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Autores intelectuales
La inteligencia es sólo una parte del hombre, y no la mejor…
Y a propósito, mis valedores: ¿conocen ustedes algunas obras de Shakespeare, el máximo autor en idioma inglés? Hamlet, Macbeth, El rey Lear, ¿cuántas habrán leído o visto representadas en el escenario? ¿Recuerda alguno La Tempestad, con tres personajes simbólicos y a la exacta medida de los intelectuales enquistados en el Sistema de Poder? Ellos son: Próspero, que invade la isla donde ocurre la tragedia y que reduce a un par de nativos a una suerte de esclavitud: Ariel, genio del aire, la idea y el espíritu, y Calibán, que personifica el vicio, la torpeza, la rebeldía, la carnalidad. Pero semejante visión es maniquea y simplista, según estudio reciente de Fernández Retamar, escritor y ensayista cubano:
Calibán, el rebelde, era el dueño de una tierra de que fue despojado a la viva fuerza por el invasor, mientras que Ariel es el intelectual obsequioso que se pone al servicio del invasor contra el rebelde nativo y dueño de la isla; el intelectual toma partido a favor del Poder y sus desmesuras contra quienes se atreven a rebelarse. ¿El precio por la ejecución del trabajo sucio? Una estrellita en la frente; una beca del Fonca, de Conaculta y en los comelitones palaciegos cantarle a su benefactor:
“Bécame – bécame mucho – como si fuera esta beca la última vez…”
Un parlamento de La Tempestad: Ariel, todo un intelectual: – ¡Salve por siempre, gran dueño! ¡Salve, grave señor! ¡Vengo a ponerme a las órdenes de tu mejor deseo; haya que hender los aires, nadar, sumergirse en el fango (en el fuego, dice la obra), cabalgar sobre las rizadas nubes, a tu servicio estoy; dispón de Ariel y de todo su influjo”.
Próspero, mientras los perros persiguen al rebelde Calibán: – Ariel, mi polluelo, pájaro mío: ve y encarga a los duendes que trituren las junturas de Calibán con secas convulsiones: que encojan sus músculos con terribles calambres. (Ariel:- Sí, dueño mío…)
Esto leyendo me ampollan la mente esos nombres, las cataduras de los caraduras, con sus torvos conceptos de intelectuales Arieles, genios del aire (ese que forma el alma del carrizo) siempre cercanos al Próspero sexenal, a quien “justifican” todas sus medidas de gobierno contra las masas sociales.
Hoy sólo algún Ariel temerario se atreve a quemar copal ante la mediocridad del que haiga sido como haiga sido etc., pero no está por demás recordar las opiniones que en 1968 ventosearon a favor de Díaz Hordas, de LEA en 1971 y del Próspero sexenal Zedillo cuando se echó con todos sus policías contra la UNAM y los estudiantes en huelga. Entonces las opiniones de los intelectuales Arieles:
IKram Antaki: “Presidente habemus”.
Héctor Aguilar C.:“No obstante lo ocurrido, Zedillo no es ni podrá ser un presidente autoritario”.
Carlos Fuentes: “La UNAM no es una universidad elitista, pero tampoco debe ser de lumpens o de baja clase media ofendida”.
Federico Reyes F.: “El operativo fue muy cuidado, sin víctimas que lamentar. La administración de la violencia legítima también puede ser profesional”.
¡Aquel Carlos Monsiváis! “Sí, yo firmé el desplegado aprobatorio (de la invasión a la UNAM) porque en ese momento creí que era lo mejor, estaba todo tan empantanado, y por el fastidio ante una huelga tan prolongada. Por eso también participé en un manifiesto de intelectuales, guiado por una certeza: es mejor dialogar en la Universidad abierta y evitar así la represión”.
Dice Hamlet: el resto es silencio. (Ariel.)