Programa Domingo 6 de Radio UNAM, correspondiente al 5 de mayo del año 2013.
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Taller de Lectura – 5 mayo 2013
Taller de lectura correspondiente al 5 de mayo del 2013.
PROFECO
Lady PROFECO, mis valedores. La dueña virtual del organismo federal me trajo al recuerdo los tiempos aquellos en que la Procuraduría Federal del Consumidor era un organismo honesto, decente, con un discreto margen de credibilidad en las masas sociales. Pero ocurrió que Humberto Benítez, su titular, en plan de padre magnánimo lo dio en herencia a la hija con todo e inspectores serviles. Todavía hasta la semana anterior Andrea Benítez dispuso a su antojo y caprichos del organismo burocrático para desde ahí satisfacer sus berrinches de niña sobrona.
La PROFECO. Leí el lamentable episodio del restaurante Maximo Bistrot y de repente se me vino a la mente el recuerdo del organismo cuando encabezado por Morales de la Peña y la historia que me relató una María Antonia, mi vecina de Cádiz, cuyo principio relaté a ustedes ayer. Su voz se tornó memoriosa.
– Parece que fue ayer. ¿Sabe? El documento de la PROFECO que me acaba de llegar ha venido a acarrearme pila de recuerdos y una gran preocupación que luego le aclaro.
La Maritoña suspiró, dio unos sorbos a la de cuasia con ixtafiate. Vi que entornaba sus párpados.
– Y cómo pasan los años. ¿Sabe? Este papel de la PROFECO ha venido a acarrearme una pila de recuerdos…
Miré a la sota moza, que con voz de ausencia:
– Sucede que el día de mi queja ante la PROFECO, Arcadio me había llevado dizque a merendar. Andábamos de novios, ¿sabe?
– Yo tenía entendido que se llamaba Ramón.
– El Moncho es otro; un plato de segunda mesa, como si dijéramos. Arcadio fue mi primero. Muy propio y formal, al principio anduvo saliendo conmigo como Dios manda, o sea en plan de noviazgo, me acuerdo.
– Pero se casaron usted y Arcadio, ¿no es cierto?
– Y cómo no íbamos a casarnos. Y de emergencia, que el Arcadio chico ya se me había venido a acomodar en la puerta, con perdón; y qué hacer, sino correr al registro civil antes de la cesárea y el vestido blanco. Qué tiempos…
Una mirada se le iba y otra se le venía a la Maritoña frutal. Que el restaurante de la mala leche, a decir de la sota moza, quebró de ahí a pocos meses. Leche echada a perder.
– Porque tarde o temprano Dios castiga a los abusivos, y al que obra mal se le pudre el no le voy a decir cuál porque todavía no nos tenemos la suficiente confianza.
– Entiendo que el incidente ocurrió hace ya algunos ayeres.
– Una pila de ayeres, nomás eche cuentas: el restaurancillo, titulado Rock’s, se convirtió más tarde en taller eléctrico: El electrolito.
La vi mordizquear los cuartos traseros de un dromedario de dos jorobas (galletas de animalitos para acompañar la infusión de borraja.) Esos sus dientes, esa su lenguita colorada, esas, esos sus…
– Un día, me acuerdo, se le descargó al Arcadio la batería.
– Es natural. La edad, la rutina, la falta de vitaminas…
– No a él, que a pujidos, pero seguía funcionando, sino a su volks. Entonces fuimos a que se la recargaran, la batería, ahí donde meses antes los del Rock’s nos habían estafado con la leche adulterada ¿Y lo pasará usted a creer? Los del mentado Electrolito también nos transaron, vendiéndonos como nueva una batería de segundo cachete. Yo entonces dije a mi marido: Oye, Gordolobo, ¿y si pusiéramos nuestra queja en la PROFECO?
– Era lo indicado.
– Pues sí, pero no, porque en esas que nos nace la Gladis Elizabeth, y qué mala pata, porque nos fue a resultar con su labio tencuachito, o sea leporino, qué mortificación. Ya para entonces mi viejo se había vuelto un desobligado que se pasaba la vida cosido a la tele. El futbol.
(Sigo mañana.)
Taller de Teoría Política – 4 Mayo 2013
Taller de teoría política, realizado el 4 de mayo del año 2013 en el centro cultural El Juglar.
Una lady más
Asumiré el liderazgo en la protección de los sectores más vulnerables de la población mexicana.
(Allá por el 2007 Antonio Morales de la Peña, por aquel entonces titular de la PROFECO.)
Y ahora en entredicho la Procuraduría Federal del Consumidor. Un incidente escandaloso acaba de ocurrir con cargo a la tal, que involucra directamente a Humberto Benítez, su titular.
Que el susodicho se reponía de una intervención quirúrgica y no ordenó la clausura arbitraria del restaurante Maximo Bistrot. Que fue la hija Andrea quien ordenó a unos operadores serviles efectuaran la clausura porque no la atendieron según exigía.
Así pues, mis valedores, ¿quién manda hoy día en la PROFECO? ¿No advierten ustedes descuido, desorden, arbitrariedad, abuso de autoridad, atribuciones indebidas y una sobre-reacción propiciada por el vacío de poder existente dentro del organismo federal? La respuesta oficial, ¿estará a la medida del nuevo PRI o del PRI autoritario de los viejos tiempos?
