignación internacional, focos rojos. Todo este vocabulario y mucho más cabe en la magnitud de los crímenes perpetrados en  Iguala y Tlatlaya, que detonaron con todo su horror en la conciencia pública nacional e internacional. Es México.

Y sí, después del antecedente en que la prensa extranjera denunció los crímenes que cometieron elementos del ejército mexicano contra una veintena de civiles inermes, las autoridades respectivas no tenían margen alguno para ocultar, o minimizar, cuando menos, la masacre de Iguala y las fosas clandestinas en alguno de los cerros cercanos a la ciudad. Todo fue aflorar tales crímenes en la conciencia pública, y el  asombro y la indignación se manifestaron con un aluvión epítetos altisonantes, que aun así,  no han logrado expresar cabalmente la crispación que en la comunidad provocaron tales hechos de sangre.

Que el perredista René Bejarano informó  Jesús Murillo Karam, titular de la PGR,  que tenía pruebas contra alcalde de Iguala, José Luis Abarca, como homicida de Arturo Hernández C., líder de la Unión Popular. El procurador no investigó el caso. “No me trajo las pruebas”. Eso se llama omisión, señala el matutino, y yo digo: ¿omisión de quién o de quiénes? ¿De Bejarano o del Procurador? A propósito:

El titular del Ejecutivo es el funcionario mejor informado del país, o su gobierno carecería de un elemento fundamental. El de Los Pinos mantiene un diálogo constante con el titular de la Defensa Nacional. ¿Cómo fue que 3 meses Peña mantuvo oculto el asesinato de 22 individuos ya sometidos e inermes bajo el fuego de algunos miembros del ejército mexicano? ¿Hubiésemos conocido y calibrado la gravedad de eso ocurrido en Tlatlaya, Edo. de México, de no haberlo pregonado la prensa extranjera? El responsable directo es, por comisión u omisión el jefe del Estado, y si tal salvajada ocurre en el país, y si el jefe del Estado se advierte ignorante, omiso o encubridor, ¿no es este un Estado fallido, que solapa maniobras como esa de tener oculto durante meses el crimen perpetrado por fuerzas del ejército mexicano? Del propio ejército,  como de mantener informada a la comunidad, ¿quién es el responsable, repito? ¿Quién? (Ah, México.)

Los muertos no nos asustan

Para avivar la memoria histórica: se cumplen 19 años y meses de que  en el Vado Aguas Blancas, municipio de Coyuca de Benítez, Gro., las metrallas de la Policía Motorizada destazaron  las carnes (premeditación, alevosía y ventaja) de militantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur, a la que diezmaron a fuego, sangre y dolor. Fue aquel un tiradero de cadáveres y heridos que aventó a duelos y llantos a deudos, viudas y huérfanos. Presente en la carnicería, un a modo de representante oficioso del gobierno de Rubén Figueroa Alcocer: Rodolfo Sotomayor E., sub-procurador del Estado, quien días después de la matanza lo tuvo que admitir:

– Si yo acudí a Aguas Bancas fue por órdenes del procurador Antonio Alcocer Salazar. El que protegió a Rubén Figueroa para que no fuera procesado como responsable de la matanza fue el propio Sistema.

El Figueroa  señalado de autor intelectual de la masacre tenía un compadre en Los Pinos: Ernesto Zedillo. Ante la acusación de su subalterno,  se defendió en 1997 Alcocer Salazar:

– ¡Yo rechazo cualquier responsabilidad penal en la matanza de Aguas Blancas. No  tengo idea de cómo pueda ir el caso! Yo estoy alejado del asunto. Yo ahora soy comisionado del PRI en Chilapa.

Y lo que fue ayer y es hoy: en noviembre de 1995 y a nombre de algún organismo defensor de derechos humanos se encrespaba una Mariclaire Acosta  que años después, desde su oficina del gobierno foxista, se nos tornaría mansa, muda e impávida, hasta que quien la encaramó la dejó caer:

– ¡Rubén Figueroa es un asesino! El compadrazgo entre Figueroa y  su cumpadre Zedillo es un obstáculo para la aclaración y castigo de los hechos violentos registrados en Guerrero. Me parecería muy lamentable que un Presidente del país apoyara a un asesino como Rubén Figueroa sólo porque es su compadre.

Todavía hoy, para defensores de los derechos humanos de aquí y el exterior, “lo sucedido en el Vado Aguas Blancas no es un hecho aislado. Desde que Rubén Figueroa, compadre de Ernesto Zedillo, asumió la gubernatura (1º. de abril de 1993), han sido asesinados 70 miembros del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y 21 integrantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur; han desaparecido decenas de opositores y tan sólo en uno de los municipios, el de Atoyac de Alvarez, se han registrado más de cien  asesinatos y 23 secuestros en 22 meses”. Detrás de las cifras del oficio de tinieblas,  la absoluta impunidad, la desidia del paisanaje,  el olvido y la paz. La de los sepulcros…

Pero la lucha de deudos y víctimas continúa durante años: En marzo de 1996, en nombre de las viudas y familiares de los campesinos asesinados en Aguas Blancas, Paula Galeana Baltasar entregó una carta al Sec. Gral. de la ONU, Boutros Ghali, para solicitar su intervención ante el Pres. Zedillo con el propósito de hacer justicia ante la matanza de Aguas Blancas. ¿Y? Mientras, J. Rubén Catalán, Sec. Gral. del gobierno de Rubén Figueroa, regresó a su notaría de Acapulco, donde seguía dando fe pública como notario.

Nov.,1995. Fidel Velázquez acudió al palacio de gobierno para dar todo el apoyo de la CTM a Rubén Figueroa:

– ¡Usted, Sr. gobernador, sabe que a nosotros los cetemistas no nos asustan los muertos. Ojalá que los demás gobernadores hicieran lo mismo que hizo usted, caiga quien caiga!

La sangre del Vado Aguas Blancas, ¿ya la olvidamos? La de Iguala y Tlatlaya,  ¿a la impunidad también, y al olvido? Mis valedores: todo esto es México. (Nuestro país.)

Almácigo de cadáveres

Que la memoria histórica, si vive aún,  no se nos muera, mis valedores. Hoy que  los adjetivos se nos agotan para calificar eso aberrante, demencial, que se perpetró en Tlatlaya hace meses y en  Iguala hace días, conviene recordar masacres como las de Tlatelolco, Ribera de San Cosme, El Charco y El Bosque, y más tarde Salvárcar, San Fernando y tantos crímenes más, cuyos autores se esconden en esa abyecta impunidad que tiene el Sistema como segunda naturaleza. Y vale aquí  suplicar a los “medios” extranjeros no suspender sus denuncias  acerca de crímenes como el de Tlatlaya, que Peña, Osorio y Murillo durante meses mantuvieron oculto a las masas. ¿Encubrimiento?

Por avivar la memoria histórica van aquí algunos datos sobre la masacre de Aguas Blancas, perpetrada el 28 de junio de 1995. Fue en marzo de 1996, cuando el entonces Sec. Gral. de la ONU, Boutros Ghali, visitó nuestro país. En nombre de las viudas y demás familiares de los campesinos asesinados en Aguas Blancas, Paulina Galeana Baltazar entregó una carta al de la ONU solicitando su intervención ante el Pres. Ernesto Zedillo con ánimo de “encontrar una solución y hacer justicia” ante la matanza de Aguas Blancas. Ghali  escuchó a la viuda y no hizo comentario alguno al respecto. Hoy hace ya 19 años y algunos meses de que  el Vado Aguas Blancas, de Coyuca de Benítez, se engrifó de cadáveres masacrados; una masacre, la de Guerrero, que presagiaba las de Acteal, El Charco y El Bosque, los asesinatos de mujeres en Cd. Juárez y tantos crímenes más, con sus autores impunes. Por que sepamos a qué atenernos en relación al esclarecimiento de los crímenes de Tlatlaya e Iguala: el entonces Zedillo, como Peña el día de hoy,    prometió hacer pronta y expedita justicia. Sobre la testa de los asesinos iba a caer todo el peso de la ley y todo el rigor de la justicia. Once años pasaron, llegó Fox, y más tarde el matancero, ¿y? Lo publicaba el periodista Carlos Ramírez:

El día de su destape, Ernesto Zedillo acudió a una fastuosa residencia y fue recibido por el propietario: el gobernador guerrerense Rubén Figueroa Alcocer, su compadre.

No mucho tiempo después iba a ocurrir que Anacleto Ahuehueteco, Simpliciano Martínez, Clímaco Martínez y una docena más de paisanos, militantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur, iban a ser minuciosamente masacrados a mansalva por las balas de una Policía Motorizada que (órdenes superiores) les disparó a discreción. Detrás, se asegura, estaba un personaje para tantos guerrerenses siniestro, hijo siniestro del siniestro de todo Guerrero: Rubén Figueroa Figueroa, el Figueroa Alcocer compadre del dicho Zedillo. De espectador, con las balas del gobierno sembrando el almácigo de muertos, Rodolfo Sotomayor Espino, sub-procurador de Justicia de Guerrero.  Tiempo después, intocable e intocado, el compadre que señalaron como autor intelectual de la masacre seguía, en libertad, administrando sus negocios camioneros, uno de ellos con PEMEX. México.

