De los mendicantes

Peña Nieto es la desilusión. El bienestar se reduce y el número de pobres sigue en aumento.

Y hablando de los pobres, que en México lo somos todos si exceptuamos a los ricos, hoy he de  referirme a los mendicantes, esos desdichados que desde ahí donde piden la de por Dios testimonian la acusación viva y lacerante de la injusticia que vive el país. Mis valedores:

Yo viajo en el Metro y bordeo y cruzo atrios y explanadas de teatros y templos y estadios y plazas de toros, y sea que los miro sentados en los escalones, arrimados a los muros o anidados en las rinconeras, la nata de los pedigueños me ofrece la certidumbre de que habito en un mundo, en un país, en una ciudad donde la injusticia cría como erisipela tales hongos humanos. Así, de cerca conozco ese inacabable borbollón de humanas  miserias y purulentosos bagazos que integran la cofradía de las lacras, las pústulas, las corcovas falsas y las auténticas. He visto de cerca ese gremio  de huérfanos, ciegos, baldados y demás entenados de la fortuna que desde el abandono y el desvalimiento cargan encima el mal fario y el santo de espaldas para así, a querer o no, sobrevivir en el áspero oficio del diario vivir una vida arrastrada, y sobrevivirla apenas, a penas, la mano extendida, húmedos los ojos y en los labios susurrantes la cantinela que es gancho  para prender las elusivas fibrillas, tan escurridizas, de la humana compasión:

– Una limosnita por amor de Dios…

Los menesterosos: como hongos patéticos y desastrados se crían al amor del atrio del templo, de la esquina de la barriada, de la plaza pública. Aquí arrodillados, allá en cuclillas, engarruñados, y más allá de errabundos, esta mano tentaleando las paredes y la otra extendida: “Animas caritativas…” Patético.

Semejante profesión de los beneméritos pordioseros vino a amacizar en la historia de la España medieval y renacentista toda una portentosa cultura que se sintetizó en la que denominamos la picaresca española, una de cuyas cumbres se regodea con las aventuras entre patéticas y regocijantes de El lazarillo de Tormes que por calles, tabernas y plazas públicas guía, mano en mano, al ciego aquel, buscavidas truhán. Sobre ello hablaré un día de estos a sus buenas mercedes. Por hoy:

Latente y viva se mantiene la tradición mendicante. Y si no, mis valedores, ¿ustedes han viajado alguna vez en el Metro? ¿Verdad que sí, y verdad que no es exageración afirmar que el Metro va y viene día a día hervoroso de mendicantes? De mutilados, deformes y  contrahechos que de vagón a vagón se la viven pidiendo la de por Dios; de ciegos que, soberbio sentido de orientación y  equilibro, sin auxilio del pasamanos vienen y van, esta mano en la armónica de boca y la otra sosteniendo el cacharro de hojalata, para rematar su tonada con el sonsonete:

– Señores pasajeros y señores usuarios…

Aquél, tullido que a bamboleos se desplaza en un vagón atascado de “señores usuarios”, a capela regurgita el bárbaro pregón carcelario:

“Escalones de la cárcel – escalón por escalón – unos suben y otros bajan – a dar su declaración».

Escaleras. No de la cárcel; de las estaciones del Metro. Escalón por escalón, todas están plagadas de esa nata de humana necesidad que con la extrema virtud de lo heroico a pie firme o engarruñados en el escalón resisten lo mismo fríos que agresiones de un sol en brama, y hoy vientos desbozalados y mañana lluvias tempraneras. Ustedes habrán viajado en el Metro, y entonces se habrán topado con la cofradía de los mendicantes.  (Esto sigue  mañana.)

El lecho y la tumba…

Por eso hoy les hablo aquí del amor, mis valedores: porque a estas horas alguno habita en ese estado de gracia que es el amor, y con su única va a estremecerse con la purísima poesía que intenta expresar lo inefable del sentimiento amoroso. Y es que al mentar poesía y amor los fieles amantes nos entendemos, que así son de universales,  de intemporales, de humanísimos…

Que la poesía no reconoce fronteras lo certifica la presente selección de estremecimientos que por amor a una amada redactó en pleno desierto del Sahara un amador que al ser desdeñado, hecho garras el corazón, en el corazón del desierto se refugia para morirse. Pero antes y en años de ardida soledad, en un prolongado poema se duele de una Dassina a la que ama tantito más que a sí mismo. Aquí, el lirismo arrebatado de una  poesía inmarcesible. Donde el poeta dice Dassina yo digo Issa, que el lenguaje del amor no se detiene en minucias. Lean:

«Si se me pidiese que dijese quién es la más bella entre las bellas, oh Issa amadísima,  para no faltar a la ley noble, que quiere que conteste: sois todas juntas, me callaría, mirándote. Y si me preguntaras: ¿a quién amas más, a Dios o a mi? Para no faltar a la ley santa callaría de nuevo, mirándote siempre a ti, mi única.

Tú resplandeces entre todas y sobre todos, más dulce que el pan de azúcar y el panal de miel. Jardín dentro de mi corazón, eres  la paloma y la hiena, el lecho y la tumba, el cielo y el infierno, el oro y la plata martillados juntos…

Mi padre me dijo: «Si ella busca a otro hombre dile adiós y vete al desierto a olvidarla en la mezquita de los tapices de arena». Y en el desierto mi sed por ella ha crecido de sol a sol. Para olvidar a la bien amada he luchado conmigo mismo, y mi pensamiento ha ido más velozmente hacia ella, y unas palomas torcaces acercaron nuestros corazones. Y en el delirio que me posee he pronunciado tu nombre, ¡oh Issa ausente!, y el espejismo ha construido toda una ciudad para oírme hablar de ti, amadísima…

Dame la vida con su leche, con su miel, con su jazmín y su rosa, y su paloma y su gacela, y su pimiento y su puñal, y su mazo y su halcón, y su león. He puesto en tu boca el sello del amor; te he poseído como el cielo posee la montaña, como la montaña posee la llanura, Issa  lejana.

Quiero subir de roca en roca, tomar la rosa de plata de la luna para ofrecerla a Issa. Como la luna, que da su belleza a los astros, tú sigues siendo, oh amada, la múltiple y única a quien adoro. Tú, su hermana en el cielo, cuyo brillo posees, y su dulzura, eres a quien contemplo cuando lejos, muy lejos, la veo brillar entre las estrellas. Cuándo volverán a reunirse los corazones separados…

Mi amor por ti no lo tengo en la mano, donde un golpe bastaría para hacerlo caer. Está en un lugar seguro: mi propio corazón.

¿Quién está cerca de ti? ¿Qué hombres te admiran? Yo te veo a ti sola, desnuda para mí bajo tus velos. Ahora, sin tu amor, ando como un ciego que sólo ve la sombra y la muerte. Yo me marcho. No sé a donde.

Todas, todas son iguales como todos los granos de arroz tienen el mismo sabor, todos los dátiles la misma miel. ¡Sólo tú eres diferente a las otras, amadísima..!

No hay más  Dios que Dios. No hay más Issa que ella. Al que muere de un inmenso amor, el inmenso olvido…»

Y el arrepentimiento tardío de la amada: «¡Han venido a decirme que has muerto allí! Subo la colina donde está el sepulcro, tomo unas piedras y entierro mi corazón. ¡Y tu olor, que siento entre mis senos, abrasa mis huesos!

(Tú, Issa, mi única.)

La Tuta y Cocoa

Que los burócratas del aparato político ya nos tomaron la medida, dije a ustedes ayer; que ya nos perdieron el respeto y nos vencen por nuestra pura ignorancia. Y si no, mis valedores, ¿quién de nosotros ha protestado por esa maniobra de pícaros que acaban de tramar  Luisa María Calderón, senadora panista, y  Gustavo Madero, todavía esta mañana presidente de Acción Nacional? Esa maniobra se denomina «desubicación», donde el acusado se desplaza del banquillo y ahí coloca a su acusador. Aquí el ejemplo reciente.

«La Cocoa» Calderón acusó a algunos senadores de reunirse con Servando Gómez, «La Tuta». El líder del cártel de los Caballeros templarios le revierte la acusación: fue ella, precisamente, quien solicitó su ayuda para llegar a la gubernatura de Michoacán, que le ganó el priísta Fausto Vallejo. Ante la escandalosa acusación entra Madero:

– ¡Que se investigue claramente cómo se difunden y qué propósito tienen estos videos!

(¿Y con eso habrá quedado extinta la acusación?)

– ¡El ex-presidente Felipe Calderón tomó decisiones valientes para enfrentar la delincuencia organizada, y es en este contexto que exigimos se garantice seguridad para la senadora!

(Muy cierto que las tomó. Obvio es que en sus 6 años de vida en Los Pinos se dedicó a tomarlas. Pero en este incidente no se trata del tomador sino de su hermana, que según todos los indicios fue gracias a él  y a una maniobra plurinominal, no a méritos propios,  como logró encaramarse en el escaño donde hoy posa sus dos reales.)

– ¡Que se investigue claramente cómo se difunden y qué propósito tienen estos videos!

(¿Bueno, sí, ¿pero «La Cocoa» requirió al narcotraficante para..?)

