Perros de guerra

Adictos a la guerra, Washington y Londres parecen no darse cuenta de que ya no funciona la política compartida por ambos de generar cambios de régimen a través de la agresión militar (Milenio, 25 de mayo, 2011.)

Hablando de Obama, mis valedores: en este mismo mes Adolfo Pérez Esquivel, defensor de los derechos humanos contra los crímenes que comete el terrorismo de Estado y Premio Nobel de la Paz 1980,  acaba de enviar una carta abierta al presidente de EU.,  Nobel de la Paz él también, quien hoy mismo, en compinchaje con un David Gordon, primer ministro de la Gran Bretaña, anda en agencias de derrocar al jefe de Estado de Libia  Muamar Gadafi. A cualquier costo, incluyendo el “daño colateral”. Obama,  Nobel de la Paz…

Va aquí, para probar nuestra capacidad de asombro e indignación, el texto íntegro de la carta, con todo y sintaxis.

Estimado Barack:

Al dirigirte esta carta lo hago fraternalmente y a la vez para expresarte la preocupación e indignación de ver cómo la destrucción y muerte sembradas en varios países, en nombre de la “libertad y la democracia”, dos palabras prostituidas y vaciadas de contenido, terminan justificando el asesinato y es festejado como si se tratase de un acontecimiento deportivo.

Indignación por la actitud de sectores de la población de los EE.UU., de jefes de Estado europeos y de otros países que salieron a apoyar el asesinato de Bin Laden, ordenado por tu gobierno y tu complacencia en nombre de una supuesta justicia. No buscaron detenerlo y juzgarlo por los crímenes supuestamente cometidos, lo que genera mayor duda; el objetivo fue asesinarlo.

Los muertos no hablan, y ante el miedo a que el ajusticiado pudiera decir cosas no convenientes para los EE.UU., la salida fue el asesinato y asegurar que “muerto el perro se terminó la rabia”, sin tener en cuenta que no hacen otra cosa que incrementarla.

Cuando te otorgaron el Premio Nobel de la Paz, del cual somos depositarios, te envié una carta que decía: “Barack, me sorprendió mucho que te hayan otorgado el Nobel de la Paz, pero ahora que lo tienes debes ponerlo al servicio de la paz entre los pueblos; tienes toda la posibilidad de hacerlo, de terminar las guerras y comenzar a revertir la grave situación que vive tu país y el mundo”.

Sin embargo has incrementado el odio y traicionado los principios asumidos en la campaña electoral ante tu pueblo, como poner fin a las guerras en Afganistán e Irak y cerrar las cárceles en Guantánamo y Abu Graib en Irak. Nada de eso has logrado hacer; por el contrario, decides comenzar otra guerra contra Libia, apoyada por la OTAN y la vergonzosa resolución de las Naciones Unidas de apoyarla; cuando ese alto organismo, empequeñecido y sin pensamiento propio, ha perdido el rumbo y está sometido a las veleidades e intereses de las potencias dominantes.

La base fundacional de la ONU es la defensa y promoción de la paz y dignidad entre los pueblos. Su preámbulo dice: “Nosotros los pueblos del mundo…”, hoy ausentes de ese alto organismo.

Quiero recordar a un místico y maestro que tiene en mi vida una gran influencia, el monje trapense de la Abadía de Getsemaní en Kentucky, Tomás Merton, quien dice: “La mayor necesidad de nuestro tiempo es limpiar la enorme masa de basura mental y emocional que atasca nuestras mentes y convierte toda vida política y social en una enfermedad de masas. Sin esa limpieza doméstica (sic) no podemos comenzar a ver. Si no vemos no podemos pensar”.  Eras muy joven. (Mañana.)

Escupiré sobre su tumba

Ni quién se acuerde de George W Bush. Los medios de comunicación ignoran a un presidente que no fue popular.  (Nota de prensa en EU.)

Que no les cause extrañeza, mis valedores. Si me advierten más precavido que de costumbre o si se topan conmigo en el consultorio del médico o en la farmacia no es por quebrantos de salud, que nunca antes me sentí tan saludable. De todas formas últimamente mi dieta incluye ginsen, polen y germen de trigo, los productos del árbol de la vida y generosas dosis de jalea real. ¿El motivo? El expresidentes norteamericano  G.W. Bush.

Algunos ni lo recuerdan, pero cuántos a estas horas maldicen la memoria del alcohólico que tanto daño causó a todo lo que tuvo a su alcance, y cuya chatura y zafiedad afloró al parejo de una personalidad de mediocre, corto de entendederas, falto de espíritu, de carisma y don de gentes; un individuo chato, vulgar, sin un asomo de enjundia, mística, temple, redaños, imaginación.  No, y la forma en que se amacizó en el gobierno…

Ese individuo nunca se apeó de la boca la palabra “democracia”, pero  consiguió encaramarse en el gobierno a base del fraude más estridente, descarado y escandaloso, y fue así como en el intento de una legitimación imposible se  metió a aprendiz de brujo y dio vida a un Frankenstein matancero,  a un golen que se le fue de las manos y lastimó en lo vivo a toda una comunidad, lesionó las instituciones del Estado y empapó su país con un borbollón de sangre, dolor, duelos y lágrimas de más de 40 mil cabezas humanas sin cuerpo y cuerpos descabezados, cifra macabra que algunos multiplican por dos, multiplicada por el número de viudas, huérfanos, padres sin hijos, hijos sin padre y familias deshechas. ¿Tanta sangre, tantos duelos, tantas lágrimas lograron legitimar el fraude que vició  de origen su paso por el poder? ¿Qué contestan ustedes? Aborrecible, el asesino intelectual de tantos miles, que tal fue lo único que tuvo de intelectual ese que, despreciable como político, está muerto e incinerado y no merece de la memoria colectiva más que el desdén, la indiferencia, la nada. El basurero de la historia, y no más.

Pero destino de pueblos débiles: ¿cómo pudo llegar al poder un pequeñajo indigno de gobernar ni siquiera en su casa? ¿De qué innobles recursos echaría mano para lograrlo, qué cáfila de truhanes lo ayudarían a encaramarse en el gobierno?  Mis valedores:

Si mal soporta a estas horas, cuando políticamente no acaba de morirse, la rabia creciente por más que todavía sofrenada de unas laceradas masas sociales que lo insultan y agreden de una forma tal que para dar un paso fuera de su bunker tiene que auxiliarse de tropas, escuadrones y contingentes de guardias que acordonan y congelan el pulso de diez colonias en derredor del sitio donde, amurallado, se atrevía a presentarse el aborrecido, ¿qué irá a suceder cuando deje el gobierno? ¿Qué irán a comentar de él, en qué tono, si trágico o esperpéntico? En fin, que  Bush se irá de testa al desván de la historia, pero el renegrido historial de sus malas acciones se ha troquelado en la memoria de tantos agraviados cuyo dolor inaudito no ha logrado limpiar un gobierno viciado de origen. Atroz.

Ese, mis valedores; ese el motivo de los cuidados con mi salud: no quiero perderme el linchamiento inminente, por más que no habrá de pasar de esperpento, mascarada y pachanga, sin más.  Bush no merece algo trágico.

¿Por qué hablar de ése en futuro, pregunta alguno de ustedes? Es que echo mano al recurso del anacronismo.  (México.)

La marcha, el mitin, el dogma…

La cultura política, mis valedores.  De extenso análisis sobre formas de lucha social que me proporciona el maestro entresaco estos párrafos que juzgo aleccionadores para hoy y el futuro.

Cuando se analizan científicamente la fortaleza y la debilidad de un enemigo se puede ubicar sus  puntos vulnerables. Entendamos que su fortaleza es directamente proporcional a nuestra debilidad. Hay que autoanalizarnos para detectar lo que nos torna débiles.

El enemigo histórico de nuestro cambio social  aplica una forma de control y dominio con excelentes resultados: infiltra en los movimientos sociales formas de lucha ineficaces y obsoletas. Una vez introducidas en el imaginario colectivo se enraizan a nivel de dogma incuestionable, con lo cual cobra vida propia: muchos luchadores sociales, con su falta de lucidez,  se encargan de reproducir las concepciones que pretenden combatir. Logrado este fenómeno enajenante, los agentes gubernamentales solo necesitan darle “mantenimiento” a su concepción inoculada en el movimiento social.

