La náusea

Que la política de corto plazo me produce un muy menguado interés, dije a ustedes aquí mismo el pasado viernes. Que la esperanza de las masas sociales en la camada de políticos que abandonan el cargo al cumplirse el plazo y los que llegan a reemplazarlos semeja la gráfica de un electrocardiograma: en el fondo la esperanza por el que deja el poder, pero esa misma en la cresta por el que se estrena en el puesto. “Muy mal nos fue con el PRI de Zedillo, pero ahí llega Fox, y detrás el mismísimo Verbo Encarnado”.
Como el milagro de San Genaro, mis valedores. Las masas padecen toda la suerte, mala suerte, de crisis recurrentes que les provoca el Sistema, pero esperan que en cierta fecha, una vez al año, se licue la sangre del santo, señal de que el año será de dones. Nada cambia para las víctimas del Poder, pero quién puede destruir en el pueblo la certeza del milagro de San Genaro. Así acá entre nos: una y otra vez, periódicamente, se produce el milagro de la esperanza que, hecha garras con el que sale, mágicamente se recompone con el que acaba de entrar. Los logreros del poder, mientras tanto, a seguir mamando del presupuesto público, que para eso detentan la franquicia de la marca política registrada.
El pasado viernes comencé a citar a ciertos ocasionados en el destape de López Portillo, garañón de polendas. Y sí, de la ralea de talamanteros de ayer y hoy, ahí un Lázaro Rubio Félix: “No, no es respaldo el que le damos al licenciado López Portillo. El Partido Popular Socialista designa solemnemente su candidato a don Pepe. Esto es muy distinto a darle respaldo”.
Y un diputado Javier Herrera: “¿A los del PPS nos llaman paleros? SÍ, somos paleros al reconocer como nuestro a JLP, ¡Somos paleros porque somos obreros y tenemos palas… ¡para enterrar a todos los reaccionarios de este país!”
Y otro del PPS, diputado también: “Sí, mi partido declara a don José nuestro candidato oficial. Es que sin nuestro apoyo, perdería muchos votos”.
JLP protestó como candidato del PRI a la presidencia de la república. Los diarios, entonces, criticaron el ruiderío que alzaban todos los círculos políticos con ocasión del destape. Protestó, en el graderío del recinto, aquel Zarate Aquino, gobernador de Oaxaca: “Sí, hacemos ruido, y qué bueno! Destapar a nuestro candidato no es asistir a un velorio”. Y Oscar Flores Tapia mandamás de Coahuila: “El ruido y el entusiasmo son uno de los aspectos fundamentales de la democracia”.
Ya el candidato en gira, El maestro de ceremonias en la Magdalena Contreras: “¡Vamos a ensayar una vez más para que el candidato del pueblo no nos vaya a agarrar en frío, sino bien calientitos! Venga de ahí un viva para México, dos para nuestro partido el PRI…¡ y tres para nuestro candidato!”
Y un Servando López, orador: “¡No hay López que no sea bueno, ni bueno que no sea López!” El cantante “Tony” Aguilar: “¡Vea usted, licenciado, cómo acá, en Ojo Caliente, todas las muchachas son de ojo caliente!” En Tlaxcala Beatriz Paredes, diputada “¡Aquí, licenciado, hoy ocasiones en que los momentos rebasan al polvo de los siglos y transforman la carencia de los años luminosos y lúcidos, porque son la conjugación del devenir histórico y porque tienen la luz que se las da…el Hombre!” Otro lambiscón: “¡En sus iniciales, licenciado, tenemos la conjugación fiel de que habrá de cumplir con lo que ha estado prometiendo en la campiña mexicana! ¡Porque la Jota es Justicia, la Ele Libertad, la Pe de Portillo Paz, y la Pe de Pacheco… Patriotismo!”
Es México. (Este país.)

Mal haya el cortoplacismo

Porque esperar que un cambio benéfico para todos nosotros, los integrantes de las masas sociales, nos llegue desde el Sistema de poder, significa no escarmentar; que confiar a lo terco en la Super-estructura que rige el país equivale a correr, como el ratón de laboratorio, en una banda sin fin, sin nunca salir de un mismo sitio, sin nunca llegar a ningún lugar, sin siquiera saber a dónde intentamos llegar. Tales son los inconvenientes de esperar contra toda esperanza, contra la realidad objetiva y las enseñanzas históricas. Por eso mismo, mis valedores,  no voy a perder mi tiempo de vida con el análisis de eso horroroso (y tan predecible) que acaba de acontecer en Coahuila, Nayarit y el Estado de México.
Nada me importa comentar más allá de la diferencia que observo entre el  político pragmático-utilitarista y el que más allá de pérdidas y ganancias politiqueras de corto plazo  se mantiene fiel a su ideología, sus principios y sus convicciones. Tope en lo que topare. Y no más.
Por exhibir a los arribistas y los logreros de las maniobras politiqueras ahora consigno aquí, para todos ustedes, las machincuepas de trapecistas del pasado reciente, antecesores directos de los chuchos y círigos  medio-hermanos que maniobran hoy día de acuerdo a la ventaja personal y de mafia. Para iniciar la relación,  aquí un esbozo, un retrato hablado de aquello que se perpetró, sé lo que digo, con el destape de aquel reputado López Portillo, ¿lo recuerdan ustedes? ¿Habrán podido olvidarlo? La crónica de la infamia, tan semejante a la actual:
Veintidós de septiembre de 1975. Apenas Echeverría ordenaba al PRI que designara de candidato a López Portillo, rápida de reflejos cierta oportunista Sara Orrnelas, dirigente de vendedores de lotería, hizo pegar con cinta canela en los lomos de los tales vendedores (en la tela de sus chamarras, quiero decir):
“¡El gremio en pleno con López Portillo!”
– ¿Pero cómo sabía usted que el bueno era el extitular de Hacienda? –le preguntó el reportero-. Hace unos minutos que se esparció la noticia y ya el zócalo está repleto de billeteros que apoyan al candidato tricolor. ¿Usted ya sabía del destape?
– No, qué va, contestó Sara Ornelas-.  Yo qué iba a imaginarme que don Pepe era el bueno. Lo que pasa es que vino un billetero que vendía cachitos en el zócalo y me dio la novedad. Fue cuando entre todos le organizamos al licenciado su mitin de apoyo. Pero esto de las chamarritas con las iniciales de don Pepe a la espalda fue algo de veras vaciado, muy simpático, ¿no? Resulta que en cuanto supe lo del licenciado, que en ese momento llamo a todas las billeteras y ahí nos tiene, que en menos que se los cuento les pegamos las letra Jota Ele Pe, y nos fuimos al edificio de la Secretaría esa. ¿Cual era, tú? -Y al recibir la respuesta de uno de los billeteros-: Hacienda sí, allá frente al zócalo, ¿no?
Y lo que entonces significaba la “oposición”: de inmediato, el PPS, Partido Popular Socialista (el “nini-ni”, según el dicho popular: ni partido, ni popular y mucho menos socialista), proclamó a López Portillo su candidato oficial. Y declaraba el diputado pepinosocialista Ortiz Mendoza:
– ¡Sí, nosotros los del PPS reconocemos como nuestro candidato a don José López Portillo! ¡Pero no lo hacemos porque se trate de la cargada no, sino como una táctica y una estrategia típicamente marxista!
La crónica de la ignominia continúa el lunes. Aguárdenla.
“¡En el Estado de México (Ebrard) los perredistas debimos ir en coalición con Acción Nacional! (La náusea.)