– ¡A «La Tuta» se le atribuye el homicidio de 12 agentes de la Policía Federal, ocurrido el 13 de julio de 2009 en el municipio de La Huacana, Michoacán!

(¿Pero socios «Tuta» y «Cocoa» en el gobierno de Michoacán?)

– ¡Se sabe que ordenó la filmación del asesinato de los agentes federales, uno de los cuales era mujer, quien fue  abusada  y cuyas imágenes dio a conocer por internet sobre este hecho de violencia!

(Un monstruo de sadismo, ¿pero «La Cocoa» pidió a ese monstruo que..?)

– ¡Tiene 5 órdenes de aprehensión pendientes y está incluido en 13 averiguaciones previas, además de que funcionarios de seguridad del Estado mexicano lo consideran uno de los más violentos narcotraficantes del país!

(Horroroso. ¿Pero «La Cocoa»..?)

Habló la acusada: ¡Es una afrenta a las instituciones del Estado, que se hizo en relación a las declaraciones que he hecho sobre la presencia de templarios en el Senado, y que obligó a investigarlos!

(Una afrenta, sí, pero usted, senadora, intentó o no intentó que..?)

¡Yo solicito al gobierno que tome nota de las confesiones que el protagonista hace de su actividad delictiva en el video y procedan con una investigación! El precio que pago por decir la verdad es que  un delincuente confeso me amenace a través de un video.

«Me amenace». Ya «La Cocoa» convenció a tantos de la humana basura que viene siendo «La Tuta». ¿Y? ¿Desmintieron ella y Madero la acusación de intento de compinchaje con el templario?  Porque lo demás es tratar de ocultarla con palabrería que no logra levantar del banquillo a la senadora. ¿Alguno de ustedes, a propósito, notó la «desubicación»? Eso muestra que detrás existe el conocimiento de la teoría política. ¿Indignó a alguno de ustedes? Eso muestra que en este país no todos somos apáticos y desidiosos más allá de los marcadores en el futbol.  Que hay esperanzas. (México.)

Desubicación, maniobra embustera

Ya nos tomaron la medida. Ya nos perdieron el respeto. Aquí, a modo de ejemplo, una desenfadada parodia de cierta fábula que leo en  Victoriano Salado Alvarez y que aluda al deán de la catedral y el puesto vacante de primer violín de la orquesta. ¿La conocen ustedes? Se trata de aquella en la que cuenta el autor cómo ocurrió que un cierto vejancón fue a entrevistarse con el deán para solicitarle el puesto de primer violín de la orquesta para un su sobrino, desempleado a esas horas.

Primer violín de la orquesta, con lo que tal categoría significa de estudios, experiencia, destreza, sensibilidad. Para comenzar la entrevista:

«¿Su sobrino toca bien el violín?», interroga el deán, y el tío aquel: «No es porque sea mi sobrino, pero si se lo recomiendo para que ocupe esa plaza es porque se trata de un cristiano ejemplar, que no pierde su misa los domingos ni se priva de su comunión». «¿Pero toca bien el violín?» Que el sobrino es, por añadidura,  todo un patriota y un hombre de bien, que como padre su conducta es intachable y que es de admirar el cuidado y la protección que dispensa a la anciana madre. «¿Pero toca bien el violín?»

Agotado el catálogo de virtudes y excelentes cualidades del consanguíneo el vejancón escucha una vez más la insistente pregunta:  «¿Pero toca bien el violín?»

«Bueno, en lo que toca al violín, habría que haberlo escuchado cuando mi sobrino participó en un festival de la escuela primaria donde estudiaba. Tocó un trocito de una mazurca, un minué o una barcarola. La de aplausos que mereció su actuación».

Ahí se alzó el deán. «Perfecto, sí, cuando se trate de premiar a un buen cristiano, un buen patriota y un padre de familia ejemplar, tráigame a su sobrino. En el presente caso no necesito un virtuoso de la conducta personal sino un virtuoso de un instrumento al que le sepa sacar arpegios y  trinos y las más exquisitas sonoridades».

Lo despidió, y mis valedores: eso mismo es lo que ha ocurrido con el caso de una cierta Luisa María Calderón, alias «La Cocoa», que acaba de acusar a diversos senadores de entrevistarse con Servando González, alias  «La Tuta«, líder del cártel de «Los caballeros templarios«. El narcotraficante la desmiente y acusa que fue ella, Luisa María,   la que en  el pasado proceso electoral solicitó su ayuda para alcanzar la gubernatura de Michoacán, que perdió ante Fausto Vallejo, priísta.

A «La Cocoa«, panista,  se le revirtió la acusación.   «La Tuta» Gómez descobijó a la boquifloja, y qué hacer, sino acudir al valimiento de los cupulares de Acción Nacional, que ante los hechos consumados no han tenido más alternativa que recurrir a la maniobra del desplazamiento: quitar a «La Cocoa Calderón» del banquillo de los acusados y ahí sentar al acusador. Ante la prensa el abogado defensor Gustavo Madero, todavía esta mañana presidente del blanquiazul:

– ¡Que se investigue  cómo se difunden esos videos!

(¿Pero «La Cocoa» pidió ayuda a  «La Tuta?» De ser así, ¿qué le ofreció a cambio?)

Madero: – ¡Exigimos que se garantice seguridad a una senadora que, con toda la autoridad y la defensa que está haciendo, busca rescatar para su estado y para el país la tranquilidad y la seguridad y combatir la delincuencia.

(Pero señor, más allá de esa palabrería, ¿su defendida pidió la colaboración de los Caballeros templarios?)

– ¡El ex presidente Calderón tomó decisiones valientes!

(Bueno, sí, ¿pero por qué no se centra usted en la acusación que «La Tuta» lanzó  al rostro de  «La Cocoa«?  En fin, que esto  sigue mañana.)

«Defensores de la vida»

El SIDA, mis valedores. Meritoria toda campaña que promueva el condón,   por más que indignen a sus críticos:  «¡Lo que hasta hoy han logrado es alentar la actividad sexual precoz, las prácticas promiscuas y las conductas de riesgo!».

Las misioneras del Corazón de Cristo Resucitado, en el albergue Beata María de Jesús, del Guadalajara de hace años maltrataban a los enfermos, porque “las personas infectadas están recibiendo un castigo por sus pecados sexuales”.

Jerónimo Prigione, nuncio apostólico: «Me indignan las promociones que se han hecho para el uso del condón. Es darle medios a los jóvenes para que se sigan revolcando en el lodo».

La voz de sotanas y capas pluviales. «¿El condón? ¿Para qué el condón?  ¿Para seguir buscando el placer por el placer mismo? ¿No está fuera de las enseñanzas de Cristo? ¡La Iglesia rechaza el uso del condón, pues esto lo que hace es hundir en el fango a la juventud, en lugar de darle la mano a los jóvenes para que salgan del lodo! ¡Continencia! ¡Castidad! ¡Fidelidad matrimonial! ¡Estas tres virtudes propuestas por la Iglesia son el mejor remedio para el contagio, porque son las propuestas del Evangelio para combatir el SIDA!

¡La grave amenaza del SIDA viene del abuso de la sexualidad! ¡Es una equivocación buscar el placer por el placer. El recto camino debe ser el uso legítimo del placer! ¡El placer sexual no debe verse como un fin, sino sólo como  un medio hacia la paternidad o la maternidad!”

“Contra el SIDA, castidad es el mejor remedio. ¿El condón? Mucha gente lo usa, ¿pero está permitido de acuerdo con la doctrina católica? No. Definitivamente: el condón no es éticamente permisible. Para la Iglesia, bloquear artificialmente la transmisión de la vida no es moral. La vida producida en una relación sexual no pertenece al hombre, sino a Dios”. Además, el condón no sirve de gran cosa. La solución es la castidad en el matrimonio, aun si parece que va contra la corriente en una sociedad como la de hoy, que resulta pansexual“.

«¡Para la Iglesia, el sida es un gravísimo problema de moralidad pública, y esto es lo que nuestro gobierno no quiere reconocer, y limita el problema al ámbito de salud, imagínese!»

El SIDA (Mark Platts, filósofo) no es un asunto de moral, sino de salud pública. ¿Y? ¿Qué hacen esas autoridades para detener la propagación del SIDA? Pero, sobre todo, ¿qué hacemos nosotros para no ir a dar de cabeza en la mortal pandemia? Hace unos años la ONU solicitaba a la Iglesia Católica de nuestro país, dueña de un descomunal ascendiente sobre la mayoría de los mexicanos, que se sumara a la lucha contra del SIDA. La respuesta de El Vaticano:

“La espectacular ceremonia presidida por el cardenal Otunga, que quemó preservativos en público, sigue siendo símbolo de la actitud general de la Iglesia Católica, hasta este método profiláctico, confirmada por el criterio de los obispos del mundo entero”. En México, los obispos:

¡Usar preservativos y seguir haciendo el amor! Esto continúa siendo el método de nuestras autoridades. ¡Es una barbaridad! Intentan proteger la salud promoviendo el vicio. El amor, para ellos, es el gozo del placer, y no buscar el bien de la persona amada El abuso del sexo es el que ha convertido en un problema de moralidad pública no de salud! Los enfermos de SIDA no deben convertirse en héroes, no lo merecen. Son seres enfermos. La homosexualidad es un verdadero crimen, y la Iglesia Católica rechaza a los homosexuales así como el uso del condón, fuente de prostitución.