Van, a propósito, ciertos sucesos memoriosos que de pronto nos vuelven de revés, nos obligan a mirarnos de piel adentro y, el ánimo en posición fetal, nos tornan melancólicos porque en el recuerdo y a contracorriente del tiempo somos jóvenes otra vez, y otra vez adolescentes, y felices de nueva cuenta. “¿Te acuerdas..?»
Me acuerdo, y el incidente de la PROFECO me iluminó la memoria: ¿qué habrá sido de aquella frutal sota moza, la María Antonia que nos acababa de llegar al edificio de Cádiz? Y a mí, ¿qué fue lo que me obligaba a contemplar a la recién llegada, madura mujer de formas todavía muchachas? ¿Fue su modo de mirar, su dejo en el habla? ¿Fue en mi lengua el regusto del agua de menta y azahar que me ofertaba? Como si no lo supiera: fue esta intolerable soledad, y no más. Ahí, en mi ventana, la luz mortecina del último sol. Pero sí, ahora paso a explicarlo.
– ¿Ya vio esta mala noticia, señor bigotón?
(Solos ella y yo en mi depto. de Cádiz recordé el letrero en la trasera del camión materialista; “Las goza quien las merece, que yo, con verlas, descanso”. Y aquel suspirillo…)
Leí: «La Proc. Federal del Consumidor vigilará que no se alteren los precios.
De lo eficiente que es la PROFECO, esa Procuraduría del consumidor que, según su titular, “asumirá el liderazgo en la producción de los sectores más vulnerables de la población mexicana”, me hablaba aquella tarde la Maritoña, mi vecina reciente. Un discreto mordisco a las partes pudendas de un burro de buen tamaño (con galletas de animalitos acompañaba la infusión).
Pero ahí mismo, la nota alentadora. Leí en alta voz: «La PROFECO vigilará que no se alteren los precios, pero de las 70 mil tortillerías que existen en el país apenas monitorea 206 establecimientos”.
La María Antonia se encrespó: «¿La PROFECO, dice la nota? ¿Esa va a velar por nosotros frente a los carbonosos encarecedores de la canasta básica? No mechinglés, que por propia experiencia sé lo que vale la tal PROFECO. De esa precisamente, qué coincidencia, acabo de recibir este oficio, véalo usted».
Un documento pringado de sellos, matasellos, logotipos, anagramas, aguilitas tricolores y ringorrangos de rúbricas como orinadas de perro impaciente. “Dir. General de Quejas. En relación a su queja, le solicitamos indique el domicilio del proveedor a fin de tramitar debidamente su declaración».
Y que atentamente, y unas siglas y una fecha de aquel entonces sobre el texto de la denuncia: «La leche la dan adulterada y a la compra de menos de un cuarto la venden a tanto más cuanto». (Mañana.)
Mártires de Chicago
«Eran moralmente superiores porque cada uno fue capaz de sentir gran amor por la humanidad”.
¿Qué dirá de esos mártires el discurso oficial? ¿Habrá discurso oficial? ¿Corresponde al sector oficial la conmemoración? Los trabajadores que hoy toman los espacios públicos, ¿recordarán a los obreros sacrificados en el Chicago de 1886 por el «delito» de reclamar derechos del trabajador? ¿Sabrán quiénes fueron los asesinados por el Poder? ¿Conocerán sus nombres?
Va aquí, por que preservemos la memoria histórica, un apunte del crimen que un primero de mayo de 1886 perpetró el Sistema contra un grupo de obreros que en su lucha por la jornada laboral de ocho horas y un salario laboral menos injusto aventaron su vida en prenda y se tornaron mártires. Ellos fueron, entre otros, August Spies, George Engel, Albert R. Parson, Adolph Fisher y Louis Lingg. Rumbo al patíbulo, sus palabras:
Sus leyes están en oposición a la naturaleza y con ellas roban ustedes a las masas el derecho a la vida, a la libertad y al bienestar.
Creen tener derechos sobre todas las personas, sobre sus vidas y su libertad, aun el derecho a asesinar a quienes les son incómodos, cuando son diferentes, cuando no son parte de la amorfa masa o rebaño servil. ¡Tiempo llegará en que nuestro silencio será más poderoso que las voces que hoy estrangulan ustedes!
Aquel 1o. de mayo amaneció caluroso. En su celda de condenados a muerte los cautivos aguardan el patíbulo. Un ruido de cerraduras marca el final. Spies detiene su ambular de león enjaulado. “¿Ya es hora?”, pregunta. “Vamos,» dice uno de los celadores, mostachos hirsutos. “Vamos afuera”.
“Así pues, llegó la hora de la verdad”.
Mientras lo conducían fuera de la celda Lingg comenzó a decir: “No es por un crimen por lo que nos condenan. Es por…” Y guardó silencio. Tiempo después, cinco de los ocho anarquistas condenados a la horca por la justicia de Illinois habían sido concentrados en un saloncillo de la prisión federal, no lejos del “portón de entrada”. (Para ellos nunca más “portón de salida”). Los cinco condenados a muerte se miraron, ligeramente pálidos, pero tranquilos. “Salud, compañeros”. Intentaron una sonrisa.