Los muertos no nos asustan

Que no se nos muera la memoria histórica, mis valedores. No perdamos de vista esa estrella polar.  El jueves pasado se cumplieron 16 años de que  en el Vado Aguas Blancas, municipio de Coyuca de Benítez, Gro., las metrallas de la Policía motorizada destazaron  las carnes (premeditación, alevosía y ventaja) de militantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur, a la que diezmaron a fuego, sangre y dolor. Fue aquel un tiradero de cadáveres y heridos que aventó al duelo a deudos, viudas y huérfanos. Presente en la carnicería, un a modo de representante oficioso del gobierno de Rubén Figueroa Alcocer: Rodolfo Sotomayor Espino, sub-procurador del Estado, que  días después de los matancero se sinceraba:
– Si yo acudí a Aguas Bancas fue por órdenes del ahora ex procurador Antonio Alcocer. El que protegió al ex-gobernador Figueroa para que no fuera procesado como responsable de la matanza fue el propio “Sistema”.
Ese al que señalaron de autor intelectual de la masacre de Aguas Blancas tenía un compadre en Los Pinos, Ernesto Zedillo. Ante la acusación de su subalterno Sotomayor,  se defendía en 1997 Alcocer Salazar:
– ¡Yo rechazo cualquier responsabilidad penal en la matanza de Aguas Blancas, ni tengo idea de cómo pueda ir el caso! Yo estoy alejado del asunto, no tengo ni la menor idea. Yo ahora soy comisionado del PRI en Chilapa.
Y lo que va de ayer a hoy: en noviembre de 1995 y a nombre de algún organismo defensor de derechos humanos se encrespaba una Mariclaire Acosta  que años después, desde su oficina del gobierno foxista, se nos tornaría mansa, muda e impávida, hasta que el que la encaramó la dejó caer:
– ¡Rubén Figueroa es un asesino! El compadrazgo entre Rubén Figueroa y Ernesto Zedillo es un obstáculo para la aclaración y castigo de todos los hechos violentos registrado en Guerrero. A mí me parecería muy lamentable que un Presidente de la República apoyara a un asesino como Rubén Figueroa, y esto sólo porque es su compadre.
Todavía hoy, para defensores de los derechos humanos de aquí y el exterior, “lo sucedido en el Vado Aguas Blancas no es un hecho aislado. Desde que Rubén Figueroa, compadre de Ernesto Zedillo, asumió la gubernatura (1º. de abril de 1993), han sido asesinados 70 miembros del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y 21 integrantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur; han desaparecido decenas de opositores y tan sólo en uno de los municipios, el de Atoyac de Alvarez, se han registrado más de cien  asesinatos y 23 secuestros en 22 meses”. Detrás de las cifras del oficio de tinieblas,  la absoluta impunidad, la desidia del paisanaje,  el olvido y la paz. Después de Figueroa… ¡Angel Aguirre Rivero, con todo y hermano torturador de indígenas amuzgos!
Pero la lucha de deudos y víctimas continúa: México, marzo de 1996. En nombre de las viudas y familiares de los campesinos asesinados en Aguas Blancas, Paula Galeana Baltasar entregó una carta al Sec. Gral. de la ONU, Boutros Ghali, para solicitar su intervención ante el Pres. Zedillo con el propósito de hacer justicia ante la matanza de Aguas Blancas. ¿Y..?
Nov.,1995. Fidel Velázquez acudió al palacio de gobierno para dar todo el apoyo de la CTM a Rubén Figueroa:
– ¡Usted, señor gobernador, sabe que a nosotros los cetemistas no nos asustan los muertos! ¡Ojalá que los demás gobernadores hicieran lo mismo que hizo usted, caiga quien caiga..!
México, 28 de junio de 1995. Vado Aguas Blancas, ¿ya lo olvidamos? ¿Y Acteal, y El Charco, y El Bosque?  (Es México.)

Un asunto de miércoles

Y nada, que el nuevo edificio del Senado nos fue a resultar una maltrecha metáfora de los poderes de nuestro país; político, financiero, religioso, etc.. La primera semejanza: para alojar apenas a 128 legisladores a cual más de inútil, nos sale constando 3 mil 246 millones de pesos. ¿Y el Sistema de poder?

El inmueble iba a ser “inteligente”. El de Los Pinos iba a ser el presidente del empleo. Pero el “inteligente” nos resultó el más estúpido de los edificios construidos en el país desde los tiempos del primer Nopalito hasta hoy día. A querer o no, los contribuyentes cautivos (en tantos sentidos) tuvimos que pagar por un “inteligente” con toda (mala)  suerte de problemas de carácter estructural.

Para empezar, y según reportes, las estructuras de acero están electrificadas. Que es riesgoso no sólo tocarlas, sino aun acercárseles, como ocurre con las “vallas artes” que erizan la zona cuando el de Los Pinos se arriesga a poner una chancla medio metro fuera del bunker.

¿Que falla la luz? Sí, como viene ocurriendo con el suministro eléctrico desde que el de la Tricolor asestó puñalada trapera a Luz y Fuerza del Centro y aventó a media calle a más de 40 mil  del Mexicano de Electricistas. El, tan campante.

Al “inteligente” la falta el agua en algunas de sus secciones, pero en otras a diario amanece inundado y con el agua al cuello, al igual que los más de 10 millones de “amigas y amigos” que en cuatro años y medio el de Los Pinos aventó a la pobreza.

Muy “inteligente” el inmueble, pero le fallan los elevadores. A jadeos y pujidos intenta subir al Cordero de Dior, a Lujambio, al cristero etílico y yunquista, pero cómo, si no existe elevador que levante a mediocres. Podrá alguno alcanzar la cumbre del puesto político y aun embrocarse la tricolor, pero eso no le quitaría lo “apenitas”, y aun pueden embrocarle el alias de espurio. Y es que en esa cáfila de medianejos se cumple cabalmente  la sentencia bíblica: “Nadie puede aumentar a su estatura un codo”.

Como edificio “inteligente” se supone que iba a reciclar el agua de su gasto y ahorrar energía eléctrica, pero con todo y la campañita de cambio de lámparas el recinto traga luz por todos sus tragaluces. ¿El agua? Cuál reciclar, si toda se le chorrea sobre salones, auditorios y oficinas hasta el grado de que los escurrimientos han afectado el equipo en el área de televisión. El “inteligente” quiso beneficiar el duopolio y acabó regándola (el agua). Claro, tarde o temprano le van a hacer pagar la factura.