 ¡Dios! (El suyo.)

Nauseabundo

Espejo fiel del humano es el perro, lástima que el hombre no sea el espejo del animal. Y qué de similitudes y semejanzas  entre el hombre y el perro, o al revés. Diversas clases de perros:

Existen los de las regiones nevadas, perros que nacieron con un perro destino: para allá y para acá jalar el trineo, con el chicote en los lomos y tan bien trabajados como mal comidos. ¿A quién se parecen tales pobrines, si no al obrero de este país? Privaciones, pobreza y jalar el trineo que enriquece a los Slim, el chicotazo salarial en los lomos y jalar desde la mañana hasta la muerte del día y hasta el día de la muerte. Y cómo remediar su situación, si el perraco no tiene el don de pensar, y a ese don ha renunciado el obrero y se constriñe al reclamo, la exigencia, la toma de la vía pública…

El benemérito San Bernardo. Grande, grave, pacífico, servicial, misericordioso. Deambula por el mundo del desastre con su barril de vida al cuello para entibiar esa vida que se congela en las nieves. Valedor de desvalidos como el humanista,  el luchador social, el médico que cura nomás por curar, no el que cura nomás por cobrar. Por contras:

El horror de esas fieras entrenadas por los represores para morder, desgarrar, triturar, arrancar a la viva fuerza tarascadas de sangre viva. Perros represores, los doberman son la lanceta del campo de concentración, la cárcel clandestina, la celda de tortura. Rodweiler, pitbull, sicarios, paramilitares asesinos de Acteal…

Los perros cautivos, desdichados a los que unos amos desaprensivos sepultan en jaulas y azotehuelas de este tamaño, miren. Nacidos para la libertad, se encanijan y agostan, y miden la jaula en un ir y venir obsesivo. A lo lastimero ladran a la luna, qué más…

Ah, perros impúdicos los de casa rica, de viuda rica, de solterona. Mantenidos en el lujo, la molicie, el salón de estética canina y la intimidad de sedas y encajes en el secreto de la recámara, padrotillos son, vividores complaciente de los desahogos de dueñas crepusculares. ¿Alguno ha presenciado el beso de unos labios femeninos y los lengueteos de placer al unísono de unos belfos helados?

Los pobres perros de casa pobre. Tan mala vida es la suya que comen lo que sus dueños y viven como ellos. Parte son de la familia y tanta familiaridad comparten, que el chucho llega a cobrar rasgos de humano y el dueño los del animal. Y no fallezca uno de ellos, porque el sobreviviente, el duelo…

Los perros callejeros: duelo sin dueño ni hogar, nombre ni alias; anónimos cuerpos sarnosos y cuera tachonada de úlceras y mataduras, mapa vivo del áspero oficio del diario vivir una vida arrastrada. De calle a calle y de este a aquel callejón van y vienen  acezando su ternura a la vil intemperie, su amor desdeñado por los que a lo desalado se alejan rumbo a qué rumbos. Allá va el chucho callejero, en los ojos la pitaña y en la boca el corazón. Y ese impulso de llorar, y ese acabar gruñendo. El,  allá afuera; yo, como él, pero acá adentro, encuevado en mi rincón. Pujando, gruñendo por no llorar…

Perros íntegros son, y honestos, no como esos chuchos mercachifles del trafique politiquero que en plan de huele-cuescos de Peña se la viven babeando por la pitanza,  acezando y lengueteando tras su ración de unas menudencias como estas: «La corriente dominante del PRD que comandan Ortega y Zambrano emerge como ganadora del Congreso Nal. Los Chuchos tienen la mesa puesta para conservar el control de las principales posiciones del partido. En el PRD pasará lo que los Chuchos quieran». (¡Guau!)

Trepadora

Que la culpa de las tantas desmesuras que perpetra la burocracia gubernamental tiene un responsable directo, dije a ustedes ayer. Culpables lo somos todos nosotros, los dueños de la casa común (39 Constitucional), que de forma periódica contratamos servidores que lleven a cabo su mantenimiento. Los tales nos resultan altaneros, y nosotros, apáticos y desidiosos, permitimos que de servidores se nos tornen patrones,  y lo grotesco: terminamos por «exigirles» que nos concedan algunos de nuestros derechos como sus mandantes. Patético.

A la Cocoa me referí ayer aquí mismo, y a la denuncia que acaba de formular acerca de que legisladores diversos se han entrevistado con algunos «caballeros Templarios». Que, oportunista, tan grave denuncia no la formuló a su hora ni ante la instancia legal, y que ahora los inculpados le exigen las  pruebas de su acusación, con la que al parecer la hermana del beato del Verbo Encarnado va asfaltando el camino en un renovado intento por sentar sus dos reales en el sillón del gobierno de Michoacán, empresa que no lo logró ni con la ayuda del hermano en Los Pinos. Hoy, se comenta, la Cocoa intenta (plan B) disputarle a la cuñada la presidencia del blanquiazul y de allí a Los Pinos, proyecto paralelo al de la Zavala. Escalofriante.

¿O acaso se trata de una profesional de la política como la también panista  Josefina Vázquez Mota, pongamos por caso? ¿No es sólo una arribistas que se vale de las influencias del hermano? ¿No es el de la Cocoa un caso parecido al de  aquella integrante de la «pareja presidencial» que pretendió encaramarse en Los Pinos? La Cocoa, al parecer, nada ha aprendido de la Sahagún.  Si con un ejercicio de autocrítica se mirase en ese espejo…

Porque a una Marta insignificante la Moira la sacó de una farmacia veterinaria para venir a enredarla en las zancas de cierto grandulón al que logró deslumbrar. Ya encuevada en Los Pinos la advenediza exhibió ante los “medios” el tamaño de su ignorancia, su zafiedad, su mediocridad de logrera valida de la ocasión. Ya estando arriba se empanzonó de cámaras y micrófonos, de candilejas, fotos y reportajes en las revistas del corazón, que satisfacían a diario su compulsión protagónica. ¿Alguno recuerda el rebumbio aquel y el bataclán, el rataplán y el boato, la estridencia, la prepotencia, la ostentación y el brillo postizo de Marta? Mis valedores: ¿la Cocoa también? Y por si al caso viniere: ¿también la Zavala? ¿La Zavala también? Esperpéntico.

Pero seis años más tarde ocurrió lo que tenía que ocurrir. Lo del agua, al agua, lo del polvo, al polvo, que todo lo que sube tiende a bajar. La más reciente de sus apariciones públicas fue en el cumpleaños de algún jerarca de la Iglesia Ortodoxa, y yo  entonces me hice la pregunta: ¿qué oscuras actividades  mantendrán a Marta ocupada en su cubil provinciano? Después de vivir en el cogollo del poder y aspirar los humos de ese avieso copal que a su hora le quemaron  los serviles que nunca faltan y por ser viles siempre salen sobrando, ¿qué habría sido de aquella corte de los milagros que le quemaban no copal, precisamente, sino  incienso, a la muy católica? ¿Qué fue de sus lambiscones y los purpurados que le despellejaron su calidad de esposa y madre y, milagros de los Onésimos y  Rivera,  la entregaron virgencita al mandilón? ¿Quedarán cortesanos que sigan a lisonjas alimentándole la vanidad? ¿Alguno le rogará que vuelva al pantanoso terreno de la politiquería cimarrona? Mis valedores: ¿la ruta de  la Cocoa? ¿La Zavala también? (Dios.)

Lengua serpentina

En problemas, que es lo suyo, la senadora Luisa María Calderón. Primero no denunció a tiempo ni ante autoridad ninguna la presencia de presuntos caballeros templarios en el Senado, sólo lo declaró a los medios, y ahora los señalados la denuncian por mentirosa: no son lo que ella dice. Y la emplazan. (Retales.)

La conflictiva Cocoa, mis valedores, que ni con la ayuda de su hermano en Los Pinos logró la gubernatura de Michoacán, que le ganó Fausto Vallejo el priísta. Recuerdo que allá por julio de hace un par de años me referí a diversos incidentes del proceso electoral. Uno de ellos:

«Los casi dos mil de uniforme enviados a Michoacán, pregúntanse los malpensados, ¿para cuidar la seguridad pública o para auxiliar a Cocoa, la hermana del de Los Pinos, en su pretensión de gobernar Michoacán?  Y yo digo: ¿una segunda edición de la Marta de Fox? En las tierras del Tata Cárdenas comienza a alzarse la polvareda:

Morelia, Mich. El foro para la propuesta de los candidatos panistas a la gubernatura terminó a golpes entre partidarios de Marko Cortés y Luisa María Calderón Hinojosa, “Cocoa”. Un extinguidor activado provocó confusión, caos,  alarma y estampida de asistentes.