Los movimientos sociales han caído en su trampa estratégica, de la que deriva gran parte de sus derrotas. El razonamiento estratégico que repetimos de forma  consuetudinaria se sintetiza en la siguiente fórmula: razón+ legalidad + consenso popular = triunfo. El planteamiento es sencillo: si tenemos la razón, la ley y el apoyo popular, el resultado inequívoco es el triunfo. A nuestra estrategia el gobierno le opone esta síntesis: poder económico,  político y armas = triunfo. La razón desarmada no ha podido, hasta hoy, derrotar al  poder armado. (Cuando hablamos de armarse no nos  referimos a las armas de fuego sino a crear sistemas de lucha pacífica superiores a  tales las armas.)

Durante décadas se han creado “conjuros mágicos”; se pregonan slogans en la creencia de el grito desgarrador de esas frases es suficiente para ganar. Nuestros conjuros no han logrado hacer daño, porque “Los muertos no se entierran solos”. No basta con “satanizar” a un enemigo poderoso para vencerlo. Las palabras carentes de fuerza motriz debidamente organizada y dirigida científicamente en el combate no producen triunfos históricos. (Tomar nota.)

En nuestras marchas enarbolamos como pregón mágico  la consigna “el pueblo unido jamás será vencido”. Sin embargo no se entiende que para que el pueblo se una no basta un pregón que produzca el milagro. El pueblo no se va unir por si solo ni con gritos, sino con estrategias y tácticas científicas avaladas con un trabajo eficiente y constante.

A La marcha-mitin se le ha cambiado su función objetiva de denunciar un problema, una inconformidad,  y preparar a las bases combatientes para pasar a formas de lucha especificas de su área de operación que sean el todo de la lucha. Al convertir la marcha-mitin en el todo y enraizar tal creencia a nivel de dogma irrebatible,  hemos quedado desarmados.

¿Por qué la eficacia de la marcha-mitin no se cuestiona a pesar de haber demostrado una y otra vez sus limitaciones, y en los casos determinantes su inoperatividad como arma contra la injusticia? Porque se nos ha vuelto un dogma. Algunos de nuestros propios compañeros revolucionarios han caído, han sido seducidos por este recurso fácil. Al tornar la marcha-mitin en el todo de la lucha desnaturalizamos su función práctica, la volvemos liturgia secular, peregrinación que grita conjuros que van a realizar el milagro de vencer a nuestro enemigo histórico. Con el tiempo los marchistas-peregrinos se desencantan y … (Sigo después.)

Perros de guerra

¿Existe tarea más ingrata que recordar un pasado repleto de desdichas, cargado de iniquidades?  (C. B. Delorme.)

La invasión de  esos perros de guerra a la ciudad y puerto de Veracruz, mis valedores. Perpetrada el 21 de abril de 19114, en estos días de la Iniciativa Mérida deberíamos tenerla presente por el carácter depredador del gringo y el entreguista de nuestro gobierno, pero nos pasó inadvertida porque hemos permitido que arranquen de nosotros la memoria histórica. Aquí, comprimida, la crónica de un suceso olvidado:

El telegrama que preludiaba la crisis: “Chihuahua, 21 de febrero, 1914. Sr. Venustiano Carranza: inglés William S. Benton trató de asesinarme en Cd. Juarez. Pude desarmarlo y lo entregué a un consejo de guerra, que lo condenó a muerte. Respetuosamente, Gral. Francisco Villa”.

La reacción de Washington: “Sr. Carranza: mi gobierno exige pronta averiguación. De otra suerte se complicará gravemente la situación y obligará a este gobierno a tomar medidas sumamente serias. Estamos seguros de que Usted obrará inmediatamente. W.H. Bryan, Sec. de Estado”.

Pero el fusilado era súbdito inglés, y así lo hizo saber Venustiano Carranza a la Casa Blanca. La prensa de Washington: “Carranza desafía la Doctrina Monroe. Al negar el permiso a nuestro Depto. de Estado para investigar el asesinato de Benson, Carranza  no hace más que dar una bofetada al Presidente Wilson en plena cara y patear la Doctrina Monroe. En 90 años que tiene de vida la Doctrina Monroe ninguna de las más grandes potencias europeas ha hecho jamás lo que hace ahora el Jefe de los mexicanos que están fuera de la ley”.

Washington, 15 abril, 1914. “El Presidente Wilson recibe a diputados y miembros de las Comisiones de Relaciones Exteriores del Senado y la Cámara y los entera de su decisión de invadir Veracruz a causa de que sus autoridades se niegan a saludar a la bandera de las barras y las estrellas. El Senador por Chilton, Virginia Occidental: ¡Yo los obligará a saludar a la bandera, así tuviera que volar toda la ciudad”.

El Senador W. Borah: “Yo sólo puedo decir que si la bandera de Estados Unidos llega a ser izada en México nunca será arriada. Este es el principio de la marcha de Estados Unidos hasta el Canal de Panamá”.

A las 11 horas con 20 minutos de aquel 21 de abril de 1914 soldados de infantería yanqui descendían del Florida, el Utah y el cañonero Praire, y tomaban tierra en el muelle Porfirio Díaz. Se iniciaba la invasión de territorio mexicano, una más, por tropas de Estados Unidos”.

Una de sus primeras víctimas: Andrés Montes, carpintero. Al salir a encontrarse con la bala expansiva del invasor, la esposa:

“No te vayas, Andrés, no nos abandones, mira que tenemos niños muy chiquitos. ¿Qué hacemos si te matan? Hazlo por nosotros”.

“Ahora no tengo esposa ni hijos. Solo veo que tengo una patria muy linda y tengo que defenderla de la infamia yanqui. Aquí te dejo colgado este machete; anoche lo afilé bien para que al primer gringo que se atreva a entrar en esta casa le moches la cabeza”.

“Cuando el 24 de abril el comodoro Manuel Azueta, con los cadetes que habían defendido el puerto, llegó a la Cd. de México, en la estación se le acercó un anciano: ¿Qué razón me trae de mi hijo? Azueta le señaló la guerrera que llevaba puesta: había quedado manchada de sangre cuando recogió del suelo al cadete moribundo. El anciano besó aquella sangre mientras lloraba silenciosamente. Era el padre de Virgilio Uribe”.

¿La víctima hoy día? La memoria histórica. Qué país, mis valedores: (Qué país.)

¡Que ahí viene Peña Nieto!

¡Que ataca López Obrador! Y a ese devoto del Verbo Encarnado al que  ningún  antidepresivo amansa el espanto de que alguien arroje al PAN de Los Pinos le viene al pelo la leyenda del bosque de Nemi, donde el monarca, para llegar al poder, tuvo que asesinar al antecesor y tendrá que ser asesinado por el sucesor de su trono. Es la ley. Mis valedores…

Al igual en el bosque de Nemi, en Los Pinos se produce la mortecina metáfora del  rey en desgracia (trémulo, insomne, venido a menos) que en el ocaso de su reinado carga como obsesión legar el trono a alguno de su propio partido. ¡Pero ahí nomás, tras lomita, acechan Peña Nieto y López Obrador!

El reyecillo cimarrón no defiende la silla con una espada sino con ese armamento de alto poder con el que ha asesinado a 40 mil y lacerado a toda una nación, y completa su ofensiva a pura base de lengua, de propaganda embustera que pagamos todos. Así, con viva elocuencia y ambiente sombrío, lo cuenta Frazer, en La rama dorada:

En  la Antigüedad este paisaje selvático fue el escenario de una tragedia extraña y repetida. En una orilla del lago, inmediatamente debajo de un precipicio, estaba situado un bosquecillo sagrado, y en él cierto árbol que todo el día y probablemente hasta altas horas de la noche rondaba una figura siniestra: en la mano blandía una espada desnuda y vigilaba cautelosamente en torno, cual si esperase a cada instante ser atacado por un enemigo.

El vigilante era rey y homicida a la vez; tarde o temprano habría de llegar quien le matase para reemplazarle. Tal era la regla: el puesto sólo podía ocuparse matando al rey y substituyéndole en su lugar hasta ser a su vez muerto por otro más fuerte o más hábil. El oficio mantenido tan a lo precario le confería el título de rey, pero seguramente ningún monarca descansó peor que éste, ni fue visitado por pesadillas más atroces.

