Autor: alea
Taller de Lectura – 13 Mayo 2012
Taller de Lectura – 06 Mayo 2012
Caí en los infiernos
Fue ayer a media mañana, y aquí mi recado para el Diablo mayor. Señor Casaubón:
Acabo de bajar a los apretados infiernos. ¿Son de su propiedad, don Marcelo? A mí no me consta ni tengo pruebas para afirmarlo; sospecho que quienes le atribuyen la posesión de los susodichos tampoco tienen las pruebas. En fin. Sea como sea, señor jefe de gobierno del DDF., quienes planearon y ponen en operación los corralones de esta noble y vial qué poca Tula tuvieron para celebrar el jueves pasado. Muy poca madre, de veras.
Yo el día de ayer me vi forzado a invertir una buena parte de mi tiempo vital (mala parte para quien tiene la desgracia de caer en esa trampa donde se degrada la humana dignidad. Las pruebas, más adelante); de mi tiempo vital, repito, en arrancar mi voks. cremita de las garras de una famélica jauría de blue demon armados con fauces de alto poder. Ah, la humana condición. La humana miseria y sus víctimas…
De no creer, si no las hubiese padecido, esas humillantes condiciones en que opera un corralón del DDF (¿suyos, mi buen don Marcelo?) en un país al que el padrino de Peña embombilló a la fuerza en la OCDE, y que ahora presume de formar parte del G-20. Háblenle de OCDE y G-20 al trabajador de salario mínimo a la hora de la comida con la única y los chilpayates mientras oyen al Zurdo del Verbo Encarnado alabarse por su política financiera, que mantiene al país arañando los niveles económicos del Primer Mundo. Ah, México.
Puros embustes, señor don Marcelo. Puras engañifas. Más allá de éxitos económicos de hojalata y masquiña, el tamaño de país que se torna cada día más rabón por culpa de Calderón y congéneres exhibe su retrato hablado en aquel corralón atascado de coches en reclusión con derecho a fianza excesiva, motos amontonadas y motos de pupilas rebrillosas después de la violación de mi volks cremita, que hasta me lo despatarraron. Y aquí ya lo oigo decir, don Marcelo (al infeliz gobernado le hablan de tú):
– Tú tienes la culpa, por qué lo dejaste mal estacionado.
Para qué jurarle por mi santa madre que no fue así. Ya oiría su réplica:
– No, si todos los criminales juran ser inocentes.
De acuerdo, señor. Criminal soy yo. ¿Pero las condiciones infrahumanas, infra-bestiales, violadoras de la humana dignidad, que los blue demon del corralón aplican al criminal para, luego de someterlo a pruebas que Hitler, Stalin, Nazar Haro y Eisenhower nunca hubiesen imaginado, permitirle reencontrarse con el delincuente de cuatro ruedas, tratar de calmarle su sistema nervioso y después de inyecciones y lavativas de gasolina (¡ah, los gasolinazos del Verbo Encarnado!) volverle el alma al cuerpo con la promesa de la vuelta al hogar? Señor jefe de gobierno:
Si en la propiedad de los corralones de esta ciudad no tiene cola que le pisen, ¿podría un día de estos probar la cola de quienes aguardan llegar a la boca de la covacha donde pagar, y muy caro, la osadía de haber estacionado el cremita en una ración de vía pública, patrimonio común, donde no existía aviso oficial alguno eque lo prohibiera?
Horas y horas bajo el rayo del sol. Un solo blue demon recibiendo los documentos originales y las copias que sostenía yo en la diestra, con los dos billetes de 500 en una mano siniestra que me tembloriqueaba. No sé que aversión me provoca esa zurda desde que a mi país le cayó el mal fario, la salación y la mala sombra de ser gobernado (es un decir) por una mano siniestra. Señor Casaubón: ¿ya en su cartera mis dos billetes? (Las pruebas de tal horror, mañana.)
Pensamiento mágico y Minotauro
¿Y entonces, mis valedores? ¿Radio y televisión nos enfervorizaron al máximo? ¿Traemos en calidad de obsesión a los cuatro magníficos, preguntándonos cuál de los cuatro será el mejor? De ser así, y por aquello de normar nuestro criterio: ¿existe entre ellos diferencia alguna en relación a planes, promesas y compromisos? ¿Qué diferencias advierten ustedes en ese catálogo de buenas intenciones? ¿Y entre las propuestas de los cuatro de hoy día y las del sexenio anterior, y entre aquellas y las de los predecesores, hasta llegar cuando menos a Pascual Ortiz Rubio? ¿Qué fue de las propuestas de campaña de Ortiz Rubio y siguientes, hasta llegar al cuarteto de los actuales? ¿Nos sirvieron tales compromisos? ¿De qué nos sirvieron? ¿Hoy con alguno de los cuatro de marras todo va a cambiar, todo va a ser distinto? ¿Por qué? ¿Creer en alguno de esos cuatro no significa transitar por los terrenos de la milagrería y el pensamiento mágico? Y otra más:
A lo largo de sus fulgurantes procesos electoreros, ¿qué ha ocurrido con este país, que más allá de las altisonantes promesas de cambio las naciones que traíamos a la zaga nos han rebasado por culpa de un mediocre progreso obstaculizado por la descomunal corrupción y una educación pública cuya estatura se mide por la de su líder moral, la Gordillo?
Por cuanto a los «medios» , ¿hay alguna diferencia entre el manejo actual del proceso y el de anteriores sufragios? ¿Las hay entre las épocas previas a un proceso electoral y las de unos juegos olímpicos, una pelea de box o un encuentro Chivas- América? ¿Seguimos en la ignorancia de que al permitir que radio y televisión nos utilizaran sin protección ya padecemos el síndrome de inmuno-deficiencia adquirida, esa que nos imposibilita para pensar con cabeza propia? (Pensar, por ejemplo, a quién o a quienes benefician y a quién o quiénes perjudican las descomunales campañas de condicionamiento, manipulación y enajenación de masas, que a todos nos salen costando decenas de miles de millones de pesos.) Mis valedores:
Los cuatro candidatos, al igual que los siete partidos del Estado que los proponen, ¿lo son de todos nosotros? ¿No son parte intrínseca de esa Super-estructura que detenta el poder? De ser así, ¿los intereses de los candidatos serán los nuestros o los del poder del que forman parte? ¿Vale seguir delegando en ellos? ¿Seguiremos creyendo que por amor a las masas ese Sistema va a propiciar que el poder pase a nosotros, que es decir a un gobierno aliado de todos nosotros?
Las masas sociales, en el laberinto, deambulamos en busca de esa salida que nos urge encontrar porque en el corazón del susodicho nos acosa un Minotauro hambriento, feroz. ¿Cuál de los aspirantes al puesto de Minotauro irá a ser aliado de las masas? ¿Alguno de ellos, convertido ya en Minotauro, nos sacará del laberinto, que significaría su extinción y la de todo el Sistema? ¿Exigirle que nos conduzca a la salida, lo que supondría su muerte por inanición? Tenerlo presente, mis valedores: los votantes obedecemos sin mandar, y el Minotauro manda sin obedecer. Sin más. Sufragar, sí, pero al propio tiempo organizarnos en comités autogestionarios con los que logremos ese gobierno al que obedecer como sus mandantes. (Tan fácil como parece. Por culpa nuestra, tan difícil.)
