Calígula, visionario

Calígula, sí, emperador de la Roma imperial que la historia flagela tanto como a Nerón, pero que en el imperio aplicó medidas de estadista. ¿Un ejemplo?  Tanto amaba a alguno de sus validos que en vísperas de una carrera del circo mandaba soldados a imponer silencio en el vecindario para que nadie turbase el descanso del bienamado al que mandó construir una residencia de mármol y un comedor de marfil, todo habilitado con muebles, esclavos, mantas de púrpura y collares de perlas. Incitatus se llamaba el agraciado, era un caballo y Calígula lo nombró cónsul. He ahí al noble bruto recibiendo las multitudinarias aclamaciones del pueblo romano, tantito más bruto que el propio caballo, él sí garañón  de tamaños en su nidal, no como el noble pueblo romano. Incitatus.
¿Los magistrados  de la Suprema Corte y demás colegas del penco no se opusieron? Pencos de condición lacayuna, ellos aplaudieron el nombramiento del equino como a su hora los muy equinos habían aplaudido masacres y aplastamiento de mineros y electricistas y dictaminado que el papel de los bellacos que propiciaron la quema de 49 criaturas no fue de “responsables”, sino tan sólo de  “involucrados”. ¿No fue suficiente justicia el que el cónsul decretase el cinco de julio “Día de duelo nacional”?
Bruto y analfabeto era el penco, pero menos penco y menos bruto que sus congéneres del gobierno porque tuvo el tino de no tomarse en serio ni llegar al cónsul en calidad de espurio ni de impostor. Incitatus no cargó al erario más allá de la cebada dos veces al día y yegua a su hora. El penco (¿moral personal, conformación de sus pezuñas?) nunca fue denunciado de sinverguenza, depredador y traficante de influencias; no pasó a la historia como bandido que se enriqueciera con todo y amantes, esposa, hijos y nietos per secula seculorum. Incitatus se concretó a relinchar, no a ventosear discursos. ¿Y los Incitatus sexenales? ¿Y sus fraudes del tamaño de PEMEX, Fobaproa, Lotería Nacional? ¿Y los saqueos de Salinas,  Montiel y compinches estatales?   ¿Incitatus alcanzó la degradación del Incitatus percherón, tan dañero que a la pura ley de sus puros (vanos, hueros) me embombilló en Los Pinos a otro tantito peor?
¿Imposición de Calígula? Lo fue, por supuesto. ¿Y no son impuestos los Incitatus del gabinete sexenal? ¿Que el pueblo romano ovacionó al noble equino de la Roma imperial? Lo ovacionó, sí, pero al Incitatus Lozano, de la Sec. del Trabajo, ¿algún mexicano que no fuese equino lo ovacionaría? ¿Y al Incitatus de la SEP, al de Economía, al de Hacienda y al alcahuete de todos ellos, el Chava Casillas de la Función pública? ¿Aplaudiría a jueces, ministerios públicos e Incitatus capones  de la Suprema Corte?  ¿A políticos Diegos,  yunquistas, cristeros tardíos y beatos del Verbo Encarnado?
¿Estadista Calígula? Sí. Con Incitatus no arruinó un imperio hasta ahogarlo en sangre, droga y crisis económica. El emperador sentaba sus dos reales en su palco del coliseo, pero para solazarse con el espectáculo de unos cuantos infelices despedazados, no de 23 mil. Ante el destazadero y la carnicería Calígula nunca tuvo la cachaza ni la  vocación de Perra Brava como para largarse a disfrutar del clásico pasecito a la red, y quede atrás el descuartizadero de cabezas sin cuerpo y cuerpos descabezados.  El cónsul equino, mis valedores, respetó el erario público de la Roma imperial.  ¿Y los Incitatus de algún imperio fallido y en decadencia? ¿Esos qué? Los que van a morir te saludan. (Vale.)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *