«Más seguro, más justo y más…»

«Y más próspero». Por adjetivos no vamos a parar. Así pues, mis valedores, ¿a eso redujo el «presidente del empleo» la conmemoración del Día del Trabajo? ¿Con semejante retahíla de calificativos tanto más sonoros cuanto más vacíos honró la memoria de los ajusticiados de Chicago? ¿Esa fecha, la del Primero de Mayo, se redujo a la redacción de un texto de sintaxis paupérrima? ¿Todo terminó con aquello de que «El movimiento obrero mexicano se mantendrá a la vanguardia en estos esfuerzos y contribuirá a sembrar la semilla de un país más» etc.? Total, que la hoja de papel se distribuyó entre cupulares de los organismos corporativos de control obrero conocidos con el alias de «sindicatos». Uno es el Poder, explotador, y otro el obrero explotado.  Sin más.

Yo, que acechaba las palabras oficiales para contrastarlas con las de los ajusticiados aquel 1o. de mayo de 1886 me convenzo, una vez más,  de que el Poder diluye sañudamente y termina por extinguir en las masas la memoria histórica. Y ahora qué hacer, sino cumplir la promesa del martes pasado: transcribir para ustedes las palabras últimas de los condenados a muerte.

Así pues, llegó la hora de la verdad. Vamos”.

Rumbo al patíbulo: ¡Tiempo llegará en que nuestro silencio será más poderoso que las voces que hoy estrangulan ustedes!

Mientres lo conducían fuera de la celda Louis Lingg comenzó a decir: “No es por un crimen por lo que nos condenan. Es por…” Y guardó silencio. Cinco de los ocho anarquistas condenados a la horca por la justicia de Illinois habían sido concentrados en un saloncillo de la prisión federal, no lejos del “portón de entrada” (para ellos nunca más “portón de salida”). Pálidos, tranquilos, los condenados a muerte se miraron. “Salud, compañeros”, dijo uno de ellos. Los otros intentaron una sonrisa. “¿Listos?”, preguntó el celador de los grandes mostachos. “Listos”, contestó Spies.

– No es por un crimen por lo que nos condenan, repitió Lingg. “Nos condenan por nuestros principios. Pero yo desprecio su…” Guardó silencio. Afuera sonaban las 10 de una mañana caliente en Chicago. Ya ante el patíbulo, Lingg iba a completar su mensaje final: “No es por  un crimen por lo que ustedes nos condenan; es por nuestros principios. Desprecio a todos ustedes; desprecio su orden, sus leyes, su fuerza, su autoridad. ¡Ahórquenme!

– Las leyes de ustedes –Engel- están en oposición con las leyes de la naturaleza, y mediante ellas roban a las masas el derecho a la vida, a la libertad y al bienestar. ¡Estoy listo!

 – Pueden ustedes sentenciarme –Spies-. Pero que al menos se sepa que en Illinois ocho hombres fueron sentenciados a muerte por pensar en un bienestar futuro, por no perder la esperanza en el último triunfo de la libertad y la justicia.

Creen tener derechos sobre todas las personas, sus vidas y su libertad, aun el derecho a asesinar a quienes les son incómodos, cuando son diferentes, cuando no son parte de la amorfa masa o rebaño servil -Fisher-. Si la muerte es la pena correlativa a nuestra ardiente pasión por la libertad de la especie humana, entonces yo lo digo muy alto: ¡dispongan de mi vida!

Al pie de la horca, Parson,: “Sobre el veredicto de ustedes quedará el veredicto del pueblo, para demostrar las injusticias sociales de todos ustedes, que son  las que nos llevan al cadalso. Pero quedará el veredicto popular para decir que la lucha social no ha terminado por tan poca cosa como es nuestra muerte”.

Héroes civiles de la lucha obrera contra el explotador. (A su memoria.)

Cuando se tiene un hijo

Se tie­ne al que cabalga en el cuadril de la mendi­ga- y al del coche que empuja la institutriz inglesa- Y al niño gringo que carga la criolla – y al niño blanco que carga la negra- y al ni­ño indio que carga la india – y al niño negro que carga la tierra.

Por evitar el riego del consumismo aguardé a que pasara la «celebración» con que sangra el comercio la economía familiar de unos padres a los que obliga a enfrentar a los hijos regalito en mano. A propósito:

La cultura del «shopping» en el»mall», se ubica a años luz del tianguis de nuestra raíz indígena. La educación infantil tiene hoy como horizonte a Salinas, Azcárraga y  la Gordillo. ¿Y la de nuestros antepasados indígenas? Mis valedores:

Pena y admiración me provoca el contraste entre la «educación» pública  de hoy y la de nuestros abuelos meshicas. Y qué altura de conceptos, qué belleza en la expresión, qué sabiduría y amorosas ternezas, flor y espiga madu­ra de un legado aborigen que mal conoce­mos y menos ponemos en práctica. Por vía de ejemplo, las palabras del padre a la niña indígena:

Aquí estás, mi hijita, mi collar de pie­dras finas, mi plumaje de quetzal, mi he­chura humana, la nacida de mi. Tú eres mi sangre, mi color, en ti está mi imagen. Aho­ra recibe, escucha: vives, has nacido, te ha enviado a la tierra el Señor Nuestro, el Due­ño del Cerca y del Junto, el hacedor de la gente, el inventor de los hombres.

Aho­ra que ya miras por ti misma, date cuenta. Aquí es de este modo: no hay alegría, no hay felicidad. Hay angustia, preocupación, can­sancio. Por aquí surge, crece el sufrimien­to, la preocupación. Aquí en la tierra es lu­gar de mucho llanto, lugar donde se rinde e! aliento, donde es bien conocida la amargu­ra y el abatimiento. Un viento como de obsi­diana sopla y se desliza sobre nosotros.

Oye, bien, hijita mía, niña mía: no es lu­gar de bienestar en la tierra, no hay alegría, no hay felicidad. Se dice que la tierra es lu­gar de alegría penosa, de alegría que pun­ja. Para que no estemos llenos de tristeza, el Señor Nuestro nos dio a los hombres la ri­sa, el sueño, los alimentos, nuestra fuerza y nuestra robustez y finalmente el acto sexual, por el cual se hace siembra de gentes.

Por ahora, mi muchachita, escucha bien, mira con calma: he aquí a tu madre, tu señora; de su vientre, de su seno te des­prendiste, brotaste. Como si fueras una yerbita, una plantita, así brotaste. Como sale la hoja, así creciste, floreciste. Como si hubieras estado dormida y despertaras. Mira, escucha, advierte: no seas vana, no andes como quiera, no andes sin rumbo. ¿Cómo vivirás? ¿Cómo seguirás aquí por poco tiempo? Es muy difícil vivir en la tierra, lugar de espinosos conflictos, mi muchachita, palomita, pequeñita…

No hagas quedar burlados a nuestros señores por quienes naciste. No los afren­tes, no como quiera desees las cosas de la tierra, no como quiera pretendas gustarlas, aquello que se llama las cosas sexuales y, si no te apartas de ellas, ¿acaso serás divi­na? Mejor fuera que perecieras pronto.

No como si fuera en un mercado bus­ques al que será tu compañero, no lo llames, no andes con apetito de él. Pero si tal vez tú desdeñas al que puede ser tu compañe­ro, el escogido del Señor nuestro; si lo des­echas, no vaya a ser que de ti se burle, en verdad se burle de ti y te conviertas en mu­jer pública. Quien quiera que sea tu compa­ñero, ustedes juntos tendrán que acabar la vida. No lo dejes, agárrate de él, cuélgate de él, aunque sea un pobre hombre…

No existía el  Día del Niño por aquel entonces. (México.)

De tumbas y mártires

Ya nos faltaron al respeto, mis valedores. Ya nos tomaron la medida. Nos vencen por nuestra pura ignorancia, y por nuestra pura ignorancia nos tornan colaboracionistas de ese enemigo histórico tan amigo de la alternancia como enemigo del cambio, que sería su extinción. Y a propósito de la ignorancia:

¿De qué manera puede interpretarse aquello que ocurrió el pasado 21 de abril? El hombre de Los Pinos,  según es su obligación, acudió a oficiar el rito correspondiente a la invasión de tropas norteamericanas a territorio mexicano, desmesura que se perpetró el 21 de abril de 1914 contra la tantas veces heroica ciudad y puerto de Veracruz. Allí estuvo presente, como para preservar entera la memoria histórica, el presidente del país.

En el escenario del asesinato de patriotas mexicanos víctimas de  las balas expansivas dum-dum se ofició una ceremonia que el gobierno tituló  oficialmente «Aniversario de la defensa del puerto de Veracruz«, con el hombre de Los Pinos haciendo honor a la memoria de las víctimas de la invasión de soldados gringos:

– ¡No estoy dispuesto a cederle la plaza al enemigo! ¡México no se rinde  y no se rendirá, antes bien avanzará contundentemente hasta la victoria en su lucha contra el crimen organizado!

¿Contra el qué, dijo el de Los Pinos? ¿Y la sustancia de la conmemoración? ¿Y el territorio patrio pisoteado por los invasores? ¿Y los marines gringos, arma embrazada, posesionados de las calles de Veracruz? ¿Y los caídos Aureliano Monfort, gendarme, Andrés Montes, carpintero, y José Azueta y Virgilio Uribe, cadetes de la Escuela Naval? ¿La historia patria sirvió al de Los Pinos tan sólo para proyectar (¡Una vez más!) su obsesión delirante, su delirio compulsivo por esa guerra perdida con la que multiplicó hasta la ignominia el número de víctimas del gringo invasor? Atroz.

Este día, mientras tanto, el mundo conmemora la epopeya de Chicago, donde el 1o. de mayo de 1886  la «ley» del Sistema asesino a unos trabajadores que reclamaban justicia para el de salario mínimo, y a propósito: ¿el hombre de Los Pinos qué ira a decir al respecto? ¿Por nombrar a Spies, héroe civil, se referirá al Chapo Guzmán? ¿Dirá en lugar de Fisher, Heriberto Lazcano? ¿Mentará el nombre del Mayo Zambada por el de Louis Lingg?

Aquí, contra el escamoteo que esos del Sistema de poder perpetran contra la memoria histórica, patrimonio de toda la comunidad, va un esbozo de aquello que sucedió en la ciudad de Chicago hace siglo y cuarto corrido:

Aquel primero de mayo, dicen las crónicas, amaneció caluroso. Muy temprano salió el sol, dorando los patios de la prisión. En su respectiva celda de condenados a muerte  ocho obreros aguardaban la horca. Un ruido de cerraduras marca el final. Uno de los que aguardan la muerte detiene su ambular de león enjaulado. “¿Ya es hora?”, pregunta. “Vamos afuera”, dice uno de los celadores, mostachos grandes e hirsutos. «Vamos afuera».

El crimen fue perpetrado por el capitalismo (Chicago, 1º. de mayo, 1886) contra un grupo de obreros que en su lucha por la jornada laboral de ocho horas y un pago salarial menos injusto aventaron su vida en prenda y alcanzaron el rango de mártires: August Spies, George Engel, Albert R. Parson, Adolph Fisher y Louis Lingg. Uno de los sentenciados, rumbo al patíbulo:

«Así pues, llegó la hora de la verdad…»

Mis valedores: aquí habré de contrastar lo que dijeron los luchadores civiles a la hora de su asesinato y lo que en el Día del Obrero Mundial haya dicho el hombre del Verbo Encarnado. (Vale.)

El minotauro y las masas

¿Y qué, ya la olla en pleno hervor? ¿Ya lograron obsesionarnos con los cuatro magníficos? ¿Ya andamos obsesionados por dilucidar el dilema: cuál de los cuatro será el mejor? Vale, entonces, la pregunta fundamental: ¿existe alguna diferencia entre propuestas, promesas y compromisos de los cuatro candidatos del Sistema de poder? ¿Qué diferencias se advierten entre los proyectos de este frente a los de aquél?  Un Peña que a metros de distancia de sus adversarios ha enumerado propuestas a metros de distancia del candidato de la Gordillo, pongamos por caso. ¿No es el de Quadri un catálogo de buenas intenciones semejante al de Peña y al de los otros dos? ¿Y entre los cuatro de hoy y los de anteriores sexenios se advierte alguna diferencia?

Mis valedores: ¿qué fue del catálogo de buenas intenciones de Ortiz Rubio en 1930 y los subsiguientes, hasta su actual copia al carbón y  los candidatos? ¿De ahora en adelante, con alguno de estos cuatro vamos a mejorar? ¿Por qué? ¿Creer en ésos no significa transitar por los terrenos de la milagrería, la bruja blanca y el pensamiento mágico? Más allá de promesas de cambio en los procesos electoreros que van de 1930 a la fecha, ¿qué ha ocurrido con este país, cuando naciones que avanzaban a la zaga del nuestro nos han rebasado?

Por cuanto a la maniobra que ante el proceso electoral ejecutan por estos día todos los medios de condicionamiento de masas, ¿hay alguna diferencia entre el manejo actual del proceso y el de anteriores sufragios? ¿Y entre las épocas previas a un proceso electoral y las de unos juegos olímpicos, una pelea de box o un encuentro futbolero? ¿No es la credibilidad de las un síndrome de inmuno- deficiencia adquirida que nos pone en manos de los manipuladores de los medios impresos y electrónicos, comenzando con la televisión? ¿Alguna vez nos hemos puesto a pensar a quién o a quienes benefician y a quién o quiénes perjudican las descomunales campañas de promoción, de manipulación, de enajenación, que a las masas nos salen costando decenas de miles de millones de pesos?

