No estoy diciendo que Zedillo sea un enfermo mental. Utilicé la palabra mental para describir una situación.
Tal declaraba en septiembre de 1998 el gobernador de Guanajuato Vicente Fox, al acusar al presidente de autista porque «anda fuera de la realidad, fuera de lo que está pasando, y con una falta total de liderazgo». Ahora, el clero católico, de testigo, lo declaró el presidente Fox:
Hoy, gracias a nuestra democracia, dejamos atrás males como corrupción, inseguridad, injusticia, deshonestidad y discriminación…
El autista, ¿Zedillo? A propósito: sobre el cansancio, el fastidio y los reiterados dislate y contradicciones que se advierten en la conducta pública de Vicente Fox, varios especialistas añaden, al autismo, el trastorno bipolar, un achaque de mucho cuidado en cualquiera de nosotros, pero peligrosísimo en un dirigente político. Mis valedores: por si en Fox o en algún familiar de ustedes advierten los síntomas de la terrible bipolaridad, el especialista:
– Es un padecimiento provocado por cierta disfunción del cerebro que ocasiona cambios impredecibles en el estado de ánimo. Las personas con TBP (sus siglas) van de un «estado agitado», que denominamos la manía, auno de depresión. Hombre y mujer tienen las mismas probabilidades de padecerlo, y suele manifestarse entre los 20 y los 40 años de edad.
Las mujeres pasan más tiempo en la fase depresiva, y el nombre en la maníaca. El achaque interfiere con su trabajo y hace que las relaciones interpersonales sean muy difíciles.
El paciente, en estado maníaco, corre el riesgo de causar daño a otros o a sí mismo, porque actúa por impulso y sin conciencia de qué tan peligrosas pueden ser sus acciones, o pueden llevarlo a la depresión, aislándolo del medio ambiente que le rodea y haciéndolo retraído e infeliz. La situación afecta seriamente las relaciones familiares, de amigos y laborales del paciente, ya que suele tener problemas en su comportamiento.
Estudios diversos sugieren que la bipolaridad puede ubicarse en un desequilibrio de sustancias químicas en el cerebro, conocidas como norepinefrina y serotonina, principalmente. También puede ser hereditaria. Los síntomas se ubican en cualquiera de estos tres grupos: manía, depresión, una mezcla de ambos. Una persona en fase maníaca del trastorno bipolar puede presentar estos síntomas: estar de continuo en un estado de ánimo irritable o exaltado, presentar autoestima elevada, sentirse muy importante, grandioso, presentar falta de sueño, hablar muy rápido, tener pensamientos o ideas rápidas, distraerse con facilidad, presentar agitación y nerviosismo, realizar actividades a lo impulsivo, como en las relaciones sexuales y el abuso en el consumo de drogas y alcohol sin medir las consecuencias ni el peligro de sus acciones.
El paciente, en fase depresiva del trastorno bipolar, puede presentar estos síntomas: depresión, bajar o subir de peso continuamente, dificultad para dormir, falta de energía al realizar actividades cotidianas, sentirse sumamente cansado, ejecutar movimientos lentos, sentirse inútil y con baja autoestima, dificultad para concentrarse o mantener la atención, falta de interés en el trabajo o actividades cotidianas, deseos de terminar con su vida. Suicidarse.
Diagnóstico. Se requiere de un examen psiquiátrico completo, una entrevista con el médico general, un historial clínico detallado y entrevistar, con la autorización del paciente, a familiares y amigos. Esto es de gran ayuda, porque ofrece al médico un panorama más exacto de lo que ocurre.
Para determinar si el paciente ha sufrido sólo depresión o también manía es necesario evaluar cada uno de los síntomas. Autoayuda y apoyo. Es muy importante mantener las consultas médicas, aun cuando el paciente se sienta bien, ya que los medicamentos, para mantener su estado de ánimo, pueden sufrir ciertos ajustes en la dosis.
Existe, para el manejo del trastorno bipolar, el tratamiento médico que controla de manera efectiva sus síntomas. El más indicado para determinar un régimen adecuado para cada paciente es el especialista.
Aventuré la pregunta: «¿Prozac, doctor? ¿El Prozac es suficiente para mantener estable al enfermo de bipolaridad?»
Para un trastorno tan peligroso como la bipolaridad, ¿Prozac? Suposición tan descabellada sólo mereció de especialista un suave meneo de cabeza…
Y una última indicación, que transmito a los interesados: para identificar los cambios en el comportamiento del paciente y alertar al médico es muy valioso el auxilio de familiares y amigos. Su apoyo y comprensión son de gran ayuda para un mejor control del paciente. Mis valedores:
¿Autismo, tal vez? ¿Bipolaridad? ¿Algún padecimiento todavía más grave? ¿Qué puede ser? En fin, que de todas maneras, ¡todavía faltan 13 meses!
(Dios.)_
mi comentario todos o la mayoria «pensamos» como nos permiten los dueños del pais la gente que se cree libre sin saber que la libertad es la que tiene la mente pero si seguimos viendo fut y escuchando al sr.norberto o a exelenticimo fox seguiremos igual o peor solo tenemos a la tablita de mojarro en este oceano de incultura mentira y degradacion aferremonos a lo unico que nos mantiene a flote como dice mi maestro aprendamos a pensar.