Año tras año, en verano o en invierno, con buen o mal tiempo, había de mantener su guardia solitaria, y siempre que se rindiera con inquietud al sueño, lo haría con riesgo de su vida. La menor relajación  de su vigilancia, el más pequeño abatimiento de sus fuerzas o de su destreza le ponían en peligro. Las primeras canas sellarían su sentencia de muerte. Su figura ensombrecería el hermoso paisaje. El ensueño azul de los cielos, el claroscuro de los bosques veraniegos y el rielar de las aguas del lago al sol, concordarían mal con aquella figura torva y siniestra…

Mejor aún nos imaginamos este cuadro como lo podría haber visto un caminante retrasado en una de esas lúgubres noches otoñales en que las hojas caen incesantemente y el viento parece cantar un responso al año que muere. Es una escena sombría con música melancólica: en el fondo la silueta del bosque negro recordada contra un cielo tormentoso, el viento silbando entre las ramas, el crujido de las hojas secas bajo el pie, y  yendo y viniendo, ya en el crepúsculo, ya en la oscuridad, la figura oscura, insomne, la espada desnuda en la diestra…

Mis valedores: ¿con el de Los Pinos no ocurre lo mismo? ¿No se percibe la desesperación impotente de un rey que a deshoras deambula a lo insomne, trémulo y trasijado, en el bosque de Pinos? Abatido por la cargazón de problemas que no ha sabido resolver, aun carga sobre sus lomos la obsesión de evitar que el PRI regrese a Los Pinos ahora que él caiga, a lo irremisible, al desván de la historia. Por eso la facha de vinagrillo. Y si no, ahora que acuda a uno de sus desfogues, salir en la TV, véanle la cara. (Patético.)

¿Un pacto de solidaridad?

María de los Angeles, hechura política del “compatriota” Salinas, que así le pagó un  señalado favor, según juran las lenguas de doble filo. Y es que fue el Dr. Manuel Moreno, padre de la susodicha, quien se atrevió a extender en calidad de “muerte accidental” el acta de defunción de aquella niña Manuela, 12 años apenas  y ya trabajadora doméstica al servicio de la familia Salinas Lozano, que fue “fusilada” por los hermanos Raúl y Carlos, por aquel entonces menores de edad.  ¿Infancia es destino? En fin. Esta  Moreno, que ha ocupado curules y escaños,  se prepara una vez más, aunque todavía a lo disimulado, para alcanzar la jefatura de esta ciudad capital. La Moreno.

Pues sí,  pero no,  que la de los Angeles  pretende volar mucho más alto de lo que le dan sus faldas, y hoy no se advierte un Dédalo que con cera de los pinos le pegue unas alas de cartón con qué suceder en el cargo al sucesor de López Obrador. María de los Angeles.

Aduladora por vocación y estrategia, ella a su hora quemó copal en el altar del santo Salinas. Pero no únicamente al del robo de media deuda secreta, según lo afirmó en su momento Miguel de la Madrid. También, desde 1988, la Moreno rindió su labia ante ese mismo que después de su acusación pegó el reculón, un  De la Madrid que al rematar su sexenio, y en la vorágine de la globalidad intentaba también rematar el país. La de los Angeles, desde la Subsecretaría de Programación y Presupuesto, siempre a la sombra de su inventor, intentó colorear el gris rata del primer mediocre de las cejas alacranadas que fingió gobernar el país, y a loas y odas (no odas, Moreno) intentó justificar la gestión presidencial del desabrido:

“El Presidente Miguel de la Madrid no está frustrado ni defraudado por que algunas metas no se hayan podido cumplir. No puede haber frustración porque muchos de los planteamientos iniciales se han superado, aunque en algunos otros las metas quedaron por debajo. Pero esto es algo que ocurre en cualquier sistema social vivo. Sí, es como el futbol americano: si tenemos 10 yardas por avanzar y lo logramos, luego tenemos que avanzar más, ¿no?

Claro, aún existe una deuda social con las mayorías, que implica desigualdades entre grupos sociales, regiones y sectores que no tienen las mismas posibilidades. Yo, por ejemplo, he podido alimentarme, estudiar y viajar, tener un empleo a un nivel adecuado y todo un conjunto de prestaciones que han hecho de mi vida más que aceptable. No como algunos campesinos que difícilmente han salido de su localidad, y que están en un nivel de subsistencia…

“¿El subempleo?”, siguió la Moreno. “Ese se da por diversos motivos: tiempo de trabajo, bajos ingresos o por realizar una actividad diferente para la cual se estudió. Si el ingreso en más bajo que el salario mínimo se estima que en México  hay subempleo, pero una de las principales características del Presidente De la Madrid ha sido su consistencia y veracidad. Desde un principio habló de una crisis muy severa y de la necesidad de afrontarla todos aun con un enorme sacrificio, aunque a muchos no les gustara. Así,  ha actuado con  realismo al señalar que habrá metas que no se podrán alcanzar. Pero el esfuerzo y el empeño que se han puesto en esta administración son ejemplares, y por eso la firme voluntad de seguir adelante con el Pacto de Solidaridad Económica, que es un ejemplo de concertación, aunque algunos quiera desviarlo”.

Ese pacto atroz, horroroso. Ah, la Moreno. (Ah, México.)

María de los Angeles, hechura política del “compatriota” Salinas, que así le pagó un  señalado favor, según juran las lenguas de doble filo. Y es que fue el Dr. Manuel Moreno, padre de la susodicha, quien se atrevió a extender en calidad de “muerte accidental” el acta de defunción de aquella niña Manuela, 12 años apenas  y ya trabajadora doméstica al servicio de la familia Salinas Lozano, que fue “fusilada” por los hermanos Raúl y Carlos, por aquel entonces menores de edad.  ¿Infancia es destino? En fin. Esta  Moreno, que ha ocupado curules y escaños,  se prepara una vez más, aunque todavía a lo disimulado, para alcanzar la jefatura de esta ciudad capital. La Moreno.

Pues sí,  pero no,  que la de los Angeles  pretende volar mucho más alto de lo que le dan sus faldas, y hoy no se advierte un Dédalo que con cera de los pinos le pegue unas alas de cartón con qué suceder en el cargo al sucesor de López Obrador. María de los Angeles.

Aduladora por vocación y estrategia, ella a su hora quemó copal en el altar del santo Salinas. Pero no únicamente al del robo de media deuda secreta, según lo afirmó en su momento Miguel de la Madrid. También, desde 1988, la Moreno rindió su labia ante ese mismo que después de su acusación pegó el reculón, un  De la Madrid que al rematar su sexenio, y en la vorágine de la globalidad intentaba también rematar el país. La de los Angeles, desde la Subsecretaría de Programación y Presupuesto, siempre a la sombra de su inventor, intentó colorear el gris rata del primer mediocre de las cejas alacranadas que fingió gobernar el país, y a loas y odas (no odas, Moreno) intentó justificar la gestión presidencial del desabrido:

“El Presidente Miguel de la Madrid no está frustrado ni defraudado por que algunas metas no se hayan podido cumplir. No puede haber frustración porque muchos de los planteamientos iniciales se han superado, aunque en algunos otros las metas quedaron por debajo. Pero esto es algo que ocurre en cualquier sistema social vivo. Sí, es como el futbol americano: si tenemos 10 yardas por avanzar y lo logramos, luego tenemos que avanzar más, ¿no?

Claro, aún existe una deuda social con las mayorías, que implica desigualdades entre grupos sociales, regiones y sectores que no tienen las mismas posibilidades. Yo, por ejemplo, he podido alimentarme, estudiar y viajar, tener un empleo a un nivel adecuado y todo un conjunto de prestaciones que han hecho de mi vida más que aceptable. No como algunos campesinos que difícilmente han salido de su localidad, y que están en un nivel de subsistencia…

“¿El subempleo?”, siguió la Moreno. “Ese se da por diversos motivos: tiempo de trabajo, bajos ingresos o por realizar una actividad diferente para la cual se estudió. Si el ingreso en más bajo que el salario mínimo se estima que en México  hay subempleo, pero una de las principales características del Presidente De la Madrid ha sido su consistencia y veracidad. Desde un principio habló de una crisis muy severa y de la necesidad de afrontarla todos aun con un enorme sacrificio, aunque a muchos no les gustara. Así,  ha actuado con  realismo al señalar que habrá metas que no se podrán alcanzar. Pero el esfuerzo y el empeño que se han puesto en esta administración son ejemplares, y por eso la firme voluntad de seguir adelante con el Pacto de Solidaridad Económica, que es un ejemplo de concertación, aunque algunos quiera desviarlo”.

