Así defecan los Chuchos

La versión de que la cantante Lucero podría ser candidata a la gubernatura del  Edo. de México es objeto de todo tipo de burlas.
A propósito, mis valedores: ¿en su memoria registran ustedes el papel que como legisladores han jugado deportistas y actrices, actores y locutores de la alzada política de López Tarso, Julio Alemán, David Reynoso y el “Tibio” Muñoz? Botoncillos de muestra:
1985. Ante la ausencia de más de 100 legisladores que holgazaneaban en la cafetería de la Cámara, el ex-locutor y líder de la bancada priísta Luis M. Farías:
– Sí, entre los diputados hay uno que otro flojo, aunque  no hace falta que los 400 asistan a las sesiones. La presencia de unos cuantos, los serios y cumplidos, es suficiente. ¿El faltista mayor? David Reynoso…
Años más tarde, el legislador López Tarso tiraba embestía a sus críticos:   “Viles tonterías las suyas. En mi gestión logré que los actores no llevaran el libro mensual, que no se declarara cada mes, sino al año. Usted, como reportero, ¿cree que un diputado llega a la Cámara con un plan ya concebido? No, uno llega dispuesto a colaborar en el grupo  lidereado por alguien. ¿O cree que nos mandamos solos?
– En todas las campañas se hacen promesas.
– No, oiga, no, yo en mi campaña nada prometí. Lo único que dije fue: “Si puedo haré algo por mejorar la vida de todos”. Quede muy claro que mejorar las cosas no es función del diputado. El tiene que estar en la Cámara para enterarse de qué ley se discute, luego levantar el dedo cuando lo tiene que levantar. Es todo.
Molesto, el actor calificó de estupideces las críticas de que sólo levantó el dedo para votar, por ejemplo, a favor de una miscelánea fiscal que dañaba a su propio sector: “Sería absurdo que el diputado de los actores dijera: yo lo apruebo. ¿En contra de la opinión mayoritaria? Qué le pasa”.
– Durante su tiempo de diputado, ¿cuántas veces subió a la tribuna?
– Sólo en dos ocasiones. El PRI sabe a quién manda al foro.
Agosto de 1991. El actor Julio Alemán se comprometía, formal:
– Cuando yo sea diputado lograré que en radio y televisión se difundan programas que fortalezcan nuestra identidad nacional para frenar la penetración cultural. ¡Es un compromiso!
(¿Y?) Los ”actores”, ¿improvisados e inútiles para ocupar una curul? ¿Y los deportistas? Clamaba un Bernardo Segura, marchista: “¡Mi medallita de bronce por una diputación! ¡Quiero ser diputado por lo que represento para el pueblo! ¡Las resoluciones que tomaré al ser electo serán reales!”
Julio de 1991. En su campaña política fue entrevistado Felipe “Tibio” Muñoz, nadador: “¿Sus sueños inmediatos?”
– El sueño de todo deportista es la política. Lo que “nosotros” hemos hecho es comprometernos a hacer un trabajo honesto.
– ¿El comprometerse ha sido su estrategia de campaña?
– No, no. ¡Esa no es estrategia, esa es la pura verdad! (Sic.)
– ¿Qué tan politizado se encuentra?
– Eso no sabría decirte. La política es tan amplia y tan vasta que dudo que muchos de nosotros, los que aspiramos a diputados, estemos politizados.
– ¿Su preparación para ocupar la curul?
–  A mí me gusta mucho más la práctica que la teoría, porque la política es una ciencia a la cual habría que dedicarle una tesis. Toda una tesis. (¡!)
– ¿Tiene muchos deseos de ser diputado?
– Muchos. El sueño de todo buen deportista es ser diputado, o no es deportista.
Y por andar de caliente, ese “tibio” arribista y cretino hizo de la grilla una forma de vida. De muy buena vida. Todo esto, mis valedores, es  México. (Mi país.)

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