Pero eso sí, por supuesto, ese día, a su hora, vamos a votar. Ejercemos un derecho y cumplimos una obligación cívica. ¿Cómo, por quién, por cuál vamos a sufragar? Prerrogativa de cada quién. (México.)
Maestros dogmáticos
El dogma y las luchas magisteriales. Ocurrió en 1997. Con las manos vacías regresaron a casa los contingentes de maestros que habían efectuado su concentración anual en el DF. A modo de despedida, su comunicado de prensa, de dar verguenza:
Los trabajadores de la educación del DF, organizados en la Sección 9 del SNTE, reconocemos el apoyo que los habitantes de la Cd. de México nos brindaron durante el paro indefinido (sic) de labores, el esfuerzo de miles de maestros, padres de familia, alumnos, pueblo trabajador todos (resic), no fue suficiente; marchas, mítines, cierres de escuelas y plantones sólo lograron arrancar al gobierno priísta una mínima respuesta a nuestro pliego petitorio. La incapacidad (¡!) del gobierno neoliberal de Ernesto Zedillo requiere ser enfrentada por una fuerza mucho mayor a la desplegada hasta ahora…
Eso, en 1997. Ya antes había sucedido el incidente de los mentores frente a las puertas cerradas de Televisa, 1989. Yo, a la vista de ese contingente de mentores a los que el Sistema traía a mal traer les envié este mensaje del que, según los resultados, ni siquiera tuvieron conocimiento:
Compañeros de la Coordinadora Nac. de Trabajadores de la Educación: se enfrentan ustedes al Sistema y sus voceros oficiosos, esos «medios» que malinformaron sañudamente a las masas sobre el conflicto magisterial, siempre parciales en contra de ustedes. Ah, esos comentarios editoriales, esas caricaturas de caricaturas, esos noticieros de Televisa, esos…
Tanta saña exudaron sus informaciones que el tres de mayo (1989), miles de ustedes tomaron los alrededores de Chapultepec 18 y pusieron sitio a las instalaciones del consorcio donde se «perpetran» los noticiarios. Ustedes exigían (ojo: exigían) enmendaran el trazo y proporcionaran al paisanaje una información objetiva, oportuna, veraz e imparcial de los sucesos tocantes a su movimiento disidente.
¿Eso hicieron, maestros? ¿Y la conciencia de enemigo histórico? El diario: “Tras una manifestación de tres horas, de tapizar con carteles las paredes exteriores del inmueble y de una clausura simbólica de la empresa comunicativa por su parcialidad informativa, Alemán ordenó abrir las puertas de Chapultepec 18 para dialogar”. Con unos cuantos.
Y las pancartas: “Jacobo necesita aumento, pero en sus lentes, para que cuente bien a los maestros”. Y que hay una materia que no aprobó, la gris, y lo bochornoso: “Amador Narzia, de Televisa, ingresó por la puerta trasera, copada por los maestros. Piden sólo un minuto, un minuto para decirle… Narzia hizo como que no oía para colarse por una rendija abierta”. Y dejar a los maestros con la palabra en la boca.
“Nosotros sólo queríamos decirle que no diga mentiras. Que nos escuche”. Dejo de lado la vergüenza, propia y ajena, que su actuación me produjo, compañeros maestros, para decirles lo que, según todos los indicios, ustedes no han querido entender. En la lucha social existen dos vías: una es exigir; la otra, asumir. La primera, la más socorrida, resulta inútil. Asumir es la opción valedera. ¿Ustedes exigiendo? ¿Quedándose ustedes con la palabra en la boca? ¿Sólo a 12 de ustedes permitió hablar Alemán? ¿Eso a integrantes del organismo corporativo de control de maestros más grande de Iberoamérica? ¿Eso a ustedes, que en conjunto tienen una influencia directa y total en millones de alumnos, y a través de ellos en millones de familias, que es decir en todo este país? ¿E-xi-gien-do ustedes a su enemigo histórico? Ah, maestros, ah, México. (Este país.)
Las manos vacías
¡Lucha frontal contra la condición de apóstoles! Sí, contra la versión de un apóstol sufrido y candoroso que soporte tranquilo la miseria y el hambre, porque cuanta más hambre y miseria más diáfano será el apóstol: he ahí un ideal del maestro mexicano que la burguesía tiene particular interés en difundir. (Aníbal Ponce: Educación y lucha de clases, 1937)
La lucha magisterial, mis valedores, desde aquellas fragorosas contiendas que al final de la década de los 50s. sostuvo el magisterio lado a lado con médicos, telegrafistas, ferrocarrileros y otros gremios descontentos. Las causas de esa lucha son válidas y legítimas, por más que para el Sistema, bien lo asentaba Aníbal Ponce hace ya 75 años, en directo contacto con las masas populares sería peligroso que el maestro llegara a comprender que también es un obrero como los otros, explotado y humillado. ¡Qué procedimiento más refinado, en cambio, convertir su propia miserable situación en la virtud más excelsa de este venerable «instrumento del Eterno»!
Categórico. Pues sí, pero siendo tan justas sus demandas en cuanto gremio trabajador, ¿por qué ese estreñimiento mental a la hora de crear estrategias válidas, eficaces, para conseguir sus reivindicaciones de clase? ¿Por qué reducir sus tácticas a la mega-marchita que, según lo dejaron probado de forma fehaciente sus movilizaciones de fines de los 50s., no producen logro ninguno para las bases sindicales del magisterio? A propósito: en mi archivo encontré un espléndido estudio donde la investigadora apunta la razón: la desmemoria; la carencia absoluta de memoria histórica. Su dicho:
“En el caso de los movimiento sociales ni siquiera los propios grupos que fungieron como actores principales escapan a estas carencias y deformaciones. A través de contactos personales con maestros de primaria del DF me he convencido de que ignoran casi completamente, sobre todo los jóvenes, lo sucedido hace unos años y que sus juicios al respecto, cuando los tienen, generalmente carecen de sustentación y se limitan a manifestar su simpatía o antipatía para con los líderes del movimiento”.
