Mis valedores: extiendo a todos ustedes una sincera felicitación por las virtudes cívicas y el excelente comportamiento que mostraron a lo largo del reciente proceso electoral. Reconozco y alabo una conducta social donde resplandecieron el decoro y la dignidad personal. Mis parabienes porque en ningún momento atropellaron la legalidad ni despostillaron la marcha del proceso con ingerencias inadmisibles. Me enorgullece su conducta, y aquí algunos de los tantos motivos:
Ustedes, que yo sepa, no se pusieron a lanzar encendidas proclamas a favor de este candidato o en contra de aquél, ni a instrumentar un proselitismo violento, exacerbado, que pudiese desembocar en la violencia social. Ustedes no instrumentaron (no perpetraron, iba a decir) una maniobra de proselitismo oportunista, ventajista y logrera, que no era su atribución y que las leyes vetaban; un proselitismo con el que hubiesen demeritado la elección de candidatos y la propia imagen como ciudadanos respetuosos del ajeno derecho. Mis parabienes, reitero, porque no se ha sabido de alguno que se arrogara atribuciones ajenas. Hubo en ustedes mesura, ponderación y respeto por el entramado legal. Felicidades.
He revisado los incidentes del proceso y sí, qué le vamos a hacer, se produjeron hechos vergonzosos y hubo manos intrusas de políticos del calibre de Fox y de uno chaparrito, jetoncito, peloncito, de lentes, qué le vamos a hacer. Pero ustedes, entretanto, ponderados y circunspectos para que la elección terminase con ventura y facilidad (iba a decir con felicidad, pero no para nuestro país, de eso estoy muy seguro.)
Y otra más, mis valedores: no capté, en mi revisión del proceso, que alguno de ustedes se diera a mentir a lo desfachatado dentro del círculo de su influencia familiar y social con el ánimo de adquirir, de los comicios, ventajas injustas, ya sea para ustedes o para su tribu, su mafia, su clan En momento alguno, a lo largo de la elección, intentaron, a lo perverso, el provecho de unos cuantos privilegiados y el perjuicio de las mayorías. Ustedes no desilusionaron a nadie con su ejemplo pernicioso. No destruyeron la esperanza de nadie ni se aprovecharon del proceso electoral, ni con él descarapelaron su buen nombre ni su fama pública No andan a estas horas enredados en chismarajos y reconcomios, lógico resultado de un comportamiento avieso, perverso e indigno de entes bien nacidos. Bravo por su buen comportamiento…
Felicidades porque no violaron, a lo cínico y atrabiliario, el entramado legal ni la esencia de la legitimidad. Su imagen y fama pública no andan a estas horas por los viles suelos ni en chismes de vecindad porque a lo descarado e impune hubieran intervenido a lo patrañero y con el embuste al frente, y la engañifa y la falsedad. No a lo perverso se aprovecharon de la ascendencia que puedan tener entre los de su área de influencia para imponer directrices y puntos de vista sesgados y tangenciales. Magnífico.
Revisé el proceso electoral, y llego a la conclusión de que nadie de ustedes procedió a lo embozado ni aprovechó un aura de dignidad y moralidad ausentes para propinar puñaladas de pícaro a los candidos que a lo confiado creyeran en ustedes y en ustedes hubiesen depositado una ilimitada confianza Qué alentador me resulta comprobarlo: supieron resistir la tentación y comportarse a la altura de su dignidad personal; que no anduvieron de metiches, maquiavélicos y pragmático-utilitaristas, para sacar raja del río revuelto. Reconocimiento y respeto a todos ustedes, que no se han alineado al carro del triunfador ni piensan sacar provecho ni cobrarle facturas e imponerle condiciones. Y yo digo…
Por qué caraj…mbas ellos, los de sotana y solideo, con sus ínfulas de moral santurrona obtuvieron de ustedes un respeto que no merecían porque ellos a ustedes no respetaron. Por qué ellos, sobrones y atrabiliarios, así se entrometieron en la elección presidencial del pasado 2 de julio y perjudicaron a todo un país, pero cuando ellos eligen candidato para presidir su organización, ustedes se mantienen al margen. Qué injusticia descomunal.
En fin, que el daño ya está hecho, y durante seis años, en gran parte por culpa de esos metiches de mitra y cayado pastoril, nuestro país va a tener que sufrir a uno chaparrito, jetoncito, peloncito, de lentes, en tanto que ustedes, respetuosos, se abstuvieron de intervenir en el proceso en que los tales ensotanados del alto clero católico celebraron su LXXXII Asamblea para elegir presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano. ¿O alguno de ustedes maniobró para que saliera triunfador un tal obispo de Texcoco, Aguiar Retes? Dios, el de ustedes, ha de premiarlos, y que el dios de ellos, si es que tienen alguno, los castigue, y esos políticos «religiosos» conozcan «la muerte de la muerte hasta la muerte». (Amen)
así es valedor, el alto clero ahora exige modificaciones a la constitución para que sin embozo o antifas promuevan a sus crcanos desde el púlpito y ellos mismos formen parte de esa élite que nos gobierna, considerándose salvos de espíritu ya que Jesucristo mencionó a los pobres de espíritu llamándolos bienaventurados, ellos (episcopado mexicano) son dignos de forbes pero presumen, ante sus azorrillados guadalupanos, humildad de espíritu como cualquier fariseo.