Secretario general de gobierno con Rubén Figueroa era J. Rubén Robles Catalán, y un Antonio Alcocer Salazar el Procurador de Justicia estatal. A 19 años justos (injustísimos por la impunidad que cobija a los responsables del sembradío de cadáveres), la ley no molestó a los presuntos culpables de la masacre.

Como para apuntalar una memoria histórica que en las masas es tan sutil y efímera, si es que alguna vez existió, mañana asentaré aquí  algunos datos de lo que una vez rematada la masacre ocurrió a nivel de justicia. (Vale.)

¿Quién es la víctima?

¿Quién es el verdugo? Los eventos de sangre y muerte que han venido ocurriendo desde el sexenio anterior crisparon el ambiente y lo electrificaron hasta el punto de que la exasperación de las masas ha rebasado la marcha, el plantón y otras formas rutinarias de protesta para pasar a la etapa del bloqueo de aeropuertos y edificios federales. ¡Ese atentado contra la puerta principal del Palacio de Gobierno! Mis valedores: ¿cuál ha sido hasta hoy el beneficio que tales protestas reportan para todos nosotros?  Médicos, maestros, ferrocarrileros, fines de los 50s, ¿qué nos dice la HistoriaE. Fromm:

Si queremos combatir algo debemos entenderlo. El pensamiento que se deja engañar a sí mismo, guiándose por el deseo, no nos ayudará, y el reclamar fórmulas optimistas resultará anticuado e inútil como lo es la danza india para provocar la lluvia.

Las advertencias del  maestro:

– El revolucionario ejerce la práctica de pensar. Tras el ejercicio de la autocrítica desecha el recurso de la guerrilla y crea la verdadera organización ciudadana. Para contrarrestar esas tácticas y estrategias  con las que el Poder ha derrotado las protestas ciudadanas su obligación es mantener el corazón caliente, pero la cabeza fría.

En el pasado (años 70 del siglo anterior) el Estado logró destruir a la mayor parte de la verdadera izquierda mexicana, la que tenía de base el Comunista Mexicano, cuyo espacio fue llenando con una falsa izquierda que desde dentro y con el trabajo sucio a cargo de los falsos sindicatos se ha encargado de someter a las masas sociales al proyecto neoliberal.

Esa falsa izquierda que se apropió el nombre y fue promocionada por el Sistema como la única y verdadera izquierda, ha llevado a cabo una tarea que consiste en hacer desaparecer de la conciencia social esa memoria histórica en la que el pueblo mexicano depositó su experiencia y sus enormes avances táctico-estratégicos acumulados en su proceso de lucha emancipadora (en la lucha de la corriente proletario-estudiantil de 1968, por ejemplo.)

De forma aviesa, consciente y a nombre del Poder, la falsa izquierda introdujo el «virus» de las formas de lucha obsoletas e ineficaces, y a través del manipuleo psicológico las elevó a rango de dogma secular. Con ello las tornó incuestionables.

Cuando nos convocan a la lucha con esas formas obsoletas e ineficaces, los dirigentes nos conducen indefectiblemente a la derrota, pero como tales formas de lucha fueron convertidas en dogmas, y por eao mismo incontrovertidas, no nos atrevemos a pensar si esa actividad sirve, y cuándo y cuánto, o no sirve en lo absoluto para alcanzar las metas sociales y superar los retos que enfrentamos en el avance social.

Cuando se logra elevar la mentira al rango de dogma (las marchas como instrumento eficaz de lucha contra el enemigo histórico), esa mentira cobra vida propia y se apodera de la mente humana, determinando la conducta de los sujetos. A semejante fenómeno se le denomina enajenación, que significa pensar en base a una serie de ideas que no nos pertenecen y que el enemigo nos inculca para así dominarnos. (El maestro.)

Leo el catálogo de protestas contra la violencia que se vienen sucediendo desde Zedillo y Fox y las marchas por los miles de muertes, desapariciones, desplazamientos y pueblos fantasmas cuando Calderón. Hoy, el delirio aberrante de  Tlatlaya e Iguala, con  Ayotzinapa como fuente abastecedora de víctimas. ¿Y nosotros? ¿Pólvora en infiernitos como el del basurero municipal de Cocula? Ah, México. (Este país.)

“La belleza será convulsiva”

Eso será, o no será belleza.

Sigue aquí, mis valedores, la lista de las consignas que produjo la rebelión estudiantil de 1968  en ciudades de aquí y allá,  y que el ingenio de los estudiantes franceses dejó constancia en los muros de París.  Ahora los reproduzco por la cercanía de Tlatelolco y  la rebelión estudiantil de Ayotzinapa. Van los grafitos:

 ¡No a la revolución con corbata! – La revuelta y solamente la revuelta es creadora de la luz, y esta luz no puede tomar sino tres caminos: la poesía, la libertad y el amor.

La poesía está en las calles – Escuelas de la calle. Calle de las escuelas – No se encarnicen con los edificios, nuestro objetivo son las instituciones – Si lo que ves no es extraño, la visión es falsa – Exagerar: esa es el arma.

La voluntad general contra la voluntad del general – Un pensamiento que se estanca es un pensamiento que se pudre – Pensar juntos, no. Empujar juntos, sí – No puede volver a dormir tranquilo aquél que una vez abrió los ojos – La emancipación del hombre será total o no será – Queremos las estructuras al servicio del hombre y no al hombre al servicio de las estructuras – Queremos tener el placer de vivir y nunca más el mal de seguir vivos – ¡Viva la comunicación! ¡Abajo la telecomunicación! (Mío el subrayado. ¡Abajo!)

Desabróchense el cerebro tan a menudo como la bragueta – Olvídense de todo lo que han aprendido. Comiencen a soñar – En los exámenes universitarios, respondamos con preguntas – ¿Violar algo? Viola tu alma mater – Acumulen rabia – Las paredes tienen orejas. Vuestras orejas tienen paredes – La acción no debe ser una reacción, sino una creación – La novedad es revolucionaria. La verdad también – No hay pensamiento revolucionario. Hay actos revolucionarios -Tomemos en serio la revolución, pero nosotros no nos tomemos en serio – Todo el poder a los consejos obreros (un rabioso trabajador). Todo el poder a los consejos rabiosos (un obrero) – Mientras más hago el amor, más ganas me dan de hacer la revolución. Entre más hago la revolución, más ganas tengo de hacer el amor.

La vida está más allá. Cuando la asamblea nacional se convierte en un teatro burgués, todos los teatros burgueses deben convertirse en asambleas nacionales –  Graciosos señores de la política: ocultáis detrás de vuestras miradas vidriosas un mundo en vías de destrucción. ¡Gritad, gritad; nunca se sabrá lo suficiente que habéis sido castrados! – Dios: sospecho que tú eres un intelectual de izquierda.

No es el hombre, es el mundo el que se ha vuelto anormal – La burguesía no tiene más placer que el de degradarnos a todos – Yo jodo a la sociedad y la sociedad me devuelve esa misma joda, pero con creces – La sociedad es una flor carnívora – Nuestra esperanza no puede venir sino de los sin esperanza – Si nos mantenemos firmes los que tienen miedo estarán con nosotros – No me liberen. Para eso me basto yo solo – Todo el mundo quiere respirar y nadie puede respirar; y muchos dicen: respiraremos más tarde. Y la mayor parte no mueren porque ya están muertos, y no lo saben. ¡La imaginación al poder! Finalmente: ¡Seamos realistas, pidamos lo imposible!

Y yo, tal como lo dejé asentado aquí mismo  el pasado viernes, me rebelo a la exhortación de seguir delegando (pidamos) y modifico el grafito: ¡Seamos realistas,. hagamos lo imposible! Delegar nunca más. Asumir es la fórmula que cuando se decidan a pensar dará a las masas el triunfo final. Mis valedores:

La voz de estos muros parisinos encerró en su momento una muy buena moraleja, ¿pero cual? (Vale.)

Arremetida neoliberal.

¡Fue una embestida neoliberal!

A la nefasta acción del neoliberalismo en México se refiere Alejandro Nadal, articulista de La Jornada: “Los crímenes en contra de los estudiantes normalistas rurales de Ayotzinapa tienen la huella de un modelo económico en el que los jóvenes campesinos y su cultura son redundantes”.

Y ay de quien se atreve a rebelarse, que en sus lomos van a sentir la fuerza del proyanki Sistema de  poder, desmesura que hizo explosión durante la masacre (no genocidio, como quieren algunos) de 1968 en Tlatelolco, fecha luctuosa que acabamos de conmemorar, como antes recordamos, asimismo,  la masacre del 10 de junio de 1971 en la Ribera de San Cosme y anexas. Atroz.