Situación en verdad lamentable, si se toma en cuenta que cualquier intento serio de democratización dentro del Sindicato Nac. de Trabajadores de la Educación (SNTE) se enfrentará en gran parte a los mismos obstáculos que se encontraron en 1958 y que, por lo tanto, la previa asimilación de la lucha que entonces se desarrolló se torna no sólo deseable, sino necesaria. Claro, sí, pero el dogma…
El incidente ocurrió hace algún tiempo, pero qué lección para los maestros que quieran avocarse, siquiera por una vez, al ejercicio de pensar:
Los mentores disidentes que a la advocación del Día del Maestro se congregaron en esta ciudad (¡esa rutina!) regresaron a sus lugares de origen. Con las manos vacías, como viene ocurriendo desde 1958, y eso que por aquel entonces se apalancaban en la insurgencia de médicos, telegrafistas y ferrocarrileros. Esta vez tornaron a Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Zacatecas. Antes de irse y a modo de despedida hubieran podido, una vez más, publicar su desplegado de prensa de junio de 1997 que, con ánimo de que capten ustedes la «eficacia» de la estrategia magisterial, copio aquí en su parte medular, con esa sintaxis y con esa lógica: yo te exijo; tú ignoras mi exigencia; yo me regreso con las manos vacías, ergo: tú eres un inepto. Ah, mentores. El texto, con su redacción:
A los ciudadanos del DF. Al pueblo trabajador .Al magisterio nacional del DF. (Mañana.)
¿Y yo por qué?
Chicago, ciudad capital de un imperio naciente. El burbujeante Chicago de la Ley Seca, la Cosa Nostra y la Depresión. Unas flappers ahijadas del gangster pespuntean la noche a los contrapuntos del charleston. Madrugada de un 27 de diciembre. Esta es la noche. Adormilada, la víctima; en desvelo, el hampón. He ahí al victimario, encuevado en un búnker en cuyos muros resuenan los acordes de la tonada napolitana. De repente, aquel secuaz de sombrero de fieltro y cara cortada, qué horrible lugar común:
– Jefe: el negocio de su competidor en el norte de la ciudad sigue prosperando, pero él se niega a pagar la cuota y compartir las ganancias.
¿Que qué? ¡Porca miseria! Suelta el hampón terrible manotazo sobre base de la victrola, que hace pujar y soltar rechinidos a O sole mio. Quitándose de encima el asunto que traía entre manos (corista ella, pelirroja y querendona), remuele el cigarro puro que mascaba entre dientes:
– Pronto, juntar a los muchachos! ¡Hay acción!
Y rápido: siniestras siluetas en la madrugada, diversos vehículos erizados de gángsters erizados de ametralladoras enfilan rumbo al norte de la ciudad. Madrugada. Aire resfriado. Zona norte. Chicago.
Tras de cruzar la ciudad con los faros apagados, los Ford han frenado a lo sigiloso frente al jacalón en penumbra. Al arropo de las sombras esas sombras sigilosas a señas se comunican y van rodeando la edificación. ¿Destilería clandestina? ¿Policías en un operativo contra una banda de hampones? ¿Detectives antinarcóticos? ¿Los intocables de Eliot Ness? Su atuendo es de simples paisanos, ¿pero paisanos con estuches de violín en las manos? ¿Músicos, tal vez, otro horroroso lugar común? En el interior del inmueble, ¿lo escuchan? Algún aparato de radio (¿del vigilante, del velador?) zangoloteándose al ritmo de un fox-trot. De repente, enérgicos ademanes y el cigarro puro en los belfos, Al Capone: (¿de lentes? En fin.)
“¡Contra ellos! ¡A tomar las instalaciones, caiga quien caiga, caiga lo que caiga, caiga como caiga y caiga donde caiga!”
Cayó el estado de derecho, pero eso a quién le importa. Cayó entre una escandalera de ametralladoras cuya ventosidad corrompió los vientos nocturnales. A los golpes cayeron las puertas, las ventanas fueron derribadas, y acribillados los equipos de transmisión, y destruidas las instalaciones, y hecho garras el estado de derecho. Entre el fragor de las balas y la hedentina a pólvora, la pandilla de hampones se ha posesionado del jacalón, alineados contra la pared a los vigilantes y… Chicago, Día de San Valentín, que esta vez cayó en la madrugada de un 27 de diciembre del 2002. Al Capone.
Misión cumplida. La acción del comando armado ha sido un éxito para el gangster. A punta de ametralladora y con la justicia en la mera punta de una antena metálica, ley, códigos y reglamentos son habilitados como papel sanitario para limpiarse el Chiquihuite (un cerro ubicado en el norte de Chicago). Los de la banda silencian armas, en sus fundas de violín guardan las ametralladoras y se apiñan en torno a un Al Capone que, sonriente, se encara a los reporteros que acudieron al estrépito de las balas. De cara a Chicago y a la nación, el de la masacre del Día de San Valentín decembrino, Al Capone Salinas Pliego, lo afirma:
-¡Hemos tomado las instalaciones del Canal 40 para preservar el Estado de Derecho, con mayúsculas. TV Azteca seguirá actuando, como hasta hoy, en el marco de la ley! ¿No, señores míos, Fox y Calderón?
Ellos aplaudieron. (Es México.)
Tula, mi madre
Nueve de mayo. Noche cerrada. De milagro alcancé el metro Indios Verdes en su corrida final. Acunado en mi asiento me deleitaba a la idea de tenderme en la cama y morirme unas horas. Bostecé, desplegué el vespertino. “Este año generación suficiente de empleos», el de Los Pinos. Qué bien. Música para mis oídos. Me adormecí. Y aquella música. De cámara. Barroca. ¿Una romanza medieval? Hice un esfuerzo y fugándome del sueño los entreabrí. No, no era música producida por el optimismo oficial ante el empleo floreciente, sino por esos músicos ambulantes. ¡Y ejecutaban aquella dulce balada de la Europa medieval! Me espabilé.
¿El por qué de mi asombro? Por la metamorfosis que se puede advertir en el arte musical dentro del metro. En anteriores sexenios, el viejo resquebrajado con una ciega guitarra, o al revés, voz de gargajo: “Gabino Barrera – no entendía razones – andando en la…” Sexenios más tarde, el desempleado, haciendo de tripas acordeón: “Ay, quiéreme – porque ya logré ponerte…” Sexenios después (la necesidad), dos estudiantes, flauta y guitarra: “El cóndor pasa”. Y después el trío, el cuarteto. Hoy, con el presidente del empleo, todo un conjunto de cámara, con director, ejecutantes e instrumentos de época. Hasta parecen del Conservatorio, pensé, y al de la batuta. “¿Pueden ejecutar algo de Bach?” El del violín, arete en la oreja: “No le haga caso al bigotón, maestro, que hasta con la batuta puede perder. Mire, la gente se baja sin cooperar”.
– Y en pleno vagón del metro utilizan violín y clarinete.
– Clarinete el que nos dio Feli-pillo, que nos pintó violín.
– Y ese instrumento antiguo. Hermosa siringa.
– Siringa la que nos vino a acomodar, que al concertista profesional lo botó a botear en el metro. ¿Sabe a dónde vamos en esta medianoche? A una serenata de día de la madre, y tocar para una madre ajena me sabe a madres. Todo por llevarle unos cobres a la madre propia. ¿Qué le parece la madriza que nos acomodó el hijo de su madre?