Y es que se disimulan apenas cismas y quebrantos entre panistas doctrinarios y neo-panistas que desnaturalizan la esencia del blanquiazul. Ahora mismo, con una hermana en el gobierno, el de Los Pinos intenta el segundo michoacanazo. ¿Volverán, con Cocoa, los tiempos aciagos de la Sahagún y los hijos de toda su reverenda Marta? ¿Cocoa también? ¿También ella? ¿Gobernadora primero y después Los Pinos? ¿Nada, al respecto, queremos aprender de   la historia?»

Eso lo dije ayer. Hoy, con la Cocoa en el Senado, aquí y allá se comenta que la hermana del beato del Verbo Encarnado pavimenta el camino para el nuevo intento de gobernar un ingobernable Michoacán que ni con un par de gobernadores, Reina y Vallejo, se ha logrado descascarar esa costra purulenta de Estado fallido y botín de «caballeros» templarios. Ya sin la influencia directa de Felipillo de Jesús, ¿logrará llegar la Cocoa? ¿No correrá la suerte de otra polémica ambiciosa que a su hora y por sus escándalos y desmesuras puso los nervios de punta al país? Violencia en el matrimonio, divorcio, separación, trafique de obispos y cardenales para tornarla soltera y madre soltera, y vuelta a casar, y entonces caer en la vorágine del derroche, las candilejas, el protagonismo y la amenaza de tornar los papeles dentro de la «pareja presidencial» para mandar a Fox a dirigir el DIF como una especie de primer varón del país.

Recuerdo, para advertencia de algunos, la tragicómica historia de aquella buena mujer, una “apenitas” que de repente fue catapultada hasta el sillón de Los Pinos en calidad de “pareja presidencial” de un mandilón. Planta trepadora, Marta fue la versión femenina del Icaro mitológico, que con alas de cartón pegadas con cera intentó volar hasta los dominios del sol. Derretido el pegamento y desprendidas las alas, la pequeñaja criatura fue a caer por allá, en el rancho de San Cristóbal, en La Estancia, tal vez, o en el apestoso Tamarindillo adquirido, dicen los suspicaces, por medio de prestanombres. Mis valedores:

Si de repente gobernadora, ¿la Cocoa después a Los Pinos? ¿Nada aprender de la historia? Pero claro, no hay desmesura de los mediocres de la burocracia política que no tenga sus responsables directos, inmediatos, y esos somos todos nosotros, unas masas sociales que después de contratar la plantilla de servidores… (Sigo mañana.)

Águila y Sol

El peso, mis valedores, ¿lo recuerda alguno? ¿Lo habrán podido olvidar? Siempre perdiendo peso frente al peso del dólar, moneda nacional de nuestro estado libre asociado al que tras la fachada de una tilma guadalupana protege y castiga, todo a su hora, la matriz de Washington. In God We Trust.

Por cuanto al pesito de México: ese aún suele utilizarse en el pago de salarios y la visita al tianguis, pero hubo un tiempo en que fue la moneda oficial, y esto las masas lo ignoran o lo han querido olvidar. Hoy miro al pesito en desgracia, rodando anémico entre manos menesterosas y por levantarle el ánimo le envío el presente mensaje, que de algo le ha de servir.

Así que ante el dólar vuelve usted a perder peso y devaluarse una vez más, pesito mexicano. Y qué hacer, sino expresar el testimonio de aliento y solidaridad para usted, tan ruda y reiteradamente devaluado, hoy que una comunidad erosionada de frustración, desesperanza y desánimo ante el Sistema de Poder, ha acabado por mirar a usted con una mezcla de menosprecio y desdén, minimizándolo y denigrándolo (más de lo que ese Poder me lo ha empequeñecido) sin percatarse de que con tal acción se denigra. Porque usted, valga poco o nada valga y apenas se distinga en la palma de mi mano, con su ánima de cuproníquel (que los sucesivos burócratas del aparato de gobierno van degenerando hasta dejárnoslo en coproníquel) es tuétano de lo nacional, sello e identidad que nos distingue como pueblo sobre la faz de la tierra. Sin peso el peso. Atroz.

Pesito de mi país: lo observo rodar sin rumbo como sombra de usted mismo. Miro que manos que apenas ayer lo atesoraban hoy se desembarazan de usted como de algo contagiado de enfermedad pegadiza. Mirándolo por la calle del menosprecio medito en los tiempos, qué tiempos aquellos, en que pisaba fuerte con su empaque de señorón, del mandón que imponía condiciones.

Lo que entonces pesaba su buena merced, lo que se le guardaba en la bolsa con verdadero amor. Por aquel entonces, ¿se acuerda? decíase con una filosofía no por cínica y convenenciera menos realista: “En este mundo no hay más amigo que un peso en la bolsa». Pero ahora, en un Estado libre y asociado, un entenado de Washington que  de divisa nacional tiene el dólar. Hoy, con la desidia de unas masas apáticas y los López de Santa Anna en  Los Pinos…

Por eso ahora ya no; por eso hoy se le mira como ver un cachivache en desuso, o casi. Sin enjuncia, sin consistencia, sin peso -¡el peso!-, sin eso que hay que tener cuando se pretende ser. Más antes, tema de conversación entre los pesudos, que lo atesoraban; entre los fregados, que lo añoraban, entre un paisanaje que decía “un peso”, como decir Cuauhtémoc, Pancho Villa o la Virgen Morena. Pero ahora, con la prepotencia del dólar incrustado en los entresijos del águila y la serpiente… Patético.

A usted, un peso tan venido a menos, lo veo entelerido, trasijadón, con el rabo entre las zancas, y pienso en su prosapia y blasones y en antepasados ilustres como aquel peso cero siete veinte, todo un peso nacional:  forma gallarda, sonido argentífero, potencia cabal y ley de la buena; un peso entero todavía, que dictaba condiciones aquí y en corral ajeno. ¿Pero ahora, con el dólar encima de usted? Ah, México…

Que vuelva su real valía entre nosotros; que tornen Águila y Sol como signo de la vida y de la muerte. Que se retire la salación y vuelvan los pesos fuertes. ¿O nosotros ya nunca más habremos de merecer anidar en la bolsa un peso entero, todavía sin capar?

(Sigo después.)

Consolador

Racismo y esclavitud se abolieron en México antes que en los Estados Unidos.

¿Abolidos en México racismo y esclavitud? ¿Podrían afirmarlo el indígena, la sexo-servidora, la persona de creencias religiosas distintas a la católica,  la de preferencia sexual distinta y el extranjero llegado del sur? «Cuando yo trato de exigir mis derechos, afirma la empleada doméstica, los patrones me responden: ¿cuáles derechos, si tú eres sólo la chacha?»

Porque estas modernas esclavas, por salarios de hambre, tienen que cumplir jornadas de labor de entre 14 y 16 horas, recibir un trato despectivo por parte de sus patrones y para todos ser la  “sirvienta”, la “criada”, la “muchacha”, la “gata”, y no más. Aun cuando se trata de más de 2 millones y luchan constantemente por mejorar sus condiciones laborales, son víctimas de explotación, discriminación, abusos y hostigamiento sexual; porque, como se jacta el  patroncito:

¡Para carne buena y barata – la de la gata! Abyecto.

Por que calculemos el trecho que nuestro país haya avanzado en materia de derechos humanos con la abolición del racismo  y la esclavitud de la empleada doméstica, transcribo palabra a palabra la escenilla hogareña que ocurrió en la  Grecia de hace 25 siglos:

Corito: Siéntate, Metro. ¡Y tú, levántate y acerca un asiento a la señora! Todo tengo que ordenártelo yo, porque tú, infeliz, no eres capaz de hacer nada por ti misma. Eres en esta casa no una esclava, sino una piedra. Pero cuando te mides tu ración de harina, bien que cuentas los granos, y si cae un tanto así, el día entero estás rezongando y bufando, que ni las paredes te aguantan. Sí, ahora ahí lo estás frotando y sacándole brillo; buena hora es, bribona. Bendice a esta señora, que si no fuera por ella, ya te estaría dando de palos.

Metro: Querida Corito, a mí también me tienes sufriendo este yugo; también a mí me hacen temblar de rabia, y día y noche ando ladrando como perro tras estas malditas. Pero lo que me hizo venir a verte…

Corito:  ¡Largo de aquí, imbéciles! ¡Son ustedes todas oíos y lengua, y en lo demás, pura pereza!

(Y aquí el detalle esperpéntico. ¿Saben ustedes cuál fue el  asunto que llevó a la visitante hasta la casa de Corito? Regresarle cierto objeto consolador de mujeres solitarias y después de ponderar forma y tamaño preguntarle acerca del artesano que fabricaba tan soberbios adminículos.)

Y en materia de racismo y discriminación, mis valedores: ¿A la distancia de 25 siglos y de la esclava a la «chacha» algo habremos avanzado en materia de respeto a los derechos humanos?  ¿Cuánto hemos evolucionado al respecto? Aquí un par de  expresiones  que “exaltan” a la empleada doméstica.

Sabines: “Con la flor del domingo ensartada en el pelo, pasean en la alameda antigua. La ropa limpia, el baño reciente, peinadas y planchadas, caminan, por entre los niños y los globos, y charlan y hacen amistades, y hasta escuchan la música que en el quiosco de la Alameda Santa María reúne a los sobrevivientes de la semana. Las gatitas (sic), las criadas, las muchachas de la servidumbre contemporánea, se conforman con esto. En tanto llegan a la prostitución». (Boquiflojo.)

