Y él te dominará y será tu dueño…
Tal clama Dios en el Génesis, y más adelante, en labios del profeta, a su pueblo elegido: » ¡Practicaste la prostitución con esos egipcios de gran potencia sexual (…) Te entregaste a la prostitución con los asirios, y ni aun así quedaste satisfecha (…) A toda prostituta se le da una paga; pero tú eras más bien la que dabas regalos a todos tus amantes y les pagabas (…) ¡Sólo en eso eres diferente alas demás prostitutas..!»
Pero la violencia contra la mujer no está sólo en la Biblia no es de hoy; es de siempre. A principio de los 20s. en nuestro país, el «viejerío» debía guardar silencio, hablar sólo cuando se le preguntase algo, limitarse al lavado de trastes y cocinar. «No les anden dando alas a las viejas, clamaba un funcionario de los conservadores; luego van a querer hasta votar a nivel nacional, meterse a la política y traer a otras bravuconas como ellas para que armen pleitos rancheros a diestra y siniestra. Mis valedores:
Fue el viernes pasado cuando nuestro machismo acordó celebrar a lo condescendiente, El Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y las Niñas, título tan extenso como, en los hechos, vacío de significado, porque más allá de convenios y acuerdos internacionales firmados por el gobierno de México desde hace décadas, ¿se ha domesticado la violencia del macho contra la mujer? ¿Cuánto, en qué sentido se ha logrado domesticar..?
«Quedaron muy atrás los años en los cuales el ejercicio de la libertad de las mujeres capitalinas se expresaba en un tránsito seguro a cualquier hora por la Ciudad de México. ¿Quién de nosotras se atreve a ir a una fiesta sola y al salir pararse en una esquina a esperar un taxi? ¿Quién de nosotras está segura, bien o mal vestida, joven o madura, de día o de noche, en automóvil o a pie, en esta que es la ciudad más grande del mundo? Sobre nosotras se ejerce un poder opresivo que se manifiesta, en sus grados más extremos, en la violencia física y, más acentuadamente, en actos de violación sexual…»
Aquí, en lo que quede de espacio, algunas evidencias, en la modalidad de violación, de la sañuda violencia que el macho perpetra contra mujeres y niñas, ajenas y familiares, mayores y menores de edad:
Toluca, Méx., 1998. Sergio G. G. violó y asesinó a golpes a su hija de tan sólo cuatro años de edad. Y otra más: Cegado por los celos, un individuo de 37 años de edad marcó con un hierro candente en las nalgas de su esposa, desmayada por el dolor, las letras «p», «u» y «t». Al ser detenido por la policía, el marido celoso no logró marcarle la «a» al final en la piel de su esposa.
«Antes enviábamos a nuestras hijas por la leche de Liconsa, pero cuántas no fueron violadas en el microbús, se queja un ama de casa. Ahora hacemos el viaje nosotras mismas, al fin que ya no somos señoritas. Pero el terror está en que nos vayan a contagiar de SIDA…»
Patricia Espinosa, del Inst. Nal. de la Mujer: «En Michoacán, para poder trabajar, la mujer tiene que pedir permiso a su esposo. En México, el abuso sexual de menores no es considerado como delito grave. En la legislación de 24 Estados hay figuras discriminatorias y vejatorias de los derechos de la mujer, a grado tal que mucho más penado que una violación es el robo de ganado…»
«Yo luché contra ellos, se lo juro…» Imposible contener el llanto. «Al sentirme violada me abandoné… traté de no pensar… de que pasaran rápido aquellos minutos tan largos -languidece toda ella-. Tan largos…»
Aquí, para niñas y mujeres en México, una receta para evitar la violación: «No salgas a la calle desnuda, que eso motiva a los hombres /No salgas a la calle vestida, que algunos hombres se excitan con la ropa/ Evita verte demasiado joven, que algunos violadores enloquecen con las adolescentes / Evita la vejez: ciertos degenerados prefieren a las mujeres maduras/ No tengas padre, abuelo, tío o hermano. Son los parientes que más frecuentemente violan a las mujeres / No te cases. La violación es legal dentro del matrimonio / Para estar totalmente segura, mujer, es mejor que… ¡no existas!»
Y a manera de final, mis valedores, esto que ocurrió hace 8 años en Durango, Dgo. Luego de ser violada y al no soportar los malos tratos de judiciales y agentes del ministerio público, que se burlaban de ella, la encarcelaron y la golpearon, acusaron de loca y drogadicta, además de que sus victimarios gozaban de libertad. Yéssica Yadira Díaz, de apenas 17 años de edad, dijo a su hermana: «Estoy muy cansada, muy cansada». «Pues descansa en tu cama» «No, estoy muy cansada de que no haya justicia». Yéssica Yadira tomó la determinación: se suicidó…
Después de los funerales, los padres de la joven violada optaron por abandonar el país… (Seguiré con el tema.)