Ah, pues ya va a amanecer el día del comercio, del festejo inducido y el beso, el abrazo y el regalo en papel celofán. Yo, que no acostumbro festejar a mi madre, cuándo iba a imaginar que hoy, al trascuerno y muy temprano, me la iban a celebrar. «Así que van a una serenata». Vivo de genio, el de la viola da gamba: “¡No le haga plática al bigotón! Ya mero debemos bajarnos, y hay que estar puntuales, acuérdese”.
-Y esa flauta dulce -dije-. Ese corno. Bella rondalla.
– Nosotros no hicimos rondalla con ese hijo de su bandurria que de promesas nos dio mucha flauta dulce, pero de empleo, puro corno. (Ah, las tristuras del desempleo.) Al de la batuta, el del violín: “¡Maestro, todos se nos fueron sin su cooperacha! Ya estamos solos en el vagón y a saber en qué estación andamos. Todo por su plática con el bigotón, maestro”.
¿La estación en que andábamos? El de overol y aceitera en mano nos sacó de la duda: “A ver, no estorbar, que ando midiendo el aceite”.
Me azoré. ¿Y este? ¿Un mecánico? El de la zampoña: “¿Ve, maestro? Ya estamos en el depósito, en el taller del metro. Nos fuimos en blanco porque usted se puso a echar plática con el bigotón. ¿Y ahora cómo nos regresamos a la serenata? ¿Gastar en taxi lo que no recolectamos?”
Válgame. Lo aplaqué: “No importa. ¿Cuántos son ustedes? ¿Once? Aquí tienen”. Puse en sus manos dos pesos con treinta y cinco centavos. “Todo suyo. Se lo reparten como hermanitos”.
Fue entonces, mis valedores: entre todos los músicos, ejecutantes profesionales, muy de madrugada me la festejaron. A Tula, mi madre. (Fin.)
Ya nos tomaron la medida
Fue noticia en el matutino del domingo pasado: «En México, tres de cada diez mujeres votan por quien ordena su pareja. Los estados con mayor porcentaje de ciudadanas que piden permiso para decidir por quién votar son Chiapas, San Luis Potosí, Durango, Coahuila e Hidalgo».
Para certificar la noticia: en las pasadas elecciones el reportero recorrió diversos puntos de la ciudad y entrevistó a diversas mujeres, entre ellas una vecina de por el Centro Histórico: “Señora, ¿fue usted a sufragar en las pasadas elecciones?”
– ¿Yo? No, fíjese que yo no fui a votar, lástima. Es que vi que ya iba a ir mi marido, y entonces le dije: “yo le voy al que tú escojas, total, de todas maneras va a ganar el de siempre, ¿no? O sea el PRI”.
Mis valedores: ¿para semejante cultura política tanta alharaca de IFEs, TRIFEs, debates, encuestas, «spots», y nosotros paguemos una factura de decenas de miles de millones? Ya nos faltaron al respeto. De la cultura del voto: ¿a cuánto ascienden las cifras del abstencionismo y el voto anulado en cada proceso electoral? Qué elocuente, al respecto, la citada encuesta con amas de casa en distintos puntos de la ciudad: “Señora: ¿votó usted el pasado proceso electoral?”
– Bueno, no, yo no fui a votar, la verdad.
– ¿Por qué no fue a cumplir con un deber y un derecho cívico del ciudadano?
– Porque el domingo me tocó lavada. Pero para el próximo domingo, primero Dios, no voy a fallarle a las elecciones. Me voy a dar un tiempito.
A una vecina más: “Señora: ¿usted votó en las pasadas elecciones?”
– ¿Votar yo? ¿Para traer todo el día mi pulgar amarillo? Mire mis manos: limpiecitas.
A una joven: «Señorita, ¿fue usted a votar?»
– No, yo no fui a votar. A mí me cae bien el del PRD, pero ni de chiste que iba a votar por él. Estoy tan salada, dije, que voy, voto por el perredista, y lo más seguro es que pierde las elecciones o los del PRI le hacen tablas el triunfo. Ya sabe usted: urnas embarazadas y esas cosas. Entonces mejor seguí con mi quehacer.
El reportero se acercó a una señora que iba pasando:
– No, no fui a votar. ¿Y sabe por qué no fui? Por consejo de mi confesor. A mí me dijo el padre de mi parroquia: “No votes, hija, mejor arrodíllate y pídele a Dios que mejor salve a este desdichados país”. Me hinqué a rezar por México. Fue mejor que votar, ¿no?
Interrogada otra «ciudadana»: «No, fíjese que ese día me fui de día de campo allá por el Desierto de los Leones. Encontré una casilla y quise votar, pero no me dejaron. Querían que fuera a votar a la casilla que me corresponde, y no, apoco me iba a regresar hasta la San Juan de Aragón, donde vivo con mis suegros».
– ¿Por qué no se regresó a la casilla correspondiente y hubiese cumplido con un deber de todo ciudadano.
– ¿Y regresar con toda la comida ya preparada?
Finalmente la respuesta de una vecina de la Martín Carrera:
– Fui, pero no me dejaron votar.
– Hicieron mal. Así que no le permitieron emitir su voto.
– No, ¿usted cree?
– ¿Por qué no la dejaron votar?
– Porque no me admitieron mi credencial.
– No entiendo, ¿en la casilla correspondiente no le admitieron su credencial de elector?
– No, bueno, es que no era precisamente la credencial de elector, pero sí era mi credencial de LICONSA, para comprar la leche a precio especial. ¿Usted cree?
La encuesta finalizó, y a propósito: ¿sabemos en qué consiste la democracia? La democracia liberal en sus vertientes social, formal, participativa, ¿la conocemos? Lo dicho, mis valedores: ya nos tomaron la medida. (Es México.)
Ese era el 13 que yo conocí
El que conocí fue el verdadero Canal 13, donde yo laboré, y aquí y ahora digo, nostálgico: quién te mira y quién te vio. Lo conocí todavía estatal y aún no contaminado de sífilis: talk-shows, noticiarios, academias y Salinas de toda ralea. Por aquel tiempo le conocí foros, cabinas, bodegas; le vi de frente todas sus cámaras, y con todas sus cámaras me vio la cara en aquellos programas que inventaron a Jorge Saldaña. ¿La calidad de mi periodismo? Estoy fuera de radio y televisión. No existe una estación de radio que se interese por mis servicios. ¿Agregar algo más?
Por que adviertan ustedes la distancia que media entre un Canal 13 que fue de todos nosotros y uno que terminó siendo tan sólo de unos Salinas como sañudo instrumento de enajenación, aquí lo esencial del documento que las autoridades del Canal 13 estatal publicaron en 1979.