¿Vale la pena seguir delegando en el Sistema porque seguimos creyendo que por amor a nosotros ese Poder va a ceder Los Pinos a algún aliado de todos nosotros? Los cuatro candidatos, al igual que la partidocracia que los propone,  ¿son nuestros candidatos o lo son del Sistema de poder? ¿Esos no forman parte esencial de la  super-estructura que detenta el poder? De ser así, ¿los intereses de los candidatos serán los de las masas sociales o los del Sistema del que forman parte?

Cautivas y extraviadas en su laberinto, las masas sociales deambulan en busca de la salida. Les urge encontrarla, ya que en el corazón del laberinto las reduce a la pobreza un Minotauro hambriento y feroz. ¿Cuál de los aspirantes al puesto de Minotauro (ese que de nuestro cautiverio recibe su vida y razón de ser) será el que nos muestre esa salida que nos urge para dejar nuestra condición de víctimas de los Minotauros del poder? ¿Alguno de los cuatro nos sacará del laberinto, que significaría su extinción y la de todo el Sistema?  ¿Exigir al Minotauro, a la manera de los integrantes del movimiento de Paz con etc., que realice esa maniobra? Tenerlo presente, mis valedores: los votantes obedecemos sin mandar, y el Minotauro manda sin obedecer. Siniestro.

Pero sí, el 1o. de julio vamos todos a votar. Ejercemos un derecho y cumplimos con una obligación cívica.  ¿Cómo vamos a sufragar, por quién, por cuál? Esa es una prerrogativa de cada quién. (México.)

Wal-Mart, Teotihuacan

“Cuando vi que taladraban la cima de las pirámides (¡más de 16 mil perforaciones!) sentí un angustia y coraje. Eso nos preocupó y llevamos la denuncia ante las autoridades”.

(Rubén Cabrera,  investigador de la zona arqueológica de Teotihuacan.)

Aquí concluye, mis valedores, la trascripción del Decreto que en defensa de la zona arqueológica publicó De la Madrid en el Diario Oficial del 30 de octubre de 1988. Sus partes medulares:

Que el proceso de urbanización al que está sujeta la zona de Teotihuacan puede producir un deterioro irreversible que significaría la pérdida de una parte importante de nuestro patrimonio cultural y la imposibilidad de alcanzar un mejor entendimiento de nuestro pasado; Que ese deterioro es observable no sólo en la zona de monumentos arqueológicos sino también en las áreas contiguas que influyen en las características visuales y ambientales de la propia zona de monumentos;

Que los Gobiernos del Edo. de México y de los Municipios de Teotihuacan y San Martín de las Pirámides comparten con el Ejecutivo Federal el interés de preservar la Zona Arqueológica de Teotihuacan; Que para atender convenientemente a la preservación del legado arqueológico que contiene esta zona, sin alterar o lesionar su armonía, el Ejecutivo Federal considera necesario incorporar la totalidad de la zona de referencia al régimen de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos y su Reglamento, lo que contribuirá a su protección integral, y Que en virtud de decretos expedidos en 1907 y 1964, una parte de esta zona ya se encuentra incorporada al patrimonio nacional, restando necesario extender a las áreas adyacentes con las medidas de conservación, restauración, recuperación y ordenación que prevé la legislación vigente, he tenido a bien expedir el siguiente D e c r e t o   por el que se declara zona de monumentos arqueológicos el área conocida como Teotihucan. Art. 5º.- El Instituto Nacional de Antropología e Historia, en ejercicio de sus acciones legales, vigilará el cumplimiento del presente Decreto (etc.)

Art. 6º.- A la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología, en el ámbito de su competencia, le corresponderá: (…) IV.- Dictar las medidas necesarias para mantener el equilibrio ecológico existente o para restituirlo, en su caso, en la zona arqueológica materia de este Decreto. Art. 10.- Las dependencias del Ejecutivo Federal a que se refieren los artículos anteriores promoverán conjuntamente y en coordinación con el Gobierno del Estado de México y los ayuntamientos respectivos, una campaña de sensibilización y apoyo de la población a las medidas de difusión y preservación del patrimonio cultural dispuestos por este ordenamiento.

Y finalmente  el 13: En la zona de monumentos definida en este Decreto no se autorizarán construcciones cuya función, diseño o ubicación alteren, afecten o distorsiones los valores monumentales o el uso educativo y de investigación a que la misma está destinada. En las Areas Central y Ampliada de Monumentos no se permitirán construcciones nuevas ni ampliación de las existentes, con excepción de aquellas que realice el INAH para el rescate, revitalización y difusión de los monumentos y de la zona misma.

Hasta aquí los párrafos más significativos del Decreto presidencial. ¿Y? ¿Lo cumplió e hizo cumplir Peña Nieto, gobernador por entonces del Edo. de México? ¿Preservó la zona arqueológica? ¿Se evitó que Wal-Mart sentara sus reales en la Ciudad de los dioses? Ah, México. (Este país.)

Peña, Televisa, Teotihuacan

El «Resplandor teotihuacano» es un «espectáculo multimedia» estilo Televisa.

Tal aseguró hace unos años el analista, motejando el desastre que en la Ciudad de los dioses, Teotihuacan, perpetraba Peña Nieto, gobernador por aquel entonces del Estado de México. «Se trata de un espectáculo multimedia estilo Televisa con el que se busca convertir el pasado prehispánico en show y la difusión de la historia en negocio para inversionistas privados. Es la última embestida de empresarios y políticos para beneficiarse del patrimonio histórico del país”.

No era la última embestida, por desgracia para el país; la más reciente (se afirmaba por aquel entonces), pero no la última. Y ni cómo detener el espectáculo de la chabacanería, si hace algunos años, cuando la transnacional gringa inició los trabajos para abrir una sucursal en la zona de las pirámides se encendieron en tantísimos “medios” las protestas de antropólogos y catedráticos de la UNAM. ¿Y? Floreciente se alza la Ciudad de los dioses, sí,pero los de Wal-Mart. Ah, los países gobernados por entreguistas  proyanquis. México.

Como un enfrentamiento entre los poderes de la vida y la muerte aparece el símbolo vacío del gigante Wal-Mart. Sin conocer detalles provoca  rechazo; conocer un poco más a esta empresa lo fundamenta sólidamente…             (Silvia Ribeiro, periodista.)

Wal-Mart en Teotihuacan. Yo, agregándome a los descontentos, publiqué aquí mismo el texto siguiente:

Wal-Mart una vez más, mis valedores. Otra vez la trasnacional norteamericana en el ojo del huracán, por más que muy poco parece importarle. Ocupada en la creación de su propio banco, qué atención le merezca la reciente acusación de lo consabido en esa y en todas o casi todas las empresas de la iniciativa privada: bajos salarios, cero prestaciones, horas extra sin paga y  contratos con sindicatos de protección. Lo usual.

