¡�ste es un asalto!

Exacto, la inseguridad pública, ese problemón y uno de los principales factores de desgaste que a los ciudadanos nos mantiene entre la zozobra, la angustia y el pánico, el sistema nervioso hecho trizas y en un permanente estado de crispación. Y cómo pudiésemos evitarlo si todos, o casi todos, alguna vez hemos sido víctimas de la delincuencia. Porque, mis valedores: ¿quién no pudiera referir un hecho violento perpetrado en su campo familiar, laboral o del vecindario? Horroroso. Pero entonces, a lo instintivo y visceral:

– ¡Joel Ortega y Bernardo, ineptos! Que renuncien, si tienen vergüenza!

A lo estéril e irreflexivo, sin más. Pero un momento: ¿nos hemos puesto a pensar en cuál puede ser la fuente, la ubre de esa violencia, y cómo hoy día es punto menos que imposible la solución? Mientras tanto, ¿no podríamos poner en práctica, nosotros, un plan defensivo contra las embestidas de la delincuencia? Uno como este que propone el especialista («si los asaltantes y los secuestradores tienen un plan, ¿nosotros por qué no tenerlo?»):

Para empezar, las zonas de más asaltos son, tomar nota: el Zócalo, la Zona Rosa, las colonias Del Valle y Polanco, Guerrero y Cuauhtémoc. El plan:

Precauciones generales.- Cuidarnos de los limpiavidrios y no permitirles que se trepen al cofre. Casi siempre es una maniobra para observar lo que traemos en el vehículo – Cargar con nosotros por lo menos mil pesos, para tener algo que entregar en caso de asalto. Portar una sola tarjeta de crédito. Tener en cuenta que por cada tarjeta se pueden retirar 4 mil pesos. Si se trae por lo menos 3, representa una pérdida de 12 mil pesos, que se pueden convertir en 24 mil si se retienen esas tarjetas hasta el siguiente día.

A menos de que se tenga que llevar a cabo algún trámite bancario o de índole semejante, donde sea indispensable, no traer consigo la credencial de elector – No portar tarjetas de presentación ni fotografías de familiares en la cartera – No mostrar en la calle el teléfono celular – Si suena y vamos caminando por la calle, pegamos a la pared, observar hacia ambos lados, contestar y pedir que quien llama que marque después – Observar siempre manos y ojos de cualquier extraño que camine hacia nosotros. Si oculta las manos en los bolsillos posiblemente traiga un arma.

Cuando se aborda un taxi.- verificar placas. Si corresponden a la Ciudad de México tienen una banda verde. No abordar aquellos taxis que tengan vidrios polarizados o los que no tienen placas. – Una vez en el taxi, verificar que la foto del tarjetón esté actualizado y coincida con la persona que conduce el vehículo. Enseguida llamar a casa por el celular, para decir el número de las placas y la descripción del vehículo, así como en cuánto tiempo se piensa llegar. De no haber nadie en casa, fingir la conversación. -No esperar taxi en la calle – De preferencia usar taxis de sitio.

Cajeros automáticos.- No acudir solos a retirar dinero – Evitar los cajeros que se ubican en rumbos solitarios o desconocidos – Cuando retiramos dinero pedir al cajero que cuente nueva-
mente en forma lenta el dinero. No es recomendable volverlo a contar frente a los demás.

En un restaurante.- Sentarse en un lugar que se encuentre cerca de una salida de emergencia y en donde simultáneamente tengamos a la vista la entrada principal. Estacionamos lo más cerca posible de los centros comerciales. – Al salir y abrir el vehículo, no apuntar con el control a más de 50 centímetros de distancia. Alguien puede estar observándonos y aprovecharse de que el vehículo queda abierto.

En la calle.-
Caminar lo más despegados posible de la pared. No transitar por calles oscuras. Cuando en la calle nos pidan la hora, seguirnos de frente. No sabemos cuáles pueden ser sus intenciones.

Factores de riesgo.-
Persistir en las mismas rutas – Viajar solo – Frecuentar áreas inseguras. Exhibir objetos de alto valor: joyas, laptops, celular, etc. En caso de ser asaltados mientras abrimos el auto.- Levantar las manos, nunca ver de frente al asaltante: mirar hacia abajo y escuchar lo que nos demande. Las alternativas en esta emergencia son: no permitir que nos suba al auto (98 por ciento de las personas que son levantadas mueren en el intento de escapar), sino tratar de negociar: «Llévate el auto, mi dinero, la cartera, etc.». Ser siempre claro en los movimientos y efectuarlos con lentitud. Facilitarle la maniobra. Por ejemplo, «Tranquilo, voy a hacer todo lo que me dices. Tengo mi cartera en la bolsa derecha y la voy a sacar. Tranquilo».

En caso de que insista en subir al auto a la víctima, fingir un desmayo o un ataque de asma. Tal vez se reciba un par de patadas, pero el asaltante podrá desistir de la maniobra y se retire. – Si el asaltante logró subir al auto a la víctima: no verlo. ¿Medidas preventivas contra secuestros «express»? (Pronto.)

2 opiniones en “¡Ã?ste es un asalto!”

  1. Cargar con nosotros por lo menos mil pesos, para tener algo que entregar en caso de asalto.
    ¡Mil pesos! pero si es el gasto familiar de por lo menos de una semana! Que se conformen con cincuenta pesos …y en morralla.

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