Huevos, perros, guardería

Las criaturas calcinadas en la guardería ABC, mis valedores. Aquello, demencial, ocurrió a principios de junio del 2009, cuando tras una secuencia criminal de circunstancias imprudentes (¿o alguna acción criminal?) cuarenta y nueve niños perecieron calcinados en la guardería ABC de Hermosillo, Sonora, por entonces mal gobernada por un Eduardo Bours político del PAN e industrial productor de huevo que por esa circunstancia parece haberse salvado: por sus puros productos. Detrás de él, huevos e impunidad, asomaba la oreja un Felipe Calderón que alcahueteó la justicia  por cuestión de que una de las dueñas de la guardería siniestrada se nombra Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo, que viene siendo pariente de una Margarita Zavala hoy todavía esposa del ebrio de poder y otros ingredientes. Caprichos de una «justicia» alcahueta y excesos del huevo en México, nuestro país. Mis valedores:

Adviertan ustedes que en  esos  Bours, Marcia y Calderón se ajusta a cabalidad  el clamor furibundo  de un bíblico Isaías que al arrojar su anatema a los malditos parecía tener en mente a los protegidos de una burriciega «justicia» que administrase el magistrado Góngora Pimentel. Clama Isaías:

“Todas las bestias del campo, todas las fieras del bosque, venid a devorar.  Esos perros comilones son insaciables.

Todos ellos son perros mudos, no pueden ladrar; soñolientos, echados, aman el dormir. Sus atalayas son ciegos, todos ellos ignorantes; Todos ellos siguen sus propios caminos,  Embriaguémonos (Calderón),  y será el día de mañana como este, o mucho más excelente.

Sois como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo. ¿No sois vosotros generación mentirosa? Perece el justo, y no hay quien piense en ello; no hay quien entienda que de delante de la aflicción es quitado el justo. Mas vosotros llegaos acá, hijos de la hechicera, generación del adúltero y la fornicaria. Porque vuestras manos están  contaminadas de sangre, y vuestros dedos de iniquidad. Vuestros labios pronuncian mentira, habla maldad vuestra lengua.

No hay quien clame por la justicia, ni quien juzgue por la verdad; confían en vanidad y hablan vanidades; conciben maldades, y dan a luz iniquidad. Incuban huevos de áspides y tejen telas de arañas; el que comiere de sus huevos (Bours)  morirá, y si los apretasen, saldrán víboras.

Sus telas no servirán para vestir, ni de sus obras serán cubiertos. Sus obras son obras de iniquidad, y obra de rapiña está en sus manos (Marcia).  Sus pies corren al mal, se apresuran para derramar la sangre inocente; sus  pensamientos, pensamientos de iniquidad; destrucción y quebrantamiento hay en sus caminos. No conocieron camino de paz, ni hay justicia en sus caminos. Torcidas son sus veredas.

Por esto se alejó de nosotros la justicia, y no nos alcanzó la rectitud; esperamos luz, y he aquí tinieblas; resplandores, y andamos en oscuridad. Palpamos la pared como ciegos; a tientas, como sin ojos; tropezamos a mediodía como de noche; estamos en lugares oscuros como muertos. Gruñimos como osos todos nosotros, y gemimos lastimeramente como palomos; esperamos justicia, y no la hay; salvación, y se alejó de nosotros. Y el derecho se retiró, y la justicia se puso lejos; porque la verdad tropezó en la plaza, y la equidad no pudo venir.  Y la verdad fue detenida, y el que se apartó del mal fue puesto en prisión,  porque pereció el derecho”. México.

Criaturas sacrificadas a la avaricia de las Marcias Matilde y compinches. A su memoria. (Trágico.)

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