De sotanas y narcos

El dinero sucio y la  Iglesia Católica, mis valedores. Aludí el  viernes pasado  a la nota reciente del matutino:  “La Iglesia aceptó que dinero del “más sucio y sanguinario negocio”.El narcotráfico podría haber sido utilizado en algunas comunidades para la construcción de algunas capillas.

¿Que qué? El obispo Sergio Obeso: “Rechazo que la Iglesiautilice dinero del narcotráfico. Se pueden decir tantas cosas, pero hay que probarlas”.

Carlos Quintero, obispo: “Claro que sí, en Tijuana hay familias que han sostenido parroquias con dinero del narcotráfico. Seamos realistas. Sí, no podemos ocultar el mal, pero tampoco debemos omitir las cosas buenas del mal. Aquí hemos encontrado familias buenas que han ayudado a sostener el seminario y muchas otras que han aumentado el número de parroquias. Lo acepto: recursos del narcotráfico han llegado hasta las arcas de la Iglesia, particularmente en esta frontera”.

Y un cura José Raúl Soto:

– En la basílica de Guadalupe, se los digo como párroco, los narcotraficantes son muy generosos. Sin dejar de ser traficantes de drogas ayudan y dan limosnas que nosotros ya las quisiéramos hacer. Los más generosos fueron Rafael Caro Quintero y Amado Carrillo.

– Yo sí reconozco que recibo sus donativos”, afirma el cura Ernesto Álvarez, amigo de la familia del hoy difunto Carrillo Fuentes, al que se dice acompañó en un viaje por Tierra Santa y en El Guamuchilito, Sin., celebró misa de cuerpo presente en el sepelio de “El Señor de los cielos”.

Alberto Athié, sacerdote: “La Iglesia Católica Mexicana se mantendrá siempre abierta a los narcotraficantes, sí, pero sólo para pedirles que abandonen su actividad. Ellos, los narcotraficantes, son vistos como los más malos entre los malos, pero en muchas ocasiones son diferentes. No podemos identificarlos como personas esencialmente malas. Hay quienes tienen la inquietud de buscar el bien y con sus generosas limosnas hacer cosas a favor de la comunidad”.

Feligreses de Malpaso, Ags., acusaron al cura Samuel Jara Acuña “Mantiene relaciones con narcos. Ellos le obsequiaron una camioneta y un arma de fuego. Maneja una sola capilla de una población de tres mil habitantes, pero tiene dos cuentas bancarias, una con más de un millón 300 mil pesos”.

(Se cuenta en mi Jalpa Mineral, muy cerca del citado Malpaso: hasta cierto poblado llegó un nuevo sacerdote. A unos días de oficiar la misa y recoger las limosnas quejó con el sacristán: “Qué feligresía más irrespetuosa. Mira que burlarse del sacerdote”.

– ¿Por qué lo dice, padre?

– Por la charola; en lugar de limosnas la llenan de basura.

– Cuál basura, guarde polvo y yerbitas y espere a que la camioneta venga por el paquete. Ya verá, padrecito, qué limosnas dan aquí los feligreses.)

De narcos y clérigos. Gerónimo Prigione, que fue el nuncio apostólico en nuestro país: “Fue el padre Gerardo Montaño Rubio el enlace entre los hermanos Arellano Félix y yo. Pero les prometo que no volveré a tener contacto alguno ni a entrevistarme con narcotraficantes”.

La noticia se publicó en 1997: “La Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público no prevé sanciones por el caso de las narco-limosnas ni habrá modificaciones al respecto”.

Resultado: Onésimo Cepeda, empresario taurino y golfista,  bon vivant y buen bebedor de caldos finos, obispo de Ecatepec en sus ratos perdidos:

– Nosotros los clérigos les podemos decir a Amado Carrillo y a los demás narcotraficantes: Váyanse, hijos, el Señor los perdona y no pequen más.

Y ya. Es México, un estado de derecho, donde la Ley… (Dios.)