Semejante delito perpetran los de sotana y capa pluvial: violan en sus derechos a niños de escuelas al escamotearles ese, fundamental, de recibir en el aula el conocimiento científico para empacharlos de dogmas, milagros y pensamiento mágico. Y su trampa verbal, con la que hacen caer a los crédulos:
– ¡A los padres asiste el derecho a elegir la educación de sus hijos!
¿Y también a dragarlos? ¿A prostituirlos? ¿A azotarlos hasta que peligre su vida? ¿A educarlos en el dogma, el rezo, el milagro? No, que los derechos del niño, garantizados en los documentos básicos, abarcan esa educación científica que los padres no tienen derecho a violar. Para la educación religiosa el hogar, el templo, la catedral. Bonita se vería la basílica del bautisterio al altar mayo repletos de niños que estudian trigonometría Y lo escalofriante:
La jerarquía católica inicia una campaña para que el gobierno federal acepte introducir educación religiosa en las escuelas públicas…
La Unión Nacional de Padres de Familia (ese grupito, digo yo) exige modificar el 30. Constitucional para que se reconozca el derecho de los padres a educar a sus hijos de acuerdo a sus principios y convicciones, según lo estipula la Declaración Universal de los Derechos Humanos».
¿Y los derechos de los niños? ¿Esos qué? ¿Tienen todos los padres conocimiento y criterio para sopesar diferencias entre la educación científica y la dogmática? De tenerlo, ¿preferirían viola tal derecho del niño supliendo la ciencias por el milagro y la revelación? Y es que como las sotanas agarran blandito, integrantes de un gobierno clerical y yunquero, legionario de Cristo, Pro-Vida y caballero de Colón, ahora se van contra la interrupción voluntaria del embarazo, la muerte asistida y, como siempre, el libro de texto gratuito, que enseña «inmoralidades» sexuales a unas inocentes criaturas, hijas putativas de la programación de la TV. Grotesco. Aquí, el texto de cierto líbelo que hace tiempo circuló con la marca del clero y algún grupillo de padres de familia:
«Mamita, ¿no te enojas? Yo quisiera decirte: – no quiero ir a la escuela; no quiero ya estudiar. – ¿Por qué? …No sé qué pasa Las cosas que me enseñan, – el profe que tenemos, los libros que nos dan… – Y es que… (tú ya lo sabes)… no sé cómo decirlo – las cosas de la escuela, yo creo que están muy mal…
Nos dicen, por ejemplo, que las revoluciones – en las que mueren tanto y roban a cuál más, -son siempre provechosas, que dan más libertades, – que buscan la justicia que la «fraternidad». – Y de los guerrilleros, nos dicen que son buenos, -que son «libertadores», que ven por los demás… – Por eso, mamacita, quisiera preguntarte: – ¿Es bueno ser ratero? ¿Es bueno secuestrar..?
El libro nos enseña la foto de un chinito, – que dizque fue un gran héroe, allá por el Viet Nam, -que «liberó» a su pueblo… mamacita, te pregunto: – ¿Son buenos los traidores? ¿Es bueno asesinar..? -Que China es un ejemplo; que Castro es bondadoso; – que Cuba, un paraíso, que en Rusia hay libertad – ¡Que todos son iguales..! Mamita ¿no te enojas? Quisiera yo
decirte: ¡No quiero ir a la escuela! ¡No quiero ya estudiar..!
Las cosas de la vida, las cosas del Amos, – que crecen con nosotros en nuestra pubertad, – las cosas que son buenas, las cosas que son santas, -que tú misma dijiste debemos cuidar, – que son como una flor que se abre cual capullo. -Y que después de un tiempo un fruto nos dará. -Y que por eso mismo, para que no marchite, – con un pudor sagrado debemos cuidar… De esas cosas, mamita nos dicen en la escuela, -conceptos tan extraños que hasta vergüenza dan…
Tú misma me dijiste que nuestro cuerpecito – es un caballo brioso que quiere relinchar, – pero como un jinete, yo puedo dominarlo – si pongo gran empeño, si pongo voluntad. – También tú me enseñaste que debo de guardarme, – que mi alma es un tesoro, que debo entregar – el día que yo me case, y mientras, con modestia, – con alma alegre y pura, guardar la castidad. – Que el cuerpo es bueno, es santo; que no debo mancharle, – que si estimo en algo, lo debo respetar. – Y sin embargo, mami, el texto nos enseña – ¿que las masturbaciones son algo natural! Mamita, ¿no te enojas? Quisiera ya decirte: – no quiero ir a la escuela, no quiero ya estudiar. – Nos dice nuestro libro que todo cuanto existe, -que todo fue formado por vil casualidad, -que no hay un Ser Supremo, que el mundo se hizo solo,, – que no hay Orden Perfecto, que no hay Eterno Plan. – ¿Es cierto, mamacita que de hoy en adelante, – los niños en el mundo tan huérfanos están? -¿Es cierto que los niños, al terminar el día, -se tienen que ir solitos y sin poder rezar? – ¿Es cierto que no existe mi Ángel de la guarda, – que cuida con ternura mi sueño angelical? – Mamita, ¿no te enojas? Quisiera yo decirte: – ¡No quiero ir a la escuela! ¡No quiero estudiar!» Ah curas, ah, gobierno clerical. (Ah, México.)