Total, que el “inteligente” sigue regándola; tanto, que según reportes que se escurren a lo subrepticio, desde allá arriba, de las azoteas, los escurrimientos alcanzan ya alrededor de 50, 80 mil derrames sangrantes, y no hay dotación suficiente de cubetas y botes alcoholeros para recoger los encharcamientos. Resultado: ya se oyen pasos en la azotea…

Lástima de armatoste. Ya debió servir para los que los cándidos esperaban, pero hace casi cinco años que vegeta, que  sobrevive apenas, a penas de tantos, y amenaza aumentar la cifra de víctimas cuando por falta de cimientos se venga abajo, y lógico en un edificio con esa clase de “inteligencia”: se afirma que del drenaje se le escapan filtraciones de aguas negras y nauseabundos olores. No han bastado, al parecer, los aromatizantes de la radio, la prensa escrita y principalmente la televisión, costosa la mayoría de desodorantes, y bien pagados, para disimular la hediondez y el olor a sangre derramada que despide el “inteligente” edificio.  (Sigo mañana.)

Oficio de tinieblas

México y la justicia, mis valedores. De los autores intelectuales de la masacre del dos de octubre de 1968 uno de ellos, el principal, siente todo el peso de la justicia, y esto a tan sólo 43 años de distancia del reguero de cadáveres desparramados en Tlatelolco. Por sentencia del juez respectivo, Luis Echeverría sufre arresto domiciliario. Cabría suponer que a Rubén Figueroa Alcocer,  ex gobernador de Guerrero y autor intelectual de la masacre de Aguas Blancas, Gro., perpetrada el 28 de junio de 1995, semejante “justicia” lo iría a castigar con arresto domiciliario, pero ni eso. A la distancia de 16 años,  la memoria de Aguas Blancas y Figueroa Alcocer.
Fue en marzo de 1996, cuando el entonces Sec. Gral. de la ONU, Boutros Ghali, visitaba nuestro país. En nombre de las viudas y demás familiares de los campesinos asesinados en Aguas Blancas, Paulina Galeana entregó una carta al de la ONU para solicitar su intervención ante el entonces  presidente Zedillo con el propósito “de encontrar una solución y hacer justicia” ante la matanza del 28 de junio de 1995. Ghali  escuchó a la viuda y no hizo comentario alguno al respecto.
Hoy hace ya 16 años y algunos días de que  el Vado Aguas Blancas, de Coyuca de Benítez, se engrifó de cadáveres masacrados; una masacre que presagiaba la de Acteal, El Charco y El Bosque, los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez y el Edo. de México así como tantos crímenes más, todos  impunes. Mis valedores:
Por que la memoria no se nos muera y por que sepamos a qué atenernos en relación al esclarecimiento de los tantos crímenes que por ahí andan clamando justicia: el entonces Ernesto Zedillo prometió hacer pronta y expedita justicia. Sobre la testa de los asesinos iba a caer todo el peso de la ley y todo el rigor de la justicia. Los años pasaron, llegó Fox, ¿y? Llegó el gobierno del Verbo Encarnado, ¿y? El periodista Carlos Ramírez:
El día de su destape Zedillo acudió a una fastuosa residencia y fue recibido por el propietario: el gobernador guerrerense Rubén Figueroa Alcocer, su compadre.
No mucho tiempo después iba a suceder que Anacleto Ahuehueteco, Simpliciano Martínez, Clímaco Martínez (qué nombres para un corrido), y una docena más de paisanos, militantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur,  iban a ser minuciosamente masacrados a mansalva por las balas de una Policía motorizada que (órdenes superiores) les disparó a discreción. Detrás estaba un personaje para tantos guerrerenses siniestro, hijo siniestro del siniestro de todo Guerrero, Rubén Figueroa Figueroa, el Figueroa Alcocer compadre del dicho Zedillo. De espectador, con las balas del gobierno sembrando el almácigo de muertos, el sub-procurador de Justicia de Guerrero, Rodolfo Sotomayor Espino.  Hoy, intocable e intocado, el compadre que señalan como autor intelectual de la masacre sigue, en libertad, administrando sus negocios camioneros. Es México.
Secretario general de gobierno con Rubén Figueroa era un J. Rubén Robles Catalán, y un Antonio Alcocer Salazar el Procurador de Justicia estatal. A 16 años justos (injustísimos por la impunidad de que disfrutan los presuntos responsables del sembradío de cadáveres), todos los nombrados andaban (¿andan?) en completa libertad. Como para apuntalar una memoria histórica que en el paisanaje es tan sutil, tan efímera y vulnerable, aquí algunos datos de lo que una vez rematada la labor de los matanceros ha ocurrido a nivel de justicia.
Días después de los matanceros el sub-procurador…  (Eso, mañana.)

Marta, Fox…

No quisiera más ventura – ni más dicha merecer – que de tu boca a la mía – no cupiera un alfiler…
Observo la foto de hace 10 años. Veo a la pareja trenzada de brazos, sonriendo al mirarse a los ojos, pura mielecita en penca. Miro en sus rostros ese amor senil, y tan joven, que es el  de Fox y su Marta, cuyo matrimonio cumplirá mañana 10 años de edad.
Me gusta hablar del amor; declarar el amor; proclamarlo, gozarlo, sumergirme en él. Fue por ello que cuando Fox se casó con su Marta y vi en las fotos sus bocas unidas, quise alabar cumplidamente al varón. Sin asomo de sarcasmo, sin ironía. “Pero no azozobrarse”, aclaré para evitar suspicacias. No me he vuelto de los intelectuales orgánicos que viven de culimpinarse ante el Poder. Yo nunca. Mi loa sin reticencias, dije, va para ese varón que, según todos los indicios, padece de cierta dolencia en su corazón que de corazón le alabo, dolencia común y tan poco común entre los humanos. Vicente Fox está enamorado hasta el tuétano y vive ese estado de gracia que es el amor. Yo, y por esto ya puedo morir en paz, años y felices días he padecido tal achaque en la carne viva de la viva entraña de cada telilla del corazón. Cómo no entender los desplantes de Fox frente a su amantísima…
Los entiendo y aplaudo: a mí tiempo me falta para proclamar mi amor por la Nallieli amantísima. Por ello alabo al enamorado, pondero a ese amador al que el fervor amoroso le brota en el rostro como esplendorosa erisipela. Por contras…
Pienso, por contras, en esos sórdidos chismes de amoríos clandestinos de tantos de los antecesores de Fox. López Mateos. Carisma, juventud, coche deportivo, buen físico y el prestigio presidencial. ¿Resultado? Un garañón insaciable en cachonderías de entrepierna. Eso sórdido, grotesco, que fueron los amoríos de un adefesio todo dientes y jetas, un Díaz Hordas que a espaldas de doña Guadalupe se refocilaba con los silicones, las cirugías y lo del  todo  postizo,  incluyendo los lunares, de cuanta bataclana accedía a soportar, por amor al billete, que el hocicudo me la dejara toda embijada de sangre fresca (Tlatelolco) donde hubiese puesto las manos: tetas, glúteos, entrepierna y anexas. Grotesco.
¿Que fue alharaquiento el amor de Fox? Compárenlo con los amoríos de un morueco y burro manadero, de un padrillo y garañón que ante familiares y públicos funcionarios se vació en una descabellada compulsión por todo lo que oliera a pompa(s) y circunstancias, ese López Portillo que con su instrumento rojo (el teléfono)  de Los Pinos hizo leonera, y que a familiares y colaboradores se les caiga de vergüenza.  (No cito, porque no me consta, los chismarajos que aluden a De la Madrid.)
Feo, pelón, chaparrín, orejudo  y cascorvo,  tipluda vocezuca de pito de calabaza: como aspirante a las lides de amor, ¿habrá ente más desdichado que él? Pero qué maquillista no será el dinero para una ambiciocilla que a la hora de la intimidad cierre los ojos y las apriete, refiérome a las quijadas. ¿Cuánta estrellita de buen canal (el de las estrellas) no se involucró con el que se decía de Agualeguas?
Frente a tanta indignidad y cachondería de compra-venta y trasputín,  ¿no son admirables las muestras de amor que San Cristóbal cobija a estas horas, 10 años después? Muy cierto, esos amores nos costaron joyas, viajes, tráfico de influencias, cuenta secreta (Vamos, México).  ¿Y los amoríos de los otros qué?
Si Vicente quiere a Marta – y ella es todo su querer – ya la besa, ya la exalta – ya no sabe ni qué hacer.  (Nallieli.)