Ese pacto atroz, horroroso. Ah, la Moreno. (Ah, México.)

Goliat Eruviel

Y se llegó la fecha de la contienda.  Fresco amaneció Goliat, hombre de guerra, como fresco amaneció el día en aquella explanada orillera del desierto. Del caserío, a lo lejos, el vientecillo acarreaba toques marciales, cajas de guerra,  rumor de  muchedumbres que se acercan, expectación. Hoy es el día. Hoy se jugará la suerte de dos tribus enemigas, y todo depende de él, de Goliat, hombre de guerra…

Confiado, sereno. Para el guerrero terminaron los días de tensión y esas noches que pasó en un dormitar miserable, del que a sacudidas lo desenterraban aquellas visiones donde se veía a sí mismo roto y caído, desmadejado y a merced de un enemigo todavía incógnito. ¿Quién sería él? A tantos rudos de talante fiero  observaba en la tribu enemiga. ¿A cuál de los tales en duelo a muerte tendría que enfrentar? Esta incertidumbre, las pesadillas y el amargor en la boca por tragos no de mosto sino de bilis.  Goliat Eruviel…

Pero la angustia quedó atrás; terminó por los buenos oficios de sus espías que día con día, infiltrados en las líneas enemigas, esforzábanse por descubrir la identidad del guerrero que se le iba a enfrentar. ¿Ese héroe curtido a contiendas, aquel gigantón, el de las correosas carnes, ducho en la lidia cuerpo a cuerpo? ¿Qué arma mortífera tendría qué confrontar? Y esa tensión,  el insomnio, el ahogo. Por momentos olvidaba resollar…

La noche de anoche, de la que hoy  se ríe con desdén, resultó la peor de las noches: al peso de las sombras se soñó decapitado por el rival incógnito. Lo zarandeó el ahogo y se alzó, jadeante y empapado en sudor, y a tarascadas buscaba el aire con qué revivir los pulmones. Mi enemigo, mañana, ¿quién irá a ser? El alba, allá afuera, hacía amagos de clarear. Eruviel, hombre de guerra…

El tal abandonó el lecho y trepó al montículo. A la lechosa claridad de la luna contempló la explanada donde se decidiría la suerte de dos tribus enemigas. Trémulo contempló el claro en la zona musgosa donde él (los de su tribu, detrás, expectantes), confrontaría  al enemigo. Y tal flaqueza del ánimo, que le retiraba el apetito de vivir. En figones, prostíbulos y tabernas lo extrañaban. Goliat.

Amaneció en el campamento. La hora sonó.  Los combatientes y sus tribus, en un ambiente electrificado, aguardan la señal. Ahora, sereno ya, despectivo, el gigantón mide con la vista al enemigo que tiene enfrente, que lo ve con tranquilo mirar. Y qué enemigo, dioses…

De no creerlo. ¿En qué estarían pensando los estrategas enemigos? Le enfrentan (¡a él, león guerrero!) no a un soldado de combate, no al veterano de mil contiendas, no a un general de su ejército, sino (de no creerse, dioses) ¡a un simple pastor de ovejas! A semejante Encinas de esmirriada catadura y tan corto de alzada, que no acaba de embarnecer. ¡Y sin armadura ni almete, ni escudo ni arma ninguna, que no sea el pecho al aire, la barba cana al frente ¡y una honda en la diestra! Dioses…

Goliat, en cambio: altísimo, formidable, corpachón forrado de acero y  el arma ofensiva dispuesta. Véanlo mirar al antagonista no con temor, no con precaución, ni siquiera con odio: con desdén. ¿Y ese redrojillo fue el que en mi mal sueño me revolcó en el polvo frente a mi tienda para terminar trozándome el cuello? Y luego crean en los sueños, espejismos de la tenebra. “Revolcar a Luis Felipe era  PAN comido; a este redrojillo Encinas, más fácil aún”.

¿Lo que más tarde ocurrió? La respuesta,  después del próximo tres de julio. (Se reciben apuestas.)

AMLO, suertudo

Suerte la del tabasqueño, mis valedores. Años y sexenios ha caminado el pantanoso terreno de la politiquería, y al parecer ni se ha encenagado ni sufrido ningún resbalón. Su fama pública, intacta; su poder de convocatoria, cabal; su arrastre entre las masas sociales, acrecentada. AMLO ha resistido medidas ilegales e ilegítimas, desde calumnias y desafueros hasta campañas de prensa erizadas de vituperios y el apodo de “Peje” con el que no logran rebajar  ante las masas la imagen del “peligro para México”. El tal, hoy día, tan campante. ¿Por qué?

¿Será porque a diferencia de los pragmático-utilitaristas, cuyo espejo distorsionado son los H. Alvarez, Fernández de Cevallos, Gustavo Madero y los talamanteros Chuchos de una Nueva Izquierda alquilona y migajera, el tabasqueño se mantiene fiel y leal a principios, a valores y convicciones?

Pero a ver, un momento: su imagen aún incontaminada la debe no sólo a sus propios méritos, sino también a maniobras que hasta el primer domingo de julio del 2006 instrumentaron la Casa Blanca, Marta y su segundo marido, treinta mega-ricos cimarrones, el alto clero político, los medios de condicionamiento de masas y tantos intelectuales orgánicos que, entre todos, lograron su propósito de descarrilarlo y que no llegase a  Los Pinos. A todos ellos le debe su flamante figura política, ya que de no ser por ellos López Obrador mal-viviría encuevado en Los Pinos odiado por unos y por los más,  despreciado.

Escalofriante, ­porque a estas horas sería el individuo más aborrecido de unas masas sociales lastimadas porque el miserable las habría engañado al incumplir la diarrea de promesas que barbotó en su campaña, y con toda razón, porque apenas acomodadas sus reales en el sillón de Los Pinos, su novatez como responsable del gabinete económico provocase una severa crisis económica y un deterioro creciente en el nivel de vida de las clases medias y populares. Tal vez.

Se entendería, entonces, que López Obrador no pudiese sacar de su bunker la punta del pie sin que se activase el hormiguero de guardias presidenciales,  tropas de asalto  y un equipo de logística que tuviese que aislar las 30 colonias circundantes, un francotirador en cada ventana, en cada azotea y en cada tinaco. Escalofriante, sí, porque por un inútil afán de legitimarse ya cargaría en su conciencia cosa de 40 mil cadáveres y una multiplicada cifra de viudas y huérfanos y multitud de dolientes.

¿Podría dormir? A Macbeth solo una víctima le espantó el sueño. ¿Qué  de somníferos y antidepresivos tendría que tragar y chupar López Obrador para lograr el sueño, así fuese crispado de pesadillas ensangrentadas?

De haber llegado a Los Pinos, ¿cuántas veces hubiese cambiado un mediocre por otro en su gabinete presidencial? ¿Su irrefrenable rijosidad de hombre inseguro e inestable emocional cuántos frentes de conflicto hubiese abierto en la claque política? ¿A los gobiernos de cuántos países habría confrontado?

¿AMLO, un presidente íntegro, responsable y patriota, que salvaguardase la soberanía del país, o al contrario: ya embrocada en el pecho la banda presidencial, como primera medida de gobierno  (“Borrachito me voy – hasta la capital – pa servir al…” Canten ustedes el resto.) se  hubiese ido a cuadrar ante Obama?

¿Con López Obrador en Los Pinos y por culpa del vacío de poder que generase su gobierno ya medio país se regiría por las leyes no escritas que impone el narcotráfico?

AMLO suertudo, flamante su fama pública dondequiera que él ande a estas horas. (Seguiré el lunes.)

