¿Ese puño sí se ve?

Así es, mis valedores. Como nunca antes en la historia reciente del país las aguas bajan turbias. Como en 1968, como en 1971, como después del proceso electoral del 2 de julio del 2006, las masas se polarizan y radicalizan, y un ambiente electrizado presagia tormenta, que ojalá no trascieda los límites del presagio, por más que las tácticas de lucha de estudiantes y simpatizantes casi nunca rebasan la etapa del espontaneísmo. Cómo rebasarlo, si se desdeña el pensamiento científico y las lecciones que nos ofrece la Historia.

La de Tlatelolco en el 68, por ejemplo. La vertiente proletaria-estudiantil fue capaz de crear unas formas de lucha que redituaron avances sociales, desde sindicatos independientes hasta la vivienda popular y una efectiva unión de diversos sectores productivos. Iban a ser el LEA presidente y el trabajo sucio de los colaboracionistas destructores del Comunista Mexicano quienes destruyeran los logros del 68. Hoy que en el Politécnico, Ayotzinapa, la UNAM y centros docentes del extranjero soplan vientos ominosos, viene muy a propósito recordar la herencia  proletaria-estudiantil del 68. Que la estudien quienes, justamente exasperados contra el nuevo gobierno del viejo PRI, todavía hoy se acogen a unas formas de lucha que les inoculó LEA y los sucesores  les vienen alimentando, de modo tal que marchas, plantones y mítines se  han vuelto dogmas, y los dogmas son incontrovertibles.

Aquí, como para otear cachos de historia patria, las formas de organización y de lucha que lograron crear estudiantes y obreros, con que rebasaron la pura protesta (necesaria, pero insuficiente). Para certificarlo ahí están las protestas multitudinarias, a fines de los 50, de médicos, ferrocarrileros de Valentín Campa, y maestros de Othón Salazar.  En el 68 las formas de lucha de estudiantes y obreros rebasaron la algarada de la marcha, mitin, plantón. “¡Este- puño- síse- ve!” (¡Uf!) Los documentos de época:

“Tarea básica del movimiento estudiantil es unificarlo con  el movimiento obrero en fábricas, sindicatos y empresas. Esa alianza es fundamental en el proceso democrático del país y como estímulo para otros movimientos  también populares o gremiales. Han funcionado las brigadas de las diversas escuelas o facultades, cuya misión es informar directamente a la población por medio de volantes, publicaciones y mítines sencillos, del significado del movimiento y de los acontecimientos que se vayan sucediendo a lo largo del proceso, a fin de contrarrestar la campaña tendenciosa que llevan a cabo los medios de acondicionamiento social, esa gran prensa al servicio de los diversos intereses de la burguesía en el poder del que forman parte.

Los comités de apoyo al movimiento estudiantil se integran a base de grupos de obreros de las propias factorías o agrupaciones gremiales que mantienen informados a los demás agremiados, por medio de volantes o de forma oral, acerca del el carácter y los fines del propio movimiento. En ocasiones son los mismos estudiantes quienes explican a los obreros en las fábricas o en los sindicatos, de forma directa y personal, el objeto de su lucha y la razón por la que todo el pueblo debe participar”. En fiu.

Los comités populares del 68, mis valedores, constituyen la génesis de esa organización celular autogestionaria que se va creando hoy mismo, por más que unas masas apáticas la apodan “sueño guajiro”, y a seguir con reniegos, mega-marchitas y exigencias ¡de que renuncien Peña y el resto de la politiquería nacional! Ah, México. (Nuestro país.)

Un pensamiento en “¿Ese puño sí se ve?

  1. Los dogmas son incontrovertibles, así nos lo han troquelado en la religión, en los discursos de los políticos, en las películas y en la publicidad; en fin el maestro Mojarro lo ha dicho en repetidas ocasiones «una mentira repetida mil veces se convierte en verdad para la gente desinformada y no pensante». Tal vez a la gente se le debería troquelar afirmaciones como éstas: Duda de todo, encuentra tu propia luz. No creas en algo por que muchos lo creen, o fingen creerlo, creé lo después de someterlo al examen de la razón y a la luz de la conciencia. Tal vez se les debería decir, ni Dios, ni la virgencita de Guadalupe, ni san Juan Diego, ni ningún líder político va a resolvernos ni uno solo de nuestros problemas. El maestro Mojarro nos lo viene repitiendo desde hace más de 30 años; debemos leer y examinar la historia para aprende lo que ha funcionado y lo que no, para no estar repitiendo marchita, marchas y mega marchas que sólo causan molestias a los automovilistas y perdidas a los comerciantes…. y la gente con sus palabra y sus acciones parece decir, soy animal desde luego, me llaman el jorobado y que tengo orejas larga ya se da por descontado.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *