Ya lo lleva a enterrar…

Ayer fue chile Hoy es México. Siempre ha sido, y por ahora seguirá siéndolo el Imperio del Norte. Ayer, para utilizar el país como laboratorio del modelo neoliberal en Iberoamérica, el susodicho se valió de un espadón matancero que enrojeció de sangre y dolor la tierra de don Salvador Allende. Esto decía en su informe a la Casa Blanca el vocero militar chileno:

«Las bajas se han producido por la resistencia armada y suicida que grupos extremistas han opuesto en los necesarios allanamientos que se han debido efectuar. Los prisioneros son en su mayoría extremistas y elementos desquiciadores para los cuales, previo interrogatorio, se ha determinado su cautiverio en espera de las resoluciones de la Justicia Militar».

Previo interrogatorio. Lo que «previo interrogatorio» significó para los detenidos en las cárceles militares de Pinochet, eso todavía hoy lo denuncian las crónicas sobre la dictadura. Pero el de vocación carnicera por fin se finó. Ha muerto el golpista que encuevado en el palacio de La Moneda, en Santiago de Chile, lo aseguraba, como años más tarde lo diría Bush, otro misticoide:

Dios me puso aquí. Su divina providencia. Mi poder es de origen divino…

Murió Pinochet, y su biografía cabe en dos fechas: 1915, cuando lo echaron al mundo en la ciudad de Valparaíso, y un 10 de diciembre del 2006, día en que sus días terminaron en deuda sin saldar con los muertos, los deudos, los desaparecidos, la Justicia, en fin. Entre esas dos fechas, un golpe de estado, una ininterrumpida sucesión de tradiciones y deslealtades, infinidad de torturas y derramamiento de sangre. Por culpa de tales, mis valedores, la Historia, no es eso que enseñan los libros de la historia La Historia es una gigantesca zopilotera y un gran hedor. Washington…

Ayer, para utilizar el pueblo chileno como laboratorio y conejillo de Indias del modelo neoliberal, la Casa Blanca destruyó el único estorbo: el gobierno constitucional de don Salvador Allende. Para ello, los estrategas de la CIA y el ejército de EU aplicaron una doble estrategia el golpe de estado, demoledor, precedido por una aviesa propaganda que fuese destruyendo imagen y gestión presidencial y prepararse el ánimo de las masas para asestar, sin demasiado costo político, el golpe de estado perpetrado por la junta militar aquel 11 de septiembre de 1973. Hoy, en nuestro país, para aplicar el continuismo de ese mismo modelo neoliberal por mano del ultraderechista sucesor de Fox, la Casa Blanca no precisó del golpe de estado, pero sí de esa misma campaña de propaganda manipuladora que aplicó desde los medios de condicionamiento de masas: radio, televisión y prensa escrita; en Chile fue contra don Salvador Allende, aquí, contra el candidato de la Coalición por el Bien de Todos, López Obrador. Esa maniobra fue suficiente. Y no me diga el ingenuo que el de julio pasado fue un proceso electoral donde en última instancia contaron los votos, el IFE, el TRIFE, la democracia, el estado de derecho y demás trampas unipersonales. Después del golpe de estado, los golpistas descalificaban de esta manera al periodismo extranjero que, escandalizado, publicaba noticias de tortura y muerte generadas en la dictadura de Pinochet y compinches:

«La Junta de Gobierno desmiente categóricamente a los órganos de radiodifusión extranjeros que han estado propalando falsas informaciones acerca del momento crucial que vive nuestra Patria, que ha iniciado el camino de la reconstrucción nacional llena de fe en el futuro. La Junta de Gobierno llama a la ciudadanía para solicitarle que dé crédito a las informaciones difundidas por la cadena de radio y televisión y la prensa escrita que representan la realidad de los derechos».

La propaganda que CIA y ejército contra-insurgente de Estados Unidos aplicaron en Chile para destruir a don Salvador Allende, ¿no es fácilmente identificable como la que impusieron décadas más tarde en nuestro país para aniquilar a López Obrador como candidato de la Coalición por el Bien de Todos? Va aquí, una síntesis de semejante estrategia manipuladora de masas. Conforme vayan leyendo, piensen ustedes si es o no reconocible como la misma que entre nosotros aplicó Washington desde todos los «medios», a lo machacón y reiterativo, en los meses previos a la fecha de votación. Sabrán entonces por qué el personaje contrapunteado con el carisma y ahijado de la mediocridad arrancó a las pobres clases medias y a las pobres clases pobres del país hasta 14 millones de votos. Aquí, algunos párrafos de la propaganda que Washington aplicó ayer en Chile y entre nosotros hoy

«Propaganda es la exposición de una doctrina particular con tanta intensidad, que deliberadamente cierra el pensamiento a todos los caminos menos a uno. Sus ingredientes esenciales son…» (la propaganda, mañana)

Un comentario en “Ya lo lleva a enterrar…”

  1. dos 11s. de septiembre, ¿meras coincidencias?, ahí siguen los ultras vitoreando y proclamándolo héroe nacional al traidor pinochet, el juicio universal es contrario al sanguinario.

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