Jauría del Verbo Encarnado

Huatulco, Oax. “El director de Recursos Humanos del Ayuntamiento de Santa María Huetulco, Enrique Hernández, emitió una circular interna (‘código de vestimenta’, la denominó) para prohibir a las trabajadoras el uso de minifalda, pantalones ajustados y escotes, al igual que ‘sombras’ en el rostro y afeites exagerados”. Las secretarias deberán atender al público con ropa formal tipo sastre”. Mis valedores…

Semejante edicto se publicó la semana anterior con la anuencia de Lorenzo Lavariega, el edil, pero pudiese haber calzado la firma de un Fray Antonio de Escaray en el año de gracia de 1691, cuando moralina y buenas conciencias de la comunidad virreinal aludieron a las malas costumbres y la forma impúdica y descarada con la que damas y caballeros de la alta sociedad se exhibían en los sitios públicos portando vestimenta procaz e indecorosa que despertaba, que exacerbaba los instintos libidinosos. Clamaba en su prédica y lanzaba anatemas un Fray Antonio de Escaray escandalizado y aspaventero:

“¡Qué más incentivo a la lujuria que ver a las mujeres con una zaya toda abierta por delante, para que por la abertura se vea la otra zaya, o a los hombres con unos calzones tan ajustados, que en la misma estrechez manifiestan la forma del muslo, y algo más que por la decencia conviene callar!”

De esto que, en el colmo del escándalo y la indignación, publicó en la ciudad de Querétaro el referido Fray Antonio de Ezcaray, han transcurrido ya tres siglos y un par de décadas, pero texto, escándalo e indignación de las buenas conciencias pudiesen fecharse el día de hoy, y no sólo en Huatulco sino en todo el territorio tricolor, coto privado de la beatería del Verbo Encarnado. Es México. Y si no, vayan tomando nota…

En Querétaro también, pero trescientos veinte años más tarde, se manifiesta el criterio que priva en los gobiernos panistas del resto del país: “Se procura que la mujer se vista de manera apropiada y no con inmoral minifalda. En la Universidad, a los alumnos queremos formarlos y decirles cómo deben vestirse”.

En Monterrey, indignados vecinos protestaron porque algunos “panorámicos” anunciaban sostenes. La productora tuvo que “vestir” el torso de la modelo, y la autoridad fue obligada por los vecinos a retirar los anuncios en los que se promovía el uso del preservativo para evitar el VIH/Sida”.

En 1691, Fray Antonio de Ezcaray: “Qué más incentivo a la lujuria que ver a una mujer agarrotada por la cintura y tan pomposa de lo restante que con la zaya que traen puesta pudieran vestirse cuatros pobres doncellas. Qué más culpables que ponerse un manto, tan transparente, tan pernicioso, que descubre a la mujer de pies a cabeza, añadiendo a este manto una red infernal de puntas, para que por ellas les vean el pelo rizado, las rosas, el chiqueador, la toca, un diluvio de cintas, botones y otras superficialidades…”

Tres siglos y años más tarde, en Villahermosa, Tab., el  ayuntamiento de Centro emite el Bando de Policía y Buen Gobierno, uno de cuyos artículos lo estipulaba: “Habrá sanciones para los ciudadanos que anden desnudos dentro de sus casas y será sancionada la exhibición pública de figuras que sean obscenas o atenten contra la moral y las buenas costumbres”. Esto, en una ciudad donde proliferan las esculturas que recrean, desnuda, la figura humana.

Mérida, 2005. “Las instalaciones de la Unidad de Atención Psicológica, Sexual y Reproductiva, fueron apedreadas… (¿Por quién o quienes? Sigo mañana.)

Onanista (mental)

Merienda de anoche. Invitación del maestro. En el aparato, Mozart. Ahí, de repente, don Tintoreto: “¿Quién creen que regresa?  Madrazo, qué les parece. Lo acaban de descubrir en el reciente aquelarre de Peña Nieto y en las cercanías de la sede del PRI. No es por echarles a perder el tamal, pero tengo la horrible corazonada de que Madrazo vuelve al partido, y el Tricolor a Los Pinos”.

Silencio. Estupor.  Palideció Mozart. Desentonó.

– Y no sólo va a regresar. Para mí que el próximo presidente del país es uno que come a mi mesa,  la remachó el maestro.

¿Que qué? Me atraganté, y ahí la copia esperpéntica de La última cena: “¿Seré yo, maestro”, la Jana Chantal, travesti, y sonreía. “¿O soy yo?” El Síquiri fingía seriedad. “¿Yo? Como que lo dudo” –el Cosilión.

– Ninguno de ustedes –la jovencísima setentona de las zarcas pupilas, compañera del maestro, plantó en la mesa la segunda montaña de oaxaqueños-. “El agraciado es uno que mete su mano en mi plato y come de él”.

– ¡Ah, hingáu! Y que saca la mano y se da el sacón ¿quién creen ustedes?, mi primo el Jerásimo, licenciado del Revolucionario Ins.

– Usted, licenciado. Regresa el PRI, según todos los indicios, y quién mejor que usted mismo  para cruzarse al pecho la tricolor.

Vi a mi primo enrojecer de vanidad; se sonrojó desde los cachetes hasta el propio tamal (oaxaqueño), sonrió blandamente, humilló los párpados y falsa modestia: “Ay, maestro, eso se lo dirá usted a todos”.

– En serio lo afirmo. Si en el sistema político existe congruencia usted tendrá tantas posibilidades como López Obrador. ¿Qué cualidades tiene tabasqueño que no tenga el hijo predilecto de Las Guilotas, Zac.? ¡Señor licenciado Jerásimo, presidente de México!”

-Ay, maestro  -esponjado de vanidad.

– Porque el campanazo de la historia…

El campanazo del celular. Llamada del partido. En posición de firmes, mi consnguíneo:  “Sí, licenciado Madrazo. Cómo no, licenciado Madrazo. Usted ordena, licenciado Madrazo. Como madrazo voy para allá, licenciado”.

Como madrazo se esfumó por esa puerta. Yo, escamado:

– Caray, maestro, ¿no pecó usted de excesivo? ¿Cómo va a ser candidato a Los Pinos un mediocre cuyo logro más significativo es haber llegado a jefe de manzana, y suplente?

-Ningún excesivo. Si eso que apodan política fue capaz de encaramar al actual  en Los Pinos,  ¿no puede provocar una machincuepa que dé con el primo de usted en los mismísimos Pinos? Después del actual, cualquiera. El Jerásimo, por qué no. ¿Zafio, estúpido, mediocre, vulgar? De acuerdo, ¿pero una sociedad como la nuestra puede parir un estadista del tamaño de Juárez y Cárdenas? (La maestra Agueda más tamales). “Puro mediocre de la alzada del Nopalito Ortiz Rubio al nopalito actual. Y nosotros, pasivos y dependientes. Pobre México.”

Discretamente tomé otros seis oaxaqueños para redondear la docena. El estómago, a reventar, y del tamal, al catre. Y ocurrió, mis valedores…

Esa noche soñé un sueño color de rosa donde miré a mi primo allá, en mero arriba, todo gloria y esplendor, y  a la vera de su trono yo mismo,  que me administraba una paraestatal, 6 fideicomisos y la concesión de la droga en el cártel de Neza. En sueños contemplé al rey, que me señaló con el suyo erecto, el índice: “Es el orgullo de mi nepotismo”.

Vínoseme aquella excitación.  Tensáronseme los nervios, el tamal se me frunció (el oaxaqueño). ¿Yo, manos libres?  ¡Guáu!, ladré, gringo de segunda,  y el ladrido me despertó a la crudísima realidad, al torzón, al  vientre hecho garras, ardoroso el tamal. (Macabro.)

¡Reelección de Salinas!

Los migajeros, mis valedores. Los colaboracionistas. A la compraventa de conciencias en las arenas movedizas de la política me referí ayer aquí mismo y traje a cuento la actuación de  los viejos dirigentes del Comunista Mexicano, logreros algunos de ellos que hoy  se agazapan bajo el logotipo del Sol Azteca, desde donde provocan la derrota de ese partido para con ello medrar a escala personal.  Esos, confabulados con antiguos administradores del negocio familiar de Talamantes conocido como  Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, son los protagonistas del movimiento del 68 cooptados por Echeverría para que a lo largo de la guerra de baja intensidad de los años 70 le hicieran el trabajo sucio. Es la historia.

Son ellos los Chuchos  dialoguistas y gradualistas de Nueva Izquierda, profesionales de la derrota con que se posicionan como colaboracionistas del Sistema de poder del que forman parte. Apenas ayer tenían de interlocutor en Gobernación a Fernando Gómez Mont. ¿Reciben hoy instrucciones de Francisco Blake Mora, el sucesor en el Palacio de Cobián? Aquí, anunciada en el matutino, la empresa con la que los cupulares del Ferrocarril planeaban hace unas décadas su nuevo negocio:

México. Están dadas las condiciones para la reelección, asegura el PFCRN.