El poeta sudamericano, mejor: «Mi hermosa criada de altos pómulos como cálices rojos- está frente a mí y el humo del café – Mi hermosa criada pálida como un escualo – se continúa con sus luminosas espinas rosas en el pan – Mi hermosa criada de brazos redondos y complejos – se desvanece en la niebla perpetua».

Ella,  la trabajadora doméstica, la esclava de nuestros días. (Dramático.)

Buscarás con ardor a tu marido

Y él te dominará y será tu dueño. Tal clama Dios en el Génesis, y más adelante, en labios del profeta, a su pueblo elegido: «¡Practicaste la prostitución con esos egipcios de gran potencia sexual (…) Te entregaste a la prostitución con los asirios, y ni aun así quedaste satisfecha (…) A toda prostituta se le da una paga; pero tú eras más bien la que dabas regalos a todos tus amantes y les pagabas (…) ¡Sólo en eso eres diferente alas demás prostitutas!” Misógeno Jehová.

Pero la violencia contra la mujer no es sólo de la Biblia ni es de hoy. A principio de los 20s. en nuestro país, la mujer debía guardar silencio, hablar sólo cuando se le preguntase, limitarse al lavado de trastes y cocinar. “No les den alas a las viejas, clamaba hace años algún político; luego van a querer hasta votar a nivel nacional, meterse a la política y traer a otras bravuconas como ellas para que armen pleitos  a diestra y siniestra. En fin.

Pero más allá de convenios y acuerdos internacionales         que desde hace décadas vienen firmando los gobernantes ¿se ha domesticado la violencia del macho contra la mujer? ¿Cuánto, en qué sentido se ha logrado domesticar? Por cuanto a la inseguridad pública:

“Quedaron muy atrás los años en los cuales el ejercicio de la libertad de las mujeres capitalinas se expresaba en un tránsito seguro a cualquier hora por la ciudad de México. ¿Quién de nosotras se atreve a ir sola a una fiesta y al salir pararse en la esquina a esperar un taxi? ¿Quién de nosotras está segura, bien o mal vestida, joven o madura, de día o de noche, en coche o a pie, en esta que es una de las ciudades más inseguras del mundo?  Sobre nosotras se ejerce un poder opresivo que se manifiesta, en sus grados más extremos, en la violencia física y en actos de violación sexual».

Y una más: “Antes enviábamos a nuestras hijas por la leche de Liconsa, pero cuántas no fueron violadas en el microbús, se queja un ama de casa. Ahora hacemos el viaje nosotras mismas, al fin que ya no somos señoritas. Pero el terror está en que nos vayan a contagiar de SIDA”.

Violación. Toluca, Méx. Violó y asesinó a golpes a su hija de tan sólo cuatro años de edad. Y esta otra: Cegado por los celos, un individuo de 37 años de edad marcó con un hierro candente en las nalgas de su esposa, desmayada por el dolor, las letras «p, u y t». Al ser detenido por la policía, el marido celoso no logró marcarle la “a” al final en la piel de su esposa.

En México el abuso sexual de menores no es considerado como delito grave. En la legislación de 24 Estados hay figuras discriminatorias y vejatorias de los derechos de la mujer, a grado tal que mucho más penado que una violación es el robo de ganado.

Violación. “Yo luché contra ellos, se lo juro (imposible contener el llanto). “Al sentirme violada me abandoné, traté de no pensar, de que pasaran rápido aquellos minutos tan largos (se estremece). Tan largos…”

A propósito, niñas y mujeres en México, aquí una receta para evitar la violación. No salgas a la calle desnuda, que eso motiva a los hombres /No salgas a la calle vestida, que algunos hombres se excitan con la ropa/ Evita verte demasiado joven, que algunos violadores enloquecen con las adolescentes / Evita la vejez: ciertos degenerados prefieren a las mujeres maduras/ No tengas padre, abuelo, tío o hermano. Son los parientes que más frecuentemente violan a las mujeres / No te cases. La violación es legal dentro del matrimonio / Para estar totalmente segura, mujer, es mejor que… ¡no existas!

(México.)

Necrofilia

Las facilidades para morir, mis valedores. Entre los avances en materia de derechos humanos que nos garantizan las leyes de esta ciudad capital, que la ubican entre las más progresistas del orbe, tenemos esta de la  muerte asistida. Como sucede aquí con  el matrimonio entre personas del mismo sexo y la suspensión voluntaria del embarazo antes de las primeras 12 semanas,  el de la muerte asistida es un derecho que garantiza la ley. Hoy voy a hablar con ustedes del retiro voluntario de la propia existencia, de la puerta de escape para la vida, la «puerta falsa». Porque «mi vida es mi vida». Vale.

Cuatro suicidios de sendas parejas sentimentales traigo hoy ante ustedes por la relevancia de los protagonistas y porque fue una decisión que adoptaron en pareja. El primero es el de Stefan Zweig, autor de novelas y obras de teatro. Judío de ascendencia y crítico del nazismo, se vio precisado a salir de Alemania y refugiarse en Brasil. Ante el sombrío futuro de Europa y de la amenaza mundial del nazismo escribe (1942) en su luminoso testamento:

«Creo que es mejor finalizar en un buen momento y de pie una vida en la cual la labor intelectual significó el gozo más puro y la libertad personal el bien más preciado sobre la Tierra«.

Después de ello, abrasado de pesimismo, se abraza de su Charlotte Elisabeth y ambos se arrancan la vida.

Un caso más, el de  húngaro Arthur Koestler, político y ensayista, periodista y científico. Badajeando entre la esperanza y el desencanto fue a su hora sionista, antisionista, comunista y anticomunista. Nos legó, con muchas más, Los sonámbulos, obra monumental y magnífica donde me hizo escuchar la sinfonía de los astros, que percibió, el primero, Pitágoras, y cuyas notas se asientan en unas páginas que  constituyen “la conciencia crítica que ilumina un mundo de progreso e inimaginables horrores”, los mismos que en 1983 lo llevaron,  al parejo de Cynthia, su esposa, a beber con ella una copa de cognac sazonada con barbitúricos…

Antes, mucho antes, la historia consigna el suicidio de Marco Antonio, frivolón y mal estratega que al repudiar a su esposa para hacer pareja con Cleopatra la célebre y tratar de tomar para sí todo un imperio es aniquilado por Octavio, cuñado sañudo. Tal fracaso obligó al romano a recargarse en su espada,  y a la egipcia a acunar la serpiente en su pecho. Trágico.

Sombrío, impresionante, el suicidio que se perpetra en los entresijos de cierto bunker bajo un Berlín en ruinas, en llamas, en muerte, en desolación. Siniestros personajes concurren a la ceremonia de la necrofilia y se encargan del veneno y las armas que van a segar la existencia de un genocida que se prepara a morir mientras afuera resuenan clamores de triunfo y derrota,   destrucción y derrumbamiento. Goebbels sostiene en sus manos veneno y armas. Quienes han de morir, el amante y la concubina, contraen matrimonio antes de dejar, juntos, la vida. El, por supuesto, Hitler; la que fue amante y hoy  es esposa: Eva Braun. Lúcidamente demencial, el Führer se despide de sus dos secretarias y pone en sus manos el legado póstumo:

– Me disgusta no poder hacer a ustedes otros obsequio de despedida.

Y les entrega sendos frascos de veneno. Hitler y Eva han ingerido su ración de muerte mientras Europa se derrumba en pedazos.

En fin. Stephan Zweig por escéptico y Koestler por desencantado se suicidaron; por ambición, deslealtad y lujuria el romano, y el genocida de Auschwitz por megalómano. ¿Y los genocidas gringos? ¿Y esos perros de guerra? ¿Esos qué? (Sigo después.)

Humazos de copal

El general Díaz, con su mano de hierro ha acabado con nuestro espíritu turbulento e inquieto y ahora que tenemos la calma necesaria y que comprendemos cuan deseable es el reino de la ley, ahora sí estamos aptos para concurrir pacíficamente a las urnas electorales.

Exacto, mis valedores. Semejantes conceptos humo son del copal que en 1808 y ante el altar del dictador, depredador y genocida (Tomochic, indígenas yaquis, Cananea y Río Blanco) quemó un espiritista y vinicultor a quien tocó en suerte iniciar la  revolución de 1810, gloria y honor de dos precursores: los hermanos Flores Magón. Yo, en contracanto de la versión oficial, hablé ayer de Ricardo de los mismos apellidos como el espíritu de la Revolución. Hoy, un 20 de noviembre que Peña ha borrado de  la historia mientras unas masas indiferentes se engolosinan con goles, muestro cómo en La sucesión presidencial Madero forró de elogioso a Dn. Porfirio. Va aquí esta pedacera del libro que nos legó el antireeleccionista. Juzguen ustedes:

“Ahora que el general Díaz no tiene más que temer que el fallo de la Historia, ni más que desear que la gratitud nacional, no será remoto que procure atraerse a esta última y asegurarse un fallo favorable de la primera, respetando en sus últimos días la voluntad nacional y cumpliendo todas las promesas que antes hiciera a la patria». «Ante la Historia podrá justificarse diciendo: Con mi permanencia en el poder maté al militarismo, acabé con el espíritu turbulento, hice que en todos los ámbitos de la República se respetase la ley; consolidé la paz, extendí por todo el país una vasta red ferrocarrilera, construí grandiosas obras materiales; favorecí la creación de cuantiosos intereses privados, aumenté la riqueza pública; de mi patria, turbulenta, pobre, sin crédito, he hecho un país pacífico, rico y que goza de un justo crédito en el extranjero.