El movimiento del 68 fue internacional, que abarcó países distintos, aunque tan sólo en el nuestro afloraron la barbarie y el horror del encharcamiento de sangre inocente en la Plaza de las Tres Culturas. Es México.

La magnífica rebeldía de los preparatorianos hoy día me recuerda la de los estudiantes de París, cuya lucha tomó la vía pública e hizo oir sus reclamos y dibujó sus consignas en los muros de la ciudad. Yo dije a ustedes en un octubre como el actual, pero del 2005, y lo recuerdo hoy, en el horror alucinante de Tlatlaya, de Iguala  y Ayotzinapan:

Las paredes hablan. Así es, mis valedores. Todo consiste en saberlas escuchar. Con cuánta elocuencia suelen expresarse, y sus mensajes qué de enseñanzas  nos llegan a troquelar. En el año crucial de 1968, pongamos por caso, cuando la rebeldía estudiantil del mundo hizo explosión y se manifestó a base de consignas como esta que estalló en algún recinto universitario de París y restalló en todos los rumbos de la rosa: “¡Prohibido prohibir!” Sus retumbos  se perciben todavía hoy. “Seamos realistas, pidamos lo imposible”, por más que yo, atenido al imperativo de asumir en lugar de seguir delegando, modifico la consigna: “Seamos realistas, hagamos, lo imposible.

La respuesta del Sistema de poder fue instantánea, y se manifestó con grados diversos de crueldad en Praga, en París, en Washington, en Tlatelolco…

A propósito: conmemoramos hace una semana el aniversario No. 46 de la masacre perpetrada por un gobierno autoritario y sin autoridad que de repente se sintió acorralado y disparó plomo contra el pecho joven de la sociedad civil. Yo, más allá de la crónica y los consabidos comentarios que nos provoca la sangre del 2 de octubre, ofrezco aquí a todos ustedes una colección de grafitos de autores anónimos y reconocidos que fueron recogidos en los muros de París y recopiló  hace algunos años Héctor B.A. Su previa explicación:

“Durante la revuelta estudiantil de Mayo del 68, en París (esa revuelta que fue el punto culminante de un año en el que la juventud marcó el mundo como nunca antes lo había sido), un medio eficaz para la difusión de las ideas fueron los muros de la ciudad. Algunas de tales frases las conocemos hasta el día de hoy, porque han quedado en la memora colectiva como signo de esperanza, de voluntad libertaria, de energía joven;  cosas que nosotros botamos a la basura. Te propongo echar un vistazo a una pequeña selección de graffitis (grafitos, digo yo) que un buen libro trajo a mis manos”. Van.

La barricada cierra la calle, pero abre el camino – El levantamiento de los adoquines de las calles constituye la aurora – ¡Te amo! Oh, dímelo con adoquines – El que habla destruye el amor – Abraza a tu amor sin dejar de abrazar tu fusil – La belleza será convulsiva o no…

Más de tan soberbias consignas, el lunes. (Vale.)

Cadáver lleno de mundo

(Mi retablillo anual)

Ahí estamos los tres. Nostálgicos. Reverentes. En el muro, un cartel con la vera efigie de la inmarchitable juventud. Rostro iluminado. Luminosas pupilas siempre abiertas a la luz. Gorra guerrillera  con esa estrella en la frente: Sierra Maestra, Bolivia”.

Ernesto Guevara, mis valedores. Su vida toda cabe en dos fechas  próximas entre sí, que tal cuadra a un varón de combate como el Che Guerrillero: mayo de 1928 y octubre de 1967; sus andanzas de varón hazañoso caben, al propio tiempo, en dos nombres geográficos: Rosario, Argentina; La higuera, Bolivia. Y no más. El Che Comandante.

Ideólogo, político, militante de la Revolución Cubana y alto funcionario del gobierno de reconstrucción nacional, hace 46 años lo asesinó  la CIA norteamericana con la mano del gato militar boliviano. Yo, que abomino el culto a la personalidad y que siempre rechacé la táctica del «foquismo» y la guerrilla en general, admiro la generosidad de iluminados tales como el Che Guevara, que echaron por delante la vida detrás del ideal. Patria o muerte. Venceremos. Libre,  Cuba venció. Aquí y ahora traigo ante ustedes la vera imagen del único héroe a la altura del arte, del tiempo, de nuestra aldea global. De acuerdo a la crónica y las fotos correspondientes ahora recuerdo al guerrillero tendido en la tierra boliviana, bolivariana, y con César Vallejo,  el poeta, digo de Ernesto Guevara:

Su cadáver estaba lleno de mundo”.

Al guerrillero argentino-cubano lo asesinaron en  alguna escuelita perdida en La Higuera, tierras bolivianas. Tenían miedo del eco que su voz hubiera levantado desde la sala de audiencias; tenían miedo de comprobar que el hombre que ellos odiaban era querido en todo el mundo. Ese miedo contribuirá a perpetuar su leyenda; y a una leyenda no le entran las balas. Un  milico lo remató, tenientito borracho y pusilánime. Mario Terán se llamó en vida, aunque dudo que nunca haya vivido. Dudo que viva todavía. A la hora del asesinato lo vieron acobardarse. El héroe:

–          Póngase sereno y apunte bien. Va a matar a un hombre.

La Habana. La imagen  y los recuerdos de Ernesto Guevara siguen presentes en el lugar donde se localizó su cadáver, que se ha convertido en una especie de santuario debido a que decenas de turistas y admiradores han llegado a la localidad de Vallegrande, en el sudeste de Bolivia, para depositar una flor, encender una vela o recoger como recuerdo un poco de tierra de la fosa común donde de halló al Che y otros seis guerrilleros.

Jóvenes, mujeres y hasta niños encuentran el modo para bajar a la fosa y llevarse algo de la tierra donde estuvo por casi 30 años el cadáver del guerrillero. Manos anónimas colocaron una cruz de madera con una sola inscripción: “El Che vive”.

Vive, sí,  por supuesto, por más que el guerrillero había aceptado morir en cualquier instante, y aun solía asegurar que su sacrificio nada iba a significar, que no sería más que un accidente en el curso de la revolución mundial, y que  dependía de cada uno de nosotros hacer de su sangre simiente. «Hay hombres todavía más peligrosos muertos que vivos, aun si aquellos que les tienen miedo cortan las manos de su cadáver, incineran su cuerpo, esconden sus cenizas. Así era él”.

Para nosotros  el Che empieza ahora a vivir..

Hombre nuestro que estás en los cielos – del estaño y del cóndor – santificado sea tu nombre, venga a nos tu reino – de paz, de pan y de justicia.-  Hágase tu voluntad de hombre vivo – porque no podemos tenerte muerto….

Y la paz. Ernesto Guevara. (A su memoria.)

Aprender de la historia

Efervescencia estudiantil en 1968 y efervescencia estudiantil  hoy día, a la que se añaden los crímenes impunes de San Fernando, Tlatlaya y Ayotzinapa, con  las fosas clandestinas en  Guerrero, Morelos, Michoacán y…

Hoy día, como en los tiempos aborrascados de  Tlatelolco y más tarde Ribera de San Cosme, la aguas bajan turbias, seca está la paradera y electrizado el ambiente. Nosotros, en tanto, no queremos aprender de la historia, según todos los indicios. Y la verdad oficial:

¿Cuánto fue del dominio público la veintena de cadáveres de mexicanos asesinados por miembros del ejército mexicano? Hasta que la noticia nos llegó del extranjero. porque de otra manera el gobierno de Peña…

¿Cuántos fueron los estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa, dónde ocultan a los sobrevivientes y  cuántos de ellos fueron asesinados y por quién o quiénes? Y la verdad oficial, una vez más, hoy que acabamos de conmemorar un aniversario más de un tiempo cargado de presagios que estallaron en Tlatelolco y cuyos efectos iban a cambiar la fisonomía del país:

Fue en 1978. Los reporteros se acercaron al general José Hernández Toledo, jefe del Batallón Olimpia la tarde infausta de Tlatelolco:

– General, ¿realmente falleció el número de personas que se afirma murieron el 2 de octubre del 68?

Rotunda fue la respuesta del ameritado militar (¡por el honor de la patria!): – No, miren, en Tlatelolco no falleció ninguno.

La historia oficial, ese oficial e interminable embuste; ese interesado manipuleo de la crónica que viene desde Tlacaélel (¿desde antes?) en una tradición que han mantenido los alquilones al servicio del Poder, como aquel nombrado Rafael Solana, difunto hoy como desde mucho antes era ya  muerto en vida, una vida que dedicó a quemar incienso a los premios literarios, al presidente en turno y a la belleza de la que fuese “primera dama”. De la masacre (¡no genocidio!) de Tlatelolco lo publicó en la revista Siempre el Solana de marras:

¿Los sucesos de Tlatelolco? Ganas de exagerar que tiene la gente.  El 2 de octubre fue una catástrofe de muchísimas menores proporciones que un accidente de aviación no muy grande, o que unas vacaciones de Semana Santa en las carreteras del país, mucho menor que el incendio de un teatro, ¿y a eso se le ha pretendido  dar dimensiones de epopeya? ¿Y se ha llegado a la exageración ridícula de decir antes de Tlatelolco y después de Tlatelolco? Pero cómo, ¿acaso, cuando el choque de trenes en Topilejo, se llegó a decir antes de Topilejo y después de Topilejo? Qué ganas de exagerar…

La verdad oficial. Según documentos de Washington,  “la Comisión de la Verdad podría ser una ventana hacia un panorama de secretos, una caja de Pandora política. De ser abierta, podría destruir al Revolucionario Institucional, que durante 71 años de dominio en México controló el flujo de información, los archivos del Estado y la versión oficial de la historia. Muchos capítulos de la versión oficial son falsos o están llenos de huecos”.