En la edición del matutino correspondiente al 26 de agosto de 1992 aparece la foto de tres dirigentes del Ferrocarril  de marras: Tomás Correa de este lado, Héctor Delgado del otro, y en el centro: típico: de lentes,  bigotazos, chamarra negra y corbata a rayas, el declarante: Jorge Amador Amador, secretario general del PFCRN. “Están dadas las condiciones  para la reelección”, el principio de sus declaraciones.

Era el sexenio de Carlos Salinas y México estaba en plena etapa de Solidaridad y liberalismo social. Fiel a su querencia, el Ferrocarril de Talamantes clamaba para hacerse oír del “compatriota”:

“La no reelección no es un dogma. Se puede discutir cuando haya consenso para hacer las modificaciones de nuestra Carta Magna”.

Esto, para reforzar las declaraciones de un Jesús González, presidente de la Confederación Nacional de la Pequeña Propiedad (CNPP), quien afirmó, con esa sintaxis: sería muy sano la reelección en el país”.

Los partidos PAN, PARM y PPS aseguran que no cederán ante el intento del PFCRN de modificar la Constitución para permitir la reelección de Salinas. Al respecto Jesús Ortega, coordinador del área electoral del CEN del PRD, hace constar que “hay muchos gobernadores, como Francisco Ruiz, que también están promoviendo la reelección”. En tanto un Jorge Amador, secretario general del Ferrocarril reiteró que “la  no reelección no es un dogma, se puede discutir cuando haya consenso para hacer las modificaciones de nuestra Carta Magna que propicien la reelección del Sr. Presidente Salinas de Gortari.

En conferencia de prensa en la que estuvo acompañado por Tomás Correa y Héctor Delgado, dirigentes del multicitado  Ferrocarril, el talamantero subrayó que “los tiempos están convocando a que se reinicie un proceso histórico para mejorar las condiciones políticas del país y entrar a una fase de modernización y reestructuración”.

Por su parte, el dirigente perredista Ramón Sosa Montes (aún no daba en la coquetería de machihembrar sus dos apellidos) advirtió que el tema de la reelección es muy delicado, porque sería traicionar los principios que intentaron dar libertad y justicia al país, aunque… (Sigo después.)

Pantano de Chuchos

¿Qué tanto hace el coordinador de los senadores del PRD, Carlos Navarrete, en la Sec. de Gobernación? Ya  parece su segunda casa…

Es la ironía del matutino frente a los Chuchos de Nueva Izquierda, colaboracionistas del Sistema de poder. Y cómo pudiera ser de otro modo, sí ese mercado de compra-venta y alquiler de conciencias viene desde los años 70, cuando Echeverría cooptó a tales mercachifles para con ellos desmantelar desde dentro al Comunista Mexicano, con los últimos restos de las verdaderas izquierdas de nuestro país. Hoy la maniobra se repite con el maiceo de dirigentes de la falsa izquierda atejonados dentro de la mafia apodada Nueva Izquierda, como continuación de la guerra sucia de principios de los 70s. que se trama  frente a nuestros ojos por más que nosotros (carencia de cultura política) le damos muy poca importancia, si no es que nos pasa inadvertida, sin más. La historia:

Una vez perpetrada la masacre del 2 de octubre del 68 el entonces presidente Echeverría se propuso ocultar ante los ojos de las masas sociales todos los logros alcanzados por la vertiente popular-estudiantil del 68. Para lograr sus propósitos inició la maniobra de borrar, diluir o distorsionar de la conciencia colectiva la memoria histórica y al propio tiempo desmantelar las fuerzas de oposición. Pero ocurría que ni el gobierno ni el PRI, tenían la más mínima credibilidad ante las masas sociales. Echeverría, entonces, acudió a dirigentes del Comunista Mexicano como Heberto Castillo,  Arturo Martínez Nateras, Arnoldo Martínez Verdugo, Gilberto Rincón Gallardo y demás dirigentes del movimiento confinados en cárceles del país, todos con un enorme ascendiente sobre las masas sociales.  Echeverría, por medio de enlaces diversos les ofreció plata o plomo, y ante tal disyuntiva los dirigentes honestos fueron destruidos: muerte, prisión, desaparición, pero muchos más se dejaron cooptar por LEA, que a la promesa gubernamental de la “apertura democrática”, agregó a los flamantes colaboracionistas a intelectuales como Fernando Benítez, Carlos Fuentes, Octavio Paz,  y tantos otros intelectuales orgánicos.

Algunos de Nueva Izquierda, como  el Chucho Ortega, proceden del Partido Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, el desacreditadísimo  Ferrocarril, cuyo dirigente, Aguilar Talamantes,  queda en la historia de la picaresca política como el estereotipo del pragmático-utilitarista que desde el partido vende o alquila sus servicios al mejor postor. La historia se muerde la cola:

Eso que ocurre hoy  en el PRD ya se prefiguraba en la Convención Nacionalfrancesa de 1892 como resultado de la revolución de 1789. El grupo más reducido fue el de los jacobinos, radicales encabezados por Robespierre, que desde la izquierda en los asientos  del Congreso intentaban hacer realidad los postulados revolucionarios; más del doble de delegados pertenecía a la corriente de los girondinos, tibios e instalados en el centro del espectro político (los estudiosos lo afirman: en la política el centro es imposible porque se está con las masas o con el explotador), en tanto que más allá de convicciones personales o los principios estipulados en su declaración de principios y programas de acción, una mayoría de delegados conocidos como La llanura o El pantano se añadían al partido más fuerte en la coyuntura política. Mis valedores: ¿identifican a los radicales, a los girondinos y al “pantano” dentro del PRD? Por cuanto a los talamanteros frente al gobierno de Carlos Salinas… (Eso, mañana.)

Redrojos históricos

La Confederación de Trabajadores de México, mis valedores,  cuyo aniversario No. 74 se cumplió el pasado jueves.  Leo, de su Declaración de Principios y tácticas de lucha:

“El proletariado de México luchará fundamentalmente por la total abolición del régimen capitalista. Contra fascismo e imperialismo  luchará con todas sus fuerzas. También por obtener el pleno goce del derecho de huelga, de asociación sindical, de reunión y manifestación pública y el de propaganda escrita y verbal”.

De tales conceptos se ufanaba la CTM. ¿Y..?   Hoy, en sus 74 años de existencia, ese organismo corporativo de control obrero que en tiempos del PRI-Gobierno determinaba los rumbos políticos del país  degeneró en cascajo histórico y basura apilada en el desván de la Historia. Y no más.

Ayer fue su mandón un tal Fidel Velázquez, lechero que a semejanza de Zeus a su padre Saturno-Urano, destronó y destruyó a Lombardo Toledano, su progenitor; no al modo mítico de cortarle los genitales, empresa imposible porque Lombardo mostró, con sus hechos, no poseerlos. No capándolo, pues, sino derribándolo del pedestal de control obrero para encaramarse el propio Fidel como líder perpetuo de la difunta (o casi) confederación hoy en manos del anciano (de espíritu, sobre todo) Joaquín Gamboa, depredador de los dineros públicos que convierte en oro mal habido todo lo que ha manoseado.

“Pobres obreros”, oigo al compadecido,  y  escucho la frase síntesis de mi padre Juan:

“No me “almiro” de los líderes, mi hijo, que son unos cuantos. Me “almiro” de los obreros, esa patética mayoría silenciosa que aporta su cuota para que los pastores del rebaño sigan enriqueciéndose”.

Yo esta vez, a modo de “homenaje” a la central obrera, recuerdo las estatuas que un Sistema cómplice ha erigido en honor del lechero. Con el pretexto del aniversario de la central “obrera” recuerdo cuando el recién muerto Fidel era “eternizado” en bronces que hoy se oxidan de incuria, abandono, olvido definitivo. Ante alguna de las múltiples estatuas del líder, aquí  las  imaginaras y variopintas expresiones de quien camina frente a la mole disforme y se detiene a reflexionar:

El político muy a la vieja escuela del mentado Revolucionario Ins hoy en agencias de recuperar Los Pinos:

– Regia ubicación para revivir la esforzada tradición del acarreo de rancheros y cetemistas. Ya imagino mi foto con el monigote al fondo, y en derredor las viejas, me refiero a aquellas viejas multitudes que, delirantes y matraqueras, se congregaban a la advocación de procampos y pronasoles, qué tiempos. Pero un Madrazo a tiempo y por Dios que volvemos.

