Sangre y lodo, Tlatelolco…

Los periodistas al servicio del Poder, mis valedores. La espinosa relación de ciertos periodistas con algunos políticos, relación que a lo largo de los 70 años de PRI-Gobierno fluyó tersa y bien aceitada, y que ahora se tensa, se crispa y se torna conflictiva Hoy (presidentito nuevo, dónde te pondré), estos periodistas se aplican a buscarle carisma y estatura al de Los Pinos, mientras estos otros se dedican a atacar a «López», que así les contesta:

No quieran darse baños de pureza diciendo que son muy objetivos, muy profesionales, porque ya se empanizaron. Han enseñado el cobre muchos comunicadores e intelectuales. Se han quitado la máscara y han actuado como alcahuetes del régimen de la derecha.
Los reniegos de AMLO, sí. Yo, en mis oídos los retumbos de las masas que con la toma de calles y zócalo capitalino conmemoraron la masacre (que no genocidio) de Tlatelolco, reproduzco documentos periodísticos por demás elocuentes. Juzguen ustedes.

En la noche del PRI-Gobierno ciertos periodistas medraron con el ataque gratuito y el elogio pagado. Lo relató en 1999 Mario Renato Méndez, director general de la revista Por Esto: «Una madrugada me llaman y me dicen: ¿Cuánto te tocó? / ¿Cuánto me tocó de qué? / No había reconocido la voz. / No te hagas, que también tú recibiste tierras en Cancún / Me empezó a sonar familiar la voz, pero no la reconocía bien. / ¿Quién habla?, pregunté. Era El Mulixto, o sea Luis Donaldo Colosio. Yo le decía así: Mulix, y él me decía El Grandote. Y empieza la plática y me voy enterando que Carlitos Menéndez Navarrete recibió 300 hectáreas para guardar silencio, silencio absoluto sobre las actividades del narcotráfico en Quintana Roo»

Por contras, el periodicazo contra el movimiento estudiantil de 1968:

«Transformados en opulentos burgueses, algunos montaron una grotesca conspiración golpista en Francia, Alemania y México, para derribar a sus respectivos gobiernos y montar la dictadura marxista Esto ocurrió en el verano-otoño de 1968. Se estrellaron contra De Gaulle y Gustavo Díaz Ordaz, a quienes apoyaron resueltamente sus ejércitos. Además, sólo contaron con la militancia aborregada de la clase social más fácilmente manipulable por su inexperiencia e inmadurez: algunos estudiantes de algunas universidades dominadas por la caterva intelectualoide del marxismo…

Utilizaron a su santón y lamebotas castrista: Lázaro Cárdenas, quien montado en el toldo de su auto, en el zócalo capitalino, arengó a una masa de gritones para ocupar Palacio Nacional. La respuesta de los motineros fue el lema favorito de los enemigos de México: «¡Revolución Sí, Olimpiada No..!»

Pero los obreros, los campesinos, las clases medias y la Nación entera les dieron la espalda, repudiando su intentona golpista (…) Los muchachitos ingenuos que siguieron a los intelectualoides apoltronados en sus despachos de la UNAM, fueron las víctimas de esa criminal conjura.

El 2 de octubre de 1968, los traidores lanzaron a las juventudes a su última trampa sangrienta (…) La estrategia sería provocar a nuestras Fuerzas Armadas (…) Nuestro Ejército Mexicano no cayó en la trampa. Nuestros soldados y su jefe en aquella tarde, Gral. José Hernández Toledo, fueron agredidos inicialmente por los francotiradores terroristas que previamente se habían escondido en lo alto de los edificios. La respuesta fue doble: el Ejército protegió primeramente a los civiles que se vieron envueltos en la balacera Y después dirigió el fuego contra los francotiradores. El complot traicionero de la antipatria roja fue aplastado y el Ejército Mexicano salvó a nuestra nación (…) Si México es libre actualmente es gracias a la valerosa y fiel acción del Ejército Mexicano, que afrontó la guerrilla del golpismo extranjerizante, fundado en las férreas y patrióticas voluntades del Presidente Gustavo Díaz Ordaz y del General Marcelino García Barragán, su secretario de la Defensa

Al ser designado embajador en España en 1977, ya como ex presidente, el licenciado Díaz Ordaz recordó en una tempestuosa entrevista de prensa, que si de algo se sentía orgulloso era de su conducta en esos trágicos meses del otoño del 68, pero de lo que más se sentía seguro y orgulloso era de sus acciones ese 2 de octubre, pues había puesto todo en la balanza ‘mi seguridad, mi nombre, mi honor, mi vida misma pero al fin salvé a México de haber perdido nuestra libertad. Eso lo estamos gozando todos, incluso usted, muchachito, pues si no hubiera ocurrido así, usted no estaría allí preguntando’.
Sí hubo ganadores y sí hubo derrotados. La conjura comunista del 68 fue la gran derrotada En cambio, México y sus libertades salieron ganando, gracias a la firmeza patriótica de Gustavo Díaz Ordaz y nuestro Ejército Nacional. ¡Y que sigan chillando su hecatombe los huérfanos del Kremlin..!»

El periodismo, mi oficio. (Dios.)

Un comentario en “Sangre y lodo, Tlatelolco…”

  1. El pediorista,Nick Robinson del times;dice mi trabajo consiste en imformar sobre lo que estan haciendo o pensando las personas que estan en el poder. Eso es todo lo que se puede aser en un trabajo como el mio. No somos periodistas de investigacion. conciencias compradas,mentes malipuladas,pedioristas serviles,lenguas que solo escupen veneno mortal.

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