La mala fe y el candor

Exigimos un Plan de Emergencia Nacional de atención a la juventud para garantizar el acceso a una educación pública, gratuita y de alto nivel académico para todos, así como empleo digno. (J. Sicilia.)
Voy a crear fuentes de trabajo, con empleo bien remunerado y cercanas al domicilio del recién egresado del centro de estudios. (L.F. Bravo Mena.)
Promesas inauditas, delirantes demandas. ¿Quién, quiénes guían a las masas sociales en este país? ¿Con qué luces del pensamiento científico y la  ciencia política? Las promesas de campaña, ¿cuánto nos salen costando? ¿Y  nosotros, en tanto? ¿Ni  todo lo que pagamos por las promesas siempre incumplidas nos fuerzan a pensar, a reaccionar? Mis valedores: este fenómeno sólo se explica, a mi juicio, por la vía de la educación que se imparte en México, de la cual van aquí algunos indicios:
Sobre el nivel de lectura en diversos países que acaba de publicar la UNESCO, cifras comparativas entre Japón y México: el hábito de lectura de los japoneses es de 91 puntos; el de los mexicanos, de 2 puntos. Horas efectivas dedicadas a la educación: 1,195 en Corea; 562 en México. Al ritmo que avanza en materia de calidad educativa, para alcanzar el nivel promedio de los demás países de la OCDE nuestro país va a tardarse alrededor de 50 años; para igualar al de Shangai, nada más 327 años. ¿Pero nosotros, en cambio, cuántas horas entregamos de forma domesticada, servil, al aparato de televisión que nos proporciona los opiáceos para que esta sociedad enferma continúe mansa, domesticada, apática, dependiente y renuente a pensar?  Bailes de niñas en pantaletas,  telenovelas,  los “reality shows”, que dicen los gringos de segunda y, sobre todo, el clásico pasecito a la red, con el que los gritones de la TV manipulan a tantos, y enfervorizan.
Tienden los comentaristas a acentuar el carácter estético del futbol. Hablan de estilos y técnicas como hablarían de una escuela pictórica, pero no debemos engañarnos: tan sólo se trata de crear una seudo-cultura basada en valores irrisorios para uso de las masas a las que no se les permite tener acceso a la cultura. Simulan un serio estudio de algo de lo que nada hay que comentar aparte de algunas elementales reglas de juego.
Mis valedores: ¿con semejante material radiactivo alimentar nuestro espíritu? Ah, entonces sí merecemos las promesas de los Erubiel y congéneres  y la exhibición  de la “ciencia política” que a estas horas exhiben los bien intencionados, supongo,  Eduardo Gallo, Isabel Miranda,  Alejandro Martí, Emilio Alvarez Icaza y Javier Sicilia, esa “ciencia política”, que no rebasa la exigencia de que todo el gobierno de gatos, por amor a Ratolandia, se vuelva vegetariano. Tal es la teoría política que los guía  en su justísima lucha por encontrar,  en la almendra viva de la corrupción, ese fruto dulcísimo que es la justicia. En los terrenos del Sistema de poder, imagínense…
Y así, a contracorriente del pensamiento científico, vámonos a organizar movimientos espontáneos, esos tan bien trovados por los intelectuales orgánicos, voceros de un Poder al que los “activistas” toman por aliado de las masas sciales. “Así, poeta, vas bien. Tú puedes. Por ese camino vas a encontrar la salida del laberinto”. Todo con el estilo cursilón, falsamente poético, que  en su momento caracterizó al Subcomandante Marcos en los inicios del difunto EZLN. Y qué hacer, si  nosotros nos negamos a pensar, a convertir nuestro pensamiento en acción, a todo lo que no sea reniego, exigencia y TV. Ah, México. (Qué país.)

¡E-xi-gi-mos!

Sicilia acordó con Calderón instalar una comisión de seguimiento con la Secretaría de Gobernación y reunirse en tres meses para evaluar en qué medida se cumplió el pliego petitorio. De antemano, la respuesta de Calderón volvió a ser un no regreso del Ejército a sus cuarteles.
El surrealismo en pleno, mis valedores. Eso que acaba de suceder entre un periodista y el de Los Pinos me parece muy a propósito como para leer entre líneas. Esa entrevista del pasado jueves encierra su muy buena moraleja, ¿pero cuál? Piénsenlo.
Al leer la crónica de lo ocurrido en el Palacio de Chapultepec se me vino a la mente, oportuna como nunca antes en la historia reciente del país, la fábula de cierta comunidad de ratones que se habían dado un gobierno de gatos, los que desde el Poder depredaban la ratuna población. Aquel día, cansados de servir de alimento de unos gatos atrabiliarios, se les enfrentaron con una exigencia: que dejaran de  asolar a la comunidad. Con la debida atención, los gatos escucharon a la comisión de ratones y le prometieron una rápida enmienda. Qué bien. Exultantes, los parlamentarios salieron a comunicar la buena nueva a la ratona comunidad. Perfecto.
Perfecto, sí, pero no por ello los gatos se quedaron sin comer…
Ante los nulos resultados de su demanda,  en las siguientes elecciones votaron ya no por los gatos negros, sino por los gatos blancos, y cuando se desencantaron de los blancos decidieron elegir a unos gatos moteados de blanco y negro, maniobra de alta política a la que denominaron coalición. Todo fue en vano. Los gatos en el gobierno seguían comiendo ratones. Extraño, ¿no les parece?
Aquel día, ya cansados de las tropelías del nuevo gobierno, algunos de los ratones decidieron confrontarlos una vez más, y descubrieron que los gatos se mostraban anuentes al diálogo, y entonces los encararon, les exigieron, les demandaron de forma enérgica y altisonante. Los gatos concedieron y prometieron, tomaron nota de los resolutivos y fijaron con la comisión de ratones la fecha de la próxima reunión. Todo un logro para la población de ratones. Los gatos, porque era la hora de comer, procedieron de acuerdo a su naturaleza: se echaron sobre los parlamentarios y vivos se los tragaron. Y a esperar la siguiente reunión entre los comisionados de la población ratonil y la de los gatos en el gobierno. En Ratolandia después de aquella entrevista, retoñaba la esperanza. ¡Si se puede! Y aquel optimismo…Y hasta aquí la elocuencia de aquella fábula que concluye con la prisión del ratoncillo que se atrevió a proponer:
¿Y si nos diésemos un gobierno de ratones..?
Elocuente la fábula, pero nosotros, impávidos. Una realidad sustentada en el surrealismo puro y en el  puro esperpento explota ante nuestros ojos, pero las legañas nos impiden percatarnos de tal evidencia sobre el estado de crisis al que entre todos hemos reducido nuestra casa común. ¿Acaso no somos capaces de oír las públicas voces cuya clarinada nos advierten la profundidad del barrancón en el que hemos caído? ¿Hay sordera en nosotros frente a la estridencia de dos corrientes principales de voces públicas, las más elocuentes, las de mayor estridencia? ¿Cuáles voces?  Por una parte, las de los candidatos a puestos de elección popular: una innoble verborrea de promesas;  por la otra, la cargazón de demandas con las que algunos “activistas”  han encarado a los del Poder. ¿Cuáles en esa verborrea, retrato hablado de nuestro país hoy día, serán las más desproporcionadas? (Esto sigue mañana.)