El escultor.- “Ahora, a esperar más pedidos de políticos lambiscones. Que écheme una de Presidente con Coca-Cola, que fórjese una pedestre para ese al que siempre agarran pedestre,   que una ecuestre para nuestro gallo copetón. Yo,  a sacar la tripa gorda, me refiero a la del mal año, del pésimo sexenio”.

El de los arreglos florales.- “Ahora sí, a vender hartas coronas fúnebres para los consabidos mitotes políticos del Revolucionario Ins”.
El historiador.- “Podrían haberme consultado, caracso. Una cosa es el barroco tropical y otra, muy otra, la verdad histórica. Con legajos les demuestro que una estatua de Fidel tiene que ir en una postura así,  como culimpinándose ante el…en fin”.

El critico de arte: – “Me van a oír, y seré implacable. Claro que me van a oír. Semejante atentado contra la estética no puede quedar impune. Qué es eso de mezclar… (La mezcla, mañana.)

Azules y tricolores

El mundillo oficial, mis valedores, acaba de simular a lo desganado  la conmemoración del aniversario No. 190 del nacimiento de la bandera nacional, efeméride que se cumplió el día de ayer. Ello me da pie para aludir a la abusiva manipulación que de los símbolos patrios han hecho el PRI y Acción Nacional. A principios del sexenio foxista se encrespó el PRI:

¿Por qué cambió Fox nuestro escudo nacional? ¿Por qué tratar de utilizar los símbolos patrios como propaganda política? No convencen las explicaciones de Marta Sahagún: que el águila está en posición de ir hacia delante. ¿Cómo puede ir, si no tiene alas?

Y en diciembre del 2000:

“La fracción del PRI en la Cámara de diputados presentó un punto de acuerdo para que ese órgano legislativo exhorte a Gobernación para que disponga que todas las dependencias del Ejecutivo Federal utilicen legal y correctamente los símbolos patrios”.

La respuesta del PAN: que el Senado prohibiese al PRI el uso de los tres colores. “¡Eso nunca!”, clamó un Lanz Cárdenas. “¡La propuesta no tiene por qué ser aprobada por el Senado, ni siquiera por el Congreso. Es un asunto interno del PRI!  La propuesta tiene un  fondo electorero”.

La “exhortación” para que los priístas  liberaran los colores patrios vino de Ernesto Rufo cuando gobernador.  Fulgurante la respuesta: “Para el Frente Juvenil Revolucionario del PRI, la propuesta es una tontería. Debe ser rechazada. Cada partido tiene derecho a utilizar los colores con los que se identifica. El PAN utiliza el azul y blanco porque se identifica con la bandera gringa. El PRI ha utilizado siempre los colores nacionales ¡porque se  identifica con México!”

El PRD, años después: “Impugnaremos ante la autoridad electoral la utilización de los colores de la bandera nacional en el escudo del PRI. Millones de mexicanos son del mismo sentir. Todos utilizamos los colores patrios, o ninguno”.

Cuando priísta, Campa Cifrián: “Nada obliga al PRI a cambiar los colores de su logotipo. Le dan la identidad  y es un derecho que tiene desde su creación. Los priístas no pierden el tiempo en criticar los colores azul y blanco del PAN, y el amarillo del PRD. ¿O sí?”

Mientras, “ONGs. piden que el Congreso prohíba  a cualquier partido utilizar los colores nacionales para manipular al electorado y hacerle creer que ellos son México y que México es de ellos”.

Esteban Moctezuma: “Ese debate quedó atrás. Hoy lo revive la oposición con fines electorales y nada más”.

 

 

López Obrador: “El PRI no debe utilizar los símbolos patrios. El Himno Nacional y la Bandera pertenecen a los mexicanos; son símbolos de los mexicanos, no sólo de un partido, y México no es el PRI ni el PRI es México”.

Le contestó Arturo Núñez, ayer tricolor y hoy lópezobradorista: “A los colores patrios tenemos un derecho histórico. Con ese tema recurrente y obsesivo pretende la oposición justificar sus derrotas electorales: que pierde porque el PRI tiene esos colores en su emblema. El  PRI hará valer su mayoría para defender sus colores patrios. El intentar quitárselos es una actitud hostil que atenta contra el ambiente de civilidad necesario para el perfeccionamiento de la vida democrática. ¡Nosotros iniciaremos una cruzada en defensa de la identidad de nuestro partido!”

“¿Que qué?”, el vocero del PRI.  “¿Despojarnos de nuestros colores? Esa es una cortina de humo de la oposición, que considera a la ciudadanía tonta o tarada que no sabe por quién votar y dice: Voy a votar por la bandera. ¡Eso es ingenuo!”

(México.)

 

Aquella luz es Sandino!

Dicen que viene la contra revolución. Yo creo que no. Y si viene,  aquí están los muchachos para esperarla. Ellos están dispuestos a entregar el último cacaste para no dejar morir a Nicaragua”. G. Sánchez.

Sigue aquí, en voz de los testigos presenciales,  la relación de los hechos heroicos con que los jóvenes de Monimbó, en Masaya,  Nicaragua, ayudaron a desmoronar la dictadura de los Somoza.

“Aquí pelearon entre dos y tres mil muchachos. Monimbó siempre estuvo a la vanguardia”. A. Dávila.

“Los muchachos no eran guerrilleros. Los fueron haciendo guerrilleros”. J.M. Pacheco, sacerdote; y el estudiante J.R. Ortiz: “Desde que sentí en el alma la muerte de un compañero me decidí a tirar bombas”.

“La guardia venía y siete, ocho muchachos le tiraban las bombas; se metían a sus casas, llegaba la guardia y los muchachos ya en sus camas, haciéndose los dormidos”.

“Como Somoza es un asesino que mandó traer armas contra el pueblo, dijimos: no sólo sus armas van a estallar; también las bombas de Monimbó. Al principio las hicimos de mecate; después ya eran de masquinteip”. R. Serrano.

 A. García G.: “Me llamó la guardia para dialogar con el comandante. Yo no fui. Les dije que ya no era tiempo”.

De la carta que envió a Somoza un Alfonso Dávila B., juez y abogado: “General, he leído que ofrece ayuda a Monimbó. Su ayuda es tardía. Ya Monimbó no espera nada de usted. Sepa que Monimbó tiene que escribir muchas páginas en contra suya”.

J.S.P., sastre: “Yo no podía tocar el tambor en lo oscuro porque decía la guardia que yo levantaba al pueblo. Entonces tuve que avisar casa por casa, para lo de las bombas”, y A. García G., alcalde de vara. L.H.: “A los bombardeos, las mujeres sacaban sus espejos y los ponían al sol para que los pilotos no vieran nada y se deslumbraran”.

“Ya todo el mundo decía que Monimbó estaba en cenizas, pero eso era mentira. Monimbó estaba vivo, estaba de corazón vivo”. A. Ruiz, vendedor.

Mandé fuera a mis hijos. Les dije: hijos, cúbranse ustedes, déjenme a mí. Yo soy nada más un espíritu que anda por las calles”. O.A.

“Una noche aparece ese chavalo. Ya no vamos a comer, le digo. Estoy acostumbrado a no comer, me dice. Te van a matar, le digo. Tiene ocho hijos mi mamá, me dice. Le quedarán siete. Y entonces voy y le digo a mi marido: Somoza tiene perdida la guerra”. Lourdes O. De B.

“Cuando supe del triunfo le daba gracias a Dios de que todos mis hijos estaban vivos”. F. E., panadero. “Al final me puse a llorar de impresión y de alegría porque no parecía que ya hubieran triunfado los muchachos”. Ofelia Ortiz, hogar. “Todos nos abrazamos de alegría”. G. Sánchez, comerciante.

Pues sí, pero años y desengaños más tarde, cojeando y apoyándose en el bastón que le habilitó WashingtonVioleta Chamorro sacaría del poder a los sandinistas, y más tarde tocaría el turno a cierto Arnoldo Alemán del que se publicó en agosto del 2003 en Managua: “Lavado de dinero, fraude, peculado y malversación de 11.5 millones de dólares. Alemán y otros  funcionarios  los desviaron del Tesoro a cuentas personales”.