La televisión estatal no debe ser un instrumento para fomentar el consumo indiscriminado o para vulgarizar los patrones culturales nacionales, ni para ofrecer una visión simplista y deformada de los problemas de México y sus soluciones. Sus objetivos evitan que se caiga en una visión puramente competitiva con la televisión comercial, ya sea a través de medidas como los ratings (sic) o de las utilidades que se puedan obtener a través de la venta de tiempo de transmisiones”. En esencia, sus fines: 1) – La difusión pública, o sea la necesidad y la obligación gubernamental de dar a conocer informaciones sobre la sociedad y sobre la propia gestión del gobierno. 2) – La utilización del medio masivo que es la televisión para propósitos de difusión de cultura y recreación popular. 3) – La utilización de la TV para influir en los hábitos sociales, en las formas concretas de comportamiento, de manera tal que la TV estatal no sea un instrumento más de fomento al consumo indiscriminado o a la vulgarización de nuestros patrones culturales, o a la visión simplista y deformadora de nuestros problemas y de sus soluciones. (Bien.)
En vez de esto la televisión estatal puede actuar como un vocero explícito de la sociedad entera, que se expresa a través de su más legítimo representante: el Gobierno de la República, que utiliza este medio para convertirse en guía que trata de inducir el paso de lo trivial a lo profundo y de estimular el análisis activo, la participación popular consciente, en vez de condicionar y aprovechar mercantilmente la respuesta pasiva. Esto no como un mecanismo de simple propaganda gubernamental, que no funcionaría por la previsible reacción de desinterés del público televidente.
Difundir cultura popular sin caer en el extremo de una programación que sólo interesara a reducidos grupos intelectuales, ni en el de producir lo que venda en forma más fácil, aunque ello implique una programación vulgar e insulsa, o una manipulación de los sentimientos de los espectadores.
Y que su costo no debe computarse como una pérdida para el canal y un subsidio en que el Estado incurre para compensar esa pérdida. “Se trata del costo que el estado legítimamente cubre para atender parte de sus funciones. Como la programación prevista permite que buena parte de ella se comercialice dentro de las políticas que el Consejo de Administración dicte al respecto, el Canal 13 no dependerá sólo de recursos fiscales, sino que podrá hacer una efectiva contribución a su auto-mantenimiento. Mis valedores:
Ese era, ese fue el Canal 13 que yo conocí, todavía del Estado. Ya después entraría la mafia de Salinas, y entonces… (Agh.)
TV Azteca
– ¡No debemos permitir que las ambiciones políticas de unos cuantos echen al basurero de la historia la lucha de millones de mexicanos por conquistar la libertad de expresión! (R. Salinas Pliego, propietario de TV Azteca.)
Diez y nueve años de radiación, de contaminación, de ataque a todo lo que se ubica en terrenos de lo espiritual: valores, principios, cultura, sentimientos, todo. Diez y nueve años en los que las vivas aguas del caudal humano de las masas sociales vienen recibiendo, metafóricamente, desechos de fosas sépticas, albañales y ríos de aguas negras de TV Azteca. Diez y nueve años en que los vientos han venido diseminado las miasmas del fecalismo a cielo abierto, como a cielo abierto se amontonan los tiraderos de basura que inficionan los aires de la ciudad. Diez y nueve años cumplirá a mediados de este año esa fuente de contaminación espiritual. Mis valedores: es México.
Millones de millones ha acumulado su propietario; y es que TV Azteca, lo afirmaba Florence Toussaint, catedrática, “es el mejor negocio que ha hecho Salinas Pliego. Lo que pagó, fue después de que le hicieron una rebaja; cantidad que, por cierto, aún no liquida. TV Azteca tiene un tipo de información de nota roja, básicamente, y en un estilo de tratamiento superficial y chismoso”.
Gabriela Aguilar, periodista: “Hombre peculiar, apoyador del PRI, no cree en la democracia y piensa que ésta no existe en México. Añora haber vivido en tiempos de la conquista, no como indio; como conquistador. Cuando juega en Las Vegas, lo hace sin perder más de un límite de diez mil dólares”.
Lorenzo Meyer, catedrático: «La TV es un medio de información y formación de opinión pública demasiado importante para ser dejado en manos de gente como Salinas. La opinión pública mexicana es hoy una opinión desinformada, tal y como la requiere el sistema en que vivimos”.
Salinas Pliego: «PRI, PRD y PAN pretenden imponer su visión a los millones de mexicanos en los contenidos de los programas de televisión».
Por cuanto al tal: su discurso es deplorable. Meyer: «Como persona privada, Salinas Pliego tiene derecho a sus opiniones, por disparatadas y absurdas que sean. El está en su derecho de considerar que la mujer no puede ser la igual del hombre, sino un complemento, o que la TV es básicamente un instrumento con el que la gente se distrae y se relaja. Pero cuando alguien recibe y asume la responsabilidad de explotar una concesión que le hace la sociedad para bien servir al interés colectivo, entonces lo que hace y dice en público deja de ser un asunto meramente de opinión para convertirse en algo más serio: materia de interés público y de debate”.
Sartori: «Los noticiarios de la TV ofrecen al espectador la sensación de que lo que ve es verdad, que los hechos vistos por él suceden tal y como él los ve, pero no es así. La televisión puede mentir y falsear la verdad, exactamente igual que cualquier otro instrumento de comunicación. La diferencia es que la fuerza de la veracidad inherente a la imagen hace la mentira más eficaz y, por lo tanto, más peligrosa».
Salinas Pliego: «¡Las empresas de televisión mexicana exigimos que el presidente del país garantice el pleno ejercicio de la libertad de expresión!»
Libertad de expresión. «Laura Bozzo regresa con su talk show. Feliz, anuncia el nuevo formato: «Hay nuevas secciones como el hecho de que yo voy con cámara hasta el hotel o el lugar donde se encuentren los infieles y los cacho, y esto hace más interesante al programa”.
TV Azteca, Salinas Pliego. (México.)
«Más seguro, más justo y más…»
«Y más próspero». Por adjetivos no vamos a parar. Así pues, mis valedores, ¿a eso redujo el «presidente del empleo» la conmemoración del Día del Trabajo? ¿Con semejante retahíla de calificativos tanto más sonoros cuanto más vacíos honró la memoria de los ajusticiados de Chicago? ¿Esa fecha, la del Primero de Mayo, se redujo a la redacción de un texto de sintaxis paupérrima? ¿Todo terminó con aquello de que «El movimiento obrero mexicano se mantendrá a la vanguardia en estos esfuerzos y contribuirá a sembrar la semilla de un país más» etc.? Total, que la hoja de papel se distribuyó entre cupulares de los organismos corporativos de control obrero conocidos con el alias de «sindicatos». Uno es el Poder, explotador, y otro el obrero explotado. Sin más.
Yo, que acechaba las palabras oficiales para contrastarlas con las de los ajusticiados aquel 1o. de mayo de 1886 me convenzo, una vez más, de que el Poder diluye sañudamente y termina por extinguir en las masas la memoria histórica. Y ahora qué hacer, sino cumplir la promesa del martes pasado: transcribir para ustedes las palabras últimas de los condenados a muerte.
“Así pues, llegó la hora de la verdad. Vamos”.
Rumbo al patíbulo: ¡Tiempo llegará en que nuestro silencio será más poderoso que las voces que hoy estrangulan ustedes!
