Inocente palomita…

Las supersticiones perpetúan el odio y la injusticia. Son residuos fósiles de creencias ya extinguidas. Del remoto pasado, inmensos sepulcro, se levantan sus fantasmas para cruzar el paso a los que investigan la verdad. Son males que en el porvenir tendrán remedio, si no es irreparable la mentira que esclaviza a los hombres ni a la ignorancia que los domestica…

Exacto, mis valedores: la industria del pensamiento mágico, esa superchería que ofician videntes y brujos, santones y augures, chamanes y demás cáfila de vividores que medran con la ignorancia del crédulo, del pobre de espíritu necesitado de creer, a lo irracional y desatinado, pero creer en algo que sea él mismo ni un gobierno de tantas promesas incumplidas. Lóbrego.

Ayer les hablé de los adivinos que, fiados en nuestra mala memoria, a fin de año predicen lo que ha de ocurrir en el próximo. Fue así como un Tirso Vázquez anunció el triunfo inminente de Vázquez Gómez en Guanajuato y de Francisco Labastida a nivel nacional, y un Román López la candidatura de Arturo Núñez para Tabasco, y para Los Pinos a Labastida. Una vidente Mezquina, mientras tanto, columbraba en los astros que el actual gobernador de Morelos sería Becerril Straffon, priista. ¡Brujos..!

Hablado de charlatanes: en 1987, el reportero se acercó a una tal Amira Cervera, yucateca y astróloga y tarotista del encierro de Televisa, y le interrogó sobre el posible sucesor de M. de la Madrid. Contestó la adivina:

– Ya lo predije, y no fue nada fácil. Para lograrlo tuve que hacer tres tendidos de cartas con arcanos mayores del tarot.
Y que los arcanos eran una especie de astrología política, donde cada «casa» corresponde a una instancia gubernamental. Ayer nos quedamos en la Octava casa, relacionada con «la deuda, los impuestos, el tesoro».

– La Novena casa se encarga de los asuntos trascendentales de la comunicación con el extranjero: Relaciones Exteriores. Décima casa.- El monarca del país, el honor y el prestigio nacional. Undécima (sic) casa.- Aquí se incluyen los anhelos de felicidad del pueblo para su bienestar, los proyectos e ideales. La Constitución y la Cámara de Diputados y Senadores. Duodécima casa.- Abarca los hospitales, la beneficencia pública y las cárceles: el Poder Judicial y la Secretaría de Salud. Ã?sa es la astrología política, señor reportero.

– ¿Así que el tarot no falla, señora?

– No sabe fallar.

– Y para el tarot, después que hizo usted tres tendidos de cartas con arcanos mayores, ¿cuál resultó que será el designado por Miguel de la Madrid para la sucesión presidencial, señora?
Pausa. Un instante de silencio. Luego, con tono decidido y firmeza en la voz, lo afirma Amira Cervera, astróloga y tarotista yucateca:

– El bueno para la sucesión presidencial de 1988, según la astrología política., .¡ese el señor licenciado don Manuel Bartlett! Y el tarot, señor reportero, ¡el tarot no sabe fallar..!

Todo esto, mis valedores, encierra su muy buena moraleja, ¿pero cuál…?
Y ocurrió hace un año por estos días, cuando el psíquico Dagoberto Sandoval dio a conocer sus predicciones para el año que terminaba, pronósticos que abarcaron sólo tres áreas muy específicas: la nacional, la internacional y la universal. De esta última destacan las siguientes:

«Se descubrirán dos nuevos planetas, en uno se asegura que existe vida, y se determinará la construcción entre la tierra y la luna de una ciudad en forma de estación espacial». En lo internacional: «Los países del Medio Oriente tendrán un respiro y habrá cordura. México: «Gran parte de las familias mexicanas dejarán de emigrar. El trato con los migrantes será más humano. Habrá nuevos empleos. El problema de Chiapas se solucionará políticamente. Se descubrirá una gran veta de oro y uranio, y yacimientos petroleros más ricos que los existentes». Válgame.

Por último, Antonio Vázquez, que a lo modesto se autonombra «Brujo Mayor de México». El reportaje, en Reforma:

– Se acaban las cartas, don Antonio, y no ve usted a un candidato que pueda ser el Presidente para el 2000.

– Bueno, haberlo preguntado antes. Sí que lo veo.

Una pausa. Se mesa la espesa barba que le llega al vientre y deletrea un nombre y un apellido. Y así, con la ayuda de los astros y la propia fuerza astralrel brujo mayor va deletreando el nombre del sucesor de Zedillo:

Mi-guel-A-le-mán…

¡Brujo! Mis valedores: ¿este fin de año también? ¿También ahora acudir, recurrir a esa recua de charlatanes? ¿Seremos tan pobres sobre todo de espíritu? (En fin.)

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