Pero allá el Alemán fue encarcelado.  ¿Los Alemanes  de por acá, mientras tanto? ¿Y nosotros? Destino de pueblos débiles. De espíritu, de redaños. Lástima.

“Es medianoche en las montañas de las Segovias. – ¡Y aquella luz es Sandino! Una luz  con un canto: ‘Si Adelita se fuera con otro…’

La Adelita: tal fue el canto de guerra del  “ejército loco” que venció al gringo. Nicaragua. Barrio de Monimbó. Sandino. Siempre Sandino.  (Nicaragua.)

 

El hijo desobediente

Malagradecido también. ¿No fue gracias al apoyo de la bancada tricolor como logró enjaretarse la tricolor aquel trepidante primero de diciembre en el jacalón de San Lázaro? ¿No fue Manlio Fabio Beltrones su asesor en aquellos tiempos iniciales de sus mandato? ¿No fue el priísta quien le enseñó los rudimentos en el arte de gobernar porque él, “haiga sido como haiga sido,”  llegó todo encandilado y sin una mala experiencia de haber despachado en el más humilde sillón de alguna presidencia municipal, tan siquiera? Que no haya aprendido los consejos y advertencias del sonorense, eso ya es otro cantar (de más baja calidad que “El hijo desobediente”, la tonadilla favorita del de Los Pinos, más allá de Bach, Beethoven y Mozart, allá él.) ¿Qué hubiese sido de su gestión sin el co-gobierno inicial de Manlio Fabio Beltrones? ¿Qué..?

Malagradecido que vino a resultar, como ayuno de toda autocrítica, el muy devoto del Verbo Encarnado: ahora, con esa su voz,  previene a los votantes en potencia (en impotencia) para que se abstengan de propiciar un regreso al gobierno por parte del Revolucionario Ins., al que no baja de corrupto, autocrático y autoritario. “Un peligro para México”.

Yo, por lo pronto, nunca llegué a imaginarme que llegase a perpetrar, sé lo que digo, siniestros compinchajes politiqueros con los cupulares de un tal partido político, revoltura de chuchos y gente de bien, que no lo baja de impostor y de espurio, y que mientras con la siniestra ordenaba tales acuerdos, con toda la fuerza de sus pulmones negaba por esta, miren, que hubiese ordenado o siquiera tener conocimiento de tales arreglos. ¿Cómo fue, cómo ha sido que así se conduzca el de Los Pinos?  Hasta ayer yo dudaba que sus medidas de gobierno fueran producto de los consejos de Manlio, y no, no lo son. Ahora ya estoy seguro. Hoy sé de cierto de dónde procede la asesoría que guía las beatíficas medidas de gobierno del fiel devoto Verbo Encarnado. Mis valedores…

Esto de la asesoría al de Los Pinos lo vine a saber cierta noche de miércoles en aquel saloncillo destartalado, tufo a humedad, donde un almacigo de redrojillos humanos, con voz resquebrajada, confesaba su  áspero oficio del diario vivir una vida arrastrada.

– Me llamo Pascual y soy un alcohólico. Media vida me he pasado entre una celda penal y otra del manicomio. Choques insulínicos y electrochoques. Ustedes dos, los recién llegados, sean bienvenidos.

Y ni cómo decirle que yo soy abstemio, que conmigo el licor topó en tepetate, y que si acudí al domicilio de Alcohólicos Anónimos fue por forzar a mi primo el Jerásimo, licenciado del Revolucionario Ins., a que acudiese conmigo y se mirase en el espejo de aquéllos que, de bagazos humanos en sus días cacardientos, hoy nacen cada mañana a pura fuerza de sus redaños. Azorado, pistojeando, el susodicho Jerásimo seguía los patéticos testimonios de sus semejantes anónimos:

– Mi nombre es María. Soy una alcohólica. Al volver en mí entre el perraco y el vómito, ya perdida la noción de mi tiempo de vida, me preguntaba: ¿tengo que vivir todavía un día más? Quería aullar…

Inquieto, el Jerásimo, se revolvía en la silla. Observé que a lo disimulado metía la mano a la pretina de la camisa y que, como al tablón el náufrago, sin sacarla de su nidal se prendía al ánfora para no terminar derrumbándose. Yo, a su oído: “Cálmate”.

¿Calmarse? “Mi nombre es Josefo y soy un alcohólico. ¿Alguno de ustedes ha tocado fondo en el fondo de un infierno de licor?”

Y fue entonces. De repente… (Mañana.)

Maromeros

De los tales hablé con ustedes el pasado viernes, esos claudicantes de la política que más allá de ideologías y fidelidad a principios asentadas en sus documentos fundacionales, por logreros y a la pepena personal sacan a subasta su propia conciencia. Sórdido.

Cuando haiga sido como haiga sido Salinas trepó a Los Pinos nombró como procurador de la República a un Morales Lechuga priísta de tradición, pero apenas terminó el sexenio, con  Salinas como el ser más odiado del país, clamó el Abogado de la Nación:

– Bueno, es que yo creí firmemente en Salinas cuando le acepté cargos diversos, pero hace años que ni lo veo ni tengo contacto con él. No soy vergonzante ni niego mi pasado ni mi presente. Es que no quiero ser una cabeza de playa de Salinas.

– Y ahora que se une usted a la campaña presidencial de Vicente Fox,  ¿qué lo llevó a tomar semejante medida?

Contestó al reportero,  palabra a palabra, Morales Lechuga:

– Es que en el panista observé la limpieza de su mirada, y eso me convenció.

(En ese momento el gallo cantó tres veces.) Y llegó Fox a la presidencia, y en la Secretaría de Relaciones Exteriores colocó a Jorge G. Castañeda, quien años después, a la muerte del guerrillero colombiano  “Tirofijo”, iba a escribir en la revista Newsweek:

“Con la muerte de su líder, la banda se enfrenta a la extinción. Ya va siendo hora. Hoy son criminales. Un puñado de criminales a la fuga”.

De “criminales” calificó a las Fuerzas Armadas Revolucionaras de Colombia un Castañeda que en Cuba se entrenó en tácticas guerrilleras y es hoy un anticastrista rabioso, prófugo de tantas ideologías y a estas horas converso y ahijado de Washington.

Por esos días estuve leyendo en el matutino todo el copal que ante el santito nuevo, el del Verbo Encarnado, quemaba un Diódoro Carrasco, priísta ayer y hoy flamante panista. Al cerrar el periódico: ¿Diódoro el oaxaqueño? ¿Pues no era el priísta que llegó a secretario de Gobernación en el sexenio antepasado? ¿Panista hoy el que todavía ayer fue tricolor? ¿Aplaude en este gobierno  lo que en el anterior censuraba, y censura hoy lo que ayer aplaudió? ¿Pues de qué pasta, arcilla o madera fueron amasados tales especímenes? ¿Tan hambrientos están? ¿De lodo biológico los forjaron los genes?  Pienso en los militantes del difunto Comunista Mexicano, asesinado desde dentro por los logreros a los que Echeverría logró cooptar: Martínez Verdugo, Guevara Niebla, Nateras, Rincón Gallardo, en fin. Todo para que unas izquierdas honradas y de buena fe derivaran en un PRD hoy secuestrado por el pragmatismo talamantero de una Nueva Izquierda que comanda Chucho Ortega,  el chucho mayor. Desverguenzas.

Recuerdo a Jorge Gonzáles Torres, por aquel entonces gerente general del Verde Ecologista. Al interés de llegar a la Secretaría del Medio Ambiente y Ecología se alió a la aviesa campaña del  “voto útil” en la que iban a caer los tantos pobres de espíritu como años más tarde con el Verbo Encarnado, todo ana sola frase: “¡Un peligro para México!” Este Verde Ecologista, aliado de Acción Nacional para encaramar a Fox a Los Pinos fue el mismo que a principios de los 90s. había publicado el desplegado, con esa sintaxis:

“Ante la Historia de México denunciamos a los diputados y senadores de Acción Nacional como culpables de cometer un acto contra la Nación que…”

El resto del escrito y los nombres de esos indecorosos que a la ventaja y sin pizca de pudor han pegado la machincuepa o se aprestan a brincar de este a aquel logo político, en breve. (Vale.)