‘Haiga sido como ‘haiga sido…

Aquello, horroroso, fue perpetrado en 1988 por el gobierno priista del mediocre De la Madrid, que torció el resultado del proceso electoral para despojar del triunfo a Cuauhtémoc Cárdenas e imponer en Los Pinos al tecnoburócrata Carlos Salinas. No iba a ser hasta diecinueve años más tarde cuando, una vez más, el ánimo colectivo se lastimara en lo vivo, y se produciría la crispación, y las masas habrían de polarizarse una vez más ante la certidumbre de una renovada burla de la voluntad mayoritaría. Es México.

Pues sí, pero cuando menos el tecnoburócrata, tan dañero como iba a resultar para nuestro país, mostró determinación y firmeza en sus decisiones de gobierno. Ese no comenzó su gestión de proyanki con entreguismos del calibre del Plan Washington, alias Iniciativa Mérida. No desde el principio, cuando menos. ¿Lo dije antes? Es México.

Fraude de 1988. Fraude del 2006. Los papeles se han invertido. Ayer el PAN fue cómplice del PRI. Hoy, el PRI lo es del Blanquiazul. Ayer, compinche de Salinas fue el panista Fernández de Cevallos. Salinas es hoy el compinche de Fox y su camarilla, que impusieron al de Los Pinos. Sin más. Ayer, al respaldar la propuesta del priista Fernando Ortiz Arana de incinerar las casi 10 toneladas de paquetes electorales que certificaban el fraude, la «razón» del panista Fernández de Cevallos:

‘Ya nada representan y nada significan. A la historia nadie la puede reformar. Por eso nos pronunciamos por que se destruyan los paquetes».

Pues sí, pero interrogado al respecto en julio de 1994, él ya como candidato presidencial de su partido, eludió precisar si era necesario reabrir la investigación para llegar a la verdad:

Acción Nacional apoyó al PRI para que se quemaran los paquetes electorales de 1988 porque esa elección presidencial es parte ya de la historia y porque no deben seguir alimentándose ni odios ni rencores. Por ahora yo, como candidato a la Presidencia creo que mi deber fundamental es hacer campaña, tratar de ganar adeptos y ganar la elección, pero no centrarme en los problemas del proceso anterior. Mi tarea fundamental es hacer campaña.

El entonces dirigente del PRI Ignacio Pichardo, entrevistado en 1994:

– La caída del sistema en 1988 es una cosa juzgada, en donde el triunfo de nuestro partido fue validado de acuerdo a la legislación vigente Para nosotros los priistas 1988 es una fecha de júbilo porque ahí se confirmó una vez más el triunfo de la Revolución Mexicana en el poder político del país.

1994. A los perredistas, el priista Florencio Salazar «¡Ya dejen de andar haciendo acusaciones sin fundamento! ¡Si tienen los elementos suficientes para probar lo que sostienen, preséntenlos o dejen ya de hacer escándalos!»

Emilio Chuayffet, ex-director del IFE-«En materia electoral, en México estamos desde hace muchos años en una sola línea, en la de la transparencia, y cualquier persona debe tener acceso a cualquier tipo de información ¿Los documentos del 6 de julio de 1988? Fueron destruidos en 1991 así es que la caída del sistema es imposible indagarla

Miguel González Avelar, uno que fue de los 6 aspirantes a la candidatura presidencial del PRI: «En 1988 las autoridades no actuaron de manera irresponsable Hicieron una proyección muy optimista de la capacidad tecnológica que estaba a su disposición,- lo que ocurrió realmente es que hubo tal flujo de información que el sistema se azolvó».

Octubre de 1994. Miguel de la Madrid: «¡Yo rechazo que el sistema de cómputo se haya caído! Esas fueron ideas de propaganda política El fenómeno fue tardanza en las cifras. Eso fue todo. ¡Lo demás son especulaciones sin fundamento alguno!»

Abril de 1999. ¿Hubo, o no hubo fraude electoral en 1988? Manuel Bartlett, titular de Gobernación, ¿fue o no fue mapache? El entrevístador, a un Miguel de la Madrid que recula en sus declaraciones de 5 años antes: «¿A qué hora empieza usted a enterarse el 6 de julio de que las cosas vienen mal?» «Después del mediodía» «¿De dónde supo?» «De Gobernación. Bartlett me dice: Oye, las cosas están saliendo muy negativas; las cosas vienen mal». Dije: «¿Vamos a perder? «No tanto, me contestó». Ya como a las siete de la noche me avisó que el DF estaba muy mal, que estaban muy mal en el Edo. de México y Michoacán. Entonces fue cuando Bartlett me dijo: No puedo dar estas cifras. Estarían muy ladeadas, y aunque después sigan las cifras de otros estados en donde vamos a recuperar, si damos desde el principio la tendencia a favor de Cuauhtémoc, después no nos van a creer». ‘La decisión de diferir la entrega de cifras, ¿fue de él?» «No, contestó De la Madrid. El me consultó. Yo estuve de acuerdo».

Salinas y Cárdenas. AMLO y el otro.

Es México, mi país. (El nuestro.)

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