Wal-Mart, hace algunos años, plantó una de sus sucursales en plena zona de Teotihuacan, sin que hubiese autoridad que se lo impidiera en un gobierno que fue, según dicho del difunto Fox (difunto políticamente, ya a estas horas sepultado en el desván de la Historia con todo y familia política, lo único político que conoce el del apestoso Tamarindillo), de empresarios, por empresarios y para empresarios. Y si trasnacionales, tanto mejor.

Yo, entonces, porque normásemos nuestro criterio en torno a una desmesura que así lacera o debía lacerar la conciencia colectiva, publiqué extractos del decreto que en defensa de Teotihuacan publicó el Diario Oficial un 30 de octubre de 1988, con esa sintaxis y firmado por Miguel de la Madrid. Dice, y para lo que sirvió el papelito presidencial:

C o n s i d e r a n d o . . . Que la Zona Arqueológica de Teotihuacan contiene los vestigios  de una de las culturas prehispánicas más trascendentes en la historia de México, al tiempo que constituye uno de los logros urbanísticos y arquitectónicos de valor universal excepcional; Que la mencionada zona arqueológica es una parte del patrimonio cultural del pueblo de México que refuerza su identidad y cuyo interés histórico indudable hace necesaria su conservación para el conocimiento e investigación de nuestras culturas prehispánicas; Que la riqueza de ese patrimonio está lejos de haberse descubierto y expuesto plenamente y que, por tanto, deben crearse las condiciones para su acrecentamiento y preservación; Que el proceso de urbanización al que se sujeta la zona de Teotihuacan puede producir  un deterioro…  (Sigo mañana.)

«Esplendor teotihuacano»

Es noticia de la semana anterior, mis valedores: Que Wal-Mart Stores Inc. afronta importantes riesgos legales tras revelar que investiga a su filial mexicana por posibles violaciones de una ley estadunidense que prohíbe el pago de sobornos en el exterior. Los ejecutivos de Wal-Mart, según reciente publicación del The New York Times,  en  2005 se enteraron de las acusaciones de sobornos generalizados (hasta 24 millones de dólares) utilizados para ganar el dominio del mercado mexicano. Válgame.

Semejante noticia, aunado al segundo aniversario (ll de abril) del «asesinato» en la cárcel de Cd. Nezahualcóyotl de Emmanuel D’Herrera, luchador civil cuya muerte en prisión se debió a su oposición radical a la instalación de Wal-Mart en la zona de Teotihuacan, me lleva a reproducir para todos ustedes algunas manifestaciones de la indignación que el suceso originó entre dos o tres defensores del «patrimonio cultural de la humanidad». Ciento y tantos millones de mexicanos, esos mismos a los que los medios de condicionamiento de masas, con el pretexto del inminente proceso electoral,  traen a estas horas como agua en batea, ni siquiera se enteraron de la acción desbozalada de la transnacional y sus compinches aborígenes.  Escribí aquí mismo hace tres años y meses:

Vaya, pues. Todo sea por congraciarnos con el turismo tipo Falfurrias. A lo zafio, a lo ignorante e impune, los gobernantes de este país lesionan no únicamente el patrimonio petrolero y de materias primas, sino también el acervo cultural de los mexicanos. Ahí está el atentado a las supervivencias del mundo mágico que heredamos de nuestra raíz indígena, que ésos (ésos eran un tal Peña Nieto, por aquel entonces gobernador del Estado de México) convierten en escenarios de un Hollywood tercermundista para audiciones de música, pasarelas de modas y bataclán. ¿Ante semejante desmesura gubernamental de qué sirven las protestas de arqueólogos, antropólogos y especialistas preocupados por nuestro patrimonio nacional? ¿Cuál de esos funcionarios mediocres, cultura de “Selecciones”, va a tomar en cuenta semejantes protestas?

Leo en La Jornada que en el Estado de México se cumple a estas horas y a marchas forzadas el tan anhelado sueño del gobernador y aspirante presidencial Peña Nieto de jugar un papel protagónico en el ejercicio politiquero y competir con las obras de beneficio social (no con “spots”, al estilo de Fox y Calderón) que en esta ciudad lleva cabo el equipo del aspirante presidencial Marcelo Ebrard. El de el Estado de México, con la complicidad del Instituto Nacional de Antropología e Historia ha otorgado concesiones a diversos mercachifles de la industria del espectáculo para que transformen Teotihuacán,  la Ciudad de los dioses, en todo un espectáculo de fuegos artificiales, luces robóticas (lo que eso sea) y rayos láser “full color” (en inglés, para exhibir nuestra frustrada aspiración de gringos segundones). Y en cuanto se eche a andar el sistema de luces “full color”, a complacer al turista texano…

¿La opinión de estudiosos y devotos de un patrimonio cultural de la humanidad como es la Ciudad de los dioses?  Todo un clamor de rechazo, disgusto y exigencia de que alguien amarre las manos de Nietos tan ignorantes que a base de quincalla y oropel van a dañar la majestuosidad de  las supervivencias del universo prehispánico, el de nuestra raíz autóctona. Resplandor teotihuacano, dice el analista, es un «espectáculo multimedia» estilo Televisa.  Pues sí, pero… (Sigo mañana.)

Muerte anunciada

Portación de artefacto explosivo de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea.

Tales fueron los cargos, falsos a decir de los enterados, que llevaron a la muerte a Emmanuel D’Herrera, al que hace un par de años y algunos días la “justicia”  asesinó dentro de una celda del penal Neza-Bordo, y no más. Es México.

Promotor del estudio y divulgación de la cultura, los valores y las tradiciones del país, su participación en movimientos culturales que procuran la preservación de nuestras raíces y su conocimiento arqueológico, dedicado durante los últimos años al estudio de la civilización teotihuacana, en el 2004 lo llevó a enfrentar la construcción de una sucursal de la transnacional Wall Mart en la Zona Arqueológica de Teotihuacán, que pone en peligro los vestigios de un sitio fundamental para la historia de México y que la UNESCO ha declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad.

En mayo de 2009 D’Herrera fue internado en el Centro de Prevención y Readaptación Social de Molino de Flores, en Texcoco, y sometido a proceso penal en el Juzgado 2º. de primera instancia. Portación de arma peligrosa, la acusación. La juez a cargo del proceso le otorgó la libertad bajo fianza. Libre el 21 de mayo de 2009.

Libre, sí, pero afuera del penal  lo acechaban 4 esbirros sin identificación que lo treparon a un vehículo. Esposado, con capucha y sin revelarle el motivo, fue paseado 6 horas. Tortura psicológica. Después fue llevado a una oficina de la policía ministerial del Edo. de México, en Toluca. Apelando su derecho constitucional solicitó que se le dejara hacer una llamada, petición que le fue negada. De ahí a la Proc. de Justicia del Edo. de México para que se  le practicara una certificación médica, pero no habiendo allí ningún aparato para medir la glucosa en sangre lo llevaron a un hospital, donde lo tuvieron el resto de la noche, con suero e insulina para controlarle la crisis de diabetes con que arribó.