Pero la Verdad, mis valedores, siempre termina por salir a flote, poniendo en la picota a embusteros como esos que intentaron ocultar la veintena de cadáveres derribados al socaire de un ensangrentado muro de Tlatlapa. Más allá del tartufismo de una dictadura perfecta que en triunfo retorna a Los Pinos, la Verdad sobre Tlatelolc se columbra en ciertos documentos que el general Marcelino García BarragánSecretario de la Defensa Nacional en el sexenio del matancero antecesor del carnicero Calderón, reveló a Javier García Paniagua, hijo suyo, documentos que he de transcribir aquí mismo un día de estos. (Vale.)

Perros de guerra

El 11 de septiembre, por horrible que haya sido, desde otro ángulo fue literalmente maná caído del cielo, porque proveyó de nuevo a la nación de Sentido, con “S” mayúscula. (M. Berman.)

Invasión, devastación, duelo, masacre: esto es lo que produce, amén de pérdidas y ganancias en dólares, la industria bélica de los Estados Unidos. Ayer nomás fue Vietnam. Hoy el arma mortal del Pentágono apunta a Irak, Siria, Ucrania, el Estado Islámico…

En fin. De la violencia que ejerce el gobierno imperial contra el resto del mundo, dije a ustedes ayer,  no tenía más razones que las expuestas por  Chomsky y algunos  más. Que él no profundiza en la raíz del problema lo evidencia reciente ensayo del catedrático, historiador y crítico social norteamericano Morris Berman. La raíz del belicismo de EU se ubica en el síndrome de identidad negativa (reactiva). La tesis de Berman:

“Con México provocó una guerra fraudulenta. El conflicto esencial fue un choque de civilizaciones: la manera lenta y relajada del Sur contra la incesante expansión económica del Norte. Ambos bandos miraban al otro como la encarnación del demonio; el resultado fue la pérdida de 645 000 vidas y una destrucción masiva del Sur. Esas cicatrices no han sanado por completo; para el Sur, la guerra no ha concluido del todo; el resentimiento es aún muy profundo.

Después vinieron los alemanes -aunque esa oposición parece perfectamente justificada- y luego los comunistas ‘ateos’ . La conversión de Rusia de aliado a enemigo ocurrió casi de la noche a la mañana, y no es difícil darse cuando de por qué: con Alemania fuera de la jugada, se necesitaba un enemigo para llenar el vacío existente.

(…) De cualquier manera, la Guerra Fría mantuvo ocupada a la nación norteamericana durante décadas, y la llamada defensa perimetral, que sostenía que cualquier alboroto en el mundo justificaba la intervención militar de EU, condujo a los desastres de Irán, Guatemala, Vietnam, Chile y demás.

Evidentemente, la estructura psicológica de la identidad negativa condujo a una crisis cuando la Unión Soviética se colapsó. De pronto no teníamos a nadie contra quien definirnos. La Guerra del Golfo de 1991 ayudó a llenar el vacío por un tiempo, pero los años de Clinton carecieron de mayor sentido. A falta de enemigo no teníamos idea de quiénes éramos. Llenamos el vacío con O.J Simpson y Mónica Lewinsky.  Finalmente, al atacarnos, el mundo islámico nos hizo el mayor favor. El terrorismo reemplazó  al comunismo como el vocablo clave y Bush hijo, al igual que Reagan con la Unión Soviética, no vaciló en representar la batalla como una guerra cósmica entre el Bien y el Mal. Era imposible argumentar que la política exterior norteamericana en Medio Oriente tuviera algo que ver en esos sucesos; sugerir algo del estilo equivalía a alta traición. No, nuestros enemigos eran malvados o dementes, o de preferencia ambas; fin de la historia.

Bajo el gobierno de Obama los dólares de los contribuyentes norteamericanos pagan la impartición de talleres que enseñan a la policía y a los militares que el Islam es una religión malvada que se propone destruir Estados Unidos, y que por lo tanto debe ser destruida antes. De nuevo, es el conflicto de la civilización contra los salvajes.

G. Kennan advirtió al gobierno que conceptualizar el comunismo como un monolito era un enorme error de juicio, pero como el maniqueísmo necesita figuras de cartón, los presidentes de EU no hicieron caso. Algo similar  ocurre hoy con el Islam”.

Esto, horroroso, sigue después. (Vale.)

Gendarme mundial

Estados Unidos amplió sus ataques en Siria e Irak bombardeando posiciones del Estado Islámico.

Porque la paz y EU son términos contrapuestos, y esto lo entendí al estudiar la tesis del catedrático, historiador y crítico social norteamericano Morris Berman. Siempre actual y respaldada con la realidad objetiva, hace algunos meses reproduje aquí mismo sus párrafos esenciales. Hoy, ante la actuación del Obama Premio Nobel de la Paz, me parece válido reiterar acerca de esa compulsión bélica del gendarme mundial.

Porque en la era moderna primero fue Corea, después Vietnam, muchos otros países invadidos por los marines; hoy son   Irak, Siria, Ucrania, Afganistán. ¿De dónde  esa compulsión belicista? Es de la industria de la guerra, básica en el  vecino imperial. ¿Pero la raíz de tan desaforado belicismo? Mis valedores: leí al analista,  y hoy creo entender el afán que impulsa al Pentágono a pisotear países débiles, donde el triunfo represente sólo semanas. Cisjordania, El Líbano; Granada, ejemplo paradigmático.

¿Por qué esa compulsión bélica? La tesis de  Berman:

«Habla Hegel de ‘identidad negativa’, no en el sentido de ‘mala’, sino de ‘reactiva’, y que es la que se construye por oposición a algo o a alguien, y permite desarrollar fronteras del ego muy sólidas, siempre en conflicto con el enemigo; pero como se forma por oposición no tiene ningún contenido. Como resultado aparenta ser fuerte, pero en realidad es débil, porque su propia definición está del todo supeditada a una relación con algo más. ¿Qué sería un amo, pregunta Hegel, sin el esclavo? Eliminado el esclavo, el amo nada tiene que lo defina.

Este concepto de identidad negativa se aplica con especial precisión a Estados Unidos y a la historia del continente. En sus diversas formas la oposición fungió para los colonos como una estrella polar narrativa que les permitió dotar de sentido a sus vidas. Era una narrativa religiosa, así que no pasó mucho tiempo para que se volviera maniquea, una narrativa donde el enemigo, quienquiera que fuera, era el más malvado entre los malvados. El blanco de ese odio autocomplaciente ha ido cambiando con el tiempo pero la forma, su estructura de oposición maniquea, ha permanecido igual. Así que los indios americanos desde el principio fueron vistos como simples salvajes que obstaculizaban la ‘civilización’, y fueron tratados en consecuencia. Cada día de acción de gracias, los norteamericanos se sientan a la mesa a disfrutar de un pavo para celebrar el genocidio y cuasi extinción de toda una población indígena. La Guerra de la Independencia de Estados Unidos trajo consigo el siguiente blanco, los británicos, aunque en realidad ya estaban en la mira desde que los primeros colonos partieron rumbo a América, a partir de 1620. En la visión de los colonos, Gran Bretaña era decadente y corrupta, jerárquica y orgánica, en tanto que nosotros -ciudadanos de la futura Estados Unidos de Norteamérica– éramos esencialmente no británicos, no europeos, sino más bien republicanos, es decir, antimonárquicos. En los  libros de historia americanos casi nunca se discute el terror y la brutalidad con que fueron tratados los realistas, los americanos que no se plegaron a esta visión en blanco y negro, pero aun así existen ciertos registros: se les intimidaba constantemente, los bañaban en alquitrán y los cubrían con plumas, se les confiscaban e incendiaban sus propiedades, se les echaba de sus casas y a menudo se les asesinaba por ser ‘traidores’”.

Por cuanto a la guerra con México… (Esa, mañana.)