Como a menores de edad

Noam Chomsky, mis valedores, el lingüista norteamericano que en sus ensayos nos planta enfrente el espejo donde podamos reconocer las estrategias con que el Sistema de poder nos mantiene mansos y dependientes, medidas de manipulación mediática que a la mayoría nos pasan inadvertidas. De las 10 más evidentes comencé ayer a enumerar las 4 primeras; ahora habré de llegar al final. La quinta de las tales estrategias de control mediático, que copio tal cual:
Tratar al público como menor de edad.
La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes, entonación  infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono digno del niño. Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestión, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de un menor de edad.
6.- Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión.
Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido crítico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores y compulsiones, o inducir comportamientos.
7.-Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad.
Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para sus control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales “inferiores” debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma tal que la distancia de la ignorancia que  planea entre las clases “inferiores” y las de las clases sociales superiores sea y permanezca imposibles de alcanzar para las clases inferiores”.
8.-  Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad.
Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto…
9.- Reforzar la auto-culpabilidad.
Hacer creer al individuo que es solamente él es culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se auto-desvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y sin acción, ¡no hay revolución!
10.- Conocer a los individuos mejor de lo que se conocen ellos mismos.
En el transcurso de los últimos 50 años los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y los de quienes que poseen y utilizan las élites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “Sistema” ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él mismo se conoce. Esto significa que en la mayoría de los casos el “Sistema” ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.
¿Y qué? ¿Nos miramos en ese espejo? ¿Nos reconocimos como entes domesticados por un Sistema de poder que nos mantiene mansos y aletargados(no a mí) con la fascinación de la TV? Esto que escribió un lingüista de Estados Unidos, ¿vale o no vale para nuestro país? (Mis valedores: ¿me lo creerán? Esto es México.)

Activismos y caravanas

El activismo social, mis valedores. La Caravana del Consuelo culminó su recorrido por la Ruta del Dolor,  a todas horas custodiada por el ejercicio “sublime” de un contingente de “sacerdotes cívicos”. Ahora, con la dicha Caravana del Consuelo ya ubicada en el Vértice o en el Vórtice del Dolor, según la expresión del reportero, sus dirigentes han firmado el Pacto Nacional por la Paz, en el que exigen, entre otras demandas a cual más de “realistas”, la revocación de funcionarios corruptos, la vuelta inmediata del ejército a sus cuarteles y juicio político a Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública, y al presidente Calderón. Para hoy mismo, jueves, está programada la entrevista que sostendrá el repentino activista Javier Sicilia con los dos condenados al juicio político, surrealismo esperpéntico.
La Caravana del Consuelo contó con el apoyo de diversas organizaciones no gubernamentales y grupos sociales agraviados en su persona, en sus hijos, en sus familiares, por el gobierno del Verbo Encarnado. Y aquí lo asombroso, y lo lamentable también, a reserva de juicios en contra:
Por estos días he escuchado en la radio las opiniones políticas de los activistas Eduardo Gallo, Isabel Miranda, Alejandro Martí y Javier Sicilia. Al oírlos he reafirmado mi rechazo al simple movimiento espontáneo de masas y mi respeto irrestricto por el conocimiento científico y, en general, la cultura política, con la certidumbre de que  no se adquieren de forma automática porque se haya sufrido la pérdida de un ser amado. Y el elemento hepático, visceral:
“Nunca había llorado tanto”, confesó Emilio Alvarez Icaza, defensor de los derechos humanos, al final de la Ruta del Dolor, tan emotiva resultó la multicitada caravana. Tales palabras me llevan a reflexionar en la síntesis del verdadero revolucionario, y no pienso en armas de fuego: “caliente el corazón, pero fría la cabeza”. Pero aquí lo asombroso y, a mi juicio, trágico:
A la susodicha caravana, según informaciones y crónicas periodísticas, se ahijaron también algunos representantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. De no creerse: aquel primero de enero de 1994 el EZLN se levantó en armas contra el gobierno neoliberal de Carlos Salinas y la entrada del país al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá. El propósito era cambiar de raíz y  con la fuerza armada las estructuras de un Sistema de poder negativo para las masas sociales, cambio que habría de rebasar el carácter de coyuntural y constituirse en un cambio histórico, cuya estrategia sintetizó en media docena de palabras: “nuevo gobierno, nuevo constituyente, nueva Constitución”. Nada más, pero nada menos. El Sistema, de forma automática, se convirtió en el enemigo histórico de dicho cambio. La empresa, para los  encapuchados: derrotar  o ser derrotado por el Poder, porque al  enemigo se le vence, no se le exige.
De no creerse: un EZLN  que arma en mano intentó el cambio de estructuras en el país ahora marchaba con el resto de la caravana a lo largo de la  Ruta del Dolor exigiendo a ese mismo Poder al que años antes había declarado su enemigo histórico. Mis valedores:
Un ejercicio de pensar y de autocrítica sobre el resultado que han arrojado  nuestras estrategias frente al gobierno en turno  nos llevaría de manera lógica a la conciencia de que no han sido las adecuadas porque encaramos no a un Poder aliado sino a uno que medra de nuestra debilidad, y que  ha sintetizado el antídoto contra esas formas de lucha. (Seguiré con el tema.)