Al día siguiente fue presentado al jefe de la policía ministerial, quien le exigió firmar el nombramiento de un abogado de oficio, a lo que se negó reiterando su solicitud de la llamada a la que constitucionalmente tenía derecho. Intentaba llamar a su abogado. Se le negó una vez más. Le presentaron una declaración ministerial para que la firmara, pero se rehusó con el argumento de que requería la presencia de su abogado o el visitador de la Comisión de Derechos Humanos.  Firmó la declaración una abogada de oficio, que él nunca aceptó. Libre, una vez más.

Y una vez más, a la salida de la oficina fue detenido por agentes de la Agencia Federal de Investigaciones, que le trasladaron a Cd. Nezahualcóyotl para presentarlo a la delegación de la Proc. Gral. de la República y ser ingresado en el penal de Neza-Bordo, donde se le procesó por el  mismo señalamiento de Molino de Flores ante el juzgado 12 de distrito en Cd. Nezahulacóyotl, esta vez con cargos federales. Encarcelado en Neza-Bordo estuvo imposibilitado para presentarse ante el juez en Molino de Flores para proseguir su proceso en el fuero común.

Hospitalizado un par de meses en el penal. En los 11 de encierro y por la tensión generada  (padecía diabetes e hipertensión), presentó severas complicaciones; perdió 5 piezas dentales, desarrolló problemas de visión que pusieron en peligro uno de sus ojos, perdió mucho peso. El lunes 11 de abril del 2010 el luchador civil falleció por una paro cardíaco derivado de un derrame cerebral. “Justicia”, sin más. Emmanuel D´Herrera, héroe civil.

(A su memoria.)

Emmanuel D’Herrera

Mis valedores: ¿algo les dice ese nombre? Al luchador civil me referí el año pasado, cuando aquel 11 de abril se cumplió un año de su fallecimiento (su asesinato) en el penal Neza-Bordo, víctima de la  “justicia” que se aplica en este país. D´Herrera.

Como si lo estuviera viendo. Alto, delgado, pulcro y de fina estampa física, periódicamente me iba a visitar a mi oficina de Radio Universidad y me hablaba de proyectos sociales para lograr un cambio político que beneficiara a las masas sociales. Yo, desconfiado y suspicaz, le encontraba inexistentes indicios de ser agente de la CIA o algo por el estilo. Le externaba mi desconfianza, y él sonreía. Cuándo iba a entrever al personaje de temple roqueño, inquebrantable en sus principios, lealtades y convicciones, que no se detuvo hasta dejar su existencia en una celda carcelaria. D´Herrera.

Muchos años más tarde una mañana  se me iba a presentar en Radio UNAM un hombre de aspecto enteco y  envejecido, de pupilas lumbrosas mientras me exponía el proyecto de su vida:  evitar que la transnacional  Wal-Mart edificara una sucursal en terrenos aledaños a la Ciudad de los Dioses, Teotihuacán. ¿Este era Emmanuel D´Herrera? Qué metamorfosis. Me pidió leer su demanda en nuestro espacio comunitario de Domingo 6, encargo que cumplí durante meses, hasta juzgar  que sus mensajes llegaban a la reiteración. Hice mal. Más tarde publiqué un par de artículos acerca del daño que la edificación de Wal-Mart causaría al patrimonio histórico de la humanidad.       Hace ocho días, dije entonces, se cumplió un año de su fallecimiento, y recibo un recordatorio por parte de un “Comité por la Liberación de Emmanuel D´Herrera», con el recordatorio del asesinato, que en esencia eso fue, por parte de la “justicia” que se imparte en este país. Leo, del mensaje:

Emmanuel D´Herrera: una sólida formación intelectual, en donde destacan sus estudios en Economía Internacional realizados en Paris, Francia; su capacidad poliglota, puesto que dominaba perfectamente los idiomas francés, inglés e italiano; su amplia carrera desempeñando funciones diplomáticas, comerciales y empresariales en Francia, España, Portugal, Bélgica, EU., Venezuela y Colombia.

Su muerte simboliza la instalación de un cada vez más notorio estado de excepción en México, donde el estado de derecho se convierte en un simulacro para justificar la flagrante violación de los derechos humanos y constitucionales de los verdaderos luchadores sociales en nuestro país (esto, mientras se arropa a los «activistas» que por ignorancia o mala fe se han convertido en colaboracionistas del Sistema de poder).

Acusado de cargos falsos, por su oposición a la construcción de una tienda de la trasnacional Wal-Mart en dicha zona arqueológica, fue detenido violentamente, secuestrado y torturado por la policía, encarcelado por casi un año estando gravemente enfermo de diabetes e hipertensión. Durante ese periodo experimentó un terrible deterioro de su salud hasta que finalmente murió de un derrame cerebral. Su muerte en la cárcel no fue un fenómeno natural, fue un homicidio generado por represión política. Lo que hoy no debe olvidarse es que Wal-Mart ha contribuido al establecimiento del estado de excepción en México y, tristemente, al homicidio de un hombre íntegro.

Al compañero De Herrera, hombre comprometido con sus convicciones, hoy lo recuerdo con el respeto que se merece. Después de una flagrante violación a sus derechos humanos estuvo preso en el penal de Neza-Bordo. (Los cargos,  mañana.)

Obesidad mental, ¡cuidado!

Acabo de recibir el siguiente texto, que con su propia sintaxis y sub-rayados transcribo porque me parece de conocimiento fundamental para tantos de ustedes, inermes ante los medios de condicionamiento de masas:

«El profesor Andrew Oitke publicó su polémico libro Mental Obesity, que revolucionó los campos de la educación, el pensamiento y relaciones sociales en general. En esta obra, el catedrático de Harvard describe lo que consideraba el peor problema de la sociedad moderna.

Hace apenas unas décadas, la Humanidad tomó conciencia de los peligros del exceso de gordura física por una alimentación sin reglas. Estamos ahora en el momento de notar que nuestros abusos en el campo de la información y conocimiento están creando problemas tanto o más serios.

Para el autor nuestra sociedad está más abarrotada de preconceptos que de problemas, más intoxicada de lugares comunes que de hidratos de carbono.  La gente se vició de estereotipos, juicios apresurados, condenas precipitadas.

Todos opinan sobre todo, pero no saben nada…

Los cocineros de esta magna fast food intelectual, son los periodistas y comentaristas, los editores de la información, los argumentistas y los cineastas.

Los noticieros y telenovelas son las hamburgers del espíritu, las revistas y novelas son los donuts de la imaginación».