Los frutos del 68

Lo afirmé en el pasado y hoy lo reitero, mis valedores: el movimiento  de 1968 no se reduce a la tarde y la noche  del 2 de octubre en Tlatelolco. Quien la circunscribe a tal fecha luctuosa traiciona por ignorancia o mala fe el movimiento histórico del 68. Este proceso es la síntesis de la acumulación de experiencias en el desarrollo político, ideológico y organizativo del pueblo mexicano. Tampoco se reduce a sugerir la derrota del movimiento citando frases de La visión de los vencidos. El proceso se inició años antes en el país, rebasó el 68 y logró triunfos históricos con las formas políticas, las estructuras organizativas y  la ideología de verdadera izquierda, esa que tiene como base fundamental la ética política y el compromiso con la lucha por la defensa de los derechos de la comunidad. Transcribo:

Durante el movimiento de 1968 se rescató la concepción más avanzada del movimiento obrero en materia de lucha: la huelga en movimiento que supera cualitativamente a la huelga parada; se rescata la soberanía constitucional, que de nuevo es ejercida por las bases sociales y no por las cúpulas de los corporativos; se implanta la revocación automática del mandato (a los dirigentes que fueron cooptados por el gobierno se les destituyó del cargo y se desconocieron sus acuerdos); se crea la forma mexicana de lucha popular revolucionaria: brigada-comité de lucha-consejo (esta forma rompe con los criterios de atomización de las bases sociales y genera órganos colectivos con estructuras y responsabilidades cualitativamente superiores al esquema de muchedumbres); se combate los aspectos negativos de la democracia representativa (que da el poder a la cúpula) y se sustituye por la democracia participativa. La soberanía vuelven a las bases.

Movimiento estudiantil:

Ya desde 1966 se alcanzó la Reforma Universitaria, uno de cuyos  logros fue el pase automático de los alumnos de bachillerato a la UNAM.

Para principios de los 70s se generaron movimientos de rechazados lográndose que la mayoría ingresara a la UNAM,  cuya matrícula se triplicó.

Se crearon las Preparatorias Populares dando educación media-superior a decenas de miles de estudiantes marginados de la educación por falta de recursos. Hoy existen decenas de miles de profesionistas egresados de las Prepas Populares.

Se multiplicaron las casas de estudiantes que daban albergue a miles de estudiantes de escasos recursos.

Se expandieron preparatorias, escuelas, facultades y doctorados de la UNAM. Se crearon nuevas carreras y especialidades.

El Politécnico logró avanzar en el mismo proceso.

Se crearon los Colegios de Ciencias y Humanidades

Se creó la Universidad Autónoma Metropolitana

Los logros anteriores son los más relevantes, pero no los únicos.

Se creó el Sindicalismo Independiente. Los sindicatos nacen con estructuras y concepciones basadas en la democracia participativa y en la ideología que defiende los intereses del trabajador.

La incapacidad gubernamental de brindar transporte urbano induce a la proliferación de los tolerados,  que dan el servicio con las unidades de que disponen en ese momento dando origen al concepto de peseros.

El movimiento campesino independiente.

Por muchos años la Sec. de la Reforma Agraria emitía sentencias que no ejecutaba, mediatizando al campesinado y chantajeando al latifundista al amenazarlo con la ejecución de las dichas sentencias. El movimiento hizo posible que se ejecutaran en beneficio del campesino.

Más logros del movimiento obrero-estudiantil, en breve. (Vale.)

¡Reelección de Salinas!

Es el contexto moral de los chuchos del chucho mayor, ese Chucho Ortega que

fue amamantado por el mercachifle alquilón de conciencias Aguilar Talamantes, del Frente Cardenista de Renovación Nacional (PFCRN, apodado “El ferrocarril”). En el matutino:

Jesús Zambrano, ex dirigente nacional del PRD, se reunió con José Luis Abarca, ex alcalde de Iguala, para planear su fuga, acusó ayer Dolores Padierna, senadora perredista. Zambrano afirmó que ese encuentro tuvo como propósito pedirle a Abarca que solicitara licencia a su cargo.

De tal contexto moral son los chuchos, duchos en el zigzagueo dentro de las tripas de las movedizas arenas del alquiler y la compraventa de conciencias en la politiquería nacional, donde al presidente en turno le ejecutan el trabajo sucio.  Entre ellos son mayoría los cooptados de Echeverría que en los tiempos de la guerra sucia le desmantelaron la única izquierda que ha existido en el país: el Comunista Mexicano.

Chuchos dialoguistas y migajeros son estos de “nueva izquierda”, profesionales de la derrota y colaboracionistas del Poder del que forman parte. Aquí, denunciada en el matutino, la logrera maniobra con la que los cupulares del PFCRN,  planeaban hace décadas su nuevo negocio:

Están dadas las condiciones para la reelección, asegura el PFCRN.

En el diario del 26 de agosto de 1992 aparecía la foto de tres dirigentes del Ferrocarril: Tomás Correa de este lado, Héctor Delgado del otro, y en el centro, de lentes,  bigotazos, chamarra negra y corbata a rayas, el declarante, y secretariogeneral del Ferrocarril,  Jorge Amador Amador: “Están dadas las condiciones  para la reelección. Hay que promoverla”.

Era el sexenio de Carlos Salinas y México estaba en plena etapa de Solidaridad y “liberalismo social”. Fiel a su querencia, el talamantero clamaba para hacerse oír del “compatriota”:

“La no reelección no es un dogma. Se puede discutir cuando haya consenso para hacer las modificaciones de nuestra Carta Magna”.

Todo esto para reforzar las declaraciones de un cierto Jesús González, por aquel entonces presidente de una tal Confederación Nac. de la Pequeña Propiedad (CNPP), quien afirmó que  “sería muy sano una reelección en el país”.

Ahí la reacción de los  partidos PAN, PARM y PPS: “Nosotros no cederemos ante el intento del PFCRN de modificar la Constitución para permitir la reelección de Salinas. ¿Justificaba tal negativa el talamantero Jesús Ortega? “No desechemos esa posibilidad.  Ya hay muchos gobernadores, como Francisco Ruiz, que también están promoviendo la reelección”.

Jorge Amador  insistía en su dicho: “La  no reelección no es un dogma, se puede discutir cuando haya consenso para hacer las modificaciones de nuestra Carta Magna que propicien la reelección del  Presidente Salinas de Gortari. Sería en bien de todos nosotros y de todo el país”.

Acompañado por los dirigentes del PFCRN Tomás Correa y Héctor Delgado,  el talamantero Amador juraba que “los tiempos están convocando a que se reinicie un proceso histórico para mejorar las condiciones políticas del país y entrar a una fase de modernización y reestructuración”.

En tanto, el hoy ex perredista Ramón Sosa Montes (aún no caía en la coquetería de machihembrar sus dos apellidos) advertía que “El tema de la reelección es muy delicado; sería traicionar los principios que dieron libertad y justicia al país, aunque, después de todo…”

Y ahora, ante la sangre, la muerte, el dolor y las lágrimas, el chucho Zambrano: “Sí, fui  a comer con Abarca, pero sólo  para pedirle…” (Asqueante.)

 

Ya nos tomaron la medida

Aquí las pruebas, de hace un par de años al día de hoy:

La declaración ministerial de un ex funcionario del gobierno de Aguascalientes, en la que asegura que diputados federales de la antepasada legislatura recibieron comisiones por gestionar recursos para la conclusión de una obra pública, es sólo la punta del témpano de lo que ocurre en San Lázaro. Entregar comisiones a diputados o asesores por gestionar recursos de la Federación a los estados, a los municipios o a las asociaciones civiles, es una práctica común en la Cámara de Diputados. (El matutino del  12-XI-12.)

De forma simultánea la declaración de ese que convirtió en cementerio el territorio del país:

La corrupción sigue siendo uno de los más graves problemas de la vida del país, particularmente en los gobiernos. Que aún son muy altos los niveles de discrecionalidad y opacidad en el manejo de los recursos públicos. «No podemos permitir que malos funcionarios…»

«No podemos permitir». Y yo no puedo permitir, mis valedores,  que en un espacio respetable como es el nuestro quede asentado el resto de ese ataque al decoro y la inteligencia que entraña tan deleznable declaración. Pero a un lado de su frase de que «no podemos permitir», aquí la nota que  juzgo muy a propósito como para leer entre líneas:

En su sexenio Felipe Calderón excedió en 33.5 por ciento el presupuesto aprobado por los diputados para su operación. 

Hace algunos ayeres, en su Indice de Percepciones de Corrupción de 133 países en el mundo, Transparencia Internacionalreprobó a México al ubicarlo en el lugar 64, con una calificación negativa de 3.6, lo que evidencia altos niveles de corrupción en las instancias gubernamentales del país. En 2003 Carlos Romero Deschamps, uno de los defraudadores del Pemexgate: “Ni estoy escondido y tampoco voy a huir. Estoy dando la cara, tengo la conciencia tranquila”.

Ya nos tomaron la medida. Desde Madrid: Alto nivel de corrupción en todo el gobierno de México. Más de 40 mil millones en perdidas al año”. Para Transparencia Internacional, reprobado; calificación negativa de 3.6. Mis valedores: ¿en qué lugar lo dejó ubicado el carnicero Calderón? ¿En qué lugar lo mantienen las  reformas del  actual?