Dolor, consuelo, demandas

La Caravana del consuelo, mis valedores, que en Ciudad Juárez remató su recorrido por la Ruta del dolor con la firma del Pacto ciudadano que exige al Estado, entre muchas otras demandas, la cancelación inmediata de la Iniciativa Mérida, juicio político al de Los Pinos y al titular de Seguridad y exterminio total de la corrupción pública. Así de fácil. Así de sencillo. A la estridencia de la caravana y la desmesura de las demandas, expuse ayer aquí mismo la conciencia y la falta de conciencia de enemigo histórico, teoría que he venido expresando ante todos ustedes con la analogía del tigre y los lugareños. Ahora pronto la fábula de Ratolandia, que imaginó el político canadiense Tommy Douglas y transcribí en este espacio hace algunas semanas, ilustra a cabalidad el concepto de enemigo histórico: según ella las masas sociales somos una comunidad de ratones que se ha dado un gobierno de gatos. Mis valedores:
Ratolandia está gobernada por una gavilla de gatos. Ahí es donde se ubica la conciencia de enemigo histórico. ¿Si estuviésemos conscientes de situación tan calamitosa para todos nosotros seríamos tan insensatos como para exigir a los gatos que muden de naturaleza y por amor a nosotros se priven de su alimento, que somos los integrantes de la comunidad? ¿Exigirles, demandarles, como sí se  exigiría, para provecho común, a un gobierno nuestro, un gobierno aliado, al que obedecer como sus mandantes? ¿Apuntalar nuestra exigencia con la táctica del plantón, la caravana y la mega-marchita, cuando es tarea y obligación perentoria de todos nosotros encontrar las tácticas efectivas, sin salirnos de la ley,  para desplazarlos y darnos un gobierno aliado? Y el final de la fábula:
Cansados de probar un gobierno de gatos negros, que al resultarles dañeros cambiaron por un gobierno de gatos blancos, y luego estos por uno de gatos pintos, maniobra que denominaron coalición, a alguno de los ratones se le ocurre la idea: “¿Y si para |finiquitar de raíz esta situación calamitosa para todos nosotros, integrásemos un gobierno ya no de gatos, sino de ratones?”
¿Ah, con que intentando  subvertir el orden? Y al calabozo. Y a continuar Ratolandia e-xi-gien-do al gobierno de gatos, y a forjarle caravanas por la ruta del dolor. A propósito:
Ayer dije que acabo de escuchar en la radio las opiniones “políticas” de los activistas Isabel Miranda,  Eduardo Gallo, Alejandro Martí y Javier Sicilia. Este último, en especial, surge de la nada como un personaje de arrastre en unas masas sociales laceradas por el Verbo Encarnado,  y válgame, que me alarmé; al escucharlos he reafirmado mi rechazo al simple movimiento espontáneo de masas y mi respeto irrestricto por el conocimiento científico y, en general, por la cultura política, con la certidumbre de que  no se adquieren de forma automática porque se haya sufrido la pérdida de un ser amado, y de que quien posee el don de congregar multitudes adquiere, de forma correlativa, la obligación de estudiar la historia, la realidad objetiva y la teoría política. ¿O un ciego guiando  una comunidad de ciegos?
Recuerdo, a propósito de líderes, muchedumbres y memoria histórica, aquello horroroso que perpetraron Cuauhtémoc Cárdenas en agosto de 1994, repleto el zócalo de descontentos por el triunfo de Zedillo en las urnas,  y A.M. López Obrador, zócalo lleno y Paseo de la Reforma tomado, después de la privatización personal de Los Pinos por parte de algún hijo desobediente del Verbo Encarnado.  (Pero de esto hablaré después.)

¡E-xi-gi-mos!

El activismo social, mis valedores. La Caravana del Consuelo ha culminado su recorrido por la Ruta del Dolor,  siempre custodiada por la “sublime” acción de un contingente de “sacerdotes cívicos”. Ahora, con la dicha Caravana del Consuelo ya situada en el vértice y en el vórtice del Dolor, donde la ubicó un cierto comentarista, sus dirigentes han firmado un Pacto ciudadano en el que exigen al de Los Pinos, entre otras demandas a cual más de “sensatas”, “cancelar la Iniciativa Mérida, fin inmediato a la estrategia de guerra, desmilitarizar el país, retiro del fuero militar y que el ejército regrese de inmediato a sus cuarteles”. No más.
Y qué decir de “juicio político al de Los Pinos, al Secretario de Seguridad Pública y al de la Secretaría del Trabajo”. ¿Qué no fue suficiente? Al documento se le añadió “la explicación de las fortunas de individuos como Carlos Salinas y Elba Esther Gordillo y la resolución inmediata de todos los casos pendientes de asesinatos y desapariciones forzadazas de luchadores civiles”. Fácil. Factible. Mis valedores:
En la anterior emisión de nuestro programa Domingo 6, de Radio Universidad, me referí a la conciencia de cambio histórico que precisamos, que sólo nosotros lo podemos y debemos llevar a cabo, y del enemigo histórico de ese cambio, que es el Sistema de poder. El famoso “nuevo gobierno, nuevo constituyente, nueva Constitución”, del EZLN. Cité, para ejemplificar el concepto de “enemigo histórico”, la fábula de Ratolandia, del político canadiense Tommy Douglas, que reproduje aquí mismo hace varias semanas, donde una comunidad de ratones se dio un gobierno de gatos, y con todo y lo que los tales devastaban a la comunidad, por falta de conciencia de enemigo histórico los ratones seguían considerándolos sus aliados, votaban por ellos, les exigían que dejaran de depredarlos y para presionarlos se vivían forjándoles  plantones,  caravanas y mega-marchitas que tanto la historia como la realidad objetiva les juraban a gritos que el gato en turno en Los Pinos “ni los veo, ni los oigo, ni los siento. No se puede, y háganle como quieran”. Pero para un roedor es tan difícil pensar. Mis valedores:
Un ejercicio de autocrítica sobre el resultado que han arrojado  nuestras tácticas y estrategias frente a los gatos nos llevaría de manera lógica a la conciencia de que no han sido las adecuadas porque no enfrentamos un gobierno aliado, sino al del Sistema de poder. Y aquí un hecho que me parece trágico: por estos días he escuchado en la radio las opiniones políticas de los activistas Sra. Miranda de Wallace, Eduardo Gallo, Alejandro Martí y el propio Javier Sicilia, y créanme: oyéndolos he reafirmado mi rechazo al simple movimiento espontáneo de masas, con su catálogo de “buenas intenciones”, y mi respeto irrestricto por el conocimiento científico y la cultura política en general, con la  certidumbre de que  no se adquieren de forma automática, al modo de la ciencia infusa,  porque se haya sufrido la pérdida de un ser amado.
Así que en el recién firmado Pacto, mis valedores, “contralorías ciudadanas para el revocamiento de mandato de todos los funcionarios corruptos y plantones frente a las instancias con exigencias correctas”, Dios.
Pero ahí, de repente,  surge como elemento alentador un vocablo en verdad contundente: boicot. Y qué efectivo resultaría si las masas sociales, más allá de la multitud, de la muchedumbre espontánea, estuviesen ya organizadas en unidades autogestivas, con verdadera fuerza popular. (Sigo después.)

Los herederos de la promesa

Los mexicanos tienen que estar preparados para administrar la abundancia.

Tal afirmó en el sexenio de López Portillo, y a nombre de él, un cierto priísta Rubirosa Wade, y lo que tantos temíamos: no se extinguía el eco de la promesa cuando ahí nomás, ominosa, en la economía petrolizada se reciclaba una más de las tantas crisis que a lo recurrente padece la economía familiar. Y hablando de la abundancia, lo afirmó en su momento el actual presidente  de Estados Unidos Barack Obama:

La clase media será prioridad. Para rescatarla aplicaré de inmediato el plan adecuado.