El problema central está en la familia y en la escuela. Cualquier padre responsable sabe que sus hijos se enfermarían si comieran solamente dulces y chocolate. Por ello no se entiende por qué tantos educadores aceptan que la dieta mental de los niños se componga de dibujos animados, videojuegos y telenovelas. Con una «alimentación intelectual» tan cargada de adrenalina, romance, violencia y emociones morbosas es normal que esos jóvenes nunca consigan una vida saludable y equilibrada.

Los Buitres, capítulo contundente y polémico  de la obra citada, asegura:  El periodista se alimenta hoy casi exclusivamente de cadáveres de las reputaciones de personajes públicos, de detritos, de escándalos, de los restos mortales de las realizaciones humanas. (Mío el sub-rayado.)

La prensa dejó hace mucho de informar, para sólo seducir, agredir y manipular. Los reporteros se desinteresan de la realidad, para centrarse sólo en el lado polémico y chocante.

«Sólo la parte muerta y podrida de la realidad es la que llega a la prensa escrita, radial y televisiva».

Los casos consignados en la obra han creado conmoción.

El conocimiento de personajes aumentó, pero lleno de banalidades. Todos dicen que Saddam era malo y Nelson Mandela bueno, pero no saben por qué; confían  sólo porque lo escucharon en la televisión. Las conclusiones del libro son apabullantes: las grandes realizaciones del espíritu humano estén en decadencia.

La familia es discutida, la tradición olvidada, la religión abandonada, la cultura se banalizó, el folklore entró en caída libre, el arte es fútil. Florece la pornografía, la charlatanería, la imitación, la insipidez o el egoísmo.

No se trata de una decadencia, una «edad de las tinieblas» o el fin de la civilización,  como tantos pregonan. Es sólo una cuestión de obesidad. El hombre moderno está en reposo en el raciocinio, gustos y sentimientos.

El mundo no precisa de reformas, desarrollo y progreso, sino que necesita,  por encima de todo de una dieta mental.

Mis valedores: ¿semejante retrato hablado (atroz, horroroso) corresponde al de algún país determinado? ¿Al de cual, por ejemplo? Difícil saberlo, ¿no les parece? Obesidad mental. (México.)

Gringo invasor

“Yo sólo puedo decir que si la bandera de Estados Unidos llega a ser izada en México, nunca será arriada. Este es el principio de la marcha de Estados Unidos hasta el Canal de Panamá”. (Senador W. Borah.)
Fue aquel 21 de abril de 1914, a las 11 horas con 20 minutos, la hora en que soldados de infantería yanqui descendían del Florida, el Utah y el cañonero Praire, y tomaban tierra en el muelle Porfirio Díaz. Así se iniciaba la invasión gringa a Veracruz.
Según documentos de época y para que no extraviemos la memoria histórica: «La fuerza yanqui marchó hacia la población. Cantando La Adelita, el pueblo veracruzano se lanzó a las calles. Se produjeron escenas de tremendo patetismo. Aureliano Monfort, gendarme, fue el primer patriota abatido por las balas expansivas dum-dum. Dramático fue el caso de la muerte de Charrito, un humilde vecino del puerto. Loco porque ya no tenía parque se echaba pecho a tierra gritando: “¡Viva México! ¡Viva México! Los vecinos lo enterraron ahí mismo, en la calle…
Entre tanto defensor anónimo caería asesinado Andrés Montes, carpintero de oficio. El testimonio de la hija huérfana cuando una bala expansiva le asesinó a su padre: “Recuerdo que del colegio nos despacharon a casa. Cuando llegué, mi mamá estaba muy azorada porque ya sospechaba que habría tiros y cañonazos. Mi papá estaba trabajando en la carpintería que teníamos en la misma casa donde vivíamos. Estaba callado, trabaja y trabaja sin decir palabra.
Eramos 6 hijos: la más chiquita tenía 10 meses de nacida. Sin decir palabra, sin decirnos nada, ni a donde iba, mi papá salió de la casa al oír los primeros disparos. No regresó sino hasta las 6 de la tarde y ya venía armado con un rifle y unos tiros. También regresó trayéndonos dos tanates de pan para que tuviéramos qué comer mientras él estaba afuera.
Como si lo estuviera viendo ahora mismo: mi mamá, rodeada de nosotros, le suplicaba: No te vayas, Andrés, no nos abandones, mira que tenemos niños muy chiquitos. ¿Qué hacemos si te matan? ¡Hazlo por nosotros! Mi padre, que siempre fue muy callado, pronunció tranquilamente estas palabras: Ahorita no tengo madre, ni esposa, ni hijos. Sólo veo que tengo una patria muy linda y tengo que defenderla de la infamia yanqui. Aquí te dejo colgado este machete: anoche lo afilé bien para que al primer gringo que se atreva a entrar en esta casa, le moches la cabeza.
Como mi mamá insistiera en que se quedara, él la hizo a un lado para que le dejara el campo libre. Y así fue como él pudo quitar la tranca de la puerta y salirse a la calle otra vez. Como mi papá no llegó en toda la noche, en la mañana salió a buscarlo mi madre. Era un peligro, pues los tiroteos seguían. Fue entonces cuando supimos: mi papá peleó solo, callado. Lo mataron al anochecer. Una bala expansiva le destrozó el estómago.
Ya no fui a la escuela. Mi mamá nos dijo: ahora todos tendremos que trabajar».
Cuando el cadete José Azueta, de 19 años, agonizaba en el hospital, el contralmirante Fletcher envió unos cirujanos para que lo atendieran. El joven héroe, al verlos, se cubrió el rostro con la sábana: “¡De los invasores no quiero ni la vida! ¡Que se larguen esos perros, no quiero verlos!”
El cadete Virgilio Uribe cayó de espaldas. Horas después se acercó un anciano y preguntó: “¿Qué nuevas me dan de mi hijo?” Le presentaron una guerrera manchada de sangre. El anciano besó aquella sangre mientras lloraba en silencio…”
Perro de guerra el gringo invasor. En el país invadido, hoy un gobierno proyanki. (Es México.)

Muerte anunciada

Emmanuel De H´Herrera Arizcorreta: un año y una semana de que la “justicia” lo asesinó dentro de una celda del penal Neza-Bordo, y no más. Promotor, aquí y en el extranjero, del estudio y divulgación de la cultura, los valores y las tradiciones de nuestro país, su participación activa en movimientos culturales que procuran la preservación de nuestras raíces y su profundo conocimiento arqueológico, dedicado durante los últimos años al estudio de la civilización teotihuacana, lo llevaron en el 2004  a enfrentar la construcción de una sucursal de la transnacional Wall Mart en la Zona Arqueológica de Teotihuacán, que pone en peligro los vestigios de una zona tan importantes para la historia de México y que la UNESCO ha declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad.

El 17 de mayo de 2009 fue internado en el Centro de Prevención y Readaptación Social de Molino de Flores en Texcoco, Edo. de México, y sometido a proceso penal en el Juzgado 2º. de primera instancia. “Portación de arma peligrosa”, la acusación. La juez a cargo del proceso le otorgó la libertad bajo fianza y salió libre el 21 de mayo de 2009.