“No es por un crimen por lo que nos condenan”, repitió Lingg. “Nos condenan por nuestros principios. Pero yo…” Silencio. Afuera sonaban las 10 de la mañana. Ya ante el patíbulo, Lingg iba a completar su mensaje final: “No es por un crimen por lo que ustedes nos condenan; es por nuestros principios. Desprecio a todos ustedes; desprecio su orden, sus leyes, su fuerza, su autoridad. ¡Ahórquenme!”
Habló Engel: “Las leyes de ustedes están en oposición con las leyes de la naturaleza, y mediante ellas roban a las masas el derecho a la vida, a la libertad y al bienestar. Estoy listo”.
“Pueden ustedes sentenciarme –Spies-. Pero que se sepa que en Illinois ocho hombres fueron sentenciados a muerte por pensar en un bienestar futuro, por no perder la esperanza en el último triunfo de la libertad y la justicia”.
“Si la muerte es la pena correlativa a nuestra ardiente pasión por la libertad de la especie humana –Fischer-, entonces yo lo digo muy alto: ¡dispongan de mi vida!”
Al pie de la horca habló Parson: “Sobre el veredicto de ustedes quedará el veredicto del pueblo para demostrar las injusticias sociales de todos ustedes, que son las que nos llevan al cadalso. Pero quedará el veredicto popular para decir que la lucha social no ha terminado por tan poca cosa como es nuestra muerte”.
Esos mártires. (A su memoria.)
Al fin que las masas olvidan
Justicia y memoria histórica. Una nos es desconocida y la otra nos la han terminado por extinguir. Las explosiones del 22 de abril de 1992, cuando estallaron los lloraderos de gasolina que inundaban las cañerías del Sector Reforma, en Guadalajara. El entonces presidente Salinas prometió castigo para los causantes de la tragedia que dejó cientos, miles de víctimas. De esto han pasado ya 21 años. ¿Y? Lo advertía Juan Delgado N. en el Congreso jalisciense:
– El caso no tiene por qué cerrarse, a menos que los ciudadanos lo olviden. Por cuanto a esta Comisión: es hora de que no tiene acceso ni siquiera a los peritajes del caso.
Contestó Alberto Orozco, ex-gobernador panista: “¿Y qué? ¿Nos vamos a pasarla vida llorando?” El canónigo Felipe Buz: “Este hecho de las explosiones no debe provocar polémicas. Hay que olvidar”. El obispo Guadalupe Martín Rábago hizo un llamado al olvido y la reconciliación».
Olvido. Reconciliación, impunidad, la domesticidad y al resumidero la memoria histórica. “Los damnificados presentan querella ante la Proc. Gral. de Justicia de Jalisco contra el gobernador Guillermo Cosío Vidaurri, por ejercicio indebido y abandono de servicio público, abuso de autoridad y genocidio en grado de tentativa”, y que las víctimas de la explosión no fueron las 210 que afirma el gobierno. Fueron 2 mil 197. En los días que estuvo acordonada la zona por ejército y policías, se rescataron cientos de cadáveres más, que por las noches se llevaron a hornos crematorios del Ejército y privados. Se quemaron 70 cuerpos diarios durante 27 días. Pero ustedes, priístas, espérense, que ya vienen las elecciones.
Pasadas las elecciones, “en el olvido, damnificados de las explosiones experimentan impotencia, coraje, decepción y falta de justicia. Lilia Ruiz, representante de los lisiados, dijo que el triunfo del PAN en el gobierno se debió en mucho a su dolor, ya que la sociedad puso todas sus esperanzas en el nuevo partido, que los ha abandonado por completo. Su situación no mejoró con el cambio, y al contrario: la poca ayuda que conservaban (despensas) les fue retirada por el gobierno panista para comprar pavimento”.
Año 2000. “El Congreso del Edo. promete que reabrirá las investigaciones, pero más de 500 afectados reclaman justicia, ya que su situación se agrava y las autoridades han actuado con una política de limosnas en lugar de reparar el daño por un mandato judicial. Acusan al panista Alberto Cárdenas de dar carpetazo al problema social”.
1996. “Tras larga agonía, muere otra víctima de la explosión, por daños cerebrales. Cuatro años los pasó en estado vegetativo, después de que su padre murió en la explosión”. Abril de 1993. El ex gob. Alberto Orozco: “Ya, señores. Hablar del 22 de abril es insano. Yo odio ocuparme de ese asunto. No vamos a pasar el resto de la vida hincados, llorando. La tragedia ocurre en cualquier país, las guerras cobran miles de muertos, y no por eso la gente se pasa el resto de la vida llorando a los caídos. En definitiva, no podemos vivir sólo de llorar tragedias. Los familiares, si desde el cielo nos están viendo, verán con más simpatía que estemos reconstruyendo, y a ellos les gustaría más que estuviéramos laborando, más que llorar y llorar junto a su tumba. No podemos seguir rumiando el rencor”.
Antonio Lozano, titular de la PGR: “El caso es cosa juzgada. No puede reabrirse el expediente en virtud del precepto constitucional”.
Y así, una vez más, la justicia resplandeció en México. (Nuestro país.)