Hace una década se calculaba en el uso de servicios públicos ¡alrededor de 240 millones de acciones de corrupción! Pues qué,  ¿tal es la segunda naturaleza del mexicano? Esos del Sistema día a día, a lo sañudo, nos roban, saquean, empobrecen. Pero un momento, ¿y nosotros qué? ¿Y las masas sociales, cuando el 50 por ciento del ingreso nacional proviene de la corrupción que practicamos nosotros? Desde ángulo diferente Montaño Islas, investigador:

Que la corrupción en México viene de muy atrás, es indudable, pero no es una debilidad, un rasgo propio, un atributo inherente al mexicano y al ser humano en general. Pensar que el hombre es deshonesto por naturaleza, más que tratar de entender la corrupción equivale a renunciar a explicarla como fenómeno social; es atribuir al hombre, como tal, lo que es fruto de un sistema socioeconómico que hace precisamente del hombre la principal de sus víctimas.

En fin, que tan conflictiva situación nos afecta a todos, pero vale la  aclaración: tales conceptos exhiben fecha de 1969. De entonces a la fecha,  45 años de distancia, ¿en  qué medida se atenúa la depredación pública? ¿Sigue en el mismo nivel? ¿Se incrementó con el matancero vencido por el Tricolor? ¿Se torna crítica con las reformas del sucesor? Mis valedores: ¿toda esta atrocidad será México, nuestro país? (Uf.)

De mis recuerdos

Esta vez nuestro México, mis valedores, este México nuestro (y de los gringos, de los chinos, de los españoles, etc.), siempre fiel a sí mismo y a su espejo diario, pero cambiante siempre, renovado siempre, renacido como en una perpetua ceremonia del fuego nuevo y del Nuevo Sol. México, el nuestro, el de todos nosotros, de Washington, la mayor parte; de los mexicanos,  las sobras. Permítanme que recuerde los tiempos aquellos  que se me fueron para nunca más. Qué tiempos aquellos que no han de volver. A propósito…

He invertido en esta noble y vial más de dos tercios de mi propia existencia, que son los tercios del diario vivir una vida deleitosa a destellos y arrastrada las más de las veces, y  qué hacer. No lloro, nomás me…

Y el suspirillo…

Recuerdo los tiempos aquellos, cuando, a tamborazos bajado del cerro, arribé a esta ciudad capital todo engentado, todo encandilado y sin saber para dónde ganar, como allá decimos. Fue entonces cuando me avecindé en la colonia Morelos y caí a  vivir de arrimado en cierta vecindad de la Plaza del Estudiante, en la cálida cercanía de cines, piqueras, mancebías y mercados, en mi rostro el aliento cálido de Tepis Company. Yo, con aquella familia que me daba a valer, era feliz, pero lástima: por aquel entonces no lo sabía. Claro, sí, bien conozco el dicharajo: “el muerto y el arrimado…” Pero, no, que el arrimado apesta sólo cuando se trata de familiares. Con una familia de extraños uno nunca llega a apestar. Nunca con mis valedores de aquella benemérita vecindad. Me acuerdo…

Muy temprano a salir a la plaza y de ahí caminar unas cuadras, y mirar la barrriada, y olfatear sus humores, observar a sus gentes y captarles sus modos, a oírles, en síncope con el mío,  ese su dejo cantadito al hablar. Desde ahí contemplaba aquel raigón de  ciudad, la barriada, y me la bebía por los ojos, por todos los poros de la pelleja. Así, a diario iniciaba mi rendido amor por mi ciudad adoptiva a la que he demostrado mi amor con acciones, que eso son mis palabras dichas y escritas, y así hasta hoy.

En el recuerdo estoy viendo aquel retazo de mi ciudad: calles que se engrifan de beneméritos buscavidas, parques erizados de muchachejos que con cemento levantan sus castillos en el aire, basural en las cuatro esquinas espulgado a ladridos y hocicazos,  iglesias casi siempre vacías, y casi siempre repletas de clientes unas casas privadas de mujeres públicas; allá, públicos edificios abiertos siempre de par en par; sin guardias, sin armas largas, sin sistemas de circuito cerrado ni neuróticas medidas de seguridad; sin paranoias ni ese temor que años más tarde provocaba la mala conciencia de un Calderón tan amado del pueblo que lo forzaba a vivir encuevado o avanzar a zigzagueos (¡hic!) detrás de la bota cuartelera. Otro era el México que me dio la bienvenida. Otra mi ciudad capital.

Lo recuerdo: sentado en la banca del parque ver la vida pasar y pasar a las chilangas, que yo  todas las cosas de la vida, del mundo, del demonio y de la carne, las miro siempre a través del filtro femenino. Y ándenle, que en una de esas vi pasar a dos vejanconas tras la querencia de la miscelánea, la aguelita del mall. La del chongo canoso:

– Y ora qué iremos a hacer. Yo antes tan buenas pechugas, y ahora puros pellejos.

– La edad, Tulita, que no perdona.

– No las mías; las de gallina. Carísimas. Y luego la mala leche del comerciante, que nos esconde su leche, y esta escasez de huevos, que sólo arañarlos…

– Ora que huevos el de Los Pinos. Ese Díaz Ordaz

(Después.)

¿Usted qué opina?

Los sondeos no son instrumentos de demo-poder, un instrumento que revela la vox populi, sino una expresión del poder de los medios de comunicación sobre el pueblo (…) Se trata de simples rumores de opiniones débiles, deformadas, manipuladas e incluso desinformadas. Opiniones ciegas.

Ciegas, aclara G. Sartori, porque todos los profesionales del oficio saben que la gran mayoría de los interpelados desconocen los temas de las preguntas. De esta manera la plaga de las “encuestas” y “sondeos de opinión” que, imitación de usos extranjeros, ha cundido en este país, no pasa de ser un recurso más del Poder contra las masas sociales.

Porque las primeras preguntas de una encuesta debería ser: ¿sabe usted algo del tema? ¿Qué sabe, cuánto sabe  de él? Aquí, en castellano aceptable, reflexiones diversas del experto en asuntos políticos y culturales.

Los sondeos de opinión: el entrevistador formula una serie de preguntas que el entrevistado contesta, que aclaran un par de cuestiones: que esas respuestas dependen en gran medida del modo en que las preguntas fueron formuladas y que el entrevistado casi siempre se siente “forzado” a improvisar en ese momento

¿Eso es lo que piensa la gente? Quien esto afirma no dice verdad; la mayoría de las opiniones recogidas por los sondeos son débiles (no expresan opiniones intensas, sentidas a profundidad; volátiles, porque en pocos días pueden cambiar, inventadas en el momento para decir algo, porque si se responde: “no sé”, la situación del entrevistado puede resultar desairada, es un efecto de reflejo, un rebote de lo que sostienen los medios de comunicación (así llama a los medios de acondicionamiento social). Las opiniones resultan muy débiles. Excepcional es el caso de que alguna vez se consigan opiniones profundas.  Lo afirma R. Newman:

De cada diez cuestiones de política nacional que se plantean todos los años, el ciudadano medio tendrá preferencias fuertes y coherentes por uno o dos, y virtualmente ninguna opinión sobre los demás asuntos. Lo cual no es obstáculo para que cuando un entrevistador empieza a preguntar surjan opiniones inventadas en ese momento.

El resultado, afirma Sartori. es que la mayoría de las opiniones son frágiles e inconsistentes, ello sin contar las que se inventaron en relación a los temas que se desconocen de manera total. Puede el entrevistador preguntar sobre una “ley de metales metálicos”. No regresará a casa con las manos vacías, que un tercio o dos de los entrevistados va a aportar la correspondiente opinión.

Mis valedores: traigo a cuento este tema porque los pertinaces negociantes de los sondeos de opinión acaban de interrogar a un grupo de individuos que sin titubeos  se apresuraron a aportar su opinión. Las preguntas:

Aprueba o desaprueba al Presidente de la República  en los rubros siguientes: carreteras, salud, promoción al turismo, educación, apoyo al deporte, combate a la corrupción, combate a la pobreza, combate a la delincuencia, lucha contra el hambre, política exterior, mejora de vivienda, combate al narcotráfico, cuidado del medio ambiente, apoyo al cambo, generación de empleos.

Los encuestados opinaron acerca de las siguientes reformas: educativa, de telecomunicaciones, energética, financiera, política y hacendaria. Nadie, según la encuesta, respondió “no sé”.

“Somos muchos, afirma Sartori, los que estamos de acuerdo en que la sondeo-dependencia es nociva y que las credenciales demócratas de tal instrumento son sólo espurias”.

Pues sí, pero “yo opino que…” (Uf.)

Du yu espic ingliss?

Con esa novedad mis valedores: que alguna cantante extranjera acaba de ofender nuestro lábaro patrio ¡en un show! según denuncian diversos periódicos. En un show. El patriotismo se enreda en la tricolor al referirse no a un  espectáculo, sino a un show donde se ofendió nuestra flag. En las redes sociales el  incidente se ha vuelto ¿trending topic, se dice? Atroz esta nuestra compulsión de usar vocablos o clones del idioma inglés y maltratar nuestro idioma  tanto oralmente como en la redacción. Compruébenlo ustedes al hablar o lean con cuidado los textos de algún periódico. ¿Ejemplos? No cabrían en todo este espacio.