Es posible que para llevar a cima esta obra, haya yo cometido algunas faltas; todo el mundo está expuesto a errar, pero esas faltas han sido de buena fe y la prueba de ello es que la principal que se me puede imputar: que me haya colocado arriba de la ley, sólo la he cometido mientras lo he juzgado indispensable para llevar a feliz término mi obra. Ahora que creo que ésta está terminada, que el país está apto para ejercer sus derechos, devuelvo a la ley su imperio, su majestad y yo mismo me coloco debajo de ella, a fin de que en lo sucesivo sea la ley la guardiana de la paz, la que asegure el progreso indefinido de mi patria, pues creo que no podré tener sucesor más digno. Los últimos días de mi vida los consagraré a defenderla, a consolidar su prestigio, poniendo a su servicio todo el mío, y ¡ay de quien quiera atentar contra la ley que yo seré el primero en respetar!

El prestigio del Gral. Díaz llegará entonces a tal grado, que en donde quiera que se encontrara sería considerado como el arbitro de nuestros destinos y la gratitud nacional hacia él no tendría límites». «Porque el Gral. Díaz no ha sido un déspota vulgar y la Historia nos habla de muy pocos hombres que hayan usado del poder absoluto con tanta moderación”.

Moderación, dijo del carnicero de Tomochic, el Valle Nacional, los indígenas yaquis y mayas y el reguero de fuego, muerte y tinajas de San Juan de Ulúa contra huelguistas que a Madero le merecieron esta opinión:

“En esas huelgas podemos encontrar cuál es la opinión que el general Díaz tiene de las necesidades de los obreros y hasta dónde llega su amor hacia ellos.” (¡!)

Ricardo Flores Magón. (A su memoria.)

Los zorros cuidan el gallinero

Así titula el comentarista la nueva elección de Estados que la ONU ha elegido como defensores de los derechos humanos para los próximos tres años, donde se incluyen Rusia, de «gobierno autoritario» y México,  «democrático». Mis valedores:

¿En México se respetan esos derechos estipulados en la Declaración de la  UNESCO en 1947, unos  derechos del hombre que, según la doctrina del jurista Carrillo Flores, están en la raíz de los problemas capitales de la humanidad? ¿En qué posición queda México frente al postulado de Paoli Bolio, panista, de que la democracia de un país se mide por el respeto a los derechos humanos?

Los derechos del hombre son valores: señalan lo que es natural y justo, pero además exigen; son aquellas condiciones de vida sin las cuales, en cualquier fase histórica dada de una sociedad, los hombre no pueden dar de sí lo mejor que hay en ellos como miembros activos de la comunidad, porque se ven privados de los medios para realizarse en pleno como seres humanos.

Pero según Emilio Rabasa, jurista experto en relaciones internacionales, no sabemos cuáles son los derechos naturales del hombre ni las declaraciones mundial e interamericana de 1948 que  estipulan cinco tipos diferentes de derechos humanos, a saber:

1.-Los derechos civiles, bandera de lucha contra un poder injusto,  se refieren al respeto a la vida, a la libertad, a la seguridad personal y a la prohibición de los castigos crueles o degradantes, a no sufrir discriminación alguna en razón de raza, color, sexo, lenguaje, origen nacional, etc., y proscribir la pena de muerte.

2.- Derechos Políticos. El del individuo a tomar parte en el gobierno del país y a las dignidades públicas en condiciones de igualdad. La voluntad del pueblo será la base de la autoridad del gobierno. Los pueblos tienen derecho a definir su status político y desarrollo económico, social y cultural, además de disponer, como lo estimen prudente, de su riqueza y recursos naturales.

3.- Derechos culturales. La educación elemental será gratuita y obligatoria. La educación superior y la de índole técnica y profesional se pondrán al alcance de todos. La educación estará dirigida al desarrollo completo de la personalidad humana y promoverá el entendimiento y la tolerancia entre todos los grupos raciales y religiosos. Todos los ciudadanos tienen derecho a participar en la vida cultural de la comunidad, y de compartir el avance científico y sus beneficios.  “Derechos del espíritu”  se les nombra.

4.- Derechos sociales: al descanso, al ocio y la asistencia y cuidado especial que deben garantizarse a la maternidad y los niños, nacidos dentro o fuera del matrimonio. Todos gozarán de la misma protección social.

Y el 5o., los Derechos económicos: libertad de trabajo,  condiciones favorables en las labores, protección contra el desempleo, derecho a recibir una retribución que asegure al trabajador y su familia una existencia compatible con la dignidad humana y a un nivel adecuado para su salud y la de su familia. Se incluyen alimentos, vestido, habitación, cuidados médicos y servicios sociales necesarios.

¿Tales derechos se respetan aquí o en el exterior? En su Declaración de Independencia,T. Jefferson: Mantendremos que (…) todos los hombres son creados iguales; que están dotados por su Creador con derechos Inherentes e inalienables; entre ellos la vida, la libertad y la persecución de la libertad .

Sublimes conceptos que excluían a negros y a indios, y no se pronunciaban contra la esclavitud. (Horroroso.)

Una engañifa la historia oficial

Quien ve más lejos en el pasado más lejos podrá ver en el porvenir.

La historia oficial, mis valedores, esa trampa con la que el Poder nos distorsiona el pasado de nuestra comunidad. Ahora mismo habrá que recordar que la historia siempre es un proceso, que no fue uno solo sino diversos los movimientos de independencia, y que no comenzaron con Miguel Hidalgo, como tampoco las revoluciones de 1910-17 con Francisco I. Madero. Muy malagradecidos hemos de ser si olvidamos a los precursores cuya hazaña como iniciadores de los movimientos libertarios pagaron con prisión y grilletes, y aun con la propia existencia.

La revolución es el único acto que puede transformar las condiciones sociales intolerables, pero también puede conducir a la creación de estas situaciones sociales intolerables. (A. Camus).

Aquí y hoy recuerdo a los heroicos visionarios que en 1808 intentaron la independencia del país, y que en la empresa tuvieron que enfrentar el poder y la furia de los peninsulares, y pagarlo con la vida. Muchos fueron los mártires. Vale la pena consignar aquí algunos nombres.

Francisco de Azcárate, Primo Verdad, Mariano Michelena, el párroco Manuel Ruiz de Chávez y tantos más. Muy alto destaca la figura de un fraile, Melchor de Talamantes, peruano de nacimiento que a punta de escritos y prédicas encendió la fogata independentista hasta dar directamente en una de las tinajas de San Juan de Ulúa, donde pasó el resto de su existencia hasta perderla entre vómitos y “fiebre prieta”. Al héroe que aventó por delante la vida por la independencia de su país de adopción, a la hora del sepulcro tuvieron que desprender del cadáver grilletes y cadenas. Pero ese es el tamaño de nuestra gratitud; ¿quién lo recuerda a la hora del discurso oficial? Por cuanto a Ricardo Flores Magón:

Estoy condenado a cegar y morir en la prisión, mas prefiero esto, que volver la espalda a los trabajadores, y tener las puertas de la prisión abiertas al precio de mi vergüenza No sobreviviré en mi cautiverio, pues ya estoy viejo; pero cuando muera, mis amigos quizás inscriban en mi tumba “Aquí yace un Soñador”. Y mis enemigos: “Aquí yace un Loco”, pero no habrá nadie que se atreva a estampar esta inscripción: «Aquí yace un Cobarde y un Traidor a sus ideas».

Los textos de historia reiteran que el iniciador de la Revolución del 1910-17 fue un cierto vitivinicultor espiritista, Francisco I. Madero. Pocos a la hora del discurso otorgan el mérito a los  iniciadores de la eclosión revolucionaria: los hermanos Enrique y Ricardo Flores Magón.

Ricardo. Vidas paralelas la suya y de fray Melchor, el visionario de la Revolución fue el instigador de movimientos de insurrección tan decisivos en la explosión revolucionaria como las huelgas de Cananea y Río Blanco. Su destino final: una celda en una prisión norteamericana de Leavenworth, Kansas, donde ciego y debilitado terminó su vida de guía, de baqueano, de iluminado al que sus beneficiarios hemos olvidado, o casi.

Ciego, Flores Magón murió en la prisión el 22 de noviembre de 1922.

“Mis males no ceden, y cada vez me siento más debilitado, corporalmente, por supuesto, pues por lo que respecta a mi voluntad, es la misma de siempre. Yo me doy ánimo para ver si mi pobre carne reacciona y puede resistir victoriosamente la temible tuberculosis que está amenazándome, y detener por algún tiempo la pérdida total de mi vista, pero esta esperanza es tan débil…»

Contrapunto obligado con Flores Magón, mañana los ditirambos que Madero dedicó a Porfirio Díaz. (Vale.)