Pues sí, pero ya a esas horas afuera del penal  lo acechaban 4 esbirros sin identificación que lo treparon a un vehículo. Esposado y con capucha fue “paseado” 6 horas. Nunca se le informó el motivo. Tortura psicológica. Después fue llevado a una oficina de la policía ministerial del Edo. de México, en Toluca. Apelando su derecho constitucional solicitó que se le dejara hacer una llamada, petición que le fue negada. De ahí a la Procuraduría de Justicia del Estado de México para que se  le practicara una certificación médica, pero no habiendo allí ningún aparato para medir la glucosa en sangre, lo llevaron a un hospital, donde lo tuvieron el resto de la noche, con suero e insulina para controlarle la crisis de diabetes con que arribó.

A la mañana siguiente fue presentado al jefe de la policía ministerial, quien le exigió firmar el nombramiento de un abogado de oficio, a lo que se negó reiterando su solicitud de la llamada a la que constitucionalmente tenía derecho. Intentaba establecer contacto con su abogado. Se le negó una vez más. Le presentaron una declaración ministerial para que la firmara, pero se rehusó con el argumento de que requería de la presencia de su abogado o el visitador de la Comisión de Derechos Humanos.  Le hicieron firmar la declaración a la abogada de oficio, abogada que él nunca aceptó, y le dijeron que quedaba libre.

A la salida de la oficina fue detenido por agentes de la Agencia Federal de Investigaciones, que le trasladaron a Cd. Nezahualcóyotl para presentarlo a la delegación de la Procuraduría General de la República y ser ingresado en el penal de Neza-Bordo, donde se le procesó por el  mismo señalamiento de Molino de Flores ante el juzgado 12 de distrito en Cd. Nezahulacóyotl, esta vez con cargos federales. Después, encarcelado en Neza-Bordo, estuvo imposibilitado para presentarse ante el juez en Molino de Flores para proseguir su proceso en el fuero común.

En el penal estuvo hospitalizado 2 meses. En los 11 de encierro y por la tensión generada  (padecía diabetes e hipertensión), presentó severas complicaciones; incluso perdió 5 piezas dentales, desarrolló problemas de visión que pusieron en peligro uno de sus ojos, perdió mucho peso, y lo más grave: el lunes, 11 de abril del 2010, el luchador civil falleció por una paro cardíaco derivado de un derrame cerebral. “Justicia”, sin más. Emmanuel D´Herrera.

(A su memoria..)

Perros de guerra

¿Existe tarea más ingrata que recordar un pasado repleto de desdichas, cargado de iniquidades..?

Tal se duele Carlos B. Delorme, historiador, después de analizar episodios patrios tan dolorosos como la toma de Chapultepec (sept., 1847) por tropas norteamericanas. Un pasado que por culpa de López de Santa Anna iba a ser de verguenza para los mexicanos. Cuántos culiprontos proyanquis seguirían  ese ejemplo para entregar al gringo retazos de soberanía nacional. Hoy, por que no se nos muera la memoria histórica: la invasión de marines gringos a la ciudad y puerto de Veracruz, tantas veces heroica. El pretexto del presidente  W. Wilson para invadirla:

“Sabedor Huerta de la carga que traía el Antilla ordenó el bloqueo de Tampico y despachó dos cañoneros para que lo hiciesen efectivo; entonces el gobierno americano se opuso, declarando que Tampico era puerto abierto y debía quedar abierto, y mandó dos poderosos acorazados, que siguieron de cerca de los cañoneros y protegieron el desembarco de las municiones”.

Huerta no actuó como proyanki esta vez. No por su culpa, como tampoco de  Venustiano Carranza, la de barras y estrellas, para verguenza nacional, amaneció tremolando a toda asta en el palacio de gobierno de esta ciudad capital, como ocurrió en  1847 por causa de aquel López de Santana modelo y precursor de vendepatrias.

Fue en 1914, un 21 de abril, cuando W. Wilson ordenó a sus  tropas invadir la ciudad de Veracruz. El telegrama que preludiaba la crisis: “Chihuahua, 21 de febrero, 1914. Sr. Venustiano Carranza: inglés William S. Benton trató de asesinarme en Cd. Juarez. Pude desarmarlo y lo entregué a un consejo de guerra, que lo condenó a muerte. Respetuosamente, Gral. Francisco Villa”.

La amenazante reacción de Washington: “Sr. Carranza: mi gobierno exige pronta averiguación. De otra suerte se complicará gravemente la situación y obligará a este gobierno a tomar medidas sumamente serias. Estamos seguros de que Usted obrará inmediatamente. W.H. Bryan, Sec. de Estado”.

Pero el fusilado era súbdito inglés, y así lo hizo saber don Venustiano al de la Casa Blanca, pero la fementida Doctrina Monroe estaba vigente desde 1823. La prensa de Washington: “Carranza desafía la Doctrina Monroe. Al negar el permiso a nuestro Depto. de Estado para investigar el asesinato de Benson, Carranza  no hace más que dar una bofetada al Presidente Wilson en plena cara y patear la Doctrina Monroe. En 90 años que tiene de vida esta Doctrina, ninguna de las más grandes potencias europeas ha hecho jamás lo que hace ahora el Jefe de los mexicanos que están fuera de la ley” (sic).

Washington, 15 abril, 1914. “El Pres. Wilson recibe a diputados y miembros de las Comisiones de Relaciones Exteriores del Senado y la Cámara y los entera de su decisión de invadir Veracruz a causa de que sus autoridades se niegan a saludar a la bandera de las barras y las estrellas. El  Senador Chilton, de Virginia Occidental: ¡Yo los obligará a saludar a la bandera, así tuviera que volar toda la ciudad”.

El Senador W. Borah: “Yo sólo puedo decir que si la bandera de Estados Unidos llega a ser izada en México, nunca será arriada. Este es el principio de la marcha de Estados Unidos hasta el Canal de Panamá”.

Aquel 21 de abril de 1914, a las 11 horas con 20 minutos… A contracorriente del Sistema de poder, que así distorsiona o extingue, de plano, la conciencia histórica de las masas sociales,  mañana  la crónica del desembarco de marines gringos al puerto de Veracruz. (Vale.)

Y lo mataron…

Emmanuel D´Herrera, mis valedores. ¿Les dice algo ese nombre? El pasado 11 de abril se cumplió el primer año de su fallecimiento (su asesinato) en el penal Neza-Bordo, víctima de la  “justicia” que se aplica en este país. D´Herrera.

Como si lo estuviera viendo. Alto, delgado, pulcro y de fina estampa física, periódicamente me iba a visitar a mi oficina de Radio Universidad y me hablaba de proyectos sociales para lograr un cambio político que beneficiara a las masas sociales. Yo, desconfiado y suspicaz, le encontraba inexistentes indicios de ser agente de la CIA o algo por el estilo. Le externaba mi desconfianza, y él sonreía. Cuándo iba a entrever al personaje de temple roqueño, inquebrantable en sus principios, lealtades y convicciones, que no se detuvo hasta dejar su existencia en una celda carcelaria. D´Herrera.

