¡FMI!¡Fox¡ ¡Calderón..!

El Neoliberalismo implanta una seudo-democracia que reduce las libertades políticas al voto con el que las masas eligen proyectos de gobierno que no están en posibilidades de hacer cumplir…

La realidad objetiva, mis valedores: dos fueron las estrategias que se enfrentaron. Una de ellas ganó. Perdió la contraria. Sin más. La que perdió no me duele tanto como me duele la que ganó. Porque en el proceso electoral que culminó el 2 de julio pasado ganó la estrategia del Poder y perdió la que hicieron suya los pobres del país. El Poder ganó por apenas 0.56 por ciento de la votación, pero por ese 0.56 por ciento ganó todo, y todo lo perdió el candidato que perdió apenas por el 0.56 por ciento. Ganó el Poder al armar una elección de Estado y empedrada de trampas electorales. ¿El resultado? Ese lo exhibió el pasado 1 de diciembre la realidad objetiva: adentro, encuevado y entre estridentes desahogos de repudio, el triunfador. Afuera, furibundos, los miles de mexicanos que tomaron la calle y protestaban ruidosamente contra la imposición. Afuera, la tribuna al aire libre y la iracundia multitudinaria. Adentro, un bunker el Auditorio Nacional, donde un vencedor arropado por Ejército, armada y policías, celebraba el triunfo.

Y aquí alguno de ustedes me va a interpelar: «Pues sí, ¿pero qué me dices de la repulsa masiva, del repudio popular contra el impostor: protestas a gritos, fuerza física y verbal, estallidos callejeros de repudio, toma de calles y de tribunas, desplegados de prensa con cientos, miles de firmas contra la desmesura del Poder..?» Y yo le contesto:

– ¿Colaboradores, por ignorancia, del enemigo? Porque ruiderío y firmas de protesta, griterío y toma de calles, estridencias contra la imposición y explosiones populares, ¿cuándo han logrado el cambio estructural del país? «Ni los veo, ni los oigo, ni los siento, y háganle como quieran».

«¡Fox, ese zafio, urdió el fraude!», dirá algún otro, y yo le respondo: ¿Zafio el expresidente? Claro, sí, por supuesto, y corriente y vulgar. Inculto, sí, por supuesto, ordinario, grosero, mandilón y patán sin la estatura ya no digamos de estadista, pero ni siquiera de funcionario público de segundo nivel, pero Fox llevó a cabo la hazaña de imponernos el continuismo seis años más con uno chaparrito, peloncito, jetoncito, de lentes, infinitamente más mediocre que el más mediocre de todos sus antecesores, el Nopalito Ortiz Rubio. Y para lograr lo increíble, Fox el cerril sólo necesitó el apoyo de la Super-estructura, vale decir: el gobierno y las cúpulas castrense, financiera, económica, clerical, de la industria del periodismo y de esos organismos corporativos de control obrero que nombran «sindicatos», al parejo de los intelectuales orgánicos y los propios partidos políticos. Todos. Incluyendo a la cúpula del PRD, que integran los prófugos del talamantismo pragmático-utilitarista y los renegados del extinto Comunista Mexicano, hoy oficiantes de la «cultura de la derrota» que a escala personal se benefician con la caída de su partido. La estrategia del Poder, Casa Blanca detrás, lo llevó al triunfo. ¿Cuál fue, cuál sigue siendo la estrategia que le opusieron y oponen los millones que vieron caer esa esperanza denominada López Obrador? Toma de calles, concentración de masas, consignas vituperosas, clausuras «simbólicas» de oficinas públicas. Lo usual. Lo que la historia grita, jura y perjura que no da como para lograr ese cambio histórico que le urge al paisanaje y que sólo él puede llevar a cabo. Organizado no en muchedumbres, sino en comités ciudadanos autogestionarios. Mis valedores…

Estas son las masas. Este es el Poder. Este es México, el de la conciencia nacional, brutalmente violentada. Pero también es el México de unas masas que se niegan a asumir y siguen delegando en el santón, el mesías, el líder al que le entregan su libertad personal y en el que depositan su esperanza de que les consiga el cambio de las conflictivas condiciones en que mal sobreviven. Y hoy, como ayer, ahí restallan, contundentes, los conceptos del filósofo de la ciencia política: «El cambio benéfico en las condiciones del paisanaje es tarea ineludible del paisanaje mismo». Sin más. No hay de otra…

¿Pero cuándo unas masas ansiosas de líder van a hacer un ejercicio de autocrítica y caer en la cuenta de algo que certifican la Historia y la realidad objetiva? Que delegando en el carismático nunca van a lograr ese cambio histórico, al que se opone, como hoy lo certifica una vez más, ese Sistema de poder que aplica la estrategia adecuada a las circunstancias históricas. Lóbrego.

Las políticas económicas neoliberales son contrarias a la democracia, dañan la soberanía y la justicia social y privatizan el Estado en favor de los grupos de poder y en detrimento de los intereses de las grandes mayorías. Neoliberalismo. Fox. (¡Calderón!)

Un comentario en “¡FMI!¡Fox¡ ¡Calderón..!”

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *