Una noticia de miércoles, mis valedores: que anteayer habrá llegado a nuestro país toda una comitiva de legisladores EU que viene a afinar detalles del malhadado Plan Washington, alias Iniciativa Mérida. La gira incluye países de gobiernos proyankis: Guatemala, Paraguay, México, este país…
Antes de Chávez lo afirmaba el analista: Después de siglos la esencia anexionista de la doctrina Monroe se convierte en el principio rector decisivo del hemisferio. Con América del norte y Centroamérica bajo el control de Washington, el último campo de batalla anexorista es América del Sur.
Anexionismo que se inició apenas las colonias de la nueva república federativa se declararon independientes de Inglaterra. Ya en la primera mitad del siglo XIX lo proclamaba el North American: La anexión de México nos presenta la posibilidad más brillante. Décadas más tarde la corregía el Munsey Magazine: No anexión. Absorción es la palabra. La Historia nos da lecciones que permiten esperar confiadamente ese resultado: absorción…
¿Cómo una absorción de México? Controlando sus negocios, y con ellos las finanzas, la política y los aspectos sociales y culturales de este país. De nada iban a servir a los gobiernos entreguistas las lecciones de la Historia y las advertencias de los Bolívar, Juárez y el genio americano, José Martí, que ya desde el XIX clamaba en el desierto de la América Mestiza:
¡Cuidado! Estados Unidos tiene sobre nuestros países miras muy distintas a las nuestras! ¡Miras de factoría y de pontón estratégico! ¡Cuidado..!
Pero tales mensajes admonitorios no vienen sólo del XIX ni sólo de visionarios de nuestros lares. Yo, espulgando la Historia, encontré este urgido mensaje que hasta Fernando VI hizo llegar el Conde de Aranda, su ministro, y esto en la primera mitad del XVIII, cuando nuestro país aún no soñaba con la independencia como para que sus tecnoburócratas, cocacoleros, yunqueros y opusdeístas lo ofertaban a Washington. De las colonias recién desahijadas de la metrópoli inglesa el ministro español:
Esta república federativa (EU) ha nacido pigmea Mañana será gigante conforme vaya consolidando su consolidando su constitución, y después un coloso irresistible en aquellas regiones. En este estado se olvidará de los beneficios que ha recibido (de Francia y España) y no pensará más que en su engrandecimiento. La Libertad de religión, la facilidad de establecer las gentes en terrenos inmensos y las ventajas que ofrece aquel nuevo gobierno, llamarán a labradores y artesanos de todas naciones, porque el hombre va a donde piensa mejorar de fortuna y dentro de pocos años veremos con el mayor sentimiento levantado el coloso que he indicado. Engrandecida dicha potencia angloamericana, debemos creer que sus primeras miras se dirigirán a la posesión entera de las Floridas para dominar el seno mexicano. Dado este paso no sólo interrumpirá el comercio con el reino de México siempre que quiera, sino que aspirará a la conquista de aquel vasto imperio, el cual no podemos defender desde Europa contra una potencia grande, formidable, establecida en aquel continente y confinante con dicho país.
Para evitar la pérdida «de las ricas colonias», proponía se independizaran de España y formaran reinos, conservando tan sólo Cuba, Puerto Rico «y algún otro punto en el continente del Sur«. Porque de otra manera la metrópoli perdería sus colonias, absorbidas por el vecino rapaz. «Estos no son temores vanos, sino un pronóstico verdadero de lo que ha de suceder infaliblemente dentro de algunos años, si antes no hay un trastorno. La condición humana es la misma en todas partes. El que tiene poder y facultad de adquirir, no lo desprecia ¿Cómo es posible que las colonias americanas cuando se vean en estado de conquistar el reino de México se contengan y nos dejen en pacífica posesión de aquel rico país? No es esto creíble, y así la sana política dicta que con tiempo se precavan los males que pueden sobrevenir».
¿La Corte española? Despreció, como más tarde el gobierno de México, tan sabios pronósticos, tan certeros. Menos de un siglo después se perdería la mitad del patrio territorio. Por cuanto a la segunda mitad, el que había sido Secretario de Estado en el gobierno de T.W. Wilson publicó este reporte:
México es un país extraordinariamente fácil de dominar. Basta con controlar a un solo hombre, el presidente. Tenemos que abandonar la idea de poner en la Presidencia mexicana a un ciudadano americano. La solución necesita más tiempo, dijo; habría que atraer a sus universidades a jóvenes mexicanos y educarlos en el modo de vida «americano». Que alguno llegaría a ocupar cargos importantes, incluyendo la presidencia Sin necesidad de que gastemos un centavo o disparemos un tiro, ellos harán lo que nosotros queramos. Y lo harán mejor y más radicalmente que nosotros. ¡Ellos, los MM, Salinas, Zedillo, Fox, el chaparrito, jetoncito, de la Iniciativa Mérida! Mi país. (Ah, mi país.)
Más o menos lo que ahora lo que ahora es la Comunidad Británica de Naciones era lo que proponía el Conde de Aranda , pero era una propuesta demasiado novedosa para las rígidas estructuras mentales de la monarquía española. Lástima.