Desmemoria, impunidad
Injusticia reiterada del Sistema de poder, engaños e impunidad que se repiten ante la indiferencia y la desmemoria de unas masas sociales despreocupadas y apáticas. «El mexicano ya no cree en la justicia», afirmó Calderón hace algunos ayeres. ¿Ya no cree en la justicia? ¿Ha creído en ella alguna vez? Y la memoria histórica:
La mortandad se produjo un 22 de abril de 1992, en pleno sexenio salinista en la Guadalajara olorosa a tierra mojada (de sangre, por aquel entonces acabada de derramar), frente a las cámaras de televisión y con un fondo de ruinas, desolación y cadáveres prudentemente disimulados, el chaparrín de las grandes orejas levantaba un índice minusculito para clamar, engolada su voz de pito de calabaza:
– ¡Compatriotas! ¡He dado instrucciones precisas al Procurador Morales Lechuga para que en un plazo no mayor de setenta y dos horas me rinda un informe sobre los responsables del.! Etc.
El responsable directo y único resultó ser PEMEX, pero rápido de reflejos, Francisco Rojas, su director, se adelantaba a acusar:
– Fue la fábrica de aceites La Central, donde se presentó una fuga de hexano que se filtró al drenaje municipal. Ello provocó seis explosiones.
Y una capacidad de fingimiento e hipocresía frente a las ruinas, la desolación, los baldados y los cadáveres del Sector Reforma: “Personal especializado de PEMEX se encuentra en el Sector Reforma, colaborando con las autoridades estatales y municipales en el centro de emergencia. No hay peligro, por suerte, de que nuestros ductos sean afectados».
Sí, PEMEX resultó ser el único responsable de la masacre, pero por diluirle la responsabilidad clamaba el priísta Rafael Rodríguez Barrera:
– No, bueno, los de mi partido no hacemos juicios a priori sobre los hechos de Guadalajara. Los partidos de oposición no deben manipular políticamente el problema. Por el contrario, en lugar de buscar culpables, que ayuden al país a evitar desastres de ese tipo…
La mortandad se produjo un 22 de abril de 1992, y esto después de que vecinos del Sector Reforma estuvieron reportando una y otra vez el hedor a gasolina que emanaba del alcantarillado. Las autoridades correspondientes nunca valoraron semejante denuncia como para destacar el personal adecuado que inspeccionara aquella irregularidad. Y sobrevino la tragedia de las seis explosiones, y casi enseguida quedaría al descubierto la responsabilidad de la paraestatal.
Porque se ha incumplido el derecho del pueblo de Jalisco a conocer la verdad histórica y jurídica de las explosiones del 22 de abril, la Comisión Estatal de Derechos Humanos recomendó al Gob. Francisco Ramírez impulsar un juicio civil en contra de quien resulte responsable de la tragedia.
Los priístas a quienes los legisladores relevaban de toda responsabilidad fueron: Guillermo Cosío Vidaurri, gobernador del Estado; Francisco Rojas, titular de PEMEX; el ex secretario de la SEDUE, Patricio Chirinos, y el titular de la Secretaría de Desarrollo Social, uno de nombre Luis Donaldo Colosio.
En tanto, Alberto Orozco Romero, ex-gobernador de Jalisco:
– Ya, señores, ya estuvo de explosiones y víctimas. Hablar del 22 de eso es insano. Yo aborrezco ocuparme de ese asunto. ¿O qué, nos vamos a pasarla vida llorando?
El canónigo Felipe Buz: “Este hecho de las explosiones no debe provocar polémicas. Hay que olvidar». El obispo José Guadalupe Martín Rábago hizo un llamado al olvido y la reconciliación».
Mis valedores: es el Poder. Es la justicia. (Es México.)
Taller de Lectura – 28 abril 2013
Taller de lectura correspondiente al 28 de abril del 2013.
Domingo 6 – 28 abril 2013
Programa Domingo 6 de Radio UNAM, correspondiente al 28 de abril del año 2013.
Espantacigueñas
¿En México se practica? Sí, por supuesto, pero esta situación ha mejorado desde el 2007, cuando en esta ciudad y bajo circunstancias determinadas se legalizó la interrupción voluntaria del embarazo dentro las 12 primeras emanas de gestación. Horroroso se advertía el panorama hace más de 3 décadas:
«En México las mujeres abortan a lo clandestino, pero queremos creer que no es cierto; el Estado cree castigar el aborto y por ello quiere creer que no existe. El número de juzgados y sentenciados es casi imperceptible frente a los millones de abortos con las leyes actuales. La sociedad cierra los ojos mientras aborta a escondidas, y el fenómeno sigue en aumento por la actitud puritana del Estado de mantener una norma legal impracticable. Es atroz que las mujeres aborten en condiciones antihigiénicas, pero es peor que el Estado las sancione por abortar.
La sociedad mexicana, durante toda la historia de su evolución, ha practicado y practica el aborto ilegal, al margen, a pesar y en virtud de la legislación penal que siempre lo ha sancionado. La clandestinidad en que se realiza, debido a la prohibición legal, repercute en creciente agravamiento en distintos aspectos de la vida comunitaria”.
Y lo que en 1976 ocurría en el país: “El aborto lo practican mayormente mujeres casadas, con hijos, católicas y en edad promedio de 30 años. No es, como se dice, un problema de jóvenes, de solteras o de relaciones extraconyugales o ligeras. En el DF los médicos practican sólo uno de 12 abortos producidos, y las mujeres mueren o en un alto porcentaje quedan lesionadas en su capacidad reproductiva, sexual y de estado general”.