Algo semejante a lo que afirmó Fox en llegando a Los Pinos:

Nuestra clase media se está cayendo a pedazos, pero yo trabajo fuerte para extenderla y construirle un futuro mejor para las siguientes generaciones.

Yo por aquel entonces relaté aquí mismo cierto incidente que me mostró con más elocuencia que cualquier análisis de economista la depreciación que mal soportaban las clases medias de este país. Pero sucede que en el sexenio del Verbo Encarnado  las clases medias ya no se cae a pedazos. Hoy mismo nuestro país se afana en plena tarea de administrar su abundancia, según el martes pasado lo comunicó a todo México Ernesto Cordero, titular de Hacienda ante una tandada de patroncitos de la COPARMEX congregados en el auditorio de la Univ. Autónoma de San Luis Potosí. Sus palabras:

México dejó de ser un país pobre. Ahora se considera un país de clase media alta. No somos un país de desarrollo bajo, sino de desarrollo humano medio.  México es ya un país de renta media que viene a consolidar clases medias como hace tiempo no se lograba.

¿Esa explosiva revelación del Cordero,  mis valedores, habrá tornado obsoleto el incidente que hace algunos años me aconteció con un cierto representante de las clases medias de mi país? Aquí, para el juicio de ustedes, el incidente de marras.

Fue aquel domingo a media mañana. El doctor Pérez Y Hernández (como los políticos mediocres, el profesionista más fácilmente perdona una mentada de madre que su apellido de madre se omita) me invitó a comer.

– Pero como Dios manda, no a lo que da el pago de sus fabulillas. Trépese.

A su volks rojo. “Directamente a las patas, mi valedor. Patas de mula, ¿le gustan los mariscos? No, y más antes eran todavía mejor para el organismo. ¿Le gustan?”

Se me hizo agua, me refiero a la boca. El doctor de los dos apellidos:

– Conozco un restaurante en Toluca donde mmm, una gloria de camarones.

Y a la gloria nos fuimos; la de  los mariscos. Dizque por su virtud tonificante no estoy seguro si del cerebelo, el apéndice o no sé qué clase de bulbo, ha de ser el raquídeo. Ya en la carretera (carretera libre, para evitar el peaje)  por boca del doctorcito se expresaron las clases medias de mi país:

– Mire nomás qué chulada de arboledas. De ensueño, ¿no? Lindo mi México, se lo digo yo, que todavía en pasados sexenios no perdonaba mi viaje semestral a las Europas, nomás gastando divisas a lo pendejo. ¿Sabe que aquí donde me ve yo he andado desde Sumatra hasta La Sutra?

Iba a contestársela, pero me aguanté. Por una pata de mula, a este mula doctor le aguanto cualquier patada. De mula.

– Mire: serranías pachonas de vegetación. Abedules, algarrobos o chicozapotes, sepa la madre. ¿Qué le piden estos bosques a los de Viena? Esos pinos, ¿qué le piden a Los Pinos espurios? Para qué derrochar divisas en Europa, ¿no le parece?

Lo miré de reojo. Me dieron una lástima las clases medias de mi país…

(Esto sigue mañana.)

Esta vez La Chirriona

Pero un momento, mis valedores, no pensar mal. Cuando hablo de La Chirriona, y perdonen el tufo un tanto cuanto machista,  no me refiero a figura política alguna, ya sea la Gordillo, la Paredes de batón y huipil o una Vázquez Mota escritora de la reputadísima obra que a modo de título eleva a los santos cielos esa plegaria: “Dios mío, hazme viuda”. Tampoco aludo a esa Martha que allá en tierras nayaritas, convenenciera que nos resultó, acaba de pegar estridente chaquetazo desde el Sol Azteca para ir a caer en aureolas y beatitudes  del Verbo Encarnado.

Yo, al mentar La Chirriona, tampoco aludo a una cierta Luisa María Calderón Hinojosa, apellidos que no me son del todo desconocidos, y que cuando en la tertulia  los mienta algún contertulio imprudente se me estrujan los compañones y los pelos del espinazo se vuelven alfileres en la pelleja. Es por eso que evito testerear a esa Luisa María que con el alias de La Cocoa intenta pegar un  michoacanazo más escandaloso que el de los treinta y tantos funcionarios inocentes encerrados en la de alta seguridad, y asentar sus dos reales en el  sillón que en noviembre deje vacante Godoy. Ninguna figura política evoco con La Chirriona de marras.

Ya sea este sopor vespertino, ya sean la fatiga, el desánimo, el desencanto del diario vivir o una especie de menopausia que me ha acarreado la edad; lo cierto es que yo, amador de cantatas, conciertos y sinfonías, ahora me he puesto a escuchar en el aparato, como en los años en que yo lucía, mis viejos sones de la tierra vieja, la mía; sones arribeños, sones abajeños, sones de tarima y esos de tambora que es decir los de mis derrumbaderos zacatecanos. Por reanimarme púseme a oírlos, y salió peor, que escuchándolos se me fue empantanando el ánimo de una terca nostalgia, de una porfiada decepción. Y este desánimo…

Oí hace rato La culebra, Las olas, El cuatro, Las alazanas; cambié a La Chirriona y Los górgoros, con sus frases apicaradas: De la pi- de la pila nace lagua – delaguá – delaguá caracolitos – señorá – señorá no vaya a lagua – donde lehá – donde le hace gorgoritos, seño-rááá…

No, y esta lloroncita en tono menor que entre desgarros de voz se duele, se queja, llora: Si oyes tocar a difunto-no me reces agonías – que alcabo no me quisiste – que tú nunca me quisiste – como yo a ti te quería…

Ustedes, los que me atienden y entiende han de dispensar,  porque de pronto se me ha contristado la enjundia del ánima según voy oyendo en el par de bocinas  el pespunte de esos regocijamientos, como allá decimos, que me están faceteando de cuero adentro-, esos que han sido la alegría del diario vivir y que hoy, esta tarde…

Escúchenlos. Oigan esos instrumentos ejecutados (“ejecutados”) por manos gafas a punta de arado y barzón, manos de aquellos mis músicos cimarrones que son los mantenedores de la buena música de la buena tierra. El pregón gozosamente lamentoso:

Ay, Virgen del Patrocinio -ayúdame con mis penas – mi vicio son los conquianes – y las mujeres morenas… (Aolí.)

Distingo los instrumentos; ese que lleva los arreboles de la voz cantante, cantarina voz en primera de sol mayor, es el clarinete. Juguetón él, medio sentimental, llorón cuando se propone reblandecer voluntades de enagua y corpiño y un su poquito de amalditado cuando de pagar mal se trata, jijodiún…

Ese que se le ahija al cuadril es el saxofón, haciéndole una segunda que va ladereando, contrapunteándosele como pariente mal avenido, yéndosele de pronto por la travesía. (El final de la murga, mañana.)

 

Democracia, libertad, cinismo…

¡Llamamos al presidente de Yemen a ceder inmediatamente el poder! (B. Obama, 26 de mayo, 2011.)