Ah, nuestra vocación de gringos de segunda. A propósito:

Aquí transcribo el texto de cierta carta que una señora en España envió a algún programa de TV de su país y desembocó en mi correo. Su comienzo:

Nadie es moderno si no usa palabras en inglés. Así las cosas nos suenan mejor. No es lo mismo decir bacon que panceta, aunque tengan la misma grasa, ni vestíbulo que hall, ni inconveniente que handicap. Desde que las comidas frías se llaman lunchs, los putos gays y los repartos de cine castings, este país es mucho más moderno.

Antaño los niños leían tebeos en vez de comics, los estudiantes pegaban posters creyendo que eran carteles, los empresarios hacían negocios en vez de business, y los obreros, tan ordinarios, utilizaban la fiambrera  en vez del topper-ware. Yo, en el colegio, hice aerobics, pero tonta de mi, estaba en la creencia de que hacía gimnasia.

Esos cambios de lenguaje han influido en nuestras costumbres y mejorado nuestro aspecto.   Las mujeres no usan medias, sino pantys, los hombres no calzoncillos, sino slips, y después de afeitarse se echan after shave, que deja la cara mucho más fresca que el tónico.

El español moderno ya no corre, que correr es de cobardes; hace footing; no estudia, hace masters; para su coche siempre encuentra un parking. El mercado ahora es el marketing; el autoservicio, el self-service; el escalafón, el ranking,  y el representante, el manager.  Los importantes son vips, los auriculares walkman, los puestos de venta stands, los ejecutivos yuppies; las niñeras baby-sitters.

En la oficina el jefe esta siempre en meetings o brain storms, casi siempre con la public-relations, mientras la assistant envía meilings y organiza trainings; luego se irá al gimnasio a hacer gim-jazz con las de la jet, que vienen de hacerse liftings, y con alguna top-model amante del yoghurt light y el body-fitness.

¿Aperitivo? Cocktails, donde se hartan a bitter y a roast-beef. ¿Engorda  menos que la carne?

Ustedes trabajan en un magazine, no en un programa.   En la tele, cuando el presentador dice varias veces la palabra O.K. y baila como un trompo por el escenario, la cosa se llama show, muy distinto del anticuado espectáculo; si el show es heavy es que contiene carnaza y si es reality parece el difunto diario El Caso, pero en moderno.

En los intermedios,  por supuesto, ya no ponen anuncios, sino spots que, aparte de ser mejores, te permiten hacer zapping. Estas cosas enriquecen mucho.

Para ser ricos del todo y quitarnos el complejo tercermundista que tuvimos en otros tiempos, sólo nos queda decir con acento americano la única palabra que el español ha exportado al mundo: la palabra siesta.

Y quien reenvió el mensaje: espero que os haya gustado. Yo antes de leerlo no sabía si tenía stress o es que estaba hasta los cojones.

(¡Guau!)

Ya nos tomaron la medida

La independencia de México, mis valedores. Pertinente me parece  poner de relieve ante ustedes la importancia de la historia en cuanto estrella polar de estudiosos y masas sociales.

El lunes antepasado, desde el balcón central del palacio y ante una concurrencia selecta, acrítica y entusiasta, entusiasmo inducido,  el presidente del país repitió la liturgia anual y los nombres acostumbrados de “los héroes que nos dieron patria”. Y ya. Ahora toca turno a las grasas, al picante y  al licor. Viva México.

Yo, por mi parte, pregunto a todos ustedes: ¿y la independencia de México, promulgada un 27 de septiembre de 1821? ¿Y la Conjura de la Profesa, su antecedente directo, con nombres como Matías de Monteagudo, abad, y Agustín de Iturbide, militar mexicano? ¿Y el papel que en la independencia del país desempeñaron en 1808 Napoleón, invasor de España y la Carta Magna española de 1812? ¿Una versión mutilada por la censura oficial  acerca del proceso histórico que llevó a esa independencia que se conmemoró a principios de la semana anterior no es una más de las tantas agresiones a las masas sociales por parte de la burocracia que gobierna el país? ¿Estas masas sociales cuándo se han interesado en conocer completa la historia de su Nación? Mis valedores:

Ya nos faltaron al respeto. Nos vencen por nuestra pura ignorancia, y por nuestra pura ignorancia nos tornan colaboracionistas del enemigo histórico del cambio de sistema que precisamos, y que habremos de realizar nosotros, porque nadie lo hará por nos. Mientras tanto, a aceptar una versión adulterada de la historia que, por lo visto, no merecemos más. Ah, mexicanos. En fin.

Y a propósito de la historia de este país y unas masas que poco se interesan por conocerla: la compañera de labores y yo con frecuencia acudimos a un restaurante de la colonia en que vivo. En cada muro del local hay un televisor encendido, pero sin sonido, afortunadamente. En la pantalla se advierte a diario, y rebasa nuestro tiempo de comida, un cuarteto de merolicronistas que, apagado el sonido, se advierten debatiendo, gesticulantes, en torno al clásico pasecito a la red. En sus gestos y manoteos se advierte que alegan, se encienden y se arrebatan la palabra al defender sus puntos de vista. Me viene a la mente, entonces, la afirmación del estudioso:

Tienden los comentaristas a acentuar el carácter estético del futbol . Hablan de estilos y técnicas como hablarían de una escuela pictórica, pero no debemos engañarnos: tan sólo se trata de crear una seudo-cultura basada en valores irrisorios para uso de las masas a las que no se les permite tener acceso a la cultura. Simulan un serio estudio de algo de lo que nada hay que comentar , aparte de algunas elementales reglas de juego.

En fin, si junto al alimento espiritual que proporciona el Sistema a unas masas a las que entre análisis futbolísticos mantiene en la abulia, la mediocridad y la indiferencia, permitiesen  a un analista de la UNAM o El Colegio de México, pongamos por caso, ocupar la tribuna durante unos minutos para que hablase a las masas de teoría política y de la historia patria, y de esa forma las fuera rescatando de la mediocridad y les estimulase el ejercicio de pensar, de la autocrítica y de la necesidad de crear un poder ciudadano que pueda contrarrestar la acción para nosotros negativa de ese poder autoritario que así deforma, entre otros elementos, la historia del país?

Iluso, cándido de mí, que propongo al tigre (Azcárraga) que por amor a las masas se vuelva vegetariano. (Uf.)

Señores justicias

En un mundo y un tiempo de fábulas existió un avaro que en buen escondite atesoraba alteros de monedas de oro y en la cocina tres cachos de queso y uno de pan, provisiones que, magras y ruines, vivían siempre expuestas a la voracidad de un hervidero de ratas que infestaban el tugurio del avaro aquel. A la vista del poco queso y poco pan siempre mordisqueados se desesperaba el ruincejo, y qué hacer. ¿Trampas en las que tuviese que malgastar rajuelas de queso? ¡Nunca dispendio tal! ¿Un gato? ¡Menos! ¿Los resecos trozos de pan y los míseros cachos de queso exponerlos  también al gato? ¡Nunca! ¿Custodiar en persona las provisiones a costillas del sueño y las horas dedicadas al deleite onanista de cachondear, flor de tacto, las amarillas rodelas? ¡Jamás! Pero entonces qué hacer…

El avaro se devana los sesos piensa que te piensa, trama que te planea, pero  no hallaba la solución y se pasaba los días de claro en claro y de turbio en turbio las noches, y de congoja en congoja su vida entera, penduleando de la depresión al insomnio,  y de ahí a la angustia. Pero aquel día, de repente:

– ¡La solución! (Tomar nota, señores justicias.)

Ello fue que  con paciencia y salivita, como es fama se logra todo en el salivero mundo de ratas, avaros y señores justicias, el codicioso ejecutó la primera parte del plan, que fue armarse de paciencia y de una escoba y apostarse cerca del agujero que daba al bajo mundo de los roedores. Y a esperar, vigilar, contener el aliento, hasta que de repente cayó una rata.

Y a encerrarla en una jaula y a dejarla sin comer. ¿Captan el plan?

Y fue al paso y peso del tiempo (que todo lo cura, lo enferma, lo agrava y agravia): la rata bufaba de hambre, brincoteando y acalambrándose. Entonces el avaro  le fue cebando cachos de carne fresca, con la que le amansó el hambre, pero a ver: ¿un  avaro derrochando filetes? Carne era,  sí, pero de una rata que acababa de asesinar a escobazos. ¿Captan ustedes la idea?

Y así los siguientes días: tres rajuelas de carne de rata le amansaron el hambre, pero luego a cerrar la despensa, y hasta más ver. ¿Procesan la idea, señores justicias? A carne de rata sobrevivió la reclusa, y le fue tomando sabor y le agarró el gusto, pero  al suspendérsele  todo era bufar y convulsionarse. ¿Adivinan ustedes el resto?