Respecto a aquellas mujeres de pocos dineros que se ponían en manos de médicos «espantacigueñas»:
“Sólo un factor tiende a inhibir entre los pobres el número de abortos: el miedo. La paciente pobre no tiene los recursos económicos para acudir a un sanatorio de calidad, de modo que se resigna a parir un hijo no deseado o se arriesga y se somete a un aborto barato, burdamente practicado y, por lo mismo, muy peligroso. El único factor universal en torno al aborto es la determinación de mujeres desesperadas que, al enfrentarse a embarazos no deseados, intentan a cualquier costo que se les practique un aborto».
Porque ocurría (¿ocurre?) que en México coexistían dos países, uno ficticio y otro real. La contradicción entre estos dos niveles era enorme, en verdad. Su consecuencia era el predominio de la mentira que, a su vez, es una de las causas de la corrupción y la inmoralidad públicas. «El problema del aborto, se decía entonces, es un ejemplo muy claro de esta situación. Las prohibiciones contra el aborto prolongan y fortifican el país irreal, el país de las frases, frente al país real, que es el país de los hechos. La legislación que condena la práctica del aborto debe suprimirse».
México, oct.,2009. En un país garante de la libertad de conciencia, de la autonomía del Estado frente a lo religioso, la igualdad y la no discriminación, la alianza PRI-PAN ha propiciado que en 16 estados de la República se prohíba la despenalización del aborto y que la mujer, amenazada de cárcel y excomunión, pueda decidir sobre lo que ocurre en su propio cuerpo. Roberto Blancarte:
“¿Dónde quedaron los argumentos científicos? ¿Dónde quedaron los derechos de las mujeres? ¿Dónde quedó el Estado laico, garante de la libertad de conciencia, de la autonomía del Estado frente a lo religioso y de la igualdad y la no discriminación? ¿Dónde?” Es México. (Este país.)
Taller de Teoría Política – 27 abril 2013
Taller de teoría política, realizado el 27 de abril del año 2013 en el centro cultural El Juglar.
Aborto: ¿sí, no?
Una vez más ese tema polémico y controvertido que divide opiniones en nuestro país. Del pasado martes:
Las legislaciones de Querétero, Oaxaca y Guanajuato, que reconocen, protegen y garantizan el derecho a la vida desde el momento de la fecundación, son inconstitucionales, según los proyectos de dictamen que en breve resolverá la SCJN.
La definición del aborto: la extracción o expulsión del feto (antes de que pese 500 gramos o tenga 20 semanas de gestación) de manera inducida, sea por razones médicas en relación con la madre o con el feto; sea por razones éticas o humanitarias (violación, incesto, trato sexual con menores o personas con deficiencia mental, planeación familiar, ilegitimidad, etc.) o por razones personales (voluntad propia).
Y la pregunta fundamental, hasta ahora no aclarada de forma fehaciente por la ciencia o las creencias religiosas: ¿existe la vida en el producto desde el momento de la fecundación? ¿Es un ser viviente el huevo no fertilizado? El embriólogo:
– En un sentido, no es un ser viviente. No puede reproducirse sin ayuda, ni siquiera mantenerse por un día o dos. En otro sentido sí, pues su configuración bioquímica contiene sustancias necesarias para la vida y que son producidas sólo por organismos vivos, en este caso por la madre, cuando se forma en el ovario, pero cuando veo al microscopio la estructura física del hombre embrionario no veo ningún vehículo del alma rumbo al cielo, sino sólo frágiles cúmulos de células animales.
J. R. Albaine Pons: En el mejor de los casos es a los seis meses in útero, de “vida”, (aunque todo ha estado vivo: el óvulo y los espermatozoides) cuando se inicia el proceso de integrar estímulos externos y programación genética intrínseca en un cerebro que comienza a hacerse único, entre todos los cerebros del mundo. Hablar de “ser humano” antes de ese tiempo es como decir que las moléculas que nos forman deben ser “respetadas y “tener derechos”, porque antes eran parte constitutiva de otro ser vivo que ya no lo está.
La Iglesia Católica. Conclusión del Concilio Vaticano II: “Cualquier cosa opuesta a la vida misma, como son cualquier tipo de asesinato, genocidio, aborto, eutanasia o la autodestrucción voluntaria. Todas estas cosas y otras de este tipo son en verdad infamias. Envenenan a la sociedad humana, pero hacen más daño a aquellos que las practican que a aquellos que sufren el daño. Además son un deshonor supremo para con el Creador».
El científico: «Somos personas, somos únicos, impares, originales, a partir del sexto mes de embarazo. Antes de eso somos la generalidad de la materia viva tomando forma en una especie particular. No somos personas, no somos únicos, no somos individuos humanos desde la fecundación. Ni el más recalcitrante reduccionista entre los neurobiólogos se atrevería nunca a decir que sólo los genes formarán un cerebro particular, son los genes más su ambiente; en la fecundación y antes de los 6 meses no hay todavía posibilidad de captar ese ambiente y organizarse en consecuencia cerebralmente hablando».