Mientres lo conducían fuera de la celda Louis Lingg comenzó a decir: “No es por un crimen por lo que nos condenan. Es por…” Y guardó silencio. Cinco de los ocho anarquistas condenados a la horca por la justicia de Illinois habían sido concentrados en un saloncillo de la prisión federal, no lejos del “portón de entrada” (para ellos nunca más “portón de salida”). Pálidos, tranquilos, los condenados a muerte se miraron. “Salud, compañeros”, dijo uno de ellos. Los otros intentaron una sonrisa. “¿Listos?”, preguntó el celador de los grandes mostachos. “Listos”, contestó Spies.
– No es por un crimen por lo que nos condenan, repitió Lingg. “Nos condenan por nuestros principios. Pero yo desprecio su…” Guardó silencio. Afuera sonaban las 10 de una mañana caliente en Chicago. Ya ante el patíbulo, Lingg iba a completar su mensaje final: “No es por un crimen por lo que ustedes nos condenan; es por nuestros principios. Desprecio a todos ustedes; desprecio su orden, sus leyes, su fuerza, su autoridad. ¡Ahórquenme!
– Las leyes de ustedes –Engel- están en oposición con las leyes de la naturaleza, y mediante ellas roban a las masas el derecho a la vida, a la libertad y al bienestar. ¡Estoy listo!
– Pueden ustedes sentenciarme –Spies-. Pero que al menos se sepa que en Illinois ocho hombres fueron sentenciados a muerte por pensar en un bienestar futuro, por no perder la esperanza en el último triunfo de la libertad y la justicia.
– Creen tener derechos sobre todas las personas, sus vidas y su libertad, aun el derecho a asesinar a quienes les son incómodos, cuando son diferentes, cuando no son parte de la amorfa masa o rebaño servil -Fisher-. Si la muerte es la pena correlativa a nuestra ardiente pasión por la libertad de la especie humana, entonces yo lo digo muy alto: ¡dispongan de mi vida!
Al pie de la horca, Parson,: “Sobre el veredicto de ustedes quedará el veredicto del pueblo, para demostrar las injusticias sociales de todos ustedes, que son las que nos llevan al cadalso. Pero quedará el veredicto popular para decir que la lucha social no ha terminado por tan poca cosa como es nuestra muerte”.
Héroes civiles de la lucha obrera contra el explotador. (A su memoria.)
Cuando se tiene un hijo
Se tiene al que cabalga en el cuadril de la mendiga- y al del coche que empuja la institutriz inglesa- Y al niño gringo que carga la criolla – y al niño blanco que carga la negra- y al niño indio que carga la india – y al niño negro que carga la tierra.
Por evitar el riego del consumismo aguardé a que pasara la «celebración» con que sangra el comercio la economía familiar de unos padres a los que obliga a enfrentar a los hijos regalito en mano. A propósito:
La cultura del «shopping» en el»mall», se ubica a años luz del tianguis de nuestra raíz indígena. La educación infantil tiene hoy como horizonte a Salinas, Azcárraga y la Gordillo. ¿Y la de nuestros antepasados indígenas? Mis valedores:
Pena y admiración me provoca el contraste entre la «educación» pública de hoy y la de nuestros abuelos meshicas. Y qué altura de conceptos, qué belleza en la expresión, qué sabiduría y amorosas ternezas, flor y espiga madura de un legado aborigen que mal conocemos y menos ponemos en práctica. Por vía de ejemplo, las palabras del padre a la niña indígena:
Aquí estás, mi hijita, mi collar de piedras finas, mi plumaje de quetzal, mi hechura humana, la nacida de mi. Tú eres mi sangre, mi color, en ti está mi imagen. Ahora recibe, escucha: vives, has nacido, te ha enviado a la tierra el Señor Nuestro, el Dueño del Cerca y del Junto, el hacedor de la gente, el inventor de los hombres.
Ahora que ya miras por ti misma, date cuenta. Aquí es de este modo: no hay alegría, no hay felicidad. Hay angustia, preocupación, cansancio. Por aquí surge, crece el sufrimiento, la preocupación. Aquí en la tierra es lugar de mucho llanto, lugar donde se rinde e! aliento, donde es bien conocida la amargura y el abatimiento. Un viento como de obsidiana sopla y se desliza sobre nosotros.
Oye, bien, hijita mía, niña mía: no es lugar de bienestar en la tierra, no hay alegría, no hay felicidad. Se dice que la tierra es lugar de alegría penosa, de alegría que punja. Para que no estemos llenos de tristeza, el Señor Nuestro nos dio a los hombres la risa, el sueño, los alimentos, nuestra fuerza y nuestra robustez y finalmente el acto sexual, por el cual se hace siembra de gentes.
Por ahora, mi muchachita, escucha bien, mira con calma: he aquí a tu madre, tu señora; de su vientre, de su seno te desprendiste, brotaste. Como si fueras una yerbita, una plantita, así brotaste. Como sale la hoja, así creciste, floreciste. Como si hubieras estado dormida y despertaras. Mira, escucha, advierte: no seas vana, no andes como quiera, no andes sin rumbo. ¿Cómo vivirás? ¿Cómo seguirás aquí por poco tiempo? Es muy difícil vivir en la tierra, lugar de espinosos conflictos, mi muchachita, palomita, pequeñita…
No hagas quedar burlados a nuestros señores por quienes naciste. No los afrentes, no como quiera desees las cosas de la tierra, no como quiera pretendas gustarlas, aquello que se llama las cosas sexuales y, si no te apartas de ellas, ¿acaso serás divina? Mejor fuera que perecieras pronto.
No como si fuera en un mercado busques al que será tu compañero, no lo llames, no andes con apetito de él. Pero si tal vez tú desdeñas al que puede ser tu compañero, el escogido del Señor nuestro; si lo desechas, no vaya a ser que de ti se burle, en verdad se burle de ti y te conviertas en mujer pública. Quien quiera que sea tu compañero, ustedes juntos tendrán que acabar la vida. No lo dejes, agárrate de él, cuélgate de él, aunque sea un pobre hombre…
No existía el Día del Niño por aquel entonces. (México.)
De tumbas y mártires
Ya nos faltaron al respeto, mis valedores. Ya nos tomaron la medida. Nos vencen por nuestra pura ignorancia, y por nuestra pura ignorancia nos tornan colaboracionistas de ese enemigo histórico tan amigo de la alternancia como enemigo del cambio, que sería su extinción. Y a propósito de la ignorancia:
¿De qué manera puede interpretarse aquello que ocurrió el pasado 21 de abril? El hombre de Los Pinos, según es su obligación, acudió a oficiar el rito correspondiente a la invasión de tropas norteamericanas a territorio mexicano, desmesura que se perpetró el 21 de abril de 1914 contra la tantas veces heroica ciudad y puerto de Veracruz. Allí estuvo presente, como para preservar entera la memoria histórica, el presidente del país.
