¿Eso fue el Dos de Octubre..?

Sigue aquí, con sus añadidos, el tema que traté en nuestro Domingo 6 de Radio Universidad el domingo antepasado, material de la página valedor.org, por ahora no disponible.

Terrorismo, veladoras en marcha y los consabidos compromisos del Sistema de poder, que nos mantiene en la cultura del reniego, las demandas y el pensamiento mágico: «Ustedes exijan, tomen la calle y a todos los rumbos arrojen, de pregón, el conjuro: «¡Exigimos! ¡Este puño sí se ve!» Yo ni los veo, ni los oigo, ni siquiera los siento. Pero ustedes sigan delegando en el enemigo histórico del cambio que tanto precisa el país, y que nadie, si no son ustedes, van a lograr, cuando se organicen, si es que se organizan alguna vez…

Ustedes no crezcan, nunca asuman su responsabilidad como ciudadanos. Ustedes sigan delegando en su papá gobierno. Papá no es, no les cumple, nunca les ha cumplido, nunca les va a cumplir, pero ustedes sigan confiando en él y, por eso mismo, exigiéndole ¿Pruebas de que sus tácticas son obsoletas? No las ven porque no quieren, cuando tienen ahí, al alcance de la vista, el patético caso de los maestros. ¿Exigiendo al Sistema cumplimentan sus causas, justísimas? ¿Con marchas han logrado sus metas? Othon Salazar, fines de los años 50s. ¿Qué dice la Historia?

Pero ah, qué imponente espectáculo el de una ciudad que gracias a los mentores se torna hemipléjica y de unos automovilistas frenéticos que los maestros convierten en enemigos. Quizá, de vez en cuando, para que no le pierdan la fe a las mega-marchitas, el Sistema les va a otorgar pequeñas ventajas, mezquinas dádivas, y no más. De esa manera los mantiene inermes, desmovilizados, desorganizados, agrupados en muchedumbres, en multitudes. «¡Este puño sí se ve..!» Como en los tiempos del PRI-gobiemo

En tiempos de aquel priísmo que amenaza con retornar las masas sociales (no la ciudadanía, que alcanza tal grado cuando se ha dado un gobierno al que obedece como su mandante) se sentían protegidas por la figura presidencial. Eso, en los tiempos funestos del presidencialismo autoritario, pero hoy, con un chaparrito, jetoncito, que ha mostrado su debilidad, ¿seguir delegando en él? ¿Seguir exigiéndole protección a este gobierno que no tiene fuerza para defenderse a sí mismo, que permitió al gringo embombillarnos la Iniciativa Mérida para luego correr a pedirle chichi hasta Nueva York..?

Morelia, Mich. El ataque, esta vez, ha sido contra nosotros. Contra todos nosotros. Y por más que los miembros de La Hermandad juran que han de vengarnos, ¿ahora delegar en ellos? ¿Delegar en La Hermandad esta vez? ¿En la Guadalupana primero, luego en Dios, en el gobierno más tarde, y en la lotería, las limpias, las fraudulentas brujas y Amiras, y ahora en La Hermandad? ¿Cuándo comenzará a darse en nosotros el ejercicio de pensar, y en un acto de humildad caer a la certidumbre de que no somos infalibles, de que estamos propensos al error, de que nuestras tácticas no tienen por qué ser perfectas, de que tal vez no lo son, y tras del ejercicio de autocrítica abocarnos a crear nuevas formas de acción, esas para las que el enemigo histórico aún no sintetice el antídoto, que entonces tendremos que volver a crear formas de lucha? Mientras tanto…

Esas tácticas ya se están creando ahora mismo, y se basan en la herencia mejor del 68, la herencia que hoy nos intentan falsear con el pregón de que «El dos de octubre no se olvida», pero que sí, que ya se ha olvidado y se sigue olvidando mientras nos hagan creer que no olvidar el 68 es tener presentes sus anécdotas: marchas, arengas, proclamas, postulados, luchas callejeras, canciones de protesta y toda la sucesión de sucesos, atroces, que se sucedieron la tarde y la noche de Tlatelolco. Mis valedores: ¿eso fue el 2 de octubre..?

No. Recordar las anécdotas y repetir: «El 2 de octubre no se olvida» es desperdiciar su legado; significa que por pura ignorancia nos hemos convertido en colaboracionistas del enemigo histórico de ese cambio cuya estrategia se delineó a partir de Tlatelolco. Aquí, en su lobreguez, la respuesta de los estudiantes de Morelia a las acciones terroristas del 15 de septiembre:

«Estudiantes de diversos bachilleratos marcharon en silencio por la calle principal de esta capital. Vestidos de blanco con flores y enlazados de los brazos salieron de…»

Y son los herederos de la Conferencia Estudiantil del 63. ¿La conocerán, cuando menos? Ah, los estudiantes. (México.)

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