Aquí finaliza, mis valedores, la carta abierta que acaba de enviar un “Premio Nobel de la Paz” a otro  galardonado:  Adolfo Pérez Esquivel a Barack Obama, que nos ha resultado perro de guerra.

Tú, dice a Obama; tú,  argumentando en la mentira y la soberbia del poder que todo lo haces para salvar al pueblo, en nombre de “la democracia y defensa de la soberanía” llegas al cinismo de decir que la muerte de mujeres y niños son “daños colaterales”. Eso lo viví en Irak, en Bagdad con los bombardeos a la ciudad y el hospital pediátrico, y en el refugio de niños, víctimas de esos “daños colaterales”.

La palabra vaciada de valores y contenido: al asesinato lo llamas muerte y dices que por fin EE.UU. ha “muerto” a Bin Laden. No trato de justificarlo, estoy en contra de todo terrorismo, tanto de esos grupos armados, como del terrorismo de Estado que tu país ejerce en diversas partes del mundo apoyando a dictadores, imponiendo bases militares e intervenciones armadas, ejerciendo la violencia para mantenerse por el terror en el eje del poder mundial. ¿Hay un solo “eje del mal”? ¿Cómo lo llamarías? ¿Será por ese motivo que el pueblo de los EE.UU. vive con tanto miedo a las represalias de quienes llaman el “eje del mal”?

La paz es una dinámica de vida en las relaciones entre las personas y los pueblos; es un desafío a la conciencia de la humanidad; su camino es trabajoso, cotidiano y esperanzador, donde los pueblos son constructores de su propia vida y de su propia historia. La paz no se regala, se construye, y eso es lo que te falta, muchacho: coraje para asumir la responsabilidad histórica con tu pueblo y la humanidad.

No puedes vivir en el laberinto del miedo y la dominación de quienes gobiernan los EE.UU., desconociendo los tratados internacionales, los pactos y protocolos, de gobiernos que firman pero no ratifican nada y no cumplen ninguno de los acuerdos, pero hablan en nombre de la libertad y el derecho.

¿Cómo puedes hablar de la paz si no quieres cumplir con nada, salvo los intereses de tu país?

Cómo puedes hablar de la libertad cuando tienes en las cárceles a prisioneros inocentes, en Guantánamo, en los EE.UU., en las cárceles de Irak, como la de Abu Graib, y en Afganistán?

¿Cómo puedes hablar de los derechos humanos y la dignidad de los pueblos cuando siempre los violas y bloqueas a quienes no comparten tu ideología y deben soportar tus abusos?

¿Cómo puedes enviar fuerzas militares a Haití después del devastador terremoto y no ayuda humanitaria a ese sufrido pueblo?

¿Cómo puedes hablar de libertad cuando masacras a los pueblos del Medio Oriente y propagas guerras y torturas, en conflictos interminables que desangran a los palestinos e israelíes?

Barack: mira para arriba de tu laberinto; encuentra la estrella que te guíe, aunque nunca puedas alcanzarla.

Busca ser coherente entre lo que dices y haces. El Nobel de la Paz es un instrumento al servicio de los pueblos, nunca para la vanidad personal.

Te deseo mucha fuerza y esperanza, y esperamos que tengas el coraje de corregir el camino y encontrar la sabiduría de la paz.

Buenos Aires, 5 de mayo de 2011.

Hoy hace 34 años, tras un vuelo de la muerte durante la dictadura militar argentina apoyada por los EE.UU., sobreviví; salí por arriba del laberinto de la desesperación y descubrí en las estrellas el camino. Dice el profeta: “La hora más oscura es cuando comienza el amanecer”. (Vale.)

¿Armas para la paz?

Obama no debe olvidar que por convicción pertenece a ese grupo de  de estadunidenses que creen que la tolerancia, la compasión y la generosidad son valores definitorios de la identidad nacional (¡!) (S. Muñoz Bata, Reforma, 26-V-11.)

Sigue aquí, mis valedores, la carta abierta que acaba de enviar Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz 1980, al premiado también Barack Obama.

Eras muy joven Barack durante la Guerra de Vietnam; tal vez no recuerdes la lucha del pueblo norteamericano por oponerse a la guerra. Los muertos, heridos y mutilados hasta el día de hoy sufren sus consecuencias.

Tomás Merton decía –frente a un matasellos del correo que acababa de llegar, The U.S. Army, key to peace, “El ejército estadounidense, clave de la paz”–: Ningún ejército es clave de la paz. Ninguna nación tiene la clave de nada que no sea la guerra. El poder no tiene nada que ver con la paz. Cuando más aumentan los hombres el poder militar, más violan la paz y la destruyen.

He compartido y acompañado a los veteranos de guerra de Vietnam, en particular a Brian Wilson y sus compañeros, quienes fueron víctimas de esa guerra y de todas las guerras.

La vida tiene ese no sé qué de lo imprevisto y sorprendente, de la fragancia y belleza que Dios nos dio para toda la humanidad y que debemos proteger para dejar a las generaciones futuras una vida más justa y fraterna; restablecer el equilibrio con la Madre Tierra.

Si no reaccionamos para cambiar la situación actual de la soberbia suicida, arrastrando a los pueblos a recovecos profundos donde muere la esperanza, será difícil salir y ver la luz. La humanidad merece un destino mejor.

Sabes que la esperanza es como el loto que crece en el fango y florece en todo su esplendor mostrando su belleza. Leopoldo Marechal, ese gran escritor argentino, decía que “del laberinto se sale por arriba”.

Y creo, Barack, que después de seguir tu ruta equivocando caminos, te encuentras en un laberinto sin poder encontrar la salida y te entierras más y más en la violencia, en la incertidumbre, devorado por el poder de dominación, arrastrado por las grandes corporaciones, el complejo industrial militar, y crees tener el poder que todo lo puede y que el mundo está a los pies de los EE.UU. porque impone la fuerza de las armas, e invades países con total impunidad. Es una realidad dolorosa, pero también existe la resistencia de los pueblos que no claudican frente a los poderosos.

Son tan largas las atrocidades cometidas por tu país en el mundo que daría tema para largo, es un desafío para los historiadores que tendrán que investigar y saber de los comportamientos, política, grandeza y pequeñeces que han llevado a EE.UU. al monocultivo de las mentes que no le permite ver otras realidades.

A Bin Laden, supuesto autor ideológico del ataque a las Torres Gemelas, lo identifican como el Satán encarnado que aterrorizaba al mundo y la propaganda de tu gobierno lo señalaba como el “eje del mal”, y eso le ha servido para declarar las guerras deseadas que el complejo industrial militar necesita para colocar sus productos de muerte

Sabes que investigadores del trágico 11 de septiembre señalan que el atentado tiene mucho de “autogolpe”, como el avión contra el Pentágono y el vaciamiento anterior de las oficinas de las Torres; atentado que dio motivo para desatar la guerra contra Irak y Afganistán y ahora contra Libia; argumentando en la mentira y la soberbia del poder que todo lo haces para salvar al pueblo, en nombre de “la libertad. (El final, mañana.)