En el escenario del asesinato de patriotas mexicanos víctimas de las balas expansivas dum-dum se ofició una ceremonia que el gobierno tituló oficialmente «Aniversario de la defensa del puerto de Veracruz«, con el hombre de Los Pinos haciendo honor a la memoria de las víctimas de la invasión de soldados gringos:
– ¡No estoy dispuesto a cederle la plaza al enemigo! ¡México no se rinde y no se rendirá, antes bien avanzará contundentemente hasta la victoria en su lucha contra el crimen organizado!
¿Contra el qué, dijo el de Los Pinos? ¿Y la sustancia de la conmemoración? ¿Y el territorio patrio pisoteado por los invasores? ¿Y los marines gringos, arma embrazada, posesionados de las calles de Veracruz? ¿Y los caídos Aureliano Monfort, gendarme, Andrés Montes, carpintero, y José Azueta y Virgilio Uribe, cadetes de la Escuela Naval? ¿La historia patria sirvió al de Los Pinos tan sólo para proyectar (¡Una vez más!) su obsesión delirante, su delirio compulsivo por esa guerra perdida con la que multiplicó hasta la ignominia el número de víctimas del gringo invasor? Atroz.
Este día, mientras tanto, el mundo conmemora la epopeya de Chicago, donde el 1o. de mayo de 1886 la «ley» del Sistema asesino a unos trabajadores que reclamaban justicia para el de salario mínimo, y a propósito: ¿el hombre de Los Pinos qué ira a decir al respecto? ¿Por nombrar a Spies, héroe civil, se referirá al Chapo Guzmán? ¿Dirá en lugar de Fisher, Heriberto Lazcano? ¿Mentará el nombre del Mayo Zambada por el de Louis Lingg?
Aquí, contra el escamoteo que esos del Sistema de poder perpetran contra la memoria histórica, patrimonio de toda la comunidad, va un esbozo de aquello que sucedió en la ciudad de Chicago hace siglo y cuarto corrido:
Aquel primero de mayo, dicen las crónicas, amaneció caluroso. Muy temprano salió el sol, dorando los patios de la prisión. En su respectiva celda de condenados a muerte ocho obreros aguardaban la horca. Un ruido de cerraduras marca el final. Uno de los que aguardan la muerte detiene su ambular de león enjaulado. “¿Ya es hora?”, pregunta. “Vamos afuera”, dice uno de los celadores, mostachos grandes e hirsutos. «Vamos afuera».
El crimen fue perpetrado por el capitalismo (Chicago, 1º. de mayo, 1886) contra un grupo de obreros que en su lucha por la jornada laboral de ocho horas y un pago salarial menos injusto aventaron su vida en prenda y alcanzaron el rango de mártires: August Spies, George Engel, Albert R. Parson, Adolph Fisher y Louis Lingg. Uno de los sentenciados, rumbo al patíbulo:
«Así pues, llegó la hora de la verdad…»
Mis valedores: aquí habré de contrastar lo que dijeron los luchadores civiles a la hora de su asesinato y lo que en el Día del Obrero Mundial haya dicho el hombre del Verbo Encarnado. (Vale.)
El minotauro y las masas
¿Y qué, ya la olla en pleno hervor? ¿Ya lograron obsesionarnos con los cuatro magníficos? ¿Ya andamos obsesionados por dilucidar el dilema: cuál de los cuatro será el mejor? Vale, entonces, la pregunta fundamental: ¿existe alguna diferencia entre propuestas, promesas y compromisos de los cuatro candidatos del Sistema de poder? ¿Qué diferencias se advierten entre los proyectos de este frente a los de aquél? Un Peña que a metros de distancia de sus adversarios ha enumerado propuestas a metros de distancia del candidato de la Gordillo, pongamos por caso. ¿No es el de Quadri un catálogo de buenas intenciones semejante al de Peña y al de los otros dos? ¿Y entre los cuatro de hoy y los de anteriores sexenios se advierte alguna diferencia?
Mis valedores: ¿qué fue del catálogo de buenas intenciones de Ortiz Rubio en 1930 y los subsiguientes, hasta su actual copia al carbón y los candidatos? ¿De ahora en adelante, con alguno de estos cuatro vamos a mejorar? ¿Por qué? ¿Creer en ésos no significa transitar por los terrenos de la milagrería, la bruja blanca y el pensamiento mágico? Más allá de promesas de cambio en los procesos electoreros que van de 1930 a la fecha, ¿qué ha ocurrido con este país, cuando naciones que avanzaban a la zaga del nuestro nos han rebasado?
Por cuanto a la maniobra que ante el proceso electoral ejecutan por estos día todos los medios de condicionamiento de masas, ¿hay alguna diferencia entre el manejo actual del proceso y el de anteriores sufragios? ¿Y entre las épocas previas a un proceso electoral y las de unos juegos olímpicos, una pelea de box o un encuentro futbolero? ¿No es la credibilidad de las un síndrome de inmuno- deficiencia adquirida que nos pone en manos de los manipuladores de los medios impresos y electrónicos, comenzando con la televisión? ¿Alguna vez nos hemos puesto a pensar a quién o a quienes benefician y a quién o quiénes perjudican las descomunales campañas de promoción, de manipulación, de enajenación, que a las masas nos salen costando decenas de miles de millones de pesos?
¿Vale la pena seguir delegando en el Sistema porque seguimos creyendo que por amor a nosotros ese Poder va a ceder Los Pinos a algún aliado de todos nosotros? Los cuatro candidatos, al igual que la partidocracia que los propone, ¿son nuestros candidatos o lo son del Sistema de poder? ¿Esos no forman parte esencial de la super-estructura que detenta el poder? De ser así, ¿los intereses de los candidatos serán los de las masas sociales o los del Sistema del que forman parte?
Cautivas y extraviadas en su laberinto, las masas sociales deambulan en busca de la salida. Les urge encontrarla, ya que en el corazón del laberinto las reduce a la pobreza un Minotauro hambriento y feroz. ¿Cuál de los aspirantes al puesto de Minotauro (ese que de nuestro cautiverio recibe su vida y razón de ser) será el que nos muestre esa salida que nos urge para dejar nuestra condición de víctimas de los Minotauros del poder? ¿Alguno de los cuatro nos sacará del laberinto, que significaría su extinción y la de todo el Sistema? ¿Exigir al Minotauro, a la manera de los integrantes del movimiento de Paz con etc., que realice esa maniobra? Tenerlo presente, mis valedores: los votantes obedecemos sin mandar, y el Minotauro manda sin obedecer. Siniestro.
Pero sí, el 1o. de julio vamos todos a votar. Ejercemos un derecho y cumplimos con una obligación cívica. ¿Cómo vamos a sufragar, por quién, por cuál? Esa es una prerrogativa de cada quién. (México.)
Wal-Mart, Teotihuacan
“Cuando vi que taladraban la cima de las pirámides (¡más de 16 mil perforaciones!) sentí un angustia y coraje. Eso nos preocupó y llevamos la denuncia ante las autoridades”.
(Rubén Cabrera, investigador de la zona arqueológica de Teotihuacan.)