¿El Estado? “Debe ser imparcial, reconocer que el aborto inducido no es un delito y aceptar que es una cuestión que cae en la jurisdicción de la moral individual y que la decisión corresponde a la pareja, esencialmente a la mujer. Así como el Estado no puede obligar a las mujeres a confesarse, comulgar o practicar cualquier otro rito, tampoco debe convertir en un delito un problema de moralidad íntima, como el aborto».
¿En México se aborta? Qué pregunta. (Mañana.)
Reniego y mega-marchita
México y el subdesarrollo mental, el más grave de los subdesarrollos. La Encuesta Nac. de Lectura (22-IV-13) revela que en el 2006 el mexicano leía apenas 2.9 libros al año, básicamente de horóscopos, «superación personal» y «desarrollo humano», imagínense. Pero qué alentador: ya para el 2012 se anunciaba que al año ya leemos 2.94 libros. Tremendo avance que se mide en décimas. Y luego el por qué de nuestra aplastante mediocridad. Lo afirma el estudioso:
Un rasgo común entre un joven que ataca con bombas incendiarias y el muchacho que asalta y viola en un microbús: ambos son incapaces de ponerse en el lugar de los demás. Sin la oportunidad de leer, su imaginación y su sensibilidad quedaron muertas.
Ustedes, mis valedores, ¿cuántos libros leyeron el año anterior? ¿Cuántas horas dedicaron a la lectura? ¿Y a ver la televisión? ¿A cuál de los dos ejercicios (leer, ver la TV) favorece el balance? Entonces rindámonos a la evidencia: cada uno de nosotros es lo que su espíritu es, y su espíritu es eso que le damos por alimento. Y entonces la conclusión: por la lectura y la reflexión somos entes de ideales o somos mediocres. Sin vuelta de hoja. Sin más. Sin cambio de canal, para que algunos me entiendan.
Y luego por qué somos lo que somos y como somos. Por qué estamos como estamos. Por qué nos damos gobiernos como el del difunto beato del Verbo Encarnado (difunto político). Por qué permitimos que nos lo dieran. Por qué el tanto de seis penosísimos años pudimos soportar a semejante Tartufo que convirtió el patrio territorio en un delirante almácigo de cadáveres descuartizados. Todo porque la apatía frente al libro nos esteriliza para pensar y crear estrategias y tácticas que nos lleven a darnos un gobierno aliado al que obedecer como sus mandantes. ¿No está ahí la explicación del por qué nos hemos atornillado en el puro reniego y el redrojo histórico de la mega-marchita?
Pobre país el nuestro, que así exhibe tan siniestro balance entre el ejercicio de la lectura y el de las horas que permanecemos aplastados a dos nalgas frente a la pantalla de plasma, en una postura que remeda la de El Pensador de Rodin, pero que en materia de espíritu y de intelecto es la postura que se adopta a la hora y punto del lugar excusado. Lóbrego.
Y hablando de leer, mis valedores: ¿alguno de ustedes conoce la obra de Kafka, o lo citan como al Quijote, Fuenteovejuna o la Biblia, sólo de oídas? Que esta situación es kafkiana, y que si Kafka escribiese hoy día sobre asuntos de México su literatura sería costumbrista, y tonteras de ese calibre. Los mediocres son temerarios y no les arredra ponerse en evidencia como ignorantes que piensan con cabeza ajena y sólo repiten opiniones y conceptos que escuchan en los diversos medios de condicionamiento de masas. Dígalo, si no, un cierto mediocre e ignorante, ayuno del más elemental sentido de recato y autocrítica, individuo de triste memoria como presidente del país que hoy, tragicómica figura del esperpento y la picaresca política, sigue causando lástimas y verguenza ajena. Sí, ese cocacolero proyanki Vicente Fox que en su sexenio se permitía la desmesura de llenarse la boca con citas de “José Luis Borgues”, al igual que la “señora Marta”, tal para cual en zafiedad e ignorancia, convertía a Rabindranath Tagore en “La Gran Rabina Tagore, y aquí me parece válida la aclaración: tampoco el actual residente de Los Pinos se ha distinguido por su cultura y afición a los libros, ni mucho menos. Lástima.
(Sigo después.)
La soledad, ese achaque…
El arte de estar solos consiste en la capacidad de asumir nuestra propia y radical soledad y, al mismo tiempo, sentirnos identificados con una persona amada, con los demás, con todo ser viviente.
La soledad esta vez, mis valedores. Pudiese referirme a asuntos de requemante actualidad, como la Gordillo, la Coordinadora, las reformas, los «terroristas». De ello pudiese escribir, pero no. Hoy habré de referirme a la humana soledad, que a tantos afecta a estas horas. Porque, mis valedores: ¿quién que es no es un ente abrumado con el sentimiento de la soledad, esa hija terrible y magnífica de la libertad humana que, a escala de mito, con el fruto del conocimiento se echaron sobre los lomos Eva y Adán para descubrirse dueños, pero también responsables, de sus propios actos? Lo dejó asentado el filósofo existencialista:
“Los humanos estamos irremisiblemente condenados a la libertad”.