Exacto: con la roedora en delirio por un ayuno de días, el avaro aprontó la jaula a la boca del agujero que hervía de ratas, abrió la reja y dejó escapar el famélico animal, que de ahí en adelante inició una terrible devastación y una fiera mortandad entre los roedores, que devolvió la calma al ruincejo después de que aquel su ingenio le hubo ahorrado el gasto del gato y el queso en la ratonera. Y aquí mi mensaje: señores justicias.

Ratas ya tienen en su poder, civiles y de uniforme que conocen el mundo del narco y el del perseguidor. Presas como las tienen  en celdas de alta seguridad, tales ratas andan a estas horas como perros del mal, espuma en la boca y bilis negra desparramada. ¿Y si se decidieran ustedes, señores justicias? Ya vejaron a esas ratas, las maltrataron y enfurecieron al máximo. Una argolla de control y a soltarlas allá por los rumbos de Michoacán, Sinaloa, Chihuahua, todo el país…

¿Será más mortífera esa contienda que la abominable guerra particular que provocó Calderón y Peña continúa hoy día? A no ser que  alguno de ustedes tema que  tras de las confidencias de algún roedor venga la DEA y le pise la cola.  En fin. Es México. (Este país.)

Justicia e impunidad

El acusador es J.G. Castañeda: que “el gobierno de Calderón dejó un saldo rojo como nunca antes se había visto desde la revolución. La impunidad al respecto es insólita. No ha habido un solo castigo, un solo juicio, una verdadera investigación ni de muertos, desaparecidos y gente injustamente encarcelada”.

Impunidad. En mayo del 2010 “El IFAI ordenó a la PGR entregar una versión pública de la averiguación previa (2002) que llevó a la consignación de LEA por el delito de genocidio, (2 de octubre de 1968 y 10 de junio de 1971)”.

¿Y?  ¿Qué ocurrió con el expediente del responsable de la “guerra sucia”? Aquí la constancia que aportaron los reporteros en el sexenio de López Portillo, con Oscar Flores Sánchez como Procurador Gral. de la República:

– Señor Procurador, ¿cuál es la situación que guarda el expediente del 10 de julio de 1971?

– Yo no sé; eso es de hace 10 años.

– Usted declaró hace muy poco que el expediente ya estaba en la Proc. de Justicia del DF.

– ¡Falso! ¡Se me está preguntando ahora que sucedió hace ya 10 años!

– ¿Pero sí hizo usted la investigación? ¿Cuándo usted llegó ya no encontró el expediente, señor?

– – Cuál, yo no encontré expediente ninguno, ni lo busqué; los archivos tienen 500 mil expedientes, imaginen. ¡Yo nunca he buscado ese expediente!

– ¿Eso quiere decir que ya feneció?

– Eso yo no lo sé; no conozco ese expediente, ¿está claro? Necesitaríamos buscar, preguntar al archivo, y hoy ya es viernes.

– ¿Está usted a favor de que prosiga la investigación?

– No le puedo decir nada porque no conozco el expediente. Si se concluyó o si no se concluyó; nada le puedo decir.

– ¿Usted sabe si ya se esclareció?

– ¡Cómo voy a saberlo, si no conozco el expediente! Si no lo conozco,  ¿pues cómo? Yo conozco el expediente por lo que leí en los periódicos de entonces. No lo conozco porque nunca se me había preguntado. Necesitaríamos preguntar al archivo, y hoy ya es viernes. Ya mandé preguntar, y pedí que a ver si pueden localizármelo, vamos a ver.

– Señor Procurador: ¿a qué dependencia corresponde la investigación?

– Al fuero común, estoy seguro; pero no sé, la verdad que no sé a qué dependencia pudiera corresponder.

– Se publicó que usted dijo que el expediente estaba en la Procuraduría del DF.

– ¿Y ustedes creen que voy a rectificar? Pues sólo me harían quedar mal. Yo no dije ni que estaba ni que no estaba el expediente porque la verdad es que no sé de él, y hoy ya es viernes.

– ¿Qué va a hacer si el expediente se localiza?

– Ya se vería. Es la primera vez en 10 años. A mí no me habían preguntado nunca. Hay 150 mil expedientes al año, y hoy ya es viernes.

– ¿Se puede continuar la investigación?

– No sé en qué estado está. Si está archivada o encerrada, lo ignoro. No les puedo decir. Tampoco sé si estará declarada o no. Para qué les digo, pues no conozco el papel. Hablaría de memoria. No sé si lo mandarían o no lo mandarían.

– ¿Le compete eso a la Procuraduría del DF?

– Le correspondería, pero no sé, la verdad. Y hay que buscar si hay o no hay expediente, y hoy ya es viernes. Háblenme el lunes, yo me voy mañana, y otro día platicamos con calma y les diré cómo está todo esto, háganme el favor. Aquí no vamos a encontrar ese expediente. No es posible que de un día para otro; que hoy lo busquemos, y enseguida lo encontremos, ¿ven ustedes?  Y hoy ya es viernes.

Mis valedores: los niños de la guardería ABC, los jóvenes masacrados por el ejército, la sangre derramada durante el sexenio de Calderón. ¿Justicia en México? ¿Cómo, si hoy ya es viernes? (Ah.)

La muerte viva

(Mi retablillo anual)

¡Libérame de la muerte viva! ¡Libérame de la vida en la muerte, libérame de la vida y de la muerte!.

Y otro día amaneció esta ciudad. Fue un día como hoy, pero de hace 28 años, cuando esta nuestra casa común amaneció a ser lo que desde entonces ha sido: la herida que no cesa, y el llanto y el duelo colectivo por la tragedia descomunal. Que la memoria histórica permanezca. La memoria de los caídos. De todos ellos.

Hoy se me viene a la mente Agadir, la ciudad de Marruecos a la que un sacudimiento telúrico arrancó desde sus cimientos porque hace décadas fue remeci­da por un sismo mortal de necesidad. El México nuestro sobrevivió en­tero, más entero que antes, que la sobrevi­vencia es su signo. Mientras el mundo per­manezca no acabarán la fama y la gloria de México-Tenochtitlan.          Agadir fue destruida, pero esta nuestra ciudad se irguió, su­turó sus mataduras y siguió su destino: al­tiva, inmutable, eterna. Es México, la capital. Mis valedores:

Hoy, como año con año, evoco la trage­dia de Agadir, que sobrevive en el testimonio del poeta Arthur Lundkvist, quien logró salvar la vida en el drama sís­mico que arrancó del mapa aquella ciudad. Días después, ya vuelto a Suecia, su tierra, so­bre la experiencia traumática del fallecimiento de Agadir creó un extenso poema, vivido, lírico y visceral, “para cum­plir un deber para conmigo y con los de­más, tanto para con los supervivientes co­mo con sus muertos”.  Hoy, con fragmentos del citado, me propongo recordar, honrar, testi­moniar mi homenaje a tantos que sucumieron bajo las furias del sismo que aca­lambró los entresijos de nuestra ciudad capital. Por cuanto a Agadir, la desventurada, aquí diversos fragmentos del poema, que invito a pronunciar en silencio.

El cielo era de un azul duro, de éter y acero, – el sol era un horno abierto y el día una piedra blan­ca laminada por lenguas violeta, -las nubes llegaron como hu­mo de carbón. – De repente el suelo se sacudió, profundos estremecimientos recorrieron la tierra – los perros contestaron de todas partes con au­llidos prolongados, y un lamento sordo sur­gió de las gentes.

Me oí gritar en sueños (nunca podré saber qué grité) – mientras el terremo­to crecía, irresistible – y las sacudi­das se hacían más fuertes, más violentas, parecían venir de todas partes al mismo tiempo. Una revolución surgía de las entrañas de la tierra,  – un trueno de las pro­fundidades, abrumador y pesado, -un estallido de paredes, un agrietamiento, un desmoronamiento…

¡Libérame de la muerte viva! – Más insoportable que la locura es esta tum­ba en las tinieblas, – las piedras me cu­bren y me rodean, -no hay aire suficiente ni para que respi­re una rosa; – ¡asfíxiame de una vez, como unas manos estranguladoras! – ¡Ahógame, aplástame con un bloque de piedra! – Todo menos esta tortura en el ara del sacrificio. -¡Arranca ya el corazón de la víctima, clava el cuchillo de piedra!

Agadir, nunca más, – Agadir, para siem­pre en nosotros, ciudad de la vida y de la muerte, vida y muerte unidas, – Agadir, hundido ya en el pasa­do, espejismo eterno ante nosotros, – Agadir, preparación, advertencia – de lo que quizá nos espera: la gran aniquilación, – el mundo en ruinas, la tierra desolada, sólo el humo de la muerte desvaneciéndose en el espacio, nunca más, – para siempre – Agadir.

Hoy todos ellos, o aún mejor: todos ustedes, los caídos del Jueves Negro en la ciudad capital,  presencia en la memoria colectiva. Ustedes todos.  (A su memoria.)