Muchos años más tarde una mañana  se me iba a presentar en Radio UNAM un hombre de aspecto enteco y  envejecido, de pupilas lumbrosas mientras me exponía el proyecto de su vida:  evitar que la transnacional  Wal-Mart edificara una sucursal en terrenos aledaños a la Ciudad de los Dioses, Teotihuacán. ¿Este era Emmanuel D´Herrera? Qué metamorfosis. Me pidió leer su demanda en nuestro espacio comunitario de Domingo 6, encargo que cumplí durante meses, hasta juzgar  que sus mensajes llegaban a la reiteración. Hice mal. Más tarde publiqué un par de artículos acerca del daño que la edificación de Wal-Mart causaría al patrimonio histórico de la humanidad.

D´Herrera. Hace ocho días se cumplió un año de su fallecimiento, y recibo un recordatorio por parte de un cierto “Comité por la Liberación de Emmanuel D´Herrera, con el recordatorio del asesinato, que en esencia eso fue, por parte de la “justicia” que se imparte en este país. Leo, del mensaje:

Emmanuel D´Herrera: una sólida formación intelectual, en donde destacan sus estudios en Economía Internacional realizados en Paris, Francia; su capacidad poliglota, puesto que dominaba perfectamente los idiomas francés, inglés e italiano; su amplia carrera desempeñando funciones diplomáticas, comerciales y empresariales en Francia, España, Portugal, Bélgica, EEUU., Colombia y Venezuela.

Su muerte simboliza la instalación de un cada vez más notorio estado de excepción en México, donde el estado de derecho se convierte en un simulacro para justificar la flagrante violación de los derechos humanos y constitucionales de los verdaderos luchadores sociales en nuestro país (esto, mientras se apapacha a los «activistas» que por ignorancia o mala fe se han convertido en colaboracionistas del Sistema de poder).

Acusado de cargos falsos, por su oposición a la construcción de una tienda de la trasnacional Wal-Mart en dicha zona arqueológica, fue detenido violentamente, secuestrado y torturado por la policía, encarcelado por casi un año estando gravemente enfermo de diabetes e hipertensión. Durante ese periodo experimentó un terrible deterioro de su salud hasta que finalmente murió de un derrame cerebral. Su muerte en la cárcel no fue un fenómeno natural, fue un homicidio generado por represión política. Lo que hoy no debe olvidarse es que Wal-Mart ha contribuido al establecimiento del estado de excepción en México y, tristemente, al homicidio de un hombre íntegro.

Emmanuel De Herrera Arizcorreta, hombre comprometido con sus convicciones, debe ser recordado con todo el respeto que se merece. Después de una flagrante violación a sus derechos humanos estuvo injustamente preso en el penal de Neza-Bordo acusado de cargos absolutamente falsos: “portación de artefacto explosivo de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea”.

Emmanuel D´Herrera. (Sigo mañana.)

Réprobos

Y cuándo no. Diputados y senadores. Esos son, acusa la nota de prensa del pasado sábado, los peor evaluados por los empresarios del país.  En el renglón de excelencia, cero obtuvieron las dos cámaras; en el de malo, 44% los diputados; los otros, 42. En el de pésimo, 42 los unos, y los otros no les van a la zaga. Pero un momento, que según ese modelo de camaleones que es el legislador Víctor Hugo Círigo, «legislar no es como guisar».

Pues no, pero en ocasiones legislar es reñir por preferencias etílicas. Según la crónica fechada en noviembre de 1920, y de esto ya va para un siglo, en aquella sesión los diputados legislaban sobre un aumento en los impuestos del pulque El legislador don Felipe de la Barrera, representante del distrito pulquero de Otumba, ocupó la augusta tribuna:

– ¡Hay que mirar por el pobre pueblo mexicano, al que sólo se recurre a la hora de las elecciones! ¡Protejamos la baratura del pulque, porque buena falta está haciendo en Europa toda, donde habrían sido felices si hubiesen tenido a la mano, para olvidar los horrores de la guerra, un licor tan delicioso como el pulque, nuestro licor nacional!

Apenas había terminado de hablar pidiendo que el pulque no fuese gravado con nuevos impuestos, cuando el diputado don Aurelio Manrique llega majestuoso a la augusta tribuna; lleva en sus manos un envoltorio. Lo descubre, y resulta que es un flamante vaso de pulque, que fue a comprar uno de los mozos de la Cámara.

– ¡Señores diputados: aquí tienen este vaso de tlachicotón! Dicen sus defensores que el Barón de Humboldt hace un panegírico de semejante licor. Pero no; el ilustre sabio dice que esta bebida tiene un sabor agridulce, grato al paladar, pero que para acelerar la fermentación, le ponen pulque añejo al agrio, resultando un licor que tiene un olor desagradable, de carne podrida ¡Sólo los que llegan habituarse al sabor del pulque dicen que esta bebida es nutritiva ¡Mentira! ¡Mentira vil! Aquí tienen una cacariza de pulque. ¿Cómo podemos decir que esto sea una bebida para personas civilizadas? ¡Señores diputados! ¡Aprobemos el proyecto de reforma a la fracción que nos presenta la comisión respectiva!

Rojo de ira, el diputado don Felipe de la Barrera trepó a la augusta tribuna:             – ¡No obstante todo lo que dicen en contra del pulque sus malquerientes, yo puedo asegurarles que mientras más pulque entra en la ciudad, menos crímenes se comenten en su nombre ese día! ¡Puedo demostrar fácilmente que el pulque, señores diputados, es mucho mejor que el tequila!

Ademán de odio del diputado Carlos Cuervo, del distrito de Tequila. Sigue De la Barrera:

– ¡Los vinos producen alcoholismo incurable! ¡El pulque, en cambio, produce apenas una suavísima borrachera que se cura con toda facilidad! ¡Lo que pasa es que nuestros pobres entran primero a una cantina, donde les sirven bebidas descompuestas! Cuando ya no tienen dinero y sólo el estómago perdido, acuden a la pulquería para tomarse un vasito de ese licor delicioso. Acuden a él para que los alivie del mal que les hizo el alcohol. ¡Cuando estos pobres salen de la pulquería pueden cometer un crimen, y entonces todo el mundo cree que la culpa la tuvo la pulquería ¡No, señores diputados! ¡Mentira! ¡Alguien dice que al pasar por una pulquería se nota un olor a cadáver. ¡Mentira vil, vil mentira! ¡Las pulquerías, señores diputados, tan sólo huelen a lo que huele el alma del pueblo, de este pueblo de nuestro México

Son los legisladores. Son los representantes populares. Es México. (Mi país.)