Terrible y magnífico. Y es que antes de ser sólo éramos fetos, y de recién paridos sólo parte de la naturaleza circundante como lo son el árbol, el gato y demás irracionales, pero con el uso de razón nos descubrimos ya no integrantes de lo irracional y lo inanimado sino individuos únicos e irrepetibles, y por ello esencial e irremediable solos. Yo, Atlas de pacotilla, cargo una soledad que fue más o menos llevadera cuando compartida con mi clan familiar, pero a la ley de la vida todos se fueron desperdigando con su soledad a otra parte, y yo me descubrí hablándome solo y solo contestándome, y fue entonces…
La soledad reside en su laberinto, que el mito ubica en lo más profundo de nuestro ser y donde reside el centro sagrado del que fuimos expulsados para nunca volver, como reside también lo misterioso de la esencia humana y su primigenia soledad. A propósito: hace tiempo comencé a utilizar la computadora. Aislado de amistades y reuniones sociales me atreví a esa especie de magia que atribuí a los mensajes del correo electrónico. Con mi ración de soledad encima lancé a los vientos de la rosa mis correos y me puse a esperar la voz de otros entes tan solitarios como yo mismo. Ya imaginaba a tantos seres anónimos que, abatidos por el achaque común, se comunicaban conmigo, y compartíamos la carga, y hablando nos aliviábamos. Y la que tomé por respuesta, válgame: semejantes mensajes sólo me agriaron la soledad:
«Visítanos. Te esperamos el próximo lunes. Estamos en calle Corrientes, Buenos Aires». «Estudia en la mejor academia de la Región de Los Lagos, Canadá». Las actividades sociales: que este domingo pase una tarde placentera en el Parque Popular, de Barranquilla, Colombia. ¿El renglón económico? Diez, 15 ofrecimientos diarios me aportarán 10, 15 millones de euros o libras esterlinas. Los Irish News, los Euro PW, los M. Sankoura, desde unas supuestas Europa, Inglaterra y Sudáfrica, me ceden herencias. “Mándenos los datos de su tarjeta de crédito”. Fácil.
Suertudo que soy; cómo no serlo, si dos docenas diarias de dadivosos desde su lecho de agonizantes me suplican, última voluntad, que me sirva aceptar esos millones de libras esterlinas. Diez, 15 correos cada mañana. Diez, 15 rabietas, y pepenar un ratón que mi rabia convierte en tigre de Bengala, y entonces tíznale, mandar al canaco a los agónicos donantes. A mí confundirme con los pobres (de espíritu). Y más allá del cascajo, más allá del ruiderío en mi correo, todo se torna como mi vida: ausencias, mutismos, distancia, indiferencia, nada. Lástima. Por cuanto a ustedes, ¿ningún achaque de soledad? ¿De veras? (Bueno.)
Redrojo histórico
Eso, y no más, es y ha sido usted, señor ex-presidente: un redrojo que al finalizar su mandato cayó a plomo en el desván de la historia, para nunca más.
¿Un recuerdo positivo para la ciudadanía mereció su paso por la presidencia? ¿Un busto de bronce, un óleo, o al menos el retrato hablado? Desde su caída del poder ya para nada se habla de usted. Ni para mal, señor ex-presidente, que tal es el destino de los mediocres, y usted lo es de tiempo completo, sin un asomo de carisma y magnetismo personal. Usted, encuevado en algún escondrijo de la Unión Americana, en silencio devora a estas horas las utilidades que le produjo su paso por los dineros públicos, que su gobierno fue el de la corrupción, la sinverguenzada y el predominio de mega-ricos que se sirvieron de usted como de un monigote para medrar. ¡Y lo que dio a ganar a los tales, que a su real antojo lo manejaron, dándole a usted tan sólo la vanidad de las primeras planas! Lo que a sus espaldas se habrán reído ésos que «haiga sido como haiga sido» instrumentaron una transa monumental para que usted afianzara su mandato y ellos sus ganancias ilícitas…
Execrado en su momento, despreocúpese: ya nadie se acuerda de usted. Si acaso llevó a cabo alguna acción meritoria para el país, ¿qué vale, si fue bautizada con sangre? Porque con sangre escribió usted su biografía personal, y como carnicero va a pasar a la historia. Porque pequeñajo como es, y rencoroso y empecinado (mixtura horrorosa), apenas llegado a la presidencia decidió, a modo de compensación, enseñar la mecha corta y exhibir el postizo poder. ¿Qué reportes le llegaban cada día a su escritorio? Catálogos; muertos y heridos. La cosecha sangrienta, señor, a diario dejaba comaladas de viudas y huérfanos, de padres sin hijos e hijos sin padres, de familiares desaparecidos y familias desintegradas en medio del luto, el dolor y las lágrimas. Atroz, horroroso. (Por allá, duelo y clamores, se aleja el éxodo colectivo.)
Centenares de pueblos fantasmas, en llamas algunos de ellos, generó su carnicería. Cada mañana, señor, su despacho sudaba sangre. Era usted el soberano de la nota roja. La industria del periodismo le vivía agradecida porque las cotidianas acciones de usted fueron la materia prima, chorreante de hemoglobina, del condimento con qué alimentar a unas víctimas enfermizas de sadismo, de morbo y crueldad. Para los noticiarios era usted una especie de Laura en América, pero a lo bestia…
Pero eso sí: misticoide y dogmático, en el oficio de matancero siempre supo invocar a su Dios. Que su Dios aprobaba la carnicería, lo juraba besando la cruz.