Labio a labio las dos

Y en mi inmensa delicia – a los dulces transportes-que siente el alma mía – la lengua a hablar no acierta – la voz juzgo perdida.

La semana anterior, mis valedores, me referí aquí mismo a los esbozos de apertura hacia la preferencia sexual distinta que se advierten tanto en Barack Obama como en el Francisco, el pontífice, en quienes parecen irse quebrando prejuicios y abriendo ventanas morales al oxígeno de un verdadero humanismo. Magnífico.

Transcribí, a  modo de contexto, retazos de historia de la preferencia sexual distinta que expone un defensor de los derechos del homosexual: F.G. Escobedo.  Por otra parte, y desde el 2006, la Asamblea Legislativa del DF aprobó la Ley de Sociedades de Convivencia, a la que siguieron leyes secundarias que, es obvio,  han venido a beneficiar a las compañeras lesbianas. Yo ahora  convoco el espíritu de Safo, la poeta griega nacida hace alrededor de veintiséis siglos en Lesbos, que tantos himnos y elegías le escribiera al lésbico amor, como ese poema dedicado “A una que nació en Lesbos”,  y que así comienza:

Corriendo por mis venas – llama vivísima – no bien te miro, siento…

Bien.  Brindo aquí por la sota moza de distinta preferencia sexual y que por ello  es  señalada y marginada por una sociedad de rancios tartufos y fantasmales padres de familia, de prejuicios y doble moral de los Onésimos y Riveras, ricachones que se viven predicando la pobreza. Yo, amador amante de mi amantísima, manifiesto aquí mi simpatía y la solidaridad de que soy capaz para las mujeres que tan sólo por ser en la sexualidad diferentes a las demás integran (con el indígena, la trabajadora del hogar y el inválido, qué vergüenza para unas autoridades que en este país se la viven loando el respecto irrestricto a los derechos humanos y las garantías individuales); integran, repito, un grupo  repudiado por las «buenas conciencias».  Las oficiantes del lésbico amor…

Estoy mirando en mi archivo la foto del matutino fechado hace algunos ayeres. ¿La vería alguno de ustedes? ¿Lo que en ella  miró le provocaría muecas de desagrado como a las pías sociedades de padres de familia? El pie de foto: “Homosexuales ven de cerca la oportunidad de unirse en pareja y contar con los mismos derechos (salvo adoptar) que las uniones tradicionales. Para ello, ayer se manifestaron frente a la ALDF para presionar y que la Ley de Sociedades en Convivencia sea aprobada”. En la foto dos sota-mozas garridas, las manos de ésta en la cintura de esta otra, se repegan labio a labio y pecho a pechos. Hoy su tendencia sexual se cobija en la ley.  Perfecto.

Perfecto, sí, pero no, que en nuestro país el derecho de los grupos marginados se mienta, pero no se respeta, y es por tan ruda situación que las disidentes sexuales, mal trato y  discriminación, una y otra vez  toman la calle para exigir la creación de instancias legales contra delitos derivados de la discriminación sexual y que se difunda el Art. 206 del Código Penal del DF., que lo determina:

«De uno a tres de prisión, así como de cincuenta a doscientos días de salario mínimo, como multa, al que provoque o incite al odio o a la violencia, excluya a algún usuario, o niegue o restrinja los servicios a personas que se distingan por su orientación sexual”.

Amor, de tus transportes – librar quiero a mi alma: – En otro tiempo Athis – por ti sufrió mil ansias…

El amor amoroso de las parejas pares, que dijo el poeta. Si él y ella, si él y él, si ella a ella, ¿por qué semejante escándalo?

Safo, poeta amadora.(Benemérita.)

Belisario y El Chacal

¿Nuevo crimen político? Tal es el encabezado de la nota de prensa donde el matutino del 10 de octubre de 1913, que se publicó en esta ciudad,  manifestaba inquietud y temores en torno a la suerte que hubiese corrido don Belisario Domínguez, el temerario legislador que desde la tribuna del Congreso y en un documento que circuló de manera clandestina se atrevió a cuestionar al presidente del país.

Esto ocurrió, repito, en 1913, el año en que los golpistas Félix Díaz,  Manuel Mondragón, Aureliano Blanquet y el siniestro espadón Victoriano Huerta perpetraron el cuartelazo contra unos vulnerables Francisco I. Madero y J.M. Pino Suárez, poeta. Hoy traigo memoria del episodio con ánimo de que lo conozcan o recuerden algunos de ustedes, ignorantes u olvidadizos de la historia, porque tenerlo presente: para una comunidad que las desdeña, las lecciones históricas con sangre entran. Sin más. Es por ello que en mi periodismo he formulado para algunos de ustedes la siguiente síntesis:

Ya nos faltaron al respeto. Ya nos tomaron la medida. Nos vencen por nuestra propia ignorancia y por nuestra propia indolencia nos tornan colaboracionistas del enemigo histórico.

Aquí transcribo unos párrafos del texto que expone el clima ominoso (crimen, represión y muerte) que se vivía en esta ciudad capital y el resto del patrio territorio hace cien años, cuando a la viva fuerza la bota cuartelera y el espadón se habían apoderado del palacio de gobierno. Otras formas se han aplicado hoy día, cuando se consolida la absorción de México al vecino imperial. Peña Nieto. Reforma energética.  La historia del crimen de sangre contra don Belisario Domínguez, legislador:

Cd. de México, 10 de octubre de 1913. No hay noticia alguna sobre el paradero del senador chiapaneco Belisario Domínguez, que fue secuestrado antenoche por agentes de la policía reservada, en sus habitaciones del Hotel del Jardín, situado en las calles de Independencia. Se teme por la vida del legislador que enjuició duramente al general Huerta desde la tribuna del Congreso, y luego en un severo documento público. La Cámara de Diputados, en su sesión de ayer, acordó nombrar una comisión que investigue lo sucedido al doctor Domínguez. Muchos opinan ya que el asunto no se refiere sino a uno más de los crímenes políticos que, a partir del cuartelazo del nueve de febrero pasado, se han venido cometiendo en el país. Recordemos algunos.

El diputado Gustavo A. Madero y el intendente de Palacio, Adolfo Bassó, muertos en la Ciudadela; el presidente Madero y el vicepresidente Pino Suárez, asesinados en las afueras de la Penitenciaría; un cierto número de personas ejecutadas en las demarcaciones de policía y en los cuarteles, durante lo que ya todo mundo llama decena trágica. Pero hay más casos: el depuesto gobernador de Chihuahua, Abraham González, fusilado en Mapula; el joven general maderista Gabriel Hernández, muerto en la cárcel de Belén; el diputado suplente Néstor Monroy y 17 personas más, asesinados en Azcapotzalco; el diputado Adolfo C. Guiñón, fusilado en San Jerónimo, Oax.; el diputado Serapio Renden, sacrificado en Tlalnepantla; el periodista y poeta nicaragüense Solón Arguello, asesinado en Lechería. Fuentes bien informadas aseguraron que en todos estos casos las órdenes de ejecución provenían de las más altas autoridades del gobierno huertista”.

Ya para entonce, mis valedores,  don Belisario Domínguez  había caído bajo los plomos de los sicarios del dictador. (La crónica de los horrores sigue después.)

Homofobia machista

Y quién lo dijera, mis valedores: tanto Obama como Francisco el pontífice ablandan tabús y prejuicios y se muestran menos contrarios al homosexual, su pareja y los hijos adoptivos. Perfecto.

Fue en este mismo mes, pero del 2006, cuando la Asamblea Legislativa del DF aprobó la postergada Ley de Sociedades de Convivencia, y yo dije y digo a todos ustedes:  el inválido, la mujer y la empleada doméstica, los denominados “grupos lésbico-gays” han sido hasta hoy víctimas propicias de marginación, mofa y befa, desprecio y piedra de escándalo. Y el revuelo que dicha ley provocó en el alto clero y las agrupaciones ultraderechistas. “¡Es un lobo con piel de oveja! ¡Tus hijos se verán afectados por acciones y leyes consecuentes que permiten que niños sean adoptados por parejas homosexuales! ¡Ya hay talleres dirigidos a niños que inculcarán la homosexualidad en escuelas, y si dos homosexuales actúan de manera inapropiada públicamente, la ley los defenderá, sin importar lo que tus hijos están viendo!»

En los medios de acondicionamiento social: “Diez tips (dicho a lo gringo de pacota) para salir del clóset”. Y el  número 9 de los tales “tips”: “Si quieres salir del clóset con glamour, di a tus familiares que eres actor y les puedes dar pases gratis para que te vean en algún foro café de la Condesa, montando Edipo gay«.

¿La razón de la homofobia que padece esta machista sociedad? Así la explica J.F.G  Escobedo en su ensayo aún inédito en nuestro país:  Identidad latina:

“Aun cuando el clero, con sus religiones, dice que somos enfermos, no puede probarlo, son sólo afirmaciones gratuitas. Lo absurdo, lo paradójico es que la iglesia católica, que como toda religión de Estado nos odia a los homosexuales, se sirvió de miles de artistas homosexuales en la historia para fabricar sus maravillosos templos y palacios.  Miguel Angel es un ejemplo.