Aquí concluye, mis valedores, la trascripción del Decreto que en defensa de la zona arqueológica publicó De la Madrid en el Diario Oficial del 30 de octubre de 1988. Sus partes medulares:
Que el proceso de urbanización al que está sujeta la zona de Teotihuacan puede producir un deterioro irreversible que significaría la pérdida de una parte importante de nuestro patrimonio cultural y la imposibilidad de alcanzar un mejor entendimiento de nuestro pasado; Que ese deterioro es observable no sólo en la zona de monumentos arqueológicos sino también en las áreas contiguas que influyen en las características visuales y ambientales de la propia zona de monumentos;
Que los Gobiernos del Edo. de México y de los Municipios de Teotihuacan y San Martín de las Pirámides comparten con el Ejecutivo Federal el interés de preservar la Zona Arqueológica de Teotihuacan; Que para atender convenientemente a la preservación del legado arqueológico que contiene esta zona, sin alterar o lesionar su armonía, el Ejecutivo Federal considera necesario incorporar la totalidad de la zona de referencia al régimen de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos y su Reglamento, lo que contribuirá a su protección integral, y Que en virtud de decretos expedidos en 1907 y 1964, una parte de esta zona ya se encuentra incorporada al patrimonio nacional, restando necesario extender a las áreas adyacentes con las medidas de conservación, restauración, recuperación y ordenación que prevé la legislación vigente, he tenido a bien expedir el siguiente D e c r e t o por el que se declara zona de monumentos arqueológicos el área conocida como Teotihucan. Art. 5º.- El Instituto Nacional de Antropología e Historia, en ejercicio de sus acciones legales, vigilará el cumplimiento del presente Decreto (etc.)
Art. 6º.- A la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología, en el ámbito de su competencia, le corresponderá: (…) IV.- Dictar las medidas necesarias para mantener el equilibrio ecológico existente o para restituirlo, en su caso, en la zona arqueológica materia de este Decreto. Art. 10.- Las dependencias del Ejecutivo Federal a que se refieren los artículos anteriores promoverán conjuntamente y en coordinación con el Gobierno del Estado de México y los ayuntamientos respectivos, una campaña de sensibilización y apoyo de la población a las medidas de difusión y preservación del patrimonio cultural dispuestos por este ordenamiento.
Y finalmente el 13: En la zona de monumentos definida en este Decreto no se autorizarán construcciones cuya función, diseño o ubicación alteren, afecten o distorsiones los valores monumentales o el uso educativo y de investigación a que la misma está destinada. En las Areas Central y Ampliada de Monumentos no se permitirán construcciones nuevas ni ampliación de las existentes, con excepción de aquellas que realice el INAH para el rescate, revitalización y difusión de los monumentos y de la zona misma.
Hasta aquí los párrafos más significativos del Decreto presidencial. ¿Y? ¿Lo cumplió e hizo cumplir Peña Nieto, gobernador por entonces del Edo. de México? ¿Preservó la zona arqueológica? ¿Se evitó que Wal-Mart sentara sus reales en la Ciudad de los dioses? Ah, México. (Este país.)
Peña, Televisa, Teotihuacan
El «Resplandor teotihuacano» es un «espectáculo multimedia» estilo Televisa.
Tal aseguró hace unos años el analista, motejando el desastre que en la Ciudad de los dioses, Teotihuacan, perpetraba Peña Nieto, gobernador por aquel entonces del Estado de México. «Se trata de un espectáculo multimedia estilo Televisa con el que se busca convertir el pasado prehispánico en show y la difusión de la historia en negocio para inversionistas privados. Es la última embestida de empresarios y políticos para beneficiarse del patrimonio histórico del país”.
No era la última embestida, por desgracia para el país; la más reciente (se afirmaba por aquel entonces), pero no la última. Y ni cómo detener el espectáculo de la chabacanería, si hace algunos años, cuando la transnacional gringa inició los trabajos para abrir una sucursal en la zona de las pirámides se encendieron en tantísimos “medios” las protestas de antropólogos y catedráticos de la UNAM. ¿Y? Floreciente se alza la Ciudad de los dioses, sí,pero los de Wal-Mart. Ah, los países gobernados por entreguistas proyanquis. México.
Como un enfrentamiento entre los poderes de la vida y la muerte aparece el símbolo vacío del gigante Wal-Mart. Sin conocer detalles provoca rechazo; conocer un poco más a esta empresa lo fundamenta sólidamente… (Silvia Ribeiro, periodista.)
Wal-Mart en Teotihuacan. Yo, agregándome a los descontentos, publiqué aquí mismo el texto siguiente:
Wal-Mart una vez más, mis valedores. Otra vez la trasnacional norteamericana en el ojo del huracán, por más que muy poco parece importarle. Ocupada en la creación de su propio banco, qué atención le merezca la reciente acusación de lo consabido en esa y en todas o casi todas las empresas de la iniciativa privada: bajos salarios, cero prestaciones, horas extra sin paga y contratos con sindicatos de protección. Lo usual.
Wal-Mart, hace algunos años, plantó una de sus sucursales en plena zona de Teotihuacan, sin que hubiese autoridad que se lo impidiera en un gobierno que fue, según dicho del difunto Fox (difunto políticamente, ya a estas horas sepultado en el desván de la Historia con todo y familia política, lo único político que conoce el del apestoso Tamarindillo), de empresarios, por empresarios y para empresarios. Y si trasnacionales, tanto mejor.
Yo, entonces, porque normásemos nuestro criterio en torno a una desmesura que así lacera o debía lacerar la conciencia colectiva, publiqué extractos del decreto que en defensa de Teotihuacan publicó el Diario Oficial un 30 de octubre de 1988, con esa sintaxis y firmado por Miguel de la Madrid. Dice, y para lo que sirvió el papelito presidencial:
C o n s i d e r a n d o . . . Que la Zona Arqueológica de Teotihuacan contiene los vestigios de una de las culturas prehispánicas más trascendentes en la historia de México, al tiempo que constituye uno de los logros urbanísticos y arquitectónicos de valor universal excepcional; Que la mencionada zona arqueológica es una parte del patrimonio cultural del pueblo de México que refuerza su identidad y cuyo interés histórico indudable hace necesaria su conservación para el conocimiento e investigación de nuestras culturas prehispánicas; Que la riqueza de ese patrimonio está lejos de haberse descubierto y expuesto plenamente y que, por tanto, deben crearse las condiciones para su acrecentamiento y preservación; Que el proceso de urbanización al que se sujeta la zona de Teotihuacan puede producir un deterioro… (Sigo mañana.)
Taller de Lectura – 22 Abril 2012
Taller de lectura correspondiente al 22 Abril 2012. En este taller el maestro Tomás Mojarro nos habla sobre la familia.
Programa Domingo 6 – 22 abril 2012
Programa Domingo 6 correspondiente al 22 abril 2012. En este programa el maestro Tomás Mojarro habla sobre el proceso electoral y los candidatos a la presidencia.