¿Malo, perverso, sanguinario por naturaleza? No, sus tamaños no le alcanzaban. Dipsómano, y ya. Es usted un adicto al licor que durante los años de su gobierno bien que supo disimular su enfermedad, pero a nadie pasaba inadvertido que borracho activo o pasivo, sus medidas de gobierno parecían obedecer siempre a los consejos de la botella, impartidos de boca a boca.
Y ahora permítame la desmesura del rencoroso: tantos magnicidios han ocurrido en la historia del mundo, y usted tan campante. Destrozó comunidades, provocó duelos y lágrimas, forzó a poblaciones enteras a emigrar, y a usted nadie lo ha agredido físicamente, si no fue el licor a sus hígados. Injusto.
En fin, allá usted, pero yo, cándido que no fuera, desde acá le pregunto: ¿duerme tranquilo en su cama, en la compañía de una esposa nada agraciada físicamente, por cierto? Por cuanto a mí eso fue todo, ex-presidente G.W. Bush. (Vale.)
Taller de Lectura – 21 abril 2013
Taller de lectura correspondiente al 21 de abril del 2013.
Domingo 6 – 21 de abril 2013
Programa Domingo 6 de Radio UNAM, correspondiente al 21 de abril del año 2013.
Perros de guerra
La invasión de marines gringos en Veracruz, mis valedores. Después de analizar episodios patrios tan dolorosos como la anterior invasión (1847) se duele el historiador C.B. Delorme:
¿Existe tarea más ingrata que recordar un pasado repleto de desdichas, cargado de iniquidades?
Un pasado que por culpa de López de Santa Anna iba a ser de verguenza para los mexicanos. Cuántos culiprontos proyanquis seguirían ese ejemplo para entregar al gringo los retazos que restan de soberanía nacional. Hoy, por que no se nos muera la memoria histórica, no la «defensa de Veracruz«, como dice, tímido y cauteloso, el discurso oficial, sino la invasión de marines gringos a la ciudad y puerto de Veracruz, tantas veces heroica. El pretexto del Pres. W. Wilson para invadirla:
“Sabedor Huerta de la carga que traía el Antilla ordenó el bloqueo de Tampico y despachó dos cañoneros para que lo hiciesen efectivo; el gobierno americano se opuso, declarando que Tampico era puerto abierto y debía quedar abierto, y mandó dos poderosos acorazados, que siguieron de cerca de los cañoneros y protegieron el desembarco de las municiones”.
Huerta no actuó como proyanki esta vez. No por su culpa, como tampoco de Venustiano Carranza, la de barras y estrellas, para verguenza nacional, amaneció tremolando a toda asta en el palacio de gobierno, como ocurrió en 1847 por causa de aquel López de Santa Ana precursor de vendepatrias.
Fue en 1914, un 21 de abril, cuando W. Wilson ordenó a sus tropas invadir la ciudad de Veracruz. El telegrama que preludiaba la crisis: “Chihuahua, 21 de febrero, 1914. Sr. Venustiano Carranza: inglés William S. Benton trató de asesinarme en Cd. Juarez. Pude desarmarlo y lo entregué a un consejo de guerra, que lo condenó a muerte. Respetuosamente, Gral. Francisco Villa”.
La amenazante reacción de Washington: “Sr. Carranza: mi gobierno exige pronta averiguación. De otra suerte se complicará gravemente la situación y obligará a este gobierno a tomar medidas sumamente serias. Estamos seguros de que Usted obrará inmediatamente. W.H. Bryan, Sec. de Estado”.
Pero el fusilado era súbdito inglés, y así lo hizo saber don Venustiano al de la Casa Blanca, pero la fementida Doctrina Monroe estaba vigente desde 1823. La prensa de Washington: “Carranza desafía la Doctrina Monroe. Al negar el permiso a nuestro Depto. de Estado para investigar el asesinato de Benson, Carranza no hace más que dar una bofetada al Presidente Wilson en plena cara y patear la Doctrina Monroe. En 90 años que tiene de vida esta Doctrina, ninguna de las más grandes potencias europeas ha hecho jamás lo que hace ahora el Jefe de los mexicanos que están fuera de la ley” (sic).
Washington, 15 abril, 1914. “El Pres. Wilson recibe a diputados y miembros de las Comisiones de Relaciones Exteriores, Cámara y Senado, y expresa su decisión de invadir Veracruz porque sus autoridades se niegan a saludar a la bandera. El Sen. Chilton: ¡Yo los obligaría a saludar a la bandera, así tuviera que volar toda la ciudad”.
El Sen. W. Borah: “Yo sólo puedo decir que si la bandera de EU. llega a ser izada en México nunca será arriada. Es el principio de la marcha hasta el Canal de Panamá”.
Aquel 21 de abril de 1914, a las 11 horas con 20 minutos… A contracorriente del Sistema de poder, que así distorsiona o nos extingue la conciencia histórica, el domingo 21 de abril, en nuestro Domingo 6 de UNAM, la crónica del desembarco de marines en Veracruz, con sus víctimas y victimarios.
(Perros de guerra.)
Taller de Teoría Política – 20 abril 2013
Taller de teoría política, realizado el 20 de abril del año 2013 en el centro cultural El Juglar.