Preocupante el suceso que hace días ocurrió con la Bicha y el Rosco, incidente que empecé a relatar el pasado viernes. Júzquenlo ustedes.
El día que les cuento los consentidos de la familia ronroneaban su siesta de la media tarde aquí, frente a la computadora, mientras yo, a lo masoquista, por el diario enterábame del esperpento nacional, comenzando con esa forma de comunicación verbal del de Los Pinos, que hablando de ecología y respeto a la vida afirmó que “así matamos dos pájaros de un tiro”, o esa comunicación escrita, tan zafia como la presidencial, o casi, y tan novedosa, como es la de los recados que se entrecruzan de cartel a cartel, ya en cadáveres descabezados, ya en cabezas desprendidas del tronco. “Pa que aprendan a respetar”. Firman “los setas”. Rebasaba ya esa sección y me acercaba a los pestilentes linderos de la nota roja, o sea la politiquería nacional, cuando ahí el felino incidente.
Allá, varios pisos abajo, sin ruido y sin anunciarse, llegó el veterinario que vacunaría a la Bicha y el Rosco. De repente, el mundo en silencio y mientras Mayahuel tomaba a la Bicha y al Rosco el Ariel, ahí los mininos se engrifan, revuelven y encrespan, y ahí el maullar y el rechinar de dientes. Ya terminada la actuación del veterinario y el par de gatos escondidos en alguna covacha de alguna azotea, mis brazos trizados a arañazos tomé el periódico y válgame, el arañazo de la Bicha Beatriz:
– ¡El PRI va a volver a Los Pinos porque los actuales olvidaron sus promesas para acordarse de sus arcas personales!
¡Así lo acusaba el PRI de los Salinas, Montiel, la Gordillo y Romero Deschamps! Ahora los arañazos los sufrí en pleno espíritu. ¿Conque volvemos a las andadas? ¿Conque las masas nada de escarmentar? ¿Conque puntea en las encuestas ese Revolucionario Ins. que creó, institucionalizó y durante 72 larguísimos años usufructuó una desmesurada corrupción lucrativa e impune? H. Tajonar, editorialista: “La regresión democrática parece irrefrenable”. Sí, la priofilia de las masas sociales, su incultura política, su desmemoria, su mansedumbre ante el duopolio de TV. El inminente retorno del PRI a Los Pinos sería “un infamante retroceso y una tremenda dosis de cinismo que es preciso evitar”.
¿Cómo fue que el par de mininos presintió el peligro? ¿Qué intuición les encendió focos rojos en el cerebro? ¿Qué sexto sentido, qué sexto instinto los llevó a ventear el peligro, ignorantes como estaban de un veterinario desconocido que llegó sin apenas darse a notar? ¿Cómo la Bicha y el Rosco lograron presentir los harponazos de las vacunas? ¿Cómo ventearon la agresión a su físico? ¿Qué pulsión primitiva de los primitivos tiempos los alertó? ¿Habrá madre más sabia que Madre Natura, que así dotó a dos mininos del instinto de sobrevivencia capaz de captar el peligro? Yo, asombrado al prodigio: ¿por qué madrecita Natura no nos dotó a los humanos de una centésima parte de la capacidad de ventear el peligro con que equipó al Rosco? ¿Por qué a los mininos sí y los humanos friéguense con esa plaga que en la historia del país hemos padecido, el Revolucionario Ins en Los Pinos? ¿Qué nos sobra a los humanos? ¿A los mexicanos que nos hace falta? ¿Ya extraviamos de raíz la memoria histórica? ¿Ya no tenemos los nuestros, ya los perdimos, nunca los hemos tenido, nunca los vamos a tener, nunca habremos de convertirnos en ciudadanos? ¿El PRI de nuevo? ¿De nuevo el PRI? ¿Seguiremos pensando, como única opción, en esos partidos políticos? (Dios.)