Nuestra historia mejicana está henchida de pasajes grandilocuentes en este rubro, en este campo tan delicado de la homosexualidad. En el siglo XVI el Soldado Cronista conquistador de Méjico-Tenochtitlan, don Bernal Díaz del Castillo, en su mayestática obra maestra de la literatura universal denominada Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España (…), dice que habiéndose reconciliado después de encarnizado pleito con el  Gobernador de Cuba Diego Velásquez durmieron juntos para señalar su entrañable amistad estos concuños, pues eran casados con dos hermanas.

Jerónimo de Aguilar aprendió la lengua maya después de haber vivido como esclavo de un cacique en Yucatán. Jerónimo cuidaba las indias del serrallo de ese reyezuelo del sureste mexicano, pues el monje se caracterizaba por ser piadoso y respetar a las que andaban ellas todas desnudas.

Estamos ciertos que sólo son eufemismos para evitar declarar que era homosexual y, evidentemente no tenía pulsión por la mujer este dulcísimo hombre; por ello en los libros españoles, que son los documentos con los que contamos, suelen emplearse términos cristianos como piedad, virtud y respeto, pues de quien siquiera se insinuara que era gay y acababa en las mazmorras del Tribunal Del Santo Oficio de la Inquisición, quien después nos pasaba a la Sala del Tormento y finalmente al cadalso o a la hoguera, sólo porque nosotros vamos contra los designios divinos del dios según las religiones judeo-cristianas, quedando aquí comprendida la mahometana.

Y que nuestra historia mejicana está henchida de pasajes grandilocuentes en este rubro, en este campo tan delicado de la homosexualidad. (Sigo después.)

Fantasmal

Noviembre,  mis valedores, el mes de los fieles difuntos, los ecos de ultratumba y el memento homo.  En estos días cenicientos me pongo tristón, memorioso, y recuerdo ese fantasmón que fue año con año  el ánima de noviembre: el Tenorio. Fanfarrón, fachendoso, de vida  hazañosa y efímera, ¿lo recuerdan ustedes? Era obligada en noviembre la aparición de Don Juan, pero lástima: al parecer, los  escenarios se olvidaron de él. Sin más.

Lástima, sí, porque noviembre era el mes del Tenorio. La tradición resucitaba al figurón de oropel, capa y espada, plumón al viento y desplantes de matasiete, que recorría los escenarios de esta ciudad (las callejas sevillanas, en la ficción) en su urgida brama nocturna de amoríos de traspatio y trasputín, que para el zafio resultan los más deleitosos.

Daba noviembre una vida efímera al romanticismo teatral del XIX español, que en el escenario se nos tornó hazañas y tropelías del héroe de fuegos fatuos y lances de encrucijada, el bigardón de la bravata y el voto a tal; el de las imprecaciones a cielos e infiernos y las (¿sabrosas?) agresiones de honras femeninas. Este mes daba vida pasajera, como toda vida que se respete, a la rendida y crédula doña Inés, y a la de esa Pantoja que ahora volvía a troncharse al asedio verbal, todo retóricas y prosopopeyas, del labioso logrón de todo lo que huela a cosa femenina. Aquí tomándolo en serio y allá entre befas, morcillas y chabacanas parodias, este mes y sobre el escenario resucitaba esa procesión de fantasmones que, pese a su tufo de cadaverina y formol, sobrellevan empaque de inmortales.

Es por gracia de esos imponderables que nunca faltan que el Burlador de honras femeninas se alzaba a la mitad del foro y resistía  el paso del tiempo, las glosas más burdas y las más crueles parodias, las más chabacanas de la industria del espectáculo. ¿Y esa tradición de noviembre se habrá muerto para nosotros? ¿Habrá muerto la tradición del Don Juan de las fanfarronadas y los queveres de alcoba, el de las balandronadas en metro octosílabo? ¿Se extinguió el azote de hogares con mozas honestas y hosterías con mozas del partido, que para el gusto del garañón tanto monta, monta tanto? ¿Nunca volverán el  raso y el terciopelo a clamar ya en serio o en son de burla aquello de que: no es verdad, ángel de amor?

A propósito: ¿es este Don Juan la representación de un determinado carácter humano? ¿Es un personaje posible, real, de tres dimensiones, o  no pasa de ser un sueño, y los sueños, sueños son? En algún punto sus estudiosos se ponen de acuerdo: no representa el Tenorio al prototipo del caballero español, ni al del aventurero, ni al del conquistador de honras femeninas; los elementos que forman su psicología son irreductibles a un ente humano. El don Juan es un mito, y los mitos, mitos son.

Eso será, pero su alzada de héroe a la altura de las galerías, su empaque de gallo, de macho garañón a ojos del vulgo, su mala fama, tan buena, de revolvedor de agazapados deseos y apetitos mal confesados, ¿quién se los quita? Formol, carantoña engolada muy al XIX español, ¿este noviembre no se echa de menos al sevillano de utilería, drama y parodia, para el que quiera algo de él?

José Zorrilla, creador del más conocido Tenorio: un dramaturgo que vivió 11 años en México para de vuelta a su tierra vilipendiarlo; uno que llevó vida arrastrada y que vendió su alma (su Don Juan) por mucho menos de lo que vale el dramón; uno que lo asentó en  su epitafio:

– Mi desgracia sería vivir todavía algunos años más.

(Y ya. RIP.)

Ratones

El ladrón vulgar te roba lo que tiene a su alcance:  auto, dinero,  reloj,  celular, la vida. El político ladrón te roba vivienda, salud, pensión, trabajo, educación,  prosperidad. El primer ladrón te elige a ti. ¡Al segundo ladrón lo eliges tú!  (Recibido en mi correo.)

¿Y nosotros? ¿Seguiremos ¡exigiendo! al enemigo histórico? ¿Demandar al tigre  que por amor a nosotros se torne vegetariano? Otros personajes emplea Tommy Douglas, político canadiense, para ilustrar su tesis. Aquí, recreada, su fábula, que desatenderla será peor para nosotros y mucho mejor para el enemigo de nosotros todos.

Era un país de ratones. Los pequeños roedores nacían y morían como ustedes y yo, e incluso votaban y se habían dado su propio gobierno,  integrado por gatos negros. Gordos, enormes, voraces…

¿Extraño que los ratones elijan un gobierno de gatos? Estudiemos la historia de México y podremos comprobar que los roedores, como afirma T. Douglas, “no eran más estúpidos que nosotros”. No estoy hablando mal de los gatos, dice. Ellos eran buenos felinos, ejercían el gobierno con dignidad, creaban buenas leyes, unas leyes excelentes… para los gatos, por más que funestas para los ratones. Una de ellas decretaba que la entrada a la ratonera fuese lo suficientemente grande como para que un gato pudiera introducir su pata. Otra estipulaba que los ratones sólo podían desplazarse a cierta velocidad para que el gato obtuviese su almuerzo sin esfuerzo físico. ¿Lo iremos entendiendo?

Las leyes era muy buenas para los gatos, pero tan rudas para los ratoncitos que de repente, cuando no pudieron soportar más, pensaron que algo tendría que hacerse, y fue entonces: echaron del gobierno  a los gatos negros… para sustituirlos con gatos blancos que habían realizado una soberbia campaña electoral. “El problema son las entradas redondas a las ratoneras. Si nos elijen decretaremos por ley entradas cuadradas”.  Los ratones aplaudieron.

Se votó por los  blancos. Las ratoneras fueron  cuadradas y el doble de grandes. A los gatos les fue posible meter dos patas en ellas. La vida de los ratones se tornó crítica. Y a  buscar el remedio.

De repente… ¡eureka! Cuando los ratones ya no pudieron soportar esa situación votaron a favor de los gatos negros, que regresaron al poder antes de que, desilusionados, los ratoncitos acudieran a gatos mitad negros y mitad blancos. Coalición, llamaron a la maniobra, que resultó peor. Desesperados, los roedores votaron por un gobierno de gatos de piel moteada que producían sonidos idénticos a los de los ratones. Pues sí, pero lástima: comían como gatos.

¿Entendemos ahora? El problema no está en el color de los gatos. El problema es que se trata de gatos, que como gatos cuidan los intereses no de los ratoncitos, sino de ellos mismos. ¿Algún día lo llegaremos a entender, a  adquirir conciencia de enemigo histórico?

Y fue entonces. De repente, el escándalo: llegó un ratoncito con una idea (mucho cuidado con quien tiene una idea): “¿Por qué seguimos eligiendo a los  gatos? ¡Elijamos un gobierno de ratones!

– ¿Que qué?  ¡Terrorista!, la masa ratonil.  «¡Enciérrenlo!” Y lo encarcelaron.

“Pues sí, los ratones pueden encerrar a hombre o ratón, pero no encerrar una idea”. Mis valedores: ¿lo entendió alguno? ¿Lo comprenderían los “activistas” que ¡exigen! a los gatos que por amor a nosotros cambien su dieta a yerbajos, y a los ratoncitos nos dejen en paz?

Porque, lo afirma E. Morrow, «una nación de ovejas engendra un gobierno de lobos». (Alerta.)