Tierras, aguas, energético. ¿Por fin, con su solapada maniobra, lograrán esta vez empresarios y legisladores eliminar las restricciones que marca el 27 constitucional no sólo al energético, sino también a tierras y aguas en la franja de 50 kilómetros a lo largo de las costas nacionales? ¿La enajenación se ha iniciado en la zona de Baja California? ¿Ya se olvidó la pérdida del 55 por ciento del territorio mexicano por una maniobra similar a la que hoy se intenta (se realiza, se perpetra) en Baja California? ¿Ya hemos olvidado que todo comenzó con el territorio de Texas, codiciado por el vecino imperial, que con el auxilio de apátridas, inmigrantes y arrimadizos, iba a convertirse en una estrella más en la bandera de EU? ¿Debemos entender y aun admitir que Baja California será (es) un nuevo territorio de aquel país? ¿Y entonces las enseñanzas que imparte la Historia? ¿Ignoramos que así comenzó el proceso que iba a culminar con el despojo de media patria, una de las páginas más desdichadas en la historia de nuestra Nación? Ah, la «democracia» representativa, la de semejantes legisladores…
Porque no sólo PEMEX. Baja California también. Como si nunca hubiese ocurrido la pérdida de territorio patrio, ahora aparecen noticias como esta (y nos dejan indiferentes, cuando no es que nos pasan inadvertidas):
La Paz, B.C. Sur: “La falta de fuentes de trabajo estable orilla a propietarios de terrenos urbanos a venderlos a extranjeros. Es común ver en poblados tan tranquilos y atractivos como Todos Santos incontables letreros anunciando en inglés la venta de casas, terrenos y otras propiedades junto a la playa o en zona urbana. La situación de las familias las obliga a allegarse fondos para su mantenimiento o la educación de sus hijos. Esta es una de las incontables causas de la transculturización en la zona, aunque no en el grado que se observa en el sur de la península, donde las costumbres y tradiciones se han perdido totalmente».
Con Santa Catarina, Morelos, ¿olvidarnos de Texas? “El poblado indígena, desde su pasado ancestral, nunca ha permitido la venta de tierras comunales a extranjeros. Ahora, cuando el pueblo se opone a la venta de 5 mil hectáreas a los extranjeros, los indígenas son denunciados ante las autoridades. Con el decreto presidencial de 1929, que reconoce como área comunal 28 mil hectáreas, no se puede vender ninguna porción de tierras y ahora cierta familia ofertó lotes de terreno inmerso en la zona ecológica. Denuncian, al propio tiempo, la venta ilegal de 50 hectáreas”.
Guadalajara, Jal. “A precios de super-ganga, el gobierno de Jalisco vende o vendió a la empresa norteamericana Morey Hospital, 39 hectáreas de tierra que no le pertenecen porque son parte del patrimonio de la comunidad indígena de San Juan de Costán. El gobierno autorizó la enajenación de 30 hectáreas de la ex hacienda de La Mora a un precio tan bajo que los indígenas consideran ridículo, para favorecer a una transnacional que intenta no un hospital de beneficencia, sino un centro hospitalario de alta especialidad para gente muy rica”.
“Hasta empresarios de Liechteinstein, minúsculo país europeo de una extensión de 160 kilómetros cuadrados, tiene inversiones en zonas prohibidas: playas, fronteras y riberas de México. La inversión extranjera en este rubro es casi toda de empresas estadunidenses. De los 3 mil 146 fideicomisos turísticos en zonas prohibidas en México, con inversión extranjera, un 92.16 por ciento proceden de los Estados Unidos”. (Ah, México, qué país.)